Partida Rol por web

Leonor no se separó de Guianna puesto que su amiga prefería estar junto a ella y porque supuso que a Konrad no le importaría. No obstante, las palabras que Lady Scarpati le dedicó al Giovanni fueron lo suficientemente íntimas como para que se preguntara si debería haberlas escuchado a pesar de que parecía que a la afectada no le importaba que lo hubiera hecho.

Acto seguido ambas se acercaron hasta Vincenzo, el cual se presentó formalmente y le ofreció su ayuda al mismo tiempo que su mano – Así es. Es una fiesta magnífica y os agradezco mucho vuestro ofrecimiento – Respondió tendiéndole la mano que le pedía. No obstante, cuando el mayordomo les comunicó que Cirino había tenido que partir sin despedirse por un asunto tan poco creíble, Leonor supo al instante que aquel hombre había mandado lejos a su propio hijo a propósito y había organizado esa pantomima de fiesta, con la esperanza de que, tras su regreso, la noble ya hubiera elegido marido… ¿Cómo podía ser tan rastrero? A ese “mayordomo” no le interesaba la felicidad de ambos jóvenes sino el estatus social y el destino de las riquezas de Gianna, aunque tal y como estaba la situación, la pelirroja no sabía si su amiga vería lo mismo que ella estaba percibiendo en aquel anciano.

No tuvo tiempo de comentarle nada sobre sus pensamientos, cuando Gianna volvió a presentarla ante otro hombre mayor. En este caso se trataba del padre de su difunto prometido, el cual se mostró muy amable y fue correspondido con una graciosa reverencia por parte de ella – El gusto es todo mío, milord. Aun es pronto para decir nada, aunque dudo mucho que ninguno de los presentes pueda estar a la altura de vuestro hijo. Lamento vuestra pérdida. – Fueron las únicas palabras de Leonor, la cual prefería permanecer en un segundo plano, esperando a que Gianna tomara la iniciativa.

Antes de retirarse* para hablar con los demás y olvidarse de todo aquella noche, Gianna escuchó con enojo las palabras de su tío.

-Bien, entonces prepara todo porque saldré de viaje. Veré a tu hijo, quieras o no así que es mejor que me facilites cosas.

Finalmente se retiró sin esperar más respuesta de aquel hombre porque no lo necesitaba. Entonces se concentró en Ruzzini y en su amiga que había tenido la habiliidad suficiente para presentarse como toda una dama.

-No voy a elegir a nadie aquí para casarme... Hasta dentro de un año no decidiré eso. La muerte de mi prometido me impone ese luto, mi lord.

Si su tío creía que iba a ser tan fácil, estaba muy equivocado.

Vincenzo escucho con algo de sorpresa la decisión de Gianna, pero rápidamente se puso serio sin dejar salir ninguna respuesta de su parte. El hombre de una u otra forma podia volver ese supuesto viaje en algo sencillo o en algo imposible y ella lo sabia bien a pesar de su amenaza.

Pero ahora mismo las damas tuvieron que pasar su atención a otro de los hombres maduros en esa fiesta. “Le agradezco mucho sus palabras Lady Leonor y me gustaría devolvérselas pero lamentablemente mi hijo no me hablo de su persona lo suficiente.” Comento el hombre rubio en una inclinación educada tras su disculpa.

“Lady Gianna, si usted guardara luto toda su vida por mi hijo me haria quererla mucho mas de lo que ya la quiero…” comento el hombre pareciendo sincero y sonriendo amistosa mente aunque cualquiera de las dos podia notar que la oración no terminaría ahí y posiblemente iría para otro lado distinto.

“Pero no es algo realista. Tiene derecho a los dias de Luto, la obligarían a no acercarse a otro hombre...” Dijo mirandola con gravedad y dando una rápida mirada al Giovanni como marcándole que sabia hasta donde respetaba el supuesto luto. “De cualquier forma como dije es un derecho, no una obligación mi Lady. Nadie la veria de mala forma si lo hace o no, pero le pido que lo reconsidere y piense en su promesa conmigo.” Comento volviéndola al pasado unos momentos a recordar la venganza que el noble habia deseado que ella le ayude.

Leonor escuchó cómo Gianna le ordenaba a su tío que organizara un viaje para buscar a Cirino y decidió no intervenir. Realmente no sabía cuáles eran las intenciones reales de su amiga, aunque fuera lo que fuera lo que decidiera, iría con ella para que no le pasara nada malo ¿Quién sabe? Quizá un viaje era lo mejor que podía hacer para dejar que las aguas se calmaran en Venecia, que Tommaso se olvidara de ella, que Selene Mondavi y Luca Vestini se cansaran de buscarla y volvieran a sus respectivas ciudades, e incluso para probarse a sí misma que podía alejarse de la influencia de Konrad sin mayores consecuencias. Estaba claro que él no le permitiría algo así, pero no pensaba decirle nada al respecto.

-No os preocupéis que seguro que tendremos más ocasiones de coincidir – Afirmó con educación y una bonita sonrisa ante las palabras que le dedió Lord Ruzzini.

No obstante, cuando lady Scarpati afirmó que guardaría un año de luto por la muerte de su prometido, la joven pelirroja aguardó en silencio escuchando la conversación entre ella y el padre de Leonzio, tratando de saber qué sería lo que le había prometido a aquel hombre.

Gianna sonrió. Conocía al padre de Leonzio desde que era una niña pero dudaba que ese cariño tuviera que ver con eso, así que sólo respondió como podía.

-Guardaré el luto el tiempo que sea necesario... Pero no me casaré antes del año, eso os lo aseguro.

La joven miró en todas direcciones buscando a ver si existían más sorpresas en su salón que ella desconociera. Tomó la mano de la pelirroja y le guiñó un ojo con cariño.

-Bebamos algo los tres.

Hizo una seña y de inmediato apareció un mozo con una bandeja y copas, más de tres pero ella echó una mirada al Giovanni que no estaba lejos y le invitó a acercarse.

Las opciones de cada mujer estaban expuestas ante ella, y un posible escape de la ciudad estaba en las perspectivas pero aquello podría ser mas difícil de lo que ellas lo pensaran. Aunque como todo lo malo que pasaba en ese mundo lo descubrirían en su momento, posiblemente en uno malo.

Por su lado el hombre no insistió con el tema del luto ni dijo nada mas ante el comentario de este por Gianna recibiendo la copa del sirviente y dando un largo sorbo a esta. No habia un sentimiento especial en sus acciones aunque parecia que la meta del noble hombre era emborracharse. "De cualquier manera no necesariamente pido un casamiento pero debemos atraer a otra familia hacia nuestro lado."

Mientras el Giovanni la miraba pero notabas la mirada que daba a Salomon, aunque no era el único ya que muchos daban su mirada al hombre pero no se acercaban o al menos dudaban que eso fuera una buena idea. Tal vez porque se lo había planteado en su mente o por suerte Gianna contaba con un buen repelente para los demás hombres en la reunion. Al menos mientras permaneciera junto al padre de Leonzio.

Gianna sentía mucha pena por su no suegro y decidió que quería animarlo un poco. Se acercó a su joven amiga y le digo algo al oído.

-Si quieres espérame junto a tu acompañante, voy a intentar animar a mi suegro...

Era curioso que lo llamara así pero no podía evitarlo. Antes de ir con Salomon se excusó unos segundos.

-Ya vuelvo...

Se acercó al Giovanni y le entregó su Copa que aún tenía bastante líquido y le dijo:

-Cuando termine de bailar con Ruzzini, tienes mi permiso para secuestrarme. No me decepciones.

Le dio un suave beso en la mejilla y volvió con su amiga a quién también besó sólo que en ambas mejillas. Luego se foto hacia Salomon.

-¿Me concedeis esta pieza, mi lord?

Por alguna razón no tan santa, le llamaba poderosamente la atención danzar entre sus brazos.

Leonor no entendía demasiado lo que estaba pasando ni qué era lo que realmente deseaba su amiga, la cual parecía dar pasos hacia delante y hacia atrás en un baile que a la joven pelirroja le resultaba enteramente desconocido.

Por todo ello, cuando Gianna le susurró al oído y le pidió educadamente que la dejara a solas, una sensación de tristeza envolvió a la joven, la cual asintió ante su pedido y se retiró de la escena haciendo una pequeña reverencia.

Aquello había cambiado su humor por muchas razones que prefirió guardarse para sí y no compartir ni tan siquiera con Konrad. Por ello, la damita de largos rizos granate encaminó sus pasos hacia uno de los balcones de la hermosa mansión, para poder tomar un poco el aire y contemplar las vistas de los canales desde allí.

Los acompañantes de Gianna parecieron entender a su manera que lo que la joven quería hacer, uno con una sonrisa otra con cierta tristeza. De cualquier modo la noble tuvo una libertad suficiente para estar con el que por una tragedia no se convirtió en su suegro.

Este tomo la mano de ella dejando la copa a un costado asintiendo a su pedido. “Sera un placer.” Respondió para terminar de acomodarse para bailar con la bella mujer. “Mi esposa se enojaría mucho si nos viera.” Comento sin poder evitarlo con una sonrisa divertida y cómplice con la noble.

El hombre a pesar de su edad y físico se movia correctamente por la pista de baile pero no era de extrañarse que ya hubiera tenido muchas experiencias en distintas fiestas en su vida. “Hay algo que quieras decirme?” pregunto curioso por lo que planeaba ella, sin saber que pretendía ella pareciendo dispuesto a seguir su juego. 

-¿Decirle? No lo creo pero estoy de acuerdo con algo...

Gianna le sonrió y siguió danzando con gracia, aquel hombre debía ser el más envidiado en el salón aunque casi todos sabían la relación que ella debía tener con ese hombre.

-Estaría muy enojada pero hay algo que no puedo entender y es por qué alguien como vuestra mujer me odiaría tanto... Cuando era niña me trataba muy bien, siempre pensé que me quería hasta que Leonzio me dijo que era mejor que no fuera a verla. Yo no tuve la culpa de lo que le pasó a él..., quisiera que no hubiera sucedido pero si hubiera sabido algo al respecto, yo misma le habría avisado.

Se sintió triste, descompuesta y lo abrazó.

-Lamento mucho no haber sido una buena novia, de verdad...

El hombre escucho atento lo que decía ella, suspirando de mala gana cuando tuvo que volver a hablar de su mujer. “Son cosas de padres y madres. Cuando eras chica no estabas comprometida con Leoncio no eras mas que una amiga que hacia ejercitar a nuestro querido hijo cado corrian por nuestra casa...” Comento con una sonrisa nostálgica al recordar las carreras que hacían cuando chicos. “Pero cuando te comprometimos con mi hijo, te volviste una mujer que según ella le terminaría sacando a su hijo. Una tontería de una mujer que no deseaba que los niños se fueran de casa.” Le explico sin darle mucha importancia a su actitud. “Aunque debo admitir que tal vez si vos habrias sido hombre y Leoncio mujer, puede que haya actuado de igual manera o no. Quién sabe.”

El hombre seguía bailando mientras aceptaba el abrazo de ella costándole un poco seguir hablando, haciéndote pensar por el tono de su voz que podría ponerse a llorar en cualquier momento. “No tienes la culpa y confió que habrías ayudado a Leonzio si supieras algo del atentado. Fuiste una buena novia Leoncio nunca me trajo una queja de ti…” le devolvió deteniéndose un poco. “¿porque piensas que no eras buena?” no pudo evitar preguntar. 

“Si fuera un artista pintaría un hermoso retrato tuyo mirando los canales…” dijo una voz que venía por detrás de Leonor. La voz era conocida y pertenecía a un hombre que adivinabas que no desaprovecharía la oportunidad de tenerte en solitario aun con este humor. “Hace mucho tiempo que no hablamos solos querida.” Decía el hombre que pronto se aproximó y se dejó apoyar junto a la pelirroja en el balcón.

“Te preguntaría porque de la cara larga, pero pienso que lo mejor sería distraerte hablando de otro tema.” Comento el hombre dejando un momento de pausa dando un vistazo para atrás mientras le sonreía de costado a la joven. “Dime que es lo que mas te gusta de nuestra linda Venecia.” Le pidió para empezar una conversación mas alegre.

La joven sumida en sus tristes pensamientos se giró totalmente sorprendida al escuchar que alguien se situaba tras ella, pero cuando contempló el rostro del hombre que le dedicaba esos halagos, no pudo evitar sonreír mientras algo de rubor coloreaba sus mejillas a pesar de que ella no quisiera.

-Tienes razón… hace mucho que no hablamos y prefiero acertar tu oferta de distraerme con otro tema ¿Qué tal te ha ido? Espero que ya te encuentres mejor después del incidente en esta casa, y que tu cabeza no te duela demasiado. – Le respondió con una sonrisa pícara, sabiendo que aquello seguro que le escocía un poquito.

No obstante, cuando él le realizó aquella pregunta sobre Venecia, Leonor no pudo evitar adquirir un semblante pensativo al tiempo que respondía – Lo que más me gusta… Sus habitantes, sin duda. A pesar de que son capaces de cometer los actos más atroces, también son los protagonistas de las acciones más bellas, heroicas y altruistas. Tú estás entre los segundos… menos cuando tratas de ser irrespetuoso con cierto trovador, con tu prima o conmigo. – Afirmó guiñándole un ojo, esperando a ver su reacción ante sus palabras.

El hombre tomo su cabeza donde parecía que había sufrido el golpe que lo dejo inconsciente en esa ocasión mientras sonreía de costado ante su puja. “Estoy mejor de la cabeza y sigo imbatible con la espada a pesar de ese pequeño percance.” Comento el hombre con algo de orgullo tratando de dejar atrás ese descuido rápidamente.

Aunque su orgullo solo pareció aún más cuando le halago la joven de tal manera y rio un poco ante sus ultimas palabras. “He sido irrespetuoso con alguien? La verdad no me acuerdo. Ese golpe a la cabeza parece que afecto un poco mi memoria.” dijo con picardía mientras tomaba sus manos con delicadeza y dejaba poca distancia entre ambos. “Yo solo recuerdo tu delicada piel que recorri dulcemente con tus manos y por supuesto el exquisito contacto de los labios de ambos.” Decía mirándola fijamente mientras acariciaba su mano recreando su primer contacto con ella y de paso acercándose mas a ella pareciendo ir con una intención clara.

“Pero si es necesario puedo compensarte por cualquier irrespeto mio hacia ti... Mi dama de escarlata.” Le dijo utilizando correctamente el sobrenombre que le habían puesto las giovannis. Finalmente pasaría a acercarse para besarla a la boca con cierta prisa.

- No estás mejor de la cabeza si sigues empeñado en retarte a duelo con todo el que pase frente a tus narices – Le respondió con una sonrisa pícara, desaprobando totalmente su estilo de vida. – Conseguirás que te maten y dejarás a tu hermana muy triste.

-Eres un caso perdido, Dante – Afirmó la dama divertida ante la risa ladina que éste le dedicó para pasar a mirarle con cierta desconfianza al ver como tomaba sus manos sin su permiso – Y desde luego tienes una memoria bastante selectiva en lo que se refiere a quedar mal.

Estaba a punto de añadir algo más cuando Dante, tratando de pillarla desprevenida, acercó sus labios a los de ella con la clara intención de robarle un beso de forma apresurada. Pero las acciones del Giovanni no tuvieron el efecto deseado, puesto que con la misma rapidez, la dama de escarlata apartó el rostro con brusquedad y le dio una bofetada en la mejilla sin ninguna intención de hacerle un daño real, pero dejándole la situación bastante clara.

-¿Cómo te atreves? Si quieres compensarme por cualquier falta de respeto hacia mí, no lo estás haciendo nada bien. ¡Eres un mujeriego y un desvergonzado! … No creo haberte dado nunca esas confianzas. En lugar de perder en tiempo con alguien que te seguirá rechazando hagas lo que hagas ¿Por qué no lo intentas con alguna dama que puedas seducir con más facilidad? Y no se te ocurra volver a soltarme esa falacia sobre que estás enamorado, que volveré a pegarte aun más fuerte por stronzo. – Le respondió, dispuesta a montar una escena pública si trataba de propasarse con ella.

-No creo que no sea buena, creo que no fui una buena novia pero prometo que intenté darle a su hijo todo lo que pude, en un amplio sentido.

La chica miró a su alrededor.

-Espero que no me haga explicarlo...

Y realmente así lo esperaba, lo miró de nuevo a los ojos y asintió.

-Tal vez entienda a su esposa cuando yo tenga hijos... Lamento mucho haberlo puesto en una situación así, seguramente a Leonzio no le habría gustado pero gracias por estar hoy conmigo.

Eso era, al menos con alguien de esa familia estaba en paz.

El hombre había decidido descender un poco el ritmo del baile mientras la escuchaba sorprendiéndose en parte cuando ella le comento lo que le dio a su hijo. “Claro. Me hago a la idea querida.” Dijo el hombre pasando del tema con cierta rapidez e incluso sin comentar el hecho que sabía que ella no era virgen o sobre las demás historias sobre ella.

“Puede que llegado el caso la entiendas mejor que yo, que la entiendo solo en parte aunque sigo sin defender el espectáculo que hizo.” Dijo poniéndose serio por unos momentos, antes que las últimas palabras de Gianna le sacaran cierta sonrisa.

“A Leonzio le habría importado que seas feliz y si puedo ayudarte de alguna manera en serlo entonces lo hare por la memoria de hijo. Aunque también por mi mismo.” Concluyo el hombre dejando un poco la danza para abrazarla con cariño y confort haciendo la escena entre los casi parientes algo más rara pero para nada mala.

Asi duraron por un buen tiempo sin que nadie los interrumpiera. “Lamento ser quien diga que no podremos estar todo el tiempo así.” Decía el hombre con una sincera lastima, dejando la pregunta de que harian en el aire sin pronunciarla.   

Encogio sus hombros como si restara importancia a su modo de vida y al dilema que le ponía ella con su hermana. “Soy bueno con la espada y es mi trabajo. Esto ayuda a mi familia y hermana para que estén seguros de que cualquier rival se lo pensara dos veces antes de retarnos a un duelo.” Le explico y argumento con su razón para seguir con su modo de vida.

Todo parecía risas fáciles para Dante aun cuando tomo las manos de ella y se le acercó para darle un beso rápido. Sin embargo no parecio calcular en ningún momento que Leonor lo fuera a rechazar de esa forma tan contundente. El Giovanni quedo tomándose la mejilla mientras escuchaba la estridente respuesta de Leonor ante el intento de un beso.

“Primero deberías probar dedicarte a los duelos un tiempo, que ese golpe fue el mas rápido que he visto en mi vida…” comento con cierto humor reaccionando mucho mejor que otros hombres que Leonor conocía. “Pero volviendo a la importante te dire que tienes cierta razón en que no tengo un enamoramiento contigo pero me resultas interesante. Las damas fáciles no conservan mi interés por tanto tiempo como vos.” Se sinceró dando un vistazo a las manos de ella esperando para esquivar cualquier golpe.

Una vez pasara un tiempo continuo, acercándose un poco pero levantando sus manos en señal de no esconder una doble intensión mas que acercarse. “De cualquier forma según recuerdo la primera vez que nos conocimos habíamos llegado a tener bastante confianza entre nosotros.” Afirmo con picardía pero un susurro audible solo para ella.