Partida Rol por web

La mujer sonrió ante las palabras y la actitud de ambos. “No digas esas cosas, a mí me hace bien entrenarte. Me sirve a mí también como entrenamiento y a estar preparada para cualquier táctica.” Comento con media sonrisa de complicidad refiriéndose al primer encuentro de práctica que habían tenido.

Sonrió divertida ante la broma de Leonor, aunque pareció limitarse a si misma no por el gesto de molestia de Esmail sino por algo más. “Prefiero ganarme mi propio dinero.” Dijo apoyando su mano en la de Esmail para tranquilizarlo, algo que rápidamente consiguió. “Así fui criada buscando mi propio dinero con trabajos que muchos saben que no abandono a menos que haya algo mayor que me lo impida.” Comento mirándola fija ante sus últimas palabras.

“Bueno ya saben que estoy bien. ¿Qué desean hacer ahora?” pregunto con una sonrisa dando una mirada de costado a otras personas que estaban sentados y también al tipo con vendas que la pequeña habia empezado a notar que los vigilaba tanto a ella como a Esmail.

Esmail la miro a ella ignorando por el momento a Leonor y termino expresando que se quedaria, tomando algo del alcohol que le habia servido Naywa.

Leonor supo al instante que algo no andaba bien. Naywa estaba sobreactuando por alguna razón que no comprendía, y estaba claro que Esmail también se había dado cuenta de ello. Al final, parecía que el escriba era bastante más espabilado de lo que hubiera parecido en un principio, y había quedado claro que no tenía nigún problema en ponerse de su parte cuando se trataba de ayudar a su amiga Naywa, lo cual decía mucho en su favor.

-Los dos sabemos lo cabezota que eres, por lo que no te convenceremos, aunque me debes una por dejarme solo para nuestro entrenamiento. Jajaja, seguro que estarás deseando ir a entrenar ahora mismo para quitarte esa deuda lo antes posible, pero no te preocupes que entiendo que estás relajada tomando algo de vino, por lo que puedo esperar si quieres. – Respondió, mintiendo claramente para que ella tuviera una excusa para salir de allí si así lo deseaba, o para quedarse aquí con ella hasta que estuviera libre de las obligaciones que la retenían.

Dicho esto, la joven pelirroja decidió simular que bebía de aquella copa, pero sin llegar a hacerlo realmente. Suponía que no había nada malo en su contenido, pero ya había pasado por algo parecido antes y no deseaba que aquellos hombres les drogaran a los tres sin que fueran conscientes de ello.

Asimismo, decidió disimular todo lo que pudo mientras observaba hasta el más mínimo detalle de la sala y de la gente que allí se reunía. Cualquier cosa que pudiera servirle de pista para entender qué era lo que estaba sucediendo allí.

“Deseo mucho ir a entrenar contigo pequeño, pero sería de mala educación que me vaya en este momento de la fiesta además no tenemos permitidos salir de noche. Tal vez mañana.” Comento la morena sonriendo cómplice a la pelirroja, poniéndole excusas que no eran de su control. “Incluso tal vez sería bueno que se quedaran y conocieran gente.” Sugirió observando como la pequeña daba un vistazo a la gente.

La mirada de Leonor se encontró con otras de algunas personas que extrañamente parecían detectar su mirada rápidamente para pasar a enfrentarla aun cuando seguían charlando con otros. Pero por suerte no todos eran igual los danzarines andaban en lo suyo, algunos hombres se encontraban jugando a los dados apostando grossos que por las sonrisas de ambos parecían sobrarles. Mientras el vendado la miraba mientras se tomaba rápidamente su trago, con un claro objetivo de emborracharse tal vez por el dolor.

“El hombre de pelo y barba oscuros que esta con los dados es el dueño de la casa.” Comento por lo bajo Naywa, sin señalarlo ni nada. Recordabas que su nombre era Reis y por lo poco que lo examinabas no parecía alguien demasido especial. Aunque no sabias bien, solo sabias lo que veias que usaba joyas de oro en dedos y orejas, que sonreía mucho pero no tomaba tanto y que parecía mas un mercader que un guerrero.

Con la respuesta que recibió por parte de Naywa quedó bastante evidente que su amiga no podía o no quería dejar aquel lugar. Teniendo en cuenta que había un toque de queda, mucho se temía Leonor que ellos no podrían salir de allí tampoco, al menos hasta la mañana siguiente. Por todo ello, esperaba que a Konrad no le sentara mal su ausencia o, quizá, que tuviera otras cosas más importantes de las que ocuparse como para no preocuparse demasiado por ella.

-Será un placer quedarnos contigo. Además, ya es tarde. – Respondió educadamente a su invitación, no sin antes darse cuenta de las miradas que enfrentaban a la suya propia entre los miembros de la sala – Y dime, ¿Ya te ha ofrecido el trabajo? ¿Necesita por un casual a más gente? – Preguntó adoptando el rol de alguien que tampoco tiene mucho dinero para comer.

Después de aquello, tan solo añadió muy de pasada y no demasiado alto, más que nada para comprobar la reacción de su amiga – Por cierto, no hemos visto a ningún guardia en todo el trayecto hasta aquí ¿Es normal?

Si Konrad aguantaría o no la ausencia de Leonor era algo que debería descubrir mas tarde, ya que en ese momento se encontraba con el dilema que traía la imposibilidad de irse o al menos que no fuera fácil irse por las palabras de Naywa.

Por su lado Naywa sonrio y le apoyo a ella también una mano en el hombro como habia hecho antes con Esmail, en señal de agradecimiento. “Si ya tengo un trabajo, nada importante solo un trabajo de guardia de algunas mercancías.” Comento sin demasiado interés en dar muchos detalles. Fue ante tu segunda pregunta que la joven no pudo esconder un gesto de incomodidad y tardo un poco en contestarte. “Busca en otro lado. Reis tiene la mala costumbre de jugar con cierta gente.” Comento en un susurro fijando sus ojos en ti, incluso viste a Esmail asintiendo levemente a las palabras de ella.  

Naywa tomo de su copa y se relajo aun mas en su almohadón pidiendo que ambos se acercaran, imitando el volumen de la pelirroja. “No es normal. Pero quien se ocupa de la guardia hoy no son los mismos que otras noches. Por eso les pido que se queden esta noche aquí.” Comento con un rostro sombrio mas de lo que habias visto en todas las veces que estuviste con ella. “Leo, vos supongo que no lo entenderas pero en ultramar hay otra clase de costumbres.” Agrego como escuza.

De nuevo la confianza con la que su amiga le pasaba el brazo por encima hizo desconfiar a la pequeña, la cual decidió imitarla en sus maneras, demostrándole a los presentes que eran bastante más cercanos de lo que lo habían sido nunca. De hecho, Leonor procuró demostrar ante cualquiera que les observara, que Esmail también era alguien de confianza para ella y que no existía ninguna rivalidad entre ellos.

-Me alegra que ya tengas trabajo. Lástima que como guardia yo deje mucho que desear – Afirmó encogiéndose de hombros, haciendo ver que entendía que la morena no deseara continuar ahondando en el tema.

No obstante, cuando los dos ahí presentes asintieron en aquel código tan personal ante las explicaciones de Naywa sobre la forma de actuar de su gente y de Reis en general, la joven huérfana se sintió algo excluida, al estar totalmente de acuerdo con ella en el hecho de que en ultramar hay otra clase de costumbres. Su cabecita intentaba encontrar una explicación para todo aquello e incluso para el tono sombrío con el que hablaba, pero lo único que podía intuir era que la guardia estaba realizando algún tipo de ajuste de cuentas, cosa que tan solo le llenaba el corazón de inquietud.

-Naywa… cuando puedas quisiera hablar contigo en privado ¿crees que sería posible? – Le susurró intentando que nadie les oyera.

Esmail la miro raro a la joven, pero no dijo nada e incluso siguió el acto con algo de incomodidad que esperabas no notaran los demás porque si no se notaría que estaba actuada esa amistad entre ambos.

Aunque cualquier intento de actuación se fugó en el joven cuando le pediste ese favor que no solo Naywa pareció escuchar. Te miro de mala manera aunque Naywa por su lado suspiro y se quedo pensando mientras se te separaba de su abrazo. Por un tiempo la reunión entre los tres quedo algo tensa y la mirada que te dio Naywa te hacía pensar que no podrían hablar en privado en ese momento.

“Esmail, podrías ir con el de las vendas que hace rato que nos mira mal. Trata de calmarlo si puedes.” Comento ella por lo bajo señalándole con la cabeza a quien en un principio se habia visto como su compañero. “Leo. Tenme paciencia, que estoy muy nerviosa ahora mismo. No tuviste que venir por mi.” Le comento acechándose mas a la joven mientras tomaba de su copa.

Leonor permaneció en silencio esperando la respuesta de Naywa. Estaba claro que deseaba aclarar qué le había ocurrido para irse de aquella manera en la mansión Ziani. Además, necesitaba saber si ella había podido ver a su supuesto enemigo, el cual había enviado a los guardias contra ella de aquella forma tan brutal.

No obstante, cuando la jovencita recibió aquella respuesta por parte de la morena mujer, Leo esperó a que Esmail se encargara del hombre quemado para inclinarse, simulando que bebía de su copa y hablarle al oído. Su tono de voz bajó aun más si cabe, justo antes de responder a la petición de la musulmana.

-Cuando quieras y te sea posible, Nay. Vine por ti porque pensé que fuiste atacada al igual que yo, pero podemos hablar mañana si lo prefieres. Haría cualquier cosa por mi princesa.

Dicho esto, se acomodó aun más en los asientos, dispuesta a dejar pasar la noche si era necesario y esperando que aquel acto no le supusiera un problema con su Domitor.

Naywa sonrió sinceramente ante la respuesta de Leonor, pareciendo olvidarse del resto para abrazarla por un pequeño instante. “Mañana es un mejor momento. Quédate cerca de mí mientras dormimos aquí. Los tendré a ambos a cada lado para que no haya celos.” Comento con un tono algo bromista mirando de costado a Esmail cuando pronunciaba sus últimas palabras.

“Mañana hablaremos bien. Eso si, si no me encuentras cuando despiertes no te asuste que nos encontraremos en nuestro lugar de prácticas.” Agrego en un susurro acercándose a ella y clocando su vaso con el de ella. “Ahora trata de disfrutar lo que puedas.”

Lo noche trascurrió con tranquilidad para ambas chicas la música continuo invadiendo el cálido hogar de Reis, incluso en un momento se les volvió a unir Esmail que habia terminado de hablar con el hombre vendado que se retiro a una habitación con sus incidencias. Al parecer el hombre se encontraba muy enojado pero Esmail lo habia convencido para que se durmiera en vez de hacer una escena a lo que Naywa confirmo que no seria su primera vez.

Tras ello volvieron a los músicos y danzantes para olvidar un poco de la tensión del ambiente dejando que los movimientos cada vez menos gráciles de los bailarines los distrajeran. Al menos hasta que uno cayo tras varias copas desmayado en el piso y los otros decidieran tomarse un descanso que termino con todos durmiendo.

Mientras los apostadores habían terminado hace rato con el mas joven algo molesto pero haciendo su mejor esfuerzo por sonreírle al dueño. Aunque su forma de alejarse de este confirmaba que no queria estar cerca ahora mismo.

El dueño dio un rápido paseo por todo el lugar saludando a los recién llegados y solamente dando su nombre antes de partir hacia el próximo invitado. Aun con Leonor y Esmail no se quedo mucho tiempo al recibir una negativa de hacer apuestas con él.

Por lo demás los demás invitados se fueron quedando tranquilos charlando entre ellos haciendo que toda esa noche pasara con una tranquilidad extraña que la joven no conocía al nunca antes haber estado en una fiesta como esta que sin que se diera cuenta fue apagándose hasta llegar el momento de dormir.

A la mañana siguiente despertó en la cama simple que habían puesto en el suelo para los invitados, con Naywa al lado aunque dejándole un espacio a la joven pelirroja para no invadirla de ninguna forma. Esmail estaba del otro lado de la morocha, mas cerca de ella de lo que estaba Leonor. Al mirar en la sala parecía la única despierta aunque ya faltaban algunos otros invitados y el dueño.  

La jovencita se sorprendió bastante ante el abrazo que recibió, pero lo aceptó con cariño y permitió que su amiga guiara el resto de la noche tal y como deseaba. No se quejó en ningún momento ni preguntó por qué estaba el hombre quemado tan irascible, ya que de todos modos intuía los motivos.

Por el contrario procuró disfrutar la fiesta, que era totalmente diferente a la que había asistido en la mansión de Gianna, pero con cierto encanto también. Al no tener Leonor ni un Grosso que apostar, Reis pasó de largo tras presentarse, aunque a la joven le pareció bastante educado en sus maneras a pesar de que saltaba a la vista que podía llegar a ser muy despiadado en otras circunstancias.

Finalmente, hasta los músicos y bailarines sucumbieron al cansancio y poco a poco todos fueron dejándose sumir por el dulce y reparador sueño, después de haber dejado sus conversaciones a un lado.

Cuando el sol despuntó el alba, la pequeña, la cual había decidido no beber nada la noche anterior, fue una de las primeras en despertar, sorprendiéndose gratamente al ver que Naywa seguía aun allí y no había desaparecido. Esmail también estaba con ellos y por un momento se alegró de ver al escriba a pesar de que éste no sentía ningún cariño hacia ella.

Su morena amiga se veía hermosa dormida, y durante unos interminables minutos estuvo dudando si despertarla o no, para poder tener aquella conversación que había buscado la noche anterior con cierta premura.

Finalmente, y tras una media hora más, posó la mano sobre el hombro de Naywa con delicadeza, y le susurró al oído –Buenos días Nay. Si lo deseas puedes seguir durmiendo y podemos encontrarnos en nuestro lugar de prácticas – la tentó para comprobar cuan cansada estaba antes de intentar despertarla de alguna forma menos sutil.

Al sentir la mano de la joven huérfana Naywa abrió los ojos con tal delicadeza y hermosura que seguramente Esmail se habría quedado totalmente embobado si habría sido quien hubiera visto despertar a esa mujer.

“Buenos días Leo. No te preocupes ya me levanto y vamos juntos para charlar.” Comento la mujer sonriendo contenta mientras estiraba las piernas aun quedándose en el piso. “Solo dame un tiempo que hablo con Esmail para que vuelva a su casa.” Entonces parecio darse cuenta de la proximidad de este, sonriéndole con complicidad. “Por suerte a vos no te gustan las mujeres sino habría terminada aplastada entre ambos.” Comento en broma pareciendo que se iba despertando rápidamente.

“Dame un segundo ya ire contigo.” Comento esperando ganar un tiempo de parte de ella. Tras una charla corta el hombre parecio no hacerse tanto problema con tal de que pudiera seguir durmiendo, algo que el hombre necesitaba ya que recordabas que a la noche estuvo bebiendo.

Finalmente con Naywa a su lado se dirigieron a la salida siendo recibidas por otro guardia, aun mas intimidante que el que vieron a la noche pero que sin muchas palabras las dejo salir. El sol se mostraba saliendo junto con alguna gente que salía a hacer sus quehaceres. Mientras avanzaban Naywa bostezaba sin ninguna vergüenza aunque seguía avanzando al lugar de entrenamiento. “Que noche…siento mucho el lio que cause.”

No pudo evitar mirarla embobada, al igual que Esmail habría hecho si el alcohol se lo hubiera permitido. Aquella mujer era toda una belleza. Y Leonor admiraba tanto su fuerza interior como su hermosa mirada cargada de fuego y determinación. Pocas damas estaban a la altura de aquella mujer y, en estos momentos, la frágil huerfanita hubiera dado cualquier cosa por parecerse mínimamente a ella.

-¿Quién dice que no me gustan las mujeres? ¡Todas sois lindas flores que merece la pena admirar! – Recitó como cualquier veneciano que se preciara - Es solo que sé cuando estorbo… No quiero granjearme un enemigo y tampoco deseo que termines suspirando por mí. – Finalizó con un guiño y una sonrisa pícara.

Tras permitir que Naywa hablara con Esmail, ambas pasaron junto al imponente guardia que no les quitó ojo y se dirigieron al lugar que habían estipulado para su entrenamiento. Leo se permitió mirarla divertida mientras bostezaba, sin dejar de pensar que aquello sería inconcebible para una noble de alta cuna, pero que en su amiga resultaba de lo más encantador.

Una vez que llegaron, la jovencita se puso algo más seria al comenzar la conversación que había estado esperando desde que por fin dio con ella – No te preocupes que estoy bien ¿Qué te pasó? Alguien se coló en la mansión Ziani al mismo tiempo que yo y asesinó a algún guardia. A duras penas conseguí salir de allí y cuando acudí a nuestro punto de encuentro, ese desconocido lanzó un jarrón hacia mí para indicarle a los guardias donde estaba y facilitar que me atraparan… Casi no lo cuento, y no verte hizo que me temiera lo peor. Pensé que te habían matado. – le confesó por fin, dejándole ver la razón por la que había estado tan preocupada.

Aun dormida y toda escucho tus respuestas y sonrio divertida, pero solo decidido negar lentamente con su cabeza en vez de contestarte. Otra cosa seria cuando salieran fuera del hogar de Reis. Afuera caminando por la calle Naywa no solo parecía mas tranquila sino que tenia una sonrisa mas sincera ante las palabras de ella. Aunque no tardo en ponerse mas seria cuando escucho el resto de ellas.

“Lamento decirte que quien estaba ahí adentro contigo y quien te tiro un jarrón, no debieron ser la misma persona.” Le informo mirando para adelante tal vez para que no se notara la tristeza y algo de vergüenza en lo que escuchaba. “Creo, porque no estoy del toda segura, que quien te tiro ese jarrón es quien me fue a buscar donde esta y me obligo a marcharme.” Continuo revelándote aunque sin der todo clara como si se cuidara de decir palabras de mas.

Miro a los costados y de apoco empezó a volver un trote su marcha, aunque esta vez dirigiéndose a otro lado distinto a donde iban. “Fue alguien de mi comunidad quien intervino en nuestros planes.” Comento en un susurro rápido.

El cambio de actitud de su amiga hizo que Leonor suspirara de alivio al ver que todo volvía de nuevo a la normalidad. A ella le gustaba mucho más la Naywa que conocía, en lugar de la mujer que había forzado abrazos y sonrisas en aquella fiesta.

Mientras iban acercándose al lugar de entrenamiento, la joven huérfana se sorprendió al ver que la morena no deseaba que mantuvieran una conversación allí y que la conducía hacia otro lugar. No obstante, lo que más la inquietó fue la confesión que le hizo sobre la intervención de alguien de su comunidad.

-Pe… pero ¿Por qué alguien de tu comunidad haría algo así? – Preguntó inquieta, bajando aun más si cabe el tono de voz para evitar que nadie les escuchara - ¿Crees que eran varios de tu comunidad los que entraron en la mansión Ziani? Quizá quisieron echarme el muerto de los asesinatos en la mansión. Lo que no entiendo es por qué, si yo estoy de vuestra parte.

La morena se quedó pensando un rato en tus preguntas. “Estas de mi parte, pero ellos no están del nuestro.” Respondió con tristeza. “Mira Leo no solo los Italianos tienen cierta…reticencia ante las relaciones entre ambos pueblos.” Le explico un poco mejor pero no era algo que terminaba de ser una respuesta satisfactoria.

“Además está el problema del lugar que visitábamos. Los Ziani son una familia muy importante aquí y si alguien me encontraba podría poner a los ya nerviosos fanáticos contra mi barrio. Al menos así me explicaron pero no pensaba que tras ello te intentarían inculpar de un posible asesinato.” Agrego la mujer morena que ya empezaba a mostrar donde era que se movían un pequeño puerto abandonado.

Tras acomodarse ella en el borde de maderas la invito a ella para que se sentara junto a ella.

-¿Cuando dices que no están de nuestra parte te refieres a de una relación entre un latino y una musulmana? ¿En serio? Pero… ¿Entonces por qué te mostrabas tan cariñosa conmigo en la fiesta de Reis? No comprendo por qué me abrazaste si eso podía suscitar peores miradas – Le preguntó algo confundida, intentando entender el verdadero motivo de todo aquello.

Cuando Naywa habló de la mansión Ziani y de que posiblemente deseaban cargarle el muerto a ella de los asesinatos, Leonor la miró muy seria, justo antes de empezar a hacerse una idea de que algo no cuadraba realmente en todo este asunto – Nay, no soy tan tonto como para no darme cuenta de que el hecho de que estuvieran allí ya es sospechoso. Yo tan solo te había contado a ti que iría a esa mansión ese día, por lo que me parece demasiada casualidad que justo en ese momento y lugar, la mansión Ziani fuera atacada de nuevo. Una de dos: O te siguieron hasta allí sin que lo supieras, o hablaste con alguien antes de nuestro encuentro. Te puedo asegurar que el que fuera que lo hizo no deseaba que me atraparan los guardias, sino que me quería muerto. Por lo que no sé hasta qué punto nos conviene a ambos seguir con esto. – Le confesó, hablándole con total franqueza.

-Voy a ser totalmente honesto contigo porque prefiero decir las cosas que me preocupan antes que guardármelas para mí, aunque pueda estar equivocado y ofenderte. Ya sé que tu grupo no respetó mi petición de esperar una semana como te pedí antes de atacar a los sectarios y que la secta fue asaltada por un grupo muy numeroso. No quiero pensar que me estás utilizando, pero comprende que después de casi morir anoche no tengo más remedio que preguntártelo directamente. - Argumentó, mientras se sentaba junto a ella en las maderas del muelle.

Asintió a tu pregunta y luego suspiro ante las palabras que siguieron. “En lo de Reis es un entorno totalmente diferente. Preferia contener rápidamente a ambos y mostrarlos como amigos mios. Si no lo hacia había una posibilidad que los echen o que alguien se acerque para provocarlos de forma que se arme una pelea, seria tras ello que te echarían de la casa de Reis dejándote para morir.” Comento con calma tratando de explicarse lo mejor posible pero incluso a ella le costaba. “Mirarte te miraron mal, pero no se armo un conflicto y eso era lo importante.”

“Tambien esta la posibilidad que ese ataque no tenga nada que ver con los mios.” propuso pareciendo molesta o intuir por donde queria ir la joven pelirroja. “Yo no he le dicho a nadie que pretendíamos invadir la masion de Ziani, por el simple motivo que si lo hacia no creo que me habrias encontrado en el lugar ya que era una misión demasido peligrosa.” Se defendió con algo mas de fuerza mostrando esa fiereza que habia visto antes, pareciendo rápidamente ponerse en la defensiva al menos en su tono.

Talvez fue por eso que guardo mucho silencio y espero hasta que terminaras de hablar antes de intervenir de nuevo. “Bien. La cruda verdad es que aunque ya me caias bien el dia que te pedi que fueras a ese grupo, te termine usando para buscar información.” Revelo con una mirada desafiante de quien no se arrepiente de lo que hizo. “Eras perfecto para la misión y además estabas dispuesto a hacerlo sin mayor recompensa que salvar a esta ciudad. Eso no es algo comun.”

Tras decir eso miro hacia el mar no queriéndola ver mas. “Mi grupo no respeto tu petición y si lo habría hecho habría sido por una decisión del grupo, no por tu petición. Esta secta no es europea vine del sur de Egipto, un territorio corrupto que los musulmanes nos encontramos tratando de limpiar por mucho tiempo. De vez en cuando algunos de sus corruptores escapan hacia Europa para juntar fuerzas y volver, mi grupo vio la amenaza y prefirió exterminar completamente a ese grupo. Eso que viste ahí no es nada comparado con lo que hacían en Egipto antes que llegaramos.”

-¿Crees que Reis o la gente que estaba allí me haría daño si me pillara a solas en vuestras calles? ¿Qué significa eso que dices de “dejarme para morir”? – Preguntó algo confusa, mientras asentía ante las razones que le daba para haber sido tan amable con ella.

Cuando Naywa habló sobre que el ataque pudiera no tener nada que ver con los suyos, Leonor miró a su amiga directamente a los ojos, algo confundida. Algo no cuadraba en todo esto porque realmente desconocía como era posible tanta casualidad en el momento en que la mansión había sido atacada. Como si alguien la hubiera planificado milimétricamente de aquella manera - ¿Entonces no crees que el hecho de que no hubiera guardias patrullando tu barrio no sea porque estaban en la mansión? Te prometo que no creo tener enemigos como para que alguien deseara que la guardia de los Ziani me matara. Todo esto me da muy mala espina.

No obstante, cuando su amiga le confesó que la había usado, los ojos de la huerfanita se volvieron ligeramente vidriosos sin llegar a derramar lágrimas. Sabía que era normal que la usara, aunque por algún motivo le dolía bastante que viniera de ella. Naywa era… era alguien my especial para ella que competía con Camila en su escala de cariño, por lo que aunque se repitiera una y otra vez que no era lógico que le sentara mal, aquello la hirió en su corazón sin que pudiera evitarlo.

-Nay… lo entiendo… Yo no soy nadie… es normal que me usaras… pero esa secta tiene aliados muy poderosos en esta ciudad, y temo por represalias. Por eso te pedí que esperaras. Yo… quería asegurarme de que alguien de esta ciudad acabara con ellos en lugar de que lo hicierais vosotros. – Le razonó a pesar de estar invadida por la pena. – Dime… ¿acabasteis con todos? Sospecho que había uno de esos vampiros que me mencionaste entre ellos, aunque yo no vi ninguno.

“Reis no lo haría no es un hombre agresivo. Alguna gente podría hacerte algo, pero los guardianes que no viste en la calle sí podrían haberte hecho daño. A eso me refiero cuando digo que te dejarían para morir en las calles de mi barrio, solo tenía que lograr que Reis te echara de su casa.” Le respondió esperando que ahora la entendiera mejor.

“Había guardias yo te dije, pero no los que andan en la ciudad todos los días sino de los nuestros. Generalmente se mueven como arañas, escondiéndose de la vista y esperando que la víctima caiga en sus redes.” Le explico pareciendo sincera en su creencia que los suyos no tuvieron que ver. “No sé quién fue, pero no fueron los míos.” Afirmo dejando en claro su pensamiento pero como antes manteniendo sus palabras cortas.

Aunque Naywa no la miraba fijo podia con solo mirarla de costado sentir el dolor que tuvo en un momento Leonor era algo que esperaba, junto con gritos de traición por parte del supuesto chico pero lo que vino fue diferente y no le gusto.

“Te use solo una vez. No nos conocíamos.” Entonces la miro con una mirada que pedía perdón aunque no lo expresaba con sus palabras. “Se tomó en cuenta posibles represarías, aunque tal vez algunos de los nuestros no lo pensó con claridad.” Admitió en un susurro mirando a los costados notándose el miedo que alguien la escuchara.

Nego con la cabeza. “No están muertos todos, pero mucho del trabajo que hicieron quedo destruido. Tardaran meses o años en reconstruir su fuerza…eso si se lo permitimos.” Comento sin nombrar al vampiro aunque presentias que no estaba entre las victimas del ataque.