Partida Rol por web

La Busqueda

Risas pasadas (Prologo)

Cargando editor
17/08/2015, 22:49
Ashriel Leo Bevilacqua

-Yo conozco a ese joven... -murmuró para sus adentros, tratando de descubrir por qué le sonaba. 

Metido en sus cavilaciones estaba cuando alguien abrió por fin la puerta. La sonrisa de Ashriel al reconocerlo se ensanchó de oreja a oreja. Y cuando Rufino les preguntó qué deseaban, no pudo menos que recitarle:

-"¿Qué desea el noble viajero
de aquel que la añeja puerta le abriera?
¿Comida, techo, dinero?
¿O más bien que su rostro reconociera?"

Entonces el viejo mayordomo lo reconoció al fin y Ashriel no pudo evitar darle un abrazo como hiciera previamente con Alessio al volverlo a ver. 

-¡Viejo Rufino! ¿Qué me va a traer? Vengo a ver a la familia, por supuesto. Traigo muchas historias por contar, amigos que presentar -señaló a los dos que esperaban tras él- y... una petición que hacer, pero eso vendrá después. Dime, amigo, ¿de labios de quién has escuchado aquella falacia de mi ahogamiento? -preguntó sin alterar su tono afable y despreocupado. 

Cargando editor
18/08/2015, 00:06
Rufino

La gran sonrisa del Juglar fue contagiada por el sirviente que parecia encantado con la pequeña cancion que habia decidido utilizar para dejar ver sus intenciones. "Maese Ashriel..." dijo aceptando el abrazo luego que la sorpresa se le pasara. "Siempre es un placer tenerlo como invitado en esta mansion." dijo apartándose siendo un poco mas protocolar que lo debido, pero aquella era una costumbre que no podría sacarse nunca de su vida.

"Oh. Lamento decirle que los señores no se encuentran presentes, fueron a hacer negocios a las islas griegas." le informo al juglar volviendo el rostro algo más serio. "Aunque el hijo de ellos se encuentra presente." dijo pareciendo algo incómodo con lo que le decía por alguna razón.

Por lo que recordaba, los señores eran personas interesadas en la cultura conocidas por pagar bien a los juglares y demás poetas de la ciudad aunque habia cierta frialdad en su conducta con muchos de ellos. Sin embargo Ashriel siempre fue bien pagado incluso consiguiendo un dinero extra cuando lo pidio de ellos, pero no comprendía la gran frialdad que tenía con él la señora. Aquel era un misterio no solo suyo pero también para del resto de los músicos. Por otro lado sus dos hijos era totalmente diferentes siendo muy visible su amor por los buenos musicos y poetas. Ahora que lo recordabas le parecía creer que aquel joven era uno de sus hijos.

“La verdad no lo recuerdo, en si fue más un rumor...Se decía que un día te encontrabas visiblemente muy triste, bebiendo todos los días para olvidar algo terrible que te había pasado…. Pero cuando no pudiste aguantarlo más, fuiste al gran canal y hundiste tu cabeza en el agua hasta que la vida dejo tu cuerpo.” Te relato mientras hacia memoria como si no quiera omitir detalle alguna de ese supuesto final para Ashriel. “Pero ya no importa, se nota que fue una mentira muy fea.” Expreso al final con una sonrisa para sacar algo de tensión en el ambiente.

Cargando editor
23/08/2015, 22:51
Ashriel Leo Bevilacqua

Ashriel sonrió, aceptando la invitación para entrar en la casa y haciéndoles un gesto a sus dos amigos para que lo siguieran. 

-¿No están? -repitió- vaya... qué decepción... pero quizá su hijo me pueda ayudar... lo recuerdo como apenas un niño, pero la verdad es que en diez años los niños se vuelven hombres. Supongo que ya tendrá edad para tomar decisiones, ¿no es así? Me gustaría saludarlo -sonrió. 

El juglar escuchó con atención el relato de su propia muerte. Se quedó un par de segundos en silencio, luego estalló en carcajadas. 

-Es verdad que me fui sin avisar, pero... de ninguna manera me acerqué al agua -explicó, aún entre risas- menuda imaginación tiene la gente, siempre inventando cosas macabras. ¿Es que no hubo ya suficientes muertes esos días? En fin, Rufino. La verdad es que localicé al ladrón, al asesino y me fui persiguiéndolo. Después de encontrarlo, bueno... -no supo muy bien cómo explicar aquello- sentía que no debía volver aún. Era el momento de ver mundo y de purificar mi alma. Di muchas vueltas por Europa, incluso pasé a ciertas zonas de Asia. Y así conocí a esta gran gente -añadió señalando a los dos hombres que habían entrado con él- que hoy me acompaña. ¡Pero no hablemos de mí! ¡Cuéntame cosas, Rufino! ¡Llevo diez años fuera! ¿Qué cambios ha habido? ¿Cómo van las cosas por aquí? ¿Y dónde ese hijo que dices que sí está en casa? Me gustaría mucho saludarlo.

 

Cargando editor
24/08/2015, 00:29
Rufino

Dentro de la mansión de la familia pudo notar la gran cantidad de decoraciones que parecían corresponder a varias culturas, incluidas unas siendo de origen árabe. Por otro lado el lugar parecía casi vacío excepto por unos cuantos guardias y sirvientes que parecían hablar entre ellos mientras realizaban su trabajo. Aunque los guardias reaccionaron al verlos entrar, volvieron a lo suyo cuando el mayordomo les dio una señal de que todo andaba bien.

Por su lado el mayordomo te escuchaba con atención, pareciendo triste cuando se mencionaba a los hijos o algo relacionado a ellos. Mientras que mostro una buena empatía ante tu relato sobre lo que hiciste en estos diez años.

“Si, recuerdo a la pobre chica…Eran muy unidos?” pregunto desconociendo muchos de los detalles de la historia del juglar con esa joven noble, aunque bien lo conocía de sus fiestas con la familia de esa chica. “Igualmente hizo lo justo, ese fue un crimen que necesitaba castigo inmediato.” Dijo el viejo mayordomo asintiendo a sus propias palabras.

Entonces fue cuando el foco de la conversación quedo en él, que pidió con un gesto de la mano que el juglar se tranquilice. “Han pasado muchas cosas, maese Ashriel. Ha ocurrido una tragedia en esta familia.” Dijo con tristeza empezando a caminar para alejarse de la puerta y los guardias cercanos. “Seguro recuerda al joven Orfeo, el mayor de los hijos de mis señores. Era un joven bueno aunque su mente quedo más aficionada con las espadas que con la música y poesía como esperaban sus padres…” comenzó a relatar con algo de dificultad, notándose que le dolia recordar esto. “Sin embargo tenia una buena habilidad con la espada y sus padres habían aceptado que podría llegar a ser un capitán de la Guardia. Pero un dia fue retado a un duelo por uno de los cuantos duelistas en esta ciudad…él perdió ese dia y el duelista no llego a festejar mas que una noche su victoria.” Dijo no llenando de detalles su historia pero esperando dejarlo claro para el juglar.

Suspiro mientras se acercaban a las escaleras que daban al piso de arriba. “De eso pasaron cinco años y el hijo menor ha podido seguir con su vida, al igual que los señores. Ahora ellos se encuentran de viaje pero su hijo, Ottaviano se encuentra arriba con unos amigos.”  Dijo con algo de incomodidad.  “Espero que siga igual de cuidadoso con sus palabras como cuando lo conoci. No veo razón de recordar el triste pasado.” Te comento aunque parecia medio una amenaza ligera, algo que no era raro porque como pasaba con muchos sirvientes, estos se convertían en unos especies de padrastros de los jóvenes señores.  

“Lo comprende?” pregunto en el pie de la escalera esperando que fuera asi.

Cargando editor
24/08/2015, 15:48
Ashriel Leo Bevilacqua

-Era el amor de mi vida, Rufino -respondió el juglar a su pregunta, con la sonrisa en los labios y los ojos vidriosos- pero creo que ahora ya lo he superado.

Su expresión, sin embargo, se tornó grave cuando escuchó la narración del mayordomo. Puso una mano en el hombro del hombre, con gesto de preocupación, cuando éste terminó y dijo:

-Por supuesto. Permite que te dé el pésame a ti entonces, que eres quien me lo ha contado. Pues no es menester avivar de nuevo un dolor como ese después de tanto tiempo sólo por decirle al joven Ottaviano lo que siento. De mis labios no saldrá mención alguna, puedes estar tranquilo. Mas si está ocupado con amigos, podemos volver más tarde...

Cargando editor
24/08/2015, 19:52
Rufino

Los gestos de su rostro se volvieron más solemnes al escuchar eso. “Lo lamento mucho Ashriel.” Fue lo único que dijo antes mostrarse contento de que parecía que el juglar haría caso a su petición.

“Le agradezco y le pido que no se vaya. Estoy seguro que su compañía le hará bien…”dijo rápidamente cuando te ofreciste a volver más tarde. “Estoy seguro que tu presencia le alegrara mucho.” Dijo sonriendo grande antes de empezar a subir.

Luego de llegar al segundo piso, recorrieron un corto pasillo para terminar frente a una habitación que seguramente poseía ventanas que daban a la calle, dándote cuenta que aquel que habías visto si se trataba del hijo menor de la familia.

Al abrir la puerta empezaste primero a sentir un aroma a incienso algo pesado. Pero fue cuando viste dentro de la habitación que notaste la posible razón. La habitación entera parecía tener una decoración de medio oriente con una alfombra colorida en todo el suelo, con pocos muebles excepto por unos pocos almohadones y escritorios pequeños. Había cuatro personas en ese cuarto dos hombres que parecían árabes a primera vista junto a una pipa de agua, una mujer de cabello castaño desparramada por el suelo junto a un hombre y por fin al hombre con rulos que habias visto antes tambien acostado el suelo con el brazo detrás de la mujer.    

Todo parecia una imagen algo decadente y al revisar la mirada del mayordomo podías adivinar que él también lo veía asi. Incluso notabas un pedido en sus ojos antes que fuera a presentarte con su señor. “Mi señor, permítale presentarle a Maese Ashriel, un muy talentoso juglar que ha venido a conocerlo.” Te presento inclinándose y pidiendo que te adelantaras.

Cargando editor
24/08/2015, 19:53
Ottaviano Perin

El hombre con algo de dificultad se levantó para encontrarse sentado en el piso, corriendo al costado a la joven que se quejó débilmente del movimiento de este. “Es un gusto, Maese Ashriel. Desea que le traigan algo para comer o beber.” Dijo medio perdido pero recordando lo básico del trato a los invitados.

El hombre llevaba vestido con una camisa clara algo arrugada y un peinado para nada arreglado como se esperaba de un noble Veneciano. Aunque vos sabias que en esta ciudad habia muchas veces dos caras de la misma moneda y los nobles como otros de los habitantes de esta ciudad podían ser lo mejor de ellos o lo peor.

Cargando editor
25/08/2015, 12:05
Ashriel Leo Bevilacqua

Decadencia. Sí, había observado eso en muchas ciudades por las que había pasado. Grandes nobles, encerrados en sus grandes casonas, entregados por completo a los vicios y las adicciones. Aquella escena lo entristeció mucho, pero trató de componer un gesto en el que no se le notara. Se preguntó qué estarían pensando en aquellos momentos Axel y Andêl, al ver aquella dantesca escena. 

-El gusto es mío, mi señor Ottaviano -respondió con una sencilla inclinación-; habéis crecido desde la última vez que os vi, hace diez años. Me alegro de veros convertido en todo un hombre. 

Entonces, al ver que no hacía ademán de levantarse más, el juglar se atrevió a sentarse en el suelo, junto a él. No le gustaba estar de pie, hablando hacia abajo con alguien de nobleza superior a la suya, lo hacía sentir incómodo. 

-Puedo contaros muchas historias de allende los mares, si os place -lo tentó-, recuedo que os gustaban. Sin embargo, ahora mismo he venido por otra cuestión, me gustaría hablar un momento con vos, si no estáis demasiado ocupado y a vuestros amigos no les importa -comenté con amabilidad, haciendo una leve reverencia con la cabeza hacia los otros tres personajes que estaban con él en la habitación. 

Cargando editor
25/08/2015, 19:54
Ottaviano Perin

Un vistazo rápido hacia atrás le dejaría fácilmente una impresión de lo que sentían sus compañeros en aquel vergonzoso momento. Andêl escondia muy bien lo que sentía de aquello dejando un gesto neutro en todo su rostro pareciendo solo curioso ante el espectáculo, aunque por su lado Axel se encontraba decepcionado y no podía esconderlo tan bien como tu otro compañero suspirando hasta ganarse una mala mirada del mayordomo.

Una sonrisa apareció en Ottaviano, en especial cuando el juglar se sentó junto a este sin mostrar protesta alguna ente su comportamiento. “Oh, creo que empiezo a recordar quien eres…” dijo luego de un buen rato de lo que suponías que se habia quedado pensando en tu identidad. “Si, esas historias siguen siendo mis favoritas.” Respondio alegremente mientras acariciaba a la mujer que se empezaba ordenar hasta hacerse bolita junto a él.

Entonces llego tu oferta que lo parecio despertar del aspecto dormido que tenia aunque sea un poco. “No estoy ocupado y a mis amigos no les importa. Aunque deseas que sea algo privado?” pregunto pareciendo algo preocupado. “Además necesitare que me ayudes a levantar si es asi.” Dijo medio riendo moviendo su vista a uno de sus acompañantes que le ofrecía la pipa a Ashriel.

Cargando editor
03/09/2015, 18:43
Ashriel Leo Bevilacqua

Ashriel suspiró de manera imperceptible. Por un lado quería sacar al joven de ese ambiente, pero por otro sabía que era un recién llegado y que, evidentemente, debía caerles bien si quería lograr lo que fuera. Así que decidió que primero invertiría sus esfuerzos en lo segundo y, después, a la larga y en momentos más oportunos, trataría de llevar a cabo lo primero. Por lo tanto, a pesar de sus propias reticencias, se acomodó en el suelo, junto a Ottaviano y sus amigos. 

-Rufino, ¿serías tan amable de acompañar a mis amigos abajo? -le preguntó entonces al mayordomo, haciéndole un gesto cómplice- seguro que agradecen algo que les pueda refrescar, después del paseo que nos hemos dado bajo el sol... yo iré enseguida -les dijo a ellos dos, guiñándoles un ojo. 

Además, pensó, yo puedo soportar esto, al fin y al cabo, los miembros de esta familia eran amigos cercanos hace años. Pero ellos no tienen por qué... no puedo hacerles ver y participar de este tipo de cosas... ni siquiera yo estoy a gusto. 

Cuando el mayordomo y sus amigos se marcharon y quedó solo con el joven Perin y sus amigos, agradeció con un gesto de la mano y una sonrisa la pipa que le ofrecían, pero negó con la cabeza. 

-Gracias, pero no puedo -respondió cortésmente- los galenos me lo tienen prohibido. Dicen que padezco de algo llamado... asma. No me viene nada bien para los pulmones aspirar demasiado humo. 

Entonces se aclaró la garganta y miró a los compañeros de Ottaviano.

-Permitidme que me presente formalmente: mi nombre es Ashriel Leo Bevilacqua, juglar, cuentacuentos y cronista. Es un verdadero placer -luego se dirigió al fin al joven-. No me importa en absoluto que ellos escuchen, de hecho, si ellos mismos no se aburren -sonrió abiertamente-; venía a pediros un favor, como os decía. Veréis, tengo entendido que el Dux va a ofrecer una fiesta dentro de poco y a mis amigos y a mí nos gustaría actuar en ella. Pero el Dogo no concede audiencias, así que nos resulta imposible conseguirlo... A no ser que tuviéramos un mecenas de la nobleza que intercediera por nosotros... por eso estoy hoy aquí.

Mientras formulaba la petición, su sonrisa no desapareció y sus ojos pasaban alternativamente de Ottaviano a sus amigos, pero se detenían más tiempo en el joven que en los demás. Realmente esperaba que él le pudiese ayudar. Si aquello no daba resultado, nada lo daría... nada "legal". Y dudaba mucho de que Andêl fuera a estar a gusto colándose en la fiesta...

Cargando editor
04/09/2015, 00:06
Ottaviano Perin

Tus compañeros parecieron mirarte algo confundidos, aunque Rufino comprendió enseguida el mensaje en las palabras del juglar. Asintiendo y haciendo un gesto a tus acompañantes para que lo siguieran abajo.

Una vez solos tanto Perin como sus amigos parecieron relajarse y acomodarse en sus lugares. La joven abrió los ojos acomodando su cabeza sin ningún tipo de vergüenza en la entrepierna del noble con su mira hacia arriba. Ottaviano pareciendo algo fastidiado en ese momento por el atrevimiento de la joven, a pesar que antes los habias hayado acostados juntos en el piso. Cuando el que te ofrecía la pipa recibió tu negativa seguida por tu explicación, se lo tomo él y pareció reírte de ti.

“Se oye interesante…” dijo al terminar escuchar todo, al menos no pareciendo enojado por el pedido, ni frio como se habrían visto sus padres.

Sonreía como pensando divertida la idea, aunque el compañero de este que te había ofrecido la pipa no se quedo callado “Sera un evento aburrido, con los demás nobles no haciendo mas que halagarse falsamente el uno al otro.” Dijo con desprecio pareciendo influenciar un poco la decisión del joven.

“Puede ser pero Ashriel me divirtió y entusiasmo con muchas de sus historias cuando fui joven. Porque no lo haria ahora?...” le pregunto sonriendo de costado antes de mirar al juglar. “A menos que haya perdido el talento con los años.” Comento no con maldad como bien podrias esperar de un noble cruel, sino que parecia mas un divertido desafío para probarlo equivocado.

Cargando editor
04/09/2015, 01:08
Ashriel Leo Bevilacqua

El joven juglar le sostuvo la mirada al más aún joven noble, sus ojos color del ópalo, relampagueantes ante el desafío. No había traído su laúd, así que prefirió contar un cuento. Sin previo aviso y sin que mediara más palabra, comenzó: 

-No ha mucho que pasé por un lugar llamado Turquía -comenzó, entonando con su profunda voz de barítono las palabras, de modo que se notase que ya había empezado la historia-. Allí, las paredes eran de sedas finas y los ventanales multicolor. Por doquier, los hombres vendían gemas, las mujeres llevaban grandes canastos con frutas de todo tipo y los nómadas bebían en sus jaimas amargo té. 

Las palabras de Ashriel se vieron imbuidas de una melódica cadencia, transportando a quienes las escuchaban por completo al mundo que él dibujaba con finas pinceladas en el lienzo de su imaginación.

-Fue en una de esas jaimas, al amparo de las telas que nos protegían del abrasador sol y compartiendo un té con unos viajeros, beduinos venidos de tierras lejanas, cuando me contaron la historia antigua que aquí os voy a relatar...

El bardo hizo una breve pausa, dando énfasis de aquel modo a la historia que vendría a continuación. Su postura había cambiado y ahora estaba de rodillas, en lugar de sentado, pues de aquella manera tenía mucha más movilidad y podía gesticular con los brazos, acompañando el cuento con gestos y expresiones corporales. 

-Cuentan que en una gran finca señorial, un criado trabajaba las tierras de su amo, cuando, de pronto, frente a él apareció una figura. Alta, vestida de negro y encapuchada, portaba en su diestra una espada y en su siniestra un reloj de arena. "He venido a avisarte" le dijo la voz de la figura en lo profundo de su cabeza, como surgida de las mismísimas entrañas de la tierra "ya que eres labrador fiel y buena persona. Pon tus asuntos en orden, pues esta noche te buscaré". Y dicho lo cual, dando la vuelta a su reloj de arena que comenzó la cuenta atrás, desapareció.

Ashriel, que acompañaba todas y cada una de sus palabras con movimientos de las manos, hizo un gesto con las mismas, moviendo los dedos, como queriendo mostrar que algo se desvanece en la nada, se derrama, se volatiliza... dejando unos segundos entre frase y frase.

-Aquella figura no era sino la misma Muerte. El pobre labriego, habiéndose asustado más que nunca, corrió a su señor y le pidió permiso para huir unos días a Damasco. "La Muerte vendrá por mí" le dijo "permitid que me esconda en la ciudad para poder evadirla". "Ya que eres labrador fiel" respondió el amo, repitiendo sin saberlo las mismas palabras que previamente dijera la Parca "y buena persona, me fiaré de ti. Ve, escóndete, y vuelve después a seguir con tu trabajo". 

En aquel punto el juglar escrutó los rostros de sus oyentes, a quienes ya creía tener encandilados con la historia, al fin. 

-Esa misma tarde, paseando por sus jardines, el señor de la gran hacienda se encontró por casualidad con la Muerte y, siendo persona de fuerte carácter, le increpó: "¿Por qué vienes tú aquí, a mi finca, y asustas a mi mejor criado de esa manera?" preguntó. La Muerte, sorprendida por la exclamación, no pudo evitar explicarse y esto fue lo que allí le respondió: "No pretendía asustarlo, sólo lo avisé... me sorprendió mucho encontrarlo aquí, faenando, cuando se suponía que esta noche lo encontraría en la ciudad de Damasco". 

Ashriel dejó unos segundos para que su voz y sus gestos se desvaneciesen poco a poco, sentándose de nuevo y bajando los brazos con deliberada lentitud. La moraleja de la historia, que a los niños había de explicarles siempre, no la dijo en voz alta, dejando que cada uno la descubriese por su cuenta. Y se mantuvo callado, paciente, a la espera del veredicto, del juicio y de la decisión.

Notas de juego

Ésta es una de mis historias favoritas^^ "Muerte en Damasco" se llama ;)

Cargando editor
04/09/2015, 20:17
Ottaviano Perin

Tanto el joven noble como todos sus compañeros parecieron prestarle atención al juglar cuando comenzó a relatar el cuento, si bien de algunos no fue un gran interés al principio para el final había conseguido tomar toda la atención de los presentes como si fueran niños curiosos.

Fue cuando termino que la habitación quedo en silencio por un buen rato hasta que el joven Ottaviano comenzó a aplaudir de una forma casi idéntica a la que hacia cuando era niño. Sus demás amigos le acompañaron aunque no con el mismo entusiasmo a pesar que en su rostro se veía que habían disfrutado también del relato.

“Es un grandioso relato…algo macabro pero igual no deja de ser muy interesante de escuchar. Es bueno saber que no has perdido el toque con los años Ashriel. Los dioses saben que hay quienes no pueden enfrentar bien los años.” Comento disminuyendo su sonrisa al final, aunque rápidamente volviéndola a poner pasado unos segundos. “Con tu compañía creo que pasare un gran momento en la fiesta.” Dijo con sinceridad dándole miradas a su amigo que habia intervenido antes pero que ahora parecía aceptar cierta derrota.

Con algo de esfuerzo comenzó a estirarlos brazos. “Ey, Sali de mis piernas vaga quiero caminar un poco.” Ordeno a la joven aunque su tono era todo menos duro a pesar de su falta de delicadeza en las palabras. La joven parecio molestarse un poco como un gato expulsado de un lugar comodo, sin embargo se retiro para acercarse a los otros dos.

“Ashriel, ayúdame que estoy algo acalambrado.” Le pidió para que el juglar lo ayude a levantar.   

Notas de juego

Muy buena. A mi tambien me gusta y me encanta encontrarmelo en muchas de sus variaciones ^^

Cargando editor
08/09/2015, 16:36
Ashriel Leo Bevilacqua

El juglar agradeció el cumplido con un asentimiento de cabeza y una ligera sonrisa bien pensada, ni demasiado seria, ni demasiado orgullosa. 

Se preguntó si los demás estarían de acuerdo con él y cuánta influencia tendrían sobre el joven como para haberle llevado a aquella situación... ¿Cuánto tiempo llevaría en decadencia aquel joven Perin? Mientras aceptaba las palabras de su anfitrión agrandando un poco más la sonrisa al escuchar su opinión sobre ayudarlo a ir a la fiesta, observó de reojo a los demás amigos de Ottaviano, para ver si lograba averiguar algo más en base a su aspecto, sus ropas, sus joyas, sus miradas, sus gestos, sus posiciones...*

-Os lo agradezco mucho, mi señor Perin, será un grato honor para nosotros entreteneros durante la misma -dijo con educación-; si gustáis de los espectáculos completos, no os perdáis una actuación nuestra completa. De los compañeros con los que ahora viajo, los que habéis visto antes, uno de ellos es marionetista y es capaz, mientras yo hablo o canto, de dar vida a mis historias con un realismo pasmoso, os gustará soremanera cuando lo veáis -sonrió con una mirada de agradecimiento. 

En el momento en que el joven decidió levantarse y le pidió ayuda, Ashriel se aupó de un ágil salto y tendió las manos para que el joven pudiera utilizarlas como apoyo para ponerse en pie. Imaginó que necesitarís unos segundos para estabilizarse, así que, tras tirar de él con energía pero con el delicado respeto que merecía alguien de su clase, le ofreció el brazo para que se sostuviese cuanto fuera necesario, sin pronunciar una sola palabra y esperando a que el joven le dijese hacia dónde quería caminar o si su intención era que él lo acompañase o no. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Te he hecho la tirada para ver si averiguo algo más sobre ellos sin llamar mucho la atención mirándoles fijamente XD 

Por cierto, ahora que la hago me he dado tiempo de que tengo cuatro en percepción y no te he puesto la especialidad, ¿las usas? si es así dímelo y la escribo, sería "atento". 

Cargando editor
09/09/2015, 05:26
Ottaviano Perin

No le costó mucho al juglar darse cuenta que ninguno de los amigos parecía muy contento que el plan de Ashriel estuviera en marcha, aunque imaginaba que era mas porque el noble los abandonaba por la noche y no porque tuvieran algo personal contra él. Igual mente aun algo molestos, ninguno opuso mayor resistencia a que Ottaviano se fuera.

Revisándolos un poco mejor notabas que la joven no parecia por sus actitudes y su vestimenta una noble como Ottaviano. Incluso su soltura se dejaba ver cuando notaste que el cordel que sostenía la parte de arriba de su vestido estaba media suelta, lista para que cualquiera con poco esfuerzo tirara y dejara libre lo que imaginabas que era gran parte de su personalidad.

Por otro lado el hombre de aspecto árabe que te acerco la pipa y fue el único en hablar, tenía una ropas mejor hechas posiblemente de un comerciante que había alcanzado una posición cercana a la de los noble en su fortuna. Ademas por sus gestos y forma de sentarse intuías algo de educación noble en su persona. Mientras el otro de los árabes parecía demasiado tranquilo mirando el techo que recién notabas estaba decorado como si fuera el cielo de noche y excepto por la ropa no dando muchas pistas de su origen medio acomodado.

Sonrio pareciendo entusiasmado por la actuación que le comentabas. “Suena muy interesante y novedoso, tal vez debería tener un espectáculo privado antes que el resto.” Sugirió divertido. “Ya sabes solo para examinar.” Puso como escusa aunque no te creías que aquella razón tan formal fuera la verdadera.

Cuando le ofreciste no solo la mano sino tambien el brazo o dijo nada aunque utilizo hasta el mismo hombro del juglar para terminar de estabilizarse en el lugar. “Vamos.” Te señalo con un gesto de su brazo a la puerta por donde habías entrado, aunque en vez de bajar el noble te llevo un poco tirando de vos hasta un balcón que daba a la parte frontal de la mansión, que daba al gran canal de la ciudad. No sabia si era el nuevo aire o la luz del sol pero veias que a pesar de como lo habias encontrado habia crecido bien y con un rostro apuesto que parecia volverse mas vivo ahora.

Recostándose en el balcón dio una gran bocanada de aire. “Por dios, que hermosa es esta ciudad.” Comento observando el canal que se encontraba ocupado por unas cuantas góndolas de mercaderes y nobles. “Dime la verdad, ¿fui tu ultima opción para asistir a este baile?” pregunto con un tono neutro pareciendo casi cansado pero con una mirada interesada.  

Cargando editor
10/09/2015, 18:02
Ashriel Leo Bevilacqua

Ashriel logró mantener el equilibrio a pesar de la sorpresa. No esperaba que fuera a apoyarse tanto en él, pero logró tenerse en pie. Tuvo buen cuidado de no hacer ningún gesto cuando observó a sus acompañantes y accedió a dar el paseo con el joven Ottaviano, agradecido de salir de aquel ambiente lúgubre y decadente. No es que lo del asma fuera verdad, pero prefería el aire fresco, sin lugar a dudas. 

-Será para nosotros todo un honor -respondió el juglar, solícito, ante la petición de su joven nuevo (o viejo) amigo. 

Lo acompañó hasta el balcón y se apoyó a su lado, contemplando Venecia. 

-En efecto, por muchas tierras que haya caminado, por muchos lugares que haya visto, no hay nada que tenga mejor lugar en mi corazón que ésta nuestra amada ciudad, mi señor -corroboró, no por complacerlo, sino porque realmente estaba convencido de sus palabras y ese fuego que se encendía en su interior cada vez que hablaba de su patria se trasparentó en sus palabras, claro y prístino como el agua. 

Entonces, la siguiente pregunta del joven lo pilló por sorpresa. Se dio la vuelta y le sostuvo la mirada, con una expresión serena en sus oscuros ojos.

-No -respondió con sinceridad y sin ceremonias-; realmente no fuisteis vos en concreto, sino vuestra familia, que yo recordaba con cariño, la  primera opción que barajé. No sabía quién de todos me atendería después de tanto tiempo. Pero realmente fuisteis la primera opción en la que pensé cuando me enteré del asunto de esa fiesta, digamos... privada, del dogo. Si vos no podéis ayudarme, entonces tendré que pensar en otros métodos menos... ortodoxos -le confesó- y la verdad, no me gustaría tener que hacerlo... nada en absoluto. 

Cargando editor
10/09/2015, 22:56
Ottaviano Perin

El noble sonrió contento con tus palabras, asintiendo de acuerdo con ellas. “Lo que también tiene es gente interesante, muchas de la cuales no son bien recibidas en otro lugar de Europa. Al menos por lo que tengo entiendo.” Siguió comentando creyendo sus palabras y transmitiendo algo felicidad en ellas.

Su mirada se dirigió por un segundo detrás de ellos como si esperara que alguien los siguiera donde estaban pero pasillo se encontraba vacío y no se había escuchado paso alguno que viniera donde ellos estaban.

Tu respuesta de nuevo pareció alegrarle, generando una gran sonrisa en el joven. “Escuchar que nos recuerdas con cariño me alegra. En verdad me siento algo avergonzado que yo no te recordé enseguida.” Te confeso bajando su mirada de nuevo al canal. “Debo darle las gracias a Rufino que cuenta con mejor memoria que yo.” Dijo soltando una pequeña risita.

Negó con su cabeza. “No creo que privada sea la palabra correcta, es una fiesta para la nobleza.” Aclaro. “Si fuera una más privada puede que también me invitaría y me vería más obligado a estar que ahora.” Declaro pareciendo no darse cuenta o ignorando por propia voluntad que era una fiesta por la llegada del Cardenal. Ashriel sabía que la ausencia de Ottaviano podría causar una consecuencia. “Sabes no pudiste elegir una mejor familia, ya que la nuestra apoyo al Dogo para que llegara a su actual cargo.” Te informo amistosamente tal vez dándose cuenta que en tu ausencia no sabrías como la familia se había puesto políticamente.

“¿Desearias que te consiguiera una audiencia privada con él para que no se olvide nunca de invitarte a sus próximas fiestas?” pregunto divertido como si bromeara aunque con cierta seriedad que no le dejaba al juglar estar completamente seguro que era asi. Probablemente aun necesitaba mas aire para refrescar su cabeza por las cosas que decia.

Cargando editor
22/09/2015, 16:32
Ashriel Leo Bevilacqua

Ashriel sonrió condescendiente. 

-Erais un niño aún, Ottaviano -explicó-, es normal que no me recordarais del todo. Y Rufino me conoce casi desde antes de que vos nacieseis, debo añadir. Pero me alegro de haberos activado la memoria al fin, es bueno volver después de tantos años y descubrir que aún queda en la ciudad gente que lo aprecia a uno -comentó, con cierto tinte melancólico plagando su mirada. 

Escuchó después con atención el resto de sus palabras, analizando cada una de ellas, y no pudo evitar sonreír al final; alzó los ojos, sorprendido pero contento por la afirmación del joven acerca de su familia y el Dogo. 

-Me alegra mucho escuchar eso, si os digo la verdad. Y sí, si fuera posible, os estaría eternamente agradecido si me consiguierais una audiencia privada con el Dogo. Ya sabéis, para un juglar, la publicidad nunca es mala -terminó, guiñándole un ojo; luego se puso serio y le dijo con expresión serena-: os lo digo de corazón, mi señor Perin, muchas gracias por ayudarnos con este asunto. Estoy a vuestra disposición siempre que lo necesitéis. 

Se cuidó mucho de terminar utilizando el singular en la última frase. Podía agradecer de parte de sus amigos, pero no quería meterlos a ellos en cuestiones a las que se ofreciera él, sin consultarlos antes. 

Cargando editor
22/09/2015, 22:22
Ottaviano Perin

“¿Antes que naciera?” pregunto mirando detenidamente, incluso dándole una mirada a todo su cuerpo. “No te imaginaba tan mayor o al menos no te acordaba así y tampoco te vez tan mayor.” Comento antes de darle unas pequeñas palmas amistosas ante el sentimiento que expresaba sobre el aprecio que sentía luego de tantos años fuera. “En algún momento tendríamos que pensar en un festejo por tu regreso, invitando algunos de tus amigos para una cena.” Termino sugiriendo.

“Entonces está decidido, hablare con él cuando me lo encuentre en la sala.” Le aseguro volviendo su mirada pareciendo contento con sus acciones, en especial escuchar el agradecimiento de ella.

Encogió sus hombros. “La verdad Ashriel…No tengo mucho que pedirle, mi vida está bien como es ahora. No creo que tenga un trabajo constante con usted a menos que desee tocarle a mis compañeros y a mi todos los días.” Le aclaro sonriendo tontamente. “Por lo demás admito que no me meto demasiado en las intrigas de la nobleza de esta ciudad.”

Cargando editor
23/09/2015, 00:59
Ashriel Leo Bevilacqua

-Bueno, es una forma de hablar -respondió Ashriel, sonriente-, pero soy mayor que vos. Pensad que ya era juglar cuando vos erais un niño, mucho antes de mi partida. No soy tan mayor, pero... sí os saco unos años... -luego rió por un momento- aunque es un halago que vos me veáis joven.

Entonces escuchó la oferta del joven y clavó su mirada oscura en la del joven Perin, considerablemente agradecido con su generosa oferta. 

-Eso sería todo un honor para mí, señor -sonrió de nuevo-, pocos bardos pueden afirmar haber tenido una fiesta de bienvenida después de diez años fuera... mas... no creo merecerlo -terminó con sincera humildad. 

-Hacéis bien en no meteros en intrigas, Ottaviano -rió el juglar, quitándole hierro al asunto que le comentaba su melancólico anfitrión-, sin embargo... tengo curiosidad por algo...

El juglar no había querido mencionar el tema que le rondaba la cabeza desde hacía unos minutos porque no creía gozar aún de la suficiente confianza del joven Perin como para que no se sintiese ofendido por ser tan inquisitivo, pero ya que él lo había sacado...

-Vuestros compañeros... ¿quiénes son? ¿cómo los conocisteis? es decir... -se corrigió de inmediato- si me permitís el atrevimiento de preguntar para saciar mi insana curiosidad -sonrió de nuevo, esta vez esbozando media expresión pícara.