DM: Rifts: Turno 8:
Preludio sólo para Alexa:
Alexa: en el Turno 7 declaraste que usabas tu poder de abrirte a los sobrenatural para entablar comunión con los espíritus y averiguar cómo murieron (querías saber si la Banda del Cuchillo Sangrienta estuvo implicada). Como eres una médium inexperta, no imaginabas lo tremendamente peligroso que es perturbar a los espíritus sin reposo acerca de sus muertes, especialmente cuando éstas han sido especialmente traumáticas. Los vengativos espíritus te respondieron... ¡haciéndote experimentar de primera mano sus momentos finales! Viste, sentiste, la llegada de cuatro individuos, dos de ellos corriendo a velocidades inhumanas, los tubos de drogas inflando químicamente sus músculos aumentados, y otros dos en veloces motos, los brillantes tubos de los implantes cerebrales M.O.M. (mind over matter) destacando en sus cráneos pelados. Ellos atrajeron a los dinosaurios, y después masacraron a la mayoría de ocupantes que encontraron en la posta, de un modo horrible y espantoso. Uno de ellos no paraba de ladrar: - “¡Soy Cuchillo Sangriento! ¡He venido a por vuestras vidas!” - Y luego sentiste, notaste, cada una de las atroces muertes que causó. Viviste el dolor de sus víctimas siendo cortadas en pedazos por su cuchillo en la cocina, notaste a través de varios de los espíritus de los muertos como Cuchillo Sangriento te quemaba la cara en el fogón de la cocina, como te arrancaba los huesos para roerlos ante tu mirada, y como después te sacaba los ojos y destrozaba, cortaba o pinchaba otras partes de tu cuerpo. Lo sentiste todo, lo experimentaste todo. – Y pagaste por ello un terrible precio: Tu personaje ha adquirido una demencia a resultas de tu íntimo contacto con los espíritus de las víctimas torturadas de Cuchillo Sangriento. A partir de ahora te aterrorizan los sótanos, crees irracionalmente que los espíritus de los asesinados te aguardan en ellos para someterte a indecibles tormentos, ni que decir tiene que eres absolutamente incapaz de entrar en un sótano y que si te obligaran a ir a uno tendrían que arrastrarte y no pararías de aullar y gritar desesperada, llegando a caer en estado catatónico cuando no pudieras soportar más el terror.
DM: Rifts: Turno 8:
Estáis todos en el Saloon de Santo Tomás.
Ya tenéis alojamiento. Las habitaciones son sencillas, pero bastante confortables y los servicios tienen agua corriente, caliente y fría. Todo el que quiera puede asearse y lavar su ropa, además de disfrutar de una buena noche de descanso en una cama cómoda.
Tomáis una suculenta comida en el Salón pues todos estáis hambrientos tras vuestras aventuras.
Notas para Arlec y Alexa de porqué no podíais aprovechar la piel del T-Rex: El cuerpo del T-Rex hembra estaba destrozado por los disparos (el macho ya no lo cuento, porque se quedó en tantos negativos por el disparo de Goldman que directamente quedó vaporizado). Sus brazos destrozados sólo eran carroña que se estropearía enseguida incluso si hubieran estado en buen estado (esto va por Arlec). En cuanto a la piel no se puede vender si está quemada y agujereada por disparos de láser y plasma. Además para poder arrancar efectivamente una piel y transportarla (por no hablar del enorme peso y hedor en el desierto de una piel de saurio ensangrentada y arrancada incluso si hubiera estado intacta y hubierais sabido extraerla). Se requiere una habilidad especial que nadie del grupo tiene “Despellejar y preparar pieles animales”, e incluso esta habilidad es sólo para animales normales no para dinosaurios, hacen falta herramientas y cuchillos especiales, productos químicos para curar y conservar la piel para el transporte (por no hablar de un vehículo adecuado para transportar plana una enorme piel, o una fuerza lo menos sobrenatural para enrollar y mantener enrollada tan dura piel). Sólo hubiera podido utilizarlo un personaje de profesión: Wilderness Scout, Saddletramp, Cazador o Vagabundo (orientado a la vida en las tierras salvajes), y quizá alguna profesión salvaje del Nuevo Oeste (Indios, algunos bandidos, caza recompensas y pocos más), con la adecuada combinación de habilidades: leyendas de monstruos y demonios, desollar y tratar pieles, rastrear animales y cazar (siendo además útil la habilidad básica de química), y llevando todo el material e instrumental adecuado, y un camión con remolque plano descubierto para su transporte. Normalmente los que se dedican a este negocio son rancheros que crían dinosaurios herbívoros por su piel y su carne (un negocio caro y arriesgado, tanto en sentido financiero como literal, depredadores, el manejo de animales tan enormemente fuertes, enormes y pesados). El precio de una piel entera y completa puede llegar a 1500 CR si se negocia bien. Una carcasa completa de T-Rex, incluyendo dientes, huesos, cráneo, piel, y carne (que aunque dura, grasienta y poco apetitosa, es comestible) puede valer de 1000 a 2500 CR.
Los gastos de habitación y comidas para cada uno son de aproximadamente 40 CR.
Goldman se pelea verbalmente con Alexa. Y rompe cosas de la habitación para airear su frustración.
El Posadero está mosqueado con vosotros, aunque durante la pelea los parroquianos se entusiasman y el público realiza apuestas. El rico estudioso Anastasius le gana la apuesta a su colega y os invita a una ronda, además de pagar los desperfectos al descontento posadero.
DM: Rifts: Turno 8:
Hacéis cada uno por vuestra cuenta diversas averiguaciones.
Goldman y Arlec, cada uno con sus amigos mercenarios descubren que la Guardia Mercenaria de Santo Tomás se compone aproximadamente de unos 100 soldados, casi todos ellos proceden del Gremio de Mercenarios de DarkGate, pero estos mercenarios están muy mal pagados (800 CR al mes) y tienen que aportar su propio equipo y mantenerlo (aunque los ricos suelen financiar los repuestos de munición y las reparaciones a individuos concretos de la Guardia, a cambio de que vigilen especialmente el Barrio Rico de Santo Tomás).
A consecuencia de estas condiciones la mayoría de los soldados mercenarios son novatos, los peores de sus promociones, los que buscan una vida más fácil y acomodada (la zona de Santo Tomás tiene fama de ser bastante tranquila), y algunos pocos, muy pocos, veteranos cansados de luchar y que buscan un empleo fácil que es casi un retiro. Los escasos veteranos componen los mandos intermedios, aunque los superiores de toda la Guardia son los civiles del Consejo de Administración Escolástica, y su actual Director, Jasón Gulden. El simple número de soldados armados, sumado al hecho de que casi en todas las casas campesinas hay al menos un arma y una armadura ligera (en un momento dado se puede formar una milicia campesina de irregulares de unos 1000 efectivos), mantiene alejadas a las amenazas potenciales, aunque no lo suficiente como para evitar que a veces ocurran cosas...
Cosas como la desaparición esporádica de algunos campesinos, en especial chicas hermosas y gente que viaja sola o en pequeños grupos. Estas desapariciones se vienen produciendo por toda la región (y al parecer también en los pueblos vecinos de Aquiles, Pedro Tomeo, Santa Fe y Tierra Seca; poco se sabe de los pueblos más alejados como Darkborn y Pueblo Fantasma tocando México, o Angstville, el pueblo más alejado, cercano al Valle de los Dinosaurios hacia el Nordeste).
La gente no habla mucho de ello, a fin de cuentas las desgracias pasan en el duro mundo de las Grietas y este lugar es relativamente tranquilo, los estudiosos, artesanos y autoridades parecen ignorar el tema, más preocupados con las vicisitudes del comercio o las recientes migraciones de grandes reptiles procedentes del Valle de los Dinosaurios, que se han ido produciendo recientemente y que hacen las rutas menos seguras (la mayoría de las desapariciones se atribuyen a dinosaurios carnívoros, o son ignoradas por completo, a fin de cuentas casi todas las víctimas son de clase baja).
Chupux, Maximus y Alexa averiguáis más o menos lo de arriba y algún dato más. La carretera procedente del Norte (DarkGate y sus ranchos) y que llega a Santo Tomas se desvía hacia el Sudeste, al pueblo minero de Pedro Tomeo, y de allí hacia Angstville (aunque dicen que recientemente las comunicaciones con esa lejana población casi se han detenido). Santa Fe, por el contrario, se encuentra hacia el sudoeste, a aproximadamente un día de viaje campo a través en el desierto.
Por lo que habéis oído Santa Fe es un vergel, resguardado por unas pocas montañas bajas, un río, un lago y palmeras y otros árboles, una anomalía en su árido entorno desértico. El pueblo está muy poco comunicado con el resto, pues aunque es autosuficiente, no produce nada que interese a los demás y no tiene con qué comerciar, además de ser un pueblo demasiado pobre para atraer a muchos vendedores de mercancías. Pese a que dicen que es un paraíso, los habitantes de Santo Tomás, apenas esconden su desprecio y desinterés hacia la pobre y poco interesante población de Santa Fe, parece que casi nadie va nunca allí.
Os figuráis que el trayecto puede ser duro, aunque afortunadamente es sólo una jornada completa, eso sí, a través del desierto. Un desierto que, por lo que dicen, últimamente es el hogar de algunos peligrosos dinosaurios depredadores.
Respecto de la banda del “Cuchillo Sangriento” es muy poco, casi nada, lo que sabe la gente. Alexa, Chupux, Muxu, Thomas y Maximus hablan con el erudito Anastasius al respecto, pero éste declara su completa ignorancia. El estudioso vive en un mundo muy tranquilo, apenas consciente de la verdadera dureza de la vida en el exterior de la relativa paz y seguridad de Santo Tomás y su Universidad. No es capaz de deciros nada sobre una banda de bandidos, con ese nombre o cualquier otro, en la región. Él y sus colegas piensan en los bandidos en términos idealizados, casi románticos, y hablan del Pecos Empire del Sur de Texas, un supuesto “reino de bandidos” que, osadamente, desafían al tiránico dominio de la Coalición en el Coalition State de Lone Star (Texas). Ni Arlec con su amigo Jimily Jones, ni Goldman con su amigo el veterano mercenario Zackara consiguen averiguar mucho más.
Zackara supone que puede ser que exista una banda con ese nombre, aunque si es así no debe de tener su base en los alrededores de Santo Tomás o ya habría sido descubierta.
Ocupáis lo que os queda del día 27 de diciembre 103 P.A. en asearos, comer bien, ir de compras (Chupux no se separa de Alexa y Muxu cuando ambas van a comprar, pese a que parece sentir cierta reticencia hacia los magos), beber, reunir información y rumores y dormir bien y descansar. Arlec pilla una buena borrachera con su amigo Jimily y pasa buena parte del día siguiente durmiendo.
El día 28 de diciembre la mayoría ya estabais listos para partir hacia Santa Fe, aunque tenéis que esperar a que arreglen la armadura de Maximus, y Arlec tiene una buena resaca. Habláis largo y tendido con Thomas, que al parecer lo ignora casi todo acerca del mundo de las Grietas, aunque parece saber cosas sobre el siglo XX. Sin embargo, ni en eso parece estar demasiado enterado: afirma tonterías como que Clint Eastwood, John Wayne y Mel Gibson eran actores, cuando todo el mundo sabe que fueron grandes héroes históricos de antes de las Grietas, de hecho salen en muchos documentales, como los que se encuentran en las ruinas situadas junto a Santo Tomás de Aquino.
Todo el mundo sabe cómo era realmente el Viejo Oeste, sale en todas las viejas películas de documentales históricos y que Thomas afirme que no son más que películas de ficción interpretadas por meros actores es un insulto a vuestra inteligencia y demuestra realmente lo trastornado que está. Todo ese rollo sobre que él es un escritor leproso que no sabe utilizar la magia le da mal yuyu a más de uno, esperáis que a la hora de la verdad demuestre su valía y no sea simplemente un tarado más.
Arlec se ha levantado malhumorado por la resaca y no está muy hablador, ni siquiera se molesta demasiado en incordiar a Chupux llamándole arbusto.
Preparáis y recogéis vuestras cosas y deliberáis sobre cómo vais a hacer el viaje. Habéis averiguado que no hay carretera para viajar de Santo Tomás a Santa Fe, es un trayecto por desierto arenoso, y algunos de vosotros temen que el coche pueda encallarse, o, peor aún, hundirse en arenas movedizas. Finalmente la decisión de Goldman es arriesgarse y llevar el coche, pues aunque él podría aguantar la dura travesía por el desierto, teme que los “debiluchos” del grupo no puedan.
Salís sin demasiada ceremonia del pueblo, por el lado Sur hay menos cultivos y casas. Maximus encabeza la marcha con su hovercycle, que levanta una buena cantidad de polvo y arena. Después va Goldman, que conduce el coche como un experimentado piloto de rally (06 en la primera tirada de conducir, y tiene un 72%) A su lado en el asiento está Arlec que no quita ojo de cómo conduce, y atrás van Thomas y Halberd (Muxu se ha quedado en el pueblo) Cierran la marcha Alexa y Chupux, bastante más lentos que el resto de la comitiva. Chupux está en su elemento, pero Alexa va asfixiada de calor y supone que su pobre yegua lo estará pasando mal.
Enseguida os encontráis en lo que parece un infinito mar de arena, con dunas en lugar de olas. Maximus explora adelantado y Chupux os va indicando la dirección (su poder telepático hace que parezca que Chupux siempre está presente, y en medio de todas las conversaciones). Goldman evita los obstáculos con maestría, parece que ya se encuentra mejor tras las curaciones que le ha hecho Alexa (quien, por cierto, se encuentra algo mejor tras un profundo sueño de 10 horas la noche anterior) Goldman tiene ahora 62 HP y 64 SDC, y aunque sigue herido ya comienza a ser menos grave.
Hacia la mitad del camino estáis pasando por un terreno algo más rocoso, os flanquean rocas puntiagudas a una cierta distancia. Es mediodía y el calor es arrasador.
Arlec sube el aire acondicionado del coche y se asegura de que los filtros de aire funcionan bien. Chupux está fresco como una rosa, pero a su lado Alexa tiene los labios hinchados y la piel reseca, pese a que cada poco bebe un sorbito de agua de su cantimplora (Alexa ha pasado las tiradas de equitación y supervivencia para aguantar lo máximo que puede, aunque no es muy resistente). Alexa se ha puesto sus gruesas gafas oscuras y amablemente Chupux le ha prestado su apreciado sombrero vaquero para que no coja una insolación.
Maximus, sin embargo, no está aguantando tan bien el calor. Los Wolfen son originarios de climas fríos, de los Grandes Paramos del Norte del Mundo de Palladium, su espeso pelaje y su pesada armadura le están matando (además lleva a la espalda su gran mochila con todo su equipo dentro, y su arma colgando del hombro). Maximus falla su tirada de supervivencia (aunque consigue superar una tirada de resistencia para evitar desmayarse) y necesita parar. Frena su hovercycle y la posa en el suelo. Los demás acuden a auxiliarle.
Goldman para el coche a su lado y abre las puertas. Entre Goldman y Arlec le preparan un toldo con la tienda de campaña del cyberknight y le dan agua fresca de la nevera del coche. Enseguida llegan Chupux y Alexa (que está muy cansada y aprovecha para bajarse del caballo). Todos bebéis agua, aprovechando el descanso para beber algo.
Arlec saca del maletero del Mercedes su pesado eyector de plasma y busca algún lugar apropiado para plantar el trípode y preparar el arma. Sin embargo, falla la apropiada tirada táctica (94) y no encuentra una elevación rocosa cercana adecuada para ello. En cambio sí cree notar un movimiento entre las rocas a unos 150 m, y comienza a rastrear con sus sentidos biónicos.
Maximus siente peligro (se activa su poder psíquico de Sexto Sentido), Chupux lo nota y transmite advertencias al resto del grupo. Veis que estáis siendo acechados por una manada de unos seis Tiger Claw Raptors (son dinosaurios de otra dimensión, similares a los velociraptors, su piel es de color marrón claro con rayas atigradas negras).
Por un momento Maximus se siente demasiado fatigado para luchar, pero de repente la adrenalina le da un subidón y se siente embargado por una extraña sensación de furia que elimina toda fatiga de su enorme cuerpo.
Comienza el combate con Tiradas de Horror Factor de 12 por los bichos, todos falláis excepto Maximus (que ha sacado un crítico) y Thomas. La tirada de Arlec es una pifia, por lo que queda paralizado de terror una melee entera.
Thomas saca un crítico en iniciativa, los saurios un 18 y Maximus un 9.
COMBATE:
Primera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Segunda Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Recogéis el campamento, que con el ataque está hecho un desbarajuste. Maximus recoge su tienda de campaña, la dobla y la guarda en su enorme mochila. Arlec se da cuenta de que una de sus cantimploras (de la que estaba bebiendo antes de la lucha) se ha caído y vaciado en la arena, ¡cachis!
Alexa lanza una Curación Ligera sobre Maximus para eliminar los síntomas de insolación. Recogéis todas vuestras cosas.
Arlec y Alexa mantienen una discusión acerca de los restos de los saurios, ambos quieren apoderarse de ellos (sólo han quedado dos colmillos y una garra destrozada, retorcida y requemada). Alexa se burla de Arlec y le saca la lengua, consiguiendo al fin apoderarse de los despojos. Arlec queda muy frustrado por haber perdido su arma biónica y haberse quedado además sin trofeos.
Maximus se monta en su Hovercycle y la pone en marcha. Alexa se sube a su caballo y comienza a avanzar. Arlec se ha metido en el coche de muy mal humor. Thomas parece muy triste y silencioso, no quiere hablar con nadie. Halberd se sienta pensativo a su lado en el asiento de atrás del Mercedes.
Goldman intenta arrancar, pero por más potencia que le da el coche no avanza. Arlec le dice que pare, y cuando lo hace se baja y comprueba que el Mercedes se ha quedado encallado en la arena. Chupux saca del maletero unos tablones que cogisteis en Santo Tomás precisamente para esta eventualidad. Halberd cava bajo las ruedas y Chupux y Arlec colocan los tablones. Después Maximus, Halberd y Chupux empujan el coche hasta que consiguen sacarlo... sólo para que Goldman consiga meterlo en otro socavón de arena suelta, donde de nuevo el vehículo queda atascado. Horas más tarde, y tras aunar todos vuestros esfuerzos, lográis sacar el coche a base de ir poniendo tablones y empujando.
Halberd se ocupa de conducir usando sus poderes telemecánicos y Goldman así puede ayudar a empujar con su tremenda fuerza de Juicer. A ratos casi tenéis que levantar el coche entre todos y llevarlo a cuestas para poder sacarlo de las zonas especialmente difíciles.
Finalmente, encontráis una buena zona para intentar proseguir el viaje. Seguís el trayecto durante una hora hasta que una vez más el coche vuelve a quedar atascado en la arena... De nuevo repetís el tedioso proceso de sacarlo del socavón... Ya está cayendo la tarde, con el sol peligrosamente cerca del horizonte... Arlec vigila mientras los demás os afanáis en el esfuerzo de sacar el coche. Esta vez tras conseguirlo Goldman conduce magistralmente por entre las dunas, o incluso remontándolas, pese a que la creciente oscuridad le ha obligado a encender las luces. Al desaparecer el sol del cielo Chupux se siente repentinamente cansado y sin energías (depende del sol para mantener su vitalidad al 100%), y comienza tener frío. Alexa y su yegua están agotadas y muertas de frío. Incluso Maximus y los ocupantes del coche dan muestras de cansancio.
Los magos y los que tienen poderes psíquicos especialmente necesitan dormir para recuperar energías.
Detenéis la marcha y montáis el campamento. Montáis las tiendas de campaña. Alexa en la suya. Maximus se aleja a buscar algo que sirva como leña y encuentra unos cactus secos y muertos. Halberd usa sus poderes mágicos y convierte esos cactus en una buena fogata de campamento. Arlec y Goldman duermen en el coche, con la calefacción puesta.
Chupux se acuesta en el suelo de arena, junto al campamento, las estrellas son su techo. Se ha puesto su túnica y sombrero vaquero. Tiene frío, pero procura no acercarse mucho al fuego por si acaso.
Maximus duerme en su tienda grande de tamaño wolfen. Thomas duerme meditabundo en su saco de dormir. Y Halberd usa la tienda de Arlec.
Montáis guardias tranquilas para pasar la noche: Chupux, Maximus, Goldman (que se siente nervioso y cree oír ruidos, por lo que aumenta su dosis de tranquilizantes y pasa una guardia tranquila), luego Arlec que monta ceremoniosamente su arma pesada en una roca y escanea todo con su visión infrarroja, y casi al alba Halberd que pasa una guardia tranquila y prepara el desayuno para todos.
Ha transcurrido la noche sin problemas. Chupux se despierta el primero, para ver el amanecer. Guarda sus ropas, y se sube a la roca donde Arlec montó su arma, para absorber los primeros rayos del sol. Comienza a hacer la fotosíntesis, alegre. Por un momento cree ver algo, pero es solo un espejismo producido por el brillo del sol en las arenas.
Es la mañana del día 30 de diciembre de 103 PA. Desayunáis, recogéis el campamento y proseguís el viaje. De nuevo Goldman conduce como un verdadero genio del rally. Horas mas tarde, llegáis a Santa Fe.
Es un pueblo pequeño, alojado en medio de un valle paradisíaco que parece un milagro, una verdadera aberración de la naturaleza. Flanqueado al este por un fresco bosquecillo que recuerda a Maximus su bosque natal de Zhuurgh al norte de DarkGate. Al Norte hay una serie de montañas bajas, que resguardan la población del viento cargado de arena del desierto, al Oeste las colinas cumplen la misma función. De las montañas arranca un riachuelo que discurre por todo el pueblo y desemboca en un apacible lago al Sur de Santa Fe. Parece un pedazo de Cielo en la Tierra.
Veis muchas casas de madera, con huertos y corrales de animales (gallinas, vacas lecheras, ovejas, mulas, etc.). Los habitantes parecen gente sencilla y más bien pobre que vive de lo que producen las granjas. Os saludan al pasar con la mano. En su mayoría son humanos de ascendencia mexicana (hablan español principalmente).
Dejáis los vehículos en una explanada en las afueras del pueblo y seguís a pie (Alexa llevando a su yegua de las riendas).
Una amable granjera llama a Alexa y ambas se ponen a hablar en español. Alexa le relata sucintamente que sois un grupo de viajeros de DarkGate y que acabáis de pasar una dura caminata por el desierto. La señora se ofrece amablemente a cuidar de la yegua de Alexa.
Thomas lo mira todo con ojos sombríos y Halberd con la curiosidad propia de un antropólogo. Arlec y Goldman no dicen nada, les parece todo demasiado tranquilo, ellos son luchadores de acción, les resulta difícil de creer que exista un lugar como Santa Fe. A Chupux le choca que os saluden al pasar, ya que en Santo Tomás el trato era más frío y distante, la gente le miraba con cierto desprecio allí. Se siente un poco desconcertado por los humanos.
En un momento de descuido de Maximus, Chupux consigue captar sus pensamientos. Está pensando en ponerse a trabajar y a ayudar a los granjeros a cambio de dinero... Chupux se escandaliza de que un cyberknight pueda tener pensamientos tan indignos...
Alexa deja su yegua con la granjera y seguís andando hacia el centro del pueblo. En la plaza veis un pequeño y modesto Salón de estilo Nuevo Oeste. En el centro de la sala hay una fuente y un estanque con peces. Veis una destartalada Oficina del Sheriff con varios carteles en las paredes de “Se busca chica desparecida. María García. 50.000 CR. Santa Fe”.
Ante la oficina está aparcada una vieja moto altamente modificada que parece de gran potencia. Al otro lado de la plaza está la casa del Alcalde, Don Alberto García, padre de la chica desaparecida (esto último se lo ha dicho a Alexa la señora granjera de antes). El último edificio algo remarcable de la plaza es “El Taller de Zimmer”, que parece ser la casa del operador (mecánico) local.
Este es un momento tan bueno como otro cualquiera para dar por finalizado el turno.
ALEXA: RIFTS: TURNO 8:
Entré en el Saloon huyendo del abrasador calor del exterior. Pese a que aún era temprano el lugar estaba bastante animado. El Saloon disponía de una decoración funcional en la que ya había evidencias de deterioro por el uso. Me limpié el sudor de la frente y busque un lugar tranquilo donde poder comer. Localicé a Maximus en una mesa ya que su cabeza sobresalía por encima de las del resto de parroquianos. Pensé que debía estar pasándolo realmente mal con tanto pelo y el calor que hacía. Me dirigí hacia él y comprobé que el resto del grupo también se encontraba allí. Supuse que aquel era un momento oportuno para discutir lo que hacer con lo que habíamos encontrado. Tomé asiento entre ellos y pedí una bebida fría.
Sin muchos preámbulos, Maximus me pidió el dinero que había encontrado para reparar su armadura. Enseguida comencé a hacer cuentas. El dinero que teníamos no alcanzaba para cubrir nuestros gastos y si Maximus se quedaba con los 20000 CR. Entonces el resto no podría pagar los suyos. Se lo dije claramente y él insistió en que los necesitaba. Realmente no me molesto el hecho de que me pidiese el dinero, lo que realmente me molestó fue el modo en que lo hizo, dando por sentado que tenía derecho a él. Ni tan siquiera se molestó en pedirlo por favor. Eso sumado al calor que hacía me predispuso en su contra, sin importarme hasta que punto lo merecía o no. Le dije de un modo cortante que no me gustaban sus modales y que haría bien en pedirlo por favor. Le dije también que el dinero era de todos y, tal vez para hacerlo enfadar, le eché en cara que no pensase en las necesidades del resto del grupo. Casi me arrepentí de ello cuando algo que podría ser culpabilidad, cruzó por su rostro. La discusión no habría llegado a mayores de no ser porque él me dijo que yo no necesitaba el dinero para nada. Entonces pensé en lo bien que me habrían venido los 4000 CR que me correspondían para recargar mis cargadores o para, junto con el dinero que yo tenía, comprarme una armadura de piel de saurio. Estaba claro que ni siquiera se había molestado en averiguar lo que el resto quería. A pesar del cabreo que tenía, al final accedí a darle el dinero si lo pedía por favor a todos nosotros y costeaba los gastos de Chupux y los míos mientras estuviésemos en santo Tomas. A pesar de lo mucho que protestó salía beneficiado del trato.
Cuando la discusión con Maximus tocaba ya a su fin, se acercó a nosotros un extraño individuo ataviado con ropajes propios de un mago. Por lo visto había estado observándonos, eso me hizo desconfiar. ¿Por qué nos miraba? Se presentó a sí mismo como Thomas el Incrédulo y pidió incorporarse al grupo. Enseguida Goldman se negó, ya que no le gustaban los magos. El muy cretino dijo que la magia no valía para nada. ¡Jodido desagradecido! ¡Que dijera aquello después de salvarle la vida usando mi magia! Ahora sí que estaba cabreada. Le dije lo que pensaba claramente. Sin embargo, Goldman no estaba dispuesto a reconocer la ayuda que le había prestado y se pavoneó aludiendo a mi interés por él. Por mí podía pudrirse de no ser porque le necesitábamos para acabar con Cuchillo Sangriento. Respondí de un modo cortante y debí dar en el clavo porque se largó sin dar explicaciones. Al cabo de unos segundos escuchamos ruido de pelea fuera, menuda mala ostia tenía Goldman. De todos modos no pensaba pedirle perdón, se lo había ganado a pulso. La próxima vez que se metiese con otro.
Recordé entonces a Thomas que miraba extrañado la discusión entre Goldman y yo. Le pedí que nos contase su historia para saber porqué quería unirse a nosotros. Mientras la contaba, Chupux y yo aprovechamos para hacerle un scanner psíquico. Parecía que era algún tipo de poseído o algo así, pero no detecté mal en él. Eso sí, por la paranoia que nos contó, habría jurado que estaba loco de no ser por mi diagnosis psi. Sin duda la posesión había metido ideas raras y sin sentido en su cabeza. Incluso llegó a decir no sé qué chorrada de que todo esto no era más que un sueño.
De pronto, sin previo aviso, Chupux se lanzó sobre Thomas y comenzó a golpearle. Intenté detenerle, no era una buena idea iniciar una pelea en el Saloon. Además, Thomas no había hecho nada para merecer que le pegasen. Pronto comprendí que no era una buena idea meterme en medio, ya que me pinché con las púas de Chupux. Maldije entre dientes. A mi alrededor escuché a los pueblerinos jaleando a Chupux y Thomas en su pelea. ¿Por qué no hacía nada el resto del grupo para detenerlos? Finalmente Chupux pareció recuperar la cordura y se detuvo. El barman no estaba nada contento con nosotros. Por mi parte me dediqué a curar los pinchazos de Thomas mientras un erudito local arregló el altercado con el barman y pagó los desperfectos.
Chupux parecía bastante avergonzado por su comportamiento de hacía unos instantes así que se ofreció a acompañarme mientras hacía mis compras. Muxu también se unió a nosotros. Aproveché para comprar el equipo de acampada que necesitaba para el viaje. Agradecí la ayuda de Chupux con los paquetes, bastante pesados, y pregunté algo por el pueblo a ver si averiguaba algo sobre la banda de Cuchillo sangriento. Me puede enterar de cómo estaba organizada la defensa de la ciudad y de que últimamente habían estado desapareciendo campesinos (sobre todo chicas hermosas) y algunos viajeros. Una idea empezó a tomar forma en mi mente. ¿Y si todo lo que estaba pasando en la región estaba relacionado? Las cosas comenzaban a tomar sentido. Estaba claro que detrás de las desapariciones de chicas no podían estar los dinosaurios, porque a ellos no les importaba en absoluto la apariencia de sus víctimas. Sin embargo, a la banda de Cuchillo sangriento si les podía importar. Pero… ¿Para qué querían a las chicas? Lo más probable era que tuviesen un negocio de esclavos. La idea me revolvió el estómago. Y luego estaban los saurios. Probablemente los usaban como distracción para alejar a los curiosos. Además, la proliferación de saurios en la zona, justificaba las desapariciones, de modo que las autoridades no investigasen sobre el tema. Por otro lado estaba el asunto de la carretera cortada. Tenía que haber un motivo para que las comunicaciones con Angstville se hubiesen detenido. Eso me hizo pensar que tal vez la banda de Cuchillo Sangriento se encontrase en la zona o que tal vez sacasen a los saurios de allí. Desde mi punto de vista, lo más probable era que se diesen las dos cosas. Lo que todavía no sabía era como controlaban a los saurios…
A pesar de mis esfuerzos, no logré averiguar nada sobre la banda de Cuchillo Sangriento. De todos modos yo ya estaba convencida de que él era el culpable de lo que estaba pasando en la zona. Lo mejor sería ir a Santa Fe para ver si encontrábamos es rastro de la banda.
Aprovecho lo que me queda de día para descansar y meditar sobre los últimos acontecimientos. Por primera vez en mi vida me siento algo sola. Antes siempre había sabido que mi abuela estaba ahí. Desde que murió no he sido capaz de confiar en nadie y, por lo que sé del resto del grupo, dudo que pueda confiar en ellos. Ni siquiera creo que Maximus pudiese entenderme y eso que él es un cibercaballero o tal vez por eso mismo. No tengo muy claro lo que debería hacer ahora con mi vida.
Muxu ha mencionado que ella se quedará a estudiar aquí y tal vez eso sea lo más sensato. Sin embargo, no creo que pudiese volver a dormir tranquila si dejo que Cuchillo Sangriento siga matando y esclavizando gente. Eso limitaba bastante mis opciones. De momento tendré que permanecer en el grupo.
Paso la noche entre sueños intranquilos y pesadillas que hacen quebrar mi cordura en las que recuerdo el sufrimiento de las víctimas de Cuchillo Sangriento. El dolor es insoportable y aún creo sentirlo al despertar. Intento relajar mi mente, pero es prácticamente inútil. Al final casi agradezco que Chupux me visite a primera hora para que le enseñe a enfocar sus poderes psíquicos.
El 28 de diciembre estamos listos para partir. Goldman parece sentirse mejor gracias a mis esfuerzos para curarle. Parece que ya se le ha pasado el cabreo del otro día, aunque ni siquiera ha tenido el detalle de darme las gracias por curarle. No me importa, su mente no es tan fuerte como su cuerpo, ya aprenderá a reconocerlo. De momento mi única preocupación es llegar a Santa Fe sin problemas.
El viaje transcurre con lentitud. El calor abrasador mella mis energías y las de mi yegua, que sobrelleva como puede el trayecto. Mi cuerpo es el que soporta la mayor parte del esfuerzo y sólo logro mantenerme sobre la yegua gracias a mi voluntad. Agradezco a Chupux su sombrero e intento no pensar en el abrasador calor que me rodea. No pienso desmayarme en mitad del desierto, así que me obligo a seguir hasta que veo que Maximus se encuentra mal. Goldman y Arlec están montando un toldo sobre él. Me acerco a atenderle y aprovecho el lapso para descansar. Si por mí fuese pasaría el resto del día allí. Luego el recuerdo de los muertos me hace cambiar de idea.
De pronto, una advertencia de Chupux nos pone sobre aviso de la presencia de seis pequeños saurios. Él dice que son Tiger Claw Raptors, para mi sólo son problemas. Un fugaz pensamiento hace que me pregunte cómo nos han encontrado. A fin de cuentas el desierto es muy grande. Pese a que estos saurios son pequeños en comparación con los Rex, me quedo paralizada unos segundos por el terror. Pronto los tenemos encima. Escucho disparos de mis compañeros y a los saurios a mi alrededor. Sin embargo, mi atención se centra en la hembra que me ha mordido. Me concentro unos segundos he invoco una Armadura de Ithan que gradualmente se vuelve sólida a mi alrededor. La raptor intenta volver a morderme, pero la oscuridad que me rodea impide que me toque. Ignoro los ataques y comienzo a llamar a la oscuridad para que me cubra como un manto. Eso debería ponérselo más difícil a la raptor. El disparo de alguien hiere a la raptor, que emprende la huida. Para mi desgracia, parece que Arlec no es del agrado de otro raptor que decide atacarme. De todos modos, ya estoy hasta las narices de estos bichos, dado que no tengo ningún hechizo ofensivo decido que la jodida lagartija pruebe como sienta medio cargador. El raptor muere bajo los disparos de Arlec y los míos. A mi alrededor, el final del combate se sucede con rapidez y el resto acaban con los raptors.
Antes de que nadie reaccione aprovecho y recojo los restos de uno de los raptors. Aún no tengo claro qué utilidad pueden tener, pero tal vez sirvan para algo. Arlec intenta cogerlos también, pero yo soy más rápida. En realidad supongo que podría compartirlos, pero teniendo en cuenta el modo en que Arlec trata al resto decido no hacerlo. En su lugar, le hago burla y me los quedo yo todos. Después atiendo a los heridos y curo la insolación de Maximus. Definitivamente, no es bueno estar todo cubierto de pelo.
Hecho esto reanudamos la marcha, que transcurre penosamente. El coche se queda atascado en la arena cada poco tiempo, lo que nos obliga a detenernos para sacarlo con ayuda de unos tablones y palas. Empiezo a soñar con la idea de darme un baño. Para mi desgracia, la noche cae y aún no hemos llegado a Santa Fe. Continuar la marcha durante la noche parece insostenible, así que montamos el campamento. Desdeñando mi deseo de descansar, me obligo a atender a los heridos y comer algo. En agradecimiento, el resto del grupo me exime de montar guardia. Finalmente me dejo caer en mi tienda de campaña exhausta y con todos mis músculos doloridos por el esfuerzo del día.
Me despierto aún intranquila por las pesadillas, pero las alejo con rapidez de mi mente. No digo nada durante el desayuno y espero a que reemprendamos la marcha. Lo cierto es que a pesar de que me he jugado la vida con el resto del grupo, de momento no me siento como parte de él. No sé si hay alguien entre ellos en quien pueda confiar realmente. De momento, la única relación que he tenido con ellos ha tenido que ver con todo este asunto de Santa Fe. Sin duda la vida de aventurero no se parece a lo que cuentan las historias.
El resto del viaje transcurre con más facilidad y pronto llegamos a Santa Fe. Me animo con la idea de asearme y comer decentemente. El lugar en cuestión tiene un aspecto idílico. Incluso tiene un bosquecillo al lado y un riachuelo que atraviesa el pueblo hasta desembocar en un pequeño lago. Los habitantes parecen campesinos que viven de lo que producen.
Veo como una mujer me hace gestos para que me acerque. Es una persona amable y abierta que se interesa por saber quiénes somos y porqué hemos venido a Santa Fe. No tengo ganas de entrar en detalles así que me limito a relatarle lo obvio, si bien intento ser educada. Al final, logro que la mujer se ofrezca a cuidar de mi yegua. Agradezco el gesto y le doy algo de dinero por las molestias. Le pregunto por un lugar donde descansar y pasar la noche antes de irme. Por lo que parece podemos alojarnos en el Saloon del pueblo. Hecho esto me reúno con el resto del grupo y nos dirigimos al centro del pueblo. Allí hay poca cosa que ver. Únicamente se encuentra el Saloon (me alegro al pensar que podré darme un baño por fin), la oficina del sheriff, la casa del alcalde y una fuente con peces.
Delante de la oficina hay una moto que parece de gran potencia. Intento recordar si se parece a la del individuo que encontramos en la posta. Desde luego la moto no parece propiedad de los pobres campesinos que hemos visto en el resto del pueblo. El hecho de que esté cerca de la oficina del sheriff hace pensar que le pertenezca. Me estremezco un segundo de solo pensar la alternativa. Ahora ya tengo una leve idea de a que me enfrento: Juicers y tipos con implantes craneales MOM. Si el sheriff tiene alguna de esas características juro que convenceré a los más agresivos del grupo para interrogarle.
Empiezo a ordenar mis ideas. Antes de ponernos a buscar a María García, deberíamos hablar con su padre, el Alcalde. También deberíamos hablar con el Sheriff (pienso hacerle un scanner completo, lo que incluye mi poder psi de Empatía) para lo cual intentaré que me acompañen y le distraigan mientras cotilleo. Luego creo que lo mejor será conseguir alojamiento y darme un baño (¡por fin!) antes de darme una vuelta por el pueblo (acompañada) a ver qué rumores puedo sacar (por ejemplo de quién es la moto y si ha habido más desapariciones). Creo que eso es todo.
FIN DEL TURNO 8 –
ALEXA
Me dirijo a la tienda del final de la calle, que, según me acaba de decir un goblin, al que he tenido que pararle los pies, es la mejor de la ciudad y una de las más baratas. Recargo mis E-Clips por el precio de 4000 CR. Al salir veo que mis compañeros están entrando en un local, me dirijo hacia allí, veo que es una posada, “hermosa posada”, entro “¿cuanto cuesta una habitación?”, subo a mi habitacion, reviso mi equipo, me tumbo un rato.
Puerta:“TocTocToc”
Arlec: ¿Quién hay?
Jimily: Yo.
Arlec: Ahora abro.
Jimily: No tengas prisa tenemos mucho tiempo.-
Me visto con mi ropa azul, camisa azul y pantalones azul oscuro, botas negras.
Arlec: Cuánto tiempo, desde la academia...
Jimily: Sí, no todos nosotros somos lo suficiente buenos para ir de aventuras, aquí se vive bien, pagan poco, pero las familias ricas te dan extras para vigilar sus casas, y pocas veces hay que llegar a disparar.
Arlec: No digas tonterías, tú serías un buen aventurero, me gustaría que luchases a mi lado, ¿qué me dices?
Jimily: No, no me veo cualificado.
Arlec: Si cambias de opinión busca a mi grupo yo estaré allí, o si me matan venga mi muerte.
Al cabo de un rato, estoy con mi amigo abajo.
Arlec: “Un whisky para mí y otro para mi amigo, pago yo”.
Jimily: ”Veo que las cosas te van bien”.
Arlec: ”No me puedo quejar de nuestro grupo, “Los Jueces de Hierro.” - (Le digo este nombre para que empiecen a circular rumores sobre nosotros).
Jimily: ”¿Aún tienes esa manía tuya de guardar los dientes de tus contrincantes?”
Arlec: ”Por su puesto”.
Le enseño los dientes de los T-Rex, queda fascinado.
Arlec: “Son de los bichos más grandes que te puedas imaginar estos T-rex.”
Jimily: ¿Cómo sigue tu puntería? Me acuerdo del duelo entre tú y Karson.
Arlec: ¡Otro whisky para mí y mi amigo! - (grito).
Jimily: Aún no se como le diste en la pistola a esa distancia.
Arlec: ¡Yo tampoco! ¡jajjajajajajaja! Bien mi puntería es mejor de lo que era antes, maté a la hembra de un solo disparo. Una cosa, ¿qué sabes de una banda que se hace llamar... “Cuchillo Sangriento”? Me parece que tienen los T-Rex como mascotas.
Jimily: No me suena, ya lo preguntaré a los demás compañeros, a lo mejor propongo de hacer unas vueltas alrededor del pueblo a ver qué encuentro.
Arlec: ¡Dos whiskeis!
(Una cosa le doy un diente del T-Rex, y haz una ficha de Jimily Jones, humano mercenario, para cuando me maten).
Arlec: ¡Qué dolor de cabeza tengo!, ¡aaagghhh!
Arlec: ¿Qué hora es? ¡¡¡¡¡¡¡Qué!!!!!!!! Si son las 12. ¡Mierda! - Cojo mi equipo y lo reviso todo: - “Me parece que sí, lo tengo todo.” -
Voy a ver qué hacen los otros, veo que están cargando el coche y me siento sin decir nada en el asiento delantero, con las prisas ni me doy cuenta de que Muxu ya no viene con nosotros, qué se le va hacer, a lo mejor luego vuelve.
Observo detenidamente como conduce Goldman de vez en cuando pregunto: “¿Por qué has hecho esto?" - "¿Y aquello?” -
Mirando por el retrovisor veo que Maximus se ha detenido, “lo sabia el muy estúpido no se ha sacado la armadura y sé esta deshidratando”. Bajo del coche, saco su tienda y le monto un toldo para que descanse.
Goldman: Mira si viene alguien, Arlec.
Cojo mis armas y busco algún lugar donde posicionar mi Eyector de Plasma Pesado, pero no hay ninguno. - ”¡Qué coño es eso!”
Con mi vista ampliada me quedo horrorizado de lo que se nos echa encima, no me puedo ni mover, unos velociraptores nos atacan, noto en mi cabeza que Chupux nos avisa también de que se acercan seis raptores,
“¿Qué me pasa? No me puedo mover, es mi adrenalina, tengo que calmarme, noooooooooooooo.”
Un bicho me muerde, suerte de mi armadura. Cuando consigo reaccionar intento disparar con mi brazo biónico, qué pasa se está fundiendo.
Arlec: Noooooooo.
Saco la pistola y le disparo al que intenta atacar a Alexa, si este lo va a pagar caro, se queda muy tocado. Veo que los demás han acabado con los suyos.
Intento coger algún trofeo, pero Alexa se burla de mí y se los queda todos.
Arlec: Dame uno por favor tienes dos. -
Alexa: Ni hablar, son míos.
Arlec: ¿Qué vas hacer con ellos?
Alexa: ¿Y tú?
Arlec: Yo hago colección.
Saco un collar de dientes hay dos muy grandes y algún otro de más pequeño (Posiblemente humano).
Arlec: Dame uno, por favor.
Alexa: Ni lo sueñes.
Me ha sacado la lengua, es increíble, la mato, la mato. No, mejor que me controle.
Cojo todo mi equipo y me encierro en el coche sin prestar atención a nada de lo que pasa cerca de nosotros.
Goldman entra en el coche y enciende el motor, noto que el coche está encallado y grito:
Arlec: No, ¡PARA, PARA!
Me bajo para ver que el coche está atascado, aviso a los demás.
Arlec: Tú, arbusto, saca los tablones.
Me posiciono para ver que no haya más sorpresas hasta que veo que ya está el coche bien. Continuamos.
Cuando la noche cae, paramos, la gente necesita dormir. Monto mi tienda y se la dejo al Enano, yo hago la primera ronda.
Activo mi visión infrarroja, nada. Pasadas unas horas y aviso a Maximus.
Arlec: Pssss, pssss.
Maximus: - Aaaaa.
Arlec: Tu turno (le susurra), avísame cuando te canses.
Entro en el coche donde duermo hasta que Maximus me despierta.
Maximus: gsssssss, gsssssss
Arlec: Aaahhh.
Maximus: Tu turno.
Arlec: Vale.
Observo intranquilo la infinidad, ni con mis ojos veo el final de este maldito desierto al menos hoy el mundo es un poco más seguro. Hay dos T-Rex menos y seis raptor menos (ya que supongo que herido como estaba el que huyó, debe haber muerto además con este clima).
La gente empieza a despertar, volvemos a subir al coche y continuamos sin problemas.
Goldman: ¡Qué maravilla!
Delante nuestro se abre un valle boscoso, con un poblado en el medio.
La gente es amable, no me gusta. Algo no va bien, porque aquí la gente es demasiado amable. ¿Qué clase de paraíso es este?
Veo que la gente aquí habla español, busco a Sheriff, hablo con él un rato.
Acciones futuras:
ARLEC ZEALOT.
CHUPUX: RIFTS: TURNO 8:
DIA 27 DE DICIEMBRE:
Nos hallamos en el salón de Santo Tomás, es un sitio bastante animado, en el que se dan cita todos aquellos extraños seres de los que tanto había oído hablar (jugadores de cartas, pistoleros, cazarrecompensas...), es un sitio muy animado aunque no tanto como el barrio comercial.
El salón es un sitio bastante concurrido, aunque debido a sus amplias dimensiones, da cabida a gran número de personas en su interior. El local en su conjunto no está exquisitamente decorado, nada que ver con los saloones, que aparecen en los antiguos documentos históricos, esos sÍ eran bellos saloones. Las viejas mesas de pino, no son demasiado amplias y a través de los roídos tapetes de color verde que las cubren, pueden verse hondas cicatrices debidas a los cigarrillos y puros apagados sobre las mismas...
La barra se sitúa cerca de la entrada al local, quizás en un intento de controlar a las personas que entren o tal vez para tener una huida lo más cercana posible, quien sabe... Al igual que los demás elementos que componen el mobiliario, la barra está fabricada en madera de pino, y a mi parecer fue escogida por el propietario, más por su funcionalidad que por su aspecto decorativo. Un tosco bloque de granito decora la parte anterior de la barra, posiblemente para evitar que las espuelas de los visitantes dañen la maltrecha barra.
Justo detrás de la barra se halla situado un enorme espejo, sobre el cual y por medio de unos estantes de cristal, descansan una gran multitud de botellas impecablemente ordenadas y de diversas procedencias. Justo al final del Saloon, en la parte derecha, según se entra, hay una escalera no demasiado ancha, por la que difícilmente pueden pasar dos personas a la vez, la cual comunica el Saloon con las habitaciones. A lo largo de toda la escalera, pueden observarse un par de cuadros firmados por artistas no demasiados conocidos, aunque dan a la planta superior un ambiente más “casero”, también cabe la posibilidad de que estén colocados para tapar las negras manchas de humedad, que en algunos puntos pueden vislumbrarse...
Una vieja pianola da un poco de ambiente al cargado local.
El local estaba bastante tranquilo, había bastante gente bebiendo, otros jugando a las cartas, pero en general todo el mundo estaba pendiente de sus propios asuntos, cuando se acerca hacia nosotros un tipejo con pintas extrañas. Va ataviado con unos extraños ropajes, yo diría que son parecidos a un traje de gala de un mago, aunque no podría afirmarlo con certeza. Se presentó como “Thomas el Incrédulo”, nos estuvo diciendo que todo el universo conocido era un sueño que estaba teniendo y que debíamos ayudarle... Para mí que está un poco loco...
Decía que los grandes héroes de antes de las Grietas no eran más que actores, lo que me hizo sentirme muy molesto, ya que mi “maestro” sólo sabía decirme que los héroes auténticos deben parecerse a los de los documentos históricos de antes de la edad de las Grietas... Ellos sí eran auténticos héroes... Aquel sujeto me daba muy malas vibraciones, por lo que decidí realizarle un “escaneo“ de su aura... Cual es mi sorpresa cuando descubro que es un humano, el cual, posee una ingente cantidad de magia y además tiene rasgos de posesión. El tipejo me tenía bastante desconcertado, por lo que le transmití a Alexa mis averiguaciones sobre el misterioso desconocido. Mientras Alexa intenta descubrir algo más sobre él, le miro a los ojos, intentando escudriñar algo que delate su verdadera naturaleza. Nada...
Repaso todas las antiguas leyendas e historias que conozco, con el fin de averiguar algo más... Entonces lo vi claro... Recordé una antiquísima leyenda que hablaba de un poderoso ser maligno, el cual se aprovecha de la ingenuidad de los viajeros convenciéndolos de que deben ayudarle y de que le acepten como compañero de viaje... De aquellos que le aceptan como compañero nada más se sabe... La leyenda termina diciendo que los pobres infelices eran ofrecidos por el demonio a Cerbero, como pago por permitirle morar en nuestro universo...
De repente siento una extraña sensación, mezcla de miedo e impotencia... Pero en vez de salir corriendo como llevo haciendo toda mi vida, grito al grupo para que se aparten y me lanzo contra aquella horrible abominación... No sé cómo lo he hecho, pero un fortísimo puñetazo le impacta en la cara y cae de espaldas, al suelo. Siento como todas las miradas del Saloon se dirigen hacia mí, algunos empiezan a apostar sobre quién va a ganar la pelea... Pero en ese instante sólo me interesa intentar dejarle fuera de combate, por lo que no hago demasiado caso a los demás humanos. Sigo golpeándole con dureza y le inmovilizo, vuelvo a gritarle a Alexa que se vaya, que se trata de un demonio. Pero parece que nadie me toma en serio. Alexa me agarra del brazo y tira de mí, pero lo único que consigue es dañarse las manos con mis espinas. Vuelvo al golpearle en el costado, una y otra vez, hasta que por fin me doy cuenta de mi error. He estado cebándome con un pobre humano. Me siento sucio, soy despreciable...
Sigo bastante desconcertado, por fin el pobre infeliz se levanta bastante magullado. Al parecer un erudito llamado Anastasius ha apostado por mí y ha ganado bastante dinero, por lo que además de invitarme a una ronda, paga los desperfectos ocasionados al mobiliario. El gordo barman no deja de mirarme con cara de pocos amigos, así que me quedo quieto y callado, arrepintiéndome de mi conducta... Me repito una y otra vez: “sólo querías ayudar, no es culpa tuya...”
Para un tipo como yo, acostumbrado a los espacios abiertos, el soporífero y nauseabundo olor del local me hace sentir ligeramente indispuesto... Como no me encuentro demasiado bien, y me siento bastante mal conmigo mismo, le pido a Alexa, que si tiene algo que hacer en la ciudad, me gustaría acompañarla, debido a que me siento bastante mal y necesito aire fresco... Antes de nuestra partida subo a la habitación, que me ha pagado Maximus... Parece que no le hacía mucha gracia que fuera a dormir en la habitación de Alexa. A ella le daba lo mismo y como no tengo dinero, pues tengo que dormir “de prestado”. Tal vez al valiente cibercaballero le interese nuestra bella amiga (para la raza humana), en un nivel más profundo que la amistad... Bueno, el tiempo dirá..
Como no tengo ninguna oferta mejor, acepto de buen agrado la habitación que me ofrece Maximus. Tal vez son imaginaciones mías y lo hace sólo por ayudar a un pobre en apuros, no sé qué pensar. Acompaño a Alexa, aunque al salir nos encontramos con Muxu, que también tenía pensado ir de tiendas. Puede parecer extraño, pero, quién diría que yo acabaría llevándome tan bien con los magos...
No sé, tal vez, es una forma inconsciente de protegerlas del gran mal que las rodea, tal vez si a su lado se encuentra una voz sensata que les advierta del peligro que corren, no caigan en los maléficos influjos de la magia.
Alexa es una gran tutora y ha conseguido enseñarme en muy poco tiempo a desarrollar mis poderes psiónicos, con ellos ahora puedo leer las auras de los seres vivos... creo que eso será de gran ayuda al grupo.
Nos dirigimos al céntrico y concurrido barrio comercial. En este lugar hay gran cantidad de tiendas y de personas, siendo en su conjunto un crisol de razas y de culturas. Es maravilloso que tal cantidad de gente pueda vivir “pacíficamente”. Estos humanos no dejan de sorprenderme... Tal vez me he equivocado y no son las criaturas sanguinarias que creía que eran...
Volvemos al Saloon, ayudo a Alexa a cargar con las cosas que ha comprado, que no son pocas. Mientras vamos caminando la gente me mira con desprecio, como si fuera una “mascota” o un criado de Alexa, es humillante, pero no me importa demasiado. Por fin llegamos al Saloon, acompaño a Alexa a su habitación, y dejamos allí sus nuevas pertenencias.
Bajo al Saloon, donde me encuentro con Maximus, estaba sentado en una mesa en un rincón del local, justo debajo de la escalera. Maximus se dirige al gordo posadero y trae una cerveza fresquita. ¡Qué detallazo! ¡Qué tío más majo! Al rato llega Alexa y nos ponemos a discutir sobre lo que debemos hacer a partir de ahora.
Lo primero que hacemos es votar si aceptamos a Thomas en el grupo. Como gesto de arrepentimiento voto a favor. Parece que no le ha sentado excesivamente mal nuestro pequeño altercado. Tal vez los magos no sean tan malos como pensaba, la verdad es que cada día que pasa estoy más desconcertado.
El siguiente punto a tratar es el motivo de nuestro viaje. Llevo algunos días con mis nuevos compañeros y todavía no sé cuál es el motivo de nuestro viaje. Maximus y Alexa me explican que estamos buscando a una chica, la hija del alcalde de Santa Fe, y que nos dirigimos hacia allí, para buscar algunas pistas.
También me cuentan que antes de nuestro encuentro se habían topado con un par de T-Rex y que les ¡habían dado caza! Me parece increíble, pero no mienten, creo que con mis nuevos compañeros no tengo nada que temer... Quizás algún día me ayuden con mi “asuntillo” pendiente.
Pido un par de créditos para buscar información y me voy a dar una vuelta, a ver si averiguo algo interesante... Nada... después de dar muchas vueltas, lo único que he conseguido averiguar acerca de la banda del Cuchillo Sangriento es... nada... Parece como si la gente no los conociese, o tal vez no quieren hablar de ello.
En resumidas cuentas, a pesar de mis esfuerzos, las pesquisas no han dado frutos. Ni siquiera Anastasius sabe nada acerca de la banda, a Maximus, Alexa y a mí se nos quedó cara de tonto cuando el erudito nos dijo que no tenía ni idea sobre la susodicha banda.
Ya voy notando como los rayos solares se hacen más débiles, por lo que me despido del grupo. Mientras me voy a mi habitación, veo desde el rellano de la escalera a Arlec, que está pillando una cogorza de las buenas con otro compañero... Quizás pueda sacar algo de información, espero que no se le olvide lo que saque.
Me voy a mi habitación, me aseo y me acuesto... Estoy realmente cansado, muchas emociones para un solo día. Me acerco a la cama y me tumbo, estoy muy cansado, pero no puedo dormir. Estoy ansioso de emociones, quien lo diría... No estoy acostumbrado a dormir en un sitio tan blando, así que deshago la cama (quito las mantas) y las echo al suelo... Bien ahora a dormir, que mañana tenemos que levantarnos temprano.
DIA 28:
Me levanto bien temprano, para aprovechar al máximo los rayos solares. Me aseo de nuevo, dejo la cama tal y como la encontré (bueno... más o menos, es la primera vez que hago una cama, pero la intención es lo que cuenta) le quito en la medida de lo posibles las púas que se le hallan podido quedar a la manta, recojo los bártulos y bajo al Saloon, todavía es muy temprano, sólo está el barman que todavía me mira con reticencia... Me acerco:
Chupux: “Buenos días.”
Barman: “Buenos.”
Chupux (Me quedo un poco sin saber que hacer): “Venía a pedirle disculpas por el altercado de ayer, lo siento mucho...”
Barman: “Pareces joven, así que no te lo echaré en cara... Ten cuidado con la bebida, es buena compañera de alegrías, pero muy mala consejera...”
Al parecer el barman piensa que ayer estaba bastante borracho... Menos mal. - “Gracias por el consejo... Perdone... ¿Podría indicarme donde puedo conseguir listones de madera... No conozco demasiado bien el pueblo?”
Barman: “Puede ir al taller de muebles de Sam, que está pasadas dos calles a la izquierda.”
Chupux: “Muchas gracias... Hasta luego y perdone las molestias...”
Espero a ver quién es el primero en bajar, es Maximus... Le pido que me acompañe a buscar unos de listones de madera, que nos van a hacer falta para nuestro viaje por el desierto. Llevo mucho tiempo viviendo en el desierto Maximus y puedo decirte que las dunas son lugares peligrosos si se lleva mucho peso. Con un par de tablones de madera es más fácil salir de un banco de arena. Me dirijo con Maximus y compramos un par de tablones de madera... Bueno, más bien, el carpintero al oír nuestro encargo se ríe y saca del almacén un par de tablas, posiblemente restos de una pieza que no puede utilizar... le damos las gracias y nos marchamos hacia el Saloon.
Cuando llegamos, el grupo ya se está poniendo en marcha. Arlec parece que está hoy raro, no sé. Ni si quiera se mete conmigo... creo que las borracheras tienen efectos desconocidos para mí en los humanos... ¡Vaya resaca que tiene!
El grupo emprende la marcha de nuevo, pero sin Muxu... Me entristezco mucho, se va a quedar en Santo Tomás a estudiar... Espero que la próxima vez que nos veamos no estemos en bandos opuestos...
Maximus es el primero en partir, montado en su potente hovercycle, es seguido de cerca por el coche rojo y los últimos somos Alexa y yo... Alexa va montada en su jaco, del cual me alejo una distancia prudencial (somos viejos conocidos).
Salimos del pueblo tal y como entramos, en silencio y con las miradas de los campesinos clavadas en nuestras nucas... ¡Qué gente la de este pueblo!.
Al mediodía ya estamos internados en el desierto rocoso, no ha ocurrido nada... A lo lejos llego a distinguir la figura del desierto... Ahora empiezan los problemas... Sugiero al grupo que hagamos una parada, ahora tengo que ir delante guiando al coche para que no se meta en arenas movedizas.
Alexa está exhausta, y su caballo también, tiene muy mal aspecto, sus labios están hinchados y se le están amoratando... Si sigue así desfallecerá pronto... Es la primera vez que hago esto... pero me acerco a Alexa y le dejo mi sombrero, no sin antes decirle que lo guarde como oro en paño, es uno de mis objetos más valiosos... y no me gustaría que se perdiese.
Me adelanto unos treinta metros por delante del coche y ojeo el terreno. En esto Maximus se baja de su hovercycle, parece que el calor no lo soporta demasiado bien... Parece bastante mareado. Le aconsejo que no beba demasiada agua, a él y a todos los demás. Aprovecho para beber un poco de agua y tomarme una suculenta zanahoria... Hago guardia mientras nuestro forzudo amigo se recupera...
Mientras monto guardia noto seis mentes primitivas que se acercan a nosotros... doy la voz de alarma y me quedo quieto, con un poco de suerte no me reconocen... Surgen de entre las dunas seis criaturas, que inspiran terror a mi pobre corazón... por unos instantes me quedo aterrado intentando recordar si sé algo de esos asquerosos bichos.
El combate se desarrolla de manera encarnizada... Ya sé lo que son... son Tiger Claw Raptors, unos bichos endiabladamente rápidos y con un ansia de sangre igualmente feroz. Con mucho disimulo intento acercarme al coche. Tropiezo y aunque no me caigo no he conseguido llegar hasta el coche sin hacer ruido... parece que los bichos no están demasiado interesados en mí... Llego hasta el maletero y me coloco la armadura lo más rápido posible, desde mi posición me es imposible seguir el combate... Espero que cuando termine de ponerme la armadura nada malo haya sucedido... Tras unos breves segundos de lucha encarnizada salgo de detrás del coche... Sólo queda uno de los raptors, está herido, aunque Halberd que es quien está luchando con él tampoco tiene buen aspecto...
Le descargo una ráfaga de cuatro tiros y el pobre bicho queda reducido a una masa humeante de carne. Me siento extraño... dispararle a un ser vivo no es lo mismo que dispararle a las piedras... horrorizado me acerco a contemplar mi obra... Tengo que tener cuidado, con este trasto puede hacer mucho daño...
Ayudo a recoger el campamento, que está ahora mismo patas arriba. A Arlec se le ha caído una de sus cantimploras... En general todo el grupo está bastante callado y pensativo... Sólo el ruido y la polvareda que monta el coche al quedarse encallado en la arena, corta la tensión que reinaba en el ambiente... tal era que podía cortarse con un cuchillo.
Rápidamente saco del maletero las tablas que cogimos en Santo Tomás... Hombre precavido vale por dos... Escarbo un poco bajo las ruedas y coloco las tablas, Arlec hace lo mismo, pero por el otro lado... Maximus, Arlec y yo ayudamos a empujar el coche... Nos ha llegado arena hasta los mismísimos... ojos...
Todo para que Goldman vuelva a dejarlo encallado en un banco de arena de nuevo. Me limpio la cara y repetimos la operación... Así tantas veces que perdí la cuenta... Por fin encontramos un buen lugar en el que descansar. Todos montan sus tiendas, algunos van a dormir en el coche, sobre todo los heridos... Comienza a hacer frío, así que me pongo la ropa. Alexa me da las gracias por el sombrero y me lo devuelve. Prefiero ser el primero en montar guardia, no pasa nada anormal, menos mal...
Cuando llega la hora del cambio de guardia, le cedo mi puesto a Arlec, estoy bastante cansado, así que busco un lugar cálido donde acostarme. Cerca de la hoguera me parece un sitio estupendo. Me tumbo boca arriba y me quedo contemplando el cielo estrellado.
De repente empiezo a recordar mi oasis y lo feliz que allí era, cierro los ojos, la brisa del desierto me acuna y lentamente caigo en un profundo sueño...
DIA 30:
Me despierto, noto como los primeros rayos del sol acarician mi cara, sacándome del sopor. Me quito la ropa, la guardo en mi alforja y me coloco en un buen sitio para empezar a tomar mi dosis diaria de sol. Todavía nadie está despierto así que aprovecho y disfruto de la calma y del silencio...
Goldman todavía está de guardia, le tocaba el último turno. Me acerco y le comento que si tiene sueño puede acostarse un rato, que yo ya me quedo despierto. No me responde, quizás todavía no confía lo suficiente en mí. Así que me dedico a observar el horizonte. Me parece ver algo en la lejanía, pero me doy cuenta de que sólo era un espejismo. La gente comienza a levantarse. Aprovecho y empaco mis escasas pertenencias, y me pongo a desayunar. Cuando estamos listos volvemos a ponernos en marcha. Por suerte parece que no hay mas percances hasta Santa Fe.
Un par de horas después de nuestra salida salimos del desierto y a lo lejos empezamos a vislumbrar tierras de cultivo. El pueblo se parece mucho a mi oasis, sólo que es bastante más grande. Un pedazo de Cielo en la Tierra... La gente que puebla estos lares parece gente sencilla, humildes campesinos que se dedican al cultivo. Estas personas son distintas, hay algo en ellas, no sé... Cuando pasamos cerca de ellos nos saludan y sonríen, lo que me deja bastante descolocado, ya que yo esperaba la típica mirada de desprecio. Alexa se para un instante y se baja de su jamelgo. Charla un rato con una campesina, que parece buena persona. Alexa le deja su caballo y la señora se lo lleva a una cuadra.
El grupo emprende de nuevo la marcha y llegamos al centro del pueblo. Es como un sueño, es el pueblo más bonito que he visto nunca. Pero esa moto, me da muy mala espina, tal vez pertenezca a uno de los miembros del “Cuchillo”. Les comunico a todos que tengan cuidado con lo que preguntan, que aunque pueda parecer un paranoico esa moto no me gusta un pelo, y la actitud de la gente menos.
Ciertos personajes parecen poder evitar mis sondeos, como Alexa y Maximus. Los demás no me hace falta sondearles para saber qué están pensando... En un momento de despiste por parte de Maximus, y de la manera más fortuita descubro que Maximus está pensando en ¡ponerse a trabajar a cambio de dinero!... ¿Dónde hemos ido a parar?... ¿Qué será de los pobres, si hasta los cibercaballeros se sienten tentados por el vil metal? He de reconocer que hasta yo me siento tentado, ya que para poder conseguir cosas que nos son indispensables hace falta dinero... Pero que un cibercaballero tenga tan indignos pensamientos...
ACCIONES FUTURAS:
Lo primero que quiero hacer es averiguar a quien pertenece la extraña moto modificada.
Lo segundo es ir a la oficina del Sheriff a preguntar si se sabe algo de la chica (y con mucho disimulo hacerle al Sheriff una lectura de auras, por eso tendría que ir con alguien que lo distrajera de mientras).
Lo siguiente es ir a casa del Alcalde, hay que preguntarle que sabe acerca de la “banda”, claro que tendremos que preguntárselo con mucho tacto y confirmando su respuesta a través del aura.
La actitud de la gente me parece bastante sospechosa, así que intento mantenerme distante con la población.
Comprar algunas verduras frescas (aunque no tengo dinero).
Buscar refugio y descansar tras el largo y agotador viaje.
Maximus: Rifts: Turno 8:
Otro día más… Me levanto cansinamente, y pienso que este será el día en que partamos a Santa Fe. Ya he revisado todo lo que necesito, he recargado las baterías de mi hovercycle, mi armadura está lista y una vibropala entra dentro de mi inventario. Pero estos dos días en Santo Tomas de Aquino han sido de lo más interesantes.
Me siento en una de las sillas del Saloon con mis demás compañeros, parece ser que tendremos un nuevo acompañante, se trata de Thomas Covenant, un extraño personaje, pero no tengo ningún inconveniente en que se una a nosotros, siempre vendrá bien la ayuda de alguien más. Pero Chupux parece tener algún problema con él, puesto que se enzarzan en una pelea, Alexa interviene para separarlos y Goldman se pelea verbalmente con Alexa y como parece que ella gana, Goldman calma su frustración destrozando el mobiliario del local. Cuando las cosas parecen haberse calmado salimos del Saloon e intentamos averiguar alguna cosa que nos ayude en nuestro duro viaje.
Al parecer, el camino a Santa Fe es muy abrupto, el desierto es tremendo para el Mercedes, el sol caerá sobre nuestras cabezas con mucha fuerza. Pero nuestro destino parece ser un verdadero paraíso, aunque la verdad, no confío mucho en ello, probablemente allí tendremos que enfrentarnos a terribles enemigos, mucho peores que los Rex, pero lograremos vencer porque la justicia está de nuestro lado. Chupux y yo vamos a hacernos con unos tablones para que nos ayuden a sacar el coche de las zonas de arenas movedizas que hay en el trayecto.
Salimos de Santo Tomás, el clima es abrasador, no aguanto más dentro de esta armadura, paro la hovercycle y los demás vienen a ayudarme. Montan un toldo donde me recupero paulatinamente.
¡¡¡Noto peligro que se dirige hacia nosotros!!! Chupux lo confirma diciendo que seis formas de vida se acercan. Son raptors y van a atacarnos. La mayoría de mis compañeros se quedan petrificados y dos de los raptors vienen hacia mí, creo mi escudo psiónico, pero no consigo detener la embestida de los feroces enemigos. Descargo mi pistola sobre el mayor de los saurios, que me acosa hasta que le machaco y sigo con el otro, pero en cuanto Halberd y Alexa hacen uso de sus poderes mágicos, nuestros enemigos se lanzan hacia ellos. Preparo mi rifle y disparo sobre uno de los que atacan a Halberd y consigo matarle. Poco a poco acabamos con los demás. Sólo ha conseguido escapar uno, pero estaba muy malherido.
Recogemos el improvisado campamento y seguimos el viaje. El coche se atasca en la arena dos veces hasta que decidimos acampar. La noche es tranquila, pero muy fría, todos nos acomodamos como podemos y hacemos las guardias pertinentes.
Al día siguiente llegamos a Santa Fe, al Este del pueblo hay un pequeño bosquecillo y recuerdo con nostalgia mi lugar natal, el bosque de Zuurgh al Norte de DarkGate. Entramos en el pueblo en sí y se me ocurre pensar en ayudar a los ciudadanos a cambio de dinero, ¿cómo puedo pensar esto? Últimamente estoy bastante fuera de contacto y algo brusco con los demás. Creo que mi táctica de mostrarme algo rudo está dando resultado, porque Alexa me mira con malos ojos. Creo que así ya no me elegirán líder del grupo. (He oído algunos comentarios por ahí). No me gusta dirigir la vida de los demás, sino ayudar.
Esperemos que nuestra estancia en Santa Fe sea muy apacible...
ACCIONES FUTURAS:
Comentario final: Bueno, este ha sido mi turno, espero que os guste y ya veis que explico el por qué de mi manera de actuar. Y quiero que quede clara una cosa: NO QUIERO SER EL LÍDER DEL GRUPO.
Fin del Turno 8 de Maximus Claw.
Mxyzptl.
Thomas: Rifts: Turno 8:
Día 27 (1º día de aventura):
Me encuentro en el Salón de Santo Tomás con mis nuevos compañeros de aventura, estoy muy contento, no me lo puedo creer que esto sea verdad. Estoy aquí con unos seres que no conozco de nada, hablando y preparando el viaje a Santa Fe.
El salón es muy parecido al que he visto en las películas del Oeste. Está viejo por su uso.
Pero antes de verme aquí, tuve que convencer al grupo, un grupo muy compresivo (la mayoría), pero me costó mucho esfuerzo, ya que no creían lo que me ocurría.
Yo me encontraba en una mesa, justo enfrente de ellos, después de estar observando y escuchando cómo se llamaban, me dirigí hacia ellos. Estaban en mitad de una conversación y en el primer momento no me hicieron mucho caso. Tuve que insistir un poco más... Hasta que una chica de nombre Alexa me dijo: - ¿Qué quieres? - Por fin me respondió alguien. Le dije que me quería incorporar al grupo de aventureros. Nada mas terminar la frase, dijo Goldman: - Ni hablar, la magia no sirve para nada. -
A Alexa eso le molesto mucho porque decía que lo había salvado la vida con su magia antes, pero... cuando parecían que se iban a pelear Goldman cogió, se levantó y se marchó. Goldman se había enfadado al igual que Alexa porque escuchamos ruidos de romper cosas fuera del Salón. Este acontecimiento me dejo un poco extrañado, pero seguí ahí, de pie esperando a que me invitaran a sentarme con ellos.
Después de estos momentos de tensión Alexa me invitó a sentarme con ellos en la mesa y yo con mucha ilusión acepté.
-Alexa me preguntó: ¿Por qué no nos cuentas tu historia? - (En esos momentos sentí que llego mi hora y no podía fallar).
Empecé a contar... Yo soy un escritor del siglo XX, que en un viaje que hice a Siria a documentarme sobre la higiene en los países pobres, contraje la lepra. Volví a mi casa con mis seres queridos, un hijo de tres años y una niña de cinco años, pero cuando volví me encontré que mi mujer no quería estar así conmigo y me dejo solo y abandonado llevándose a nuestros hijos. Empecé a beber y un día cuando iba medio borracho me atropelló un coche mientras cruzaba la calle. Recuerdo que me llevaban al hospital en una ambulancia y de entrar en un quirófano.
Y ahora estoy como en un sueño y mi cuerpo posee alguna energía especial, alguna magia, que yo no sé utilizar, además recuerdo destellos de imágenes de los últimos días de una vida como mago, por ejemplo algo así como conjuros, pero insisto en que no sé utilizarlos. Lo más raro pero que más agradezco es tener el anillo de matrimonio de una vida mejor, es de platino y estoy muy contento de tenerlo.
Esta es mi historia les dije, y este soy yo. Me miraban con cara de sorpresa, notaba que no se creían mi historia o por lo menos sospechaban. Sobre todo Chupux que no dejaba de mirarme con una cara rara.
– Alexa dijo: ¿Y por qué te quieres unir a nuestro grupo?
Respondí: - Este es mi sueño y vosotros pertenecéis a él y hay algo que me dice que tengo que ir con vosotros y continuar esto... -
Todos se quedaron más sorprendidos aún, de nuevo me fijé en Chupux que después de mirarme con mala cara se levantó, y se dirigió hacia mí. Venía muy nervioso y yo no pude reaccionar, me golpeó en la mandíbula y me derribó de un puñetazo, cuando conseguí levantarme me castigó mis costillas a golpes. Alexa se intentaba meter por medio para separarlo de mí, pero se pinchó con un pincho de Chupux. Después de estos momentos de mal entendido, y digo mal entendido porque momentos después me explicó Chupux que había detectado que yo era un monstruo y por eso me atacó. Llegó la hora de decidir si me admitían o no, Alexa, Chupux, Maximus y Halberd votaron que me quedara, aunque noté que todos ellos con algunas reservas, pero lo importante es que me aceptaron. En cambio Goldman y Muxu deciden abstenerse y no votar y lo peor es que Arlec votó para que no me quedara, ya que por lo visto no le gustan los magos...
En definitiva es que la mayoría decidió que podía quedarme y eso es lo más importante para mí.
Después de todo esto nos levantamos y cada uno fue a intentar averiguar cosas interesantes para mañana. Yo me uno a Maximus, Muxu, Alexa y Chupux, nos dirigimos a hablar con el erudito Anastasius pero él ignora todo lo que le decimos, parece llevar una vida muy tranquila. Por lo que dicen mis compañeros no es consciente de la verdadera dureza de la vida en el exterior de la Universidad de Santo Tomas, de este personaje no sacamos ninguna información sobre la banda del “Cuchillo Sangriento” o de cualquier otro nombre.
Después de estar toda la tarde investigando subí a mi habitación para ver como era y de paso a lavar mi ropa (hacía tiempo que no lo hacia) y a darme una buena ducha con agua caliente y asearme... Cuando termino de todo esto me reúno con mis compañeros en el Salón. Cada uno cuenta la poca información que ha podido conseguir y rumores escuchados, algunos compañeros cogen una buena borrachera, otros (yo me incluyo) se van pronto a descansar. Tras las heridas que me produjo Chupux, de lo único que tenia ganas era de descansar bien y dormir bastante rato para así poder recuperarme bien.
Día 28 de diciembre:
Me he levantado muy mejorado de las heridas, es más, ya no siento nada gracias a la buena noche que he pasado. Por mí ya podríamos partir a Santa Fe, pero hay que esperar a que le arreglen la armadura a Maximus y, como no, que Arlec se recupere de su resaca de anoche. Mientras esperamos esto, mis compañeros establecen una larga y tendida conversación conmigo sobre el mundo de las Grietas, intentan convencerme de que es real esto. Lo más extraño es que no me creen cuando digo que personas como: Clint Eastwood, John Wayne y Mel Gibson eran unos actores que interpretan unas películas de ficción y no grandes héroes como dicen ellos, sea como sea, les ha molestado mucho que yo haya dicho eso.
Me subo a mi habitación a recoger las cosas porque Arlec y Maximus ya estamos preparados para el viaje, sólo queda decidir cómo vamos a ir, ya que mis compañeros han averiguado que no hay carretera hasta Santa Fe, y por lo visto es un terreno arenoso y el coche se puede quedar encallado o la peor desgracia: hundirse. Como Goldman decide arriesgarse y llevar su coche pues allá que vamos en el vehículo todos menos Maximus que lleva su hovercycle y Alexa en su yegua.
Yo voy en el asiento de atrás al lado de mi compañero Halberd. Un rato después de salir ya nos damos cuenta de cómo va a ser el camino, solo hay que mirar al horizonte y ver el infinito territorio de arenas y dunas. Chupux a través de la telepatía se comunicaba conmigo (con todo el grupo) y parecía como si fuera sentado a mi vera y os aseguro que no lo estaba.
Goldman parece todo un experto en conducir coches, hasta diría que es un piloto de rallies. Más o menos por la mitad del camino cambia la superficie por la que avanzamos, ahora es más rocosa con rocas puntiagudas cerca de nosotros. Ya es mediodía y no veas el calor que hace, menos mal que Arlec ha subido el aire acondicionado y se puede superar mejor el calor, yo no me puedo quejar porque hay compañeros que lo están pasando peor que yo.
De repente veo que Maximus se para, rápidamente van mis compañeros a ayudarle preparándole un toldo y ofreciéndole agua fresca. De camino también aprovecho para beber un trago de agua no vaya a ser que me deshidrate y descansar.
Cuando estoy tan tranquilo descansando y con mi cantimplora de agua siento que Chupux me avisa de que nota peligro. Estamos siendo acechados por una manada de bichos raros que por lo que me han dicho son Tigre Claw, parecidos a los velociraptores, me fijo en mis compañeros que algunos se quedan paralizados, a mi lo único que se me ocurre es disparar una descarga total de mi pistola, pero no consigo acertar. No tengo mucha practica con las pistolas, muy pocas veces la he utilizado.
Parece un infierno, mis compañeros lo están haciendo muy bien, pero los bichos son resistentes, recargo mi pistola para intentar ayudarlos en la batalla. Esta vez me intento concentrar para no fallar el disparo, pero de tanto concentrarme noto como mi alianza de platino comienza a iluminarse y fulgurar y empiezan a aparecer imágenes extrañas en mi cabeza. No sé muy bien de que son pero intuitivamente abro la boca y arrojo fuego de ella sobre un raptor que intentaba acosarme... Por fin terminó el combate y mis compañeros han conseguido acabar con los bichos, con mi pequeña ayuda.
Ayudo a recoger el campamento que ha quedado destrozado después del combate. No estoy muy contento por no poder haber hecho algo mas, me pongo a reflexionar sobre lo que me ha ocurrido. Intentan hablar conmigo, pero prefiero seguir pensando.
Uff lo que faltaba el coche se ha encallado, menos mal que en el maletero había unos tablones, precisamente para esto. Entre todos lo conseguimos sacar, esto hay que repetirlo otra vez más porque el coche se vuelve ha encallar una hora más tarde. Después de estas paradas, Goldman vuelve a conducir como nos tenía acostumbrados. Ya ha caído la noche y hemos encendido las luces del coche. Ya se nota bastante la fatiga del viaje, yo necesito descansar al igual que mis compañeros, con que decidimos parar y montar el campamento para pasar la noche, Monto mi saco a la vera del fuego y me acuesto, sigo meditando e intentando buscarle una lógica a lo que me pasa, así paso toda la noche.
Día 30 de diciembre:
Al despertarme me encuentro que Halberd ha preparado el desayuno para todos, muy amable por su parte, le doy las gracias. Después del desayuno recojo mi saco de dormir y mis cosas y me preparo para proseguir el viaje.
Con la clase de Goldman conduciendo llegamos para la tarde a Santa Fe. ¡Por fin hemos llegado! Grito en mi interior, ya tenía ganas de llegar. Era un pueblo pequeño en medio de un valle paradisíaco verdaderamente precioso. Al Sur hay un valle y al Norte y Oeste montañas. Mientras nos vamos adentrando al pueblo veo que hay muchas casas de madera con huertos y corrales de animales de granja. Las gentes parecen bastante sencillas y un poco pobres, sólo viven de lo que producen los animales y el campo.
Son muy amables ya que nos saludan al pasar con la mano por su vera. Dejamos el vehículo en una explanada que había y proseguimos el camino a pie, de repente una granjera llama a Alexa, a mí eso me sorprendió mucho y me quede mirándola con ojos sombríos. Alexa al final deja su yegua con la granjera y seguimos el camino hasta el centro de la ciudad que hay una plaza y un pequeño y modesto salón situada en ella, con una fuente y un estanque en mitad de la sala.
A un lado está la humilde oficina del Sheriff y al otro lado la casa del Alcalde. Me llamó mucho la atención el cartel que había en la pared de la oficina del Sheriff que ponía: ”Chica desaparecida se busca. Maria García 50.000 CR”.
Acciones Futuras:
- Lo primero de todo es recargar mis cantimploras y comer un poco para recuperar fuerza.
- Buscar un sitio donde pasar la noche, a poder ser en el Salón si tiene alojamiento, y si no convencer a algún granjero para quedarme en su casa.
- Ver si hay algún sitio donde pueda comprar una recarga para mi pistola NG-57.
- Creo que podríamos intentar buscar la chica que están buscando, y así recibir la recompensa que se paga por su entrega... Ya que nos hemos enterado que el padre de esa chica es el Alcalde.
- Mirar si necesito reponer cosas de mi equipo e ir de compras como por ejemplo comida.
- Buscar información, averiguar más cosas, preguntándole a los habitantes de Santa Fe.
- Y seguir meditando y pensando sobre mí y lo que me rodea.
FIN DEL TURNO 8 DE THOMAS.