Partida Rol por web

La Busqueda

Llorando lo perdido, aprovechando lo ganado (Cap 2.5)

Cargando editor
07/10/2016, 03:18
Narrador

La joven se encontraba huyendo hasta que no pudo más en su carrera hasta el muelle. Si bien su corazón deseaba escaparse aún más lejos pero su cuerpo no podía terminar de corresponder ese deseo en especial en el estado alterado que se encontraba ella. Dejándola profundamente agotada y sin deseo de continuar aún más mientras se apoya contra uno de los muros del puerto.

El puerto que tantas veces la había recibido con distintas promesas muchas hechas en la cabeza de la joven que imaginaba una y mil cosas sobre los barcos que iban y venían constantemente. Pero ahora esos mismos barcos le recordaban cosas que prefería olvidar ahora mismo, planes que la involucraban a ella sin que pudiera tener una opinión en ella.

Aunque no solo en eso pensaba sino en lo que había perdido recientemente un amigo que si bien no había conocido demasiado, se había mostrado bueno con ella cuando tantos otros la rechazaron. Tal vez por era que sus últimas palabras para él fueron unas llenas de cariño a pesar de las confesiones de este.

Fue con los múltiples pensamientos en su cabeza que no noto como un hombre se colocaba junto a ella, en su mano tenía la gorra que ella usaba para esconder la verdad al mundo. El hombre era alto como tantos otros hombres que la superaban en su altura aunque había algo raro en este que ella no podía colocar. Tal vez era el bronceado que tenia su piel y la barba apenas perceptible excepto de tan cerca. Su aroma era uno extraño que habías sentido en algunos viajeros que observaste un par de veces en el Cuartel de la Guardia, de parte de extranjeros que venían del sur del territorio musulmán aunque este hombre no parecía ser del todo de ese origen. Su vestimenta era una simple y la vez no tanto que daba una impresion de un viajero con cierto dinero.

Notas de juego

Hombre:

Cargando editor
08/10/2016, 01:15
Leonor Amore

No sabía cuánto tiempo había estado yendo a la carrera por los oscuros callejones de Venecia, pero aquello no le importaba. Simplemente necesitaba estar cansada para cuando decidiera dormir, evitando así que el rostro de su difunto amigo apareciera en sus pensamientos. Sabía que nunca volvería a verle y aquello la entristecía. No obstante, a pesar de todo, sabía en lo más profundo de su corazón que seguramente había ido a un lugar mejor, por lo que se sentía ligeramente reconfortada.

El puerto estaba extrañamente calmado. Las aguas golpeaban suavemente contra los amarraderos, mientras que las góndolas se mecían al arrullo de las pequeñas olas que se formaban con la escasa brisa de la noche. Durante unos instantes pensó cuánto echaría de menos todo aquello cuando las circunstancias se la llevaran lejos, posiblemente en alguno de los barcos que iban y venían en la hermosa ciudad que amaba como si fuera la suya propia ¿Qué le depararía el destino? No lo sabía, pero algo le decía que sus deseos no serían tomados en cuenta en las decisiones importantes que la concernieran.

Tan sumida estaba en sus pensamientos, que no vio venir al hombre que consiguió aproximarse tan cerca de ella como para lograr arrebatarle su gorra, haciendo que sus rizos de fuego cayeran en cascada sobre sus hombros. Leonor tardó unos segundos en reaccionar, sintiéndose vulnerable ante el apuesto extranjero que acababa de destapar con un solo gesto la mejor protección que tenía ante el mundo cruel que la rodeaba. ¿Cómo podía haber sabido aquel extraño que no era un muchacho, sin tan siquiera hablar con ella? La única explicación posible era que ya lo supiera de antemano. Aquello la aterrorizó, por lo que la jovencita no dudó en hacer lo que mejor se le daba: Correr.

Notas de juego

Jajaja, ¡Que guapo! A ver si consigue atrapar a la damita escurridiza ^_^

Cargando editor
08/10/2016, 07:47
Tommaso Bresiano

El hombre no le había arrebatado el gorro sino que encerrada en sus pensamientos no vio ni sintió cuando este se cayó de su cabeza. Haciendo el gesto del hombre algo más caballeroso de lo que se imaginó en un principio lo joven.

Pero el hombre no tuvo tiempo de comentar eso en el poco tiempo que tuvo antes que la joven corriera. Algo inevitable con la conducta de ella y las malas experiencias pero con lo que no contaba ella era del cansancio que tenía. Lo mal que le hacia este en lo que parecía una superficie menos perfecta que muchas calles de la ciudad. Pronto se sintió tropezar con algo que la llevo directo al suelo aunque por suerte permanecía lo suficiente alerta para proteger su rostro y caer con los hombros al suelo duro de madera.

Cuando vio para arriba, el hombre se encontraba a su costado pareciendo más imponente que en un principio. “¿porque correr?” preguntó el hombre que la ayudo a levantarse, no con la mayor delicadeza pero aun asi la joven logro pararse casi sola. En su mano se encontró su famoso gorro que el hombre depósito ahí mientras la levantaba. “Se te nota que estas muy cansada, yo no te recomendaría correr.” Comento el hombre dándole una rápida mirada entera.

Cargando editor
08/10/2016, 20:55
Leonor Amore

Leonor no pensó demasiado en lo que hacía al haberse visto descubierta por aquel extraño extranjero. Ni siquiera se le pasó por la cabeza que pudiera habérsele caído el gorro, por lo que huir de allí le pareció la opción más lógica.

Tan alterada estaba, que no pudo evitar tropezar con un desnivel del terreno, teniendo el tiempo suficiente como para corregir su caída para que su hombro chocara contra las duras tablas de madera del puerto en lugar de su rostro.

Permaneció un poquito desorientada durante unos segundos y se sintió algo estúpida al ver al extranjero junto a ella, tendiéndole la mano y ayudándola a levantarse. Las mejillas de Leonor se tornaron sonrosadas mientras aceptaba la ayuda de aquel imponente hombre, y trató de mirar al suelo mientras se limpiaba el polvo para no sentirse tan avergonzada.

-Gra…gracias – Le respondió mientras aceptaba el gorro y se lo colocaba de nuevo como buenamente pudo – Corría porque puedes encontrar a cualquier desalmado de noche en las calles de esta ciudad.

-¿Por qué estás aquí? ¿Debo tener miedo de ti? - Le preguntó al darse cuenta de que era ya bastante tarde y por esa zona no había niguna posada cerca.

Cargando editor
08/10/2016, 21:46
Tommaso Bresiano

El hombre tras revisarla se le quedo mirando con sus ojos claros. “¿Te parezco un desalmado entonces?” pregunto con un tono que iba más a la ofensa que a la broma a diferencia de otros hombres que harían esa misma pregunta.

“Solo vigilo el lugar por algo raro, aunque también me gusta ver el mar.” Respondio sin relajar del todo su carácter a pesar que respondia la pregunta de ella. “Miedo deberías tener de todo el mundo. Hay muchos que se creen mas de lo que son y otro que son tanto como muestran, lamentablemente ambas personas son violentas o poco razonables.” Respondio a su segunda pregunta con seriedad.

Entonces parecio fijarse en ella de otra forma sonriendo de costado. “Dime. Debo temerte a ti que te disfrazas de algo que no eres?” le devolvió aunque por el gesto completo de aquel guapo hombre dudabas que se sintiera intimidado en alguna manera por la pequeña Leonor.

Cargando editor
08/10/2016, 22:40
Leonor Amore

-No lo sé… cualquiera puede serlo. No deberías tomártelo como algo personal. – Se defendió ante la pregunta de él y su visible enfado.

Ante su respuesta, la jovencita se le quedó mirando durante unos segundos mientras pensaba que no tenía pinta de defensor de las calles - ¿Por algo raro? ¿Qué hay de raro en este lugar? – Le preguntó con curiosidad sin estar muy segura de a qué se refería – Y si… lamentablemente existen muchas personas peligrosas en el mundo. – Le dio la razón ante las disertaciones del extraño.

Pero cuando el apuesto hombre le sonrió de costado, la joven entrecerró los ojos mientras se ponía de morros, justo antes de responderle con altanería – Yo soy más peligrosa de lo que piensas, así que no te burles. Y la razón de vestir como un muchacho es para evitar a listillos como tú en mitad de la noche, que ni siquiera tienen la decencia de presentarse – Se defendió sacando las uñas como siempre hacía ante situaciones así.

Cargando editor
08/10/2016, 23:54
Tommaso Bresiano

Tal vez acepto sus palabras y por eso relajo su rostro o simplemente no le habia afectado tanto como parecia. Aunque la vio con bastante duda al preguntar por algo raro. “No hay nada raro en el puerto, es hermoso y basto, pero lleno con gente que podría causar una rareza diferente a lo que pasa siempre.” Respondió sin dar una explicación en concreto mirando al puerto mientras escuchaba las demás palabras de ella.

Aunque cuando toco esperar la respuesta de ella volvió a mirarla y escuchar tal falta de respeto que venia de una chica que tampoco se había presentado. “Me llamo Tommaso, es gusto conocerla.” Se presentó usando un tono formal pero con tal prisa para dejarlo atrás y pasar a sus siguientes palabras. “Ya ves que he podido encontrar algo raro como mencionaba...” Comento por lo bajo aunque sin dejar de mirarla. “Ahora quedara ver si eres tan peligrosa como te presentas.” Dijo el hombre que lejos de verse más agrietado o asustado parecía aceptar aquellas palabras como un desafío.

Cargando editor
10/10/2016, 18:39
Leonor Amore

-Es la razón por la que voy a menudo a este lugar. Es hermoso y normalmente casi nadie lo admira, por lo que me da oportunidad de pensar cuando me siento triste – Le confesó sin saber muy bien por qué se sinceraba con un extraño al que no conocía de nada.

Cuando la jovencita escuchó las palabras de Tommaso, se relajó ligeramente al pensar que quizá tan solo había sido casualidad que ambos se encontraran allí a altas horas de la noche. El hombre no parecía un maleante que intentara atracarla o algo peor, por lo que sus músculos se destensaron un poco a medida que la conversación fluía, y pudo fijarse un poco más en los detalles de su interlocutor.

-Leo… nor. El gusto es mío – Respondió aun algo suspicaz, pero claramente menos enfadada – Tan solo soy peligrosa con los desalmados que se lo merecen. ¿Crees que debo serlo contigo? ¿O quizá podríamos empezar desde cero y hablarnos como personas civilizadas? – Preguntó guiñándole un ojo, mostrándole incluso un amago de sonrisa.

Cargando editor
12/10/2016, 20:53
Tommaso Bresiano

El extraño escucho su confesión sin poner gesto alguno en su rostro mas del de simple curiosidad, afirmando al final como si entendiera a lo que ella se refería con sus palabras. “Sin duda es una vista que mucho ignoran aunque la tienen tan cerca. Una verdadera pena.”

El hombre sonrió cuando le diste tu nombre, relajándose ante ello. “Asi que sos una mujer peligrosa contra los desalmados. No sé si debas serlo conmigo ya que no conozco tu definición de desalmado. Por la primera impresión que tengo de ti no pareces adoptar la definición normal. Si no que en tu cabeza pareces tener una idea propia de con quien actuar de cierta manera…” comento para luego dejar una pausa entre sus palabras. “No, prefiero seguir con lo que sabemos del otro y seguir hablando como ahora que es lo suficiente civilizado. No te parece?”

El bello hombre acepto el guiño y dio uno de regreso cuando termino de hablar. “Ah y ya que hablamos de lo peligrosa que eres. ¿Porque huiste tan rápido?” pregunto quedándose esta vez si en silencio, aunque sentias que esa ultima pregunta tenia una provocacion en ella.

Cargando editor
13/10/2016, 01:14
Leonor Amore

Leonor asintió ante las palabras del extranjero mientras se fijaba más en sus facciones. Aquel atractivo bronceado le resultaba cada vez más familiar, aunque no podía ubicar correctamente la procedencia de las exóticas facciones de su interlocutor y la forma agradable con la que describía aquellos hermosos y abandonados muelles. – Existe mucha belleza en lugares que el hombre ni se imagina, aunque para ello es necesario saber mirar con el corazón – Contestó de forma melancólica, aun afectada por la muerte de su amigo.

-Mientras que no se te ocurra hacerme daño o obligarme a nada, todo irá bien – Dijo al fin algo recelosa ante la descripción que le acababa de dar sobre ella misma – Huí porque prefiero alejarme lo más rápidamente posible de un extraño en un callejón oscuro antes, que quedarme a descubrir si tiene malas intenciones conmigo… y mucho más si ese extraño acaba de descubrir que soy una mujer – Le contestó tras suspirar algo más relajada, pero aun sin dejar de mirar las posibles vías de escape que tenía a su alcance.

-Yo acudí a este sitio buscando algo de soledad para poder pensar ¿Y tú? ¿Qué haces en un lugar como este y sin compañía de ningún tipo? No pareces de aquí ¿Acaso has venido en alguno de los barcos del puerto? – Preguntó, mientras normalizaba su respiración y se preparaba para huir de nuevo si era necesario.

Cargando editor
13/10/2016, 20:51
Tommaso Bresiano

El hombre escucho mientras miraba al lugar que hablaban. “Con el corazón y los ojos.” Corrigió aunque mas con una intensión de agregar mas a sus palabras melancólicas, dejando ver que al menos en eso compartia con ella.

“No te obligare ni te hare daño.” Le confirmo con una pequeña sonrisa. “Ya veo es una buena positiva, aunque sigue sin corresponderse a la amenazas que antes me diste. Pro supongo que las calles de esta ciudad dan ese comportamiento a la gente.” Comento encogiéndose de hombros sin seguir insistiendo por ese lado aunque pareciendo mirarte de otra forma, dando unas cortas miradas a las vías de escape que vos también mirabas.

“Crei que lo habia dejado claro me estoy asegurando si ocurre algo extraño en el puerto. No tengo compañía porque me muevo mas rápido solo.” Le fue explicando notando la forma en que se ponía ella. “Una parte de mi familia no es de aquí y mi padre se ocupo de viajar mucho por el mundo, asi que eso puede explicarte porque no paresco de aquí aunque naci en esta ciudad. Igual tienes razón he venido de un barco ya que hace un tiempo que no vivo aquí.” Continuo contestando las preguntas de ella con una naturalidad y calma de quien no tiene nada que ocultar.

“¿Que hay de ti? ¿Algun barco te ha traido a esta ciudad o sos una mas de sus particulares habitantes?” pregunto viendo si ella le correspondería con la misma moneda que la suya.

Cargando editor
14/10/2016, 01:34
Leonor Amore

-Con el corazón y los ojos – Repitió la damita, la cual agradeció que aquel hombre sintiera lo mismo que ella al admirar aquel paisaje tan sumamente hermoso.

Cuando Leonor escuchó que no deseaba obligarla a nada ni hacerle daño, se relajó un poquito más, aunque no pudo evitar fruncir el ceño ante las insistencias de Tommaso sobre sus palabras anteriores hacia él – Jajaja, cualquiera diría que estas deseando que de verdad me muestre amenazadora contigo. Puedes estar tranquilo, que si cumples tu palabra de no ser un desalmado, no tengo razón alguna para tratarte mal – Le respondió con una bonita sonrisa – Estás en lo cierto. En esta ciudad uno debe mostrarse fuerte y capaz de defenderse si no desea que algo malo le ocurra… Siento si he herido tus sentimientos – Finalizó en tono divertido, bromeando un poco sobre la situación, a pesar de que no le conocía de nada.

De nuevo volvió a escuchar la versión de su interlocutor y siguió sin cuadrarle demasiado. No obstante permaneció escuchando el resto de sus explicaciones antes de agregar algo más sobre ella misma a su inesperado encuentro – Lo dejaste claro, aunque sigo sin saber por qué deseas asegurarte de algo así en un lugar tan apartado como este, ni qué ganas con ello. No quiero poner en duda tu historia, pero me resulta muy raro que busques sucesos extraños en un sitio tan poco concurrido como este y sin ninguna razón aparente. Por mi parte te diré que ningún barco me ha traído hasta Venecia. Muy al contrario, he estado subsistiendo en las calles de esta ciudad y nunca he viajado a lugares lejanos como tú. No suelo deambular de noche muy a la vista de posibles asaltadores, pero hoy… bueno, necesitaba llorar la muerte de alguien querido para mí. Igualmente es bueno poder charlar con alguien, aunque sea tan misterioso como tu – Le respondió algo más triste, volviendo a colocarse el gorro con cuidado, para ocultar su condición de mujer una vez más ante cualquier otra persona que pudiera acercarse.

Cargando editor
14/10/2016, 06:18
Tommaso Bresiano

Encogió los hombros ante su sugerencia de que la estaba provocando. “Es posible aunque se ve que no es algo que pueda lograr fácilmente.” Comento dándole un corto vistazo a la sonrisa de ella antes de volver. “No te preocupes solo me sorprendió tu reacción.” Devolvió con una sonrisa tranquila y pasiva tomando la broma de ella aunque pareciera más por educación que porque le pareciera graciosa.

“Razones no me faltan para estar aqui y justamente un lugar como este, abandonado, puede servir como un buen lugar para que algo fuera de lo común ocurra sin que la ley se dé cuenta Leonor.” Le aclaro pronunciando por primera vez su nombre con un tono claro y sin vergüenza. “Es por eso que estoy aquí en una tarea de vigilancia, y si es necesario tambien estoy preparado para la confrontación por si algún encuentro raro ocurre. Algo así como el encuentro que estamos teniendo.” Volvió a explicar e incluso ejemplifico de alguna manera usando el encuentro con ella.

“Lo lamento por la pérdida de tu ser querido. Tienes mi pésame.” Dijo con un tono más humilde y viéndose más sincero mientras buscaba entre sus pertenencias algo. “Respecto a mi siendo misterio, no creo que esperes que te cuente todo de mi vida en nuestro primer encuentro. Eso volvería aburrido los demás.” Respondió con cierta galantería finalmente sacando de su ropa un pañuelo para ella.

Observo el gorro que volvía a usar la joven negando con la cabeza. “Sabes esa actitud tuya me hace sospechar muchas cosas, entre ellas que escondes algo, más allá de que eres mujer, con un simple gesto. Aunque es claro que con tu apuro por descubrir una vía de escape tampoco das confianza. Puedes decir que es por la vida en la calle, pero si me permites decirtelo no te ves tan mal como otras personajes que he visto en la calle.” Declaro como si estuviera algo aburrido con la actuación de ella. "Dime Leonor, que es lo que verdaderamente haces?" termino preguntando imponiendose un poco en su actitud.

Cargando editor
15/10/2016, 01:19
Leonor Amore

Leonor no entendía qué quería decir con que algo raro ocurriera, pero no parecía que fuera a sacar más información de la que ya tenía, por lo que decidió no insistir mucho más. No obstante, cuando el hombre que aseguraba ser Veneciano a pesar de su aspecto comenzó a comportarse de forma suspicaz con ella, su sexto sentido volvió a alertarla de que algo no andaba demasiado bien. ¿Qué quería decir con que estaba preparado para la confrontación por si algún encuentro raro ocurría, algo así como el encuentro que ambos estaban teniendo? ¿Acaso quería dejarle claro que estaba a punto de usar la fuerza de alguna manera contra ella?

-Gracias por el pésame – respondió aun poco convencida de hacia dónde estaba siendo reconducida esta conversación – Lamento haber mencionado que eres misterioso. Realmente estás en tu derecho de no contarme nada de tu vida en nuestro primer encuentro, al igual que yo también estoy en mi derecho de no hablar de la mía – Afirmó, pagándole su secretismo con la misma moneda.

-Igualmente he de decir que todo el mundo esconde algo más allá de su condición de hombre o mujer, y aunque no me veo tan mal como algunas personas que hayas podido ver en las calles, tampoco me veo tan bien como otras muchas. La razón por la que me doy prisa en descubrir una vía de escape es la que me ha mantenido viva todo este tiempo hasta ahora. Confiar en extraños que te aseguren que no van a hacerte daño, es la forma más rápida de morir aquí… aunque seguro que con tantos viajes ya no recuerdas como es la vida en Venecia. Lo que verdaderamente hacía era extenuar mi cuerpo hasta el punto de no poder obsesionarme con el hecho de que no volveré a ver a mi amigo con vida nunca más. Si me crees o no, no es mi problema, porque que yo sepa pasear por las calles no es ningún delito, y creo que estás sobrepasando el límite de mi intimidad. – Le respondió ligeramente asustada, volviendo a mostrarse retadora ante aquel extraño que la interrogaba como si fuera una delincuente, a pesar de sentirse como un animal acorralado en estos momentos.

Cargando editor
15/10/2016, 02:27
Tommaso Bresiano

Asintió entendiendo la respuesta con la misma moneda que le daba ella. “Tienes razón. Con el tiempo nos enteraremos de la vida del otro, aunque al menos conseguí un segundo encuentro contigo así que me conformo con ello.” Comento sonriendo divertido ante que ella pasara a un tema más confortativo.

“¿Estas segura?” preguntó al escuchar que ella no se veía como otras personas. “Excepto por tu ropa, te ves más radiante que otras personas, más hermosa que alguien que pasa hambre y tu actitud parece tener cierto orgullo que me imagino en ciertas personas especiales.” Comento pareciendo querer expresar algo a ella pero sin dejarlo del todo claro.

De nuevo asintió esta vez cuando ella se refirió a la vida en Venecia. “Tienes razón no entiendo del todo la vida en las calles en las calles de Venecia, pero lamentablemente donde viajo tampoco es tan seguro como piensas. Hay muchos individuos peligrosos, más que aquí en Venecia.”

Entonces sonrió más grande ante el final de sus palabras como si algo en sus palabras le causara cierta diversión que ella no se enteraba. “Hay mejores formas de hacerlo. Existes mejores formas de olvidar una tragedia así vivida.”

Cargando editor
16/10/2016, 18:56
Leonor Amore

Leonor se sorprendió cuando aquel extraño se tomó las licencias de asumir que ambos tendrían un segundo encuentro. No podía evitar pensar que le parecía muy atractivo, pero algo le decía que Tommaso era peligroso, tanto por su actitud dominante, como por el gran enigma que le envolvía.

De nuevo volvió a insistir al afirmar que ella no se parecía a cualquier pobre de la calle. Aunque es cierto que últimamente había podido comer algo mejor al haber tenido la suerte de encontrar a Camila primero y luego a Konrad, en lo más profundo de su corazón no se sentía tan afortunada como cabría esperar, al haber perdido colateralmente su libertad. – Vaya, no sabía que la belleza tuviera algo que ver con el estatus social… Mira, he sabido moverme en estas calles lo suficientemente bien como para no pasar tanta hambre como otros, aunque mi actitud no es menos orgullosa que la de muchos que conozco. – Le instruyó, recordando a Sabino y sus seguidores e incluso a Naywa.

-Tampoco estoy diciendo que no hay peligros del lugar de dónde vienes, pero está claro que crees que los Venecianos que nos hemos criado en las calles, somos sospechosos tan solo por mostrarnos precavidos y no sonreír al primer extraño con el que nos cruzamos.– Le corrigió, volviendo a dejar claro su punto de vista y justificando su actitud desconfiada.

Ante la amplia sonrisa que le dedicó cuando ella le contó la razón por la que corría, Leonor se sintió completamente indignada y exasperada. Ella se había sincerado al decirle que acababa de perder a un ser querido, y él estaba formulando bromas de mal gusto al respecto, y sugiriéndole algo que claramente no era para nada inocente - Sinceramente pienso que eres un presuntuoso y un oportunista. Habrá mejores formas de olvidar la muerte de mi amigo, pero puedes metértelas por donde te quepan. Cada uno se enfrenta al dolor como le parece, y tú no eres nadie para decirme cómo tengo que lidiar con el mío. No te entretengo más en tu labor de buscar “sucesos extraños” en medio de ninguna parte. – Se mofó, ridiculizando su labor – Que pases una buena noche.

Dicho esto, se apresuró a salir corriendo de nuevo por las vías de escape que había detectado antes, aprovechando que había descansado lo suficiente durante la conversación, como para recuperar fuerzas para una nueva carrera.

Notas de juego

Jajaja, la jovencita echa a correr de nuevo. ¿Saldrá el malote a su encuentro? ^_^

Cargando editor
18/10/2016, 02:52
Tommaso Bresiano

“Cierto, cierto. El orgullo es algo común en todos los italianos y en este caso de los Venecianos sin importar el estatus. Pero hay diferentes formas que uno puede mostrar su orgullo, algunos lo hacen de forma más vulgar mientras alguien con mayor conocimiento lo hacen de otra forma.” Comento sonriendo dando un mayor acento al modo menos vulgar.

Suspiro. “Sospechosos no sería la palabra que usaría. En especial cuando no te hecho nada más que ayudarte con tu gorro caído y a levantarte cuando te has caído. Vos también eres una extraña para mí y me haz amenazado igual me encuentro hablándote.” Le respondió corriendo lo que ella había dicho pero como tantos otros temas parecía querer dejarlo detrás.

Aunque termino guardando silencio cuando dijo las últimas palabras la pelirroja, pareciendo entender cuál sería la última consecuencia de estas. Sin interponerse a ella la observo escabullirse, aunque de nuevo la chica no llego demasiado lejos de nuevo pareciendo tropezar con algo. Sin embargo la joven estaba más atenta no solo con el individuo que quería dejar atrás, sino con la superficie del camino que tomaba para no cometer el mismo error de antes, por lo que noto con algo de temor como una sombra intervenía en su escape enredándose en una de sus piernas y posicionándola en una forma nada natural.

Al caer de nuevo al suelo como lo había planeado Tommasio de nuevo quedo alcanzable para ese hombre misterioso. “Es natural que sea oportunista naci en esta ciudad, pero a diferencia de muchos Venecianos se como enfrentar el dolor de una muerte. No es llorando o escapando sino trabajando para que esto no vuelva a pasar para que nadie pase lo que estas pasando ahora pequeña.” Comento acercándose aun mas mientras sentias como tus piernas eran atadas por una soga oscura que no podias ver. “Yo pasare una buena noche interrogando a una chica que parece tener relacion con musulmanes.” Dicho se puso a su costado y la ayudo a pararse de nuevo apoyándola contra la pared ya que con las piernas muy juntas le costaba ponerse bien en pie.

Cargando editor
18/10/2016, 14:04
Leonor Amore

Tommaso continuaba intentando sonsacar información sobre ella, buscando romper las barreras que había generado a su alrededor durante tanto tiempo. No entendía por qué tenía aquella fijación con una chica de la calle, pero estaba claro que no se daría por vencido tan fácilmente. Aun así, le gustó que mencionara que le parecía más educada que otros, sobre todo teniendo en cuenta que ella había intentado no serlo en absoluto, para tratar de pasar aún más desapercibida.

-Jajaja, tienes mucho descaro al proclamar que te he amenazado, cuando lo único que te pedí fue que no te burlaras de mí porque soy más peligrosa de lo que piensas, aunque solo con los desalmados… Esa es una buena forma de retorcer las palabras de alguien ¿No te lo han dicho alguna vez? ¡A presto stronzo! ¡Espero que te vaya bien! – Se defendió, justo antes de terminar de despedirse y salir a la carrera antes de que pudiera atraparla.

No obstante, algo la hizo tropezar de nuevo sin que pudiera evitarlo. Aquello no era posible puesto que no estaba cansada y, además, había mirado muy bien por donde pisaba para no cometer dos veces el mismo error. Una expresión de desasosiego se dibujó en su rostro al comprender que no había sido su torpeza la que la precipitó al suelo la última vez, sino que unos oscuros zarcillos hechos de sombra se habían interpuesto en su camino, aferrando su pierna y logrando que de nuevo mordiera el polvo.

Sus ojos se abrieron de par en par al sentir como sus dos pies eran afianzados con sogas invisibles, al tiempo que Tommaso se acercaba irremediablemente hacia ella y la levantaba como si no pesara nada hasta apoyarla contra la pared.

Leonor supuso que no serviría de nada, pero instintivamente sacó el pequeño cuchillito oculto en su bota y trató sin éxito de cercenar los tentáculos sombríos que le impedían el movimiento. No obstante, tras ese vano intento de zafarse de aquel aprieto en el que estaba, los grandes y azulados ojos de la jovencita miraron fijamente a su captor con expresión desalentada, al tiempo que permaneció inmóvil, sin saber muy bien si guardar el cuchillo o usarlo contra él, aun sabiendo que posiblemente la situación se tornaría peor para ella.

-No… no es un crimen hablar con musulmanes – Dijo al fin, tratando de recobrar la entereza – Además, mi amigo ya está en el cielo. – Finalizó con los ojos vidriosos, aunque sin atreverse a llorar ante aquel ser que posiblemente la había estado siguiendo desde la plaza y que seguramente no albergaría sentimientos dulces para con ella.

-¿Vas a hacerme daño? - Preguntó al fin, sintiendose bastante indefensa a pesar de mantener el cuchillo en la mano.

Cargando editor
18/10/2016, 19:45
Tommaso Bresiano

El cuchillo pareció alejar las sombras de tus piernas por un momento pero en realidad se movieron hasta pegarse en tu brazo como si fuera un animal con vida propia. Para luego pegarse en la mano de la joven haciéndole sentir un ardor que la obligo a soltar su daga antes que pudiera hacer amenaza alguna al hombre.

Luego de eso la sombra volvió a retomar los pies de ella para tenerla atada. Tommaso por su lado mientras eso pasaba la seguía sujetando por su hombro escuchando sus palabras y mirándola a sus grandes ojos azules como si nada sobrenatural estuviera pasando.  “Solo si deseas hacerme daño y no hablar.” Le respondio con un tono calido a pesar de la situación en la que estaban.

“Lo lamento por ti pequeña…” dijo tocando su mejilla con delicadeza hasta pasar a su cabello. “Pero no tus demás amigos no tienen que terminar de la misma manera. Eso es lo que quise expresarte.” Le explico mirandola con pena.

Suspirando la miro fija acercándose aún más a ella. “Que tal complotar con musulmanes para causar caos en una ciudad como Venecia. Eso si te parece un delito?” pregunto como si fuera una obviedad que estuvieras haciendo. “Leonor, yo estoy lejos de ser tu enemigo o alguien que te quiera causar mal. No soy un guardia o capitán, solo soy un hombre que pretende escuchar tu versión de los hechos sin que mas pase.” Le aclaro con un tono calmado dejándole mas espacio libre, aunque no sin que quedara para algún testigo como que estaban en privado esa noche en ese puerto perdido.

Cargando editor
18/10/2016, 23:02
Leonor Amore

Por un momento sitió que sus acciones podían incluso merecer la pena al ver como aquellos tentáculos se apartaban ligeramente ante el ataque de su cuchillo. No obstante, aquello fue tan solo un espejismo, puesto que treparon hasta su mano produciéndole una quemazón tan grande, que no tuvo más remedio que soltar el arma que sostenía.

A continuación, y estando ya desarmada, contempló con impotencia como aquellas crueles sombras afianzaban sus cuerpo dejándola de nuevo a merced del apuesto ser que tenía su vida en sus manos y que le hablaba con una dulzura que no correspondía para nada a la situación que estaba viviendo a su merced.

-¿Cómo podría herir a una criatura de la noche alguien tan insignificante como yo?
– Respondió con tristeza, sintiéndose estúpidamente reconfortada ante la caricia que le procuró y la calidez de sus palabras.

-No sé a qué te refieres… yo… yo no he hecho nada de lo que afirmas. Pocas cosas hay en el mundo que ame más que a esta ciudad y jamás causaría caos en ella de forma premeditada, sino más bien todo lo contrario - Se sinceró con cierto tono de tristeza en su voz, sabiendo que posiblemente no la creería – Dime… ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué piensas eso de mí? Está claro que nuestro encuentro no ha sido casual y que no descubriste mi verdadera naturaleza por error, por lo que me gustaría saber de qué se me acusa y quién te ha enviado. Te prometo que trataré de contestar a todas tus preguntas lo mejor que pueda, ya que has dejado muy patente que me harás daño si no hablo.