Partida Rol por web

Tras ayudarla a que ambos estuvieran sin más ropa encima, volvió a su lugar en la silla disfrutando del lindo retrato de mujer que tenía enfrente. Uno que no sabía como pero lo impresionaba más cada vez que lo veía.  “Eres bellísima Gianna, ni venus se te compara.” Decía embobado mirándola. Pero claro no podía quedársele mirándolo, ni queria hacerlo.

Porque cuando ella volvió para tomarlo del miembro para hacerlo sentir lo que ya sabia que se encontraba mas excitada de continuar con este encuentro y él también lo estaba lo cual se volvía mas aparente con él yendo de nuevo a masajear su seno con una mano mientras con la otra ayudaba a que su  cadera se acomodara sin que tuviera que hacer todo el esfuerzo de introducirse ella sola.

Sin embargo ella no parecía necesitar ayuda con ella y por eso la dejo hacerle lo que ella quisiera disfrutando en gran medida cada vez que ella lo envolvía con su calido sexo dejando escapar un suspiro de felicidad.

“Yo también te amo Gianna” respondio aceptando como él solo su amor y soltándose de su mordisco para volver a besarla apasionadamente. Aunque eso no fue el final de su muestra de amor ya que no sentía justo que solo ella se moviera y empezo levantar la cadera yendo mas al interior de ella mientras la ayudaba a levantar su cadera con la mano. Pronto empezó a moverse con cada vez mas velocidad mientras la penetraba dejándose llevar por el gran deseo que tenia con ella.

“Gianna, no podría vivir sin vos.” Le decia liberándose un instante de su beso antes de volver a disfrutar su lengua por mucho mas tiempo.  

Estaba demasiado concentrada en sentirlo de todas maneras pero eso no evitaba que lo escuchara y se moviera cada vez un poco más. Los halagos eran lindos pero no sólo por lo que significaban sino porque se los decía él y eso para ella tenía más valor que cualquier cosa. De su boca salió un gemido grueso cuando él comenzó a moverse y ya no pudo más.

Estaba tan mojada que el vaiven era natural y ella tampoco se iba a quedar quieta, no había ido allí para ello, si o para montar a su amante como tanto deseaba. Se sujetó del respaldo de la enorme silla que los sostenía y se quedó quieta cuando le dijo que la amaba. Eso era lo que ella quería saber.

-Entonces te has ganado que te haga el amor toda la noche, te voy a secuestrar.

En verdad parecía que hablaba en serio, en la realidad era que lo haría pero sólo si él se lo permitía. Comenzó a moverse de nuevo, a veces arriba y abajo acompañando los movimientos de cadera de Cirino y otras veces hacía movimientos circulares, la humedad crecía y los gemiditos de ella también. Abrió los ojos para mirarlo y contestarle.

-Entonces no vivas sin mí, querido. Hagamos esto cada día y cada noche...

Aquello parecía excitar más a la mujer que lo montaba porque comenzo a galopar provocando que el encuentro por el movimiento de caderas de ambos fuera más profundo. El beso entre ambos se intensificó de modo que ella se sostenía en sus piernas como podía, el sonido de sus cuerpos era rítmico y ya en ese momento no le importaba nada, sólo ser feliz con él.

Los gemidos de ella lo alentaban a continuar moviéndose y penetrándola con mayor disfrute, aunque era mas cuando hablaba que terminaba entusiasmarse más. “Toda la noche…no creo que sea suficiente tal vez debas secuéstrame por mas tiempo.” Le respondió siguiendo le la corriente aunque claro estaba haciéndolo mas por humor que tan serio como ella.

Pero antes que pudiera pensarlo demasiado la sintio moverse con solo como él para arriba y abajo sino de una forma tan agradable que no podía mas que suspirar y tomar con mayor fuerza la cadera de ella no solo para que no se cayera sino para obligarla a quedarse haciéndolo toda la noche como habia prometido.

“Cada dia y cada noche…eso seria el paraíso en la tierra.” Decia soñador olvidando o queriendo olvidar cualquier otro tipo de obligación que tuviera con el resto del mundo para concentrarse en la hermosa mujer que tenia ahora mismo encima. Que empezaba a provocarlo para que apurara su ritmo en algo mas salvaje provocando no solo una fricción tan amada por ambos sino un ruido de los cuerpos al chocarse con el placer del otro.

Su mano continuaba masajeando sus senos sin darles la mínima piedad a esos montículos que no solo destacaban por su suavidad atrayente sino la dureza de su punta que pronto Cirino metía dentro de su boca para estimularla aun mas. Cirino siguió asi mientras al mismo tiempo miraba para arriba tratando de cruzar su mirada con ella, solo lo suficiente para llenarlo de deseo para dejar lo que hacia y clavarle un nuevo beso en esos labios que no dejaban de atraerlo.

Gianna no podía estar más feliz, tenía con Cirino placer y amor, su cuerpo se centraba en saltar sobre él con ayuda del joven hombre y cuando parecía que ella iba a apurar el paso, se detuvo y lo miró con picardía.

-Quiero tenerte la vida entera y hacernos el amor hasta que pidas piedad, Cirino...

Ella gimió cuando sintió la boca en aquel delicado pezón y se movió un poco como si fuera un juego, luego apretó las piernas a su alrededor y tras unos segundos lo liberó mientras se apartaba de él, aunque le costó mucho trabajo. Se sentó sobre el escritorio con las piernas semi abiertas y lo llamó.

-Ven a aquí y hazme tuya como si fuera la última vez.

Ella se sabía hermosa y lo provocaba jugando con el deseo de ambos. Lo miraba descaradamente y si, miraba su sexo sin contemplaciones, haciéndolo saber cuánto lo deseaba.

Los brincos emocionados de Gianna a veces eran difíciles de seguir por Cirino, pero no por ello disfrutaba menos de lo que hacía entre ambos con una pasión que difícilmente tenía en otros ambientes.

Suspiro cuando la vio detenerse, aunque su corazón latía aun con mucha fuerza algo que ella podía sentir. “Quisiera ver como lo haces…” le respondió desafiándola a hacerle ese amor que le costaría mucho para que pidiera que se detenga.

Cirino se sorprendió cuando ella se separó de esa forma no pudiendo evitarla no soltarla con sus manos mientras ella se dirigía a la mesa donde hace poco se había encontrado llena de papeles pero ahora tenia una belleza que entusiasmaba mucho mas a Cirino.

Sin demasiada demora se paro de su silla observando el sexo de ella copiando lo que hacía Gianna y mostrando una sonrisa de igual deseo. “Te hare mia como nunca hoy, mañana y pasado, siempre que me lo permitas de esta forma.” Dicho eso se internó entre las piernas de ella y maniobro su sexo hasta introducirlo en ella.

Si bien la primera introducción fue lenta para disfrutarla, sus siguiente movimientos si correspondieron a lo que ella le pedia, moviéndose dentro de ella con tal ferocidad rítmica que parecía mostrar que se dejaba llevar por la pasión que tenia por ella mientras buscaba sus labios para besarlos como si nada mas pasara.

Había algo que tenia Cirino que no tenía badie más y era la capacidad de hacerla sentir amada además de deseada. Cuando comenzó a bombear lentamente pensó que así se quedaría pero pronto cambio a un ritmo más frenético que se intensifica a por la humedad que provocaba en ella.

-Lo haré, serás mío como yo de ti...

Le respondió entre empujones y gemidos, claro que si alguien se paraba cerca de la puerta podía adivinar lo que pasaba pero ya no le importaba. Además, ellos eran libres, podían hacer lo que les viniera en gana. Sujetó a Cirino por la quijada y comenzó a besarlo de una manera indecente, saboreando su boca, su lengua, sus labios, todo lo que sentía que le pertenecía hasta que se apartó y se recostó en el escritorio.

-Deseo que me podrás cada día, mi amor...

Subió una pierna a su hombro y lo atrajo hacia sí, luego subió la otra y le sonrió con malicia.

-Adoro sentirte tan dentro.

Levantó las caderas golpeando contra él y suspiró, si, su Cirino era la gloria.

La humedad de ella le permitía seguir con ese movimiento que no era para nada delicado aunque sabía que ella no tenía ningún problema con ello o al menos así lo notaba en su rostro. Pero las palabras de ella lo terminaba de comprobar. “Yo ya soy tuyo.” Le confirmo antes del beso.

Cirino disfrutaba ese beso saboreando eso que ya había hecho cuando había entrado a la habitación para mostrarle su amor. De cualquier manera el sabor de ella no dejaba de ser delicioso y tentador para él.  

Distraído con ese pensamiento fue sorprendido un poco cuando uso sus piernas para acercarlo hacia ella. Regalándole palabras que le encantaba escuchar, tras lo cual sintió los golpes de su cadera devolviéndole con su propio ritmo. “Entonces me quedare bien adentro tuyo.” Respondió antes de volver a buscar un beso de parte de ella, mientras sus manos tomaban la cadera de ella ayudándola a moverla para que su miembro penetrara mas adentro como ella queria.

“Te Amo Gianna.”  Le decía tras dejar de besarla para empezar a besar su cuerpo, comenzando con su rostro las mejillas, labios y fue bajando por su cuello hasta terminar en los pechos de ella de ella. Saboreando la dulzura de ellos combinado con el gusto del sudor que empezaba a tener por lo que hacía. “Podre estar contigo todos los días, solo ven aquí y cuando pueda te visitara.” Le prometía dejando por unos segundos de besarla antes de volver a la lamerla como podia mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas. La promesa no era mucho pero podia ser un comienzo para ella que deseaba sacarlo de su timidez.

La noble estaba en el quinto cielo, aquello era lo que estaba deseando y lo tenía de tal manera que casi no podía creerlo. El hecho de escuchar a Cirino decir que la amaba disparó sus sensaciones sin que pudiera contener un primer orgasmo intenso que la hizo estirarse con fuerza empujándose contra él.

-¡Dios!

Pero la provocación que había obrado en él hicieron que él siguiera embistiéndola a gran ritmo y pronto ella estaba disfrutando de nuevo y gimiendo al ritmo de él.

-Haremos mas que eso, mi amor...

Ella tenía algo en la cabeza y no se lo podía quitar. Se incorporó mientras él se mantenía en sus pechos y se aferró a él con piernas y brazos. El movimiento de sus caderas era rítmico y con una cadencia única que se mezclaba con sus gemidos. Apresaba a Cirino con las paredes de su sexo aquel miembro con fuerza, jugaba con la entrada y la salida.

Cirino la sintió venir con el espasmo que realizo el cuerpo de ella aun con él dentro. Se la quedó mirando como hipnotizado las reacciones de ella mientras se acercaba a él, pero fue pronto cuando recupero el ritmo que tenía antes ahora ejerciéndolo con más facilidad ante el estado que había quedado el sexo de ella.

“Dime que haremos.” le pidió mirándola a los ojos de ella buscando una respuesta en ella, aun cuando su boca volvió a estimularla en los dulces pechos de ella pasando a darle mucha mas importancia por cada gemido que ella daba en lo que sentía como un premio para continuar.

Entonces la sintio mas aferrada a él tanto con sus brazos y piernas como con su sexo, provocándole que sonrisa con mayor deseo antes de volver a levantar la mirada. “Si me mantienes asi no tendre opciones de escape cuando llegue el momento.” Comento refiriéndose a cuando vendria aunque no parecía importarle y eso se mostro con sus siguientes acciones. Pasando una mano por detrás de ella hacia la mesa, para empujar el resto de papeles y libros ya sea a un costado o al suelo algo que realmente no le importaba en ese momento.

Pero lo que hizo luego seño ese final tomando su cadera para meterla mas en la mesa y luego con cuidado empujarla para que apoyara su espalda en la mesa y él con un esfuerzo se subiera a esta para estar ensima de ella. La mesa por suerte era de buena madera o asi parecía teniendo que aguantar el peso de ambos mientras las embestidas de Cirino no se detenían mas.

“Por dios Gianna, esto ya se esta volviendo loco pero me encanta.” Confeso Cirino que de nuevo la tenia cara a cara la besaba con paciendo estando muy cerca de terminar.

Gianna gemía y gritaba de puro placer, Cirino poco a poco o a convirtiéndose en el hombre que la hacía estremecerse en la cama y no sólo en ella. Trató de contenerse, de no confesar porque tenía miedo que eso pudiera provocar el arrepentimiento de su amado Cirino pero bueno, poco podía hacer en esa posición literalmente.

Estaba por abrir la boca para responder cuando él comenzó a mover todo tras ella, papeles, tinta, libros, todo fue a parar al suelo y a donde fuera, no le sorprendió pues ambos estaban fuera de sí y disfrutando de plenamente. Fue hasta que él estuvo encima de ella, penetrándola de una manera tan profunda que Gianna llegó a sentir que eran uno solo, fue entonces cuando se lo dijo entre gemidos.

-Nos..., vamos a..., casar...

Y al menos esa era su intención, no le permitió mucho, no quería que la odiará por romper el momento con aquella confesión por lo cual apenas terminó de hablar, comenzó a comerle la boca con pasión, mientras subía más sus piernas a sus caderas.

Al escuchar sus palabras se pensó que hacia referencia al matrimonio con Leonzio y por eso dijo. “Lo se, porque lo nombras a…?” empezó a preguntar antes que el verdadero significado de las palabras de ella quedara mas claro. Pero antes que digiera algo ella se lo impidió con un beso sellando sus boca con dulzura y haciéndole terminar como habría deseado.

Se habia detenido en el interior de ella tal vez por la confesión o porque quisiera disfrutar del momento. Pero no importaba cuando quisieran ambos este instante no podia ser infinito por lo  que se fue separado de ella tanto en los labios como el sexo mirándola con una gran mezcla en su rostro, que finalmente tapo cuando se tomo la cabeza exageradamente como siempre hacia.

“¿Me propusiste matrimonio?” pregunto finalmente cuando hablo. “Gianna no piense por un minuto que es un rechazo, porque mi respuesta siempre seria que si a un matrimonio contigo pero las cosas no son tan sencillas.” Comento sorprendentemente volviéndose mas racional luego de terminar. "Te amo Gianna y se que vos me amas, pero crees que mi padre o tu prometido lo permitan."

Gianna lo sintió apartarse, lo descubrió de cierta manera, lo había sorprendido y eso era verdad. Bajó la mirada cuando volvió a nombrar a Leonzio y luego comenzó a vestirse rápidamente, una negativa era una negativa la amara o no, así que eso era para ella.

-No voy a casarme con Leonzio, cancelaré el compromiso... En cuanto a mi tío, creo que podríamos convencerlo pero no si tú no estás convencido de ello.

Le sonrió y ya estaba casi del todo vestida.

-A veces hay que luchar por lo que uno quiere, ¿de qué me sirve ser huérfana, millonaria y solitaria si no puedo elegir al hombre o a los hombres con quienes quiero compartir mi lecho y mi vida?

Se acercó y le dio un dulce beso, quizá no había pensado en él y eso era demasiado para Cirino, ella era una egoísta.

-No te preocupes, olvida todo lo que te dije...

“Gianna…” dijo queriendo contestarle a su reprimenda, en especial porque la veía vistiéndose de nuevo a una velocidad que lo superaba. Por lo que se apuró a vestirse al menos con su pantalón mientras la seguía.

Por ese momento la dejo continuar hablando sin interrumpirla, pero no se quedaría ahí quieto mientras ella parecía dirigirse a una salida rápida de esa habitación. Tras el dulce beso que recibió le tomo de los hombros. “No puedo olvidarlo y tampoco lo quiero. Gianna.” Dijo acercándola a él para abrazarla con fuerza negándole un escape.

“A mí no me importaría no casarme si estoy contigo en tu lecho, incluso puedo llegar a aceptar a otro hombre si es que tu corazón asi lo desea…” dijo tal vez sorprendiéndola un poco aunque ella distinguía que lo ultimo no se veía del todo seguro en el rostro del contador. “Pero si quieres que nos casemos, ignorando los deseos de mi padre para esta familia entonces lo haremos pero no quiero que sea algo sin planearlo al menos un poco. Si lo hacemos asi de pronto es probable que salga mal y mi padre os separe para siempre.” Le explico haciéndole sentir el fuerte peso que tendrían que tomar si fallaban.

Ella lo miró cuando le impidió salir y negó con la cabeza, no se iba a poner tonta en ese momento que lo tenía para ella. Lo besó apasionadamente mordiendo sus labios con avidez.

-Quiero creerte pero no se...

Bajó la mano hasta su entrepierna y la frotó suavemente cerrando un poco su mano.

-Entonces..., ¿no te molestará que tenga otro y le haga lo que te hago a ti? Me parece estupendo, puedo vivir con eso...

Pero ella sabía que no era eso, quería mas y mas de él, sólo le quedaba aceptar que en ese momento no iba a conseguir mas. Metió la mano en su pantalón y lo miró sin dejar de masturbarlo.

-Vamos a mi alcoba, quiero que me poseas en la cama...

No esperó a que le respondiera, comenzó a tirar de él por los pasillos hasta llegar a su alcoba, un camino que él conocía muy bien. Cerró la puerta tras ambos y le arrancó el pantalón.

-No volveré a tocar el tema, ni a ti ni a mi tio... Ahora hazme gritar, amor mío.

Acepto el beso de ella aunque le genero algo de dolor su mordisco, pero a él no le importaba mientras la acercaba mas a él y le impedía salir de esa habitación para seguir con él. Aunque cuando la sintió acariciarlo en su entre pierna supo que no se iria, pero las palabras que termino diciendo ella le dejo algo desubicado. “No…no supongo que no me molestara, si luego vienes conmigo.” Le respondio con algunas dudas.

Sin embargo para su suerte la conversación siguió y la sintio dentro de sus pantalones mientras lo guiaba a la habitación de ella, no supo nunca como ninguno de los sirvientes apareció en ese camino que hicieron aunque mayormente agradeció que su padre estuviera afuera.

Pronto su pantalón dejo de estar con él al mismo tiempo que ella volvia a estar desnuda. “No es lo que te sugerí…” le respondio a sus ultimas palabras mientras la acercaba a su cama dejándola caer boca abajo aunque ayudándola a que se incorpore en cuatro patas. Sin demora lo sintio arriba suyo pero sin apoyarse permitiéndole a ella que pudiera moverse si queria, eso si corrió su pelo y coloco su rostro junto al de ella.

Haciendo sentir su masculinidad tanto en los cachetes como en los labios inferiores la provoco un poco mientras le besaba su suave cuello. “Te hare gritar Gianna, te hare gritar mi nombre con pasión.” Le informo antes de introducirse finalmente en ella hasta llenarla con una facilidad que le otorgaba lo humeda que estaba la noble.

Si había algo a lo que Gianna no podía resistirse era a un amante apasionado como estaba resultando ser su primo. El amor era en gran parte responsable de aquella pasión y por eso era doblemente bueno. Se dejó llevar a la cama, su enorme y preciosa cama.

-No lo podría gritar de otro modo, amor...

Podía sentir su sexo tocandola de aquella manera, provocándole como ella había con él al principio en la oficina. La noble se volvía loca de excitación.

-¿Es esto una venganza?

Sonrió pero no por mucho tiempo porque él la penetró de una sola vez y Gianna vio estrellas, apretó los músculos atrapando el arma de él y gimiendo con fuerza. Sus piernas temblaban con los empujones de su hombre que parecía ser otro desde que entraron en la alcoba, Gianna comenzó a moverse a su ritmo, soltando y apretando, jadeando, gritando y murmurando su nombre pero no aún como él había vaticinado.

No aún.

Cirino sonrio con malicia en ese momento. “¿Como podría vengarme de ti? Si no me has hecho nada malo en toda mi vida” le respondió aunque siguió provocándola todo lo que pudo observándola retorcerse de excitación como habia hecho él hace tan poco.

Sin embargo ni él soportaba ese juego sin querer meterse en el interior de ella irremediablemente. Por eso fue que se metio en ella con un impulso que correspondía al deseo que tenia en ese momento con ella. Escuchando ese fuerte gemido como una respuesta mas que placentera. “Gianna…” le susurro al oído haciéndose sentir en la espalda de ella con su cuerpo.

Conteniéndose aún menos le dio un abrazo que busco tomarla con fuerza desde atrás y sujetar esos senos que hasta hace poco habían estado botando libres guiados por las embestidas que empezaba a darle Cirino a Gianna.

Si bien habia deseado escuchar con mas fuerza el nombre él, ahora se encontraba mas que contento al tenerla casi contenida y sin salida en una forma mas posesiva de lo que ella esperaría de él. Tal vez por eso sus embestidas aumentaban en fuerza y su boca se alejaba de su oreja para pasar a lamer y morder de apoco su cuello, junto a sus manos que la apretaban con mas fuerza contra él.

Gianna estaba disfrutando más que nunca de aquella entrega, era como si lo que fuera que le hubiera dado la diosa, hiciera su magia en ella también y la hiciera no sólo sentir más deseo y placer del que hubiera sentido jamás.

Su cuerpo se movía ante las embestidas de su amado Cirino y ella había comenzado a gemir al mismo ritmo que él la poseía y cada vez lo hacía mas alto sin temor a ser escuchada ahora que estaban en su alcoba y era obvio que poco iban a poder ocultar el secreto de su entrega, sobre todo por que Gianna gritó su nombre en ese momento.

-¡Cirino!

Se mordió el labio un segundo pero luego siguió apretando y sosteniendo el ritmo nientras sus caderas iban y venían. Sus puños se cerraban apretando sus finas sábanas y finalmente estaba completa, al menos aquella noche. No pudo ni avisarle que no podía más y pronto comenzó a temblar gritando una y otra vez su nombre.

La embestidas siguieron junto a los agarres que parecían juntar mas fuerza y posesión sobre ella, volviendo a un mas un desconocido al contador que parecía transformarse en una bestia junto a ella. Si aquello era visto por alguien no seria algo creible para nadie, menos en la forma que actuaban cada uno.

Fue tras escuchar su nombre de los labios de ella que Cirino termino de nuevo en el interior de ella, de nuevo hundiéndose aun más en ella sin parecer preocuparse por el posible embarazo que podría sufrir ella. Pronto lo sentiste de nuevo con algo de flacidez y mas apartado hasta que lo sentiste salir.

Cirino cayo rendido a un costado de ella respirando cansado y mirándola, sin decir mucho la atrajo hacia él con sus brazos hasta tenerla apoyada encima de él. “Gianna. No sé qué haría sin vos no quiero perderte. Podemos seguir hablando del tema de la boda si quieres…”

Gianna sintió aquella descarga de su amante y sonrió, sabía que cabía la posibilidad de embarazarse de él pero se ocuparía de ello después. Volvió hacia él pero antes se desnudó por completo y se metió bajo las sábanas con él.

-No lo sé, no quiero que te sientas presionado por eso.

Mientras le respondía le acariciaba el pecho con un dedo y jugaba con sus tetillas cuando pasaba cerca.

-Yo sólo sé que no voy a perderte por nada... Incluso estoy dispuesta a aceptar que seas sólo mi amante pero quiero que sepas que es a ti a quien amo.

Era cierto, tenía a Bastien y lo quería, además era apasionado y viril pero era otra relación la que tenía con él. Con Cirino se imaginaba incluso teniendo hijos, si, aunque se casara con otro, los hijos tendrían que ser de él.