Partida Rol por web

-Entonces será un placer veros. Cuando se calmen las cosas acudiré aquí para solicitar audiencia para el día que mejor os venga. Ha sido un placer, Anna. – Finalizó, devolviéndole la sonrisa ante el comentario referente a Dante antes de marcharse.

Una vez junto a Josef, y tras haber expuso su pregunta, la damita escuchó las palabras del norteño, sintiéndose más triste a medida que avanzaban. Ella sabía que esto no debía ser fácil para el hombre ¿Qué narices? Tampoco lo era para ella misma, puesto que aun desconocía cuáles eran sus sentimientos, ni la situación actual entre Konrad y ella.

-Josef… yo no quiero que me trates de forma diferente, y tampoco sé si estoy con tu jefe. Yo… aun no sé cuál es mi situación actual porque es complicado pero… sigo siendo la misma joven a la que confundiste con un muchacho y que luchó a tu lado contra esas criaturas controladas por los sectarios. De verdad no quiero sentir que floto entre algodones cuando tu arriesgas tu vida por mi o por mis decisiones. Eso no está bien – Le respondió, mientras un remolino de sentimientos se aglomeraba en su pecho a cada paso que daban.

-En la pelea era yo la que no quería que te pasara nada. Dos son mejor que uno a la hora de luchar y sabes que se manejármelas bien sola. Tú… ¡oh Josef! Tú nunca me fallarás. Estoy segura de ello. – Afirmó de forma tajante mientras se agarraba de su brazo de forma cariñosa, con la secreta intención de ayudarse a andar, pero evitando en todo momento que él notara que le dolía.

Suspiro. “Tu puede que no estes segura pero mi jefe parece estar muy seguro. Deberías tenerlo en cuenta.” Le aconsejo y advirtió, aunque ella sabia que la indecisión en esa relación solo venia de su parte mientras el hombre estaba más que seguro al menos asi lo intuía ella.

Asintio de muy mala gana mirándola aunque era claro que no con la misma mirada que cuando era joven ni con la misma que cuando se dio cuenta por primera vez que era mujer, sino con una diferente. “Se quien eres mi memoria no es tan mala. Pero igual las circunstancias no son las misma y ahora yo te estoy acompañando a un lugar que el quiere, mientras vos caminas a mi lado sin que te tenga que atar o algo.” Le devolvió volviendo a a dejarle en claro el cambio que había sufrido toda esta situación.

De nuevo volvió a evitar su mirada ante sus ultimas palabras, mientras se dejaba tomar por el brazo. “Yo soy un soldado, esa es mi vida. Pelear para defenderte a vos y a Konrad es algo que elijo voluntariamente, por lo que no te preocupes por lo que me pase sino que trata no meterte en lios.” Fue su única respuesta mientras continuaba el camino a la biblioteca.

Tras un largo caminar donde la joven tuvo que aguantar el dolor en la pierna y rezar para que el norteño no se diera cuenta de su paso raro, llegaron a la biblioteca donde fueron recibidos por los guardias. Estos luego de identificarlos los dejaron pasar sin ningún problema. Dentro parecía no haber nadie por lo que el norteño luego de hacerla sentar se puso a buscar a quien debían encontrar.

“Buenas noches.” Saludo el hombre que le salio de repente al norteño haciéndolo retroceder llevado por el instinto y el miedo que le ocasionaba. Aunque Vinay ahora mismo se encontraba con la mascara puesta tapando su cadavérico rostro. “Puedes decirle a tu señor que has cumplido tu deber, yo me encargare de la joven de aquí en mas.”

El norteño no se veía muy convencido, al contrario mirada con desconfianza al hombre aquel posiblemente por su estado de enfermo que se notaba a pesar de la mascara. Pero igual se fue rápidamente dándole un saludo escueto a la pequeña antes de irse.

Vinay al tiempo que el norteño se iba fue acercándose a la joven. “¿te han lastimado?” pregunto agachándose frente a ella y con su mano empezó a levantar la falda de ella sin pedir permiso alguno. “Se ve muy fresca, si me permites me ocupare de curarte.” Le ofreció con un tono neutro, mientras la joven recordaba los cadáveres que le había descubierto a aquel vampiro.

Algo en la forma de actuar del norteño a medida que le respondía hizo que la jovencita se fuera sintiendo extremadamente triste a medida que continuaban el camino. Aquel hombre le había gustado desde el primer momento, puesto que pocas veces podía encontrar alguien tan noble y desprendido como él, que se hubiera ofrecido a darle su apoyo sin pedir nada a cambio. No obstante, el trato distante e insensible que recibió por parte del hombre al que apreciaba enormemente, fue como un cubo de agua fría en una inclemente noche, hasta el punto de conseguir que las lágrimas se escaparan de sus ojos.

-Te dije que es complicado, y tendría que haberme alejado de esta ciudad hasta estar segura de que se marchara a sus tierras para no verle jamás, pero entonces le habría puesto en un aprieto frete a las personas que vamos a ver ahora, y no podía permitir que se metiera en problemas por mi culpa. – Le dijo entre sollozos, producto de toda la tensión acumulada desde hacía días. – Se que me estás juzgando. Seguramente pienses que sigo aquí tan solo por el dinero de tu señor a pesar de lo que me hizo, pero te juro por Dios que ojalá nunca hubiera acudido a esa fiesta de disfraces, porque ahora no estaría aquí haciendo algo que realmente no quiero hacer, y te habría ahorrado el tener que hacer de niñera de una mujer que no te agrada. Pensé que éramos amigos, pero parece que soy demasiado joven para distinguir esas cosas. – Finalizó entre hipitos sin poder soltarse de su brazo a causa del continuo dolor en su pierna derecha.

Afortunadamente para ella, y a pesar de la desesperación que sentía su joven corazón, el camino hacia la biblioteca fue lo suficientemente largo para que dejara de llorar y se limpiara el hermoso rostro de las lágrimas de cristal que se deslizaban por sus sonrosadas mejillas. Para Leonor resultaba bastante extraño entrar en aquel lugar por la puerta principal a tan altas horas de la noche, pero supuso que no había nada que no pudieran conseguir aquellas poderosas e influyentes criaturas de la noche.

La huerfanita no quiso mirar al norteño mientras éste decidía si dejarla o no al cuidado del Sabio Vinay, pero cuando finalmente se marchó, ni si quiera se sintió con ánimos de mirarle la cara.

-No… no es nada, no os preocupéis – Respondió mordiéndose el labio inferior y sonrojándose visiblemente, conteniendo las ganas de tirar de su falda hacia abajo para que no la levantara – Yo… tan solo siento no estar presentable para que el príncipe me reciba. – Concluyó sin impedirle hacer lo que deseara.

La separación del norteño no parecía ser mas que inevitable, con ella llorando sin que este le ofreciera consuelo alguno mas allá del brazo que esta usaba para simular que caminaba derecho. Sola la dejo llorar sin mirarla hasta que por fin llegaron a la biblioteca. Luego de todo y aunque la joven no lo miro al rostro el hombre norteño dijo algo que tal vez no sería lo mejor para una joven que estaba alterada como ella pero eso no pareció importarle. En un instante antes de su despedida le informo que Imanu se había ido de la posada.

Pero eso el hombre frente a ella no lo conocía ni parecía que le interesara. “Es un corte, que sangra.” Le refuto el hombre a su respuesta falsa sin notar la verdadera razón porque la joven había dicho ello. Dejandole caer la falda se levanto para ir a buscar a su sirve para que le prepara todo tratarla. “Lo comprendo a veces ciertos detalles son mas importante que el valor de la reunión, es por eso que me veo obligado a usar mascara con cierto invitados.” Comento haciendo una comparación entre ambos que dejaba medio chico el problema de Leonor.

“¿Has fijado una reunión con el príncipe esta noche?” pregunto aunque antes que pudieras responder él mismo lo hizo. “Si, tiene sentido que terminemos de realizar la correcta ceremonia.” Se respondio mientras tomaba agua y vendas de parte de su sirvo.

A continuación lavo con cuidado la herida y procuro secarla bien una vez la sintió limpia. “¿Cómo has salido herida acaso el hombre que te trajo te golpeo o fue Konrad?” pregunto mientras se encontraba curandola, aunque ya se encontraba terminando poniéndole la venda alrededor de la pierna y sobre la herida.

El hecho de que Josef no dijera nada para intentar desmentir sus suposiciones o para intentar consolarla, hicieron que su pesar fuera aun mayor. No entendía aquel cambio drástico en el norteño, aunque suponía que se trataba de eso: Él la veía como una aprovechada que deseaba beneficiarse de las riquezas de un noble que se había encaprichado de ella.

Durante el camino intentó ser fuerte y trató de contener las lágrimas, a pesar de que la última frase referente a Imanu la dejó petrificada. ¿Por qué se habías ido? Él le dijo que la esperaría y ella no había tardado más del tiempo que habían estipulado para que intentara limpiar su nombre. Entonces ¿Qué había pasado?

Quiso preguntarle algo más, pero el hombre pareció querer herirla a propósito con su comentario, puesto que lo pronunció justo antes de ser atendidos por los guardias, dejándola sin posibilidad de nada más que entrar y guardar silencio.

Cuando finalmente se quedó a solas con el Vampiro, trató de centrarse en el presente a pesar de lo preocupada que estaba por su amigo, por lo que cuando él insistió en curarla dándole razones para ello, la jovencita se dejó hacer, tratando de mostrar la mayor educación posible.

-Aun no he fijado ninguna reunión, por esa razón acudí a vos tratando de saber si el príncipe no está demasiado ocupado para recibirme. En caso afirmativo puedo regresar en el momento en que desee. Estoy a su entera disposición para lo que precise – Contestó, aun sonrojada por las manipulaciones del sabio en su pierna herida, sin moverse lo más mínimo para contrariarle lo menos posible.

-Unos encapuchados trataron de asaltar a unas damas indefensas en un callejón. Simplemente no podía permitir que les pasara nada. Afortunadamente esos hombres no volverán a hacerle daño a nadie. – Respondió ante la pregunta sobre la herida de su pierna.

“Ya veo…” comento mientras examinaba la herida o más precisamente la sangre de ella. “Puedo mandar a uno de los escribas para que pida una reunión con él, aunque no creo que se retrase mucho en verte.” Comenta levantándose con el tratamiento terminado.

Mirándola a través de su máscara pareció quedarse detenido con las palabras de ella. “¿A mi disposición o la del príncipe?” pregunto mientras se acercaba al Guadian para pedirle que vaya a hacer lo que le dijo a ella. Terminado eso se acerco de nuevo a ella para sentarse en un asiento junto al de ella.

“Supongo que están muertos por tus palabras. ¿De que formas los asesinaste?” pregunto en un tono neutro pareciendo empezar una investigación. “Es algo que haces mucho? arriesgarte y tu compañía por desconocidas?” pregunto dando una mirada a la salida como si esperara que viniera alguien.

Leonor asintió ante la mención del escriba y prefirió guardar silencio al escuchar que el príncipe no se retrasaría mucho en verla. Para ella era inverosímil el hecho de que alguien tan importante dedicara más de unos minutos de su tiempo a una chica de la calle, pero no quiso cuestionar las palabras del sabio Vinay, por lo que tan solo se apresuró a contestar a su pregunta con la mayor brevedad posible.

-A la de ambos, mi señor. Aun agradezco vuestro perdón y os profeso un profundo respeto, por lo que me pongo a vuestro servicio si así lo deseáis – Respondió con educación.

Cuando él se sentó junto a ella y le preguntó tan abiertamente de qué forma asesinó a aquellos malechores, la jovencita se quedó mirándole por unos segundos algo confundida. No obstante, no dudó ni un segundo en satisfacer la curiosidad del Vampiro por muy extraña que esta fuera.

-Yo no les maté. Cuando Josef y yo llegamos a la escena, el acompañante de las damas ya había despachado a dos de ellos. Lamentablemente para aquel anciano, el tercero consiguió atravesar su pecho con un estoque antes de que pudiera detenerle. Nosotros acudimos al callejón en el momento en el que ese encapuchado pateó su cabeza para deshacerse de su agarre y acercarse a las damas. Josef le atacó mientras yo buscaba este estilete en el cuerpo de uno de los asaltantes para unirme a la refriega – Afirmó señalando el arma que ahora le pertenecía – Pero… Josef me apartó de un empujón y fue herido en un costado por aquel hombre, el cual se confió pensando que yo sería el punto débil de su enemigo. Gracias a ello, conseguí darle una estocada haciendo que quisiera huir, momento en el cual le hice una zancadilla para que callera, al mismo tiempo que Josef le remató en el suelo con su hacha…. La herida de la pierna me la hizo al caer, aunque ya no podrá hacerle daño a nadie más. - Concluyó, orgullosa antes de finalizar, contestando a su última pregunta.

- Lo cierto es que no puedo evitar acudir en la ayuda de los necesitados. Nunca he podido. - Se sinceró con algo de tristeza al recordar de nuevo a Imanu.

El vampiro desfigurado asintió a las palabras de ella y la volvió a mirar sin mostrar una mirada diferente ante la educación de la joven. “Es bueno escucharlo, porque deseo que el libro de nuestro señor pueda reconstruirse lo más rápido posible y que aprovechando el tiempo en que el mensajero llega su destino para que pueda hacer la copia.” Comento el vampiro sin mostrar una pisca de vergüenza en aprovecharse rápidamente de los buenos valores de la joven.

Ante el relato de ella el vampiro se quedó escuchando en la mayor de la quietud, casi pareciendo una estatua. “Ya veo, un duelo de espadas que termino con tres muertos de un lado y dos heridos junto a un muerto del otro. Algo muy común en esta ciudad.” Dijo trivializando todo el encuentro de ella en los resultados y números de esta.

“Es un aspecto que seguramente te ha ayudado en tus días de humana, pero no es algo que deberías conservar con los años. La razón es que simplemente no podrás aguantarlo a través de los nuevos años de vida que ganes al ser una ghoul de Lord Konrad.” Le ofreció con un consejo ignorando la tristeza que manifestaba la chica. “Aunque en cierto modo entiendo a que te refieres, ya que yo cuando era joven pensaba parecido pensando en que con el conocimiento que tenia antes podría ayudar a cualquiera, pero eso fue solo un sueño de juventud lleno de idealismo basado mas en mi deseos que en la realidad.”

Al escuchar que deseaba que escribiera el libro cuanto antes, la dama de cabellos de fuego no pudo evitar asustarse de forma instintiva. Ella había visto la forma en la que aquel pobre cadáver había sido rajado de parte a parte, por lo que involuntariamente se preguntó a sí misma cómo de valiosa sería su propia vida una vez devolviera aquello que había tomado de la biblioteca clandestina. Asimismo, la pena que sintió al reproducir una sola de las páginas en esta misma noche la dejó bastante pálida y afectada durante un corto espacio de tiempo. No deseaba descubrir qué le ocasionaría escribir más páginas de forma continuada. Pero, a pesar de sus miedos, la huerfanita no se atrevió a decir nada al respecto, limitándose tan solo a asentir al haber dado su palabra de estar a su entera disposición.

Tras relatar su historia y escuchar la respuesta del sabio Vinay, Leonor frunció el ceño con extrañeza ante la información que le daba. Por todo ello y tras esperar un tiempo prudencial para no parecer maleducada, Leonor le preguntó de la única forma que pudo – Disculpad mi intromisión pero ¿Qué significa eso de ghoul? Y ¿Qué quiere decir eso de “los nuevos años de vida que gane?

No sabia cuando pero el guardián del sabio había ido a buscar papeles y una pluma que coloco enfrente de ella. El guardián como hace tiempo, no ponía gesto alguno en su rostro como si fuera uno de los famosos goles de los judíos que solo obedecía a su maestro.

Ante tu pregunta el vampiro se quedo mirándola por un rato en silencio antes de empezar. “Un ghoul es un sirvo confiable del vampiro, generado por la sangre que poseemos y utilizamos. Este ghoul gana ciertos atributos que los diferencian de los demás mortales, entre estos esta la posibilidad de vivir por mucho mas tiempo que los demás. La vida promedio ronda los 30 años pero un ghoul puede pasar ese promedio fácilmente y de paso con esta sangre las enfermedades no terminan incubándose en el ghoul.” Le explico dando mas detalles a lo que hacia Konrad con ella y de nuevo dejándole claro la nueva diferenciación con el resto de los humanos.

-¿Generado por la sangre del Vampiro? ¿Eso significa que soy una sierva de Lord Konrad? ¿Algo así como una esclava? – Preguntó algo confundida, intentando asimilar por partes todo aquello que el sabio Vinay le decía – Pero ¿En qué influye la sangre para que eso ocurra, aparte de conferir más años de vida y evitar las enfermedades? Qué es lo que he perdido realmente?

La jovencita miró de refilón los papeles que el guardián había traído, aun temerosa de que acabaran con su vida nada más terminar el libro. No obstante, las respuestas que pudiera recibir por parte del vampiro eran más importantes para ella en estos momentos que todo lo demás.

“Ser sirvienta no es lo mismo que ser esclava, aunque la diferencia viene del trato que le da el Domitor a su ghoul.” Le respondio con neutralidad dando una mirada a los papeles frente a la joven. “La sangre tiene una propiedad mágica que ha sido investigada por los vampiros miles de años, Cain le enseño a sus chiquillos la utilidad de su sangre y estos se los enseñaron a sus chiquillos. No es algo que pueda explicarte en una noche, aunque es probable que hayas leído algo de esto en el libro de Nod.”

Entonces su siguiente pregunta pareció hacerlo meditar. “¿Que sientes que has perdido? Supongo por tus preguntas que es tu libertad pero eso no necesariamente cierto ya que como humana no tenias mucha libertad para empezar o acaso tu disfraz de muchacho es algo que disfrutas?” le empezó a preguntar tal vez empezando una discusión mas filosófica.

-Si lo he leído, aunque he sido tan ingenua de pensar que aun podía tener libre albedrío. – Respondió aun afectada por las consecuencias de aquellos pensamientos suyos pronunciados en voz alta.

En el fondo de su corazón ya lo sabía, pero no quiso creérselo hasta que el sabio no lo corroboró. Leonor supo al instante que la verdadera razón por la que mencionó su nombre cuando el sirviente del vampiro la atrapó, estuvo relacionada con el poder mágico de la sangre porque, de alguna manera que no era capaz de averiguar, no podía quitarse de la mente a aquel apuesto noble de oscuros ojos que entró en su vida sin ser invitado.

-Estáis en lo cierto. Pienso que he perdido mi libertad – Le otorgó, para luego añadir con algo más de seriedad – Mi disfraz de muchacho era una forma de evitar que algún desalmado pudiera aprovecharse de mí al estar sola y vivir en las calles. No obstante, pese a que las personas no poseemos la libertad que desearíamos, no creo que la condición de humano sea un condicionante, puesto que los hijos de Caín tampoco disfrutáis de ese privilegio. Incluso me atrevería a añadir que parece que vuestro destino posee aun menos libre albedrío que el de los humanos, y que ya ha sido decidido... – Afirmó, justo antes de agachar la cabeza con humildad, al darse cuenta de que posiblemente le había ofendido con su planteamiento.

El vampiro a pesar de los pensamientos de la chica se muestra pasivo. “Interesante…” entonces mueve su mano a los papeles, tocándolos simplemente. “Supongo que por el momento no escribirás nada, pero a cambio deseo que expreses todos tus puntos mientras discutimos ahora mismo. Eso me ayudara a comprender tu perspectiva para afirmar algo asi.” Comento imponiendo ciertas reglas a la discusión que tendría ahora con la joven.

“¿Que te hace pensar que tenemos menos libertad que los humanos?” pregunto con genuina curiosidad. “Porque metes al destino en esta conversación supongo que tus pensamientos están muy relacionado con lo que leíste en el libro de Nod. Asi que por favor dime cual piensa que es nuestro destino según lo que tienes entendido y como este no se termina relacionando con el de los humanos?” pregunto incentivándola a continuar con la charla pareciendo preparado para la discusión y probablemente para impartir su punto de vista en contrario a la joven.

Cuando El Sabio Vinay le dijo que suponía que no escribiría nada por el momento, los ojos de Leonor se abrieron de par en par al tiempo que respondía de forma apresurada – Oh, siento haberos dado esa impresión. Puedo escribir ahora mismo si así lo deseáis. Disculpad mi curiosidad y el que os haya hecho tantas preguntas. No pretendía contrariaros.

Acto seguido, y ante la pregunta que le realizó sobre la libertad de los Vampiros, la dama de cabellos de fuego le complació mientras recitaba como si de una hermosa y cantarina melodía se tratase, algunos fragmentos del libro que le habían hecho llegar a dicha conclusión:

“Rafael así me maldijo:
“Entonces, mientras tus pasos
Pisen esta tierra,
Tu y tus hijos
Temeréis el amanecer,
Y los rayos del sol
Os buscarán
Para quemaros como el fuego
Dondequiera que os escondáis.”

Y entonces, mediante Ariel,
Pavoroso Ariel,
Dios Todopoderoso
Me maldijo, diciéndome:
“Entonces, mientras camines
Por esta tierra,
Tu y tus hijos
Abrazaréis las Tinieblas,
Beberéis sólo sangre,
Comeréis sólo cenizas,
Seréis como fuisteis
En el momento de morir,
Nunca muriendo,
Continuando viviendo.
Caminaréis para siempre
En las Tinieblas,
Todo cuanto toquéis
Se desmoronará,
Hasta el último día”.

Y Ariel, temible Ariel,
Se mostró a Caín
Esa misma noche,
Y le dijo:
“Caín, aunque poderoso
Y marcado por Dios,
Sabe esto:
Que todo Chiquillo tuyo
Portará tu maldición,
Que cualquiera de tu Progenie
Caminará para siempre
Por la Tierra de Nod,
Temerá llama y sol,
Beberá sólo sangre
Comerá sólo cenizas.
Y desde cuando lleven consigo
La celosa semilla
Que su padre puso en ellos,
Conspirarán y lucharán
Entre ellos unos con otros."

- Lamento si he cometido algún juicio de valor erróneo, mi señor, pero según mi interpretación de la lectura, los hijos de Caín no descansarán hasta que se cumpla la maldición de Ariel, o hasta que alcancen la Golconda.

Nego lentamente con la cabeza. “No tengo porque disculparte la curiosidad o tus preguntas. Eso no es algo llamaría una mala accion, pero si lo es cuando parece que lo utilizas para esquivar un pedido mio.” Le reprendió con seriedad, aunque rápidamente alzo la mano deteniendo a la joven si tomaba la pluma. “Aunque ahora prefiero continuar con nuestra conversación que parte de un punto de vista interesante.” Agrego para que continuaran como estaban haciendo ahora, aunque lo que no decia era que más tarde debería escribir sin demora.

El recitar aquellas palabras no provocó una visión en Leonor como la vez que lo escribió, aunque tuvo ciertos escalofríos en medio de ello recordando la mala sensación que había tenido con el primer capítulo. El vampiro por su lado se quedó escuchando con mucho interés y con sus ojos apagados en ella. Al terminar le dio un pequeño aplauso no muy animado. “Es muy sorprendente que tanto puedes acordarte del Libro de Nob aunque según tu relato no contaste con este. Sería interesante descubrir cómo es posible eso, aunque me imagino que nunca tendré permiso de tu Dormitor para realizar las investigaciones.” Comento mostrándose más animado que de costumbre aunque continuando con una voz baja.

“Tienes cierta razón en lo que expresas respecto a los dos posibles finales de la existencia de un Cainita, finales que se supone ya han existido en nuestro mundo. Aunque se contradicen con otras palabras que supuestamente vienen del mismo libro de Nod que apunta a que ninguno de esos supuestos finales es un final tal como se los conoce comúnmente.” Se expresó dejando unos segundos de pausa para que lo pensara lo que había dicho. “Hay quienes dicen que un final es solo un comienzo y usan de ejemplo el abrazo, que es un momento donde el humano antes de convertirse en vampiro muere o es asesinado por su Sire pero pronto es revivido por este mismo para que experimente una vida diferente a la que vivió hasta ahora. Si lo pensamos de la misma manera nuestra muerte por la traición de otro en realidad podría llevar a otro plano donde nuestra vida o cuando uno llega a la Golconda es posible que terminemos ascendiendo hasta los que algunos afirman como un estado más allá del vampirismo y el humano. A lo que quiero llegar es que posiblemente los hijos de Cain no tendrán ningún descanso que imaginas, incluso en la muerte seguiremos existiendo aunque de otra manera diferente.” Concluyo dejando un tiempo para que ella piense de nuevo antes de continuar.

Aunque al final termino recordando las palabras que había dicho ella antes citando las palabras de Cain. “Pero eso no es necesariamente lo que te discutía antes. Con tus versos me señalas limitaciones que tenemos nosotros, no poder presenciar al sol y beber solo sangre para alimentarnos. Eso no es una limitación tan grande como puedes imaginar. Si bien es cierto que la mayor parte de las actividades de los humanos se realizan en el dia, en la noche aun quedan personas andando incluso en estas ciudades mas modernas de Italia los humanos empiezan a tener una mayor costumbre de salir de noche y no ser juzgados como si fueran criminales. En futuro calculo que habrá mas actividad nocturna por parte de los humano y en ese momento los Cainitas podrán hacerse pasar por cualquiera de ellos, aun mas de lo que hacemos ahora mismo. Respecto a la sangre, no es difícil recolectarla incluso es mas sencillo cazar a un humano que lo es a un animal salvaje. El animal tiene físico mas desarrollado, sentidos mas fuertes y un instinto que le hace alejarse de las ciudades mientras los humanos son todo lo contrario y eso nos beneficia a nosotros que poseemos todas las que serían las ventajas de un animal unido a la inteligencia de un humano.” Concluyo aunque no sin ser un punto definitivo por si quería seguir preguntando o hubiera algo que quisiera discutirle de lo que dijo.

Efectivamente, Leonor tomó la pluma inmediatamente, al escuchar las palabras de Vinay. No obstante se paró en seco cuando este alzó la mano y escuchó detenidamente todo aquello que le decía, una vez que ella dejó de recitar el libro de Nod.

Por una parte se sintió aliviada de no sentir lo mismo que le ocurrió al escribir las páginas que leyó en aquel libro maldito que una vez estuvo en su poder, pero por otra, un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando el Vampiro sugirió que deseaba hacer investigaciones con su persona para averiguar por qué tenía aquella memoria tan sorprendente – Yo… siempre he tenido esta memoria aunque no sé muy bien por qué. Cualquier cosa que veo o escucho se queda grabada en mi cabeza… Supongo que por esa razón aprendí a leer y escribir tan rápido, pero no creo que sea nada extraordinario, mi señor. – Le explicó, tratando de justificarse e intentando que desistiera en sus deseos de diseccionarla.

Cuando la conversación se centró exclusivamente en el libro, la damita respondió a todas sus preguntas de la mejor forma que pudo, esperando no sonar demasiado vulgar o inculta a sus ojos - Lo lamento pero tan solo pude leer las páginas del libro que había en esta biblioteca, por lo que ignoro el contenido del resto del libro de Nod y la posibilidad de ese final que mencionáis, por lo que está claro que hablé desde mi desconocimiento. Por otro lado, imagino que los Vampiros, al igual que el resto de hijos de la creación, son criaturas con alma, por lo que tras morir trascenderán y disfrutarán de un grado diferente de existencia, al igual que el resto de los mortales. –Afirmó la jovencita que había sido testigo con sus propios ojos de la existencia de dos espíritus y de cuan diferente percibían el mundo una vez muertos.

-Con respecto a las limitaciones que poseéis, no pretendía insinuar que fueran limitaciones tan grandes, sino que son limitaciones al fin y al cabo y, por lo tanto, tampoco gozáis de un total libre albedrío. Además de no poder disfrutar de los rayos de sol o del placer de la buena comida, está el hecho de que en vuestra sociedad también hay leyes estrictas que acatar y gobernantes a los que servir pleitesía… Por ello pienso que quizá contáis con una doble tarea: Respetar las leyes de vuestro mundo, y evitar ser descubiertos por los humanos que os sirven de sustento bajo el riesgo de que os intenten dar caza al tildaros de anti natura.

Tras estas palabras cerró instintivamente los ojos esperando recibir un castigo por su osadía. No entendía por qué no se había contentado con darle la razón sin más, y esperaba que aquella criatura tan poderosa no se enfadara con ella.

“¿Acaso no estas interesada en saber porque tu mente funciona de esa forma?” pregunto no mostrando que su interés se había reducido tras las palabras de ella. “Lo que comentas no es algo muy común y es algo que sin duda te habrá sido de mucho de utilidad en la vida, como dices para aprender a leer pero también para memorizar algunas cosas antes que se pierdan. Haz sentido algún limite en esta capacidad?” pregunto curioso en ese detalle de Leonor.

Asintió en una especie de acuerdo con ella. “Es un pensamiento que ahora está tomando fuerza entre muchos de los Cainitas que fueron creyentes primero y Cainitas después. Aunque ha habido muchas teorías acerca del alma del Cainita desde la posibilidad que no existiera o que no es la misma que tuvo como humano.” Comento pareciendo divagar un poco. “Pero para mí y otros creemos que nuestras almas, sean iguales a las que teníamos como humanos o no van a un sitio diferente al de los mortales. Ni el infierno, ni el cielo, ni el limbo los espera sino algo más.” Le expreso confiándole algo de las teorías que tenía este hombre.

“Abre los ojos pequeña.” Le ordeno seriamente, al abrirlos no le esperaba nada diferente a lo que ya veía con el hombre no moviéndose en ningún momento para castigarla. “Ya veo porque piensas que nosotros no tenemos tanto libre albedrío. Aunque lamentablemente se nota cierta limitación de tu parte respecto a nuestra sociedad.” Comento con un tono mas calmado y neutro dejando el mal humor de su orden fuera de sus palabras. “No seria la primera vez que hemos sido cazados por alguien, pero debes reconocer que antes de que Konrad la trajera a nuestro mundo no sabias nada mas de nosotros que leyendas y es por ese desconocimiento de la parte de los humanos que tenemos mayor libertad de acción de la que te imaginas.” Comento levantándose de su asiento pareciendo ir a buscar un libro a un estante cercano. “A pesar que no podemos salir de noche hemos aconsejado a muchos de los líderes en la noche e incluso los hemos realizar maniobras que iban de acuerdo con nuestros planes mientras ellos ni lo sospechaban.”

-Yo… Nunca he pensado demasiado en ello, tan solo le he agradecido a Dios por este don, a pesar de que a veces es muy duro no olvidar algunas cosas malas – Le respondió cuando él preguntó sobre si no estaba interesada en saber por qué su mente funcionaba de esa forma. No obstante, cuando le preguntó si había sentido algún límite en su capacidad, la jovencita permaneció unos segundos pensativa antes de responder – No, señor. Tengo esta memoria desde que recuerdo – Afirmó siendo fiel a la verdad, pero omitiendo que no recordaba nada de su más tierna infancia.

Pero retomando el tema del libro de Nod que había sido reconducido levemente a la transcendencia del alma de los Vampiros, la damita asintió ante lo que aquel hombre le decía abriendo los ojos cuando le ordenó, dándose cuenta de que no solamente no le habían molestado sus palabras, sino que le agradaba la conversación que mantenían. – Por supuesto que tengo limitaciones con respecto a vuestra sociedad. Lo que sé lo conozco gracias a las hojas del libro que pude leer y por lo poco que me ha contado mi… Domitor. Siento si estoy poco acertada en algunas cuestiones. – Se disculpó, no sintiéndose nada cómoda con la palabra empleada para referirse a Konrad.

-No niego que tengáis más libertad de la que imagino, aunque me da la impresión de que vuestra sociedad alberga un alto grado de complejidad en sí misma, que incluye el hecho de pasar desapercibidos entre los mortales, fingiendo cumplir sus leyes…. Aunque, por supuesto, vuestros poderes son un instrumento extremadamente útil para influenciar a los poderosos, y para hacer que luchen vuestras guerras – Finalizó con algo de desasosiego al recordar como la príncipe de Ravena quiso convencerles para unirse al bando de los Gibelinos.