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La Busqueda

Llegando a los necesitados (Prologo)

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18/01/2015, 22:02
Narrador

Venecia, la ciudad conocida por sus canales. Pero no solo por ellos sino por su clara falta de fe al aceptar sarracenos entre la población y además tener costumbre de comercial con ellos. Claude comprendía muy bien porque era esto, la ciudad y sus líderes hace años que son arrastrados solo por el dinero dejando la espiritualidad de lado para poder realizar este tipo de inmoralidades. Pero se suponía que el papa habia ordenado al cardenal Titus que se encargara de ello y que también consiguiera afianzar aun mas la tenue alianza que poseía el papado con este estado comercial.

Claude fue junto al Cardenal aunque en ningún momento este le dejo en claro como pretendía hacerlo para la molestia del Frances. Pero supo ocultarla bien siendo alguien acostumbrado a la política eclesiástica que muchos de los Obispos y Cardinales gustaban usar.  

Notas de juego

Falta otro post ;)

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18/01/2015, 22:30
Cardenal Titus Fabbian

Las numerosas cornetas con su estridente sonido fueron las que lo volvieron al presente. Era una señal de que el cardenal se encontraba cruzando el puente frontal hacia la Basílica de San Marcos, patrón de la Ciudad Estado de Venecia. No mucho tiempo después el sonido de la música se empezó a escuchar en un tono bajo y tranquilo en un principio para aumentar en su ímpetu ante la cercanía del Cardinal.

La gente tampoco se quedaba atrás alterándose al ver el carruaje, pero solo comenzando a empujar a los guardias de la ciudad cuando vieron al cardinal y la cruz dorada frente a ellos. Los sentimientos de la gente eran muy variados, unos estaban contentos incluso llorando de felicidad por la presencia del cardenal, otros se encontraban agradecidos por su llegada y se lo decían con gritos buscando tener al menos un corto contacto con este aunque los guardias no permitían aquello a nadie. Varios también parecían sentirse inspirados, los músicos tocaban animados y los pintores que andaban por ahí pintaban rápidamente con sus pinceles cuadros para inmortalizar el momento. Habían mas emociones, pero ninguna dejaba de ser positiva con el Cardenal por lo que todo el espectáculo era bien recibido por el grupo que acompañaba al Cardenal.  

Por su parte el Cardenal viajaba en un carruaje bastante ostentoso, que mostraba sin vergüenza alguna la grandiosidad que tan común era mostrada por la iglesia. El cardenal mostraba una enérgica sonrisa y además con sus manos levantadas al cielo bendecía a la gente que rodeaba su camino a la Basílica, a diferencia del Doge Giacomo Tiepolo que se encontraba sentado en el asiento del carro, bastante calmado y casi serio en comparación con el Cardinal.

A su alrededor viajaban jinetes con unas armaduras ornamentadas que seguramente envidia de los guardias con mayor estatus de la Ciudad de Venecia, que este momento se encontraban lo suficiente cerca para quedar opacados por los jinetes. Detrás de este venían los seguidores eclesiásticos que habían acompañado desde Roma al Cardenal, entre ellos Claude Frollo y su fiel guardián Jaçques de Chatillon. Este último comportándose de manera seria y disciplinada como correspondía a un soldado, saludando solo con la mirada a la gente de la ciudad. Claude podia imaginarse que se debia porque sabia que cuando llegaran a la Basilica, seria cermoniado sin piedad alguna por el Cardenal.

Al final de la fila de carros venia un carro especial trasportando una cruz dorada de considerable tamaño y monjes que entregaban comida mientras pasaban a la gente de la primera fila, consiguiendo si era aún posible más devoción de la gente que se había reunido en la plaza mayor.

Notas de juego

Cardinal:

Dogo:

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19/01/2015, 17:54
Claude Frollo

Claude observaba todo y a todos desde el corcel que montaba junto a Jaçques y delante de la enorme cruz de oro. Portaba en su mano derecha el báculo pastoral de plata, oro y marfil que le otorgaba la dignidad de Obispo de la Santa Madre Iglesia. Antes de salir de Roma había enviado ya cartas a los negocios que su familia poseía en Venecia avisando de su pronta llegada. Con eso se aseguraba el respaldo económico que le sería necesario durante su estancia. Así podía centrarse en lo verdaderamente importante: las almas de aquellos pobres venecianos...

Observó principalmente a las mujeres. Aquellas féminas de los estados italianos tenían el pecado escrito en la piel. Si bien algunas occitanas y alemanas habían demostrado tener escasos escrúpulos, las italianas parecían especialmente propensas a pecar y tentar al hombre para que pecara. Eso lo había constatado en los últimos diez años... Por fortuna para ellas, algunas tenían familias capaces de pagar el precio que costaba el perdón de su alma... Ahora había llegado a la Serenísima República para purgar a su población, a aquella manada de pecadores. Los buenos, piadosos y temerosos de Dios quedarían perdonados, pero los que trataran con el infiel o, peor aún, con el Maligno, tendrían un lugar reservado en la pira.

Pensando en estas cosas avanzaba tras el Cardenal, pensando en él también. Aquel hombre había demostrado impiedad en numerosas ocasiones. Titus era un hombre vanidoso como demostraba con aquellos baños de multitudes. Miró un momento al Dogo: él sí parecía un ejemplo a seguir. En aquel instante el Obispo de París decidió que tendría una o varias conversaciones con él en lo sucesivo.

Avanzaría tras el ostentoso carromato del Cardenal hasta la entrada de la Basílica de San Marcos. Una vez allí esperaría a que Jaçques agarrara las riendas de su corcel para bajarse más cómodamente. Una vez abajo se apoyó en el báculo y alisó sus ropajes negros, esperando a que Titus encabezara la marcha.

Notas de juego

¡Jijijijiji! ¡Ya comenzamos! =D

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19/01/2015, 19:52
Director
- Tiradas (1)
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19/01/2015, 20:24
Narrador

El trote hacia la Basilica se realizaba como había sido planeado por el grupo eclesiástico y el dogo.  No había duda que la gente que se encontraba en esa enorme plaza eran los más devotos al catolicismo, algo fácil de ver por el obispo que no notaba en ninguna de las personas acompañando el pequeño convoy, rasgos extranjeros de ningún tipo.

Por otro lado observando a las mujeres podía notar la hermosura natural que destacaba en las italianas con sus contundentes pechos que botaban de felicidad ante todos ellos. No habia duda que cualquier otro hombre de su comitiva, que fuera menos serio en su trabajo que Claude aprovecharía a mirar y tal vez en un futuro muy cercano buscar a una de las italianas para ocuparle toda la noche.

Casi completamente distraído por las visiones de aquellas pecadoras, le costo percatarse de que algunos de los guardias se ponían mas tensos incluyendo a Jaçques que miraba hacia la derecha a un punto que el obispo no terminaba de ver de qué se trataba. Aunque distinguía lo que parecía como una pequeña discucion entre unas personas, en mitad de la muchedumbre de gente a la derecha. Revisando al Cardenal y al Doge ninguno parecia darle atension alguna a ello o percatado si quiera.

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20/01/2015, 23:51
Claude Frollo

Claude comenzó a rezar en su mente. Aquellos cuerpos femeninos, creados por Dios pero hechos crecer por Lucifer... Cada sonrisa, cada guiño, cada coqueteo era una tentación hecha carne del Maligno. <<Ave Maria, gratia plena... Dominvs tecvm... Benedicta tv in mvlieribvs et benedictvs frvctvs ventris tvi Iesvs...>>, pronunciaba en su mente como si de un mantra se tratase. Y es que, efectivamente, parecía que la Madre de Dios era la única pura de entre las mujeres. Ni siquiera la madre del obispo se había salvado de su desdén por hereje...

Inmerso en sus oraciones, llegó a percibir tarde el tumulto que se había formado allá a lo lejos. ¿Qué era? Nada podía perturbar la paz de aquel instante...

-Jaçques, ve a ver qué ocurre y pon paz. Que no haya disturbios... 

Tras ordenar aquello, volvió a mirar al frente, siguiendo con su concentración y el control sobre su alma... nada de pecados...

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21/01/2015, 04:29
Jaçques de Chatillon

“Señor, al parecer se trata de un hombre que se acerca agresivamente hacia aquí y los demás ciudadanos parecen enojados con ello.” Le informo en tono neutro, para que supiera mejor que era lo que el guardia podía entender de la situación. Dicho eso pareció dudar un poco antes de empezar a cambian la dirección de su caballo para obedecer la orden del obispo, hasta que noto algo que creyo mejor informar rápidamente al obispo.

“Señor, al parecer unos cuantos guardias venecianos se están metiendo en la muchedumbre desde afuera. Tal vez sea lo mejor dejarles a ellos ese trabajo, ya que con todo su respeto prefiero quedarme cerca de usted por su seguridad.” Comento agachando la mirada en respeto mientras se dirigía a Claude.

Jacques raras veces desobedecía las palabras del obispo, pero cuando lo hacía siempre habia una buena razón para que lo hiciera. En este caso era una preocupacion que habia confesado antes al obispo, acerca del peligro de este pecadora ciudad estado.

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21/01/2015, 10:11
Claude Frollo

Cuando escuchó las primeras palabras de Jaçques, Claude dejó súbitamente de rezar y le miró algo alertado. ¿Un hombre que se acerca agresivamente? Miró en aquella dirección para intentar identificarle y desentrañar las verdaderas intenciones de aquel individuo. Oyó el segundo diálogo del guerrero, si bien lo escuchó poco atento como estaba al tumulto. Sin embargo, con lo que entendió se quedó más tranquilo. Asintió y miró hacia el frente. El Cardenal y el Dogo parecían ajenos a aquello.

-Está bien, pero no pierdas de vista nada, Jaçques -le dijo acercando casi imperceptiblemente su caballo al de él.

Si la guardia de la ciudad no atajaba el problema, quizá tendrían que apretar la marcha para llegar antes al edificio sacro. Aquello, al menos, fue suficiente para copar su atención y desviarla de la caterva de pecadoras allí reunidas.

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21/01/2015, 18:55
Narrador

Aunque existía la posibilidad que la guardia no lo detuviera, empezaba a parecerte algo complicado para un solo sujeto hacerlo. Primero que nada tendría que cruzar el muro de guardias Venecianos que se encontraba entre la muchedumbre y el clero, ocupándose que los primeros no pudieran acercarse o tan siquiera tocar a los segundos. Luego estaba la guardia que venía de roma, de los cuales la mayoría era veterana en su labor y no dudarían en ningún momento que matar primero al intruso y luego preguntar de quien se trataba.

Acercando tu caballo finalmente puedes darte cuenta del sujeto que Jacques estaba hablando, parecía usar gran abrigo con capucha que tapaba completamente su apariencia. Cerca notaban a un joven guardia que pronto increpo al sujeto sospechoso y ante la reacción violenta de esté le hizo recibir una estocada profunda en el hombro.  Pero para la sorpresa del Guardia el hombre no se dejo caer, siguiendo su embestida y aunque no distinguías del todo bien te parecía que el sospechoso habia tomado las manos del guardia, quedando ambos inmóviles en su batalla.

Esto aunque te parecía alarmante, no parecía con la demás muchedumbre cerca del convoy que al parecer no se habían dado cuenta de lo que pasaba y los que estaban alrededor del incidente no parecían dispuestos a ayudar al guardia que empezaba a achicarse ante los esfuerzos del sospechoso. Sin embargo el final fue del sospechoso cuando un pequeño clavo un cuchillo en él ganando toda su atención y dejando libre al guardia para que pudiera acabarlo apuñalándolo en mitad del pecho.

“Señor, mire ahí.” Señalo Jacques a otra parte de la plaza donde un hombre regio con la vestimenta de la guardia esperaba con los brazos cruzados junto a una pila de claros cadáveres que llevaban la misma vestimenta que el sospechoso. Un par de guardias también se encontraban ahí con una carreta lista para cargarse.

Pero mas que eso no pudiste ver, encontrándote cerca de la Basilica empezó a la organización para que cada uno fuera entrando. Nadie diciendo palabra alguna sobre ello, tal vez en un plan de conservar las apariencias para las masas ignorantes.

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22/01/2015, 22:43
Claude Frollo

¿Qué era aquello, por Dios Bendito? En la mente de Claude se conjugaban varias posibilidades que le permitieran entender lo que allí sucedía. No parecían asesinos enviados para matar al Dogo, ni a la comitiva del Vaticano. ¿Simples agitadores? Pero, ¿por qué eran capaces de avanzar tanto, y tenían el descaro de enfrentarse a la guardia? En fin, fuera lo que fuese interesaba sobremanera al Obispo. Pensó en algo sobrenatural, oscuro por supuesto, como ocurría cada vez que algo le parecía demasiado surrealista. 

-Jaçques, dentro de la basílica estaré protegido por la guardia veneciana, la del Cardenal y por Dios Todopoderoso. No creo que durante la misa ocurra nada, y menos en suelo sagrado -se persignó ante tal pensamiento-. En cambio, quiero saber qué ha ocurrido ahí. Ve a husmear y entérate quiénes eran y qué hacían los del carro, y ante quién responden esos atacantes. Búscame cuando termina la misa para contarme lo que has descubierto... 

El Obispo dibujó la Señal de la Cruz en el aire ante la frente del cruzado para bendecirle y se encaminó en el lugar que le correspondiera junto al Cardenal. Andaría lentamente, apoyándose en su báculo y mirando a todas partes aún con cierto recelo...

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23/01/2015, 18:58
Jaçques de Chatillon

Cientos de posibilidades aparecían en la cabeza del obispo, una de ella colocando la culpa en las fuerzas oscuras que generalmente infringían daño a los mortales con sus intervenciones. Pero nada era seguro en su mente, le faltaban demasiados datos para tener una idea fija en su cabeza.

Por lo que ordeno a su guardián la tarea de juntar información. Este asintió sintiéndose mas tranquilo de alejarse del obispo escuchando el razonamiento del obispo. Inclinándosele levemente en respeto, recibiendo la bendición que le concedía Claude “Hare como me ordena Señor, no le fallare.” Le confirmo antes de que se retirara perdiéndose entre la muchedumbre.

Notas de juego

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23/01/2015, 19:15
Narrador

El obispo había decidido entrar al recinto más importante de dios en esa ciudad, con algo de lentitud pero seguridad. Al parecer no creía del todo en sus propias palabras que había transmitido a su guardia, sobre la seguridad de este lugar. Aunque parcia ser el único con esos funestos pensamientos, ignorando a los guardias veteranos que esos debían de esperarse algo malo en todo momento y por eso la mayor parte del tiempo se los veía tensos. Mientras en el principio de la comitiva el Cardenal y Doge adoptaron la misma actitud seria y formal, mostrando su respeto al dios creador.

El lugar no se comparaba con la sede del papa o cualquier iglesia de gran importancia en roma respecto a su tamaño, pero el hermoso decorado de esta podía competirle sin vergüenza. Todo el aspecto de ella era uno limpio y casi nuevo como si hubieran renovado las pinturas hace poco y lustrado meticulosamente todas las piezas de oro que decoraban cada parte de la Basilica.

Dentro esperaba un Obispo vestido de purpura que se inclinó con esmero frente al cardenal mostrando sus respetos,  luego prosiguió a hacer lo mismo con Claude pareciendo ignorar al Doge en su muestra de respeto. Sin demora mostro su lugar a cada uno dejando a Claude y al Doge sentado uno al lado de otro en un lugar privilegiado junto a otros nobles y personas del clero de esa ciudad. Si bien todo parecía calmado y yendo de forma precisa como se había planeado, Claude no podía olvidar lo que había pasado afuera posiblemente por eso noto antes que el resto a uno de los sacerdotes de la ciudad tosiendo con brusquedad y poniéndose bastante rojo, antes de desmayarse en el suelo de la iglesia.

“Que esta pasando?” le exigió enseguida respuestas el Cardenal al Obispo de la Basilica.

Ese fue el momento que la burbuja en la que estaba el resto parecio romperse como había hecho la de Claude hace tiempo. En ese momento aun la gente no había entrado en la iglesia pero no tardarían en hacerlo y si encontraban al sacerdote desmayado podría causar un pánico general.

“Nada, hace días que no come en protesta. Seguro…” comenzó a decir pero se detuvo cuando uno de los guardias Venecianos puso al sacerdote con el rostro para arriba. Sangre empezó a salir de su boca y ojos, su rostro comenzaba a ponerse palido dejando en claro que no se trataba de un simple desmayo.

“Esta muerto…” dejo en claro el guardia, para cualquiera no lo suficiente perspicas. “Que hacemos, Dogo Giacomo?” pregunto y casi todas las miradas se pasaron al hombre esperando su respuesta, a menos que claro alguien hablara primero.

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24/01/2015, 02:42
Claude Frollo

Aunque Claude había ido andando atento a las sombras de la basílica, no había dejado de rezar en ningún momento. Avanzó en procesión y ocupó su lugar cerca del altar mayor, junto al Dogo. No iba a desaprovechar el momento y, mientras seguía pendiente de los preparativos, le habló para que solo él le oyera:

-Bienhallado, Dux. Como Obispo de París aún no he tenido ocasión de agradeceros vuestra invitación y hospitalidad -dijo sonriendo-. Espero poder reunirme con vos y hablar de varios temas con la mayor brevedad...

Iba a seguir hablando cuando la tos del sacerdote. Se paró y le miró, y llegó a persignarse cuando cayó al suelo. Claude se acercó para verlo mejor. Efectivamente, estaba muerto. Miró en derredor para ver las caras de los presentes. La del Dogo, la del Cardenal Titus, la del Obispo de Venecia, la de los guardias... Estaba claro lo que se debía hacer. El alma de aquel sacerdote estaba en juego.

-Está claro, Excelencias -dijo refiriéndose a Titus y al Dogo, aunque el que hubiese preguntado hubiese sido un guardia-. Deben llevar a este pobre hombre a la Sacristía, donde esté a salvo de las miradas de los comunes. Debe recibir la extremaunción para entrar en el Reino del Señor y creo... debe abrirse una investigación -añadió lentamente, paseando su mirada para crear cierta expectación-, pues nuestro hermano en Cristo parece haber sido envenenado...

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24/01/2015, 19:06
Dogo Giacomo Tiépolo

Antes del momento que revolucionaria a los que estaban en la iglesia, el Dogo habia escuchado las palabras de Claude.

“Luego de esta ceremonia tendremos una cena en mi mansión, a la cual también están invitados. Creo que ahí será un buen lugar para que ambos tengamos esa charla.” Respondió entregándole una sonrisa tranquila, aunque su mirada parecía quedarse en el Cardenal que ya había tomado su lugar y hablaba con el obispo de Venecia.  

Pero una respuesta a eso, debía esperar ya que en ese momento la toz de uno de los sacerdotes llamo la atención de Claude y su colapso llamo la atención de todos.

Notas de juego

Faltan post, ya te dire cual es el ultimo ;)

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24/01/2015, 19:08
Narrador

El obispo observo a las personas importantes en ese recinto, aunque para su futuro fastidio no solo eran el Dogo, el cardenal y el obispo los importantes. Tres miembros de la iglesia franciscana se encontraban en el recinto cada uno con un rostro que mostraba un gran desagrado y temor ante el cadáver. Tambien se encontraban dos nobles que parecían sorprendidos por eso, aunque solo uno de ellos parecía asustado y él otro, que parecía extranjero, parecía completamente enojado. Por ultimo pero no menos importante habían mercaderes que miraban consternados aquello, refugiándose en lo que parecían la familia de cada uno.

Fueron las palabras del Obispo parisino que atrajo sus miradas poco después cuando sugirió lo que debía hacerse, aunque en un gran momento de silencio nadie dijo nada mirando con suspicacia a los demás.

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24/01/2015, 19:10
Emilio Ziani

“Yo he visto a los Giovannis acercarse al sacerdote.” Dijo uno de los mercaderes. “Parecian hablar en secreto con este, supongo que fue ahí cuando lo envenenaron.” Afirmo bastante seguro de sus palabras mientras sostenía con sus brazos a sus hijos, que se encontraban con miedo tapándose sus propias miradas en las faldas de su madre.

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24/01/2015, 19:14
Dante Giovanni

El Giovanni que abrazaba a la que parecía su hermana que se encontraba llorando en su pecho, lo fulmino en ese instante con la mirada. “Como te a través? Diciendo esas cosas acerca de mi familia. Nosotros no envenenamos al sacerdote, este era un amigo de mi hermana.” Respondio rápido pareciéndose controlar lo suficiente para no ir a golpearlo.

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24/01/2015, 19:16
Emilio Ziani

“Ya…Todos sabemos cómo los Giovannis tratan a sus amigos y como lo hacen luego de que les dejan de servir. Además a tu familia seguro no le cuesta encontrar un buen veneno con los tratos criminales que llevan acabo.” respondio enseguida dando un claro tono de burla.

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24/01/2015, 19:17
Dante Giovanni

“Hijo de puta!” grito sin contenerse el Giovanni y estuvo a punto de pegarle hasta que se metió el noble extranjero. “Quítate del medio.”  A lo que el noble no respondio con palabras o algun movimiento, quedándose entre medio de ellos.

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24/01/2015, 19:18
Narrador

La discusión parecía elevarse demasiado rápido  evitando que ciertas personas pusieran un alto a esta. Los guardias tensos como siempre se quedaron cerca de las personas que debían cuidar no metiéndose en disputas de mercaderes. Por otro lado las tres personas que podrían poner un alto a ello, tampoco hacían mucho.  El Cardenal pareciendo irritado con esto mirando al Dogo, El Dogo mirando cansado a los comerciantes pero no diciendo nada y el obispo Veneciano mirando con temor a ambos.

Mientras Claude que se concentró en lo importante en ese momento empezó a tener una mala sensación con el muerto, como si algo anduviera muy mal con este. Era una sensación muy extraña que nunca habia sentido en un cadáver, algo que le hacia pensar en sacarlo de su vista rápidamente.