Partida Rol por web

“Tiene un buen ojo se la preparare para que la lleve ahora.” Dijo con ese acento falso que usaba el hombre. No mucho tiempo después tenias el pequeño cajón de madera que guardaba la daga y el hombre tenia las monedas que valia.

“Si necesita algo mas no dude en pedirlo.” Dijo haciendo un gesto a sus armas posiblemente aprovechando que ella tenia dinero para venderle mas cosas.

Gianna pagó, tomó el objeto y agradeció a pesar de que el agradecido debía ser él. Y entonces lo pensó mejor.

-¿Que me recomendaríais a mí? Algo que sea letal también.

Aguardó a ver qué decía el hombre.

El hombre sonrió con ganas y la miro de arriba abajo. “Hay una muchas armas que podría recomendarle, pero siento que mi signora no es muy diestra en el combate por lo que se me ocurre que lo que debería tomar es un arma punzante pequeña. Con ella podría realizar un ataque sorpresa, sin que se lo esperen.” Comento luego de pensarlo un poco.

“Bien eso podría ser una daga fina o si desea algo más apuntado a las mujeres podría darle un peine con una punta afilada.” Le sugirió siendo dos armas que ella podría usar y esconder fácilmente si fuera necesario.

Gianna negó con la cabeza.

-No es para mí, es para alguien hábil con las armas.

La noble sabía que era una inutil para defenderse, no necesitaba que el vendedor se lo dijera. Tenía suerte que aún estuviera de buen humor.

-Que sea costosa, si no la usa podrá venderla.

“Ah, disculpeme le he entendido mal sus palabras.” Se disculpo inclinando varias veces exageradamente su cabeza. “Me parece bien.” Comento y empezo a enseñarle varios articulos costosos hasta Gianna escongio alguno. Tras eso se despidieron y la joven noble siguió con su paseo de compras.

Al menos asi fue en un principio hasta que se encontro con una dama que ya habia conocido antes, en una de sus fiestas. Claro que ahora no iba enmascarada y un pendiente con la letra G le dejaba facil saber de quien se trataba.

“Buenas tardes Gianna…o prefiere signora Scarpati u otro apellido.” Saludo la joven acercandose rapidamente a ella. La joven llevaba un vistoso vestido púrpura, junto con unos guardias de su familia igual de vistosos. “¿Puedo caminar junto a usted en este lindo dia?” pregunto sonriendo amistosamente no recordabas que fuera peligrosa, al contrario ella y su primo fueon los que te ayudaron esa noche donde el supuesto robo ocurrio.

Gianna finalmente tenía todo lo que quería, así que podía volver a casa y relajarse pero estaba pensando en ello al salir de la tienda cuando se encontró con una de las primas Giovanni.

-Muy bien día. Gianna está bien, no queremos formulismos en este momento.

Sonrió y la cogió del brazo.

-¿Estás de compras también? Yo si y puedo decir que ha sido un día bastante redituable para mí pero más para los vendedores.

No era broma, había gastado cuanto había querido. Esperó por la respuesta de la amiga de Leonor.

Sonrio complacida al trato que le permitia dejándose tomar del brazo. “Si es mejor así, que este encuentro no es algo formal. Tu puedes llamarme Anna tambien.” Le devolvió echando una mirada a las compras que llevaban encima los guardias de ella.

“Me encontraba comprando un par de vestidos, suficientes para contentar a un vendedor. Pero por lo que veo a ti te apreciaran aun mas.” Comento siguiendo sus palabras alegremente mientras avanzaban un poco para no tapar la entrada del negocio de las armas ornamentadas. “De cualquier forma no solo he venido por ropa a este lugar…”

 Dejando que las palabras se quedaran un rato con Gianna, no continuo hasta unos cuantos pasos mas tarde. “Deseaba también hablar contigo. Habia escuchado que a tu familia acostumbraba a pasarse por este mercado por lo que aprovechando que necesitaba un par de vestidos decidi probar mi suerte ante la posibilidad que nos encontremos.” Le explico con calma sin sonar en ningún momento que el encuentro que buscaba era por algo malo.

“Primero quería felicitarte por tu compromiso, un hombre guapo y además con dinero.” Le felicito con picardía recordándole la suerte de que no le tocara un hombre que tuviera el doble de su edad.

Gianna ya no se sorprendía de que todo el mundo la felicitara por su gran suerte, así que agradeció a Anna con amabilidad.

-Si, supongo que soy la mujer afortunada de Venecia.

Lo cierto era que lo hubiera sido más si hubiera sabido que él la amaba pero nada en su trato indicaba que eso fuera así, le tenía aprecio, como ella a Leonzio pero eso era todo.

-Soy toda oídos, dime por que me buscabas, Anna.

Caminaba junto a ella y miraba alrededor suyo sabiendo que muchas miradas se posaban en ambas pero sin ocuparse realmente de nadie.

“Estas entre las mas afortunadas.” le corrigió con una sonrisa divertida y cierta picardía. “Espero que dentro del matrimonio sigas igual de afortunada.” Agrego guiñándole el ojo con confianza, seguro no sabia lo que pensaba ella pero no era raro que los matrimonios en esa época no funcionaran del todo.

Suspiro y como ella miro a los alrededores, haciendo girar algunas miradas que hasta ese momento estaban en ellas. “Se que la noche que te conocimos no salio lo mejor que podía, eso me explico Dante mas tarde. Espero que estes bien con ese tema y no te haga dejar tus maravillosas fiestas, porque en verdad la pase muy bien en ella y en si me anime a hacer algo que hace tiempo habia deseado hacer.” Comento la joven con calma pareciendo algo pensativa. “¿No sé si el guardia que nos fue a buscar te conto lo que vio?” pregunto dándote una mirada fija. Gianna no recordaba que ningún guardia se le acercara para decirle nada de la Giovanni pero tal vez la razón fue que no era un buen momento.

La noble joven agradeció a Anna sus palabras y buenos deseos para su matrimonio, estaba segura de que iba a necesitar mas que buena suerte para que aquello funcionara. Los ojos de la mujer iban de un lado al otro tal vez esperando ver a alguien pero luego se centró en la joven que la acompañaba.

-Bueno, haré una muy pronto y los giovanni son invitados, claro está.

Entonces Gianna hizo o más bien trató de hacer memoria y no, nadie le había dicho nada de nada, porque ella no olvidaría algo así.

-No sé nada, nadie me dijo nada pero te pediría que te sientas en la confianza necesaria para decírmelo.

Aguardó pacientemente porque ahora tenía curiosidad.

La Giovanni sonrió grande “Esa también es una buena noticia y no dudes que participaremos de tu fiesta cuando llegue el momento.” Devolvió la joven acercándose aun mas mientras escuchaba la respuesta de Gianna acerca lo que sabia.

Por un buen rato se quedo en silencio seguro meditando que hacer en ese momento. “Mmm no se Gianna, no te ves como una mujer agria que usaría esta información contra mi y en la fiesta me caíste muy bien, aunque no estoy de acuerdo en tu comentario de que Leonor fuera la mas guapa ahí.” Comento finalizando con una sonrisa picara.

“Ven acompañame a un lugar mas privado, para que nadie escuche.” Dicho esto aprovechando un callejón medio abandonado excepto por algún rastro de basura. “Uff perdón por el mal lugar…” dijo negando con la cabeza. “Sere rápida y esperare que mi confianza en ti no sea en vano. En la fiesta estuve con mi prima, incluso conseguí un momento de privacidad que nunca habia logrado antes. Supongo que no es necesario que te explique mejor a que me refiero?”

La joven acompañó a Anna al callejón con curiosidad y la verdad es que no era para menos, por eso cuando confesó, si bien la sorprendió, lo cierto es que no era la primera vez que sabía de algo así.

-Tranquila, querida. No necesitas explicarme nada lo entiendo perfectamente.

Respiró profundo y sonrió.

-Me gustaría mucho que todos vinieran a mi siguiente fiesta. Cuando me case, no podré hacer muchas.

Aunque ella misma tenía una relación parecida, no era lo mismo porque Cirino no era su primo de sangre.

“Presentí que entenderías, aunque también espero que entiendas que es algo que me gustaría tener en secreto y que a ninguno de tus guardias se le escapara de la boca. No necesariamente por mi sino por mi querida Celia, que es algo frágil.” Le explico por si fuera necesario con una pequeña sonrisa antes de invitarla a salir, ya que tampoco era como si se viera bien que ambas estuvieran ahí por mucho tiempo. “Ya sabes, no vaya a ser que salgan a la luz los tabús de cada uno que bien se permiten cuando tienes una máscara puesta.” Comento divertida ante la actitud algo hipócrita de Venecia.

Asintió “Estaremos ahí como ya dije, gracias por invitarnos.” Comento y por un momento parecía que pasaría del tema del matrimonio, pero cuando salieron a la calle del mercado curioso. “¿Como te sientes al estar pronto a casarte? Lo se es una pregunta algo tonta, pero no se me ocurre otra forma de empezar a hablar de ello.”

-No te preocupes, mis guardias saben cerrar la boca.

Volvió a salir del cobijo del callejón junto a Anna, quizas estaba enamorada de Celia o quizás era sólo sexo, lo que fuera era algo que a la joven no le incumbía.

-Bueno, estoy algo nerviosa. Leonzio y yo éramos amigos de niños pero hacía mucho que no nos veíamos.

Miraba las tiendas por si recordara algo que comprar.

-Pero tienes razón, soy afortunada, es un chico muy guapo.

Asintió complacida con tus palabras esperando que así fueran los guardias de ella. La Giovanni de cualquier forma pareció dejar el tema detrás de ellos cuando salieron del callejón.

“Ya veo, al menos eso los hace algo conocido. Lo que es bueno ya que al menos sabes que si no cambio mucho te seguirá tratando como una amiga.” Comento aunque seguramente para un matrimonio posiblemente eso no ayudaría. Sonrio con picardía ante su mención de lo guapo que era. “Si, lo he visto. Tienes mucha suerte o tal vez no, que aca hay cada una que podría tratar de robarte a tu guapo esposo.” Comento en broma aunque tal vez también advirtiéndole.

“De cualquier manera por nuestro lado no deberas preocuparte somos muy respetuosas, eso si no prometo que los hombres lo sean con Leonzio.” Volvio a bromear con bastante picardía, invitándola a recordar a Dante el cual parecía bastante arrojadizo la ultima vez que lo vio.

Gianna lo pensó un rato, era verdad que ambos podían llevarse bien y que algunos no respetarían su matrimonio y se sintió mal porque empezaban por ella.

-Tal vez no lo merezca como esposo....

Era más bien algo que parecía pensar y que habia soltado en voz alta pero luego recordó a Dante y sonrió.

-Supongo que nadie es perfecto.

Gianna se detuvo unos instantes mirando a la Giovanni.

-Tú y tu prima pueden venir a cenar a casa algún día, si les apetece.

Estaba claro que en su casa no serían juzgadas por nadie.

“No lo pienses asi, que siento decirlo pero no me lo puedo imaginar como un ángel inmaculado como planteas.” Comento tal vez mas rápido de lo que lo había pensado. “No me mal intérpretes, yo no se nada malo de tu prometido. Pero me parece muy raro cuando a una persona no se le conoce algo malo…” explico un poco mejor su punto.

Asintió hacia la falta de perfección. “Exacto, por lo que no deberías menospreciarte Gianna.” Le ánimo y guiño el ojo hasta el momento que ella decidió frenar un poco la marcha.

“Nos gustaría volver a visitarte, hablar un buen rato y si quisieras podríamos volvernos amigas. Seguro Celia se sentiría mejor con esta amistad, incluso podrías terminar de sacarle la idea de hacerse monja.” Comento dejando sin decir el otro beneficio que tendría en esa mansión bastante liberal.

-Ya sé verá en su momento, ahora ya no quiero preocuparme por eso.

Siguió caminando mientras escuchaba a la joven, todos tenían secretos, era posible que Leonzio los tuviera también pero realmente ella no quería averiguar nada de eso, así que dejó de pensar en eso para centrarse n algo más interesante.

-Bueno, entonces ¿qué te parece si vos y vuestros primos vienen a cenar esta noche conmigo?

Sin duda se sentía capaz de hacer cambiar de parecer a la prima de Anna.

-Una buena, buena música y buen vino, podrían hacer cambiar de idea a Celia.

Esperó por la respuesta de la chica.

Ante las palabras de ella, Anna acepto su pedido y no siguió diciendo nada. Pero era claro que aun ella se preocupaba por su futuro matrimonio ya que a pesar de lo que quisiera una mujer debía casarse y en especial una noble.

“¿Esta noche?” pregunto con una sonrisa tal vez para disimular un poco la sorpresa que le daba esa invitación. “Con mis primos te refieres solo a Celia y a Dante cierto? Que en nuestra familia abundan mucho los primos.” Pregunto bromeando aunque era conocido que los Giovannis no eran pocos y que eran una de las familias más numerosas en Venecia.

Ante sus últimas palabras se vio más que entusiasmada. “Eso es lo mejor. Mi pobre prima se merece la mejor de las vidas.” Comento sonriendo grande aunque sintió la espera por respuesta de parte de Gianna. “Deberia preguntarles, pero seguramente diran que si. Podria luego hacerte llegar un mensajero confirmándotelo.” Respondio finalmente.

Gianna sonrió divertida, quería una buena cena pero no una fiesta, así que le aclaró.

-Aunque quisiera no podría dar una fiesta tan grande como para que fueran todos tus primos.

Siguió caminando con ella y con certeza de que pasarían una buena noche.

-Envía a un mensajero si no podéis.

Cualquier mujer se merecía la mejor de lss cosas pero los hombres parecían no entenderlo o no importarles, cosa que no pasaba con Gianna, a ella le importaba mucho tener una buena vida.

-Ya veremos cómo convencemos a Celia, quedáte tranquila.