Partida Rol por web

Tras el negocio que realizaron con aquel peculiar comerciante, ambas tomaron la góndola de Gianna para surcar los canales de la ciudad hasta que llegaran cerca del puerto. Tras eso fueron caminando el corto camino hasta ahí y sus miradas fueron hacia los numerosos barcos que se encontraban en este.

Sus miradas fueron a las banderas de los nobles, comerciantes y demas personas que se creyeran lo suficiente importante para tener una bandera propia. La busqueda de esa bandera griega que les habia mostrado el comerciante tardo lo suyo aunque lejos estuvo de tardarles todo el dia, cuando finalmente dieron con un par de barcos de con esa bandera se acercaron mas cerca.

Uno de ellos claramente era un barco de batalla y otro parecia uno mas comercial. En ambos habia una cantidad importante de personas, marineros por sus pintas y calma mientras cruzaban las planchas de abordajes. Por otro lado también había presencia de la guardia de la ciudad observando el barco y hablando con uno de los tripulantes. Por ningun lado se veia la presencia de una mujer, que podria ser la que señalo Feliciano ni tampoco la presencia de Theo.

Leonor siguió a Gianna hasta la góndola, con bastante nerviosismo. ¿Realmente estaban tan cerca de encontrar a su hermano? No quería hacerse falsas ilusiones pero… era tan difícil, que se encontró a sí misma con el corazón latiéndole a toda velocidad sin saber muy bien como contener sus emociones.

Ambas mujeres recorrieron con las miradas el lugar, buscando la bandera adecuada con ayuda de Bastien. Fue una tarea algo más complicada de lo que habían pensado en un principio, pero finalmente dieron con la bandera que buscaban, a pesar de no encontrar a Theo en ninguno de los dos navíos pertenecientes a la dama griega.

-¿Cuál es el procedimiento correcto entre la nobleza en estos casos, Gianna? No sé si pedir una audiencia será lo adecuado, o simplemente hablar con la tripulación – Preguntó algo confundida, con temor a actuar de forma demasiado precipitada, manchando el buen apellido Scarpati.

Gianna esperaba que aquella expedición no fuera en vano y aunque tardaron un poco más de lo que creía que podían tardar, tampoco le importaba mucho. Ya estaban ahí y habían encontrado dos barcos que podían ser pero no sabían cuál era.

-Bueno, ya hemos llegado hasta aquí.
No vamos a dejar que el protocolo nos detenga.

Con ayuda de Bastien se encaminó al segundo barco, al que parecía más comercial.

-Vamos, Leonor.

Una vez allí, llamaría la atención para preguntarle directa y llanamente:

-¡Eh, tú! ¿Quién es el dueño de este barco?

No tenían nada que perder y el tiempo que se ahorraran sería bueno.

Las mujeres no se acercaron al barco sin ser notadas, aunque ninguno de los presentes dio saludo a ambas sino que les dieron una rápida mirada para volver a sus asuntos. Solo la llamada de atención y la pregunta de Gianna, hizo a los hombres volver su rostro a ella.

Los hombres que la miraban eran en parte guardias y en parte marineros, habia mas de los segundos. “Quien pregunta?” le devolvió el hombre provocando una mala mirada del guardia que se cruzaba de brazos molesto. “Este es un barco de comercio, si desea hacer uno negocio tendra que esperar a que estos guardias dejen de molestar.” explico sin intimidarse por la mirada que le dedicaba el guardia.

Ella miró a Leonor, odiaba cuando le ponían trabas a sus asuntos.

-Gianna Scarpatti de Venecia... Tal vez pueda ayudar con los guardias.

Miró a Bastien también que era quien siempre sacaba las papas del fuego y además, los guardias al escuchar su nombre podían también pensarlo un poco mejor, nunca se sabía pero en Venecia los apellidos pesaban.

Fueron los guardias los primeros en reaccionar, al menos tras que el lider de ellos dejara de cruzar sus brazos y le hiciera una ligera reverencia, la cual los demas siguieron sin preguntar nada.

“Lady Scarpati, le aseguramos que no queremos causarle problemas ni a usted ni al dueño de estos barcos. Pero es que pertenecen a una familia griega y solo queremos estar seguro que entiendan nuestras costumbres y leyes.” Decia un tono cooperativo y formal, aunque ninguna de las dos se le escapaba cierta hostilidad contra los marinos cuando nombraba su tarea.

Luego se dirigió a los marinos. “Díganle a su jefe que una respetable noble de nuestra sociedad lo esta esperando.” Les dijo rapidamente como si fuera su representante en ese momento.

Los marinos la miraron a ella y luego se miraron entre ellos antes de que un par de ellos subieran al barco pidiendo un poco de paciencia.

“Mal educados…” dijo por lo bajo aunque no tanto para que los marineros no pudieran escucharlo. “Lamento esto, espero no la estemos molestando en su visita.” Dijo agachándose de nuevo siendo algo exagerado en su educación. “Puedo preguntarle porque vino a dialogar con estos extranjeros?” pregunto el guardia con algo mas de neutralidad.

Gianna empezaba a frustrarse un poco porque al ser niña mimada, todo tenía que ser en el preciso instante en que ella lo pedía pero suponía que tenía que aguantar un poco y sólo lo hacía por Leonor.

-Estoy buscando a la dueña de este barco para hacer negocios con ella.

Y eso tendría que servirles, no pensaba hablar del hermano de la pelirroja por cortesia para con ella y porque creía en ese momento que aquello era lo mejor.

-No me interrumpis, os agradezco tanta amabilidad.

Leonor permaneció en silencio, permitiendo que la noble fuera la que llevara la voz cantante. No solo por su estatus, sino también porque ella sabía desenvolverse mucho mejor con la guardia de la ciudad, los cuales se mostrarían increíblemente corteses con un apellido de tal envergadura.

La actuación de los marineros no le sorprendió lo más mínimo. Ella estaba acostumbrada a pasear por los muelles y ver gente de todas las nacionalidades atracar sus barcos en Venecia. Muchos mostraban una actitud hosca y reservada, y otros muchos eran brabucones y libertinos.

En cualquier caso, la joven pelirroja decidió esperar sin decir nada, contemplando con ojos atentos como se desarrollaban los acontecimientos.

Ambas notaban que el guardia queria preguntar mas de los motivos de las dos, pero el guardia conocía su lugar y por eso guardo su curiosidad dentro de él. Lo que hizo que un silencio reinara en ese momento. Tras unos minutos uno de los marineros que habia ido a buscar al capitan volvió.

“Nuestra noble dueña las espera dentro. Me ordeno que las guiara hacia él.” Comento con una mayor diplomacia aunque se notaba el esfuerzo de su parte para no salirse de linea. Pero cambio cuando se fijo en el guardia. “El capitan dice que no los recibira, pero pronto visitara su cuartel para hablar con su superior. Espera que eso les sirva para marcharse tranquilos.” Repitio la supuestas palabras del capitan.

Sin decir más o darle importancia al guardia hizo un gesto para que las damas lo siguieran arriba. Tras ascender al barco lejos de los oidos de los guardias, el marinero se dio vuelta para mirarlas. “La dueña de estos navios no se encuentra presente, salio temprano para unos negocios urgentes. El capitan quiere hablar con las dos y tal vez asi ayudarlas a pasar el tiempo.” Comento con una media sonrisa que no era demasiado linda. “Si es lo que desean.”

Ella agradeció a los guardias y luego miró a Bastien y su amigo para que en ningún momento las dejaran solas y mucho menos liego de escuchar que los marineros le habían mentido.

-Bueno, vamos a ver a vuestro capitán.

Debía reconocer que aquello de buscar le resultaba un tanto molesto pero le habia prometido a Leonor que no dejaría de buscar a su hermano y ella iba a cumplir su palabra.

-Espero que vuestra señora no tarde mucho. Vamos, querida Leonor.

Gianna siguió por donde le indicaran, siwmpre cerca de Bastien y tomando de la mano a Leonor como si no la quisiera perder.

Leonor se sintió bastante confundida cuando, tras esperar a que los guardias se marcharan, los marineros le dijeron que la dueña del barco no se encontraba presente. ¿Qué querría hablar el capitán con ellas? No lo tenía muy claro, pero aquello podía ser muy bueno o muy malo dependiendo del tipo de hombre que las recibiera… y a juzgar por los comentarios soeces de esos hombres, más bien tenía pinta de lo segundo.

Aun así no desistió en su empeño de continuar, puesto que quizá pudiera encontrar a Theo entre los miembros de la tripulación… aunque, si era cierto lo que había oído de la noble, lo más seguro es que el muchacho que encajaba con la descripción de su hermano, se encontrara junto a ella.

-Siento estar causándote tantas molestas, Gianna – Respondió en un susurro tras escuchar su nombre, siendo consciente de que su amiga empezaba a impacientarse un poco.

Bastien permaneció cerca de ambas, al igual que los guardias de Gianna. Mientras partían podían notar como el guardia las miraba con preocupación aunque tambien algo mas que no terminaba de quedarse claro en su mirada.

De cualquier forma el grupo siguió avanzando por el barco y metio en el interior de este surcando pasillo estrechos hasta que por fin dio con la habitación del capitan. Este abrio la puerta casi cuando llegaron como si los hubiera estado esperando frente a la puerta.

La habitación a pesar de su simpleza estaba bien amueblada marcando sin duda el estatus del dueño. Habian una cantidad importante de cajones, aunque la mesa en el centro de la sala con el escudo de la noble griega pintada en el medio llamaba la atención de ambas. Sin ayuda de nadie el capitan arrimo un par de sillas a la mesa mientras las saludaba.

“Buenas noches mis queridas damas me llamo Stavros Peris, lamento que su encuentro no sea con mi señora como ustedes pretendían pero ella no se encuentra a bordo de ninguno de los barcos.” Les explico aunque no con demasiados detalles. “Si nos les molesta podriamos empezar a hablar nosotros, aunque sea para pasar el tiempo ya que dudo que nuestra señora se hospede en otro lugar que no sea este barco.”

Con un gesto hizo que un joven que parecia su copero les ofreciera vino, tras darles una copa a cada una. “Que negocios las trae al barco de mi señora? Espero que uno menos hostil que uno que recibimos de unos de sus nuevos mercaderes nobles o de la guardia.” Pregunto el capitán enfatizando con cierta molestia en los supuestos tratos que habian recibido.

Antes de entrar con el capitán, Gianna se detuvo a decirle algo a Leonor.
-No te disculpes más, yo decidí venir y ayudarte así que no te preocupes por eso.

Apretó su mano y luego prosiguió hacia donde les indicaban, el capitán les atendió y Gianna se presentó enseguida. Podía ser que fuera un capitan pero no por eso ellas iban a ser groseras.

-Gracias por recibirnos, ella es Leonor y yo Lady Scarpatti y prometo que no venimos con negocios desagradables.

La noble aceptó el trago y luego miró a ambos y se inclinó un poco hacia el hombre.

-Bueno, no vengo por negocios exactamente sino para hacerle una consulta vuestra señora. Aunque tal vez vos podais decirme si la persona a la que busco, está en este barco.

Miró alrededor pero estaba claro que allí no estaba el hermano de su amiga pero no perdia las esperanzas.

Las palabras de su amiga la reconfortaron tanto, que no pudo evitar sonreír a pesar de la situación de incertidumbre, al tiempo que le susurraba un sentido “Te quiero” al oído.

Tras ello y el cálido apretón de manos de Gianna, ambas se encaminaron hacia el camarote del capitán, donde parecía que las había estado esperando de forma anticipada, a juzgar por la rapidez con la que les había abierto la puerta.

Cuando la noble la presentó, ella hizo una inclinación de cabeza al escuchar su nombre, dejando que fuera su amiga la que llevara el principio de la conversación al tiempo que también aceptaba la copa que le tendía el copero.

Pero fue al mencionar el motivo de su visita, que Leonor decidió arriesgarse a preguntar por su hermano, aunque procuró mostrarse lo más sutil posible – Mi amiga Gianna y yo estamos buscando a un apuesto joven italiano que suele acompañar a vuestra señora. Tenemos información de cierta importancia que entregarle y, por consiguiente, también a vuestra señora, por lo que agradeceríamos que nos concediera una reunión con ambos, si es posible. – Añadió, a la espera de la reacción del capitán, y sabiendo que lo que decía no debía parecer raro en absoluto.

El capitan educadamente se inclino ante ambas, incluso con Leonor que al no parecer tener apellido y ser presentada sin titulo dejaba ver que no era noble como Gianna. Tras ello tomo algo del vino que servia el copero haciendo un amague de brindis con ellas, antes de llevarse el dulce liquido a su boca.

“Yo conosco bastante bien a los tripulantes de estos barcos. Asi que les podria ayudar en lo que piden en un principio…” comento tras un tiempo pensando el pedido de la noble, fue tras las palabras de Leonor que prosiguió. “Ya veo…buscan a un joven que acompaña en mi señora. Supongo que sera una información importante, no les parece mejor que para no perder el tiempo de ambas me lo comuniquen a mi? Puedo jurarles que ella lo recibira sin demora.” Le propuso sin dejar su gesto cordial ante lo que proponían ambas.

El joven copero se encontraba aun ahí esperando a que sus servicios fueran requeridos pero mas haya de eso permanecia a un segundo plano lejos de la conversación frente a él.

Leonor ya suponía una respuesta así por parte del capitán, a pesar de que hubiera deseado otra reacción diferente y bastante más cordial. Igualmente iba preparada, por lo que, tras dedicarle su mejor sonrisa, la dama de rizos rojizos como el fuego le miró con sus intensos ojos azules mientras sonreía con expresión inocente.

-Así es… se trata de una información importante y al mismo tiempo es bastante personal. Espero que comprendáis que deseemos entregarla en persona, por lo que no nos importa esperar el tiempo que sea necesario para ser recibidas.

Dicho aquello, le dio un pequeñísimo sorbo a la copa, para que ninguno de los presentes pensara que era descortés.

Gianna empezaba a impacientarse mucho con con gente de abajo que creía que podia manipularla como si fuera una imbécil. Respiró profundo y miró fijamente al capitán Favros.

-Capitán, con todo respeto, vine aquí a ver a vuestra Lady porque me pareció lo correcto pero claro, si vos podéis decirnos algo sobre este acompañante italiano con el que ella está, adelante... Sólo no me pidáis que trate algo que vine a tratar con ella, con vos.

No lo consideraba estúpido, simplemente, consideraba que tenían diferentes status y que como tal se debían manejar.

-No me lo toméis toméis a mal pero ya tuve que pagar mucho dinero para dar con vuestra señora, así que pretendo hablar con ella y por el tiempo no os preocupéis, tengo todo el tiempo del mundo.

El capitan suspiro y estuvo a punto de responder a las palabras de Leonor pero entonces Gianna comenzó a hablar por lo que guardo un respetuoso silencio mientras esperaba a que terminara. “No la tomo a mal, es cierto que ambas estan aquí para charla con mi señora y eso haran cuando llegue. Solo deseaba hacer pasar el tiempo con una pequeña charla.” Comento con media sonrisa tomándose algo de su vino.

“Respecto al dinero que gasto, lo lamento mucho en verdad. Nosotros no nos escondemos ni en nuestras tierras ni aquí por lo que no creo que hubiera tenido que gastar dinero alguno en localizarnos.” Agrego mirando a la noble con cierta pena. “Solo espero que quien señalo a mi señora lo haya hecho correctamente y no para quitarle dinero a usted.”

Volvio a tomar. “Yo me disculpo pero sabrán entender que debo cuidar a mi señora y si bien no veo malas intensiones en ambas, no he recibido sus razones para estar aquí mas haya de entregar un mensaje personal a mi señora y a un joven.” Les explico dejando la copa en la mesa y parándose de su silla para ir a buscar un libro. “Pero bueno supongo que debo dar algo para recibir algo, asi operan aquí en esta ciudad.”

Tras tomar el libro lo llevo tranquilamente hasta el escritorio depositándolo en su mesa. “Hace poco un joven italiano juro su servicio a nuestra señora. Al parecer el joven había pasado mucha hambre en su vida y necesitaba dinero aunque fuera de extranjeros. El joven es alguien muy aplicado y trabajador que ha servirdo a nuestra señora muy bien. Sin embargo como todos tenia un pasado detrás, no hablaba mucho de ello al parecer porque era algo triste. Pero por lo poco que decia no era de esta ciudad tampoco aunque seguia siendo italiano.”

La damita volvió a agradecer que su amiga estuviera junto a ella. Si Gianna no fuera quien era y si no la hubiera acompañado, posiblemente la habrían echado a patadas de aquel barco, o quizá ahora mismo estaría flotando en los canales con una daga entre las costillas.

Pero estando la noble presente con sus hombres de confianza a su lado, la situación era totalmente diferente, y Leonor pudo ver como el capitán la escuchaba respetuosamente justo antes de darle un poco de la información que ambas le pedían.

Pese a lo mucho que se había preparado en su mente para esto, la descripción de aquel muchacho que coincidía exactamente con la de su hermano, hizo que sus ojos brillaran de esperanza.

-¿Podríais decirnos su nombre, si no es mucha molestia? – Se atrevió a preguntar, deseosa de escuchar las palabras que había estado deseando oír desde hacía ya tanto tiempo.

No entendía cómo era posible que Theo no la hubiera buscado si había encontrado una benefactora, aunque no descartaba que estuviera bajo el influjo de una criatura de la noche, y que no pudiera irse de su lado.

Gianna no quiso interrumpir a ninguno de los dos, al primero porque había dado una descripción que ella no conocía y a la seginda porque había hecho la pregunta indicada y esperaba que respondiera claramente. De ahí podrían sacar sus conclusiones o retirarse sin molestar más.