Partida Rol por web

“¿La única?” pregunto extrañada. “Querida creo que deberías aprender primero a insistir un poco, que tus necesidades son muy importante y además mas con un hombre que amas pero es medio timido.” Comento la mujer como un consejo.

Entonces cuando ella acepto sonrio grande. “Dejame buscar entre mis cosas.” Pidió mientras iba a una bolsa que ella habia traído pero hasta ahora no habia hecho referencia alguna. De ahí saco un pequeño frasquito con un liquido oscuro. “Tomando de este brebaje estarás cada dias mas cerca de hacer tu deseo realidad aunque como todo también necesitaras alguna practica que yo estoy dispuesta a darte.” Le dijo ofreciéndole el liquido que de por si olia dulce y su sabor era aun mas dulce pero eso solo lo sabría si lo probaba.

Gianna la miró y no le gustó aquello que dijo pero no acotó nada al respecto.

-Bueno, entonces tal vez quiero eso que me ofreces.

Estaba algo confundida, no quería tener a Cirino a fuerzas. Queria que él la amara, no así pero podía pensarlo un poco.

-¿Qué cosas tendrías que enseñarme?

Una cosa era verdad, la noble estaba muy interesada en lo que aquella mujer tenía para decirle. Sus ojos clavados en los de la diosa, la cual ni siquiera tenía nombre y ella confiaba ciegamente en la extraña o al menos eso parecía.

“Tomalo…cuando quieras no es algo que te insistiré.” Decia mientras lo dejaba en tus manos manos.

Sonrio grande ante la pregunta de ella como si la hubiera esperado. “A conseguir lo que quieres, a hacerte entender lo suficiente para que nada que no quieras te ocurra querida o al menos ocurra lo menos posible. Yo veo en ti que tienes muchos deseos y lo entiendo porque yo también tengo muchos deseos en mi interior.” Comento acercándose a ella. “Tus relatos son magnificos y me hacen sentir mas cerca de ti porque veo en ti algo que a mi me ocurre, con otros gustos por supuesto pero eso no es lo importante.”

“Lo importante que tus ojos brillan cuando me consta esto y estoy segura que lo hacen al recordar el lindo placer que viene de estos encuentros. Por lo que en principio me gustaría enseñarte a que estos ocurrieran con mayor frecuencia…” dijo con una comodidad interesante, que no creías que encontrarían en otras damas venecianas y tal vez por ello tenias esa confianza. “Lo primero que tengo que decirte es que no tengas miedo, ese brebaje es para darte mas confianza y no forzara a nadie como lo hacen las pócimas de las brujas.” Dijo bromeando al final.

“Veamos piensa en Cirino, piensa en un momento donde lo encuentres trabajando con mucho entusiasmo. ¿Que harias?”

Gianna a pesar que estaba escuchando atentamente, lo cierto era que cada vez entendía menos o quizá sólo era que estaba demasiado preocupada por lo que podía pasar, así que solo asintió con calma, al fin que si usaba o no aquella bebida, sería cuando ella lo decidiera. Luego pensó en lo que le estaba diciendo acerca de qué haría si encontrara en esa situación a Cirino; Gianna levantó la mirada clavandola fijamente en ella y sonrió.

-No hemos tenido mucha oportunidad estos días pero...

En verdad no era eso, más bien era otra cosa y como confiaba en aquella mujer, se lo tenía que decir.

-En realidad me ha dolido que él no haya en busca mío. Es como si no quisiera saber de mí, me esquiva, parece que quiere estar lejos de mí.

Esa era la verdad, era lo que ella sentía desde la última vez que habían estado juntos.

-Aunque, respondiendo a tu pregunta yo diría que lo sorprendería, cerraría la puerta y le haría el amor antes que aparezca mi tío...

La diosa parecía contenta con que lo tomaras, aunque al final no te vieras tan segura de ingerir el contenido.

“Mmm me llama mucho la atension que te esquive de esa manera…” Comento viéndose algo preocupado y tal vez un poco molesta ante eso. “Pero no creo que quiera estar lejos de ti, por lo poco que vi detrás del escenario ese hombre te quiere. Piensalo si no te quisiera no te habría invitado fuera.” Comento la mujer tratando de disipar las dudas que tenia la noble.

Sonrio con picardía cuando escucho su respuesta. “Entonces hazlo. Espera a que venga a trabajar y asegúrate que este solo antes de saltarle encima como se merece por dejarte con las ansias.” Le aconsejo sonriendo grande. “Olvida lo demás.”

Gianna sonrió, la mujer tenía razón y ella por fin parecía entrar en razón pero no sabía muy bien para que.

-¿Sabes qué? Tienes razón, no sé si me quiere o no pero yo lo quiero y quiero volver a estar con él.

Se lo pensó un rato.

-Esta noche está mi tío pero se va mañana por la mañana de viaje, creo que será el momento.

La abrazó sorpresivamente, cariñosa y la miró a los ojos.

-¿Por qué haces esto por mí?

Estaba curiosa.

El diosa parecía aun mas complacida con las palabras que le dabas, mostrándose contenta con tu nueva resolución. “Si, suena como un buen momento para increparlo. Luego vendrá lo que estoy seguro que no debo explicarte y tu sabes muy bien.” Comento con una sonrisa traviesa.

Aceptando el abrazo se lo devuelve antes de responder a su duda. “Porque me caes bien querida y no quiero ver que te marchites de esta forma frente a mi. Aunque no se note soy una mujer que le encanta hacer a la gente feliz, pero contigo es algo mas especial contigo desde el principio vi algo brillante en ti…” decia mientras sus ojos se mostraban fijos en ella y una sensación calida venia acompañada de las caricia en la espalda que le hacia la artista a Gianna. “Es algo diferente a otra personas y no quiero que ese brillo se muera por lo que siempre piensa que todo lo que hago es para que brilles como la diosa que eres.”

Gianna escuchó a la mujer con atención, realmente la hacia sentir tan especial como los hombres de su vida y a la noble eso le encantaba si era honesta y lo era. Había algo en aquella mujer que la hacía sentir deseo o tal vez era lo que había bebido o no lo sabía pero no quería averiguarlo de momento.

-Me encanta lo que dices y como lo dices pero dudo mucho que yo esté cerca de ser una diosa.

Aunque se sabía guapa y atractiva para todos los sexos, lo cierto es que era tan mundana como la que más así que no se detuvo a pensar en ello más pero si se acercó a la mujer y le dio un beso suave en la mejilla.

-Gracias por todo lo que haces por mí, tú si eres una diosa.

Besó la otra mejilla.

-¿Puedo hacer algo por ti?

La diosa te miro, acaricio un poco tu cabello y te observo entera en cada parte de tu cuerpo admirándote como si en verdad pensara tus posibilidades para hacerte diosa. “Te falta algo de autoestima pero con el tiempo seguro lo serás.”

Se dejo besar en ambas mejillas y le devolvió un corto beso en los labios de ella. “Lo soy.” Acepto con total confianza en ella misma. “Continua siendo mi amiga Gianna y sigue mis consejos que te prometo que solo harán mejor tu vida.” Respondio con una sonrisa complice.

Gianna estaba contenta de tener a la diosa como amiga pero cuando la besó sintió algo que no había sentido nunca pero no se apartó, la miró sonriendo y disfrutando aún de aquel roce en sus labios.

-No imaginaría mi vida sin ti, así que no dejaré de ser tu amiga.

Le dio una abrazo suave pero firme y suspiró pensando en Cirino.

-Gracias por haberlo convencido aquella noche, sin ti no habría sido posible que me diera cuenta que amaba a mi primo.

Era una locura pero estaba dispuesta a luchar por aquel hombre tan distinto para ella a cualquier otro.

“Te lo agradezco mucho Gianna. No sabes lo mucho que significan para mi tus palabras.” Le dijo cariñosamente aceptando su abrazo tentándose a hacer mucho más.

Rio aunque no como burla sino contenta de lo que le decía. “Yo creo que te habrías dado cuenta tarde o temprano, pero es mejor que sea lo más temprano posible al menos así lo creo.” Comento sacándose algo de importancia en el papel que realizo esa noche. “De cualquier forma te dire lo que le dije aprovecha que lo tienes cerca y ve por él.” Le apresuraba con una sonrisa complice.

Gianna sabía que no tenía que agradecerle pero no dijo nada, se quedó callada porque estaba todo dicho.

-Bueno, iré por él en cuanto mi tío no esté.

Sonrió, la abrazó y se sintió mucho más tranquila que antes. El día estaba por llegar o bueno, la noche pero ese era su momento.

-Sabes que está es tu casa para cuando lo desees.

Y no lo decía como mera formalidad, era lo que la noble sentía.

La reunión con la diosa había terminado bien para Gianna, que había tenido el ánimo de ella y la promesa que empezaría a venir más seguido e incluso quedarse si era lo que ella quería. Pero no fue el mejor resultado de esa reunión sino el plan que se había planteado en la mente de la noble con su primo.

Tal vez por eso había podido dormí cómodamente mientras esperaba  la mañana siguiente, como había dicho la artista su tío se había retirado de la misión dejando a su primo trabajando con los libros contables en su oficina. Ella conocía suficiente de la mansión para encontrar el lugar que estaba muy fácilmente.

La puerta de la oficina había quedado medio abierta dándole la posibilidad de echar un vistazo dentro. En frente de la mesa más gran llena de libros, papeles y cuencos con tinta se encontraba sentado Cirino trabajando los números. Vestía en unos tonos calmados con una camisa blanca arremangada para no mancharse y un pantalón color marón, de un estilo más simplista parecido a los de tu Tio. Su rostro parecía concentrado en su trabajo aun no dándose cuenta de la mirada de Gianna en él.

Se deleitó con la vista un buen rato, le gustaba como se concentraba en el trabajo, eso era algo que también le gustaba de él porque no sólo tenía un deseo sexual por Cirino, amaba muchas cosas de él y no podía contra ello, era más fuerte que ella y entonces entró suavemente cerrando la puerta tras de sí sin hacer ruido pero era obvio que él iba a verla así que caminó rápidamente hasta el escritorio, de súbito apartó las cosas con cuidado y se sentó sobre la mesa de modo que él tuviera que ignorar los libros y claro, los números.

-Es increíble que tenga que venir a verte o me dejas en el peor de lls olvidos, caballero.

Su prima sonrió pero se inclinó sobre él tomándolo del cuello de la camisa y acercando sus labios a los de él para poder hablarle más de cerca. Su tío no estaba, los sirvientes estaban entrenados para no molestarla y evitar hablar de sus asuntos así que de lo único que tenía que preocuparse era de él.

-Voy a creer que no te gusto y no me quieres, promo...

Tenía un ligero aliento a menta, sus labios rozaban los suyos al hablar y olía a algo suave, rosas o fresas, no podría decirlo con exactitud. Gianna cerró los ojos y se apretó un poco más contra él, lo deseaba pero no sería a la fuerza, quería su cuerpo y su corazón.

Si bien suave la forma en que cerro la puerta Cirino parecía estar atento y la vio acercarse con una sonrisa de quien ve a un angel que lo esta rescatando de uno de los infiernos. La ayudo a apartar las cosas, teniendo solo un poco resistencia dejar los números de lado.

“Lo lamento mi bella dama, pero tu bien sabes como es mi querido padre.” Dijo con un tono algo dramático como siempre pareciendo interpretar una obra.

Por lo demás la dejo acercarse mirando aquellos carnosos labios de ella con cierto deseo antes de volver a su rostro. “Como podrías creer eso prima preciosa. Yo te quiero como a ninguna, me haces darme cuenta lo bello que es este mundo si le dio la vida a alguien como vos.” La halago como solo el podia hacerlo dejando que los labios de ambos se acercaran.

Respondio al deseo de ella besándola en la boca que tan irresistible le resultaba, un beso que no correspondería para nada entre primo pero como era un sobrenombre cariñoso entre ellos Cirino podia salirse con la pasión que mostraba cuando los labios de ambos se juntaban, se separaban y danzaban entre si.

Las palabras de Cirino siempre eran recibidas como debían, ella se enloquecida al escucharlo hablar así. Su cuerpo se encendía, no tenía que hacer demasiado para poner en ella el fuego encendido.

-Si, ya sé cómo es tu padre...

Pero no quiso ahondar en ello y cuando la besó, terminó por desatar la pasión que había en su prima. Los labios de ella se entre abrieron y sus lenguas se encontraron apasionadamente. Gianna extendió los brazos y se acercó más a él, su cara claro pero no alcanzaba con eso.

-Te he echado mucho de menos, mi cuerpo, mi lecho...

Lo mordió sutilmente y no se resistió más, se sento sobre a él a horcajadas subiendo las faldas de su vestido para poder estar cómodos. Desde ahí el calor de su cuerpo fue subiendo, no era algo que el bien portado Cirino pudiera ignorar y ella se dejó llevar en un beso aún más intenso que no detuvo hasta que ambos tuvieron que coger aire.

-¿Quieres olvidar números un rato, primo?

Su cadera se movía sutilmente encontrándose con la de él provocando su hombría.

El beso no solo había sido un placer para Gianna, Cirino también había disfrutado al juntarse con los carnosos labios de ella en un movimiento propio que podría ir sacando algo de las dudas que tenía antes Gianna. Pronto a pesar del escritorio se encontraban muy cerca el uno del otro.

“Yo también te eche de menos, pero parece que mi padre volvió con más trabajo. De cualquier forma esperaba ansioso a que vinieras a buscarme…” comento con una sonrisa a pesar que había sido interrumpido por su mordisco.

Aunque eso no le importó al tenerla encima de él y sentir el calor que irradiaba ella, algo que Cirino buscaba y por eso la abrazaba acercándola más. “Necesitaría algo de ayuda primita.” Decia mientras miraba la gran cantidad de papeles en la mesa, empezándolos un poco para dejar la mesa algo mas libre. “Crees que podías ayúdame aunque no estemos en tu cómodo lecho.” Comentaba con algo de dificultad al sentirla tentandolo.

-¿Esperabas ansioso? Mmm, tal vez te lo crea...

Gianna comenzó a besar su cuello, lamerlo a veces y luego rematar con pequeñas mordiditas para despertarlo más y ya lo notaba porque debajo de su faldón podía notar que el arma de su primo se estaba poniendo muy a tono con el deseo que ella sentía.

-Empiezo a notar algo muy tensa una parte de tu cuerpo... Tal vez necesites mas ayuda de la que pensaba, Cirino.

Se empujó un poco hacia atrás para quitarle la camisa sacándola por arriba y cuando lo hizo la tiró a un lado y comenzó a acariciarle el pecho y besar sus hombros, su cuello, sus tetillas, hasta que se incorporó de nuevo y bajó ambas manos para tocar su miembro acariciándolo por encima del pantalón.

-Lo justo es que estemos en igualdad de condiciones...

Rápidamente se quitó la parte de arriba del vestido, aquella que fungía como blusa y dejó su pecho al descubierto para él, tomó su rostro y lo encaminó hacia sus senos pero no lo apuró, esperó a que él hiciera lo que deseará y luego bajó sus manos para desatar sus calzas y meter las manos hasta tocar su dureza piel con piel.

-Te deseo tanto, amor...

Cirino sonrio galante como hacia generalmente cuando preferia que su sonrisa respondiera en vez de sus palabras y en especial en ese comentario sobre como la esperaba ansioso prefería que sus acciones hablaran mas que sus palabras.

Por eso cuando sintio los dulces besos húmedos de ella acompañados por mordidas, él realizo lo mismo en ella besando donde pudo encontrar la piel de ella e incluso empujando el largo pelo de ella para besar mas de su suave cuello acercándola con su mano para ir subiendo hasta pasar al lóbulo de su oído que no solo beso sino que succiono.

“Estoy seguro que igual sabrás la mejor forma de ayudarme con este predicamento.” Le devolvió con una sonrisa cómplice, mientras se dejaba empujar y sacar la camisa que pronto quedo lejos de su alcance. Aunque pronto tuvo el deseo de igualarla con él pero no parecía que por el momento elegiría dejándose llevar por el feroz deseo de ella que empezaba a decorar sus cuerpos con besos por todo su cuerpo.

“Por lo rápido que vas se nota que hace tiempo que tuve que visitarte.” Dijo con algo de simpatía aunque también con lamento en especial verla semi desnuda frente a él. Aunque ya antes que lo empujara demasiado hacia ella sabia lo que deseaba por eso se adelanto con ambas manos tomando con seguridad los pechos de ella y acercando su boca para empezar a besarlas y lamerlas como si fuera lo mas dulce en este mudo. Incluso se concentró en los pezones de ella succionándolos un poco antes de morderlo pero sin la fuerza de hacerle demasiado daño pero si unas mas marcas de sus dientes.

Su miembro ya para ese momento se encontraba mas que duro aunque a decir verdad con ya tenerla ensima besándole habría sido suficiente. Por lo que su mano dando aquellos sensuales toques acelero bastante ese proceso que empezaba a volverse imposible de restringir en sus pantalones.

“Entonces hazme el amor, Gianna.” Le respondio con una mirada que no solo mostraba deseo sino que cariño que solo iba para ella.

Gianna estaba más que complacida con el modo en que Cirino se manejaba con ella, adoraba esas miradas, esas sonrisas que la volvían loca encendiendo su pasión como pocos lo conseguía sólo con palabras y gestos.

-Es lo que he estado planeando...

Gianna se levantó en el momento que su boca liberó aquellos preciosos senos y se quitó el faldón de su bonito vestido, estaba como Dios la trajo al mundo por lo que él pudo ver. Con cierta dificultad retiró sus calzas y lo dejó desnudo a él, claro que la ayudó y entonces se sentó encima suyo de nuevo.

-Hace mucho que debiste ir a verme.

Mientras le decía eso sujetó su miembro y comenzó a frotarlo contra su sexo, podía sentir toda la humedad que ya le había provocado a la muchacha y ella lo miró mientras se sentaba encima de él dejando que el glande se adentrara en ella muy lentamente.

-¡Dioses...!

Se empujó contra él un poco más que la penetrara unos cuantos centímetros más pero volvió a levantar sus caderas para que saliera del todo. Se acercó a su boca y mordió sus labios sólo para volver a penetrarse ella misma en un movimiento to rápido y dejándose caer hasta el final lo miró a los ojos.

-Te amo, Cirino...

Se quedó allí sin moverse sólo sintiendo su miembro muy profundo dentro de ella y amoldandose su sexo a él. Aquello era la gloria.