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La Busqueda

Juntando tinta (Prologo)

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10/11/2015, 17:02
Narrador

Hoy era un día muy importante para la ciudad de los canales, todo el mundo habia estado esperando este dia con ansias desde que habian escuchado como uno de los Cardenales de la Santisima Roma visitaria a la ciudad portuaria. La razon por la cual visitaba la ciudad no era dificil de encontrar para quien estuviera interesado, estos años hubo una creciente en el conflicto entre el Emperador Federico II y el Papa. Un conflico que el Papa esperaba que Venecia no ignorara ni que se metiera en el lado contrario por lo que mandaba a uno de sus delegados para conseguir una alianza que de frutos en una guerra que parecia inminente.

Por lo que habia escuchado Nikeia el dia estaba planeado para que hubiera una convocatoria en la plaza por donde pasaria el Cardenal y luego este entraria para realizar un servicio muy especial para los invitados a ese recinto. Luego a la noche habria una tipica fiesta Veneciana con los nobles y comerciantes ricos en el palacio del Dogo, mientras el pueblo llano colmaria la Plaza con su propio festejo. Todo esto lo habia escuchado de Feliciano que ahora se encontraba junto a ella, acompañado por un guardia que siempre tenia.

El Genoves al parecer habia tenido una idea parecida a la de la mujer por lo que habia decidido acompañarla consiguiendo, luego de pagar, un puesto especial en una de las casas de la plaza para tener un balcon por donde mirar todo el espectaculo. Por el momento todo estaba tranquilo con una enorme cantidad de personas reunidas en la plaza esperando a que llegara el Cardenal.

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11/11/2015, 08:42
Nikeia Athanasis "Minerva"

Había pasado los días anteriores meditando. 

¿Debería ir..? Sí.. sí.. debería.. aunque igual no..

Sus dudas se habían manifestado pero también sus convicciones. Tras muchas horas debatiendo consigo misma Nikeia decidió asistir al recibimiento del Cardenal. 

Cuando fue a explicarle sus planes al Genovés este decidió acompañarla y hacer gala, como siempre, de que él tenía más que ella a pesar de que su sangre no fuera noble. - Felix.. no hace falta que vengas - le dijo Nikeia en un intento de acudir sola. Pero No pudo ser. Al parecer su aliado tenía otros asuntos en mente y no estaba por la labor de quedarse en casa bebiendo y jugando al vino. 

Se preparó para ir a la plaza. Se vistió con las ropas que tenía que no eran muchas pero con estilo. Ropas azules. Miró los ropajes púrpura que tenía en el armario.. esos se los pondría única y exclusivamente cuando fuera a terminar su venganza. Todos saben lo que significa el púrpura.. bueno al menos en la historia de los héroes de mi tierra. . Entre sus ropajes llevaba un puñal. Nunca se sabía lo que iba a pasar. Hay que estar preparada..

Cuando llegaron a la plaza Nikeia se extrañó de que fueran hacia uno de los balcones.. Yo había pensado en subirme a los tejados para ver mejor.. parece que el genovés no tiene malas ideas...

Subimos al balcón y tras agradecer con cortesía a los señores de la casa que nos se la hayan alquilado para ver la escena de advenimiento se apoyó en una de las paredes y contempló la plaza en busca de algo que llamara su atención.. Sabía lo que buscaba. Un blasón. 

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12/11/2015, 04:35
Feliciano Canepa

El balcón era lo suficiente amplio para que entraran tres personas sin mucho problema, aunque los dueños del hogar habían cedido todo ese espacio a Nikeia y a Feliciano. Por su lado los dueños fueron a otro balcón o abajo para esperarlo con la gente al Cardenal.

“¿Aun no le agrada que haya venido a acompañarla?” pregunto con cierto humor el comerciante. Aquel hombre tenía muchos de los rasgos que formaban parte de los italianos, entre ellos una necesidad de recibir halagos algo que la mujer había logrado descubrir con facilidad desde que se encontraba junto con su nuevo amigo. “Hay mucha gente reunida en este lugar, seguramente el Cardenal se pondrá alegre ante este recibimiento.” Comento mirando a la gente de la plaza sin detenerse en ningún en especial.

La plaza como el Genoves decía estaba llena, aunque alguien observador notaria que faltaba una gran cantidad de gente posiblemente los extranjeros, los que rezaban a otro dios y otros menos píos. Sin embargo ahí estaban ellos dos, buscando algo totalmente diferente a lo que venía el resto de la gente.

Pero aquello al menos para Nikeia probaría no ser nada fácil. Había indicios que no todos en la plaza eran del pueblo, juzgando por lo que parecían como guardias personales junto a un par de personas pero a pesar de eso ninguno exhibía su blasón al viento como harían orgullosos en otros momentos. Ya que ahora quien debía tener toda la atención era el Cardenal y la Cruz. Solo el blasón del actual Dogo se salvaba de la censura, hondeando en el palacio que regía sin embargo este no era a quien la mujer buscaba.

“¿Has dado con lo que buscabas?” pregunto curioso el genovés volviéndose un poco más serio que antes. Ahora que volvías tú atención a él recordabas lo curioso que fue verlo de nuevo la primera vez luego de años, había cambiado. Se encontraba un poco más gordo que antes aunque sin caer en la glotonería de otros hombres con dinero, su cabello seguía tan oscuro como antes pero se empezaban a aparecer canas a los costados y en la barba que el comerciante ni ocultaba. En lo que se había conservado igual era en su palabra, algo que agradeciste a dios y en su soltería que según él no era un problema.

Notas de juego

Creo que no me dijiste si le habias comentado a Felix sobre tu venganza, por lo que lo dejo a tu eleccion  :)

Ah y si no queda claro no podes verle bien el escudo a los pocos nobles que hay.

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12/11/2015, 22:44
Nikeia Athanasis "Minerva"

Nikeia apoya sus brazos encima de la piedra del balcón y observa la plaza. Respira varias veces. Sí... sí.. huele a venganza..

Claro que sí Felix - le dice pasando la mano por su hombro para volver a apoyarla en el balcón - Es sólo que no me gustaría robarte el tiempo.. sé que eres un hombre ocupado con tareas mucho más importantes y relevantes que las de acompañarme - Nikeia le mira a los ojos - Ha sido todo un detalle que alquiles esta habitación para poder apreciar mucho mejor que el resto la llegada del Cardenal - dijo Nikeia para tener contento a Feliciano por un rato.

Bueno bueno... estos Italianos... tan mejores frente al resto.. hacen lo mismo que todos, limpian las calles.. no veo a ninguna de mis amigas.. ** , ni... bueno qué más da.. no habrá nadie que pueda incomodar al Cardenal 

Observa la plaza detenidamente y cuando me se da cuenta de que no va a ver ningún blasón a parte del del Dogo... chasquea la lengua. 

Ha sido una completa pérdida de tiempo venir. Miro a Feliciano.

Nikeia volteó su vista a la plaza pero no la miraba. Pensaba. Pensaba que estaba perdiendo el tiempo ahí. No iba a poder ver nada. No iba a conseguir nada. Y con todos los nobles y grandes personalidades ahí.. era el momento perfecto para acercarse a los archivos.. o a la biblioteca a ojear y llevarse algo. Pero Nikeia sabía que había un problema y se llamaba Feliciano. No iba a poder darle largas y dejarle ahí.

Si es que ya sabía yo que tenía que haber venido sola... 

- Felix.. - comenzó mientras miraba la plaza - ¿Has venido aquí por algo más? - miró a Feliciano para sacar un tema de conversación . - No.. no he tenido suerte. Sabes que busco un noble.. y sólo tengo un medio blasón.. y los nobles no muestran sus blasones hoy. - le dijo algo decepcionada y movió su brazo señalando la plaza - No los muestran - repitió como si fuera algo que no tuviera sentido - Hoy era la mejor oportunidad.. iban a estar todos..

No apartó la vista de Feliciano y sonrió a pesar de la decepción. Sin duda ha desmejorado con el tiempo.. gordo.. pronto calvo seguramente... vaya.. podría ayudarle a conseguir esposa.. aunque.. con dinero.. y sin casar.. bueno.. mejor no hagamos preguntas cuya respuesta no queremos ni nos interesa conocer.

 

Notas de juego

** prostitutas

 

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13/11/2015, 04:27
Feliciano Canepa

Feliciano sonríe amistosamente ante el toque, volviéndose algo más grande cuando le recuerdas sus muchas obligaciones y lo bueno de su gesto del balcón. Pero parecía que había algo que el hombre no podía aceptar. “Lady Nikeia, su compañía nunca me robara de mi tiempo. Son varias las razones aunque en principio diría que desde que nos reencontramos me ha parecido una mujer muy interesante para perderse en conversaciones y además siento que debo ayudarla si me es posible con su búsqueda, como parte del favor que le debo.” Le explico el hombre con una tranquilidad acompañada por esa sonrisa amistosa que parecía ocultar poco.

Ni prostituta, ni pordioseros, ni animales vagabundos. Todo se veía ordenado con la guardia de la ciudad acomodando a la gente en la plaza para dejar un lugar para cuando el carruaje donde viajaba el Cardenal pasara por ahí. Aunque ahora que se concentraba en la plaza podía ver a unos jóvenes de la calle que habían tomado el techo de la panadería de uno de sus contactos al perecer se los veía hablando a los dos mayores con un menor en medio disfrutando de un pan.

Si bien era un buen momento para una escapada a la Biblioteca Marciana habia una gran posibilidad que la hubieran cerrado ahora mismo por la cantidad de gente en su entrada o que al menos la tuvieran vigilada con guardia.

Feliciano que habia vuelto a concentrarse en la plaza volvió su atención a ella cuando lo llamo. Sin embargo demoro en responder la pregunta mientras la dejaba que siguiera hablando ella. “Si, bueno se me ocurrió que podría ser una posibilidad aunque preferí no decir nada porque tampoco estaba muy seguro. La cuarta cruzada ha generado cierto disgusto contra alguno de los nobles venecianos, por todo lo que ocurrio con su comportamiento reprochable.” Comento con un claro asco mientras su mirada parecia clavar dagas a los pocos nobles que se veían. “Tal vez pensaron que lo mejor seria no exhibirse mucho ahora, luego de lo que hicieron cuando todas esas banderas nobles arruinaron la única oportunidad de unir a la iglesia. De eso si bien paso tiempo pero aun se recuerda.” Luego volvió su mirada agregando otro posible explicación mas. “Aunque tambien es verdad que aca no están todos los nobles y comerciantes, tal vez usen la entrada del palacio del Dogo para entrar a la Basilica y por eso también no están exhibiéndose.”

Por un momento pareció leerte la mente ya que se peino ante ela mención de su futura calvicie. “Respecto a lo que yo busco…” empezó a decir justo cuando pensabas que había decidido no responder. “Pensaba mirar la comitiva del Cardenal para buscar una persona interesante con la cual charlar y también ver si algo ocurría.” Una sonrisa enigmática apareció en su rostro antes de acercarse cuidadosamente a ella, invadiendo su espacio personal aunque por el gesto de su mano cerca de su boca dejo ver que quería susurrarle algo. “Escuche que hay una posibilidad…que pase algo.” Le susurro riendo un poco.  “Que vergüenza seria para estos Venecianos.” Comento en un tono casi normal mientras se alejaba a su lado del balcon.

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13/11/2015, 14:00
Nikeia Athanasis "Minerva"

Cuando el Genovés le dio el trato de Lady trató de no hacer una mueca. No le gustaba que le dieran esa estima pero no iba a decir nada. No quería contrariar con sus extrañas costumbres a su aliado. Seguro que había tiempo para contrariarle más adelante y por cosas más importantes. No había que comenzar desde ya. - Oh Felix, sois muy amable conmigo - le dijo Nikeia soltando una risa que pareció nerviosa a los oídos del Genovés. - Os preocupáis por mi más de lo que merecería. Sabéis que agradezco vuestro interés, pero esta búsqueda.. la búsqueda de mi venganza, creo que será más complicada de lo que me pareció en un primer instante. - Nikeia señaló la plaza - No ayudan, no ayudan nada. 

El paisaje de la plaza es espectacular. Si que entra gente en este sitio, si.. casi como en.. casi como en las laderas del acrópolis. Miró a su alrededor y divisó a los jóvenes encima de la panadería de su conocido César, el mejor panadero de Venecia. Bueno, la verdad es que no, pero es el más prestigioso pues es el que más vende a los nobles... pero no, he probado panes mejores cerca del puerto. 

Miró a Feliciano tras sus palabras y sintió el impulso de marcharse para ver lo que sucedía a pie de calle. Para acercarse a la casa del Dogo y observar mejor. Quien sabe.. tal vez.. ese malnacido de Charisteas se refugió aquí.. ciudad de víboras y traidores. Apartó la vista de los jóvenes y la dirigió de nuevo a Feliciano para soltar una pequeña risa con sus comentarios. - Los italianos siempre estáis peleando entre vosotros. Si algún día os da por uniros seguro que podéis reproducir las fronteras del antiguo Imperio.. cuando hasta Grecia era Roma - le dijo recordando el foro romano de atenas y las diversas calzadas. La verdad es que los romanos habían edificado y civilizado varias zonas del ática. Ella lo había visto pues le gustaba pasear entre las ruinas que había de la antigüedad. La inspiraba. Ladeó la cabeza y pensó en lo mucho que le gustaría viajar a Roma.. ver el Coliseo.. el Foro de Trajano. Había leído sobre ello y no podía sino imaginarlo en su cabeza.

Dejó de escuchar a Feliciano divagando en sus pensamientos y para cuando se fijó en el italiano este  se estaba acercando. Pensó en dar un paso atrás pero vio sus gestos y comprendió. Dio una mirada cómplice a su aliado e inclinó la cabeza para escucharle. - Oh.. comprendo - dijo esbozando una sonrisa. Le encantaba lo que acababa de oir. - Estáis muy bien.. enterado mi señor - le dijo. 

Su cabeza divagaba cuando de pronto movida por una corazonada de años de experiencia..  fijó su mirada de nuevo en los jóvenes del tejado de la panadería. 

 

 

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13/11/2015, 22:21
Feliciano Canepa

El noble noto la mueca y sonrió divertido más no con maldad. Posiblemente en un futuro cambiara el trato que en parte correspondía por la forma en la que ella lo trataba a él. De nuevo el comerciante acepto las palabras de la copiadora con algo de orgullo, que disimulaba un poco con humildad aunque no de una forma que lo ocultara por completo.

“La venganza nunca es una búsqueda fácil, si bien por otro lado no es imposible hay muchas historias en estas tierras donde jóvenes heredan de familiares vendettas además de dinero.” Comento el hombre sin parecer preocupado o disgustado por aquello sino que había cierta naturalidad que te hacía pensar en tantas historias sangrientas de esta tierra y cuanta verdad parecían tener. “Sin embargo no importa lo complicada que pueda parecer, no dude que me tendrá a su lado para ayudarla como pueda.” Termino diciendo en un tono sincero.

El comentario lo dejo meditando al comerciante antes de ofrecerle una respuesta a la mujer. “Es que hasta el momento no has vivido aquí, créeme cuando te digo que las demás ciudades no hacen fácil que todos puedan unirse. Ademas esta el problema principal. ¿Quién estará al mando?” pregunto con una sonrisa picara mientras realizaba una pausa para que la pregunta se quedara en la mente de ella. “Roma es linda, pero tampoco tanto y ya fallo una vez como capital. Ademas la gente ahí es muy…conservadora, nega en avanzar como lo hace el resto de las ciudades.” Agrego tal vez arruinando un poco la imagen que tenía ella de esa ciudad.

De nuevo se hincho un poco con orgullo ante el alago de la mujer, aunque no le dio su mirada. “Soy un comerciante, debo estar informado de muchas cosas para que no quedarme detrás.” Devolvió como era de esperarse para un comerciante, dejando que todo pareciera un negocio.

Mientras tanto los jóvenes seguían charlando y uno le entregaba algo brillante a otro por un momento aunque no terminabas de distinguir de qué se trataba. Bajando unos centímetros la mirada notabas como era el hijo de Cesar quien cuidaba la panadería en ese momento, al menos hasta que llego su fornido padre que se puso a hablar con este. De nuevo con la vista en el tejado notaste como los jóvenes rápidamente se quedaron en silencio y acostaron para que no se los viera bien desde abajo.

Por un instante la atención de Nikeia como la del resto fue atraida al escuchar una trompeta, que los insto a mirar al puente donde pronto aparecería el Cardenal. Aunque ella al estar mirando antes en dirreccion de esos chicos noto un movimiento particular, hecho por un grupo de guardias de la Ciudad que parecian acercarse todos juntos a espaldas de la multitud como si buscaran atrapar a alguien.

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14/11/2015, 19:44
Nikeia Athanasis "Minerva"

Nikeia sabía cómo tenía que tratar a Feliciano para que estuviera contento y se sintiera cómodo con ella. Probablemente me traicionará algún día.. es un hombre e italiano.. doble riesgo, por eso no conviene añadir más posibilidades de las que ya hay.. mantendré siempre un ojo abierto.. nunca se sabe. Nikeia era prácticamente consciente de que la palabra del mercader algún día sería borrada por el viento.. o por el dinero. Esperaba equivocarse pues le había cogido cierto aprecio a Feliciano pero no podía apartar ese pensamiento de su mente. Durante toda su vida había sufrido decepciones y abandonos.. sus padres.. los que la criaron.. Kostas.. luego su marido.. todos uno tras otro habían pasado por su vida para decepcionarla o abandonarla. No había excepción conocida para ella. Intentó apartar esos pensamientos de su cabeza.

- Gracias Felix. Lo tengo muy en cuenta. - le dijo en respuesta al ofrecimiento de aquel - Pero.. permitidme que os diga, en relación a las Vendettas.. que también aparece en nuestra mitología, Felix. Generaciones de griegos condenados porque sus padres pecaron. Porque sus padres cometieron actos contra los dioses. Y yo no soy partidaria de eso. El odio no debe trasmitirse a los hijos. - le dijo tomando aire - Seríamos más felices si educáramos en el amor.. como dice nuestro señor JesuCristo - se santiguó al mencionar al hijo de dios. - Perdonad - le dijo al darse cuenta que podía haber abrumado al Genovés con sus palabras - Las voces de los antiguos filósofos resuenan en mi cabeza. Es una pena que aquí no conozcáis el Griego y estéis.. bajo el yugo del áspero Latín - dijo y soltó una risita. Era un chiste que tal vez sólo entendía Nikeia. 

Meditó cuando Feliciano le habló de la cultura de los Italianos y la imposibilidad de unirse entre ellos. Le habló de Roma, la ciudad eterna. Le habló de los errores cometidos. Le habló de muchas cosas para terminar justificando que los Italianos se mataran unos a otros.- Os entiendo Felix - le dijo sin la más mínima intención de contradecirle - Me habéis hecho comprender que  tengo una opinión equivocada de Roma - dijo dándole la victoria en ese momento, al menos en apariencia. Resulta evidente  que no sabes apreciar la belleza de la ciudad - Sin duda tener la Santa Sede allí.. debe influir - comentó con ambigüedad calculada y volvió la vista de nuevo a la plaza, atenta. Si Feliciano había dicho que algo iba a suceder.. es que así iba a ser. No era muy dado a mentirla tan descaradamente. 

Miró la plaza y se sintió atraída por la trompeta que sin duda anunciaba la llegada del Cardenal. Me jugaría la mitad de la fortuna a que es un gordo..  y de pronto vió a los guardias. ¿a dónde se dirigirán? Espero que no les de por acabar con la diversión.. si no acaba de empezar...  Sintió unas ganas terribles de avisar a los muchachos pues parecían esconderse. En vez de hacer nada de eso dió un golpe leve a Feliciando en el costado y señaló disimuladamente hacia el tejado y luego a los guardias - Creo que se acabará la fiesta.

 

 

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15/11/2015, 17:53
Feliciano Canepa

Sonrió divertido ante las palabras que escuchaba, casi pareciendo divertirse por lo que decía ella sobre la mitología griega pero estaba claro que no deseaba faltarle el respeto. “He escuchado y leído parte de su mitología, aunque seguro usted tendra una idea mas clara de todo ello. Pero tiene que tener en cuenta que lo que digo no tiene que ver con dioses, sino con los mortales. Nosotros no necesitamos la intervención de nada divino para realizar estas actividades.” Comento sin intensión de reprocharle un error sino mostrándole la diferencia clara.

Nego con la cabeza suavemente ante tus disculpas. “No hay nada que perdonar, como le dije a mi me parece una mujer muy interesante para hablar, discutir o simplemente escuchar.” Le expreso con media sonrisa y un guiño que buscaba incentivarla a que continúe. “Pero volviendo solo diré que el odio y amor, son ambas caras de la misma moneda. Yo quiero creer que la mayoría de las madres no le enseñan odio a sus hijos pero que igual se desarrolla de alguna manera y termina saliendo con una intensidad parecida. Igual aclaro que a mi tampoco me gusta eso, yo prefiero la paz.” Comento finalizando con una simple sonrisa volviendo a ver hacia afuera.

“Oh, sí influye muchísimo pero si ve el mundo se dará cuenta que no tanto o no a quien desearían ellos.” Le responde con picardía y casi como si habría esperado aquellas palabras. “El pueblo llano escucha esto y se hace una imagen totalmente equivocada de Roma. Se cree que es una ciudad resplandeciente donde ningún mal puede ocurrir. Pero yo he estado y he aprendido de primera mano que uno debe ingresar a Roma con su mirada completamente fija en la santa sede, porque cualquier vistazo al costado arruinaría cualquier visión de esplendor que ha estado circulando de boca en boca hace años de esa ciudad. La Roma actual no esta ni cerca de lo que fue antes o al menos de lo que dicen las historias que lo fue en su apogeo.” Dijo sincerándose bastante tal vez mas de la cuenta con ella pero tal vez había notado de alguna forma sus pensamientos. Entonces rio un poco antes de agregar. “Igual tengo que admitir que la santa sede y las iglesias son unas de las mejores que he visto.”

Al sentir el golpe siguió el señalamiento sonriendo. “No creo que se acabe, deberian traer un ejer…” comenzo a decir antes de detenerse pareciendo ver algo o mejor dicho a alguien que lo puso algo nervioso. “Merda, es el Capitan Severinus. Puede que al final tengas toda la razón.” Termino diciendo antes de quedarse callado.

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15/11/2015, 19:48
Cardenal Titus Fabbian

Antes que pudieran seguir hablando o viendo a los guardias comenzaron a sonar numerosas trompetas llamando la atención de todos los reunidos en la plaza para dedicarse a quien con su presencia los había convocado. Era la señal de llegada del cardenal que cruzaría el puente frontal hacia la Basílica de San Marcos, patrón de la Ciudad Estado de Venecia.

La gente tampoco se quedaba atrás alterándose al ver el carruaje, pero solo comenzaron a empujar a los guardias de la ciudad cuando vieron al cardinal y la cruz dorada frente a ellos. Los sentimientos de la gente eran muy variados, unos estaban contentos incluso llorando de felicidad por la presencia del cardenal, otros se encontraban agradecidos por su llegada y se lo decían con gritos buscando tener al menos un corto contacto con este aunque los guardias no permitían nunca aquello. Varios parecían sentirse inspirados como los músicos callejeros que tocaban en un tono bajo y tranquilo en un principio para aumentar en su ímpetu ante la cercanía del Cardenal  y los pintores que andaban por ahí pintaban rápidamente con sus pinceles las escenas que cada uno veía en su mente. Habían mas emociones, pero ninguna dejaba de ser positiva con el Cardenal por lo que todo el espectáculo de energía y alegría se termina contagiando a todos incluso a la copiadora y al comerciante parados en aquel balcón.

El Cardenal viajaba en un carruaje bastante ostentoso, que mostraba sin vergüenza alguna la grandiosidad que tan común era mostrada por la iglesia. A su alrededor viajaban jinetes con unas armaduras ornamentadas que seguramente daban envidia a los guardias con mayor estatus de la Ciudad de Venecia, que este momento quedaban opacados en el diseño de sus armaduras. Detrás del Carruaje venían distinto tipo de personas, entre los cuales identificabas como Obispos, caballeros e incluso cruzados. Al final de la comitiva se encontraba un carro especial trasportando una cruz dorada de considerable tamaño y monjes venecianos que entregaban comida mientras pasaban a la gente de la primera fila, consiguiendo si era aún posible más devoción de la gente que se había reunido en la plaza mayor.

Te tardaste un tiempo en notar la presencia del Dogo de la ciudad, pero viendo su actitud no te pareció demasiado raro. Giacomo Tiepolo se encontraba sentado en el asiento del carro, bastante calmado y casi aburrido en comparación con el Cardinal. Su santidad en cambio mostraba una enérgica sonrisa y además con sus manos levantadas al cielo bendecía con euforia a la gente que rodeaba su camino a la Basílica.

 

Respecto a lo que pasaba ahí con los guardias parecieron quedarse reunidos antes de seguir avanzando. Al parecer el Capitan les estaba dando los últimos detalles y estos lo escuchaban. Desde esta distancia podias entender un poco del nervosismo de Feliciano y lo que te habia contado tu contacto, el hombre era uno grande y con aspecto que parecia buscar mas miedo que respeto. Si las palabras acerca de su duro casi sádico proceder para hacer justicia eran ciertas entonces comprendías que nada bueno pasaría cuando se pusieran a trabajar.

Por otro lado uno de los chicos de la calle, el que tenia un sombrero gran, se bajo rápidamente yendo en una línea recta hacia donde estaban los monjes dando comida. Aunque adivinabas que eso no seria nada sencillo con la gente agrupada, que pronto te lo hizo perder de vista.

Finalmente cuando tu vista volvió a los guardias estos ya se estaban adentrando en la multitud, Severius se encontraba afuera esperando. Estaba ocurriendo algo pero la gente y la llegada del Cardenal te hacia difícil verlo bien. Mientras la gente parecia no darse cuenta de lo que pasaba demasiado concentrado en el Cardenal.

Notas de juego

Cardenal:

Dogo:

Capital Severinus

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15/11/2015, 21:33
Nikeia Athanasis "Minerva"

Nikeia se sentía bien con Feliciano. Le gustaba su compañía, podían debatir sus diferencias sin molestarse ya que ambos mantenían el respeto adecuado. Ella dudaba considerablemente que Feliciano hubiera leído mucho a los trágicos interpretar la mitología, pero no iba a cambiarle la opinión, sabía que los latinos se consideraban la potencia que movía.. o podía mover el mundo. - Tenéis razón mas en nuestra mitología lo divino y lo humano se entremezcla. Nuestros antiguos dioses nunca fueron inalcanzables para la comprensión humana. Amaban, erraban... y sentían como nosotros. Al menos eso pensaban los antiguos, la religión estaba al alcance de todos.. nadie se quedaba fuera - dijo mirando la plaza. 

Oh Felix.. viniendo de ti es un halago que me consideres alguien interesante con quien charlar. - le dijo sonrojándose ligeramente. No era normal que alagaran a una mujer por su intelecto y eso sin duda la entusiasmó aunque fuera durante unos breves instantes. - Odi et amo - citó respondiendo a sus palabras.- Sí. Supongo que el amor  y el odio se entremezclan llegado el momento. Pero.. creo que las venganzas tienen que quedarse en uno mismo. No desearía que mi hijo.. si tuviera otro.. - dijo recordando a su pequeño Demetrios durante unos segundos. Durante esos segundos le invadió la tristeza al recordarlo .- No querría que viviera preso por la sed de venganza.. - contestó al mercader. Volvió su mirada a la plaza tratando de disimular sus ojos enrojecidos por los recuerdos de su hijo. 

Atendió a las palabras del genovés acerca de Roma y la iglesia que allí se hallaba. - Roma entonces ha cambiado mucho de lo que yo he leído. De cualquier forma sería agradable pasear por los foros.. ver el Coliseo.. - dijo enumerando los diversos lugares que le gustaría visitar para poder perderse en ellos. Sin duda estaría interesante hacer una visita... - Si algún día tus pasos te llevan a la ciudad eterna no dudes en avisarme.. te acompañaría encantada - murmuró con una sonrisa. No pudo evitar imaginar lo que sería pasear entre los archivos del Vaticano. Tal vez algo imposible, si, pero no podía evitar imaginarlo, su mente volaba sola. 

Las palabras de Feliciano la hicieron ponerse en alerta. Parecía que algo gordo se estaba tramando. No pudo evitar reírse cuando pensó en algo gordo.. y miró a Feliciano.- Ese Capitán es un patán. No me gusta. - comentó Nikeia recordando las palabras que Tito le había trasladado desde que llegó a Venecia. Que tuviera cuidado con el Capitán Severinus. Nikeia sintió un escalofrío. Si había problemas.. al menos estaría lejos de ellos.

Suenan las trompetas y estas captan la atención de Nikeia que mira hacia la plaza buscando el origen de la emoción de todos. Y lo ve. El carro. Ostentoso como contaban los textos que eran los católicos y sonrió. Sonrió porque el ambiente de la plaza era jovial y se dejó llevar. Hacía tiempo que no se distraía. Aunque en su mente resonaban ciertos pasajes de la Biblia.. que al haber sido escrita en Griego ella conocía de primera mano y en su lengua materna. Cómo era eso que le decía Pablo a  Timoteo.. 

 Porque hay un solo Dios,
y un solo mediador entre Dios
y los hombres, Jesucristo hombre,
 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos,
de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

Esas palabras resonaban en su cabeza a medida que la multitud se abalanzaba sobre el carro del Cardenal. Hay muchas contradicciones en las escrituras.. menos mal que la fe está por encima de todo.. si.. si todos pudieran leer las escrituras.. quien sabe lo que sucedería.. pensaba. ¿Cuantas almas errarían en el análisis...? ¿cuantas pensarían que contradicción es igual a error...? no, no.. el saber debe ser selectivo, no todos están preparados. Lo que está claro es que algunos interpretan las sagradas escrituras  como les da la gana.. miró fijamente al Cardenal. La ostentación no era algo que le molestara. Después de todo el Cardenal tenía un rango que debía ser respetado.. pero.. la idolatría que le profesaban era lo que podía llegar a molestarla.

Viene con todo el séquito.. pensó mientras veía los cruzados.. y los obispos.. y los monjes.. y los cruzados de nuevo. Sintió un pinchazo en la espalda al fijarse en los cruzados. No le traían buenos recuerdos.

Sonrió cuando veo al Dogo aburrido y con toda la atención robada. Era interesante ver cómo el poder viajaba de manos según las circunstancias. Pasó su mirada a los guardias de la ciudad, sin duda podía ser más interesante saber qué hacían ellos a lo que hacía el Cardenal. Vaya.. parece que la comida que traen los monjes si que gusta.. meditó al ver al muchacho del sombrero tratar de acercarse a los monjes. La sonrisa no desaparecía de sus labios. 

Nikeia intenta averiguar cual es el interés de los guardias y trata de no perderlos de vista de ninguna manera.

 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ala que mierda de tirada XD jajajajajajjaa

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16/11/2015, 05:57
Narrador

La discusión entre ambos se vio interrumpida por la llegada del Cardenal, aunque no dudabas que cuando todo volviera a calmarse seguramente se podría volver a ello. Pero además la atención de Nikeia se encontraba centrada en los guardias que se encontraban realizando una operación que habría sido imposible de seguir para alguien menos atento, incluso te parecía creer que uno de los obispos parecia haberlo notado también mandando uno de los cruzados que no termino llegando.

Finalmente la griega pudo dar con uno de los soldados que sin demasiada advertencia se dispuso a detener a un hombre encapuchado que no habia notado hasta ahora aun desde donde se encontraba. Aquel encuentro fue algo inusual ver ya que el encapuchado no parecia armado pero eso no lo detuvo para enfrentarse a un guardia armado, sin embargo como era de esperarse tal vez con algo mas de lentitud, el guardia termino ganando aquel encuentro. Solo la gente de alrededor noto la danza mientras los demás vitoreaban algo bastante irónico.

 La vuelta de aquel joven guardia no fue sola ya que unos guas se le agregaron llevando el cuerpo a donde su Capitan esperaba con los cuerpos de otros encapuchados traídos por demás guardias y un carro para llevarlos. “Creo que cuento 6 o 7…y vos?” comento felix prestando su atención a lo mismo que Nikeia, que también calculaba los mismos números.

Pero lejos de festejar victoria los guardias parecieron ser aleccionados por el capitán, suponías que se debía a aquel hombre encapuchado que viste escapar poco tiempo luego que los guardias ingresaran en la multitud. No mucho después los soldados se replegaron yéndose cada uno por su lado, incluso uno de ellos comprando un poco de pan para darselo al niño del sombrero que viste llendo por la comida de los monjes franciscanos.

“Nikeaia dime que entendiste algo mas que yo porque esto pareció algo que termino fallando. Además no recuerdo que la guardia de esta ciudad fuera tan efectiva.” Comento el comerciante pareciendo ignorar al cardenal que ya había llegado a la Basilica al finalizar el evento que ambos vieron desde el balcón.

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16/11/2015, 20:33
Nikeia Athanasis "Minerva"

Algo está pasando.. no me cabe duda.. pero no creo que tener a la guardia atenta y buscando sea parte del plan.. meditó Nikeia mientras observaba la plaza con atención. Parecía que los guardias tenían algo en mente. Tal vez el objetivo sea el Cardenal.. tal vez sea cualquier otro.. es el momento perfecto para pasar desapercibido.

Cuando vio que incluso en la comitiva se habían dado cuenta instintivamente se acercó a Feliciano. Le gustaba que hubiera complicaciones.. pero que no le afectaran a ella. Los guardias parecía que habían hecho bien su trabajo pues la multitud no se dispersó.. una catástrofe si se produce una estampida aquí.. y habían capturado a varios encapuchados. El Capitan Severinus estaba esperando a que se los llevaran.. seguramente los llevarían a la cárcel en aquel carro.

- Sí.. bueno uno de los encapuchados se ha escapado antes.. - dijo Nikeia observando con atención. Al parecer lo que quiera que fuera a pasar no había tenido lugar. Los guardias habían hecho su trabajo. Intentó localizar a Tito por si allí se encontraba y luego tal vez podría preguntarle sobre lo que había pasado.

El Capitán no parecía contento y eso la puso a ella contenta. Al igual que ver al Dogo con toda la atención alejada de él. Eran dos personas que no gustaban a Nikeia. Ni lo que se decía de ellas, ni lo que representaban. Las palabras de Feliciano confunden a Nikeia. ¿Acaso pensaba que estaba enterada de esto?

- Ha fallado.. eso está claro. No hay muertos, ni la gente corre.. no ha pasado nada y el Cardenal ha entrado ya en la Basílica. - le dijo recapitulando lo que había pasado - Como te he dicho antes he visto escabullirse a uno de los encapuchados.. pero no creo que solo haga nada. Los guardias parece que han tenido éxito pero no todo el éxito del mundo - explicó a su aliado

- Eso me lleva a pensar.. tal vez, Felix, alguien les avisó de lo que iba a suceder. - finalizó observando la reacción del Genovés ante lo que acababa de plantear.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intento localizar a Tito, mi contacto en la guardia, a ver si está entre los guardias. Dejo la tirada hecha por si acaso. ¿He visto por dónde se ha ido el encapuchado?

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17/11/2015, 00:38
Feliciano Canepa

Feliciano sintiendo su acercamiento le abrazo con una mano, dejándolos para quien viera el balcón como una pareja. Sin embargo mientras mejor veía notaba que no toda la comitiva se alertó, sino que el obispo que mando a su cruzado fue el único en reaccionar. Los demás seguían su camino e incluso las dos figuras importantes de esa comitiva seguían en el mismo estado que los habia visto antes. Dejandole una sensación extraña a la mujer que algunos que seguramente habrían visto a los guardias estaban actuando como si nada pasara.

Pero como habia dicho ella lo que paso con los encapuchados fue un fracaso, uno mas grande de lo pensado cuando noto a los guardias tirar como si nada a los cuerpos de los encapuchados, que dudabas que estuvieran desmayados, en el caro. Excepto por uno o mas bien dos si se pensaba en el que escapo. Ese suertudo parecia ser el único que habia podido conservar su vida para ser interrogado, a diferencia de sus compañeros que alimentarían pronto.

“En serio? No lo vi…por donde fue?” comento Feliciano buscando con la mirada al sujeto algo que seria en vano, ya que habias visto que el tipo corrió a una velocidad, que te recordaba a los famosos atletas de su tierra, hacia un callejón quedando fuera de la vista de ella.

Mientras recapitulabas buscabas a tu contacto, aquel capitán con el que habías tomado copas y te dabas cuenta con tristeza que no estaba ni en el grupo de Severius ni en el grupo que hacía de barrera entre la gente y el Cardenal. “Si si, eso debe ser la razón, alguien le informo con una gran precisión debo adherir.” Dijo aceptando completamente tu teoría y lo que le contabas soltándote de su pequeño abrazo. “Bueno al menos la gente no salio herida, pero no se me esperaba algo mas. Lástima que no podremos entrar a la Basilica mientras el Cardenal da su discurso.” Dijo con lamentación.

Mientras las puertas de la Basilica se abrían para que toda la comitiva entrara, para cerrar de nuevo la puerta seguramente para organizar todo antes de permitir que la gente de afuera entre.

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19/11/2015, 17:03
Nikeia Athanasis "Minerva"

El alboroto de la plaza no ha sido el que pensaba Nikeia. Parece que no ha pasado nada. Los encapuchados han sido... detenidos.. pobres.. tal vez ya estén muertos..  Miró a Feliciano e hizo una mueca. Ella hubiera preferido algo de emoción, algo que hiciera que ese día no fuera tan aburrido. Porque Nikeia se había empezado a aburrir. No le interesaba el Cardenal, para ella, ortodoxa, no significaba nada aquella figura aunque mostrara respeto y devoción en público. Los nobles no habían mostrado sus escudos por lo que no había avanzado en su ajuste de cuentas. Y la emoción que parecía que iba a llegar.. se quedó en nada. 

Atendió a las palabras de Feliciano. - Se fue por ese callejón - le dijo señalando con disimulo. - No he podido ver más.. corría mucho - le explicó a su acompañante. Se dio cuenta de que el Genovés la había abrazado  y cuando la soltó no pudo evitar sentir cierto alivio. No le gustaban los abrazos. Nikeia no era dada a mostrar afecto, tal vez palabras bonitas, un tono cándido, tal vez una caricia, tal vez un gesto de apoyo.. pero abrazos.. no le gustaban los abrazos. Tampoco le dijo nada al comerciante, no quería importunar a su aliado, sabía lo valioso que era para ella. - No quiero saber quien o por qué - le dijo a Feliciano dispuesta a no escuchar más allá de lo que pudiera soportar.- Pero ten cuidado. Puede que tus amigos tengan un infiltrado - le dijo asumiendo que si Feliciano estaba al corriente de lo que iba a suceder seguramente tuviera contacto con los conspiradores.- No me gustaría que te pasara nada malo - le dijo mostrándole preocupación absoluta por su seguridad. Aunque más bien temía por ella misma.

Chasqueó la lengua al darse cuenta de que Flavio no estaba por allí. No iba a poder conseguir información por esa parte.. aunque sin duda le quedaban varias opciones todavía para informarse. Seguramente el padre Mario estuviera dentro de la Basílica.. aunque todo lo interesante había sucedido fuera. Se quedó pensativa unos segundos, quería procesar lo sucedido y meditar el siguiente paso a seguir. Miró a Feliciano. - Una estampida por el pánico aquí hubiera sido fatal para muchos - dijo mirando la plaza llena de gente.- Aunque he de reconocer que yo también estoy algo decepcionada. No quiero pensar que el plan estaba mal planteado.. por lo que, perdona si me repito, ten cuidado, Felix, si hay un infiltrado entre ellos... - dijo y respiro profundamente - Es posible que la guardia no tarde en actuar de nuevo.. - le comentó y puso levemente la mano encima del hombro del Genovés.

Vio cómo la gente empezó a entrar en la Basílica y suspiró de nuevo. Miró a sus lados. En cuanto bajara la intensidad de personas de la plaza saldrían de la casa y pensaría como separarse de Felix. Su plan estaba claro, quería hablar con el panadero y tal vez ir a visitar a María o a alguno otro de sus contactos. Las palabras finales de Feliciano hicieron que sonriera.- Sí.. una lástima - dijo sin guardarse el uso de la ironía. Cuando fuera posible le gustaba mostrar a Feliciano cierta dificultad a la hora de ocultar sus verdaderos sentimientos. 

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19/11/2015, 17:42
Feliciano Canepa

El noble movio su vista a quela callejón buscando ver algo mas de lo que habia visto su aliada, pero era mas que claro que no encontraría nada mas que ella. Por otro lado no tuvo tiempo de notar el efecto que habia realizado su abrazo en Nikeia y tal vez nunca se enteraría si la mujer no le contaba.

“¿Mis amigos?” pregunto completamente sorprendido el genovés ante lo que insinuaba la griega. “Aquellos tipos no eran amigos míos, ni los que organizaron esto. Yo no he tenido nada que ver con esto, debe creerme mi lady.” Le respondió preocupado. “Ni creo que quien me comento lo que posiblemente pasaría aquí tuviera algo que ver, solo era un hombre que lo escucho por ahí por lo que me comento.” Le aclaro para que no se pensara algo que no era.

Suspiro “La verdad no tengo nada que ver con ellos o su forma de organizar, por lo que no sabría que decirte Nikeia.” Dijo encogiendo los hombres y cambiando su mirada a la plaza, pareciendo ignorar el gesto de su mano en el hombro. “¿De que me serviría atacar a la iglesia?” pregunto a su compañera pensando que seria suficiente para hacerla ver la razón.

“Cambiando a otro tema. ¿Qué piensa hacer ahora que ha terminado todo?” pregunto de repente apurándose a moverse a otro tema.

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20/11/2015, 18:55
Nikeia Athanasis "Minerva"

Nikeia da un ligero paso atrás a medida que Feliciano habla. Se siente ligeramente decepcionada por su aliado. Pensaba que se habría enterado de.. de algo.. que.. que tendría contacto entre sus amigos.. vaya.. parece ser que no es así.. una pena, una pena sin duda alguna medita y niega repetidas veces con la cabeza mirando al Genovés

- No.. no malinterpretéis mis palabras - dijo y soltó una risilla nerviosa - Felix.. pensé.. pensé que tendrías contactos - dijo tratando de convertir su error en un halago - Pensé.. que con tu relevancia sabrías algo.. de lo que iba a pasar hoy.. - dijo y pensó rápido para no seguir ahondando en su error - Tienes razón. No hay motivos para atacar a la Iglesia - ortodoxa sonrió mirando a Feliciano. 

Atendió a las palabras de su aliado reconfortada por haber cambiado de tema y sonrió de nuevo.- He de encontrarme con una amiga, Feliciano, le prometí que la vería una vez terminara la parafernalia en la plaza - dijo y miró a su aliado .- Ya que la ceremonia importante sucede dentro de la basílica .- añadió rápidamente y con un tono respetuoso.- ¿Vos tenéis algo pensado para hoy?

 

- Tiradas (1)
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20/11/2015, 21:19
Feliciano Canepa

La decepción de ella podía tener muchas razones en ese momento aunque ahora solo se encontraba en que parecia haber sobrestimado a su nuevo compañero en esa ciudad.

Sonrio ante el halago calmándose hasta asentir ante tus palabras sobre los pocos motivos para atacar una iglesia. “Bueno tampoco es que estés equivocada, el tipo con el que hable es un contacto preciado, algo timido debo añadir. Pero al parecer no sabía mas que lo que te mencione antes y en si no fue una información del todo mala.” Comento esta vez agrandando su sonrisa. “Sin ella tus precisos y lindos ojos se habrían visto distraídos por la…gran presencia del Cardenal.” Comento dándose la oportunidad de halagarla a ella y un poco al Cardenal.

“Es bueno que no hayas tardado en encontrar una amiga en esta ciudad, supongo que en algun momento me la presentaras.” Añadió medio en broma, tal vez una que solo él entendía. "De cualquier forma te preguntaba porque tengo varios clientes para tratar hoy…a pesar de que algunos decían que hoy nadie trabajaría. La cuestión es que puede que vuelva muy tarde a casa, pero o estoy seguro. Asi que le pido no me espere para cenar." Le respondió probándole que tal vez dios escuchaba alguno de sus pedidos que realizo hace minutos. “Oh, ¿que hay de la fiesta a la noche?” pregunto haciéndola acordar que luego de la ceremonia habrían dos tradicionales fiestas Veneciana festejada a la noche. Una noble en el palacio del Dogo y otra en esta misma plaza, del pueblo. “No creo que le permitan ingresar a la noble sin compañía, pero en la plaza no creo que haya problema. ¿Ha pensado en ello?”

- Tiradas (1)
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23/11/2015, 01:46
Nikeia Athanasis "Minerva"

Cuando Felix la halagó ella sonrió complacida aunque estaba segura de que se hubiera dado cuenta de lo que sucedía en la plaza, de nuevo, se calló para no contrariar a su aliado. Ladéo la cabeza y asintió.

Oh.. claro Felix - le respondío.- sin duda ha sido algo ligeramente entretenido.. el desfile ha sido muy bonito. La ciudad entera se ha volcado para recibirle.. todos los nobles.. el Dogo - dijo a Feliciano y le dio un codazo cómplice - Viste al Dogo..? parecía que no le gustaba no ser el centro de atención - sonrió y no pudo evitar que una leve risa saliera de su boca. 

Cuando Feliciano habló de María ella asintió. María no podía llamarse su amiga aunque se tenían cierto aprecio mutuo. Pero no quiso contrariar al Genovés, después de todo estaba bien que pensara que ella tenía más amigos a parte de él. 

- Oh sí, no se preocupe, cumpla con sus trabajos yo no creo que tarde mucho en llegar a casa.. y dormir. Con tanta gente por la calle no creo que sea el mejor de los días para andar por ahí - le dijo tomando cierta postura de debilidad que no era del todo falsa. A Nikeia no le gustaban los días en los que todo el mundo salía y bebía. Prefería ambientes más reducidos. 

Cuando menciona lo de la fiesta varias ideas empiezan a aparecer en su mente. Algunas poco realizables, otras algo más. Seguro en la fiesta los nobles estaban todos reunidos.. tal vez.. no pierdo nada por intentarlo.. ¿o si? 

- No lo había pensado la verdad - le respondió.- Hablaré con mi amiga, igual ella quiere acompañarme  a la fiesta del pueblo llano - dijo y volvió su mirada a la plaza.

- ¿Nos vamos? - le preguntó señalando con su mano a dentro de la casa indicándole si se marchaban del balcón.

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23/11/2015, 03:11
Feliciano Canepa

El mercader sonreía complacido fijando su atención en la masa de gente que continua en la plaza. Asintiendo de vez en cuando para dejar claro que le prestaba la atención. “Lo vi…” dijo largando una carcajada mientras negaba. “Es probable que sea como dices, aunque el Dogo por lo poco que se tampoco es tan acaparador de atención como el típico veneciano. Aca me parece que hay otra razón para su rostro…serio. Tal vez no le agrada el apoyo que tiene el Cardenal en la ciudad aquello puede hacerle mas fácil negociar para sacar de la neutralidad a Venecia.” Comento sonriendo con confianza, era claro que Felix vea el lado del negocio en todo lo que pasaba pero este caso tambien era el lado político que bien podría cambiar el rumbo de Venecia en estos meses.

“Suena como una velada encantadora y tranquila, que envidia le tengo.” Comento con una media sonrisa que no dejaba claro si era una humorada o no. Mientras la escucha se daba vuelta para ir al interior de la habitación donde el guardia les espera. “Haga como desea tampoco se sienta obligada a ir a una de estas fiestas, como es de festiva esta ciudad ya en algun momento se repetirá. Además…” comenzó a decir antes de acercarse. “No he escuchado que pasaría nada especial en esta.” Le confio en un susurro privado.

Pronto el guardia les abrió la puerta de la habitación, ya los inquilinos habían recibido su pago por lo que no habría problema que se fueran retirando a su hogar o donde cada uno quisiera ir.