DM: Rifts: Turno 11.
DM: Rifts: Turno 11:
Reponéis vuestras provisiones de agua y os preparáis para emprender la marcha después de la comida del día 4. Esperáis llegar a donde dejasteis los vehículos esa misma noche. Donald prepara sus cosas y su vehículo. Os quedáis sorprendidos ante la visión de su Mountaineer ATV completamente equipado y modificado. Carga en la parte de atrás dos bidones de grasa de motor y un rollo de cable de acero.
Tras los preparativos, salís del pueblo. La gente os mira seria al partir, saben que vais a enfrentaros a Cuchillo Sangriento y que si fracasáis será el fin. Finalmente partís, no miráis atrás.
Os ponéis en orden de marcha. La encabezan Walter y Jimily en sus motos, seguidos por el coche Mountaineer ATV conducido por Donald, que lleva al lado a Halberd y detrás a Thomas. Siguen Furia y Alexa cada uno en su caballo. Y por último muy retrasado cierra la marcha Chupux caminando.
Jimily comienza bien la marcha, Walter tiene algún problema con su moto y se va retrasando, situándose finalmente a la altura de Chupux. Sigue Donald conduciendo sin ningún problema gracias a la extraordinaria potencia de su súper todo terreno. De nuevo Chupux ejerce las funciones de guía, aunque experimenta extraordinarias dificultades para comunicarse con los del coche, al parecer la gruesa capa de blindaje del vehículo dificulta severamente el uso de su telepatía con los que van dentro. Donald abre una ventanilla para facilitarle la labor de comunicación a Chupux, pero como se cuela frío y arena sella herméticamente su armadura Bushman para ahorrarse la incomodidad. Halberd y Thomas, sin embargo, no tienen la suerte de tener una armadura con completa protección medioambiental.
Hoy curiosamente es un día frío en el desierto, con viento moderado del norte. La moto de Walter traquetea de mala manera y va quedándose más y más atrás, ahora hasta Chupux camina más deprisa.
Así avanzáis durante horas. Veis la puesta del sol hacia vuestra izquierda en el horizonte. Jimily habla de parar ya, pero Chupux dice que el lugar donde dejasteis el coche de Goldman y la hovercycle de Maximus tiene que estar ya cerca. Os ponéis a buscar y finalmente Chupux los encuentra, caváis un poco para desenterrarlos de la arena.
Furia y Alexa montan el refugio para caballos. Chupux indica a Jimily la posición de la tumba de Arlec, y éste pone unas flores en el lugar de descanso de su viejo amigo, aún a riesgo de que el viento se las lleve. Halberd y Thomas abren el Mercedes. Alexa monta su tienda de campaña. Furia se dispone a dormir junto a los caballos. Donald dormirá en su Mountaineer. Walter usará la tienda de Maximus. Jimily monta su tienda. Thomas y Halberd usan la tienda que perteneció a Arlec. Jimily monta el eyector de plasma de Arlec en lo alto de la gran roca marrón que hay junto al campamento.
Chupux establece turnos de guardia dobles: 1) Jimily y Donald. 2) Furia y Alexa. 3) Chupux y Walter. 4) Thomas y Halberd.
Jimily se sube a la roca. Thomas le deja sus macrobinoculares infrarrojos. Los demás cenan y se van preparando para dormir. Donald plantea montar la guardia en su coche, dispone una frecuencia codificada y se la pasa a Jimily. Jimily hace unas pruebas de radio, pero fracasa, debe de haber interferencias. Da vueltas sobre la roca, vigilando atentamente. Donald activa el radar y una pequeña antena giratoria emerge en el techo de su vehículo, en la parte delantera. Son las 23 h, y todo el mundo lleva durmiendo al menos media hora.
Repentinamente Donald capta un objeto volador en la pantalla de radar, se aproxima a gran velocidad. Donald maldice amargamente que el arma incorporada a su Mountaineer ATV no tenga capacidad antiaérea. Donald advierte por radio a Jimily, quien rastrea el cielo con los macrobinoculares, detectando al monstruo que se aproxima. Es un ser negro alado, de aspecto demoníaco, que extiende las alas listo para atacar a Jimily. El mercenario prepara el cañón de plasma. Donald se baja del coche gritando: “¡Alarma!” al tiempo que saca su pistola Wilk’s 130 y le quita el seguro.
Jimily prepara el NG-E4 en su trípode, el disparo es una pifia garrafal y le da de lleno al coche de Donald, para un daño de 105 MD.
Tras el ataque libre inicial comienza el combate:
Primera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Segunda Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Tercera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
FIN DEL COMBATE.
Tras esta ardua lucha recogéis como podéis el campamento, proseguís las guardias y el resto seguís durmiendo. Las demás guardias transcurren sin incidentes, excepto por un alacrán que Walter mata de un pisotón.
Miércoles, día 5 de enero del 104 PA:
Por la mañana Donald aparta y ordena más o menos los trastos de su ATV, incluyendo un pesado saco perteneciente a Walter, para hacerle sitio a la moto Wanderer de Jimily, dado que el mercenario se ofrece a pilotar el Mercedes.
Por la mañana antes del desayuno sucede un hecho extraño: Jimily está ante la tumba de Arlec y Alexa percibe como una parte del espíritu de Arlec se eleva desde la tumba y posee a Jimily, fusionando parte de su karma con el de su amigo. Alexa entabla comunicación con el espíritu de Arlec y discuten brevemente acerca de lo que ha hecho, pero finalmente Alexa decide aceptarlo y no insistir más.
Alexa intenta entrar en contacto con los espíritus naturales del desierto, pero no le responden. O bien no hay ningún espíritu presente en las inmediaciones, o bien los espíritus no quieren hablar con ella. Alexa sospecha que puede que haya algo de las dos cosas, a fin de cuentas se supone que los espíritus naturales sólo le hablan a los que están en sintonía con la naturaleza, como los druidas o los chamanes indios.
Cargáis la moto de Jimily en el vehículo de Donald. Jimily dice la contraseña correcta y conduce el Mercedes sin ningún problema. Halberd hace uso de sus poderes telemecánicos para conducir la hovercycle de Maximus durante el breve tiempo necesario para situarla encima del vehículo de Donald, una vez arriba la sujetáis bien con el cable de acero y con cuerdas. Donald se entretiene durante una hora en reparar el rifle láser de Furia y lo consigue. Jimily le pide al operador que le repare su dañada armadura, pero éste le contesta que no es posible sin placas de blindaje de repuesto. Finalmente Jimily opta por ponerse una de las dos armaduras Juicer color blanco mate de Goldman.
Recogéis todo el campamento y tomáis un desayuno. Hacia las 9 de la mañana ya estáis listos para continuar vuestro viaje. Alexa sugiere ir al pueblo de Aquiles, con la esperanza de hacer averiguaciones e intentar reponer munición (cosa muy difícil sin dinero y en una zona tan poco desarrollada como esta). Lo habláis un poco mientras tomáis el desayuno y Alexa acaba cambiando de opinión. En Aquiles podrían haber espías de la banda, además es tan atrasado que no hay forma de comprar equipo aunque tuvierais dinero, y por último estáis siguiendo una pista que parece la buena.
Emprendéis la marcha con rumbo noroeste. Walter abre la marcha, seguido del coche de Donald que va con Halberd de acompañante, detrás Jimily en el Mercedes con Thomas de copiloto, más atrás Furia y Alexa a caballo y cierra la marcha bastante retrasado Chupux, que suda la gota gorda para seguir el paso más rápido que puede yendo a pie. Comentáis jocosamente la idea de comprarle un burro a Chupux. Jimily le invita a subirse al coche, pero no quiere. También decís que podría subirse al coche de Donald, pero el hombre cactus no dice nada, concentrado como está en la dura marcha.
No encontráis un alma durante todo el día. El desierto arenoso con dunas deja paso a un terreno árido con algunos cactus y suelo más pedregoso y terroso. Al cabo de unos kilómetros se añade otro elemento al paisaje que os resulta llamativo: pilares y colinas de roca negra, basalto negro. Es una imagen exótica, pero extrañamente inquietante.
Pasan las horas y ya oscurece. Miráis con inquietud hacia las rocas, están por todas partes espaciadas irregularmente unas de otras a no menos de 60 metros y las hay de muchos tamaños, desde afilados pilares a vastas colinas o peñascos. Alexa se esfuerza en captar maldad sobrenatural, pero no percibe nada.
Jimily establece contacto por radio con Donald:
Jimily: Vayamos a las rocas.
Donald: ¿Qué dices? ¡Si están por todas partes! ¡Cambio!
Jimily: Hacia el centro.
Donald: ¿Hacia el centro de qué? ¡Todo esto es un enorme desierto!
Paráis el convoy y Thomas inspecciona el terreno con sus macrobinoculares: no hay peligros a la vista. Walter se pone nervioso, le quita el seguro a su pistola e intenta ocultarse tras un coche. Donald intenta usar el radar, pero la antena se ha atascado con la arena. Jimily coge el arma pesada de Arlec e intenta subir a una roca, pero se pega un castañazo cuando ya casi estaba arriba y le sangra la nariz. Los demás le ayudáis a levantarse. El sol se está poniendo en estos momentos.
Thomas ve que estáis todos muy nerviosos: - Aquí no hay ni un alma – dice.
Alexa desmonta, le duelen las piernas de tanto cabalgar. Usa sus sentidos sobrenaturales para intentar captar algo, pero no percibe nada anormal. Se sienta un rato sobre el capó del Mercedes a descansar. Algunos de vosotros os teméis que las rocas sean algo peor de lo que aparentan...
Donald dice: - A este paso habrá que montar un campamento, ¿no? - El sol se pone.
Jimily se levanta y dice que no ha sido nada. Le pide a Donald que le repare la armadura, y el viejo operador, un tanto mosqueado, le contesta que no tiene placas de blindaje de repuesto para hacer esa reparación.
Chupux encuentra un rastro de moto, las huellas van hacia el norte. Alexa lo examina e intuye que se trata del rastro de una moto perteneciente a la banda.
Halberd: - No se ve nada, mejor que acampemos. -
Donald: - Venga muchachos calmaos, estáis todos muy nerviosos. Walter, ponle el seguro a eso no sea que se te dispare – Walter se relaja y vuelve a poner el seguro.
Alexa: - Yo creo que no deberíamos acampar aquí. -
Halberd: - ¿Y dónde si no? ¿Es que ves algún otro sitio? -
Ha anochecido, tenéis hambre y estáis cansados. Comienza a levantarse un leve viento que suena como gemidos al pasar entre las negras rocas. Jimily se atemoriza y dice que dormirá en el coche blindado. Thomas insiste en que habrá que montar doble guardia.
Montáis el campamento. Establecéis los turnos de guardia, de dos horas, dormiréis cada uno 6 horas. 1) Alexa y Walter. 2) Donald y Jimily. 3) Halberd y Furia. 4) Thomas y Chupux. Alexa dormirá en su tienda. Walter en la de Arlec. Donald en la de Jimily. Jimily en el coche de Donald. Halberd en el Mercedes. Furia en el refugio de los caballos. Thomas en la de Maximus con Chupux.
La guardia es bastante intranquila, empezando por el sonido del viento que parece como gemidos fantasmales. Jimily cree captar una transmisión por radio desde el norte, que podría ser una petición de auxilio o tal vez algo más siniestro. En el segundo turno Donald se queda dormido de un modo muy extraño y cuando Jimily le despierta grita y ambos se llevan un buen susto.
En el tercer turno Halberd se queda dormido ante un fuego que ha encendido mágicamente, Furia le permite dormir mientras él se encarga de la vigilancia. En el cuarto turno Thomas se aleja para orinar, pero grita aterrado por algo. Cuando Chupux le pregunta qué le pasa dice haber visto algo, una siniestra figura con gabardina y sombrero de cowboy, pero después le resta importancia. Aunque Thomas no quiere y dice que sólo es una falsa alarma, Chupux despierta a todo el campamento.
Alexa identifica claramente la emanación de una presencia maligna que se aleja hacia el sur. Esto es suficiente para que todo el mundo se ponga en máxima alerta, pese a que sólo son las 5 de la madrugada. Los nervios están a flor de piel y la tensión puede cortarse con un cuchillo. La conducta derrotista de Halberd le resulta sospechosa a Alexa, aunque también Thomas habla de volver a casa y abandonar la misión. Alexa intenta hacerle un Diagnóstico Psíquico o una lectura de auras a Halberd, pero fracasa repetidamente porque el enano contraataca cada vez con un Flash Cegador en el momento en que la mística está más concentrada y no puede defenderse.
Alexa no consigue ninguna información, pero Chupux con disimulo le examina el aura al Tecnomago y la nota normal. Desayunáis intranquilamente discutiendo lo que vais a hacer y decidís seguir las huellas hacia el norte. Recogéis el campamento y salís rumbo norte a las 8 de la mañana de jueves, 6 de enero de 104.
Alexa decide ir en el Mercedes, porque está cansada y le pide a Furia que lleve a su yegua atada con una cuerda tras su caballo. Se sienta al lado de Halberd, sin importarle que éste la ignore y mire por la ventanilla, se pone a dormir.
El convoy se pone en marcha. Esta vez Jimily encabeza la marcha con el Mercedes y la moto de Walter, que ahora lleva a Chupux detrás. Sigue Donald, que lleva al nervioso y aún tembloroso Thomas en el asiento de atrás. Y por último Furia con su caballo y el de Alexa. Jimily intenta rastrear las marcas de moto, pero la pifia y decide que hay que ir al sur, gira 180º sin previo aviso y casi choca con el coche de Donald (ambos maniobran para evitar la colisión) Alexa elige ese momento para intentar hacerle un exorcismo a Jimily, quien frena violentamente y el coche vuelca.
Alexa exorciza al espíritu de un conductor loco suicida que estaba controlando a Jimily cuando éste no tiene ni idea de conducir coches. (Nota para Jimily: en la creación del personaje al final cambiaste Pilot Robots & Power Armor por la de conducir coche. En adelante será mejor que vayas en la moto de Walter, y Walter, quien sí se aseguró de tener la habilidad de conducir coche en el proceso de creación del personaje, llevará el Mercedes).
Afortunadamente no hay daños ni heridos. Alexa decide no expulsar del cuerpo de Jimily a lo que queda del espíritu de Arlec, pues sospecha que eso podría debilitar innecesariamente al mercenario. Regaña al atontado espíritu de Arlec por haber dejado que otro poseyera también a Jimily, pero el espíritu de Arlec está demasiado débil y vapuleado por la experiencia como para contestar nada.
Entre todos enderezáis el Mercedes y hacéis un cambio de conductor. Jimily no parece recordar nada de su locura de hace unos momentos y no comprende qué hacía él llevando un coche cuando en realidad no sabe conducir.
Estáis ahí parados sumergidos en el desasosiego y entonces Thomas ve un brillo muy lejos hacia el norte. Os lo señala y entonces lo veis. No sabéis lo que es, incluso con los macrobinoculares, ya que está demasiado lejos, pero a todos os parece que podría tener que ver con la banda del Cuchillo Sangriento.
Reanudáis la marcha durante varias horas y por fin, especialmente tras la comida, los ánimos comienzan a templarse. Recuperáis algo de confianza en vosotros mismos y en vuestra misión. Al atardecer habéis llegado más o menos a la zona de la que provenía el brillo que vio Thomas esta mañana. Walter sugiere que busquéis un lugar para ocultar los vehículos mientras proseguís vuestra exploración sigilosamente a pie. Lamentablemente, nadie tiene la habilidad de Camuflaje, por lo que en el mejor de los casos quedará todo escondido de cualquier manera. Aparcáis ambos coches tras una gran roca negra. Walter deja su moto, y Alexa y Furia dejan sus caballos. Halberd se ofrece voluntario a quedarse vigilándolo todo.
Empezáis a caminar hacia una gran roca bastante alejada, tal vez si os subís allí podáis ver algo. Alexa usa su hechizo de Escalar cuando llegáis allí para trepar a lo alto de la roca. Thomas no conoce ese conjuro, así que escala de la manera difícil, seguido por Walter. Furia decide quedarse abajo, vigilando. Chupux se queda con él, pues no tiene ni idea de trepar a los sitios. Jimily lo intenta, pero trepar no es lo suyo (no tiene la habilidad, sólo una base de 25% que no aumenta y que le viene con la habilidad de Gimnasia). En cuanto a Donald, visto lo visto, ni lo intenta. Walter tira una cuerda desde lo alto, por si alguien quiere subir, Jimily lo intenta, pero tiene los brazos agarrotados y enseguida desiste.
Alexa intenta percibir maldad sobrenatural, pero sólo capta esa leve presencia que lo impregna todo y que parece ir en aumento conforme el sol se va poniendo. Thomas y Walter examinan el panorama con sus respectivos macrobinoculares de alta tecnología. Ambos otean el paisaje largo rato, pasando a visión infrarroja cuando el sol se pone finalmente. Los de abajo se impacientan cada vez más. Entonces, de repente, unas luces se encienden en lo alto de una colina situada a unos 400 metros más adelante. Thomas es el primero en darse cuenta y se lo dice a sus compañeros. Parece que es una especie de fuerte, construido encima de una gran roca y con la misma clase de piedra negra, de tal modo que resultaría casi indetectable, si no fuera porque en las torres de vigilancia del fuerte alguien ha encendido unos focos.
Es poco lo que se puede ver desde este lado: un largo muro negro y a cada extremo una torre de vigilancia, en lo alto de cada uno parece haber una ametralladora pesada con un foco, manejada cada una por un tipo de aspecto zarrapastroso, probablemente bandidos de baja estofa. Lo que estáis mirando es el muro sur del fuerte, suponéis que la puerta o las puertas deben de estar en otros muros. Chupux lee toda esta información en la mente de Thomas y se lo comunica a Jimily, Furia y Donald.
A Jimily, Alexa y Thomas les queda muy poca agua y por aquí no parece que haya mucha.
Heridos: Vicky ya se ha terminado de recuperar por completo de sus heridas, sigue en DarkGate. En Santa Fe Goldman se va recuperando bastante bien, gracias a sus drogas principalmente (aunque ya le queda poco suministro), pero Maximus continúa en estado grave.
Para el resto. Parece que ha llegado el momento de la verdad, estáis ante lo que parece ser la base de la Banda del Cuchillo Sangriento. Os toca mover ficha...
FIN DEL TURNO 11
DARKMASTE.
Alexa: Rifts: Turno 11:
Una vez más me veo obligada a abandonar la relativa tranquilidad de Santa fe para adentrarme en el desierto. Mi relación con el resto del grupo sigue siendo distante en el mejor de los casos, y más ahora que aquellos a quienes conocía están incapacitados o heridos. Me sorprende la facilidad con que hemos conseguido la ayuda de nuevas personas. En el caso de Jimily queda claro que es la lealtad hacia su amigo fallecido la que guía sus actos. Por otra parte los motivos de Donald y Walter me son desconocidos. No obstante, no estoy en situación de rechazar su ayuda.
Antes de abandonar el pueblo, me aseguro de renovar mi provisión de agua, pues ya conozco de primera mano los rigores del desierto. Con suerte recuperaremos los vehículos antes de que caiga la noche. Cargo a mi yegua con las provisiones necesarias para el viaje mientras el resto ayudan a Donald a cargar dos bidones de grasa de motor y un cable de acero en su enorme vehículo. La verdad es que no se me ocurre para que podemos necesitar los dos bidones de grasa, pero él sabrá…
Pronto estamos listos para partir y lo cierto es que casi lo agradezco, porque me resulta muy desagradable el tener puestas las esperanzas de esta gente sobre nosotros. Siempre creí que las personas deberían aprender a valerse por sí mismas, pero está claro que para ellos resulta mucho más fácil confiar ciegamente en que tengamos éxito. Por una vez espero que no se equivoquen y logremos acabar de una vez con Cuchillo Sangriento.
Walter y Jimily montan en sus motos y se adelantan para ir explorando el terreno. Yo por mi parte prefiero no forzar a mi yegua e ir tras el coche de Donald. Furia se pone a mi altura y Chupux nos sigue a pie. Me pregunto cómo es capaz de mantener el paso, debería buscarse un vehículo para no retrasarnos, aunque supongo que eso mismo se podría aplicar a mí con mi yegua. Probablemente debería venderla y viajar en uno de los coches, sin embargo me resisto a hacerlo, porque he pasado muchas cosas junto a ella. Irónicamente, ahora que el resto del grupo no está, mi yegua ha vivido más aventuras que mis actuales compañeros…
A poco de comenzar la marcha rebasamos a Walter, parece que su moto no funciona bien, eso me reafirma en mi opinión de no deshacerme de mi yegua. Al final parece que se mantiene a la misma velocidad que Chupux, parece que al final mi yegua resulta más fiable que toda esa tecnología. Aún así envidio la comodidad del todo terreno de Donald. Estoy segura de que los de dentro no están pasando ni la mitad de frío que yo. Me cubro bien con mi capa para evitar la arena y el viento. Echo de menos las comodidades de DarkGate, puede que cuando esto termine pueda darme un descanso.
El sol comienza a ponerse tras el horizonte llenando las dunas de sombras, pronto no habrá luz para continuar la marcha. Jimily opina que deberíamos montar ya el campamento, pero Chupux no está de acuerdo. Él cree que el lugar donde dejamos los vehículos y donde yace Arlec se encuentra ya próximo. Lo cierto es que ya deberíamos estar muy cerca. Así que pese a nuestro cansancio continuamos algo más y buscamos los vehículos. Por lo que parece estaban semienterrados por la arena, tal vez si hubiésemos tardado un día más no los hubiésemos encontrado.
Mis compañeros empiezan a cavar para desenterrar los vehículos. Yo aprovecho para montar un refugio para los caballos junto a Furia. Hemos recorrido mucha distancia y necesitan reposo. Después comienzo a montar mi tienda de campaña, estoy agotada. Un leve remordimiento me asalta cuando veo como Jimily coloca flores en la tumba de Arlec, ni siquiera he intentado hablar con su espíritu. Sin embargo, no es el momento de hacerlo. Después de depositar las flores comienza a montar el enorme eyector de plasma de un modo que me recuerda a Arlec. Espero que en esta ocasión las cosas no salgan tan mal.
Antes de que pueda descansar como es debido, Chupux se acerca a decirnos que tenemos que hacer guardias y cómo las haremos. Estoy demasiado cansada para ponerme a discutir, de modo que me callo, aunque me molesta el hecho de que me digan lo que tengo que hacer, máxime si tenemos en cuanta que hasta el momento no he eludido nunca mi responsabilidad para con el grupo. El modo en el que se comporta el resto hace que me plantee hasta que punto confían en mí. Está claro que desde luego no confían en mi criterio, lo que me molesta sobremanera…
Acabo por dormirme mientras doy vueltas a mi situación en el grupo. Tarde o temprano tendré que tomar una decisión al respecto. ¿Hasta que punto merece la pena jugarse la vida del modo en que lo hacemos? Me guste o no parece que no me queda más remedio. Mi sueño, plagado de dolorosos recuerdos y ominosas premoniciones, es intranquilo y agitado así que no me cuesta demasiado despertar cuando escucho la voz de Donald gritando: ¡Alarma!. Después escucho un fuerte disparo mientras salgo de mi tienda lo más rápido que puedo para encontrarme con que nos ataca una especie de monstruo alado del que sólo alcanzo a ver su sombra.
Veo como el ser cae en picado sobre Jimily. Las garras de la criatura chirrían contra la armadura de Jimily, sin embargo, Jimily permanece en su sitio mientras dispara. La ráfaga de Jimily no llega a alcanzar a la veloz criatura. Sin apenas pensarlo, reacciono por instinto apartando de mi mente las distracciones y alzando un campo de fuerza que nos proteja a mis compañeros y a mí.
Por su parte Furia intenta disparar, pero su arma parece estropeada. Por fin, Walter logra impactar al ser que suelta un grito de dolor al recibir el daño. Como respondiendo a la provocación, el monstruo ruge mostrando sus mandíbulas y se estira mostrándose a la luz de la luna. Su piel es negra cual obsidiana, pero no refleja la luz. El ser estira sus alas en toda su envergadura mientras alza sus garras al cielo y sus aullidos resuenan en la noche. Sin embargo, tal vez por todo lo que he visto, no me siento tan impresionada como lo habría estado antes. A mi lado, Walter parece que sí acusa el terror que provoca el horripilante rostro del ser.
El monstruo recoge sus alas y golpea con todas sus fuerzas a Jimily. Una vez más el mercenario no cae derribado, pero por el modo en que la criatura arranca fragmentos de su armadura, no parece que pueda aguantar más impactos como ese. Intento distraerle lanzando mi único conjuro ofensivo sobre él. A pesar de mis esfuerzos, parece que el bicho no se ve afectado. Tendré que cambiar de estrategia.
A mi lado, Furia intenta una vez más disparar a la criatura, sin embargo su disparo no tiene éxito. Antes de que Jimily pueda reaccionar, el demoníaco ser desencaja sus mandíbulas y muerde su casco destrozándolo por completo. Yo espero no perder a más compañeros tan pronto…
Furia recarga su pistola mientras yo centro mi voluntad para solidificar a mi alrededor una armadura de energía mágica. Walter también recarga su arma. Parece que todos nos preparamos para resistir el envite de la criatura. Donald por su parte, aprovecha que el monstruo se ha olvidado de él para disparar sobre él todo su cargador. Ahora la criatura parece realmente herida. Jimily, aprovecha los escasos instantes de aturdimiento del ser para entrar en mi campo de energía rodando por el suelo con una voltereta y corriendo los metros que lo separan de nosotros. Neutralizo el campo durante menos de un segundo para permitirle entrar… Espero que el campo aguante.
Escucho como Furia dispara también sobre la criatura poco después del disparo de Donald. El monstruo aúlla de dolor. Disparo sin pensarlo dos veces, pero el ser alado es más rápido de lo que esperaba y esquiva mi ataque y también el de Walter. A salvo dentro de mi campo de energía, Jimily deja caer su pistola mientras saca otra y dispara. El ser vuelve a esquivar y me pregunto quién se cansara antes, él o nosotros. Con un aleteo el monstruo sé sitúa frente a nosotros y golpea ciego de furia. Puedo ver sus ojos inyectados en sangre mirarnos con odio, el ser golpea con rabia dejándose la piel en mi campo de energía.
Aprovechamos ese instante para recargar, si bien el bicho golpea de nuevo mi campo haciendo que se debilite. Empiezo a plantearme la necesidad de crear otro campo. Desde detrás, Donald vuelve a disparar de nuevo. El monstruo intenta esquivar pero en esta ocasión se topa con el campo de energía que le impide apartarse y queda completamente expuesto a la descarga de energía. Walter dispara de nuevo y una vez más el ser esquiva alzando el vuelo y alejándose también de los disparos de Jimily y de los míos. Maldigo entre dientes, no puede esquivar eternamente. Como respondiendo a mis pensamientos, el disparo de Furia alcanza al horrible ser atomizándolo en mitad de su vuelo. Respiro aliviada, parece que esta vez no hay heridos de los que tenga que hacerme cargo, eso me alegra.
Fatigada por la lucha y la falta de descanso, afronto como puedo el recoger algo el campamento y la guardia que me toca. Creo que a partir de ahora intentaré hacer siempre la primera guardia o la última, así podré dormir con tranquilidad. Si es que es mala suerte el tener que hacer la guardia justo después del ataque y sin embargo, Chupux y Thomas continúan durmiendo ajenos a todo lo que ha pasado…
Los primeros rayos de sol nos pillan ya levantados. El campamento está lleno de actividad. Parece que Jimily pilotará el Mercedes y Donald llevará su moto en el todoterreno. De pronto una presencia sobrenatural capta mi atención. Identifico la presencia como parte del espíritu de Arlec y me acerco para hablar con él. Sin embargo antes de poder hacerlo, la presencia se fusiona con Jimily. ¡Típico de Arlec! En lugar de aceptar su propia muerte y regresar al ciclo para reencarnarse prefiere poseer el cuerpo de su amigo. Me acerco para decirle lo que pienso. Es cierto que no es mala persona, pero Jimily tiene derecho a vivir su vida, tranquilo y sin interferencias de un espíritu. Sin embargo, la intervención de Jimily me tranquiliza, afirmando que la posesión es voluntaria. Hablo unos instantes más con Arlec para asegurarme que es así. Casi me hace gracia el pánico que tiene de que le exorcice. Bueno, si Jimily quiere compartir su cuerpo es cosa suya, él sabrá lo que hace…
Aprovecho el tiempo que mis compañeros emplean en preparar los vehículos para intentar comunicarme con los espíritus de la naturaleza, pero no logro respuesta. Supongo que no debe haber muchos por la zona y los pocos que haya preferirán responder a la llamada de los chamanes indios. Está claro que no podré pedirles consejo. Finalmente desisto de ello y regreso al campamento para tomar el desayuno y recoger mis cosas.
Dado que nuestras reservas de comida y agua se han reducido considerablemente, propongo que vayamos a Aquiles para hacer averiguaciones y reponer munición, pero Chupux me informa de que Aquiles es un pueblo atrasado y que nos será imposible. Supongo que al final lo mejor será continuar a ver si con suerte logramos encontrar el lugar en donde se esconde Cuchillo Sangriento. Al final emprendemos la marcha con dirección noroeste.
Nuestra marcha transcurre en soledad, sin que encontremos nada ni nadie en el camino. A medida que avanzamos en línea recta guiándonos por el sol, al suelo pedregoso y los cactus se añade la presencia de unos pilares y colinas de basalto negro. Es un paisaje poco tranquilizador que me hace recordar historias sobre monstruos de roca que despertaban de su letargo al caer la noche. Las rocas están por todos lados y conforme oscurece cobran un aspecto aún más amenazador. Intento captar maldad sobrenatural, pero parece que no hay o que se oculta muy bien.
Finalmente paramos, estamos todos bastante intranquilos. Veo como Jimily intenta subir con el ama pesada de Arlec a lo alto de una roca y cae cuando está a punto de llegar. Desmonto de mi yegua y me acerco hasta donde está para ver si puedo ayudarle. Le sangra la nariz así que le curo lo mejor que puedo. El sol se está poniendo ya y me duelen las piernas por la larga marcha.
- Aquí no hay ni un alma - dice Thomas. A mí me gustaría estar tan segura como él de eso último. La experiencia me ha enseñado que este mundo oculta más cosas de las que podemos ver. Intento captar algo con mis sentidos sobrenaturales, pero, afortunadamente, no percibo nada anormal. Más tranquila, me siento sobre el capó del Mercedes a descansar, ha sido un día duro.
- A este paso habrá que montar el campamento. ¿No? - Sugiere Donald, pero a mí este lugar me da escalofríos y no me hace gracia la idea.
Después Jimily y Donald se enzarzan en una discusión sobre arreglar la armadura de Jimily. Por lo que parece, el Operador no puede hacer nada sin placas de blindaje de repuesto y sin equipo. Jimily tendrá que esperar para reparar su armadura.
Por su parte, Chupux me señala un rastro de moto en el suelo. Hago un esfuerzo para levantarme y me acerco a examinarlo. Observo con atención las marcas en la arena, las huellas van hacia el norte. Centro mis sentidos en las huellas hasta que estoy segura de que pertenecen a un miembro de la banda. De todos modos, dado el lugar en donde se encuentran, tampoco hay muchas más personas a las que puedan pertenecer.
- Venga muchachos calmaos, estáis todos muy nerviosos. Walter, ponle el seguro a eso, no sea que se te dispare. - Dice Donald y Walter le hace caso. Por mi parte empiezo a estar cansada de que siempre haya alguien diciendo al resto lo que tienen que hacer. Sólo falta que me digan como tengo que curar a la gente.
- Yo creo que no deberíamos acampar aquí. - Sé que mi opinión no va a ser escuchada, sin embargo, estoy convencida de que ese no es un buen lugar para dormir.
- ¿Y dónde si no? ¿Es que ves algún otro sitio? - No sé por qué, pero creo que al final hubiera sido mejor continuar la marcha y acampar en otro lado…
Sin embargo, dado que ya es de noche, continuar avanzando sin visibilidad sería desastroso. Supongo que podré aguantar una noche en este lugar, en estos momentos lo único que me apetece es comer algo y dormir. Para mi desgracia, Thomas insiste en que hay que montar doble guardia. Está claro que no podré descansar aún. Sin embargo esta vez, haré la primera guardia, así con suerte dormiré el rato que me toque del tirón…
La guardia pasa con tranquilidad, cosa que agradezco. Walter comparte la guardia conmigo, pero no hablamos. Tampoco tengo nada que decirle y dudo que haya nada que él quiera tratar conmigo. Durante toda la guardia mantiene un aire de autosuficiencia, pero a mí no me engaña, está tan nervioso como el resto. Supongo que el Alguacil no tiene mucha experiencia con estas cosas.
El sonido del viento entre las rocas asemeja los gemidos desgarrados de almas en pena y me recuerda el dolor de las víctimas de Cuchillo Sangriento, lo que hace que me sienta aún más intranquila. Pese a que no he logrado percibir nada, sigo teniendo la impresión de que algo no funciona bien… Finalmente termina mi guardia y puedo ir a mi tienda a envolverme entre las mantas y tomarme un merecido descanso. Tal vez me equivoqué al pensar que aquí pasaba algo raro y mi imaginación me ha jugado una mala pasada.
Chupux me despierta diciéndome que Thomas ha visto algo raro. Aún con sueño salgo de mi tienda y miro a mi alrededor. No veo nada, pero sólo para asegurarme cierro los ojos e intento captar presencias malignas. Esta vez sí lo capto con claridad. Se aleja en dirección sur, justo en dirección contraria que las huellas de moto. Eso aclara el motivo por el cuál me sentía tan intranquila aquí. El aire es gélido ahora y me estremezco al pensar que haya algún otro espíritu por aquí.
De pronto Halberd comienza a actuar de un modo impropio en él. Eso me llama la atención. Teniendo en cuenta la noche que hemos pasado, bien podría estar poseído. Dice que se encuentra mal, así que intento hacerle una diagnosis psi para ver qué le pasa, pero el enano me lanza un flash que me ciega. ¿Por qué lo ha hecho? Yo sólo quería ver si estaba bien. Intento después mirar su aura y lo mismo. Está claro que algo raro le pasa, pero estoy demasiado cansada para ponerme a pelear con él. Ya me encargaré más tarde de eso. Necesito dormir…
Desayuno frugalmente y luego recojo mis cosas. Creo que iré en el Mercedes para poder dormir algo más, así que le pido a Furia que lleve mi yegua. Me siento junto a Halberd e intento conciliar el sueño. Pese a la incomodidad de dormir e un coche, pronto caigo dormida. De pronto un giro brusco hace que me despierte de golpe. Hemos estado a punto de chocar con el coche de Donald. Los ojos de Jimily tienen un brillo raro que por un instante reconozco como una señal de posesión. Sin pensar mucho en lo que estoy haciendo decido hacerle un exorcismo. Jimily frena de golpe y el coche vuelca. ¡Maldita sea! Noto la presencia de dos espíritus en el interior de Jimily. Uno es Arlec, que está debilitado. El otro parece un conductor suicida. Enfrento mi voluntad a la del espíritu y le obligo a irse. Después hablo con Arlec. ¿Cómo es posible que no hiciese nada para impedirlo? ¿No se te ocurrió avisar? Está claro que vivo o muerto sigue siendo Arlec…
Salgo como puedo del Mercedes y ayudo a enderezarlo. Tal vez podría haber escogido un momento mejor para exorcizar a Jimily, pero tal vez si hubiese esperado hubiese sido peor. Jimily no recuerda nada y no sabe por qué estaba conduciendo. Walter se pone en su lugar y conduce el Mercedes. Mientras estamos discutiendo cómo reanudar la marcha, Thomas nos avisa que ha visto algo. Es un brillo hacia el norte. No es que sepamos qué produce ese brillo, pero dado que se encuentra al norte, bien podría pertenecer al campamento de Cuchillo Sangriento. De este modo, con un objetivo algo más claro, reanudamos la marcha.
Tras varias horas empezamos a tranquilizarnos. Poco antes de que anochezca, llegamos al lugar del que provenía el brillo. Walter propone ocultar los vehículos y yo me pregunto qué haré con mi yegua. Supongo que no le pasará nada si la dejo atada tras unas rocas… Halberd se queda vigilando los vehículos.
Proseguimos con la exploración a pie hasta una gran roca para ver si desde ella podemos ver algo. No me lo pienso mucho y lanzo un conjuro para trepar. Subir hasta arriba no me supone muchos problemas. Tras de mí sube Thomas, aparentemente con más problemas, y después Walter. Debí haber subido una cuerda para ayudarles. Jimily lo intenta, pero no lo consigue. De todos modos desde aquí tendremos buena vista. Una vez arriba Walter suelta una cuerda, él si se acordó de subirla.
Dejo a mis compañeros con sus cosas y me centro en lo mío. Me siento en lo más alto de la roca y relajo mi mente. Luego expando mis sentidos intentando sentir maldad sobrenatural. Una leve presencia impregna todo y hace que me pregunte qué tipo de lugar es este. ¿Qué atrocidades se han cometido aquí para que todo despida el hedor del mal? Conforme la luz del sol se escurre entre las negras rocas, la maldad que percibo va in crescendo y supongo que alcanzara su cúspide cuando las sombras cubran toda esta zona.
Por su parte, Thomas y Walter inspeccionan el territorio con los macrobinoculares. De pronto, unas luces se encienden sobre una colina a unos cuatrocientos metros de donde nos encontramos. La colina en realidad es un fuerte. Eso hace que me pregunte: ¿De donde saca los recursos Cuchillo Sangriento? Está claro que no es simplemente una banda. Construir un fuerte escapa a las posibilidades de una simple banda. Nuevamente algo no encaja. ¿Acaso Cuchillo Sangriento trabaja para alguien más poderoso?
El fuerte se alza sobre una gran roca y está construido con el mismo tipo de basalto, de modo que es difícil de localizar a simple vista. En las torres de vigilancia, han encendido unos focos que son lo que nos ha permitido localizarlo. Desde donde estamos, apenas alcanzamos a ver un muro negro con una torre en cada extremo. En cada torre se puede ver con claridad un foco y, con ayuda de los macrobinoculares, una ametralladora pesada y un tipo manejándola. Esto excede con mucho los recursos de un bandido corriente. ¿Quién financia a Cuchillo Sangriento? Aquí hay más de lo que parece…
Bueno, parece que habrá que actuar con rapidez. Nos quedan pocas provisiones y no parece que por aquí haya ningún sitio para reponerlas. Por otro lado, parece que hemos tenido bastante suerte al encontrar el fuerte. Yo creo que lo mejor sería aprovechar la noche para intentar colarnos. Sin embargo, solo tres de nosotros tenemos la habilidad necesaria para escalar los muros del fuerte. Eso supone un gran problema.
Tal vez lo más práctico sería que los compañeros que no pueden trepar, creasen una distracción en un muro, por ejemplo el oeste, mientras el resto intenta trepar por el muro opuesto. Sin embargo, no me gusta la idea de dividir fuerzas. Está claro que, una vez dentro, los que entrásemos tendríamos que intentar abrir las puertas para franquear el paso a nuestros compañeros. Parece que la cosa se pone difícil. Es una pena no tener explosivos para colocar en un lado del muro y crear confusión mientras entramos por el otro lado.
Por otra parte, creo que debería practicar mi poder de clarividencia, por si lo puedo emplear con alguno de los bandidos para conocer algo mejor la distribución de fuerte. Tal vez alguno de mis compañeros se preste a dejarme practicar con él y así saber el alcance y efecto concretos de ese poder…
Lo que está claro es que la situación se presenta mucho más complicada de lo que debiera. Espero que salgamos vivos de esto…
FIN DEL TURNO 11 DE ALEXA.
CHUPUX: RIFTS: TURNO 11:
Día 4 de enero de 104 PA:
Tras reponer provisiones y coger los útiles que nos serán necesarios para nuestro viaje, nos disponemos a emprender la marcha, tras la comida. Espero poder orientarme correctamente y encontrar los vehículos lo antes posible, ya que de lo contrario, nos espera un futuro bastante negro...
Un ruido ensordecedor, truena a lo largo de todo el pueblo. Un enorme vehículo se acerca hacia nosotros, al volante del enorme cacharro, se encuentra Donald, el Operador de Santa Fe. Aparca el vehículo cerca nuestro y nos pide que le ayudemos a cargar el equipo dentro del Mountaineer ATV, sé que se llama así porque Halberd se queda mirándolo con asombro, un montón de jerga técnica, pasa por su cabeza... No consigo entender nada de lo que está hablando, pero parece ser un trasto en condiciones.
Por fin terminamos de cargar todo el equipo, y las provisiones. Donald ha cargado dos barriles, con lo que parece ser un material graso, no sé exactamente para que lo querrá y un gran rollo de cable de acero.
El grupo emprende la marcha, a nuestra partida, los aldeanos parecen preocupados. Saben que si fallamos no habrá marcha atrás... No podemos fallar...
Como siempre voy el último, aunque Walter parece que prefiere hacerme compañía... O tal vez es que no se fía y prefiere tenerme vigilado. De todas maneras, acepto de buena gana su compañía. El trasto en el que va montado me resulta curioso. Parece que da buen resultado, con un trasto así, no retrasaría más al grupo. Además podría tomar el sol que necesito. Tal vez debería de aprender a conducir un vehículo como ese, me parece que se llama motocicleta, o algo así.
No sé a qué se debe, pero me cuesta mucho mantener contacto con los que se encuentran dentro del todoterreno. Donald dice que es porque el coche tiene un grueso blindaje. Donald abre una de las ventanillas para facilitarme la labor, pero el frío y la arena del desierto se cuela dentro del coche. Por suerte para él, Donald, tiene en su haber una armadura medioambiental, que le protege de las inclemencias del tiempo. Claro que él es el único del grupo, y los demás ocupantes del coche, mascullan y refunfuñan ante la situación.
La marcha es larga, y prosigue durante horas. Estoy realmente cansado, la puesta de sol se encuentra a nuestra izquierda, me duelen mucho las piernas. De repente, el grupo detiene la marcha, parece que andan un poco despistados... Me adelanto unos treinta metros por delante del grupo, fijo mi vista en el horizonte, consulto la posición del sol y busco los puntos cardinales. Acto seguido, clavo una de mis rodillas en la arena, me inclino hacia el suelo y cojo un buen puñado de arena del desierto, la palpo y la olisqueo... Sí... Parece que vamos en la dirección correcta... No debemos de andar lejos.
Busco la enorme roca, sobre la que pereció el pobre Arlec. Jimily parece bastante cansado y empieza a murmurar. Tal vez deberíamos parar. Comento al grupo que estamos ya muy cerca. El paisaje ha cambiado, tal vez hayan habido un par de tormentas de arena que habrán enterrado los vehículos. Doy un par de vueltas, alrededor de una roca, que me resulta familiar. Encuentro un extraño objeto metálico de color rojo... Jejejeje... Digo: “Parece que he encontrado el coche... Dadme una pala, que tenemos trabajo...”
Mientras Alexa y Furia montan un refugio para los caballos, le indico a Jimily, el lugar en el que reposan los restos de Arlec. Jimily se muestra muy compungido. Empiezo a cavar para desenterrar el coche. Tras un rato de cavar, el coche emerge por completo... Parece que está en buen estado, al igual que la moto de Maximus. Me dirijo hacia el todoterreno y bebo un poco de agua y me siento... La verdad es que estoy cansadísimo, así que me tumbo boca arriba en la arena, mientras mis compañeros terminan de montar el campamento.
Anochece. Decidimos que es mejor que los turnos de vigilancia sean reforzados, es decir... más tiempo, pero con dos personas vigilando a la vez. Establezco los turnos de guardia de la siguiente manera: 1) Jimily y Donald, 2) Furia y Alexa, 3) Chupux y Walter, 4) Thomas y Halberd.
Alexa parece bastante enfadada, todavía no sé qué es lo que le pasa... Desde la fiesta del día uno se muestra distante y muy molesta con todo lo que hago... Además ahora se supone que soy el “líder”, y eso le ha molestado más todavía, no es partidaria de que exista un líder en el grupo. No sé... no me siento seguro de poder llegar a la altura... No soy un guerrero, ni un mago... En combate no puedo ayudar demasiado... y nuestra misión necesita valientes, no estorbos... Bueno, lo haré lo mejor posible. Caigo rendido completamente, Furia lo va a tener difícil para despertarme cuando me toque el relevo.
Noto como me zarandean. Una voz muy molesta me despierta de mala manera... “Despierta”. Es Furia... le respondo que si ya toca el cambio... tremendamente enfadado, dice que nos han atacado, pero que estábamos dormidos. Inmediatamente le pregunto que si hay alguien herido, pero al parecer no ha pasado nada.
Salgo de la tienda, y me cruzo con Alexa que no me mira... Parece que todos están bastante enfadados. Me voy a colocar la armadura mientras Walter vigila. Me dirijo al Mercedes y pillo los binoculares de Thomas.
La noche está en silencio, poco a poco parece que los seres del desierto vuelven a la actividad normal. Eso me tranquiliza. De repente, Walter da una voz y empieza a maldecir... un pequeño alacrán paseaba cerca de él. Parece que eso no le ha sentado muy bien a Walter, así que le da una patada y lo tira de la piedra, sobre la que él se halla.
La guardia pasa sin más complicaciones. Para pasar el rato, le pregunto a Walter acerca de su moto. Por lo visto se siente muy orgulloso de su cacharro... y empieza a explicarme sobre las reformas que le ha hecho... Yo, por supuesto, no me entero de nada. Tras la larga charla acerca de su moto... con cierto miedo... le pregunto: “Por cierto, Walter... ¿Qué es un carburador?... estabas tan entusiasmado que no sabía si cortarte...”
Walter me mira con cara de sorprendido: “¿No sabes lo que es un carburador?” Sonríe, parece que no le ha sentado demasiado mal... “Es que cuando me pongo a hablar de mi moto, pierdo la noción del tiempo...” Como tenemos tiempo me da algunas nociones sobre las motocicletas, y aunque me entero de algunas cosas, de la mayor parte sigo sin enterarme.
Nuestro turno de guardia finaliza. Me dirijo a la tienda de Thomas, le despierto intentando no sobresaltarle: “Venga Thomas, te toca, aquí tienes los binoculares...”
Me voy a la tienda, Walter, duerme como un angelito, así que prefiero no despertarle. Cojo una manta, me quito la armadura, me dejo la ropa y me enrollo la manta alrededor. Coloco sobre mi cabezota el sombrero, y duermo en un rincón de la tienda. Hace un frío que pela...
Día 5 enero del 104 PA.
Me levanto bien temprano, el frío de la noche es cada vez menos intenso, así que me quito la ropa y la guardo en el petate. Tomo mi desayuno, sólo los que están de guardia permanecen despiertos. Me coloco en lo alto de una piedra para aprovechar mejor los tenues rayos solares, que despuntan por el horizonte. Me siento reconfortado y el cansancio se va disipando poco a poco.
Entro en una especie de letargo, siento paz y tranquilidad... Una sensación de paz interior y bienestar se apodera de todo mi cuerpo... Intento espabilarme, parece que estoy mucho más cansado de lo que parecía. Por poco me quedo dormido, de nuevo...
Alguien me llama, parece que se requiere mi presencia. De un salto, me levanto, y bajo de la roca. Donald está bastante molesto, parece que la gente no se ha espabilado todavía y está pidiendo ayuda para meter la moto de Jimily. Conseguimos meter la moto de Jimily.
Halberd parece que consigue manejar la moto de Max y la coloca encima del todoterreno, atamos la hovercycle con los cables de acero al todoterreno. Donald, se dedica un buen rato a arreglar el rifle de Furia, mientras lo arregla, curioseo un poco a su alrededor. Parece que no le gustan los mirones y me pide que me aparte un poco, ya que le pongo nervioso.
Como no tengo nada que hacer, me dirijo al camión y observo atentamente la moto de Jimily. Me gusta la forma del cacharro, es un trasto que no entiendo, pero parece muy útil.
Durante el desayuno, se sugieren algunos planes, pero al final parece que no llegan a buen puerto. De nuevo, emprendemos la marcha tras el desayuno. Yo ya había desayunado antes que los demás, así que, mientras ellos desayunan, me dedico a vigilar. No se ve ni un alma, este desierto es muy extraño, ni siquiera hay seres vivos, como serpientes o ratas del desierto. Sólo anoche conseguimos ver un alacrán.
La verdad es que el cansancio es cada vez más fuerte. Está claro que no puedo seguir a mis compañeros a pie, durante tanto tiempo. Jimily insiste en que suba al coche, pero dentro del coche no podría tomar la cantidad de sol que me es necesaria para poder vivir. Mis compañeros se dedican a reírse pensando en la idea de comprarme un burro. No respondo al comentario jocoso, me parece ofensivo y de muy mal gusto.
Sigo todo el día bastante enfadado, además bastante preocupado, parece que no hay ningún ser vivo. Me resulta muy extraño. Al cabo de varias horas, llegamos a un extraño lugar. Enormes rocas negras, de origen magmático, se alzan como enormes baluartes de un lugar caótico y olvidado, en el que el único indicio de vida existente son los pobres e incautos viajeros. El lugar es perfecto para cualquier tipo de emboscada. Por lo que durante todo el trayecto estoy muy pendiente.
Comienza a oscurecer, el convoy se para, parece que Jimily ha detectado algo. Thomas salta del todoterreno con cara de preocupación y comienza a buscar con sus binoculares. Me dirijo al Mercedes y me pongo la armadura, cojo el rifle y me preparo para lo peor... Parece que la cosa está muy tensa. Los nervios están a flor de piel...
No aguanto más, me separo un poco del grupo y me pongo a vigilar, al acercarme a dos enormes piedras, veo un rastro en la arena. Parecen huellas de un vehículo, al parecer de dos ruedas, que se dirigen hacia el norte. Llamo al resto de mis compañeros y les explico lo que he encontrado. Alexa avanza decidida hacia las huellas, clava una de sus rodillas en el suelo y suavemente pone su mano derecha sobre las huellas. Creo que está en una especie de trance... Segundos más tarde, se levanta, y se sacude de tierra. Puede ser que estemos en aprietos, las huellas pertenecen a una moto de los de la banda. Mi cuerpo se estremece y tiembla, no es a causa del frío... el viento produce un ruido fantasmagórico, que hace que todas las púas de mi cuerpo, se ericen. La verdad es que estoy realmente acongojado y tengo el impulso de salir corriendo, pero las piernas no me responden. Lo único que puedo hacer es mirar en todas direcciones. Esta noche va a ser movidita, todos los del grupo están muy nerviosos.
Organizamos los grupos de guardia para que ninguno sea demasiado débil, serán turnos dobles, con el fin de reforzar la vigilancia. Mi turno es el último, junto a Thomas. El viento creo que no me va a dejar pegar ojo en toda la noche.
Thomas y yo montamos la tienda de Maximus y nos cobijamos dentro. Intento dormir un poco, aunque el ruido del viento me lo pone difícil.
El tiempo pasa casi sin darme cuenta. Noto como una voz me llama, es Furia, que pide el cambio de guardia. Me levanto y me pongo la armadura, el viento sigue soplando, y me pone muy nervioso. Despierto a Thomas, que se levanta de mala gana y refunfuña. Salgo de la tienda y me siento sobre una piedra. Preparo el rifle y dejo el vibrofilo a mano, por lo que pudiera pasar. Pasa un buen rato y Thomas se aleja para excretar sustancias de su organismo. Cojo sus binoculares y presto atención.
Instantes después noto como Thomas da un grito de terror. Me acerco lo más rápido posible con el rifle en una mano y el vibrofilo en otra, su piel está blanca... y parece catatónico. No se mueve, ni gesticula palabra, su mente es un torbellino y lo único que puedo ver claramente es una imagen que se parece a un Worm Wraith. Giro a mi alrededor, y llamo a los demás compañeros. Thomas parece que va volviendo en sí, y dice que ha sido una falsa alarma, e intenta quitarle hierro al asunto. No me fío, la otra vez lo subestimamos y no escapamos demasiado bien.
Alexa utiliza sus poderes y detecta claramente una presencia maligna, que se aleja en dirección sur. Nadie del grupo puede volver a conciliar el sueño. De repente algo muy extraño empieza a suceder, todavía sigo tenso, pensando en el Worm Wraith, cuando un fogonazo de luz refulge cerca... Miro y veo a Halberd que ataca a Alexa con un cacharro, parece un chisme de señales. No sé qué pasa, así que me hago el despistado y le leo el aura a Halberd, parece normal, salvo que está muy molesto y enojado. Me coloco entre Halberd y Alexa e intento tranquilizarlos, pero lo único que consigo es que Halberd me aparte de un empujón. Me levanto del suelo, y me sacudo la ropa. Parece que al menos la gresca se ha calmado.
Día 6 de Enero del 104 PA:
La noche deja paso a un día no menos ajetreado, la verdad es que el desayuno es bastante corto. Todos miramos sobre el hombro del compañero que tenemos delante y todos estamos muy nerviosos. Tenemos muchas ganas de irnos, cuanto antes mejor...
Las huellas que encontré nos llevarán hasta la banda, estoy seguro. Esta vez no puedo seguir a pie, por lo que le pido a Walter que me deje montar en su cacharro. Parece muy sorprendido, al igual que el resto del grupo. Pero a mí me da lo mismo...
Me cuesta mucho mantener contacto con mis compañeros, el blindaje es muy grueso. De repente, se produce una maniobra un tanto brusca por parte de Jimily, que hace un giro de 180º y está a punto de chocar con el todoterreno de Donald. El coche da un par de vueltas y milagrosamente, no hay ningún herido. Me bajo de la moto y voy corriendo a socorrer a los ocupantes del coche. Afortunadamente, sólo me necesitan para ayudarles a salir. Entre todos y con mucho trabajo le damos la vuelta al coche. Hacemos un cambio de conductor y nos dirigimos hacia un lugar que nos ha señalado Thomas, al parecer ha visto un brillo a lo lejos.
Poco a poco los ánimos se calman y todo va volviendo a la normalidad. La verdad es que yo sigo bastante nervioso y no dejo de mirar en todas direcciones. El día pasa en relativa tranquilidad, marchamos durante horas. Por fin llegamos a la zona en la que Thomas vio el “resplandor”.
Walter sugiere que deberíamos esconder los vehículos y seguir la marcha a pie, por mi parte estoy de acuerdo. Es mejor ir a pie y sigilosos. Una enorme roca se sitúa frente a nosotros tras un trecho de viaje a pie. Varios compañeros deciden subirse a la roca, para observar. Yo no soy un buen escalador, por lo que decido quedarme abajo junto a Furia, Donald y Jimily.
Voy leyendo la mente de Thomas, y diciendo a los compañeros que se sitúan junto a mí lo que están descubriendo. Al parecer, hay una enorme base encima de una roca.
La roca tiene unos treinta y cinco metros de altura y un muro hecho del mismo material que la roca de unos cinco metros de altura, más o menos... Un auténtico fortín... Dos torres de vigilancia se alzan en la roca. Por lo visto tienen dos potentes focos y un nido de ametralladora por torre.
El resto de mis compañeros bajan de la piedra y nos agrupamos para discutir planes... También se plantea el problema del agua. A mí no me importa compartir el agua con el resto. Puedo sobrevivir bastante tiempo sin agua y sin comida.
Acciones futuras:
Con respecto a mi plan es el siguiente:
Jimily podría coger su moto y alejarse un par de kilómetros. Enviar desde un lugar una señal falsa de socorro y volver dando un rodeo, si es necesario me ofrezco voluntario para acompañarle. Mientras, el resto del grupo aprovechará la salida de los bandidos para asaltar la base, e intentar ocuparla lo antes posible. Una vez conseguida la fortaleza nos reagruparíamos y lucharíamos con los que salieron desde la fortaleza. El plan es bastante difícil de ejecutar. El plan de Thomas, tampoco parece malo. Que el grupo escoja el que considere más oportuno.
FIN DEL TURNO 11 DE CHUPUX.
Donald Zimmer: Rifts: Turno 11.
Hoy, día 4 de enero del año 104 PA, parece un día como otro cualquiera, pero no lo va a ser. Empiezo el día levantándome antes de la hora de siempre y reflexiono un rato hasta que tomo una decisión: acompañaré a los aventureros si me quieren con ellos, no voy a dejar que unos extranjeros vayan solos a luchar contra lo desconocido y menos para salvar a nuestra querida María. Me siento útil para el grupo, no como guerrero, sino como Operador que puede ayudar a reparar cosas necesarias.
Siempre me ha gustado arreglar cosas y lo relacionado con la ciencia y la tecnología. Desde pequeño estuve muy interesado en todo eso, hasta el punto que mis padres me enviaron a Santo Tomas para estudiar allí. Después de muchos años de trabajo en Santa Fe, con una vida monótona y relajada, renuncio a mi anterior vida, quizás porque me sentía vacío de algo que necesitaba llenar, y esto quizás me ayude.
Después de estos pensamientos ofrezco mis servicios a los aventureros, que me aceptan con entusiasmo. La verdad es que han tenido muchas bajas últimamente. Empiezo a cargar mi Mountaineer ATV, al que llamo cariñosamente “el triciclo”. Meto bidones con diversos fluidos que son útiles para mi trabajo y el cable de acero que usaron el Juicer y el Wolfen hace unos días.
Todos se asombran de mi vehículo. Me siento orgulloso de ello porque tiene muchas modificaciones que he hecho con mis propias manos. Tras la carga empezamos la marcha, algunos de mis compañeros han montado en los asientos de mi ATV, Halberd delante, a mi lado, y Thomas detrás. No conozco el camino y Chupux nos lo transmite telepáticamente a todos. Abro la ventanilla para que la comunicación sea mejor. Podría seguir a los compañeros que van delante, pero no me fío mucho de su sentido de la orientación. Mis acompañantes se están congelando, pero yo para evitarlo cierro mi armadura y me disculpo, pero es necesario ir así para poder guiarnos. Llegamos por fin al lugar donde están enterrados los coches. Preparamos el campamento y distribuimos las guardias. Me tocará la primera junto a Jimily.
Cenamos algo y todos se van a dormir excepto Jimily y yo. Activo mi radar y la radio para comunicarme con el mercenario. Después de un rato de pesada guardia mi radar detecta algo. Es un objeto volador que se mueve a gran velocidad. Aviso a Jimily que es el primero en verle. Bajo del coche y doy la alarma con sonoros gritos.
¡¡¡¿¿¿Qué demonios hace Jimily???!!! ¡¡¡Acaba de disparar a mi coche!!!
Los que se despiertan comienzan a defenderse y yo preparo mi pistola para acabar con la bestia. Se ha cebado con Jimily, le acosa incesantemente. Al ver al monstruo claramente me quedo petrificado unos instantes. Hago unas cuantas recargas y disparos sucesivos, jamás hubiera imaginado que tenía tan buena puntería. Pero al final, es Furia quien acaba con el horrendo bicho. Las guardias siguen como estaban, y la noche pasa sin incidentes.
A la mañana siguiente, preparamos todo para salir. La moto del Wolfen la subimos a lo alto de mi coche y la atamos con el cable de acero. La moto de Jimily entra perfectamente en el compartimento de carga y él se ofrece a conducir el Mercedes.
Volvemos a tener otro día de larga marcha por el caluroso desierto. No hay ningún problema, cosa que me extraña bastante... hasta que vemos unas rocas muy raras. Son unas rocas tan raras que empiezan a minar la moral del grupo. El sol cae en el horizonte y comento que deberíamos acampar ya.
Chupux ha visto algo, son huellas de moto, parece que vamos por el camino correcto. Otra vez volvemos a establecer las guardias y vamos a dormir. No ocurre nada hasta que en el turno de Chupux y Thomas se detecta una extraña señal. Nos ponemos todos en pie de guerra, me estoy empezando a poner nervioso. Halberd y Alexa tienen una pequeña discusión, con fuegos artificiales incluidos...
Otro día más... estos últimos días están pasando muy rápido. La noche ha sido muy mala, nadie ha pegado ojo y tengo muchísimo sueño. Recogemos todo con aire somnoliento y marchamos otra vez.
Los que pueden dan una cabezada en los asientos de los vehículos. En un momento dado Jimily hace una maniobra violenta y se dirige hacia mí, le esquivo como puedo y me doy la vuelta para ver cómo el coche vuelca. Al parecer, en el cuerpo de Jimily había un espíritu que le poseía. Tras varias horas de camino paramos y ocultamos los coches.
Sospechamos que la base enemiga puede estar cerca. Vamos a pie y los que pueden suben a una roca alta. Yo simplemente sueño en poder hacerlo, ni siquiera lo intento. Los que están arriba otean con sus macrobinoculares, pero no ven nada hasta que cae el sol y unos focos se encienden en lo alto de una de las rocas. Ya hemos encontrado la base de la Banda del Cuchillo Sangriento... la batalla será muy dura...
Acciones Futuras.
Después de leer los demás planes creo que hace falta una tercera opinión para mejorarlos. Me ha parecido genial la idea de hacer salir de la base a parte de los hombres con la treta de la llamada de socorro. Yo podría encargarme de eso y cuando vea que el enemigo ha mordido el anzuelo escaparé, dando un rodeo para evitarles (me puedo ayudar con el radar). Jimily debería encargarse de los guardias de las torretas. Los demás se dividirán en dos grupos, uno entrará por donde salieron los de la banda y otros escalarán las paredes una vez que los centinelas hayan muerto. Cada grupo debe llevar una radio y alguien que sepa usarla para coordinar los movimientos de todos.
Donald Zimmer.
Maximus Claw sobrevivirá...
Jimily: Rifts: Turno 11:
Salimos de Santa Fe, ¡¡Ay, Arlec, qué aventuras me esperan, ojalá estuvieras conmigo!!! Antes de irme intento hablar con la gente de la zona, saber cuáles son los peligros de esta zona, sus leyendas. Saber qué nos podemos encontrar. Es un día tranquilo, no me fío mucho. Voy con mi moto, no voy muy deprisa. Veo que Chupux se queda atrás, qué lento. Bueno, voy a buscarle y le digo que sería mejor que se montara en la moto de alguien, la de Walter sería fantástica. Después de un duro día por el desierto, les digo.
Jimily: - ¿Paramos aquí? -
Chupux: - Los coches están cerca, mejor descansamos allí. -
Jimily: - De acuerdo. -
Vamos, pronto estaré en tu tumba Arlec, pronto. Llegamos a un sitio, hay dos vehículos, los limpiamos un poco. Voy donde la tumba de Arlec dejo unas flores, de pronto noto una luz, calor, ¿qué es?
Hola, soy yo, tu amigo.
Jimily: - Tú estás muerto, ¿por qué? -
Arlec: - Era el destino. -
Jimily: - No quiero que mueras, quiero que pasemos aventuras juntos, como con las gemelas, te acuerdas. -
Arlec: - Jajaja. ¿Cómo está Pía Duncan?, aaaaa... -
Jimily: - En Santo Thomas, trabajando como curandera, le he dicho que me voy de aventuras, casi me mata, no le gustas, jajajajajaja. -
Arlec: - Jajajajaja, como siempre. -
Jimily: - Quédate a mi lado, no podré hacerlo yo solo. -
Arlec: - Tengo que irme. -
Jimily: - No, por favor quédate a mi lado. -
Arlec: - No puedo mantener esta forma siempre, no tengo cuerpo. -
Jimily: - Entra en el mío comparte mis experiencias, mis aventuras que tenían que ser las tuyas. -
Arlec: - No sé, no es mi vida. Es tu vida... -
Jimily: - Yo nunca hubiera llegado aquí sin ti, ¡por favor! -
Arlec: - Me quedaré de momento, hasta que estés a salvo, entonces cuando dejes de tener aventuras me iré. -
Jimily: - ¡Perfecto!
Cuando vuelvo al campamento, veo que ya lo han montado todo, Chupux empieza a decir quién hace guardias, nadie se opone. Algunos del grupo decidimos cambiar las guardias para hacer que siempre haya un luchador y un mago o psiónico.
Jimily: - Donald, ¿tienes aparatos de detección? -
Donald: - Sí, espera un momento. -
Coño. Si tiene un radar en el coche, Donald baja un momento y dice:
Donald: - ¿Qué te parece? -
Jimily: - ¡Una pasada! -
Que aburrido, no pasa nada interesante, todo está oscuro, me voy a poner los Macrobinoculares de Thomas, coño que es ese punto negro a lo lejos.
Donald: - ¡Viene algo! -
¿Qué es? Mi adrenalina sube, los nervios me afectan, Arlec: tranquilízate... tienes que mantener la calma coge el arma y dispara fuego...
Cojo el cañón de Arlec, lo voy a matarrrrrrrrr, mierda qué pasa, he fallado. Ups, le he dado al coche de Donald. ¿Cómo le voy a explicar que le he dado a su vehículo?
Arlec: Tranquilízate.
Mierda, lo tengo encima.
Arlec: Aguanta, pon los pies bien como aprendiste en la escuela de mercenarios.
No me va a tirar, le voy a freír. Muere. ¿Cómo puede esquivar mis disparos?
Arlec: Concéntrate, recuerda...
Le voy a matar, sí, le he dado. ¡Pero cómo me esquiva! No puede ser. Me ha dado otra vez, me ha roto mi armadura carbón.
Arlec: Haz el salto mortal no pienses en nada.
Salto por los aires, giro, mi adrenalina sube como me gusta, entro en el escudo psiónico.
Arlec: Aquí estarás seguro.
Disparo, me esquiva. ¿Cómo lo hace si es enorme? No puede hacerlo.
Se cae. ¿Quién le ha dado? No he visto que nadie disparara. Mira, Furia se prepara, le ha dado. Sí, bien Furia.
Miércoles, día 5 de enero del 104 PA:
Me levanto voy hacia la tumba de Arlec para darle las gracias, coño que nos pasa...
Jueves, día 6 de enero de 104.PA.
¿Qué hago aquí, donde estoy, cómo he llegado aquí? ¿Qué hago al volante de un coche si no sé conducir, si esta al revés? Abro una ventanilla, salgo. ¿Qué pasa? Qué dolor de cabeza, ¿qué ha pasado? No recuerdo nada de nada.
Arlec: Jodido suicida, lo siento no he podido hacer nada.
Alexa: - ¿Qué ha pasado, cómo te encuentras? Te habían poseído. -
Jimily: - ¿Cómo? No entiendo nada. -
Alexa: - Déjame terminar, sacaré también a Arlec. -
Jimily: - No. Arlec tiene permiso, sólo está de paso. -
Alexa: - Vale. Vale, tú sabrás lo que haces. -
Halberd: - Deja en paz a todo el mundo tú y tus exorcismos. -
Walter: - ¿Me ayudáis a dar la vuelta al coche? Será mejor que conduzca yo. -
Jimily: - ¡Si yo no sé conducir!
Walter: - Pero si llevas dos días haciéndolo. -
Jimily: - Yo no... -
Me monto en la moto de Walter creo que será mejor, para todos.
Vemos una fortificación, dejamos los vehículos escondidos detrás de una roca. Cojo mi rifle de francotirador y mi rifle normal, me podría hacer falta. Recargo mi armamento, no quiero que me pase nada malo. Nos acercamos.
Acciones Futuras:
Buscar una buena cobertura, instalar la arma de Arlec.
Hablar del plan.
Con mi rifle de francotirador apuntar a los de las torres de vigilancia desde una zona con cobertura (unas rocas grandes).
LOBO SALVAJE: RIFTS: TURNO 11:
Miércoles, día 5 de enero del 104 PA:
Es un día especialmente seco y me dispongo a un día de caza en el desierto, las provisiones son escasas y esta es una época de necesidad. Además aun no sé cuándo se levantará la siguiente tormenta de arena, en esta zona son especialmente fuertes. Monto en mi fiel caballo, Viento ligero, el único que aún me es fiel. Mis pensamientos como cada mañana viajan a Fort Apache con los que una vez eran los míos, los Apaches, ahora por razones superficiales y xenofóbicas me rechazan e incluso odian.
El espíritu del lobo me guía y me lleva a mi presa a lomos de mi fiel montura, un búfalo de enormes proporciones se ha descolgado de su manada y vaga solo y sediento por el yermo desierto. Pronto se percata de mi presencia porque yo así lo quiero. Lentamente detengo mi montura y con un cuchillo entre los dientes salto violentamente al suelo. Esto sobresalta al animal, que me mira con los ojos inyectados en sangre. Una de sus patas traseras se mueve indicándome que está dispuesto a embestirme, lo hace y yo espero el momento justo de echarme a un lado y subir de un brinco a su grupa abarcando con mi brazo su ancho cuello, el cuchillo está ya en mi mano izquierda dispuesto a cortar la yugular de la criatura y lo hace expulsando tras un profundo corte sangre oscura y en abundancia. El animal comienza a perder velocidad y al momento cae, haciéndome saltar a un lado en una aparatosa voltereta que me devuelve la verticalidad y así acaba la caza, yo de pie y mi presa tras de mi desangrándose en el suelo.
Me acerco a mi victima para rematar la faena y el, hasta hace un momento, enérgico búfalo, deja de sufrir. Para cuando regreso a casa, una caverna bajo una sólida duna, va anocheciendo en el desierto. El día ha sido largo, pero productivo.
Antes de relajarme al sueño purificador rezo como cada noche a los dioses para que me deparen un destino mejor, pero noto algo raro, como si los dioses quisieran hablar conmigo. Los elementos me indican que algo va a suceder. El lobo no está tranquilo y aúlla en el desierto. Una señal dibujada en las estrellas me dice que esta noche es una noche destinada a la vigilia: un sacrificio que todo adorador del tótem del lobo hace según las antiguas tradiciones. Velo la noche para que el espíritu del lobo descanse, así se cuidan los miembros de la manada entre ellos.
Tras unas horas, mi meditación queda rota por un grito en la noche, algo que no oía en todos los meses de aislamiento que llevo en el desierto: un grito humano. Ante una posible amenaza, cojo mis armas y me equipo para la guerra como antaño me enseñaron en mi tribu, y me dirijo hacia el origen del sonido. Mis pasos son silenciosos, acolchados por mis botas de piel de búfalo y me acerco sin problema al campamento intruso.
Un fuego me aclara la vista para ver a un grupo de viajeros formado, en su mayoría, por gente de ciudad, entre ellos reconozco las caras de alguno de mis visitas a DarkGate.
Durante un rato me arrodillo en la oscuridad y escucho, parece que han tenido un contratiempo, discuten sobre abandonar una misión, pero al fin acuerdan en seguir adelante. Parece que pretenden asaltar la fortaleza de Cuchillo Sangriento, según todo el mundo sabe los responsables de la miseria de Aquiles. Algo en mi interior me pide entrar y unirme a ellos, ese algo es lo que me hizo perder a mi tribu. Esa afinidad por la gente extraña y la búsqueda de metas mas allá de la tribu. Así que decido volver para continuar con la vigilia del lobo, lo he dejado desprotegido unos minutos y eso no es digno de mi tótem.
En poco tiempo llega el día y mi curiosidad no puede aguantar el coger mi caballo y seguir el rastro de los extranjeros. Me es fácil seguirlo ya que es reciente y parece que no quieren ocultarlo, así que tras poco cabalgar llego a donde esperaba: al territorio de la brutal banda de Cuchillo Sangriento. Enseguida veo que han ocultado de la fortaleza sus medios de transporte así que yo hago lo mismo dando un rodeo para no ser divisado desde ninguna torre, como ya he hecho muchas veces cuando he pasado por esta zona evitando problemas.
Entonces me decido a ascender a donde supongo que se encuentra la entrada a la fortaleza con la esperanza de encontrar a los asaltantes y ofrecerles mi ayuda por el bien de la región y pidiendo perdón al lobo por mi falta de fuerza de voluntad en respetar cualquier tradición que pueda haber roto.
Mi corazón palpita con nerviosismo tanto por la inminente lucha que posiblemente se avecina como por el miedo de no ser aceptado por el grupo al que ofrezco mi ayuda, las dudas me invaden...
- Me acercaré a los aventureros y hablaré con ellos, explicándoles qué hago exactamente aquí. Ni siquiera yo lo sé muy bien, pero lo que sí sé es que quiero ayudar a acabar con la banda que es un cáncer para nuestra región.
- Me ofrezco voluntario para casi cualquier cosa y estaré donde más se me necesite, si tengo que entrar como distracción en primera línea iré a la batalla con mi tomahawk en mano y con el nombre de mi tótem como grito de guerra. Si me necesitan como apoyo cogeré mi rifle láser y protegeré al que vea que lo necesita empezando por los más débiles de la manada (digo del grupo).
- Usaré sin dudarlo mi fetiche de curación cuando se necesite con la esperanza que ningún aliado de batalla perezca en el combate.
- Antes de ir a ningún otro sitio (si se tercia) regreso a mi antiguo “campamento” y me aprovisiono de comida, de la que cazo, y de agua.
FIN DEL TURNO 11 DE LOBO SALVAJE.
Maximus Claw: Rifts: Turno 11:
... Más negrura... El negro me rodea.... Caigo en un pozo sin fondo. Siento un gran malestar... Comienzo a ver algo... Todo está muy borroso.
Por fin veo algo, es un rostro humano, es mi maestro Clark Dalton. Ahora empiezo a recordar todo, estaba recogiendo unas frutas en lo alto de un árbol y me caí de él. Tengo algo de sangre en la cabeza y estoy un poco mareado, pero por lo demás creo que estoy bien.
Mi maestro me trata con ese afecto paternal que siempre le ha caracterizado, se preocupa por mí constantemente. Me recuerda siempre que soy el elegido para salvar al mundo. Cuando me cuenta esa historia no le hago mucho caso, me dice que seré el elegido siempre que pueda sobrevivir y llegar a la gran batalla, si antes de llegar ese momento muero, será el fin del planeta Tierra y que debo aprender todo lo posible para proteger a los humanos.
No le entiendo muy bien, solo soy un Wolfen adolescente muy curioso por la vida, pero tengo un objetivo muy claro: ser el mejor cyberknight del mundo. He tenido este pensamiento desde la muerte de mis padres. A las pocas semanas de aquel desgraciado hecho apareció por el poblado Wolfen un caballero que deambulaba sin destino fijo, le pregunté si le podía acompañar y aprender de él. El paladín aceptó, parecía deseoso de transmitir sus conocimientos, yo era un aprendiz incansable, siempre quería saber más.
Abandoné el poblado con mi maestro, pero les prometí que volvería otra vez antes de convertirme en cyberknight. Mis familiares me dijeron que cuando yo regresase tendrían recaudada una cantidad de dinero para comprarme un equipo genial.
Mi maestro Clark es un cyberknight que ha perdido su razón para luchar, no tiene motivos para seguir luchando como lo ha hecho hasta ahora a favor de los débiles. Por el contrario, piensa que haría mucha más labor para el mundo si consiguiese nuevos cyberknights para que defendiesen la perdida causa del Código de Caballería.
Yo soy uno de esos nuevos caballeros, pero Clark dice que tengo un don único, que tendré que desarrollar más durante el resto de mi vida. Ese don es el de la Esperanza, uno de los valores que más han sufrido en esta dura época. Y tal vez sea cierto, no sé si por mi mentalidad infantil o por algún otro motivo, siempre tengo la confianza en que los problemas se solucionarán.
Hoy, mi maestro me enseña a no esperar que los problemas se solucionen solos, sino a solucionarlos yo. Para ello aprendo a luchar, a manejar las armas, a conducir vehículos... además tengo ciertos poderes psíquicos que me ayudarán en mi empresa.
Por fin ha llegado el momento... hoy aprenderé el Código de Caballería y todo lo que implica. Mi maestro recita de memoria el código completamente mientras yo escucho atentamente:
Vivir:
Vive la vida de forma que sea digna de honor y respeto.
Vive por la libertad, la justicia y todo lo que es bueno.
Juego Limpio:
Nunca ataques a un enemigo desarmado (ciertos enemigos cuentan como “siempre armados”, por ejemplo monstruos, demonios, y hechiceros capaces de usar su magia).
Nunca uses una espada psíquica contra un oponente que no sea igual en el ataque (esto se refiere a no atacar a un oponente usando armas superiores a las que él está usando).
Nunca cargues contra un oponente desmontado (de nuevo esto se refiere a no abusar de la propia fuerza contra un oponente inferior, además de su aplicación práctica en los torneos entre caballeros).
Nunca ataques por la espalda.
Evita el engaño (sólo está justificado engañar a enemigos malvados o egoístas cuando sea necesario para hacer el bien, pero un ciber caballero jamás presume de estos actos poco honrosos).
Evita la tortura (en raras ocasiones puede ser necesario extraer información de un oponente maligno para salvar la vida de inocentes, de nuevo un caballero no se siente orgulloso de estas drásticas medidas y nunca actúa con crueldad innecesaria).
Nobleza:
Exhibe autocontrol.
Muestra respeto a la autoridad (siempre respeta las formas de gobierno de las localidades que visita, siempre que no sean claramente malignas, sin imponer su criterio o valores).
Obedece las leyes si estas no contravienen los derechos de la vida.
Administra justicia.
Administra compasión.
Protege a los inocentes.
Respeta a las mujeres.
Valor:
Exhibe coraje en palabras y obras.
Defiende a los débiles y a los inocentes.
Lucha por un ideal, como la libertad.
Lucha con honor.
Venga las injusticias.
Nunca abandones a un amigo, aliado, o una causa noble.
Honor:
Mantén siempre tu palabra de honor.
Mantén siempre tus principios.
Nunca traiciones una confianza o a un camarada.
Evita la mentira.
Respeta la vida.
Honra a toda la vida.
Respeta todos los estilos de vida.
Cortesía:
Exhibe modales (son un ejemplo de civilización en un mundo con demasiada barbarie).
Sé educado y atento.
Respeta la hospitalidad, las mujeres y el honor.
Lealtad:
A tus principios y a tu corazón.
A tus amigos y a quienes han depositado su confianza en ti.
Al Código de Caballería.
Clark termina con un suspiro de nostalgia. Intento recordar el código y compruebo que lo sé de memoria, no sé cómo, pero el texto está grabado en mi mente y nunca podrá ser borrado. Después de esta escena tan emotiva, mi maestro me recuerda que soy el elegido, que debo ser el mejor cyberknight del mundo, y no debo dejarme morir.
...Ya lo noto... la negrura está desapareciendo... Un blanco eterno empieza a rodear todo... Siento menos dolor... No quiero morir... ¡¡¡NO QUIERO MORIR!!!
Maximus Claw.
Fuerza y honor.
Thomas: Rifts: Turno 11:
Día 4 de Enero.
Me encuentro en el Salón, terminando de comer junto a mis compañeros y amigos del alma, se han convertido en mi familia y en lo más importante de este mundo. Hay un silencio en la mesa, seguramente a causa del viaje que vamos a realizar en cuanto terminemos de comer.
Yo me encuentro pensativo, como es costumbre en mis últimos días, estoy llegando a comprender lo importante que es todo esto. En este viaje está previsto o se intuye que nos enfrentaremos a la banda del “Cuchillo Sangriento”, y se les nota en sus miradas y comportamiento la responsabilidad que pesa sobre ellos, de hacerlo bien. Yo estoy empezando a sentir lo mismo, pero necesito algún motivo o causa para involucrarme definitivamente. Quizás lo encuentre en este viaje, quizás esté mi fin, parte de mi futuro se encuentra en él, seguro que encuentro respuestas y salgo de dudas.
Ya hemos terminado de comer, me levanto de la mesa y me voy a preparar mis cosas porque hemos decidido salir en inmediato para llegar esta misma noche al lugar donde dejamos los vehículos. Yo estoy de acuerdo y me parece bien la decisión de llegar cuanto antes mejor. Me marcho sin decir nada.
Subo a mi habitación a por mis cosas, me aseguro de que está todo y que llevo lo necesario e imprescindible. Lo único que me falta es el agua, llenaré mis cantimploras de la fuente que hay en la plaza. Antes de salir, rezo un poco en una pequeña capilla que hay en el pueblo. Soy creyente del Cristianismo que, por lo que he podido averiguar, su dios se llama Yahveh. Yo tengo fe en los dioses.
Al llegar a la plaza, que es donde decidimos reunirnos para salir, me quedo sorprendido con el magnifico Mountaineer ATV de Donald, la verdad es que impresionaba y me sentía privilegiado de poder disponerlo para el viaje.
Yo voy sentado en la parte trasera, sin nadie al lado. Los habitantes con el alcalde a la cabeza se presentan en nuestra salida, con caras serias y alargadas, ninguno de mis compañeros mira hacia atrás para despedirse, todos estamos muy serios y callados. Se parece a un entierro, ¿será una premonición?
Ahora me siento con mas presión encima, toda la de un pueblo esperanzados en que no fracasemos y deseando un final feliz de esta pesadilla que están viviendo. Cosas como la lucha por liberar a una región de sus tiranos y la libertad son las que necesita uno. A mí no me gustaría tener restricciones en mi vida, ¿por qué las van a tener otros?
Una vez en marcha, y después de llevar un rato en camino me di cuenta de lo cómodo y confortable que era el coche, y sobre todo seguro. Vamos, que no tenía ninguna queja al respecto, hasta que tuvieron que bajar una ventanilla del coche. Hacía mucho viento y frío fuera por lo que entraba bastante por la ventana, aunque me tenía que conformar porque lo hicieron para facilitar la comunicación telepática con Chupux, ya que como el coche tenia un espeso blindaje pues no podía captarlo bien. Ahora nos podemos comunicar mejor con Chupux, que no va tan cómodo como yo.
Pasan las horas del viaje intercambiando opiniones con Halberd. Ya empezamos a ver la puesta del sol en el horizonte por la ventanilla de la izquierda, la puesta del sol es preciosa, pero da la bienvenida a la noche, y en ella se encuentra el peligro y el misterio.
Cuando estábamos a punto de parar porque no llegábamos al lugar donde dejamos los vehículos, Chupux los encontró, tuvimos que desenterrarlos un poco, pero se encontraban en buenas condiciones y lo más importante, que no habían sido robados. Personalmente me aseguré que el Mercedes estuviera bien por dentro.
Preparamos el campamento, le dejé a Jimily mis macrobinoculares infrarrojos para que los ponga en lo alto de la roca, para que quien esté haciendo vigilancia lo utilice o al que le haga falta, como me hizo falta a mi en la última batalla.
Halberd y yo nos quedamos esa noche en la tienda que pertenecía a nuestro compañero inolvidable Arlec, es mucho más cómoda que el asiento trasero del coche.
Esta vez vamos a hacer turnos dobles, o sea, de dos personas y de dos horas. A nosotros nos ha tocado el último turno. Para las 10 o 10:30 ya habíamos terminado de cenar, que para no variar era comida de lata. Después me acosté en mi saco y me dormí.
Sobre las 5 o las 6, no recuerdo bien, nos despertó Chupux para decirnos que era nuestro turno. El terreno estaba cambiado, pero como era de noche no le di mucha importancia, me fui hacia el puesto de guardia y pasé las dos horas leyendo mis manuales y libros de hechizos, a ver si sigo avanzando en mi aprendizaje con la magia que es todo para mí y necesito aprender rápido.
A la mañana siguiente me contaron que habían tenido una batalla con un bicho, que yo dormía profundamente y no me pudieron despertar, pero que dentro de lo que cabe había salido bien y podíamos continuar.
Miércoles 5 de Enero.
Recogemos el campamento, recojo mis cosas. Halberd y yo recogemos la tienda donde pasamos la noche. Después me puse a desayunar. Mientras desayunamos decidimos hacia donde vamos a dirigirnos, después de varias opiniones decidimos seguir esta ruta, parece ser una buena pista que nos llevara a “buen” puerto. Todos estamos de acuerdo incluyéndome yo. Que hasta ahora me he dedicado a seguirlos.
Hacia las nueve emprendemos la marcha hacia donde hemos comentado, por primera vez me toca de copiloto en un coche. Voy junto a Jimily en el Mercedes. Parezco más importante. Se ve de otra forma el camino.
No he visto un alma en todo el día, ¡ni siquiera a un puto animal!. Ya estoy harto de arena y dunas. A medida que avanza el día, vamos entrando en un terreno más terroso y pedregoso con algunos cactus en él, hasta llegar a un terreno de pilares y columnas de rocas negra. Vaya cambio, esto me llamó la atención, pero tampoco le di mucha importancia. Nos oscurece con este paisaje, que por de noche resulta inquietante. Es que son de todos los tamaños, desde enormes piedras que se me pierde la vista en ellas hasta otras menores y pequeñas, desde afiladas y puntiagudas hasta redondas o planas y están por todas partes. Si antes sólo veíamos arena ahora sólo vemos rocas negras.
Paramos la marcha, me bajo del vehículo a inspeccionar el terreno con mis macrobinoculares, pero no encuentro ningún peligro, como suponía.. Me doy cuenta de que el grupo se empieza a poner nervioso, parece que les ha entrado pánico por algo. Pero les vuelvo a repetir que aquí no hay ni un alma, que no hay nada que temer. Parece ser que a causa del paisaje y del viento.
Mis compañeros han descubierto unas huellas de moto, que van hacia el norte y que al parecer son de la banda que estamos persiguiendo.
Ya casi ha oscurecido y no es aconsejable continuar la marcha, por lo que montamos el campamento en este lugar. A demás estamos ya cansados de todo el día y tenemos hambre por lo menos yo, supongo que mis compañeros también.
Vaya sitio para acampar, se ha levantado viento, y hace un extraño ruido entre las rocas que atemoriza a cualquiera. Les recuerdo que hay que montar doble guardia de nuevo. Esta vez me toca compañía con mi gran amigo Chupux, pero nuevamente en el ultimo turno. Dormiremos en la tienda de Maximus que tampoco está nada mal.
Después nos ponemos a cenar y luego como es costumbre a descansar y dormir en mi saco después de haber conversado un poco con Chupux.
No se puede dormir mucho por el ruido que hace el viento, pero el cansancio que tengo puede más y consigo dormirme.
Me despierto para hacer guardia, que aprovecho para orinar por lo que me alejo un poco... pero de repente me sube un escalofrío por el cuerpo y el pánico se apodera de mí, esto ocurre cuando veo una siniestra figura con gabardina y sombrero de cowboy, fue una sensación terrible. Mi manera de reaccionar fue dar un grito, que Chupux escuchó y vino enseguida, me pregunto: ¿qué te ocurre? Y le conté lo que había visto, pero que seguramente era una visión mía y no le quise dar mucha importancia. De todas formas él despertó a todo el campamento, Alexa detectó la emanación de una presencia maligna que se alejaba para el sur.
Era lo que me faltaba para no dormir, no estuve tranquilo en toda la noche, desde ese momento estuve en máxima alerta. Es más hasta tuve un bajón de moral y estuve planteándome retirarme y darme la vuelta dirección mi casa, tengo que reconocer que estoy pasando el peor momento de mi “corta” vida en este extraño mundo...
Jueves 6 de Enero.
A las 8 de la mañana ya estábamos en camino, pero antes de eso estuvimos desayunando, mientras tanto discutíamos el camino a seguir. Al final me convencieron para seguir con ellos y no volverme. Todos estuvimos de acuerdo en seguir hacia el norte, o sea, seguir las huellas de motos. Todavía seguía intranquilo por lo sucedido. Después de desayunar recojo la tienda de Maximus. Cuando todos están listos partimos.
Esta vez me toca ir en el asiento de atrás del vehículo de Donald, pero han decidido que es mejor que vaya ahí solo para que me relaje y se me pase todo. Tengo que dar las gracias a mis compañeros por su apoyo de alguna manera.
Cuando ya estaba empezando a relajarme, Donald da un volantazo para no chocar con Jimily, no veas el repullo que me dio, pero al final no pasó nada. Por lo visto Jimily había sido poseído por un espíritu. En ese momento nos paramos para ver lo ocurrido. Después de fijarme un rato por todo el paisaje, me llega un brillo a los ojos proveniente del norte. Rápidamente se lo comuniqué a mis compañeros, intuíamos que podría pertenecer a la banda del “Cuchillo Sangriento”. No sé si es bueno, pero pensamos que todo los que nos ocurre tiene que ver con la banda mencionada.
Inmediatamente reanudamos la marcha, llevamos varias horas y ya hemos comido. ¿Y si ese brillo era una señal de un dios? Vuelvo a recuperar confianza porque las cosas ahora van mejor, ya sabemos hacia donde ir. Las cosas se ven diferentes cuando te sientes mejor, hasta la misión vuelve a tener sentido.
Cuando atardece, llegamos al lugar de donde provenía el brillo, me dispongo a beber agua, pero mi sorpresa es que me queda poca, sin darme cuanta he bebido demasiada.
Inspeccionamos el terreno y nos dirigimos ha una gran roca negra, cuando llegamos increíblemente Alexa utiliza un hechizo y sube a lo alto muy fácilmente. Yo lo intento hacer, pero por mucho que me esfuerzo no lo consigo, así que me toca trepar como toda la vida se ha hecho, y con mucho esfuerzo lo consigo. Una vez arriba, inspecciono el terreno con mis macrobinoculares de una avanzada tecnología. El sol está casi escondido por lo que utilizo la opción infrarroja. Ya llevo un gran rato rastreando el paisaje y no veo nada, me doy cuenta que mis compañeros de abajo se están desesperando.
De nuevo noto la presencia de una luz en lo alto de una colina, rápidamente aviso a mis compañeros, parece ser una especie de fuerte, construido en lo alto de unas rocas parecidas a las que nos encontramos nosotros. Hemos tenido suerte de subirnos aquí y de que hayan encendido en las torres unos focos, ya que se encuentra en un lugar indetectable.
No puedo ver mucho de este lado, pero hay un largo muro negro y a cada extremo una torre de vigilancia, en lo alto de cada uno parece haber una ametralladora pesada con un foco. Supongo que la puerta o las puertas deben de estar en otros muros, este es el lado sur. Chupux se encarga de comunicárselo a los que se encuentran abajo. Parece ser que hemos encontrado lo que estábamos buscando. La cosa está difícil, pero en este mundo es todo posible. La hora de la verdad llega y aquí se verán los que valen.
Hay que actuar rápido porque el agua se está agotando y no creo que en esta zona haya agua.
Creo que estoy mentalizado para cualquier situación y estoy preparado para afrontar el peligro.
Acciones Futuras:
- Buscar agua, aunque parece ser que en este lugar rocoso no hay.
- Hablar con mis amigos para planear un ataque a la fortaleza.
- Rezar a dios para que todo salga bien.
- Mi plan es el siguiente:
Jimily puede disparar a los enemigos que están en las torres de vigilancia, de una distancia prudente y sin ser visto. Él esta confiado en que puede conseguirlo.
Alexa, Walter y yo (creo que somos los únicos que podemos escalar rocas y muros y si me equivoco me rectificáis) escalamos la roca y posteriormente las muralla, al haberse cargado Jimily a los guardas de las torre, no seremos vistos y podremos llegar a lo alto sin ningún problema.
Mientras tanto Donald estará en su coche con la radio puesta para que Jimily le vaya informando de sus disparos. Al mismo tiempo Donald, (ya que por lo que tengo entendido Walter sabe utilizar radio) nos ira dando información de lo sucedido. Si Walter no lleva radio comunicador, yo tengo una que tiene de alcance 8 kilómetros que también la puedo utilizar personalmente yo.
Una vez en lo alto del muro, Walter podría entrar con su habilidad de sigilo, yo podría hacer un hechizo como el del Camaleón (que ya lo conseguí una vez y creo que podría volver a conseguirlo) o la Nube de humo.
Supongo que Alexa puede hacer algo parecido para esconderse de la vista de los enemigos.
Como las armas de fuego hacen mucho ruido, yo dispongo de una Vibroespada que es bastante eficaz, no estoy enterado si mis compañeros disponen de algo, pero recuerdo que Arlec poseía un Vibrocuchillo que también podría ser útil para matar a los enemigos que se encuentren haciendo guardia.
Otra idea es que yo podría utilizar mi hechizo de Miedo (creo que podría conseguirlo) y causarle a los enemigos una sensación de miedo, aprovecharíamos ese momento para matarlos.
Ya estamos dentro de la fortaleza, a partir de aquí todo son suposiciones porque no sé lo que me voy a encontrar pero lo mejor sería abrir las puertas para que pudieran entrar los demás compañeros e invadir la guarida de la banda del “Cuchillo Sangriento”. Hasta exterminar con ella de una vez por todas y liberar a esta región de ellos.
Este plan está muy poco explicado, sólo es un ejemplo para ver si les gusta a mis compañeros que sin su ayuda no podría llevarlo a cabo. Hay algunos que no aparecen en él, es que no se las habilidades que tienen o si disponen de algo útil. Pero igualmente confío en ellos.
Creo que es el mejor plan que puede haber, no he encontrado otra forma de entrar. Pero estoy abierto a otros. Ellos seguro que no nos esperan por eso hay que aprovechar el momento.
Thomas.