Partida Rol por web

Los dos hombres miraron a Leonor con curiosidad ante su intervención, dejando le el terreno libre para que hablara cada uno lo hacia por su razon pero de cualquier forma eso facilitaba a la ghoul para que hable entre vampiros poderosos.

Tommaso debió ser el que salio a contestarle, mas porque fue un ataque obvio a su persona y al principe. “Es raro pero no recuerdo que hayan atacado a nadie en esta ciudad, se han tenido que defender hace poco de un grupo bastante hostil que no ha pedido permiso al principe para realizar ese ataque en su ciudad arriesgando las vidas de los humanos en ese barrio. Lo otro que escuche que el grupo consigue un numero alto de voluntarios en los mas jóvenes que no han podido conseguir trabajo y consiguen que estos no se queden muriéndose de hambre en las calles.” Comento el Lasombra simplificando mucho lo que hacia el grupo y dando medias verdades que tal vez alguien que no estuviera enterado como ellos tres podria haber creido o no, pero lo que parecia hacer era minibar la amenaza de esa secta.

“Los colgados al parecer cometieron crímenes con nuestros ciudadanos mas ilustres, entre ellos la anfitriona de esta mansión. Estoy seguro que si le preguntas a ella te dira que se hizo justicia.” Le devolvio con una leve sonrisa pareciendo disfrutar de darle esas palabras.

Acercándose a ella se agacho. “De cualquier forma esos hombres se iran pronto, ya el príncipe lo ha dispuesto de esa manera hace tiempo. Por lo que no deberas preocuparte mi linda ragazza”

Mientras Konrad se quedo mirando la discusion entre ellos por el momento no entrando, tal vez esperando a ver la reaccion de ella ante estas nuevas palabras.

Leonor no sabía qué repercusiones traería para ella aquella intervención, aunque se imaginaba que no sería agradable. No obstante la muerte de Imanu aun era tan reciente, que no pudo evitar pensar en los pobres chicos que estaban en la misma situación que él y que seguramente morirían por los pecados de otros.

-Eso es bastante extraño Lord Tommaso, puesto que yo misma comuniqué a nuestro amado príncipe que fui atacada tanto por los jóvenes que servían a esos sectarios, como por los monstruos caníbales que mantenían en la mansión donde se hospedaban. De hecho, uno de los hombres de mi Domitor fue también víctima de dicho ataque y a duras penas logramos salir con vida… Supongo que debe ser un malentendido, puesto que no creo que desee clasificar a las pertenencias de Lord Konrad dentro de en la categoría de “nadie”. En cuanto a los voluntarios… Si no hubiera estado presente y no hubiera sido testigo de los métodos que emplean los sectarios para captar seguidores, posiblemente os creería, pero no se puede ignorar el hecho de que les atraían con falsas promesas y les ofrecían comida impregnada con sangre de Vampiro durante tres noches consecutivas para que fueran leales. – Respondió con una sonrisa encantadora, sabiendo que su conducta tendría consecuencias, pero siendo consciente de que no había marcha atrás.

-Por ese mismo motivo os informo que los pobres muchachos que colgaron estaban siendo manipulados bajo las órdenes directas de aquellos que aun andan sueltos por nuestra amada Venecia, por lo que no creo que nuestra anfitriona dijera que se hizo justicia, sino más bien que se encubrió a los verdaderos culpables de todo esto… culpables que, por otro lado, también atentaron contra la vida de nuestro ilustre Dogo hace unos días usando más chicos controlados. Me pregunto por qué razón pudieron ordenarles algo así y con qué propósito, aunque ahora no podremos saberlo, puesto que todos están convenientemente muertos… – Afirmó de pasada algo pensativa, justo antes de añadir.

-Pero en cualquier caso me quedo mucho más tranquila sabiendo que gracias a las rápidas acciones de lord Aliprondo esos criminales desaparecerán de Venecia y no volverán a dañar a los súbditos humanos de su propia ciudad. Realmente nuestro príncipe es una persona encomiable. – Finalizó, sonriendo inocentemente y disfrutando de este momento ahora que aun podía.

Konrad se encontraba cruzado de brazos por un momento no interponiéndose en la discusión y mirando todo como una estatua de mármol. Tal vez por eso Leonor contaba con la facilidad de contestar al otro vampiro o tal vez era el otro vampiro quien ganaba la libertad de contestarle de esa manera a ella.

“A mi me dijeron que entraste en su institución con métodos de subterfugio, que luego de estar con ellos decidiste atacarlos de alguna manera. Lo que se cumplio ya que por suerte contabas con la ayuda de un grupo misterioso que aun no nos has dicho quienes son.” Le encaro mirando en la profundidad de los ojos azules de ella causándole una sensación rara que hacia que su instinto le advirtiera que debia detenerse. “El incidente con el hombre de Konrad ha quedado aclarado antes. Al parecer fue gracias a ti que se encontró en peligro y su muerte pudo quedar en tus manos si llegaba a ocurrir tal tragedia.” Le devolvía volviendo a tirarle la culpa a ella.

“Tienes pruebas que pusieran sangre en la comida? Tienes pruebas que los jóvenes que usaron no cometieron esos actos por su propia voluntad?” pregunto con una gran sonrisa. “Sabes cuanta sangre se necesita para llenar varios platos de comida? Sabes que tener un grupo de ghoul a tu mando es generalmente una muy mala idea por lo costoso que suele ser. Créeme han habido tontos que han querido formar ejércitos leales de esa forma, no es posible.”

Aunque pronto su sonrisa crecio y nego con su cabeza con fuerza ante la mencion del intento de asesinato del Dogo. Parecia estar mas que divertido con ese planteo y Konrad por fin se movió para negarle con la cabeza como si conociera mas de ellos. “Creo que tienes demasiada imaginación pequeña pero tambien eres muy limitada si quieres culpar a esa secta de todos los males de la ciudad. No crees que pudo ser políticas humanas? Te recuerdo que a la iglesia le fastidia mucho el Dogo, tal vez porque coopera mas con nosotros que con ellos.” Comento encogiéndose de hombros. “Pero tambien esta la posibilidad de un vampiro que no pertenece a nuestro grupo y quiere arruinar nuestra ciudad. Es posible tambien, tenemos enemigos de otras ciudades.”

“Si es conveniente que esten muertos y no hayamos podidos interrogarlos de ninguna manera antes que esto pasara. Una verdadera lastima pequeña...”agrego a las sospechas mandando un claro mensaje a ella que sabia bien lo que ellos sabian.

Las ultimas palabras de ella no generaron gran reacción en el vampiro que por un momento parecio no sentir la necesidad de contestarle ese sarcasmo. “Lo es. Lastima que ya no puedas verlo, por muchas veces su generosidad a salvado a muchos que han estado en problemas.” Dijo mirando a Leonor y luego a Konrad.

Leonor escuchó la respuesta de Tommaso mientras comenzaba a sentirse cada vez más y más triste. El vampiro parecía disfrutar haciéndole ver que se encontraba en una mejor posición para casi cualquier cosa, puesto que tenía todo el poder físico, sobrenatural, social y monetario de su lado, mientras que ella era menos que un mosquito bajo sus pies. Al instante supo que perdería no importaba lo que hiciera, por lo que su sonrisa desapareció de su hermoso rostro al tiempo que la de su rival se ensanchaba, mientras él la miraba a unos ojos azules que habían comenzado a extinguir su entusiasmo y el fuego que los caracterizaba.

-Yo…entiendo que es la palabra de esos… vampiros contra la mía, aunque nunca imaginé que nadie pudiera llegar a creer seriamente que alguien con mi fuerza y capacidades fuera capaz de perpetrar un ataque. Me… halagáis si pensáis que soy capaz de algo así, aunque me disculpo por cualquier molestia que os haya causado, al igual que me disculparé ante el hombre de mi Domitor, ya que dudo mucho que la palabra de alguien de mi condición tenga algún valor y no importará que os diga que en ese momento desconocía que se trataba de un hombre de Lord Konrad, que él se ofreció voluntariamente a ayudarme a rescatar a mi amigo y que sabía exactamente a qué se estaba enfrentando cuando decidió acompañarme. – Afirmó agachando la cabeza.

-No poseo más pruebas que la sangre de la copa que se derramó en el suelo de aquel lugar cuando intentaron obligarme a beberla, aunque viendo vuestra sonrisa, eso lo sabéis perfectamente, al igual que sabéis que dudo mucho que siga allí. Con respecto a mi imaginación… Vuelvo a disculparme por pensar que el chico alemán que se encontraba reclutando jóvenes en aquella secta, el cual fue el mismo que agredió a la anfitriona de esta fiesta y el único que se escapó de la guardia el día que atentaron contra la vida de nuestro ilustre Dogo, pudiera estar movido por los mismos hilos… Supongo que es debido a que soy muy limitada, por lo que os pido perdón de nuevo por haber hablado de cosas que no son de mi competencia.

Por último, cuando mencionó al príncipe y la acusó tan abiertamente y de forma tan poco sutil, Leonor volvió a entristecerse visiblemente al tiempo que se tambaleaba un poco dentro de su vestido carmesí a causa de la sorpresa. – No… ¡Por Dios bendito! No era mi intención que pensarais que no me agrada nuestro amado príncipe, sino todo lo contrario. Yo… jamás he querido transmitiros semejante mensaje. Yo… estoy tan avergonzada que… ruego me disculpéis… pero necesito un poco de aire… Estoy empezando a sentirme algo mareada… – Afirmó algo pálida mirando a Konrad con ojos suplicantes, para que le permitiera abandonar la sala.

“No pienso ello. No pienso que hayas podido ser un peligro para ellos por ti misma.” Aclaro rápidamente con un tono neutral como si fuera un hecho casi natural. “No tienes nada que disculparte pequeña estas cuestiones son como ya dije algo complicadas de entender por alguien que ha sido recientemente unida a nuestra sociedad.” Dijo con la misma serenidad dejando de agrandar su sonrisa para dejarse llevar por la victoria que tenia ahora.

“Es algo muy extraño pero en este mundo existen las coincidencias, aunque uno se resista a pensarlo.” Le empezo a explicar. “Se interrogo al que llamas por su nacionalidad y se ha concluido que se unio a esa secta luego de escapar de los guardias en la plaza, al parecer necesitaba un trabajo en ese momento. Respecto del ataque a nuestro querido Dogo no estaba enterado que habia ocurrido en ese momento pero se percato que lo perseguía la guardia y decidido escapar.” Le siguió comentando pareciendo querer aclarar un poco del supuesto mal entendido que tenia la pequeña. “Hay mas cosas pero no quiero gastar tu tiempo.”

Pero aquellas últimas palabras quedaron medias perdidas tras la acusación que sintió la pequeña. Ya que en ese momento Konrad que había permanecido callado se acerco hartándose también de la forma que era tratada.

“Tranquila.” Dijo tomando el hombro de ella, antes de dedicarse a ver con una advertencia a Tommaso. “Ya creo que has dicho suficiente y no han quedado a todos un par de cosas claras. Te pido respeto a mi y a los mios, que esta puede ser la ciudad de tu principe pero la joven esta a mi cuidado.” Le aclaro con firmeza al hombre dejando el hombro de ella para acercarse peligrosamente al lasombra.

“El principe debería tener en cuenta ello si pretende hacer negocios y ayudarme a crecer mi ciudad para expandir el cristianismos de la forma que él desea.” Comento el guerrero que noto que Tommaso no lo estaba mirando con todo su atención sino que iba con Leonor, tal vez por eso fue que lo empujo con el hombro causando la sorpresa del lasombra.

“Escuchaste lo que dije?” pregunto de forma autoritaria recibiendo una afirmación del otro. “Bien, puedes marcharte que necesito hablar en privado con mi ghoul.” Tommaso acepto y se despidio de ella hasta la proxima reunion que tendrian.

Leonor no entendió por qué Tommaso había cambiado repentinamente su forma de actuar y ahora trataba de explicarle ciertos asuntos, e incluso le quitaba importancia a sus “faltas”, justificando su actuación con la afirmación de que aun era muy nueva en el mundo de los vampiros.

Para ella era demasiada casualidad que alguien como el alemán hubiera estado implicado en tres escenarios diferentes sin ser verdaderamente responsable, no obstante decidió no decir nada, puesto que aquel pobre chico ya estaba muerto y no había nada que pudiera hacer para saber más, a no ser que su espíritu se le apareciera, cosa que dudaba mucho puesto que no le había visto en la plaza junto con Imanu.

No obstante, la intervención de su Domitor, hizo que sus pensamientos pasaran relegados a un segundo plano, mientras que abría los ojos de par en par para intervenir ligeramente cuando Konrad se acercó peligrosamente hacia el Lasombra.

-Lo…lo siento, todo ha sido culpa mía. Lord Tommaso no me ha faltado al respeto... soy yo que aun tengo que aprender cual es mi lugar. Os ruego… me perdonéis – Dijo apresuradamente, intentando evitar una pelea.

Afortunadamente el vampiro decidió marcharse de la habitación sin mayor problema a pesar de la parca despedida del norteño. Tras ello, y después de decirle educadamente adiós a Tommaso, Permaneció unos segundos en silencio antes de hablar, algo más afectada de lo que creía y con el corazón latiendo tan rápido que parecía que se saldría de su pecho.

-Dios mío… no sé por qué he sido tan estúpida. Lo siento tanto...Pensé que podría controlar mejor mis sentimientos a pesar de sus provocaciones... pero ese hombre…. Yo….te prometo que no volverá a pasar... pero entiendo que quieras castigarme – Respondió con los ojos algo vidriosos y conteniendo la respiración.

Tommaso no dijo nada a las palabras de ella, solo dándole una mirada que parecía invitarte a verlo mas tarde en otro momento. Pero no era una invitación suficiente fuerte para no quedarte con tu domitor ahora mismo.

Konrad se lo quedo mirando mientras se iba antes de volver enseguida con ella escuchando las recriminaciones que se hacia a si misma. “Ese hombre es muy astuto t con unos deseos grandes de hacer sus objetivos por lo que es mejor que no lo subestimes.” Le recomendo acercándose a ella hasta apoyar su mano en el rostro de ella, con su frialdad llegando a su mejilla. “Eres joven aun para meterte en estas charlas y él lo sabe por eso es probable que te provoco para que entraras en la conversación.”

De cualquier aun cuando de cierta forma la excusaba su mirada se veia dura como las primera veces que se encontraron. “Como piensas hacer que esto no pase de nuevo? Tu eres una mujer muy pasional para tu propio bien, algo que me atrae pero no se si sea buena con esta clase de vampiros que se alimentan de tus fallos.” Continuo diciendo sin sacarle la vista de ensima. “Los Lasombras no perdonan tenlo en cuenta siempre.” Finalizaba con ese tono tan frio y distante de otras veces, sin darle mas que su mano fria como posible contacto.

La joven pelirroja permaneció en silencio con expresión preocupada mientras Tommaso se alejaba de la habitación mientras le dedicaba una mirada que indicaba que le decía que no tardaría en tener un futuro encuentro con ella.

No obstante, cuando finalmente se fue y Konrad se acercó a ella, la dama de rizos de fuego le miró dulcemente con sus ojos claros, al tiempo que sentía como él le acariciaba el rostro con delicadeza – Ahora me doy cuenta. Me provocó para que interviniera a pesar de que seguramente por mi condición de… ¿Cómo era? ¿Ghoul?... no debía haber abierto la boca – Le respondió dándole la razón por mucho que le doliera.

Ante la pregunta de su Domitor, el cual la miraba con expresión dura, Leonor respiró hondo durante unos segundos antes de responder – Me alegra que te atraiga eso de mi, mi amor pero… tendrás que castigarme de alguna manera. Algo que sea visible y le haga ver a Tommaso que se ha salido con la suya. Después… actuaré como la mujer más sumisa que haya conocido, haciendo caso omiso a mi corazón – Le prometió, totalmente dispuesta a cumplir lo que decía.

-Si lo que dices es cierto, Tommaso posiblemente no considerará esto como un agravio, sino más bien me provocó para cumplir sus objetivos y para obtener exactamente este resultado. Puede que te esté midiendo con sus acciones y puede que desee saber lo que él y el príncipe pueden sacar de ti a través de mí. Si no es así ¿Por qué otro motivo me preguntaría lo que he averiguado sobre tus motivos para estar en Venecia y, acto seguido, contártelo inmediatamente en mi presencia? – Preguntó para saber qué era lo que pensaba el vampiro de todo aquello.

“Ghoul. Que son los siervos de los cainita aunque también sus amantes y otras cosas mas. Todo depende del Cainita.” Le explico sintiéndose algo incomodo de hablar de ello pero pareciendo comprender que tarde o temprano debería tener esta charla.

Se le quedo mirando ante la propuesta de ella de castigarla, sin decir nada con su rostro de piedra difícil de leer. “Dime como quieres que te castigue…” le devolvió con cierto tono autoritario. “Ambos sabemos que se como castigar a alguien pero me gustaría saber de parte tuya como pretendes que te castigue de forma que se vea genuino pero a la sea fingido de mi parte.” Le comento dejando el tema del castigo en las manos de ella tal vez teniendo una dificultad él o simplemente estaba curioso de lo que ella sugeriría.

Al final tuvo que afirmar en acuerdo con lo que Leonor decía. “Esa debe ser la razón. Es probable que piense que tu eres la mas débil de los dos o quien podría convencer de alguna forma para que le ayudes.” Comento en respuesta a su pregunta tras meditarlo con cierta paciencia.

-Siervos de los cainitas… repitió en voz alta algo triste, más para sí misma que para su nuevo amo – creo que deberíamos sentarnos para que me expliques qué se supone que otros Cainitas esperarán de mi cuando me tengan delante y como debo comportarme.

Cuando Konrad le preguntó cómo debía castigarla, Leonor se sintió bastante incómoda ante la pregunta. No obstante, sus preciosos ojos azules le miraron con una mezcla entre miedo y determinación antes de responder – Yo no sé qué métodos son los adecuados para castigar a un Ghoul o qué pensarán los Lasombra que es apropiado y comparable al supuesto agravio recibido, pero deberá ser visible o pensarán que me mimas más de lo que un siervo merece y eso te puede hacer parecer débil ante ellos o vulnerable a través de mí… ¿Qué tal si golpeas mi rostro o mi espalda? Supongo que si ven algunos morados en mi piel, podrán saber que me castigaste duramente. Soy fuerte, puedo soportar el dolor, aunque si ese tipo de castigos no son los que un vampiro esperaría, lo dejo todo a tu criterio. – Le dijo, sonriéndole de forma contenida, otorgándole la última decisión a él.

“Sientate si quieres…” le permitió mientras le señalaba a una de las sillas en el cuarto. “Un ghoul es como un siervo de un vampiro, hay muchas cosas que puede hacer pero el mal que haga terminara afectando a sire. Por lo que tomando eso en cuenta muchos Sire mantienen muy cerca a sus ghoul y no le posibilitan hacer nada ni siquiera hablar.” Le fue explicando mirándola con seriedad y pareciendo ignorar cualquier otra cosa que pasaba. “Tu comportamiento deberia ser de un sirviente, me imagino que habrás visto otros ghouls y su comportamiento.”

Fue al llegar de nuevo al tema del castigo y su decisión sobre el tema que el vampiro parecio alejarse de ella para esconderse en su pensamiento. Sin embargo pronto volvio con una mirada helada.

“Tus brazos…te lastimare los brazos.” Le contesto mirandolos y elevando una mano parecio pedírselos. “Podras ocultarlos y enseñarlos con facilidad. Si bien no termina siendo el castigo ejemplar para este tema podemos decir que te castigo lo que no hice por robar el libro de Nod.” Mientras le explicaba se iba sacando su cinturón preparandose para lo que haria luego. “Te dolera, pero si te calmas rapido podre hacerte pensar en otra cosa.”

La damita se sentó obedientemente para escuchar todo cuanto tenía que decir su amo, mientras le miraba a los ojos sintiendo como una soga invisible se cernía aun más sobre su cuello. Ella había visto el comportamiento de Camila, el cual no se parecía nada al de un sirviente. No obstante también era cierto que nunca la había visto en presencia de otros vampiros que no fueran su propio Domitor, por lo que posiblemente aquella no sería su realidad.

-Entiendo… si es así, estoy cada vez más convencida de que Tommaso pretendía forzar la situación para saber cuánta libertad me permites. Lo cual me hace preguntarme si te arrepientes de no haberme mantenido muy cerca de ti. – Comenzó, deteniéndose un poco antes de continuar – A partir de ahora permaneceré en silencio en presencia de otros Vampiros para no avergonzarte y tan solo hablaré cuando sea requerido específicamente, pero en esos casos procuraré parecer lo más neutra posible sin exponer mis opiniones personales ni mis puntos de vista – Le prometió, notando como se le hacía un nudo en la garganta ante aquella idea.

-Igualmente he de advertirte que Tommaso no se ha conformado con la información que le di de ti, ya que me dijo textualmente que yo era lo suficientemente lista como para enterarme de cosas que escondes y que le gustaría que profundizara más, porque lo que le había dicho parecía una respuesta para dar a un humano que me pide la razón del viaje, pero no era para nada suficiente para ellos ni para mí…. No sé que más podrás o querrás decirme para que los Lasombra se enteren, pero te ruego que no te demores mucho en darme algo más de información aunque sea mentira, ya que posiblemente no tarde en visitarme después de esta noche. – Le advirtió, sabiendo que algo tendría que darle al vampiro cuando la visitara.

Acto seguido extendió los brazos sin dudarlo cuando Konrad se los pidió - ¿Y cuál sería el castigo ejemplar? No te sientas mal amor, puesto que me golpearon más de una vez en el orfanato donde me crié… con el detalle de que se guardaron mucho de dejarme marcas permanentes, ya que el señor Vestini no quería dañar su mercancía. – Le contó, sin darse cuenta de que había revelado el nombre del dueño del hospicio que aun la hostigaba. – Al menos esto lo estoy pidiendo de forma voluntaria, aunque confieso que hubiera preferido que tuvieras un poder capaz de causar moratones sin necesidad de que me doliera – Bromeó con una sonrisa en el rostro, para tratar de quitarle importancia a lo que estaba a punto de sucederle.

“Mas cerca de ti…yo lo sugerí en un momento, pero vos me dijiste que eso terminaría cortando tus alas si no recuerdo mal.” Comento recordando un fragmento de una conversación pasada. “Supongo que aun piensas eso?” pregunto escuchando lo que proponía ella en presencia de otros vampiros y solamente asintiendo de acuerdo con lo que planteaba pero al parecer estaba mas interesado en la pregunta que hizo él.

Sus siguientes palabras generaron un enojo claro en el rostro del vampiro que se movio de un lado a otro en la habitación como si estuviera pensando. “El lasombra es muy insistente aunque no es tan diferente a los de su clan. Puedes decirle de una nueva campaña que pretendo realizar hacia el este, donde no solo se esconden herejes sino seres peligrosos como los hombres lobos.” Dijo no necesariamente como una inspiración de ese mismo momento sino como un plan que ya tenia. “Es un plan que siempre tenemos ahí en el norte, por lo que no sonara falso y de ahí puedes inventar mas si quieres.” Afirmo explicando un poco de su rapidez para generar esa historia.

“Es reconfortante saber que te recuerdo uno de tus peores momento en tu vida…uno que no me haz contado mucho.” Comento el vampiro no pareciendo para nada contento de la comparación de cualquier forma doblo el cinturón para estar listo para lo que pasaria.

“Poderes los hay para hacer eso, pero no sin su consecuencia. Créeme es mejor que aceptes voluntariamente lo que ellos proponen aunque te prometan que no sufrirás.” Le alecciono dejando unos segundos de pausa entre ellos para que se prepare para lo que iba a suceder. “Recuerda trata de calmarte rapido, aun cuando cueste.”

Dicho eso y con algo mas de demora levanto su brazo con el cinturón para luego bajarlo con fuerza hasta dejarle un ardor importante en ambos brazos por el golpe.  

-Claro que sigo pensándolo. Tan solo me preguntaba si tú te arrepentías. – Le respondió con una sonrisa dulce – Realmente podrías haberme encerrado, ya que tenías el permiso del príncipe para quedarte conmigo, pero no lo has hecho y has preferido respetar mis deseos, lo cual me hace muy feliz.

Cuando su Domitor le dio aquella información, la dama asintió tratando de asimilar lo que le decía – No sabía que existieran los hombres lobo, aunque ya no me sorprende nada… ¿Puedo decirle también que viajaste hasta aquí ante la noticia de la muerte de uno de los vuestros, o prefieres que no lo sepan? – Le preguntó, recordando la conversación que tuvo con ella sobre ese tema.

No obstante cuando él le dijo aquellas palabras sobre los peores momentos de su vida, Leonor abrió mucho los ojos, puesto que aquella no había sido su intención para nada – ¡Ey! Yo nunca he dicho que me recuerdes a mi infancia en el orfanato. Tan solo quería explicarte que no soy tan frágil como crees… aunque veo que te gusta dramatizar – Le increpó con una media sonrisa a pesar de ser testigo de cómo doblaba el cinturón. – Si no te he hablado de esos momentos es porque no me gusta recordarlos, aunque si quieres puedes preguntarme. – Respondió con tranquilidad.

Entonces, llegó el momento en el que él alzó la mano para golpear sus brazos. La damita de cabellos rojos como el fuego contuvo la respiración mientras el cuero mordía su piel, pero se mantuvo firme y no emitió ningún sonido a pesar del escozor, y tampoco retiró las manos, por si su Domitor la golpeaba de nuevo. Tenía que demostrarle que era lo bastante fuerte como para soportar aquello, por lo que le miró con cariño a pesar de todo. – Te quiero, Rurik – Dijo al fin, para evitar que se sintiera tan mal.

El vampiro sonrio al escuchar lo feliz que te ponia y podias sentir cierto alivio en su persona mientras dejaba la pregunta de si se arrepentía a un costado, olvidada en la conversación.

“Lo existen, junto con otras criaturas que es mejor que no conozcas. Aunque al parecer si las historias son ciertas pudiste haber conocido a alguno ya que invadieron la parte norte de Italia bajando de las montañas, entre las ciudades estaba Venecia. Los vampiros de cada lugar los echaron pero no me acuerdo que historia usaron para cubrirlo.” Le informo posiblemente sorprendiéndola a pesar de las últimas palabras de ella.

Aunque fue la pregunta de ella la que confundió visiblemente al vampiro. “¿La muerte de uno de los mios?” pregunto no comprendiendo bien a que se refería ella y haciendo memoria aunque parecía no llegar a la conclusión que hablaba del supuesto Mesías.

Nego con la cabeza ante la acusación. “No soy dramático eso es algo mas de ustedes.” Le devolvió con una media sonrisa seguramente refiriéndose a los italianos. “De cualquier forma no me gusta la comparación. Aunque si no te importa me podrías contar mas tarde de tu vida en el orfanato.” Dijo al final pareciendo genuinamente interesado.

Sin embargo esa charla parecía quedar para un futuro no muy cercano, ya que por la habitación solo había quedado el ruido del cinturón impactando. Entonces se disponía a hacerlo de nuevo pero se detuvo unos segundos la declaracion de ella. “Y yo a ti.” Afirmo con frialdad antes que el cinturón se dejara sentir un par de veces mas en la piel de ella que ya tenia sus marcas y un ardor que solo se incrementaba mas.

Pero entonces se detuvo fijando sus ojos en ella. “Olvida el dolor, este nunca existio para ti ya que no haria nada que te hiciera daño.” Le dijo con ese tono que antes habia utilizado para hacer que lo obedeciera sin poderse negar pero que ahora utilizaba de otra forma.

-Recuerda que tengo quince años, por lo que puede que no haya vivido esos sucesos o que simplemente no los recuerde por ser muy joven. No obstante gracias por la información. Supongo que ya tendrás tiempo de explicarme qué partes son ficción y que partes son realidad entre las leyendas sobre los hombres lobo y qué debo hacer si me cruzo con uno. – Le respondió sin ser consciente del odio milenario entre aquellos dos tipos diferentes de seres sobrenaturales.

Cuando Konrad se mostró confundido ante su pregunta, la huerfanita le miró algo extrañada antes de refrescarle la memoria con respecto a la conversación que tuvieron en una góndola veneciana cuando ella aun no era su Ghoul – Me dijiste que la razón principal de tu estancia en Venecia era la búsqueda de información, ya que hace tan pocos años paso algo que os golpeó fuertemente a todos los cainitas. Afirmaste que había muerto uno de los vuestros y que era alguien muy preciado que era considerado de varias maneras, aunque ninguna de ellas negativa. Algunos lo veían como un ángel guía, otros como un mesías y otros como un ejemplo de lo más santo que podíais llegar a convertiros. Parecías triste al afirmar que había cambiado muchas cosas para mal, aunque todo había sucedido en mayor parte en el interior de cada uno de vosotros. Algo así como que habíais perdido un poco la esperanza y la felicidad…. Por lo que no sé si quieres que revele una información así, puesto que es algo que posiblemente no sea ningún secreto para los Lasombra, pero puede ser una razón perfectamente válida para que comprendan tu presencia en Venecia. – Le respondió, intentando sonarlo más respetuosa posible ante la pérdida de aquel vampiro que no conocía.

La sonrisa del norteño le pareció encantadora a pesar de que trató de burlarse de los humanos y de ella, con su comentario sobre el dramatismo – No era una comparativa, pero entiendo por qué no te ha gustado. Cuando quieras nos sentaremos a hablar de mi vida en el orfanato de Padua, aunque el desenlace es que, cuando tenía doce años, mi hermano y yo nos escapamos juntos antes de que me vendieran a unos nobles – Reveló con tranquilidad tratando de quitarle importancia.

Entonces, llegó el momento de recibir aquel castigo y ella se mantuvo tan entera como le fue posible, intentando que en su rostro no se reflejara el dolor de los golpes infringidos a sus delicados brazos. No obstante, y tras la respuesta de él ante su declaración de amor, algo extraño pasó, puesto que aquel terrible dolor que había sentido en el momento de los repetidos impactos en sus brazos, desapareció por completo de su mente, para tan solo sentir el típico ardor posterior a un fuerte golpe. Aun seguían molestándole los brazos, pero aquella sensación era muchísimo menor de lo que debería haber sido, dadas las circunstancias.

-Gracias por todo… Ojalá esto sea suficiente para que ese odioso vampiro se sienta satisfecho. No tienes una idea de lo mucho que aprecio lo que estás haciendo por mí – Respondió posando sus hermosos ojos azules en el rostro de su Domitor con determinación y siendo consciente de lo mucho que le costaría tomar la decisión de abandonar a ese hombre tan sumamente especial.

“Supongo que habras sido muy chica, de cualquier modo me imagino que el Principe lo mantuvo bien escondido el suceso.” Comento en una especie de halago a ese lider de Venecia. “Te lo explicare todo con mas tiempo, pero como dije es mejor que no te cruzaras con uno ya que no son seres con los que puedas razonar o a los que puedas escapar. Si te encuentras con uno solo se pelea o muere lamentablemente, pero se mantienen alejados de las ciudades generalmente.” Le explico de forma muy resumida como generalmente hacia.

Rapidamente sus ojos mostraron comprensión mientras la joven le recordaba y afirmaba un par de veces aunque no muy contento. “Si, ahora recuerdo de quien hablas. Esto es algo que te dije solo para vos, no es algo que me sirva como excusa para venir aquí. Incluso pecaría de incorrecto si lo mencionara o vos con los Lasombras o con Cainitas afiliados al principe.” Le advirtió para que no hubiera problemas en ese costado. “No es ningun secreto y muchos culpan al Sire del principe por su muerte por lo que entenderás porque no deberías mencionarlo. Ademas no es algo que entristece a muchos vampiros creyentes, por lo que tenlo en cuenta.” Afirmo pareciendo con ganas de pasar a otro tema rápidamente.

“Vaya…veo que ha sido difícil, pero no es algo que deba preocuparte ahora.” Le dijo con una sonrisa reconfortadota dejando sin decir que al final termino con un noble a pesar que habia tratado de evitarlo.

Los golpes no fueron tan numerosos como podria haber leido ella en un libro, solo lo suficiente para dejar marcas visibles que demostrarian un castigo en ella que tantos errores habia hecho según las reglas de estos seres oscuros. “No tienes que agradecer, ya lo ultimo es que tampoco te dare sangre asi esto no se curara en un dia.” Le aclaro con un tono distante no pareciendo enfocar sus ojos en la de ella por un momento.

Aunque finalmente la miro y parecio quedarse pegado a ella, tentado con la vision de sus ojos azules termino encogiendose en su gran altura para buscar un beso en los labios de ella.

Leonor no pasó por alto los halagos hacia el príncipe de la ciudad por parte de su Domitor, lo cual le hizo pensar que, a pesar de lo calculador y cruel que era aquel Lasombra, no todo lo que hacía era malo si alguien que la amaba tanto y sabía lo que le había hecho a ella, aun era capaz de hablar de sus proezas. Igualmente, la atención de la jovencita se desvió pronto de aquellos pensamientos para asentir ante las explicaciones del norteño a pesar de que su mente intentaba comprender por qué los Hombres Lobo eran criaturas sanguinarias con las que no se podía razonar… Al fin y al cabo, si las opciones que tenía en el momento en que se cruzara con un Hombre Lobo eran pelear o morir, casi mejor que se ahorraba el esfuerzo y les ofrecía el cuello directamente para que fuera rápido, ya que lo único que a ella se le daba realmente bien, era correr y escabullirse rápidamente.

Igualmente, también asintió ante la negativa sobre revelar la investigación que Konrad estaba llevando a cabo en referencia a la muerte de ese vampiro. Si no deseaba que los Lasombra lo supieran, no lo sabrían a no ser que la obligaran con sus poderes a decirlo – Bueno, no es gran cosa. Una historia cualquiera para una huérfana como yo. Lo único que realmente me preocupa es la desaparición de mi hermano. Del orfanato no todos los recuerdos son malos… Al menos Theo estaba conmigo – Respondió algo triste al recordarle.

Cuando todo pasó y él usó sus poderes de una forma que jamás hubiera sospechado que pudiera hacer, la damita le miró con valentía a pesar de lo que acababa de pasar, asintiendo cuando le dijo que no le daría sangre. Estaba a punto de decirle algo, cuando Konrad se acercó a ella aproximando su rostro de tal forma, que la dama no pudo evitar sentirse hipnotizada con aquella atractiva mirada.

Entonces, antes de que él la besara, los labios de Leonor se unieron a los suyos con pasión, anhelando su contacto, y dejándose llevar por el deseo que aquel extraordinario hombre le profería.

“Lo se, se que te preocupa y siento que pronto podré darte una nueva noticia respecto a ello amada.” Dijo acariciando su mejilla. “Solo tenme paciencia que la busqueda de tu hermano es algo importante para mi tambien.” Le aseguro aun cuando no podia darle un dato aun de la busqueda que realizaba su rastreador.

Al sentir como la pequeña correspondia su deseo el vampiro parecio sentirse mas animado empujándola hacia atrás, no siendo brutal pero algo apasionado hasta que la tuvo apoyada en la cama con él ensima. “No sabes que tanto me atraes Leonor…me haces desear ser egoísta para tomarte solo para mi y no permitir que nadie mas te haga daño.” Le decia tras separarse de ella unos centímetros con los labios no muy lejos de ella.

“Dime que me quieres de verdad, que me amas…” le pidió con su mirada fija en ella, mientras una de sus manos se posicionaba en el mentón de ella casi obligándola a no bajar la mirada en ningún momento. “Quiero escucharlo una vez mas.”