Partida Rol por web

-Estoy segura de que Celia prefiere que su hermanito Dante siga con vida muchos años – Respondió la dama encogiéndose también de hombros. Y soltando un suspiro de resignación - Aunque, a decir verdad, si al final consigues engañar a una incauta para que se case contigo, al menos sabrá que no llegarás a viejo y no tendrá que ver cómo te quedas calvo y te cuelga la piel – Le replicó mordaz y divertida a partes iguales.

No obstante, en el momento en el que el Giovanni se tomó la mejilla, la jovencita se puso en guardia por si al noble no se sentaba demasiado bien aquel agravio. De nuevo fue una agradable sorpresa poder ver que se lo tomaba con humor y que aun deseaba seguir conversando con ella a pesar de todo.

-Jajaja, ¿No te cansas de halagarme incluso cuando te pego? Quizá si sigo tu consejo de dedicarme a los duelos dejarías de ser imbatible, querido Dante – Bromeó, justo antes de añadir – Los hombres siempre ansían lo que no pueden tener. Te resulto interesante porque te he rechazado unas cuantas veces y ahora me ves como un reto. Y con respecto a la primera vez que nos conocimos… me pillaste tan desprevenida como yo a ti hace unos momentos y tampoco te conocía como para saber lo insolente que eres – Afirmó guiñándole un ojo tras apoyarse en la pared con actitud divertida. – Además… llegas tarde lord Giovanni. – Le dejó caer, sin entrar mucho en detalles sobre el significado de sus palabras.

-¿Cómo está tu hermana? Fui a visitarla para asegurarme de que se encontraba bien ¿Quién crees que ha querido hacerle daño tanto a ella como a tu prima? – Preguntó para pasar a tratar asuntos más serios.

El Giovanni rio con ganas ante la ocurrencia de la joven pelirroja pareciendo que no se detendría hasta que empezó a negar con la cabeza. “Es posible que yo mismo sigo en este trabajo por eso mismo.” Respondio con algo de sinceridad o tal vez siguiendo la broma de lo que seria la edad anciana del duelista.

Parecio animarse bastante cuando recibiste bien la invitación de unirte a su gremio y sonrio aun mas mordaz ante la broma que le vencerías. “Seria bueno probar eso, aunque claro yo nunca pensaria en tomar tu vida si te venciera, sino algo mas dulce querida mia.” Le propuso pareciendo tomarse mas enserio la broma de lo que esperaba ella.

Pero ese pensamiento de un futuro duelo termino yéndose un poco de la mente del espadachín cuando escucho que habia llegado tarde. “¿Tarde? A que te refieres con llegar tarde?” pregunto con un buen tono sin parecer captar el deseo de ella de no hablar mucho sobre eso.

Sin embargo el cambio de tema a su hermana parecio dejarlo algo mas tranquilo por el momento. “Mi hermana se encuentra bien, contenta de conocerte. Puede que te invite a tomar té en algún momento, pero no se bien lo que planea. Aunque parece estar mas dispuesta a quedarse.” Comento con una sonrisa victoriosa mientras se apoyaba en la pared cerca de tuyo dejando que los brazos de ambos tengan contacto. Eso te permitió ver un leve temblor en su cuerpo que acompañaba el rostro de puro enojo que salio con aquella pregunta. “Los hijos de puta de los Ziani, que diablo se los lleve a todos y los torture por tratar de matar a mi hermana!” Respondio con puro odio y dejando ver como su respiración se alteraba cambiando total del seductor que habia tenido hace poco. E incluso lo vite pegar un vistazo al salón tal vez buscando un miembro de esa familia aunque no te imaginabas para nada bueno.

Leonor no pudo evitar soltar una risita cantarina ante la réplica de Dante. Por mucho que le molestara reconocerlo, el duelista le gustaba, aunque más bien su personalidad imprudente y despreocupada que su atractivo físico.

-Para vencerme tendría que querer luchar contra ti, y no es el caso, querido mío - Le replicó con un guiño, continuando el juego que se había generado entre ellos, y que ahora resultaba tan satisfactorio.

Pero cuando el Giovanni le preguntó qué era lo que había querido decir al expresar que había llegado tarde, la dama de largos rizos escarlata se encogió de hombros al tiempo que respondía - ¿Acaso crees que he venido sola a esta fiesta?

Hubiera añadido algo más, pero la conversación se tornó algo más seria rápidamente, por lo que la damita trató de calmar un poco los ánimos de su interlocutor haciéndole ver algunos puntos que quizá estaba obviando. - ¿Estás seguro que fueron ellos? A lo mejor alguien externo quiere empezar una guerra entre vuestras dos casas y tan solo ha encendido la chispa necesaria para ello ¿No has pensando en esa posibilidad? Igualmente podrían acusaros de asesinato por los sucesos recientes en la mansión Ziani ¿No lo crees? ¡Además! El asesinato de Celia no tendría sentido si los Ziani buscan perjudicar a tu familia, hubieran tratado de cortar una cabeza más peligrosa a sus ojos… - Meditó, pensando en varias posibilidades.

Acto seguido y para tranquilizar un poco más a Dante, Leonor agregó – Yo también estoy contenta de conocer a Celia. Es alguien especial y con un corazón puro como pocos. Será un placer tomar té en el momento en que desee.

El Giovanni se quedo pensando en s pregunta, aunque no había mucho que pensar en la pregunta sino mas bien trataba de recordar con quien habia estado ella. “No probablemente no…” dijo sin memoria de con quien había venido. “Pero sabes que no es necesario que te vayas con el mismo que viniste?” pregunto con picardía de nuevo acercándose a ella, no poniéndose a la defensiva de un posible cachetazo pero si quedando expuesto con su propuesta.

Sin embargo a pesar del esfuerzo la calma de dante no parecía fácil de conseguir. “Ya hemos tenido problemas con ellos, han tenido siempre celos de la velocidad en la que hemos escalado hasta nuestra posición.” Comento rápidamente en una especie de excusa pero sin dejar claro hacia que. “Si hay una tercera casa lo descubriremos mas tarde, pero hay cosas que ya no se pueden retrasar.” Dijo ahora si enterrando ciertos argumentos que había puesto la pelirroja.

“Celia es muy importante para mi, es mi querida hermana que defendería hasta la muerte. Si alguien la ataco lo hizo para hacerme mal a mi y al resto de la familia.” Comento y la vio con cierta tristeza a Leonor, como si habría dado cuenta de cierta cosa que no parecía querer decir.

La jovencita volvió a sonreír ante la respuesta tan descarada que le daba. Tenía que reconocer que al duelista no le faltaban agallas y, desde luego, tampoco tenía pelos en la lengua. No obstante, se obligó a guardar las distancias para no tener que propinarle de nuevo otro bofetón si intentaba volver a propasarse con ella – Dante, eres adorable, pero de nuevo he de rechazarte. – Le respondió, más con el tono que usaría una amiga que como alguien enfadado.

No obstante, cuando él comenzó a hablar sobre asuntos tan privados sobre su casa, Leonor se sintió agradecida por la confianza que le daba, al tiempo que su semblante se tornaba serio y comprensivo, aunque no por ello le trató dejando a un lado la lógica de la situación. - ¿Y de quién te vas a vengar? Lord Ziani está muerto y la mansión está repleta de guardias dispuestos a asaetear a cualquiera que ose acercarse. Por Dios dime que no fueron los Giovanni quien lo hicieron, porque será muy difícil que la justicia no os condene por eso. – Afirmó, mostrándose preocupada por su destino.

-Celia es muy importante para mí tambien y no permitiré que le pase nada si puedo evitarlo, pero creo que es mejor investigar lo que hay detrás de todo este complot, antes que mover ficha de forma apresurada que pueda desencadenar una desgracia aun mayor… Lamentablemente los asuntos de la nobleza a veces son más violentos y traicioneros que los duelos a los que estás acostumbrado. Quisiera ayudarte ¿Me dejarás? Aunque para eso tendrás que ser sincero conmigo y dejar a un lado esa fachada de mujeriego impulsivo y despreocupado. – Le pidió, mostrándole que deseaba bastante más ser su amiga antes que su amante o cualquier otra cosa.

El espadachín suspiro pareciendo entender por el momento la negativa de la joven o simple esperando otro momento donde acercarse a ella. De cualquier forma el tema que estaban hablando a continuación tampoco lo motivaba mucho a un humor seductor.

Por primera vez en sus conversaciones el Giovanni se vio serio aunque no era solo eso también parecía volverse algo mas sombrio ante las implicancias que daba la joven. Observo para dentro como si buscara si alguien los espiara o escuchara, antes de volver a acercarse a ella.

“Estas muy bien informada Leonor, no todos los humildes se preocupan por la muerte de un noble o van a revisar su seguridad tras la muerte de este.” Comento con palabras que insinuaban algo pero el espadachín no terminaba de decir que. “¿Acaso si te digo que si, iras con la justicia para acusarnos?” pregunto finalmente mostrándose mordaz, pareciendo cambiar totalmente la forma en que la trataba por entrar a ese tema.

El humor de esa conversación había cambiado demasiado en tan poco tiempo con Dante moviéndose entre una postura defensiva o de ataque pero sin duda no pareciendo el don juan de antes. “Soy lo que soy Leonor. Soy un mujeriego, soy impulsivo y algo despreocupado pero no voy cambiar. No lo voy hacer para una amiga como intentas mostrarte ahora conmigo. Ni mucho menos para alguien que ponga en duda a mi familia.” Le devolvió sin temor dejándole unos segundos para pensarlo antes de seguir. “Si deseas ayudarme o a Celia necesitaría que jures por la familia nuestra, en ese momento sere tan sincero como quieras pero necesito saber que no nos traicionaras o abandonaras a mi familia.” Afirmo dejando por su lado otras condiciones un poco mas rígidas a las que pedia Leonor.

La joven notó en seguida como Dante cambiaba su actitud drásticamente para mostrarse cauteloso hacia ella e incluso ligeramente hostil. Supuso que algo así podría ocurrir pero cuando realmente pasó, le sorprendió más de lo que estaba dispuesta a admitir. Sobre todo por la forma en la que él se situó, teniendo fácil acceso a su arma ¿Sería el apusto Giovanni capaz de atacarla?

-¿Acaso me ves capaz de algo así? Fui yo la que arriesgó su vida para proteger a Celia y a Anna y jamás os haría daño a ninguno – Respondió bastante ofendida – Además de que la justicia no me parece demasiado justa la mayor parte de las veces.

Leonor no se acobardó ante la postura de Dante. Más bien se entristeció y se mostró más indefensa de lo que jamás había estado frente a él. Bajó totalmente los hombros e incluso se apoyó contra la pared algo alicaída –Jamás he puesto en duda a tu familia… no sé por qué dices eso – comenzó, mirándole a los ojos tratando de mostrarle que se equivocaba – Pero si realmente lo necesitas… lo juro. Juro que nunca he querido hacer daño a tu familia, que he hecho todo lo posible por protegerla y que no pretendo traicionaros. No sé quién crees que soy, pero no me ha enviado nadie a tenderos una trampa. Tan solo he sido afortunada de que mi destino se cruce con el vuestro, a pesar de que no quiera nada de ti más que tu amistad.

Dante pareció detenerse en el momento que ella respondió, su mano si bien podía parecer cerca de su arma pero para quien conocía a Dante sabia que no tendría cautela en tomar el pomo de su espada si quisiera amenazar o simplemente sacando su espada en caso mas extremo.

“Te agradezco mucho lo que hiciste por mi hermana y prima, de verdad.” Dijo como si pretendiera dejarlo en claro ahí mismo. “Confió en que no vayas a dañarlas a ninguna de ellas y por eso te hago esas preguntas sobre lo que tienes pensado hacer.” Comento el hombre que si bien se había relajado un poco seguía en la defensiva, aunque a pesar de ello noto como ella si iba retrocediendo.

“Porque haces ver como si fuéramos los malos en todo lo que le esta pasando a Ziani. Nosotros no somos los únicos con problemas con ellos, son una familia vieja y con muchas decisiones cuestionables.” Comento el hombre mientras se iba acercando con mayor calma sacando de su cuerpo cualquier señal de que fuera a atacar. Escucho el juramente de ella y sus palabras para finalmente suspirar.

“Como insistes en nuestra amistad, por un lado lo agradezco de verdad lo que significa pero también no me termina de gustar por obvias razones.” Comento el espadachín con media sonrisa pareciendo conforme por el juramento de ella. “En serio quieres meterte en esto y de nuestro lado?” pregunto pareciendo buscar que tan segura estaba y de paso aprovechando su posición algo sumisa para acariciar su mejilla.  

Leonor notó como Dante retiraba la mano de la empuñadura de su arma e instintivamente se relajó. A pesar del temperamento despreocupado de aquel hombre, la joven sabía que podía ser muy impulsivo, aunque nunca se había sentido amenazada a su lado.

-Lo cierto es que todas las veces que me he cruzado con un Giovanni ha sido por casualidad, pero parece que el destino quiere que nuestras vidas se entrelacen de una u otra manera – Le dijo con sinceridad, dejándole claro que ni ella misma entendía cómo era posible aquello. – Es curioso, la primera vez que te vi junto a Anna pensé que no te caía muy bien, aunque me complace apreciar que no debe una fiarse de las apariencias. – Sonrió al recordar cómo se insultaban el uno al otro en mitad de la calle.

Cuando él le hizo aquella pregunta, la dama de cabellos de fuego le miró extrañada antes de responder – ¿Por qué piensas que pretendo condenar a tu familia como la mala frente a los Ziani? Tan solo he intentado hablar sin florituras ante ti porque pensé que lo preferías de esta manera. Te hice una pregunta tan directa porque quería descartar que hubierais tenido algo que ver con la muerte de esos nobles, ya que temo por tu bienestar y el de los tuyos. A pesar de este vestido, sabes que mi procedencia es humilde. Te sorprendería la de las cosas que los lugareños vemos y escuchamos sobre la nobleza o sobre los ricos comerciantes. Los pobres tenemos más de un par de ojos y oídos, por lo que no debería sorprenderte tanto que esté muy bien informada, teniendo en cuenta que tu familia me importa.

Leonor sintió las manos de él acariciando su mejilla y no pudo evitar que un poquito de rubor pincelara su piel al tiempo que sonreía con ternura – Dante… te hice una promesa sobre Celia. Lo que al principio no fue más que un favor inocente, se ha transformado en un fuerte vínculo después de conocerla. Ella es alguien tan dulce y especial que arriesgaría mi vida para evitar que le pasara nada malo. No digo con ello que tu familia sea una santa, pero merece la pena contemplar como las rosas abren sus pétalos para mostrarse ante el mundo con todo su esplendor. Tu hermana Celia es una de esas rosas y tu… bueno, quizá también lo seas ¿Quién sabe? Supongo que habrá que quitarte todas esas espinas para averiguarlo, amigo mío. – Finalizó con un guiño siendo consciente de lo afortunada que era al estar aquí y ahora, si se comparaba con cualquiera de los huérfanos de la calle.

El duelista sonrió. “Ahí muchos de nosotros en esta ciudad, aunque había más de nosotros. Pero el resto de Europa y el mundo se merece nuestra presencia, no lo crees?” pregunto pícaramente y podías imaginarte lo que decía recordando aquel grande cuadro lleno de una familia demasiado numerosa. “Bueno la primera vez que te vi pensé que eras una ninfa de los canales, usándote a vos misma como carnada para un incauto estando sola en la plaza.” Le dijo con demasiado naturalidad para haberlo inventado en el momento. “Así que estoy de acuerdo con lo de fiarse de las apariencias.”

La escucho con cierta reserva y si bien su mano no estaba en el pomo de su espada se cruzó los brazos mientras escuchaba todo lo que ella le decía. “Agradezco el interés por mi familia y lamento ponerme tan a la defensiva pero es que muchas veces siento que no solo los Ziani están contra nosotros. Que esos son los más visibles y que en cualquier momento otra de las familias nobles de Venecia nos quieran bajar los humos…” decía en un susurro solo para ella mirando hacia el interior. “Tu amiga Gianna parece tranquila o dedicada a otras cosas, pero su suegro e hijos podrían pensar otra cosa. Incluso el actual Dogo a quien dimos nuestro apoyo en las elecciones parece algo distante, temo que este mandando mucha de nuestra familia a Ultramar.” Le confeso con cierto temor y sin duda alguna paranoia por lo que podría pasarle a su familia. “Pero tal vez solo veo sombras extrañas como decía mi padre.” Dijo con cierta sonrisa y un gesto de la mano para sacarle importancia.

Fue aun con la mano en su mejilla que escucho sus palabras de su hermana pareciendo iluminarse su mirada. “Es mujer muy especial mi hermana, mi familia mas querida. Una hermosa rosa como dices vos.” Decía amoroso mientras empezaba a acariciar con calma a la pelirroja. “Mis espinas se salen solas como siempre han hecho con un beso de una bella dama. Pero parece mas divertido para ti tenerme espinado y jugar conmigo de esa manera.” Le respondio acercándose pareciendo buscar una respuesta un posible beso pero deteniéndose. “De casualidad no te has enamorado de mi hermana, cierto?” pregunto pareciéndole habérsele ocurrido en ese corto momento.

-¿Estás tratando de decir que la razón por la que me he topado con un Giovanni es porque sois muchos? Jajaja, eso sí que es una forma curiosa de hablarme bien de los vuestros. – Le contestó con humor, justo antes de escuchar sus halagos sobre la primera vez que ambos se encontraron – ¡Vamos Dante! Tú fuisteis el que se acercó hasta la fuente para decirme que aquel no era un buen lugar para estar sola. Yo no te puse ninguna daga en el cuello para que habláramos. De hecho recuerdo que pensé en salir corriendo por si eras un desalmado en lugar de alguien que trataba de ayudarme. – Le respondió con la misma naturalidad con la que él hablaba.

Cuando se disculpó por ponerse a la defensiva, la joven pelirroja le respondió con una sonrisa comprensiva justo antes de decir – No te preocupes que lo entiendo. No me conoces aun y es normal pensar que pueda estar en contra de tu familia. Sobre todo si me dices que tenéis tantos enemigos… Supongo que a muchos nobles les molestará que una familia adinerada trate de escalar posiciones, aunque supongo que tendrán que ir acostumbrándose – Le guiñó un ojo antes de encogerse de hombros con alegría – Mi amiga Gianna no creo que esté interesada en la política, aunque nunca le he preguntado, la verdad. Con respecto al Dogo… no le conozco, aunque el hecho de que esté distante puede ser porque tenga otros problemas en la cabeza-Igualmente puedo intentar enterarme qué pretende hacer con respecto a tu familia… una tiene oídos en todas partes. – Trató de animarle con sus palabras.

Pero cuando Dande volvió a la carga intentando aprovechar sus palabras dulces hacia su hermana para un intento de tratar de ligar con ella, Leonor resopló algo molesta mientras le refunfuñaba – No estoy enamorada de Celia, tan solo me parece una mujer increíble y sensible que se merece todas las cosas buenas que este mundo le pueda brindar… todo lo contrario que su hermano, que es un absoluto descarado. ¿Por qué no me dijiste que Celia se encontraba mal por la muerte de un amigo vuestro de la infancia? – Le replicó ante sus atrevidas palabras, intentando saber qué relación había existido entre Vico y Dante.

“Quien dijo que habla bien de los mios?” pregunto siguiendo su buen humor aunque dejando esa cuestion de lado, hasta él debia admitir que ese primer encuentro habia sido algo extraño pero no por ello excitante. “Nadie dijo que tenia fuera un puñal, sino algo mas peligroso…tu belleza, mi preciosa pelirroja.” Dijo no pudiendo evitar halagarla de sobre manera. “Al final tardaste en correr y eso que no era ninguno de los dos que nombras.” Le provocaba ya que no habia ido a ayudarla ni a robarla, sino a seducirla y no morir en el intento.

Suspiro ante el comentario de acostumbrar, aun ella que no estaba en el juego político conocia un poco de lo conservadores que eran ellos y de cómo podian actuar a los que quisieran variar el status quo. “Tu espiándolo? Ahora si me preocupa porque pienso que no sabes de lo que hablas o simplemente eres mucho mas peligrosa de lo que me doy cuenta.” Bromeo aunque parecia curioso por esa propuesta. “Dime…esos oídos porque estan a tu favor?” pregunto finalmente.

Rio con ganas al escuchar a Leonor decirle descarado. “Al final si pareces enamorada de ella, eso explicaría porque no queres estar conmigo. Pero no te hagas ilusiones con ella…” comento en broma pero la pregunta final de Leonor lo detuvo e impuso un gesto diferente en su rostro. “Porque era un tema mas de ella que mio y si quería decírtelo te lo diria, lo que veo que termino haciendo.” Comento sin mucho animo desviando su mirada de ella. “Yo la verdad no senti necesidad de decírtelo, ni hablar mucho de Vico.Era un buen tipo aunque nunca entendí porque se metio en la iglesia, al final supongo que sera para siempre un misterio para mi.” Comento resignado y pareciendo algo desinflado de su habitual actitud como si hubiera recibido un golpe con esa pregunta. Por un momento viste como sus labios formaron ciertas palabras pero nada salio tal vez por imposición propia.

Leonor no pudo evitar soltar una risita cantarina ante la nueva falta de pudor de su interlocutor – Que sepas que si no eché a correr fue porque supuse que me perseguirías y que no llegaría muy lejos. Tendrías que ponerte uno de estos vestidos para darte cuenta de que es imposible desplazarse muy rápido con uno de ellos. – Continuó con la broma, permitiendo que se imaginara a sí mismo disfrazado de mujer.

Cuando él le preguntó por qué tendría oídos a su favor con respecto al Dogo, la dama de hermosos rizos de fuego tan solo se encogió de hombros al tiempo que añadía – Tú mismo lo has dicho antes: Por mi belleza ¿Por qué otra cosa si no? ¡Además! Yo no he hablado de espiar, sino de preguntar discretamente a las personas adecuadas. Jamás se me ocurriría espiar a alguien tan importante y peligroso. – Afirmó, colocando una mano en su pecho haciéndose la ofendida.

No obstante, aquello no fue nada comparado con su reacción ante las insinuaciones que Dante realizó sobre Celia – Por más que te repita que mi cariño por Celia no tiene nada que ver con eso, no lo dejarás estar ¿no es cierto? Y Si… ella habló conmigo sobre vuestro amigo de la infancia. Lamento mucho tu pérdida, Dante. – Le dijo con sentida sinceridad al tiempo que ponía una mano en su hombro en señal de consuelo – Pero... estoy tratando de que olvide un poco su pena y que decida quedarse y hacer buenas obras aquí en Venecia, en lugar de hacerle caso a ese engreído Obispo Francés, e irse a Roma tal y como le ha sugerido.

“¿Esa fue tu única razón para no correr? Me lastimas Leonor y pensabas que querías ser mi amiga.” Comento fingiendo no muy que estaba lastimado como decía e incluso se ponía exageradamente la mano en el corazón. Pero rápidamente dejo la actuación para mirarla entera. “Bueno sin duda seria algo gracioso de mirar, si quieres busco una habitación para probarlo.” Comento divertido y sin perder la oportunidad de provocarla un poco.

Negó la cabeza mientras no podía contener bien una sonrisa, al parecer no se había esperado que ella usar sus palabras en contra suyo de tan buena manera. “Eres increíble Leonor…Bien creeré que puedes hacer eso, pero por si acaso no preguntare nada. Como dices el Dogo es muy importante e inteligente, lo demás es mejor no decirlo.” Dijo guardando cierta discreción en ese momento algo que desencajaba visiblemente con Dante e incluso con su trato anterior al Dogo pero tal vez los baldes fríos de Leonor lo hicieron pensarlo un poco mejor.

Encogió de hombros, sin disculparse ni nada por la insinuación que quedaba en el aire. Pero finalmente termino enterrada cuando el amigo de ambos apareció y asintió un par de veces sin decir mas dejándose consolar por ella. “Tal vez es lo mejor que olvide un poco…” acepto lo que decía ella, pareciendo enojarse un poco cuando nombraste al obispo frances pero al final se calmo rapido. “Te lo agradezco seguro Celia haga algo bonito por esta ciudad. Supongo que es un secreto asi que no preguntare.” Comento con una sonrisa complice. “Hazla sentir bien Leo, que es la familia que mas quiero. Estare muy en deuda contigo si la pones contenta.”

-Jajaja, si si… se te ve muy afectado – Respondió la joven pelirroja en el mismo tono de humor de su interlocutor – Eres tú el que no quiere ser mi amigo y busca cualquier excusa para llevarme a una habitación a solas… Aunque tengas que vestirte de mujer para ello. – Le increpó enseñando una bonita sonrisa.

Cuando finalmente Dante le dijo que la creía con respecto al Dogo, Leonor volvió a enseñarle sus hermosos dientes, satisfecha de que el espadachín le hubiera concedido el beneficio de la duda, permitiéndole actuar – Haré todo lo que esté en mi mano para saber en qué posición se encuentran los Giovanni en Venecia a ojos de las familias poderosas de esta ciudad. Se lo importante que es para ti… Y además, con ello también protegeré a Celia – Le aclaró, haciéndole ver el cariño que sentía por su hermana.

-Celia ya ilumina esta ciudad con su mera presencia, aunque si… Lo que pretende hacer será algo que seguramente prefiera contarte ella. Y yo estaré allí para ayudarla si me deja, y para protegerla de cualquier mal si está en mi mano. – Le respondió con total sinceridad.

-No tienes por qué estar en deuda conmigo. Lo hago con mucho gusto, Dante… Supongo que es mejor que me vaya, aunque ha sido un placer volver a verte – Finalizó dándole un dulce beso en la mejilla antes de salir del balcón, embriagando al espadachín con su perfume mientras se alejaba.

El también sonrió con una sonrisa que no era menos bonita, aunque si menos inocente sin duda. Pero dejo su pensamiento en su cabeza por el momento después de todo los siguientes temas eran mas serios. “Hazlo con cuidado Leonor, pero hazlo por vos misma que no será poca cosas si lo haces.” Le advirtió extrañamente quedando como el menos impulsivo de los dos respecto al tema del Dogo.

Asi siguió el espadachín correcto y asintiendo con serenidad a lo que decia Leonor respecto a su hermana. Aunque en un momento justo eso se corto. Ya que estando alerta Leonor se dio cuenta que el beso que se disponia a darle podria no ir como ella pensaba,  ya que vio algo en los ojos de Dante que le hizo detener.

Lo que podría pasar ahora quedaba en claro para la pelirroja pero ella no se lo dejaría hacer, no como antes. Por lo que por un momento importante estuvieron en silencio observandose sin moverse para ver quien claudicaba o se dejaba llevar. Finalmente la victoria fue de Leonor ccon un rápido beso en la mejilla del espadachín que se vio de nuevo sorprendido por la velocidad de la pequeña.

“Casi..” maldijo por lo bajo mientras la despedía con un gesto de la mano y una sonrisa diplomatica.

Tras alejarse de Dante la joven se encontró volviendo dentro de la fiesta que seguia teniendo cierta fuerza propia aunque no veías por ninguna parte a Gianna. En tu búsqueda por ella no habías notado quien se te acerco hasta que te tomo de la mano para que te dieras vuelta y lo miraras de frente. Era Tommaso que sonreía con una lindura bastante atrayente aun para la chica que había pasado mal en su presencia.

“No me imaginaba encontrarte aquí, en esta fiesta de la alta sociedad. Es un hermoso vestido el que usas.” Le comento dándole un halago mientras iba tomándola de la cadera sin timidez pero con cierta fuerza para que no se pudiera apartar de él.

“Supongo que has venido a divertirte un poco, que la supuesta verdadera razón para la fiesta no debería importarte mucho. Aprovechando eso, me harías el favor de bailar conmigo Leonor?” pregunto aunque sentías que no había una posibilidad de rechazarlo. “Necesito hablar contigo.” Aclaro al final.

A Leonor le gustó la sonrisa de Dante. A pesar de los intentos del duelista por conseguir llevarla a la cama, aquel hombre le parecía tan natural como genuino, lo cual resultaba bastante refrescante después de todo por lo que había pasado.

-Tendré cuidado, te lo prometo – Le respondió, justo antes de que el beso que deseaba darle en la mejilla se convirtiera en un reto entre ambos, siendo finalmente ella la ganadora en esta ocasión.

-Recuerda: Soy mejor duelista que tú. – Se permitió el lujo de bromear, mientras se despedía de él con una sonrisa aun más amplia que la anterior.

Pero su sonrisa se vio pronto apagada al entrar de nuevo en la animada fiesta y encontrarse con una de sus peores pesadillas. Gianna no se encontraba en el salón ni en ningún rincón en el que mirara, y Konrad también parecía desaparecido. Aquello no hubiera sido un problema, si la jovencita no se hubiera topado de frente con un monstruo disfrazado de uno de los hombres más apuestos que había visto jamás, el cual no dudó en recordarle su condición inferior mientras le mostraba su atractiva sonrisa.

-Os agradezco el cumplido y que me recordéis mi estatus. Lord Konrad deseaba que le acompañara esta noche, por eso han admitido a alguien de mi condición en una fiesta de tal envergadura. – Le contestó, sin poder evitar sentirse dolida ante sus palabras que acentuaban que ella no era nadie. No obstante, sabía que debía ser cuidadosa y mostrarse sumisa ante él, o Tommaso comenzaría a sospechar que no la tenía tan controlada como pensaba.

-Por... por supuesto. Todo el tiempo que... deseéis. Sabéis que soy toda... vuestra. – Mintió, sin oponer la más mínima resistencia mientras él la tomaba de la cadera, haciendo que sus mejillas se ruborizaran irremediablemente ante un contacto tan posesivo.

“Asi que vienes con Konrad…” comento con cierto interes plantándose una media sonrisa en su rostro. “Respecto a recordarte tu status era algo me lo hacias la noche que nos conocimos, demasiado si me lo preguntas. Pero al parecer no era tan grave si te encuentras aquí, vestida de esa manera.” Le comento mientras la llevaba al centro del salon para bailar con ella las elegantes melodías que comenzaban hace poco.

“No eres solo mia lamentablemente. Otro seria mi trato si fuera asi…” comento acercándose a su oído. “Nos subiríamos a un barco y exploraríamos los alrededores o al menos usaríamos eso como excusa para conocernos bien el uno al otro.” Le sugirió tal vez como una propuesta en otro tiempo.

Por un tiempo ambos danzaron sin ninguna palabra de parte del Lasombra a pesar que este habia pedido charla con ella. El hombre sonreia tanto a ella como algunos invitados como si fueran una pareja en ese momento aunque de vez en cuando notabas como su mirada se desviaba. “¿Como van las cosas que te pedi?” pregunto pareciendo desinteresado por su propia pregunta.

-Nadie le discutiría a un noble como Konrad, con qué pareja acudir a una fiesta. Es… la razón por la que se me ha permitido estar aquí. Aunque… me alegra que os guste mi vestido. – Respondió Leonor, tratando de que no afectara las palabras hirientes que le regalaba para provocarla, y mostrándose aun más sumisa si cabe.

No obstante, mientras sus pies eran conducidos hacia el centro de aquella elegantemente decorada sala de baile, sus dos mares azules se abrieron de par en par al escuchar las palabras que Tommaso le regaló al oído, casi consiguiendo que tropezara, totalmente ruborizada ante el descaro que mostraba frente a ella sin ningún tipo de contención. Pero ¿Qué demonios quería de ella? Primero la trataba como si fuera basura y luego le susurraba lo mucho que le gustaba… Realmente no entendía si todo esto era un juego para el vampiro, o es que la quería para él solo y le molestaba tener que limitarse a darle órdenes esporádicas.

Casi agradeció que permaneciera bailando, sin decir una palabra durante largo rato, sonriendo a todo aquel que posaba la vista en ellos, para darle tiempo a recomponerse. No obstante, su silencio no podía ser eterno, por lo que, cuando Tommaso le hizo la esperada pregunta, la dama de cabellos de fuego le miró directamente a los ojos al tiempo que respondía.

-He vuelto al barrio de los musulmanes, aunque ya os dije que me llevaría tiempo conseguir alguna información que podáis considerar valiosa. No obstante, sí que he averiguado algunas cosas sobre Lord Konrad, sobre todo los asuntos que le han traído a esta ciudad… Espero poder complaceros con ello aunque sea un poco. – Respondió con humildad, sin poder evitar percibir aquel inconfundible aroma suyo, que resultaba perturbadoramente agradable.