Partida Rol por web

A Gianna no le molestaba en absoluto lo que estaba mirando, otras veces en sus fiestas había visto cosas peores o mejores, según el punto de vista de la persona. Echó una mirada a su alrededor, era obvio que su primo no podía ignorar a la actriz que había interpretado a la diosa y no lo culpaba, era realmente hermosa. Entonces escuchó al cardenal que parecía ser el anfitrión o el jefe o algo así a juzgar por la manera en que les hablaba, ya de por si en principio no le había gustado mucho el arlequín y ahora menos, recordaría no volver a acercarse a él, aunque siendo honesta con ella misma, lo más seguro es que ella jamás volviera a ese sitio.

-No, claro que no me molesta, es más, lo entiendo. Le agradezco no tener que hablar de él. Muchas gracias por el buen recibimiento.

Tomó la Copa ue le estaban ofreciendo y miró a Cirino cuando las mujeres de dudosa calidad moral entraron, eso tampoco le importaba a ella. Sonrió cariñosamente y lw golpeó el codo con el suyo al joven contador.

-Deberías ir con ella y presentarte, decirle lo mucho que disfrutaste su presentación y averiguar su nombre. Tal vez podrías llevarla a cenar al Palacio Acarpatti, ya hay una cena allí esperando. Sólo avisame, daré una vuelta por aquí.

Gianna se retiró el antifaz.

-Toma, los puede ayudar a salir de aquí.

Luego le dio la espalda y se mezcló entre las personas que allí había. La verdad que no siendo su fiesta, tampoco tenía mucho sentido para ella. Se sentó en un rincón donde pasaba desapercibida, mirando lo que acontecía a su alrededor y esperaba que su primo tuviera el valor y ser feliz por una noche.

El falso cardenal se retiró dejando a los supuestos prometidos a sus andanzas metiéndose en una de las habitaciones mientras bebía con ganas de una tercera copa que tomo luego.

El contador volvió a prestarle atención a ella, que a pesar de lo que pensaba no terminaba siendo solo de la hermosa diosa. Escucho todo lo que dijo pareciendo molesto pero igualmente tomando el antifaz. “No es lo que pretendo prima pero parece que vos quieres que sea de esa forma...” Dijo indignado el hombre que suspiraba cansado. Ni siquiera la siguió en su momento haciendo su típico gesto de resignación y dirigiéndose donde estaba la diosa.

Pareciendo tal vez no entender el gesto de ella o dándole un espacio que tal vez no era la mejor de las ideas. De cualquier forma la dejo sola en ese rincón que había escogido, sin duda esos cortos minutos fueron largos de esa noche.

Aunque en realidad no estuvo muy sola en aquella fiesta que entre el baile y la música comenzaba a encenderse de una forma mas rápida de la esperada, igualmente no paso mucho tiempo sola acercándose a ella la persona que ella no esperaba.

La hermosa diosa se acerco a ella con la poca ropa que le entregaron para su papel, sus pequeñas telas que escondían nada para la imaginación pero de cualquier forma la mujer no parecía avergonzada a seguir usándolo aun cuando la obra termino. Pronto estuvo sentada junto a ella.

“¿Te pasa algo malo?” pregunto con un tono tranquilo. “Disculpa si me meto donde no me llaman pero tu primo me comento que andas algo mal y vi un poco la forma en la que separaron.” Siguió hablando con ese tono relajado aunque extrañamente reconfortante para ella.

“Si deseas no estar mas en esta fiesta puedo decirle que venga a buscarte, no esta muy lejos…” dijo y tan sola una corta mirada te hizo ver donde estaba. “Aunque seria una pena, que te fueras triste de aquí. Hay alguna forma en que pueda ayudarte a sonreir?” pregunto acercando su mano para tocar la de ella con delicadeza, acariciándola para calmarla.

Gianna se quedó un rato pensando en las palabras de Cirino, parecía ofendido o algo asi y ella no entendía para nada el por qué pero se encogió de hombros y siguió divirtiéndose con las escenas quw se presentaban ante sus ojos, algunas eran incluso divertidas, otras no las entendía pero no tenía por qué hacerlo. Había sido una obra divertida y tenían razones para estar contentos, incluso se preguntó por qué le habían pedido dinero a Cirino si después habían dejado entrar a todo dios pero tampoco iba a tener respuesta para eso, así que se olvidó de ello. En ese momento apareció ante ella la diosa, Gianna esbozó una sonrisa de medio lado porque era lo que menos se esperaba.

-No os preocupéis pero estoy mal por nada, ni nos separamos de ninguna manera, pensé que quería conocer a la actriz más guapa e interesante de la noche y ya.

Cirino iba a pagarle esa, se la guardaría para después.

-No es que no desee estar en la fiesta, todos han sido más que amables, sólo le daba espacio a mi primo para que se divierta un poco... Si pudisteis ver su cara, sabréis que no se divierte mucho que digamos. Y realmente me sé cuidar, él lo sabe pero os lo agradezco mucho.

Cuando rozó su mano, la primera reacción se Gianna fue retirarla pero no se movió para nada, la miró a los ojos y parpadeó lentamente, luego miró a Cirino a lo lejos.

-Nadie puede ayudarme pero no estoy triste por nada que haya sucedido aquí. ¿Sabeis? Impactasteis a mi primo... Sois muy hermosa.

A la noble no le molestaba que estuviera prácticamente desnuda a su lado.

-Beberé otra copa y hablaré con él mientras bailamos, ¿qué os os parece?

“Ah…ya veo entonces eres muy generosa con él.” Respondió sonriendo y trasmitiéndole la misma sonrisa al primo de Gianna que estaba ahí mirando con timidez y a pesar que trataba de ser sutil se notaba su mirada.

Volviendo su mirada a ella continuo “Aunque si bien n los pude ver muy bien desde el escenario me pareció verlos muy unidos…” comento con picardía. “Por eso me llama la atención que quisieras dejarlo solo alguien como yo.” Le confeso sonriendo con una fingida malicia.

Pareció escucharla mientras Gianna confesaba finalmente tener un problema aunque fuera de afuera. Aunque no pareció que diría nada hasta que escucho la sugerencia de ella. “Bebe varias copas te servirá para olvidar cualquier problema. De paso explícale mejor lo que paso, por lo que me conto entendió otra cosa de lo que paso.” Dijo afirmando y esperando a ver lo que hiciera. “Dile que yo también me intereso en él...aunque vos tampoco quedas detras.” Agrego de repente.

Gianna cogió otra copa porque realmente la necesitaba esa y otras como bien decía la actriz.

-No lo llamaría generosidad pero poco sé cómo llamarlo.

Aprovechó que pasó otro sirviente y cogió otra copa por si se terminaba la que traía en las manos. Sonrió plácidamente porque en verdad se había relajado un poco.

-Estabamos fingiendo ser prometidos, tal vez por eso te pareció que estábamos muy unidos.

No se lo quería dejar pero si quería que Cirino se divirtiera y si no podía ser con ella, pues entonces con la diosa del mar. Se bebió de una vez la segunda copa y olió la tercera.

-No creo que se lo dejaría a nadie y no por vos, sino que..., bueno, no importa. Ahora, me gustaría poder explicarle a él, no creo que sea buena idea...

Gianna levantó, bebió la mitad del vino que tenía y sonrió mirando a la diosa.

-Se lo diré ahora mismo.

No entendía si la diosa estaba interesada en ella o se había dado cuenta que Gianna estaba interesada en Cirino porque no entendió bien su última frase pero no quiso saber mas y se acercó al contador.

-Sería la mujer mas feliz de Venecia si me concedéis este baile...

Lo estaba mirando a los ojos, aunque sabía que había la posibilidad de que él se negara.

La actriz se le quedo escuchando no teniendo problema en acercarle copas y notar como el efecto de poco habia comenzado a hacerle efecto. Asintio ante su ultima palabra y le dio un guiño cómplice antes de que ella se marchara.

Sin caminar demasiado tiempo estuvo frente a su primo que la tomo de los brazos, tal vez notando como ella ya se estaba poniendo. Aunque mas haya de verse preocupado estaba alegre de las palabras de ella. “Te concedo ahora y siempre prima…” dijo acomodándose su manos en una forma mas seria para el baile. “Aunque me alegrare mas al saber que te hace feliz.”

Acercandose mas a ella pegándose como hacían los demás bailarines de la fiesta, pareció no verse muy timido a aquel contacto ahora. “Me pone contento que te haya convencido rápido a que vengas conmigo. Perdón si pareció que la miraba mucho.” Se disculpó acercándose mas al oído de ella, dejándole un beso en su mejilla mientras volvia mirarla de frente.

Gianna sonrió un poco como una tonta gracias al vino pero aunque estaba ligeramente alegre, no podría decirse que estaba ebria así que comenzó a bailar graciosamente con Cirino, en verdad eso se le daba bien y aunque sabía que estaban más cerca de lo necesario, tampoco le molestaba eso.

-Me hace feliz mi vida, mis fiestas, ver a la gente feliz... Una buena obra, un buen vino, joyas, tú...

No se lo había preguntado pero tampoco tenía ganas de ocultárselo, además, si iban a ser cómplices, era mejor que lo supiera. Gianna echó sus dos brazos sobre los hombros de Cirino sin dejar de danzar y entrelazó sus dedos tras la nuca de él.

-No me pidas perdón, no seas tonto... En todo caso la que tiene que pedirlo soy yo, después de todo, no tengo derecho a sentirme Celosa... Espero no haber dicho eso en voz alta.

La mujer sonrió como si realmente no hubiera dicho nada y se acercó a su oído.

-Realmente no me convenció ella pero prefiero estar contigo que escucharla a ella diciéndome que le interesas.

Fue entonces Gianna la que dio un beso en la mejilla de su primo, al pasar un sirviente cerca separó las manos y aprovechó que Cirino la sostenía para coger dos copas y darle una a él. Ahora sonreía un poco más.

Cirino sonriendo bastante contento cuando ella lo puso entre las cosas que la hacían feliz. Sin duda aquella confesión le habia relajado bastante mientras danzaba con ella. Riendo un poco ante la nueva revelación de ella. “No tiene que pedirme perdón en nada prima, ni preocuparte de haber dicho algo vergonzoso.” Comento no haciendo mayor comentario de los celos de ella.

Entonces toco una confesión más de todas las que hacia ella que logro desviar un poco la mirada del contador. “Entonces quédate conmigo…” le dijo mientras su mirada volvia a ella “y no te vuelvas a separar.” Le pidió aceptando la copa que le daba ella y brindando antes de beber un poco.

“Gianna, seguro mi padre no se sentira contento con lo que te hare.” Le confeso ahora él, antes de con lentitud acercándose a ella antes darle un dulce beso a la noble dejando tal vez detrás de ellos cierta actuación mientras tomaban parte de una mas romántica.

Gianna sonreía como pocas veces lo hacía en realidad. Siempre sonreía para los demás, para conseguir algo, porque sabía que su sonrisa era encantadora pero en aquel momento sonreía de verdad, plenamente y sin dejar de mirarle. No quería tocar más el tema de los celos, de la diosa y casi que de nada pero por el bien de ambos era mejor que sí.

-No pienso ir a ningún lado, Cirino... Y mucho menos si me lo pides así.

Él cogió la copa que ella le daba y con el mismo acto le dijo algo que la sorprendió en principio pero luego ya no o quizás sí pero para bien. Cirino le dio un beso distinto a todos, un beso tan dulce que Gianna se olvidó de todo a si alrededor, de su tío, de Leonzio y de la boda. Realmente el recatado contador había conseguido que ella se olvidara del mundo.

-No sé qué tan contento pueda estar mi tío pero yo lo estoy, en realidad mucho más que eso.

Recargó su cabeza en su hombro, no había borrado su sonrisa aún y estuvo un rato así con él hasta que volvió a mirarlo a los ojos.

-Ahora no podré entregarte a esa mujer...

Señaló a la diosa que no estaba muy lejos de ellos y lo besó ella cerrando sus ojos.

“Eso es lo que esperaba obtener con el beso.” Confeso tal vez lo obvio pero lo que podía responderle a ella tras esas palabras. Se acercó aún más para tenerla más cómoda en su hombre mientras seguían con esa danza aunque aún ritmo un poco más tranquilo que el resto.

“¿No lo harás?” pregunto bromeando un poco antes de dejarse besar de nuevo por ella, abrazándola con fuerza dejando que ambos ignoren la mirada da que les daba la diosa luego que ella la señalara.

Paso un buen rato antes que el hombre se liberara quedándose mirando un poco antes de empezar a besarle el cuello con algo de ansias que recién ahora parecía liberar junto a ella. “¿Que haremos Gianna? Tomamos una copas mas festejamos y volvemos a tu casa?” con una sonrisa tranquila dándole un plan que bien por su tono no podría imponerle de ninguna manera.

Él era como un oasis en el medio de tantas desgracias si es que las podía llamar de esa manera, lo cierto es que muchos podían considerar banal a la joven noble pero realmente no era que quisiera serlo, simplemente era así como ella había sido criada y no conocía otra manera de vivir. Sin embargo en sus afectos, Gianna no era para nada banal, cuando quería a alguien sabía estar a la altura de ese sentimiento y le gustara o no, tenía un sentimiento por él.

-Has conseguido justamente eso.

Danzaban, era verdad pero no al ritmo de los demás, no habrían podido porque Gianna estaba un poco bebida y porque aunque no lo estuviera, habría querido estar así de junto a él. Sonrió con aquella pregunta.

-No. Soy una muchacha consentida y egoísta que cuida y conserva lo que quiere.

La siguiente pregunta de Cirino fue una especie de revelación para la noble. Nunca nadie se preocupaba realmente por lo que ella deseaba hacer, simplemente las cosas sucedían por obviedad pero Cirino era distinto, incluso ese juego le gustaba. Más aún le gustaba esa manera en que él la besaba, no sólo sus labios sino en su cuello provocándole una ansiedad a ella también.

-Podemos, sí... Disfrutar de una copa más, festejar y luego ir juntos a casa. Aún tengo una cena preparada para ti...

Sabía que no debía apresurar nada con él, además, lo estaba disfrutando tanto que entre más durara, más lo iba a disfrutar en tiempo y calidad. Parecía que había pasado mucho tiempo entre el arlequín y la diosa pero en sus brazos el tiempo se había detenido.

El guapo contador se encontraba también muy contento con lo que pasaba entre ellos, si bien fue algo tímido o inseguro en sus acercamientos esa noche ahora se encontraba con mas confianza mientras la besaba enamorado del aroma tan dulce de ella.

“La cena…” repitió pareciendo haberse recordado de ese detalle. “Si mejor vayamos a casa, yo creo que deberíamos terminar la salida ahora que está saliendo bien.” Comento mientras elevaba la cabeza para mirar. “Volvamos.” Concluyo.

Sin desprenderse de ella empezó a movilizar a ambos hasta la mesa dejando las copas en esa gran mesa donde se perderían por un buen rato antes que alguien pasara para beberlas. Siguió sin desprenderse de ella pero se puso de costado para que ambos pudieran ver por dónde iban mientras se dirigían a la salida. En el camino no se encontraron con ninguno de los actores al parecer o se retiraron a sus hogares o simplemente estaban entretenidos en algún lugar privado pero eso no importo a la pareja.

Volver a la mansión seria una caminata nada difícil, a pesar que a diferencia de como habia llegado tenían mas de alcohol en el cuerpo. Pero eso no término generando problema alguno a pesar que las calles estaban un poco mas oscuras y los transeúntes no eran tantos como antes.

Una calma profunda volvió a ambos cuando un sirviente les abrió la puerta de la mansión y se encontraban dentro del supuesto lugar seguro, si se olvidaban aquellos pequeños problemas que tuvieron antes en las fiestas de ella.

“Bien, ahora supongo que algún sirviente vendrá con la cena?” pregunto con una sonrisa pircara mientras se tiraba los cabellos para atrás talvez en un gesto para quedar mas presentable o terminando de sacarse los nervios de la calle.

Finalmente la noche con los artistas había terminado mejor de lo que ella hubiera creído en determinado momento. Su sonrisa lo dejaba claro y el modo en que volvían al que Gianna consideraba su refugio, su santuario, su todo entre otras cosas. Los recibieron con alegría, las salidas de la noble no eran algo común. La joven mujer llevó a Cirino al salón comedor pero tras la pregunta de él, Gianna recapituló, lo tomó de la mano y lo llevó a un salón más pequeño que Cirino conocía bien porque lo usaban para clientes importantes y muchas veces había estado ahí con su padre.

-Claro, no esperabas que yo la sirviera, ¿o sí?

De inmediato vino un mozo con una botella, dos copas y antes de retirarse ella le ordenó servir la cena para ambos. Otro sirviente entró a atizar el fuego y se marchó.

-No tengo esas virtudes, primo y creo que lo sabes.

Se acercó a él para robarle un beso antes de que volvieran con las viandas y el servicio, luego si sirvió sendas copas de vino y le dio una mientras ocupaba un lugar en la pequeña mesa que era redonda.

-Ven, ven aquí y mirame así como tú sabes antes que entren con la comida.

Tras unos minutos en soledad, finalmente aparecieron con la comida, pan, frutas, quesos, carne al horno, algo que Gianna adoraba. Ninguno habría pensado que aquello era otro tipo de cena, los primos habían crecido juntos y además, nunca habían demostrado nada el uno por el otro. Además, nadie se atrevería a dudar de su ama. Cuando los dejaron solos, Gianna se puso en pie y se sentó en las piernas de Cirino sin dudar.

-Aunque si puedo darte la comida en la boca...

Lo besó suavemente, él no podría decir si se refería a la cena o a otra cosa.

Aquella cena fue donde debió ir para dos enamorados y la noche paso siendo una buena para ambos. Por lo que el próximo día pareció transcurrir tranquilo para ambos dándose de vez en cuando unas miradas pero el contador volviendo a su trabajo que lo mantuvo ocupado el resto del día que se esfumo rápido a la noble a pesar de lo poco emocionante que estuvo.

Una nueva noche se mostró ante ellos, Gianna se encontraba en su cuarto cuando escucho a uno de los sirvientes tocando su puerta, el cual cuando entro le informo que una mujer la esperaba abajo al parecer segundo le habían informado era una amiga de Cirino que según este le ayudaría como una buena amiga.

Eso era algo llamativo por no decir extraño, pero si Cirino pretendía que la conociera la noble al menos le echaría un vistazo y luego despediría que hacer con esta nueva amiga que le ofrecían tan felizmente. Siendo algo paranoica se puso a pensar de donde la habría sacado a esa mujer, ya que sabia que solo tenía hermanos hombres pero por otro lado siempre habían sido apartados el uno del otro.

Cuando estuvo lista para recibir a esa visita y bajo a verla, mucha fue su sorpresa al notar que quien estaba presente no era otra mas que la diosa de la obra que fueron a ver anoche. La diferencia mas clara era que no estaba semi desnuda sino que usaba un vestido largo de color rojo que sin duda le servía para atraer la atención de muchos hombres.  Esta le sonrió amistosamente mientras le hacía gestos para que se acerque.

“Buenas noches. Lamento si mi visita le roba mucho de su tiempo pero me habría gustado que hablemos un poco vos y yo.” Comento con tranquilidad relajada como si el estatus de noble de Gianna no hiciera gran diferencia. “Me gustaría que fuéramos amigas.” Agrego de nuevo sonriendo como si el pedido fuera lo mas común.

Había sido un día largo porque había sido muy aburrido y cuando le avisaron que una amiga de Cirino quería verla, no se podía imaginar quién era esa mujer. No fue hasta que la vio que entendió un poco por qué estaba ahí, aunque tenía muchas preguntas porque ella nunca le dio su nombre y aún así la mujer la encontró, ¿por qué se tomaba esas atribuciones?

-No, no me quitáis tiempo pero tampoco creo que sólo el hecho de querer ser mi amiga os traiga hasta aquí.

Miró a su alrededor por si alguien había avisado a Cirino y él estaba allí pero no, no era así. Invitó a la actriz a pasar, no sin prestar atención especial a su vestido, Gianna esbozó una media sonrisa. Le indicó dónde sentarse y se sentó frente a ella.

-Pues os escucho, signorina.

Los ojos de la noble estaban puestos en la recien llegada. La verdad es que no había dormido casi nada y se sentía cansada y si bien había estado ansiando que llegara la noche, no era para ver a la diosa. Había cosas que tenía que hacer pero no tenían que ver con ella precisamente.

-¿Deseáis tomar algo?

La mujer sonrio con mucha picaría ante el comentario que no había venido solo para hacer amigas. “Puede que no, pero deseaba que lo seamos.” Respondio la mujer mientras se acomodaba en el asiento que la anfitriona le había dado, cruzándose de piernas dejando un poco de ellas expuestas para que mirara Gianna.

“Muchas gracia, pero por el momento no tomare nada.” Rechazo el trago pareciendo seguir la vista de Gianna antes de responderle a su otra pregunta. “Como dije me gustaría que fueramos amigas, aunque sea en un principio.” Dijo guiñándole el ojo de forma sugerente.

“La verdad necesitaría un favor de tu parte, pero no quisiera que lo vieras como una obligación sino como un pedido de amiga a amiga. Nada demasiado excesivo claro esta pero a cambio de ello yo tambien hare favores para ti.” Ofrecio sonriendo tranquila pareciendo casi confiada.

Su padre siempre le había enseñado que era mejor tener muchos conocidos que le debieran favores, antes que amigos que no te debieran nada porque nunca sabias cuándo los ibas a necesitar. Así que, la muchacha Acarpatti se relajó un poco más.

-¿En un principio y después?

Era curiosa y esa sonrisa la hizo sentir precisamente curiosidad.

-Digamos que está bien, que podemos serlo pero tendréis que empezar a hablar ahora sobre ese favor.

La noble cruzaba sus ojos con los de la otra mujer y asintió cada vez más intrigada. Le parecía que había algo que se había perdido la noche anterior pero no imaginaba qué cosa podía ser.

Sonrió grande ante su pregunta. “Pensé que había quedado claro en la fiesta que tenía un interés por ti signora. Mi interés seria por tener algo mas intimo que una amistad, pero eso podríamos hablarlo luego.” Comento dejando algo de intriga en la mente de la noble mientras se volvía acomodar en su silla para terminar apoyada con los codos en la mesa que los separaba.

“Por supuesto…” asintió ella dejando un pequeño silencio dramático quedara entre sus palabras. “Escuche que realizas fiestas en tu casa, fiestas donde la nobleza participa y me preguntaba si aquellos nobles podrían ser lo suficiente importantes para saber que hacen sus familias. Me gustaría saber qué es lo que dicen luego de ingerir tanto alcohol en la fiesta y si podría ser testigo de ello.” Explico con un tono casi ensayado como si habría repasado esas palaras un par de veces.

“Ese sería el favor que le pido, una invitación a tus grandiosas fiestas.” Termino aclarando aunque sin duda sus planes iban mas haya.

Gianna se vio sorprendida por al revelación, a pesar de que muchas veces había sentido que alguna mujer sentía atracción por ella, hasta ese momento no sólo nadie había sido tan directa, sino que ella realmente no había estado segura.

-Pronto no tendré mucho tiempo para hablar pero voy a concederos esto por el momento.

Aunque la halagaba el interés de la diosa, lo cierto es que si bien en sus fiestas todo el mundo era libre, tampoco sabía cuál era realmente interés por ese tipo de cosas en la diosa. Miró sua piernas quw antes las había dejado como al descuido a la vista pero sabía que no.

-Venir a mis fiestas no es tan difícil pero a últimas fechas hemos tenido problemas, así que si no me decís bien en qué podría serviros tal información, no sé si podría concederos tal cosa.

La noble se levantó de su asiento y se acercó a la mujer mirándola a los ojos. Se sentó frente a ella en el escritorio sin dejar de observarla.

-¿Cuáles son tus verdaderas intenciones?

Necesitaba saberlo, no podía ser tan crédula.