Partida Rol por web

Salomón la miro con pesadez aunque Gianna podía darse cuenta que no era con ella sino con su esposa. Pero si quedaba la duda las siguientes palabras trasparentaron algunos de sus pensamientos. “Eso es verdad. Mi esposa esta incontrolable y desconsolada tras el fallecimiento de mi hijo…” dijo para luego tomarse un momento para calmarse de nuevo ya que se había alterado con el recuerdo.

Aunque busco la calma rápidamente ya que veía como la mujer se levantaba de su asiento por una razón que solo ella sabia. “Espera un momento Lady Gianna…” dijo levantandose también y dirigiéndose donde estaba ella. Alfio siguió a su padre muy de cerca buscando la mirada de ella, aunque lamentablemente quedándose callado dentro del protocolo. “Gianna. Espero que pienses muy bien lo que haces, si sales de esta mansión rompiendo cualquier alianza con nosotros entonces si entraras en un mal momento para su casa.” Comento el hombre acercándose a ella para tocar su hombro.

El lord se veia seguro en su forma levantarse aunque habia algo en sus ojos que paria pedirle algo a ella. “No la estoy amenazando pero le estoy dando un hecho casi seguro.” Concluyo al final. Mientras Alfio asentía junto a su padre y tambien parecía pedirle algo con sus ojos y una mano que la buscaba sin importarle las miradas de su padre.

Ella se detuvo justo a tiempo para escuchar lo que Salomón tenía para decirle y escuchar aquello no sólo la hizo sentir fuego en la sangre sino que la hizo detenerse del todo y más aún al sentir la mano de Alfio. No tendría que haber ido a allí pero tampoco tendría el apoyo de su tío, necesitaba algo mas: un amante poderoso y capaz de evitarle aquellos sufrimientos.

-Claramente, mi lord, aunque no lo deseeis, esto es una amenaza por más que los dos no lo quisiéramos. Tan amenaza como la que me hizo vuestra esposa... ¿Hay acaso algo que pueda hacer para defenderme de vuestra esposa y sus ataques?

La mujer apretó la mano de Alfio pero todo aquello le parecía una afrenta del patriarca y de la familia, no entendía cómo podrían sortear la muerte de Leonzio sin matarse entre ellos mismos.

-Y sin embargo, tengo que aclararos que yo no me refería a los negocios sino a lo social, había sido así hasta antes de que Leonzio regresara y todos estábamos bien, creo firmemente que podemos seguir así. Siempre podrán tratar con el contador de mi padre y ahora mío, quien parece saber mejor que yo qué hacer con mi vida y con mi dinero.

Soltó la mano de Alfio y aunque no se retiró de inmediato, tampoco volvió a sentarse. Por dentro, estaba pensando en los posibles candidatos poderosos pero para eso tenía que ir a casa y hablar con el padre de Cirino.

El lord aparto su mano de ella y nego rapidamente lo que implicaba Gianna. “Me disculpo entonces. Pero es algo que posiblemente pase en esta ciudad tan ambiciosa, usted puede ser un blanco de muchos poderes aquí. Por eso desde el principio dejamos ver nuestra cercania a su persona.” Comento el hombre en un intento de explicarle.

Cuando escucho la pregunta de su esposa y los ataques se quedo pensando antes de responder. “Podria devolverle sus ataques, tratando de no afectar a ninguno de los que estamos presentes ahora, lo que es algo complicado pero no imposible...” Dijo pareciendo dejarle un lugar libre para que fuera contra su propia esposa, sin importarte el destino de ella o que sus hijos lo escucharan. “Por lo demas no tengo mucha idea como te ataque, pero posiblemente trate de meter a la iglesia en esto por lo que deberias cuidarte en ese frente.” Le advertia.

Suspiro con pesadez. “Tienes razon que todo estaba un poco mas tranquilo, pero no te dejes engañar por ello. Tu tranquilidad lamentablemente termino cuando tu buen padre fallecio. De verdad lo siento.” Le aclaro dejando en ella si ya se iria ella después de esas palabras. “Hablaremos con él, pero me gustaría que sigamos hablándonos.” Le propuso en conclusión.

En la mente de ella varios nombres aparecian aunque uno que recordaba de recientes experiencias era el Giovanni. Las primas aun eran sus amigas y el hombre tambien debia serlo.

Los argumentos de Ruzzini le parecían algo sacado expresamente para mantenerla a raya comportándose como todos ellos querían, lo que le faltaba era que además de la vieja y su tío, ahora tuviera que lidiar con las amenazas de Salomón y la posible intromisión de la Iglesia.

Bueno, ya se vera lo de la relación entre nosotros. Cómo ya os he dicho, los negocios continuarán igual...

La noble suspiró y negó con la cabeza.

-Yo saldré de Venecia, tal vez en este tiempo podríais controlar a vuestra esposa... Por mi parte, agradezco que lamente la muerte de mi padre, era un hombre excepcional.

Estaba harta de que le dieran ultimátums y sobre todo que se sintieran con derecho a juzgarla. Tal vez tenía que marcharse de allí y no volver nunca más.

El patriarca asintio. “Los negocios seguiran como estan y nuestra relacion seguirá siendo cordial mi Lady.” Correspondió el hombre dando una leve mirada a su hijo Alfio que seguia tomado de la mano de ella.

Aunque su atención volvio a Gianna, suspirando ante la mención de su esposa que cada vez se notaba que era una pesada carga en la vida del Lord. “Lo era. Uno de los mejores hombres que he conocido.” Agrego terminando de dejarle la posibilidad de irse de ese lugar.

Alfio por su lado la solto para permitirle que se marchara, pero fue en uno de los pasillos de salida que el joven volvio a hacerse sentir aproximadose rapidamente a ella.

“Gianna…que haras? Acaso dejaras que todo esto pase y te iras en el barco ese que te arregle?” pregunto curioso el joven que la miraba mientras iba tomando las manos de ella y buscaba llevárselas a los labios para besarlas si ella se lo permitia.

“Aun podre acompañarte? Quiero seguir viendote…” le expreso.

La mujer se despidió de ambos porque evidentemente no había más que decir, Ruzzini creía que debía seguir como estaban y ella debía permitir que creyera que sería así. Pensaba en eso cuando Alfio se cruzó con ella y le dijo aquellas sentidas palabras.

-Alfio, querido... Tú puedes venir si quieres pero no quiero ser motivo para que tu madre se enfrente a ti.

Le dio un beso rápido pero sentido y le sonrió cariñosamente.

-Yo estoy deseando que vengas, no imagino ese viaje sin ti pero es completamente tu decisión.

“Mi madre tiene sus motivos para hacer las cosas, pero no quiere decir que sean motivos razonables. No hay razon para pelear contigo, todos aca sabes que no fuiste la causa de lo que le paso a Leonzio.” Comento pareciendo cansado de ese argumento, aunque se vio algo mas energizado con el beso de ella.

“Yo ire. Mi madre podra decir miles de cosas pero ya soy un hombre, no puedo quedarme en mi casa encerrado todo el tiempo.” Decia levantando el pecho con cierto orgullo de su actual decisión pero de cualquier forma viendose algo infantil por su gesto.
 

Gianna sonrió con la respuesta de Alfio, estaba claro que se esforzaba y por ese lado ella no tenía nada que reprochar.

-Entonces te veré allí tan pronto como podamos partir o antes si deseas ir a casa, siempre eres bienvenido.

Acarició su mejilla con ternura, de un hombre pero en el fondo de una niño con algunos miedos y ella lo entendía perfectamente.

-Me iré ahora antes que aparezca tu madre.

Le dio otro beso, más apasionado aún.

Alfio asintió a la invitación. “Ire cuando me sea posible, de eso no deberías dudar Gianna.” Le respondió con confianza mientras sentía las caricias de ella en su rostro. Finalmente aceptando el beso se lo devolvió con la misma pasión antes de de dejarla ir. “Sera lo mejor. Nos vemos Gianna.”

Tras esas palabras la joven noble volvio de nuevo a su góndola y partio fuera de la masion Ruzzini para ir hacia otro destino.

Gianna se despidió rápidamente porque lo último que quería era encontrarse con la bruja. Una vez estuvo en su góndola les indicó a donde debían ir y esa de la casa de Ignacio Giovanni. Cerró los ojos un momento, tenía que estar segura de lo que iba a hacer.

La casa de Ignacio por lo que sabia ella parecia ser la casa de los demás Giovannis también. Por lo que fue a la casa de los comerciantes, lamentablemente no se encontró con quien buscaba. Sino que con otro Giovanni de menor importancia en la familia que le informo que se encontraba trabajando y que volvería de noche a su hogar, por lo que si ella quería le avisaría que lo visito.

La noble no tenia mucho que hacer ese dia, porque lo que volver de noche no fue tanto una molestia como lo habria sido otros dias pero ademas Ignacio por extraño que lo parecia, en la mente de ella, valia la espera.

Al volver de noche a la mansión Giovanni, hubo mayor suerte y Ignacio fue quien la recibio sonriendo divertido ante su presencia mientras la ayudaba a bajar de su góndola y la empezaba a guiar por la mansión de ellos, comerciantes que habian tenido un aumento considerable en su importancia en Venecia.

“Buenas noches Gianna, siento que me hayas encontrado ocupado de dia. Pero puedo compensártelo ahora de noche si lo deseas.” Propuso casi al oido de ella eso ultimo.

No encontrarlo no le pareció descabellado, después de todo, él no sabía que ella se presentaría en su casa pero al menos sabía a qué hora volver. Había sido un día largo y la noble estaba algo cansada, se podía ver en su rostro. Le tendió la mano a Ignacio y aunque pudo ver esa sonrisa, no le molestó, debía darle gusto verla.

-No te preocupes, se que la gente debe estar ocupada y no esperando por mí toda la vida.

Lo siguió colgada de su brazo casi en silencio porque realmente estaba preocupada por la Ruzzini.

-Está claro que quiero que me lo compenses.

Esperó a que la llevara a donde sea que la estuviera llevando y una vez allí, se mantuvo se pie frente a él.

-Somos amigos y tengo un problema... Seré directa porque se que no eres un hombre que guste de perder el tiempo. Si no me caso co alguien importante, la esposa de Salomon Ruzzini me hará la vida imposible, eso por un lado y no sólo eso, mi tío me hará casarme con cualquier viejo adinerado que conozca.

Agitado porque seguramente él tenía problemas.

Le beso mano cuando la recibió y luego la guió dentro de la mansión a donde pudieran charlar. “Son obligaciones que vienen con la confianza que me tiene la familia. De cualquier forma eso no me impide que ciertas noches pueda estar mas libre.”

Sonrio con picardia ante el comentario de compensarla y por fin la dejo entrar a una habitación. La habitación no parecia mas que una habitación normal de invitados, con una decoración simple pero con todos los muebles necesarios para que una persona pudiera estar comoda.

“Te llevaria a mi habitación pero no deseo que nadie nos moleste llamando por ahí. Aquí no seremos molestados al menos hasta que nos descubran.” Le explico mientras avanzaba para colocarse frente a ella. “Ademas pareces muy preocupada para no atenderte rapido.”

Asintio levemente cuando ella expreso que no era un hombre que le gustara perder el tiempo. “Ya veo…conosco ese problema de las damas. Supongo que sacar a estas personas de tu vista esta prohibido...” comento casi pareciendo que lo preguntaba. “Un matrimonio con un Giovanni te vendria paz y mucho dinero. Dime deseas que yo, un impresentable, sea tu marido o deseas que te sugiera un buen novio de nuestra familia, que sea tranquilo y un peon nuestro?” pregunto con una sonrisa maliosa.

La noble se sentó sin mirar mucho alrededor y mientras él se acomodaba frente a ella, lo escuchó atentamente.

-No quiero que les suceda nada porque claramente sería la primera sospechosa pero realmente este tema me tiene preocupada, especialmente porque mi tío cada cierto tiempo me quiere embaucar con alguno y estoy harta de eso también.

Hizo un alto y lo miró con seriedad.

-No creo que quisiera casarme con alguien más, prefiero a alguien que ya conozco... Así que si, prácticamente te estoy pidiendo que te cases conmigo pero si no deseas casarte entonces puedes sugerirme otros candidatos.

Estaba nerviosa, de mal humor y aunque él no la conociera tanto, lo cierto es que aquello era más que evidente.

“Como desees, pero como dices tu tio seguirá insistiendo y puedo decírtelo por experiencia ya que tengo mas de veinte tíos.” Le devolvió con cierto humor recordándole a ella ese comentario de que los Giovannis tenían muchos miembros incluso para una familia noble.

Entonces enfrento la mirada de ella y escucho sus claras palabras. “Tampoco es como si me conocieras mucho querida. Pero si quieres un matrimonio conmigo lo acepto aunque tendría que aclararte que cualquier descendiente tendría el apellido Giovanni.” Le comento empezando a dar los pequeños detalles de un matrimonio entre ellos. “Además si te soy sincero ando en cuestiones poco legales y no se si serias una mujer que tenga un problema con ello.” Le fue aclarando con una gran sinceridad.

Ella lo miró entendiendo cada una de las palabras que le decía sobre su tío y claro que sabía que el viejo hombre no iba a cejar en su intento de casarla con alguien que a el y a su apellido concibieron.

-Se de lo que es capaz mi tío por eso no me quedan más opciones. Quería casarme con Cirino pero a el esa unión no le parece así que mandó a su hijo lejos...
Y Cirino se lo permitió por eso tengo que buscarle y hablar con el.

Bajó la mirada unos instantes y sonrió con malicia antes de responder.

-Tienes razón, no te conozco pero eres endiabladamente bueno en la cama y eso ya me sirve.

Tomó sus manos, las de Gianna estaban heladas y temblaban un poco.

-¿Me haces esta observación sobre tus negocios porque esperas que eso me haga retroceder en mi petición o porque quieres saber si tendrías mi apoyo en cualquier cosa que suceda?

Ya estaba hecho, Gianna había tenido que ir a pedir matrimonio a un hombre que no amaba porque el que amaba era muy poco hombre para luchar por ella y prefería ser su amante. Nunca en toda su vida se sintió más humillada, el Giovanni ni siquiera la quería un poco.

“Gracias, tu tambien eres muy exquisita en ella.” Le devolvió ante el halago de ella ante su habilidad en la cama.

Se dejo tomar las manos y sonrio con malicia ante las siguientes palabras de ella. “La verdad no es por ninguno de los dos. Pero ahora que lo dices lo segundo me vendria muy bien querida.” Respondio esperando saciar algo de la curiosidad de la mujer. “Yo solo te informaba para que luego no te sorprendas si vuelvo con sangre en mis manos, por decirlo de alguna manera.”

Dicho eso sujeto con mas fuerza las manos de ellas para que dejaran de temblar y acerco su rostro a ella. “Si eso no te molesta, entonces acepto tu propuesta. Acepto tu mano Gianna.” Termino declarando y acercándose para darle un beso en la boca, un beso no casto sino pasional para sacarla de esos nervios que ella tenia.

La noble aceptó ese beso apasionado y sonrió brevemente, no terminaba de estar feliz pero en realidad ya estaba resignada a que nunca lo sería.

-Me alegro pero me temo que no voy a hacérselo fácil, mi señor. Tendrá que ir a hablar con mi tío, si se lo digo yo, encontrará la manera de sabotear este matrimonio.

Lo miró para descubrir si aquello haría que el Giovanni se echara para atrás. Suspiró y lo besó de la misma manera en que el lo había hecho.

-¿No vas a invitarme nada para celebrar nuestro próximo enlace?

“Deseas que pida tu mano frente a él? Eso deberia calmar a tu tio, que no solo estara contento que tengas un esposo sino que sera un Giovanni.” Comento divertido el hombre sin asustarse ante tu propuesta como tantos otros sino que redoblando el esfuerzo para terminar con el lio de ella.

Recibio el beso con gusto mirandola con mucho interes cuando se alejo un poco. “Podria invitarte a conocer a mi familia aunque estaríamos todo un año haciéndolo…” dijo en broma antes de ponerse a pensar. “Quieres que hagamos un brindis por este acuerdo y tomemos hasta emborracharnos? Tambien podriamos comer algo caro que hagan los cocineros de mi casa.”