Partida Rol por web

“Nunca me incomodarías Gianna.” Le devolvió con una sonrisa sencilla, pareciendo rápido en meterse en el papel de su prometido mientras recibia esos besos. Tras ellos se los devolvió besando con cariño en la mejilla de ella, aprovechando para susurra unas pocas palabras. “Buena actuación prima.” Le halago en secreto entre ellos.

Rio un poco y negó su cabeza divertido. “Lo tendre en cuenta querida, después de todo lo que busco es que seas la mujer mas feliz del mundo.” Le prometió asegurándole que seguiría el consejo, pareciendo mas sincero cuando le garantizaba ser la mas feliz e incluso metio un guiño cómplice al final aprovechando la mirada de ella.

Tras el falso enojo de ella, Cirino le ofrecio su mejor cara de inocencia que haría pensar a mas de uno que seria imposible que él hiciera algo asi de malo. Aunque claro como ella sabia que estaba bromeando noto rápido lo exagerado de su gesto de chico bueno, además estaba ese antifaz que lo dejaba mas gallardo que inocente.

Ante la presentación de ella hizo una pequeña reverencia mientras seguía mirando con curiosidad a ese invitado, aunque le dejaba mas la conversación a su prima.

El enmascarado pareció mirarlos tranquilo durante su actuación, no interviniendo en ningún momento para desmentirlos posiblemente creyendo todo o simplemente dejándolo pasar para ver como continuaban con su acto.

“El placer es mio. Aunque admito que yo habría puesto otro apodo a su pareja por mis observaciones.” Confeso sonando divertido. “A usted le pondría la bella prometida y a él…afortunado.” Comento halagando a Gianna y riendo un poco de sus propias palabras. “Pero hay tanto que observar ya que hay veces que las parejas como las personas no son como se ven en un principio. ¿No le parece?” pregunto enigmáticamente a la mujer.

La joven noble se sintió halagada por lo que Cirino le dijo al oído, era la primera vez que se metía en un juego así y especialmente con Cirino pero lo estaba disfrutando mucho más de lo que hubiera pensado de saber que saldría aquella noche con él.

-Estoy segura que me harás tan feliz como yo a ti, mi dulce amor.

Habría sido muy difícil adivinar para nadie que no los conociera que realmenre no eran prometidos, que no tenían una relación amorosa pues los cariños que se prodigaban se notaban muy sinceros.

-Pero ya me haces la mujer más feliz, ¿o acaso veis por aquí una sonrisa más hermosa que la mía?

Gianna se acercó a sus labios rápidamente y sin darle tiempo a nada lo besó en los labios suavemente para luego susurrarle.

-Vuestra actuación es aún mejor, mi signore.

Entonces sus ojos volvieron al arlequín que terminaba divirtiéndola mucho, tanto que Gianna sonreía al escucharlo.

-Teneis razón, el muchacho es muy afortunado pero siendo honestos, lo soy aún mas yo. Sin embargo, debo daros las gracias por el halago. Le daré hijos preciosos, ¿no creéis?

Se acomodó de tal manera que una parte de su espalda descansaba en él y ella podía mirar de frente a la máscara.

-Es verdad, podéis ver a las personas pero no saber más allá. Sin embargo cuando habéis crecido con ellas, las conoces mas que ellos mismos, como yo a "Afortunado". Pero ya que sois bueno observando, ¿nos auguráis una buena y larga vida juntos?

No había nada de maldad en esa pregunta y Gianna se descubrió pensando en una posibilidad.

Cirino esta vez se sorprendió más del beso, tal vez arruinando algo de la actuación y no mereciendo ese halago de Gianna. Pero de nuevo se repuso sonriendo mientras revisaba a los costados como si esperara que encontrar a su padre.

Se sintió la sonrisa del arlequín aunque estuviera escondida detrás de una máscara. Los miro a ambos por un momento antes de responder. “Serán hijos preciosos seguramente.” Afirmo con total confianza como si pudiera ver en el futuro. Luego vino la pregunta de un futuro junto y ahí fue donde el arlequín parecio pensarlo por mas tiempo, meditando en algo que ninguno de los dos sabia. “Les auguro una buena y larga vida.” Repitió aunque dejándose ver que no había predicho verlos juntos por alguna razón.

Entonces se lo vio mirar al costado. “Ya empieza la obra, será mejor que nos quedemos callados.” Les pidió haciendo un gesto con su dedo tapando la boca de su máscara.

La obra comenzó con las palabras de un anunciador que informo primero sobre los actores que participarían en el escenario. Tras esa corta presentación donde varios a aplaudían tras ciertos nombres empezó la obra.

El primero en aparecer fue un hombre con una barba falsa y un sombrero grande, que trataba de imitar al Cardenal del papa. El hombre no venía caminando sino en los brazos de un hombre algo sucio que exageraba cansancio, no muy lejos había hombres vestidos de caballeros con unas armaduras que dejaban mucho que desear pero tenían la famosa cruz roja en sus pechos.

“Señores y pecadoras de Venecia…he venido a traerles la salvación.” Fueron las primeras palabras del hombre. “Venecianos escuchen mis palabras y tomen el ejemplo de mis disciplinados guardias…” empezó a decir aunque a los costados se comenzaban a ver un par de mujeres y un par de hombres que tentaban a los guardias de un lado y otro. “Como ven verán que la lujuria de su ciudad no los tienta.” Continuaba diciendo con los ojos fijos en la multitud, ignorando como varios de sus caballeros ya lo habían abandonado, dejando solo un puñado que antes se habían estado al fondo y ahora se mostraban. Eran hombres feos y desagradables que ignoraban a las chicas que habían vuelto para tentarlos y también ignoraban a los hombres.

Finalmente el Cardenal vio a sus soldados restantes suspirando. “Bueno al menos han quedado mis mejores soldados.” Dijo con cierto orgullo ignorando como uno de ellos se azotaba como loco y otro parecía cortarse para luego tomar su propia sangre.

Gianna se percató de la ofuscación de Cirino, no era difícil para ella saber cuándo alguien estaba bien y cuando no, había pasado demasiado tiempo entre demasiadas personas que intentaban mentirle pero no podía disculparse allí con él, no era el momento y ella lo sabía.

-No creo que nadie que nos conozca venga aquí, querido primo.

Dijo ella con una sonrisa y volviendo a prestar atención al que parecía mucho más parlanchín de lo que aparentaba. Lo que le dijo no le sorprendió aunque si la hizo sentir incómoda y tanto que se quedó callada durante algunos segundos. En realidad había dicho la verdad y sin saberlo había conseguido quitarle el buen humor, bueno, ambos lo conseguido.

-O quizás no, tal vez él quiera niños rubios de hermosos ojos azules.

Gianna ignoró a ambos mirando al frente, si, era mejor guardar silencio y continuar con lo que habían ido a hacer allí. Puso sus dos manos sobre sus muslos y fijó la vista al frente como si realmente nadie pudiera interrumpir en ese momento.

-¡Espectacular!

Ella había dicho aquello entre susurros, realmente no estaba poniendo especial interés en lo que acontecía sobre el escenario pero poco a poco se olvidó del mal momento y de todo en su vida para reírse con la obra. En verdad algunas partes eran grotescas pero eso no le importaba, ya en su casa había visto cosas peores. La muchacha aplaudió aunque hizo un gesto de repulsión cuando uno de los soldados pretendió beber su propia sangre pero aún así, siguió aplaudiendo.

-Es lo más divertido que he visto en mi vida, gracias por traerme.

A pesar que había tratado de ignorar a ambos, Cirino había notado su mal humor y de paso él también estaba mal por el comentario que había hecho el enmascarado. Por lo que abrazo a su prima con cariño y también de una forma defendiéndola de ese extraño.

“No íbamos a hablar de él.” Le susurró al oído haciendo referencia a su comentario que había entendido. “Disfruta la obra ya nos libraremos de él.” Le pidió justo antes que empezara la obra.

Por su lado el enmascarado parecía haber quedado cautivado con esta, no dándole más importancia a la pareja que tenia junto a él. Aunque asentía un par de veces a cada comentario que hacia la mujer viéndose sincero en su disfrute.

La obra continuo dejando claro que iban a su segundo acto. En ese el tipo vestido de Cardenal continúa en el escenario aunque se había agregado otro tipo. Por el aspecto y sombrero podías saber que se trataba de Dogo, sin embargo era visiblemente mas chico a pesar que se parecía bastante con cabello facial.

El Dogo parecía no muy contento, incluso se lo veía enfadado mientras miraba al Cardenal que parecía ignorar esa cara. De nuevo el que hablaba mas era el cardenal. “Quiero vino, oro, comida, mas oro y todo lo mas que pueda dar tu ciudad.” Le exigía sin dejar de sonreír a su pedido. “Tambien voy a querer sus soldados y oro de sus nobles.” Comento pareciendo obsesionado con su oro hasta llegar a lo ridículo porque casi respiraba más agitado por el oro.

Mientras el Dogo seguía con su cara de culo que sin duda era una exageración basada en lo que había pasado en la plaza la primera vez que había llegado el Cardenal. “Pero nosotros somos neutrales.” Le recordaba.

A lo que el Cardenal respondia riéndose con ganas en su cara. “Pero eres católico, cierto?” le devolvió suspirando. “Porque no eres como el anterior dogo, el veía lo que pasaba en el mundo, el contemplaba la situación para realizar la decisión adecuada y por sobretodo observaba las necesidades de su pueblo.” Decia con mucho orgullo dándole un par de golpes en la espalda al dogo, pareciendo realizar un tono especial en las acciones del anterior Dogo.

“El Dogo anterior era ciego.” Afirmo con total seriedad.

Nego con la cabeza. “Eso no importa. Igual deberías imitarlo cierra los ojos.” Dijo esperando a que el Dogo le hiciera caso antes de empezar a registrarle los bolsillos incluso a robarle el gorro. “Ves asi seguro tus pensamientos se hacen mas claro y puedes sentir mejor lo que pasa.”

Asintio una vez sin salirse de su cara de enojo. “Si…puedo sentir mejor…puedo sentir que alguien me esta robando.”

Gianna trató de dejar a un lado el mal momento, trató con todas sus fuerzas de olvidar y el abrazo de Cirino la reconfortó sobremanera.

-Como siempre tienes razón, querido.

Volvió a poner atención a la obra, si Cirino decía que se desharían de él, sin duda lo haría. La obra, aunque una comedia que la hacía sonreír y reír, también era muy realista, al menos para los ojos de la noble. No se imaginaba qué podría pasar si alguien de la Iglesia veía aquello por la transgresión del tema pero a ella poco le importaba eso.

-Un ladrón...

La noble sonrió por lo que acababa de decir aunque no lo dijo para nadie en especial. Por suerte la obra había conseguido que la máscara se calmara o perdiera interés en ellos.

-Me encantaría ver la cara del cardenal

No es que tuviera nada contra él pero lo cierto es que no habían tenido una buena primera impresión y estaba segura de que le había caído de la misma manera que él a ella pero también se quiso olvidar de él. Recargó su cabeza en el hombro de Cirino para esperar el tercer acto. La noche era perfecta de no ser por la máscara observadora que seguía por allí muy cerca de ellos. Suerte que no tendría que llevársela a la cena porque le daba la impresión que de ser así, preferiría cancelar.

Los ojos de Gianna buscaron los de Cirino y le sonrió.

-Eres espectacular y esto que has hecho hoy me encanta.

Eso era verdad y aún no se lo había agradecido lo suficiente.

El tercer acto solo ponía al Dogo en medio de la escena aun con los ojos cerrados. Aunque tras unos segundos los abrió para ver a su derecha una caja que habían llevado unos extras antes. Al abrir la caja y tirar algo de carne vieja junto a una cabeza falsa de cerdo salio un hombre con un pelo que parecía una melena.

“San Marcos, por favor aconséjame.” Le dijo y entonces todo lo que paso hace unos minutos tuvo sentido para Gianna que sabia del rumor acerca de unos comerciantes que habían robado el cadáver del patron de la ciudad de Venecia atrás de una caja de carne de cerdo. “Debo tomar una decisión importante que podría afectar a toda mi amada ciudad.” El santo no parecio hacerle mucho caso y se puso a jugar con un caballo de jugué te dorado como si fuera un niño.

“Siempre lo mismo, aun seguís enojado porque te robamos de tumba en Alejandria y te pusimos en una caja de carne de cerdo. O es porque asaltamos Constantinopla?” pregunto haciéndose el ofendido. “Eres alguien muy infantil.” Dijo mientras el patrón seguía jugando con su caballo y agregaba otro haciendo ruidos de caballos.

Negando el supuesto Dogo se dirigió a la izquierda. “Oh diosa del Mar dime que hacer, vos la esposa de todo veneciano.” Rezo y de ahí apareció una mujer muy hermosa casi desnuda excepto por unas pocas telas que le tapan en sus partes mas tímidas. La supuesta diosa llevaba ensima una gran cantidad de joyas falsas por todo el cuerpo que producían un ruido que casi las hacia ver verdaderas. “Que debería hacer? Oh diosa que nos da dado nuestra prosperidad!” volvió a preguntas mientras la diosa empezaba a danzar de una forma parecida al acostumbrado en el medio oriente, pareciéndose con los brazos a las olas del mar.

“¿Que se yo? Consígueme mas dinero o ya veras.” Respondio medio haciéndose la tonta pero amenazándole igualmente.

Finalmente el Dogo pareciendo deprimido quedo solo en el escenario mientras la diosa se iba y el patrón en la caja era sacado. “Bueno supongo que me toca tomar la decisión…con el mayor cuidado y precaución.” Dijo para luego sacar una moneda y tirarla al aire atajándola con la mano. Un pequeño vistazo lo hizo sorprender un poco y hacer lanzar un par de veces mas las moneda antes de tirarla para el publico enojado. “Que puta mierda.” Sentencio y se retiro del escenario. “Me ire a preguntarle a una prostituta.” Finalizo yéndose del escenario. Aquel fue el final abrupto de la obra.

Al terminar la obra unos cuantos que habían reido con ganas empezaron a aplaudir y otros aunque tranquilos tambien aplaudieron, al parecer dejando la idea que había sido un éxito aquella nueva obra.

“No fue nada querida, nada que no te merezcas.” Comento sonriendo con cariño, sin duda quería hacerla sentir mejor y eso había intentado al llevarla a esta comedia que no había visto antes. Aunque la comedia parecio darle mucha gracia. “Te hace pensar un poco todo esto….” Comento pensativo. “Igual me agrada que te haya gustado.” Dijo y sin mayor advertencia le dio un beso a ella en los labios uno corto.

“Quieres ver si podemos conocer a los actores?” pregunto levantándose un poco, sus ojos fijos en ella aunque se notaba que hacia el esfuerzo de no ver al arlequín junto a ella.

Gianna estaba atenta como una niña pequeña, se sentía cuidada y segura al lado de Cirino, era como si de pronto, mientras miraba a los actores aparecer y desaparecer, sua problemas hubieran desaparecido como por arte de magia. Sin duda, Cirino había hecho una gran elección, no se imaginaba como el muchacho podía conocer aquellos sitios pero le encantaba porque era una parte de él que estaba descubriendo por primera vez.

Aunque todo fuera una comedia, la verdad era que entre líneas decía mucho de verdad y eso, suponía, era sólo para unos cuantos entendidos. Fue a tapar los ojos de Cirino juguetonamente cuando la mujer diosa apareció, en realidad era hermosa. Para el final, Gianna no pudo menos que sonreír y aplaudir totalmente complacida, sus ojos brillaban con alegría y por eso cuando Cirino se dirigió a ella, tardó en reaccionar y mirarlo a él.

-Ha sido más de lo que nadie hace por mí... Siempre es bueno pensar en las cosas que suceden a nuestro alrededor, no es sólo por enterarnos, sino porque asi podemos estar alertas.

Lo que sucedió después la sorprendió más que toda la obra. Besar a Cirino de su parte era un atrevimiento alevoso de esos que ella se permitía pero que él la besara, era algo mucho más... Bueno, no tenía la palabra pero era mucho más. Sonrió , eso también lo habia disfrutado y cuando él le ofreció ir a conocer a los artistas, ella se puso en pie dándole la espalda a la máscara.

-¡Oh, eso me encantaría! ¡Vamos!

Lo tiraba de la mano como si fuera una pequeña niña a la que han ofrecido un dulce.

Cirino se resistió un poco cuando Gianna intento taparle la vista, pero no se esforzó demasiado tal vez para dejarle ganar aquel juego mientras sonreía divertido. Aunque algo que no sabía ella era que esa diosa tenía costumbre de presentarse en otros papeles parecidos en su forma de mostrar su cuerpo.

Al escuchar su respuesta no tardo en asentir. “Si, hay que prestar mucha atención en estas obras. Incluso algunas comedias aquí dan ciertas noticias de lo que pasa acá y en los demás reinos.” Comento con cierto orgullo y bastante contento que a ella le había gustado, lo que tal vez explicaba la razón de aquel beso robado a ella.

“Vamos.” Dijo enseguida luego de ella dirigiéndose a uno de los costados del escenario, a pesar que ella era la que tenía la delantera.

Por extraño que pareciera el arlequín quedo en su lugar algo paralizado un buen rato, antes de que en un momento se empezara a mover como en un principio en forma de jorobado observando para todos lados. Parecía como si buscara algo aunque no era a ellos, ya que en un momento la joven noto su mirada pero este la pasó de largo.  

“Gianna, la verdad no sé cómo haremos para meternos. Esto era una excusa para apartarnos de ese arlequín.” Le susurro en el oído con una sonrisa inocente. “Pero si quieres puedo intentarlo igual, solo debemos superar a esos guardianes.” Comento señalando a dos tipos que claramente cuidaban la puerta donde se encontraban los actores. Habia un pequeño puñado de gente pero nadie que se quedara por mucho tiempo tras comprobar que no se los dejaría pasar o al menos no a todos ya que una de las mujer de la noche que era muy guapa pudo pasar.

Menos mal que la máscara finalmente los había dejado en paz o simplemente se había aburrido o bien, ya no era necesario seguir encima de ellos técnicamente. Los labios de la noble parecían cobrar vida cuando le hablaban a Cirino y la sonrisa era más que evidente en la muchacha. Fueron hasta allí pero entonces él le confesó algo y ella se mostró divertida.

-Mmm, entonces tal vez debamos volver a casa.

Ella se recargó en la pared cuando ya estaban cerca de la entrada y lo haló hacia sí sin dejar de sonreír. En el fondo no estaba muy segura de entrar al vestuario y encontrarse con la diosa a medio vestir allí dentro, no podía decir por qué pero le molestaba un poco. Había sujetado Cirino del cuello y lo miraba a los ojos.

-La máscara se fue, lo conseguiste pero si en verdad deseas conocer a la diosa, yo te haré entrar.

Ella no lo soltaba, a los ojos de los demás, de los pocos que quedaban bien podían pasar como unos amantes cariñosos, sólo ellos dos sabían la verdad. Gianna jugueteaba con él y se acercaba a sus labios pero apenas los rozaba y volvía a sonreír.

-Pero no quiero una prima actriz.

Por unos segundos parecio verse una decepción en la cara de su primo ante la elección de volver a casa, a pesar que su actitud seguía dentro del todo pasible. Aunque el gesto de ella lo volvió a tomar por sorpresa llevándolos a esa pared que serviría como el lugar para que la pareja haga maquinaciones.

Cirino fue paciente en parte porque sabía que vendría una propuesta de su prima e igual de paciente fue mientras ella hablaba. Al final tenía una sonrisa pícara en su rostro no pareciendo con la intensión de acercarse lo que faltaba a ella. “Lo haces sonar como si ese fuera mi único interés para entrar, acaso no podría tener un interés artístico en los actores….” Sugirió su primo aun sonriéndole como un diablo que le estaba mintiendo. “Si no deseas ninguna prima actriz, supongo que me abstendré de usar vestido si algún día actuó. Solo porque vos me lo pides querida prima.” bromeo haciéndose entendiendo mal las palabras de ella, a propósito.

“Si no lo deseas no entraremos, no busco otra dama que la que tengo enfrente mío. Además cualquier otro invitado arruinaría la cena que  tendremos al volver.” Comento aunque por un segundo parecio ver por la puerta antes de volver a ella. "¿No te parece?" pregunto mientras se alejaba un poco de los labios de ella, pero la abrazaba por lo bajo.

Si Gianna sabía de algo en la vida era precisamente de cuando un hombre se sentía atraído hacia ella y era evidente que su primo no, quizá por eso la máscara no les habia dicho que estarían juntos largamente. Lo sintió alejarse un poco al tenerla tan cerca y se dijo que tenía que dejarlo en paz. Sonrió como pudo y asintió.

-Estará mejor si no usas un vestido...

Comprendió que tal vez ese era el motivo por el cual se alejaba tanto de ella.

-Ahora creo que es posible que sólo tengas un interés artístico. Busquemos cómo entrar.

La muchacha lo miró a los ojos sin dejar e sonreír y deslizó sus manos hasta las del contador para retirarlas lentamente de su cintura.

-Ya me has concedido mucho esta noche, me toca a mí complacerte y si entrar te hace ilusión, vamos a ello.

Lo tomó de la mano y caminó lentamente hacia donde estaba el guardia al cual intentaría convencer con su belleza como había hecho otra mujer que antes que ellos había entrado.

-Nadie arruinará nuestra cena, eso te lo aseguro.

Sólo ellos podrían arruinar esa cena, además,tenia un significado muy distinto para ambos.

-Ven, creo que al guardia le gustan las mujeres bonitas, quizá me encuentre bonita a mi y tú puedas ver a esa diosa.

La mano que sujetaba a Cirino estaba firme y ella decidida evidentemente. Se paró frente al guardia y le sonrió.

-Signore, mi hermano y yo somos de una de las mejores familias de Venecia..., queremos dar una gratificación extra a la compañía si nos permite entrar.

Cirino tampoco dejo de sonreírle con cariño, viéndose algo más animado en sus ojos al ver como ella le permitía aquel capricho. “No sabes lo que te agradezco prima, me haces muy feliz.” Comento dándole un pequeño beso en su mejilla para pasar a estar al lado de ella tomados de la mano.

No pudo evitar rodar sus ojos cuando ella hizo una referencia a la diosa y a eso lo siguió con un gesto de rendición al tomar su rostro pero no lo hizo durar demasiado ya que estaban cerca de los guardias. “Seguro te encuentran bonita, pero por favor no hagas nada raro por mi.” Le pidió porque bien esa podría ser una opción aunque ninguno de los dos sabia.

Al llegar frente a los guardias estos escucharon las palabras de ambos y vieron a Gianna por un buen rato antes de ponerse a charlar entre ellos. Cuando terminaron la dejaron pasar a ella sin problema aunque Cirino tuvo que hacer una donación importante a la compañía de actores y a los guardias.

Suspirando la siguió dentro, viéndose algo molesto ante el peaje. “Eso fue mas fácil de lo que me imaginaba, aunque bastante caro para mi.” Confirmo tal vez diciendo en voz alta el pensamiento de la noble.

Siguiendo las cortas instrucciones de los guardias continuaron por el largo pasillo y doblaron hacia la izquierda, ignorando un par de puertas que iban a la derecha justamente al escenario. Por ese nuevo pasillo empezaron a notar que el hogar no estaba demasiado cuidado sino algo abandonado aunque se había gastado una buena cantidad de pintura para hacerlo ver mas animado.

Finalmente escucharon ruidos de risas y brindis en una de las habitaciones del final del pasillo. Adentrándose un poco mas observaron un pequeño festejo hecho por los actores que estuvieron en escena y unos cuantos que no habían aparecido pero se notaban como compañeros de todos ellos. En la sala habían varios sillones gastados y una mesa en el centro lleno de bebidas no demasiado caras y algunos bocadillos de todo un poco de alimentos. Si no fuera por las grandes diferencias que tenían parecería una de las fiestas de Gianna con los disfraces de cada actor.  

Al primero que hallaron fue al Cardenal que los recibió con una gran sonrisa animándolos a venir, al parecer detectar que su actitud no era para nada violenta. Por otro lado la diosa no se encontraba muy lejos sacándose algunas de sus joyas falsas y dejándolas en el suelo. Mientras la prostituta de antes se encontraba con el Dogo, aunque este hacia todo menos preguntarle por el destino de Venecia.

“Buenas noches, el cardenal les ordena que se relajen…” dijo bromeando quitándose el sombrero falso que tenían. “Es bueno ver caras nuevas, en especial las que son tan lindas como las tuyas, mi lady.” Dijo con su mirada centrada en Gianna, tomándole la mano para plantarle un pequeño beso en ella.

Ella escuchó a su primo quejarse y con justa razón, se habían abusado un poco al ver que ambos tenían ganas de entrar.

-No te preocupes, lo pagaré yo.

Quisiera o no, ella encontraría la manera de devolverle aquello que había gastado innecesariamente. Finalmente ya dentro ella puso especial interés en lo que la rodeaba, la verdad es que era un sitio austero pero eso no la sorprendió, en realidad se lo esperaba. Sin embargo su mirada iba de un lado al otro en los pequeños detalles que se revelaban ante sus ojos.

-Si que necesitan...

Pero no pudo seguir la frase porque entonces el cardenal les dio una orden. Una muy difícil de no obedecer y cuando tomó su mano para besarla, Gianna accedió.

-Muchas gracias, mi prometido y yo pudimos resistirnos a conoceros... Estuvieron estupendos todos. Os felicito.

Aunque intentaba no hacerlo, no pudo evitar echar una mirada al Dogo y a la prostituta pero rápidamente volvió a au interlocutor con una sonrisa un tanto ruborizada.

-Hacen un gran trabajo, incluso con el arlequín allá afuera.

“No pasa nada, supongo que lo valdrá.” Comento sacándole importancia a esa pérdida de monedas que no terminaba de quebrar su ánimo. Incluso no le costó sonreír cuando el falso cardenal les dio la bienvenida, aunque fue más a Gianna.

“Gracias, hacemos nuestro mejor esfuerzo y nos gusta cuando se nos felicita por ello. Nos hace sentir realizados.” Agradecido con una sonrisa de satisfacción, aunque se dio cuenta de la mirada de ella a la pareja no pudo sino sonreír con picardía. “Espero no les moleste, pero a veces la actuación anima a la gente de la audiencia. No es algo malo si me preguntan.” Comento con una risa divertida dándole una mirada Cirino que seguía junto a Gianna aunque no podía evitar mirar un poco a la diosa.

“¿Arlequín?” pregunto desconociendo a cual se refería hasta que Cirino aclaro su aspecto. “Ese Arlequín no está con nosotros. Sera mejor que no se acerquen mucho a este, no es violento aunque de vez en cuando es desagradable con sus palabras. Además hay rumores que dicen que podría hacer más que observar obras, pero es mejor no hablar más de ese personaje.” Dijo haciendo un gesto con la mano para sacarle importancia.

“Bueno yendo a temas más alegres, beban un poco y disfruten con nosotros que nos encanta conocer nuevos admiradores. No duden en hablar con quien quieran y de relajarse tanto como quieran.” Les comento yendo por unas copas de vino y dándoselos a ambos.

Tras ello sintieron unos cuantos pasos tras ellos, viendo que más personas habían podido ingresar en aquella fiesta privada. Muchos de ellos tenia un aspecto parecido a los artistas, otros parecían ser algo mas nobles mientras los mas bajos eran ciertas mujeres guapas que sin duda se adivinaba su profesion.