DM: Rifts: Turno 42:
Introducción individualizada:
DM: Rifts: Turno 42:
Noche del miércoles, día 6 de octubre de 104 PA:
Entráis en el Cuartel General del DIT y os conducen a la sala de juntas, que ya os resulta más que familiar a estas alturas.
Os acabáis de sentar en vuestras sillas cuando entra en la sala el Capitán Leo Prince. Le explicáis lo que habéis averiguado en Old Bones, la situación exacta de la base de los Remington’s Raiders y sus vecinos piratas. Lo más preocupante es que Remington dispone de un poderoso crucero misilero y una gran cantidad de misiles con ojivas de gas, probablemente cargados de ZK-12 en estos momentos, listos para disparar su mortífera carga sobre cualquiera de las importantes naciones entorno a los Grandes Lagos, con Tolkeen a la cabeza entre los objetivos más probables.
Daeron, en nombre del grupo, afirma que los Rifts Warriors están dispuestos a hacer todo lo posible para eliminar la amenaza que suponen los Remington’s Raiders y el agente biológico ZK-12 y que agradeceríais al gobierno de Tolkeen toda la ayuda que os puedan proporcionar en esta tarea.
Prince os sonríe y asiente. Dice:
Prince realiza una pausa mientras proyecta en la pantalla principal un mapa de la Bahía Negra (una bahía más pequeña dentro de la Bahía del Trueno en el Lago Superior). Teclea las coordenadas para que aparezcan en el mapa la posición del Campamento Remington y la del campamento de los otros grupos piratas aliados con los Incursores de Remington, en el puerto pirata de Dorian.
Prince: "En estos momentos, representantes de los gobiernos de Tolkeen, Markeen y Lazlo están reunidos para tratar este asunto. Es tarde y están ustedes cansados. Les recomiendo que regresen a su hotel y descansen. Mañana por la mañana podré decirles más".
Os despedís de Prince y regresáis al hotel para descansar y estar listos para lo que sea el día de mañana.
Esa noche Mune comparte habitación, y algo más, con Erzebeth. Horas más tarde, Mune sale silenciosamente para no despertar a la elfa, y con la camiseta bajo el brazo. Al salir se encuentra cara a cara con Baldwin y Shidi, que vuelven de tomar unas copas. Shidi parece que ha bebido un tanto de más y monta un poco de escena, hasta que Arik y Baldwin le llevan a la cama.
Cuando Shidi está acostado el resto se retiran a descansar, pero el ex Comando no están tan bebido como aparentaba. Sale por la ventana y trepa al tejado, donde se queda triste contemplando las estrellas durante buena parte de la noche.
Mañana del jueves, día 7 de octubre de 104 PA:
Tras una buena noche de descanso y un estupendo desayuno, el propio Leo Prince os viene a buscar para llevaros una vez más al DIT. Esta vez os conduce a una sala de estrategia más imponente que la sala de reuniones a la que ya estáis acostumbrados. Para vuestra sorpresa, en esa sala ya están esperando los Ojos de Plata al completo, que se levantan cuando entráis vosotros.
Hay una tarima para un orador preparada, pero no hay nadie en ese puesto. El Capitán Prince se sienta a vuestro lado. Charláis con los Ojos de Plata, que os confirman que están aquí por la misma razón que vosotros.
De repente, un soldado entra por la puerta y da la voz de "¡Atención!" Veis que Prince se pone en pie y todos le imitáis. Por la puerta entra un hombre de un inmenso magnetismo personal, es moreno, con el pelo corto al estilo militar, fuerte, ataviado con una impresionante armadura artesanal. Irradia fuerza y seguridad es sí mismo, es toda una personalidad repleta de carisma.
Scard: "Pueden sentarse. Damas, caballeros, algunos de ustedes ya me conocen. Para los que no, mi nombre es Corin Scard, el Señor de la Guerra Scard".
Mune siente un escalofrío. ¿"Señor de la Guerra"? ¿No era el Comandante Supremo del Departamento de Defensa de Tolkeen? El mago mira al Señor de la Guerra, sí, no cabe duda de que eso es lo que es. Un verdadero líder de hombres, al que los ejércitos seguirían al infierno. Esa sonrisa llena de confianza... pero sus ojos... Son los ojos fríos y despiadados de un hombre capaz de hacer cualquier cosa... lo que sea, por salvaguardar a su país.
Scard: "El Rey Creed me ha pedido que les transmita a los Rifts Warriors su agradecimiento personal por la excelente labor que han llevado a cabo hasta ahora. Sin embargo, me temo que voy a tener que pedirles todavía mayores esfuerzos. Me alegra ver que saben a lo que se enfrentan y que aceptan gustosos el desafío. El Reino de Tolkeen no puede ser desagradecido con tamaña muestra de lealtad y espíritu de sacrificio. Es por ello que he autorizado el pago de una recompensa de un millón de créditos a cada uno de ustedes, si cumplen con éxito la misión y regresan con vida" - dice esto último con una sonrisa cruel. Hace un gesto y en la enorme pantalla a sus espaldas se proyecta la imagen de la Bahía Negra. Es el mismo mapa que os mostrara ayer el Capitán Prince. Después se proyecta otra imagen, esta una fotografía aérea nocturna, que coincide sustancialmente con la anterior imagen.
Scard: "El hombre que hizo esta fotografía desde un TK Glider lo pagó con su vida, pues fue derribado por un misil antiaéreo instantes después de transmitir esta imagen, pero ha valido la pena. El análisis minucioso de esta fotografía ha confirmado que el Campamento Remington está alejado de los de sus vecinos en la población de Dorian. Al parecer Gus Remington no confía por completo en sus aliados de conveniencia piratas, aunque todos trabajen para el mismo patrón. Todo indica que hay sólidas defensas - baterías costeras anti-buque y antiaéreas - en estos dos islotes. Haciendo que toda aproximación directa a la Bahía Negra sea un suicidio. Para mayor defensa, parece que toda la flota pirata está fondeada en medio de la bahía, completando una trampa mortal para cualquiera que ataque por esa ruta. Sin embargo, esta pequeña bahía situada detrás del Campamento Remington - la Bahía Shesheeb - está por completo desprotegida".
Scard: El plan es el siguiente: Se les trasladará a los muelles de Lazlo por medio de un dispositivo tecnomágico de transporte emplazado en la ciudad de Blueline. Una vez allí, los dos grupos embarcarán en un submarino de Lazlo, que navegará sumergido hasta la Bahía Negra. El submarino desembarcará primero a los Ojos de Plata en este punto - señala la playa más cercana a Dorian en la pequeña bahía situada al este de la Bahía Negra. - Mientras los Ojos de Plata avanzan sigilosamente por tierra al amparo de la noche hacia Dorian, el submarino continuará hasta la Bahía Shesheeb, donde desembarcará a los Rifts Warriors, que avanzarán hasta situarse justo detrás del Campamento Remington. Una vez ambos grupos estén en posición, los Ojos de Plata comenzarán un ataque de distracción sobre Dorian, que tendrá como objetivo evitar que los cuatro grupos mercenarios piratas allí acampados puedan auxiliar a los Remington’s Raiders. Simultáneamente, usted - mira a Daeron - conducirá a los Rifts Warriors sobre el Campamento Remington. Su objetivo no es necesariamente eliminar a Remington y a sus hombres, sino destruir todas las reservas del ZK-12 y hacerse con la fórmula. Además, si, como sospechan, Zachary Krug - el científico creador del mortífero gas - se encuentra en manos de los mercenarios, deberán rescatarle y traerle de vuelta sano y salvo a Tolkeen. La misión principal en toda esta operación consiste en evitar que el agente biológico letal caiga en manos de la Coalición o sus simpatizantes, así como evitar que puedan producir más en el futuro. Eso es todo. El Capitán se ocupará de los detalles".
El Señor de la Guerra se dirige a la salida. El soldado grita "¡Atención!", y el Capitán Prince y todos los presentes en la sala os ponéis en pie mientras Corin Scard sale.
El Capitán Prince, suministra cascos de visión nocturna para aquellos que no disponen de medios para ver en la oscuridad. Los de Indira y Rolando son del tipo hermético, que sustituyen a los de sus armaduras medioambientales, mientras que los de Daeron y Mune son abiertos en el rostro y decorados al estilo tan en boga entre los Ley Line Walkers, y llevan incorporadas máscaras de gas. A Shidi le suministra un equipo completo de demoliciones incluyendo un total de diez bloques de fusión pesados y diez de grado medio.
El Capitán os dice que esta tarde después de comer parte una nave hacia la ciudad de Blueline, desde donde usaréis El Puente para viajar a Lazlo. Habláis con el Capitán Leo Prince ambos grupos aventureros, resolviendo dudas y ultimando detalles.
Los dos grupos os vais a comer juntos a un buen restaurante de la ciudad. Por parte de los Rifts Warriors sois: Daeron, Indira, Arik, Baldwin, Rolando, Striker, Erzebeth, Mune y Silver.
Por parte de los Ojos de Plata son: su líder, el hombre demonio hechicero Graham Bell; el muchacho descalzo vestido con vaqueros gastados y camiseta roja llamado Spirit; los tecnomagos Henky y Maps, ogro y enano respectivamente; los cyborgs Hard Steel y Máquina Mala, ambos Full Conversión ‘Borgs pesados, el primero procedente de Tolkeen y el segundo mexicano, viste los típicos poncho y sombrero mexicanos; el marqués Glitter Boy Jean Pierre Balzac de Betaine-Montpoissant; el simpático y siempre sonriente tirador John Tom Goodfellow; el calvo y de venas hinchadas Vickers el fundementes, siempre con mala cara como si tuviera una tremenda migraña permanente; el salvaje, también calvo, de piel blanca y con tatuajes negros Bug Boy, el Psi-Stalker; Nutshell, un simpático guerrero Juicer que parece más bien novato; y Abraham Still, un tipo nervioso y huidizo que siempre va a todas partes con un ordenador portátil y demás equipamiento electrónico.
Disfrutáis de una excelente comida en un buen restaurante y charláis un poco de todo, aunque todo es un batiburrillo de conversaciones, ya que sois veintiuna personas hablando unos con otros.
Tras la comida vais al hotel a recoger vuestras cosas. Daeron le compra a Erzebeth un eyector de plasma pesado NG-E4 con diez cargadores, y a Striker una armadura pesada MI “Vaqueros”, un rifle láser con lanzagranadas NG-LG6, con 10 cargadores y una caja con 50 granadas. Después reparte algunas cosas del fondo común.
El resto de equipamiento se quedará en Tolkeen, con el hoverfurgón de Shidi, junto con el camión Battlebringer y los 10 robots de Arik, las dos hovermotos, el caballo robot, y la SAMAS de Shidi. La única pieza de equipamiento extra pesado que vais a llevar (aparte de vuestras armaduras y armas, incluyendo las de repuesto) es la unidad Glitter Boy de Arik, que es la mayor ventaja del grupo en caso de combate.
Daeron está especialmente preocupado por la logística. Van a ser veintiún aventureros, con todas sus armas, armaduras y equipo, y dos unidades Glitter Boy de tres metros de alto en un submarino. Tendrá que ser un submarino muy grande y espacioso para daros cabida a todos, porque si no... vais a ir más bien apretados.
Cuando todo está dispuesto embarcáis en la nave aérea. Todos vais bastante cargados con mochilas, equipo, armaduras de repuesto, armas, munición... A los más fuertes físicamente no os molesta especialmente el exceso de equipaje, a los demás, especialmente estando acostumbrados a llevar todo el equipo extra en vuestros vehículos, se os va a hacer pesado viajar con tanta impedimenta, aunque por suerte de momento no tenéis que caminar.
La nave aérea despega y esa misma tarde llegáis a Blueline. La ciudad es un cinturón industrial de tecnomagia. Gran parte de lo que se manufactura aquí es secreto de Estado. Una de las maravillas secretas aquí presentes es El Puente. Una enorme estructura que desde el aire parece un bunker liso y alargado, o un colosal hangar, pero que en realidad es un túnel que recorre una poderosa Ley Line, canalizando su energía para diversas utilidades, especialmente las de viaje.
Habéis desembarcado de la nave aérea tras despediros de la tripulación. En tierra, oficiales del ejército de Tolkeen os conducen al Puente. Visto desde el suelo parece un túnel de hormigón. Dentro hay luces en el techo.
Os despedís de los militares y os adentráis en el gigantesco túnel. Aquí y allá hay extrañas piezas de maquinaria que sale de las paredes o cuelga del techo. La iluminación es tenue y el túnel, aunque interesante, no parece tener un propósito claro, excepto tal vez el de servir como hangar.
Conforme camináis, Mune, Daeron y Baldwin pueden sentir la gran energía mágica latente en este lugar, pero sólo el primero, al ser Ley Line Walker, se siente lo suficientemente en sintonía con este lugar para comprender su funcionamiento y función. Cuando eso ocurre, sonríe y con un ligero esfuerzo concentra las colosales energías mágicas del lugar-artefacto de tecnomagia. Se produce un enorme flash mágico de luz blanca. Cuando salís andando de la luz ya no estáis en El Puente, sino en los muelles de Lazlo.
Mune no sabe mucho de tecnohechicería, pero comprende que El Puente es sin duda una verdadera y colosal maravilla de ingeniería en ese campo, y ha permitido a un simple aprendiz de mago conseguir algo que por medios rituales requiere la participación de veinte adeptos. Claro que esta versión del viaje mágico es mucho más limitada y sólo permite viajar a lugares con gran concentración de magia, principalmente ciudades del Reino de Tolkeen, y a Lazlo.
Miráis a vuestro alrededor. No es mucho lo que podéis ver de la ciudad de Lazlo. El clima es frío, canadiense. Lazlo parece tan hermosa como Tolkeen a primera vista, tal vez incluso sea más bonita, aunque también más pequeña. Esta es la patria de Erin Tarn, la famosa historiadora y aventurera.
Por lo que sabéis, Lazlo abraza los mismos ideales de tolerancia y aprendizaje que Tolkeen, aunque, al contrario que el Reino Mágico, es una democracia. Además, mientras que Tolkeen se prepara para la guerra, para cuando la invasión por parte de la Coalición finalmente se produzca, los habitantes de Lazlo son marcadamente pacifistas, y, en consecuencia, su nación parece mucho menos defendida.
Lazlo es políticamente neutral y no ha querido involucrarse en los planes de defensa de Tolkeen. Sin embargo, ni siquiera unos pacifistas como ellos podían pasar por alto la amenaza que supone el agente biológico ZK-12, por lo que colaboran secretamente en esta misión, aportando buena parte del dinero de vuestras recompensas y el submarino en el que realizaréis el viaje a través del Lago Superior, el LS Deep Reach 01.
Apenas tenéis tiempo de hacer turismo, pues enseguida la tripulación del submarino os conduce hacia el oscuro buque. Por fuera el submarino parecía enorme, pero por dentro parece mucho más pequeño, incluso claustrofóbico. Erzebeth y Daeron miran con aprensión los rincones oscuros, pues no se sienten demasiado cómodos.
Os acostáis en las estrechas literas que os asignan. Las condiciones no son nada cómodas. Hay muy pocos retretes y muy pequeños, el espacio es súper reducido, pero vais a hacer un esfuerzo por soportar la travesía.
El Capitán Jonás Merman se entrevista con vuestros líderes, Daeron y Graham, y les informa de la duración estimada del viaje: dos días hasta la Bahía del Trueno, un día más para aproximarse a la Bahía Negra y desembarcar a los Ojos de Plata cerca de Dorian, y hacia el final de ese día llegar a la pequeña Bahía Shesheeb y desembarcar a los Rifts Warriors.
Mientras hablan, el submarino ha zarpado, y el movimiento es suficiente para marear a Daeron y Graham, que en cuanto terminan de hablar con el Capitán del buque, acuden prestos a sus literas.
Trascurren dos incómodos días de viaje en submarino.
Mañana del sábado, día 9 de octubre de 104 PA:
Estáis en la Bahía del Trueno, una enorme Bahía en la costa norte del Lago Superior, en Canadá.
Algunos de vosotros soportáis bien el mareo, especialmente los cyborgs y los Juicers, y podéis socializar un poco, hablando con los tripulantes. Los marineros son un poco tímidos al principio, intimidados quizá por vuestra fama de temibles guerreros, después se abren más y resultan ser unos tipos simpáticos que no tienen reparos en hablar de su patria a quien les pregunte. Sin embargo, otros de entre vosotros, no tenéis mucha suerte y el viaje os está resultando tremendamente mortificante, entre el mareo y la claustrofobia.
Con mucho esfuerzo, durante el viaje el hechicero hombre demonio Graham Bell enseña a Daeron y a Mune el útil hechizo de “Llamada”, que permite establecer limitado contacto telepático a gran alcance. Con este hechizo los dos grupos aventureros podrán coordinar sus ataques, enviar instrucciones o incluso ponerse en contacto con el Capitán Jonás Merman para solicitar la recogida.
Mañana del domingo, día 10 de octubre de 104 PA:
Os encontráis en las proximidades de la Bahía Negra. Algunos teméis que podáis ser detectados por los sónares de los coalicionistas, pero Merman os tranquiliza diciéndoos que este submarino cuenta con efectivas contramedidas mágicas que engañan a cualquier sistema de detección tecnológico.
Hacia el mediodía el submarino emerge a la superficie en las proximidades de una playa situada en una pequeña bahía sin nombre al oeste de la Bahía Negra. Os despedís de vuestros compañeros, los Ojos de Plata, y ellos desembarcan en una lancha neumática que les conduce a tierra, excepto el marqués que va en su Glitter Boy vadeando las aguas poco profundas. En parte os dan envidia, ellos podrán tocar tierra al fin.
La alarma de inmersión os avisa de que tenéis que volver a vuestros habitáculos y al viciado aire del submarino. El viaje prosigue para los Rifts Warriors.
Al atardecer el Capitán Merman os indica que habéis llegado a vuestro punto de desembarco. El submarino sale a superficie, y al igual que hicieron los Ojos de Plata hace horas, desembarcáis por medio de una lancha neumática zodiac, excepto Arik con su Glitter Boy.
La operación, apodada “Vida y libertad” por el alto mando tolkeenita, ha dado comienzo.
Tras llegar a tierra, recogéis vuestro equipo y ocultáis la lancha neumática junto con las armaduras de repuesto, que habéis traído sólo para el caso de una emergencia. Procuráis mantener la comunicación por radio al mínimo y Arik lleva sus sensores en modo pasivo. Baldwin lanza sobre el Glitter Boy una red de camuflaje, que ha traído para ocultar el delator brillo de espejo de la armadura de potencia.
Erzebeth avanza la primera, explorando el terreno. La siguen a cierta distancia Baldwin y Striker. Después va el grueso del grupo: Daeron, Indira y Mune, escoltados a los lados por Rolando y Shidi, que lleva su servo armadura y porta los explosivos. Cierra la marcha, bastante distanciado, Arik en su Glitter Boy, pues es el elemento menos sigiloso del grupo.
Sin embargo, cuando el sol se pone, todo se vuelve más oscuro y Erzebeth nota que no puede soportarlo, pese a su visión de oscuridad élfica. Va a la retaguardia y enciende su potente linterna de cinturón. Daeron sufre de la misma fobia, y crea un Globo de Luz Diurna para alumbrarse. Daeron piensa que es mejor que él y Erzebeth vayan bien distanciados del grupo en la retaguardia, detrás de la mole de la Glitter Boy de Arik. Así que Baldwin toma el lugar de Erzebeth en la vanguardia del grupo, con Striker cubriéndole las espaldas.
Baldwin llega a los límites más externos del campamento de los Incursores de Remington. Activa el camuflaje de su armadura de camuflaje Naruni (que perteneciera a su hermano Solomon, y al famoso asesino Carta Negra – Peter Vorenkampf – antes que él). Decide reptar por el suelo como un lagarto para evitar ser visto, pero lamentablemente hace ruido con unas ramas secas justo cuando una patrulla de mercenarios pro-coalicionistas pasaba por su zona. Le han visto.
El sargento que dirige la patrulla pide ayuda por radio, pues ha localizado intrusos. El mando le confirma que tendrá apoyo de artillería naval de la flota en cuatro minutos, y apoyo aéreo en dos. Le ordenan resistir mientras llegan los refuerzos. El sargento muestra su aprobación y se dispone a ordenar el ataque contra Baldwin de él y su patrulla de diez hombres, todos armados con rifles láser de asalto C-12, uno con un lanzacohetes y otro con un eyector de plasma C-27.
COMBATE CONTRA LOS INCURSORES DE REMINGTON:
Previo al Combate:
Primera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Ataques Séptimo y Octavo:
Segunda Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Tercera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Cuarta Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Quinta Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto a Octavo Ataques:
Noveno Ataque:
Sexta Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto a Octavo Ataques:
Noveno Ataque:
Fin del Combate. Resultado de victoria aventurera. Bajas aventureras: Arik, Rolando, Mune. Bajas enemigas: 2 helicópteros de ataque, 1 caza-bombardero, 4 vehículos lanzamisiles Iron Bolt, 130 soldados de infantería. Otras bajas: Zachary Krug.
Striker comienza a recargar su rifle láser púlsar de largo alcance a toda velocidad, pero para cuando vuelve a apuntar, Remington ya no está en su línea de tiro. El maldito capitán mercenario se ha retirado porque su armadura de potencia estaba bastante dañada. ¡El mérito es de Indira!
Daeron manda retirada. Striker guarda su rifle y coge en brazos al inconsciente Baldwin. Comenzáis a correr todos juntos, pero enseguida se evidencia que algunos de vosotros - Indira, Daeron y Mune - sois demasiado lentos. Si vais todos al ritmo de los más lentos, no conseguiréis llegar a la playa antes de que comience el bombardeo.
Es muy duro decidir quién debe salvarse y quién debe arriesgarse a morir. Shidi y Striker pueden evacuar a tres en total (Striker haciendo un gran esfuerzo puede llevar a Baldwin y a otro más), pero uno tendrá que quedarse atrás e intentar llegar a la playa por sus propios medios.
Mune se ofrece voluntario para quedar atrás, Erzebeth se ofrece de inmediato a quedarse con él, pero el aprendiz de mago la convence de que se salve y le dice que no le pasará nada. Daeron lanza una Armadura Invencible sobre Mune y le desea suerte, "Fuerza y Honor, amigo mío" - le dice a modo de despedida.
Shidi - su fuerza y velocidad potenciadas gracias a su armadura exoesqueleto con servomotores - recoge en brazos a Indira. Erzebeth corre muy deprisa por naturaleza, aunque no es lo bastante fuerte como para cargar con otra persona y moverse a la misma velocidad. Striker hace un gran esfuerzo y carga a Daeron sobre el otro hombro.
Comienza una carrera de dos kilómetros hacia la playa y la salvación. Todos lográis llegar a la playa antes del comienzo del bombardeo masivo de la flota ordenado por Remington, que está sediento de venganza por la humillante derrota sufrida a vuestras manos.
Todos, menos Mune, que necesita cuatro minutos para recorrer el primer kilómetro y llegar a la relativa seguridad del bosque a medio camino. Pero no dispone de tanto tiempo. En dos minutos y medio comienzan a caer tremendas salvas de misiles nucleares multi-ojiva de largo alcance lanzados desde el poderoso crucero misilero Rey del Mar, el buque insignia de Remington.
En el primer minuto del salvaje y masivo bombardeo Mune es alcanzado por una salva de misiles. El hechizo de Armadura Invencible le salva de todo daño antes de disiparse, pero Mune es derribado por la increíble potencia de las explosiones nucleares y queda aturdido. Nada puede protegerle contra la siguiente salva de misiles que impacta en su zona.
Remington - decidido a exterminar a los que le han vencido - no escatima en recursos y está saturando literalmente los dos kilómetros que separan su campamento de la playa de explosiones. No sabe quiénes ni cuántos sois, aunque sospecha que al menos un pequeño ejército - pues nada menos poderoso podría haber vapuleado de ese modo a sus tropas. Confía en que si vais a pie no tendréis forma de escapar, poco se imagina que ha malgastado todos los misiles de su más poderoso buque para matar a tan sólo un hombre.
Erzebeth grita cuando ve las explosiones que están arrasando toda el área de dos kilómetros. El suelo tiembla y se estremece debido a los titánicos impactos, todo lo que se ve en el panorama son los hongos nucleares y el ruido es ensordecedor, por suerte vosotros ya estabais ensordecidos debido a los disparos supersónicos del Boom Gun.
Erzebeth quiere volver, correr a la zona saturada de terribles explosiones, regresar junto a su amado, pero en estos momentos eso equivale a una muerte segura. Striker y Shidi la sujetan e intentan tranquilizarla, cosa muy difícil.
Varios minutos después, cuando acaba el bombardeo, Striker y Shidi corren en busca de Mune, que aún no ha regresado. Erzebeth, ignorando los ruegos de que se quede, les sigue con toda la velocidad de sus piernas de elfa.
Los tres aventureros no consiguen encontrar a Mune, ni a su cuerpo, en la zona devastada y cristalizada. Sí encuentran sin embargo la pistola de iones NG-57 que perteneció al padre de Mune. Por un momento los tres captan lo que parece ser una triste música y ven un resplandor que podría ser la silueta del joven mago. Algo, una sensación más bien, les toca. Es la despedida de un amigo verdadero.
Erzebeth rompe a llorar cuando toma la pistola de Mune, está caliente, pero milagrosamente algo la ha salvado de la destrucción que ha atomizado a todo lo demás. Shidi y Striker también se sienten embargados por la tristeza y sienten deseos de llorar, pese a que el primero no tenía demasiado trato con el joven aprendiz (Shidi siempre ha desconfiado de los magos), y el segundo le conocía poco. Pero la desconsolada tristeza de la bella elfa es contagiosa.
Shidi insiste en que deben regresar, pues el grupo entero es demasiado vulnerable en estos momentos. Striker divisa en dirección al campamento Remington a cuatro SAMAS Power Armor volando. En un primer momento piensa que se dirigen hacia ellos, aunque luego de percata de que parecen estar patrullando el perímetro de su campamento, seguramente los malditos piratas pro-coalicionistas os creen muertos. De todos modos, eso convence a las tres de que es hora de moverse. Así que regresan corriendo a la playa, donde Indira y Daeron les esperan en la lancha zodiac, en la que ya han subido a Baldwin.
Habéis cumplido vuestra misión. El ZK-12 ya no caerá en manos de la Coalición, ni de nadie más. ¿Ha merecido la pena? Seguramente los Rifts Warriors que han caído hoy dirían que sí, que su sacrificio ha servido para salvar la vida de miles, tal vez millones, de personas.
Daeron recibe la confirmación telepática de Graham de que los Ojos de Plata ya han completado su retirada y aguardan la recogida en una gruta submarina.
Erzebeth se levanta la visera de su casco. Contempla a Daeron, Indira y a los demás compañeros con una seriedad mortal y los ojos brillando por las lágrimas. La elfa vuelve a cerrar la visera de su yelmo.
Todos embarcáis en la lancha neumática y Striker se pone a los mandos. Regresáis vivos seis de nueve que llegasteis. En cuestión de minutos embarcáis en el submarino de Lazlo.
El Capitán Jonás Merman os da las gracias por lo que habéis hecho, y comprende a la perfección sin que se lo digáis a qué se deben las ausencias entre vosotros. Cortésmente os conduce a vuestros camarotes. Unos solícitos marineros os ayudan con vuestras armaduras. En sus ojos brilla la admiración que sienten por vosotros, pero educadamente callan las muchas preguntas que a buen seguro querrían haceros y os dejan tranquilos.
Media hora después los Ojos de Plata embarcan en el LS Deep Reach 01. Graham y Daeron se dan la mano en el pasillo. Ambos grupos han obtenido una gran victoria contra las fuerzas de la opresión y la tiranía, pero el coste ha sido muy elevado.
Los ojos de Plata han tenido tres bajas: Abraham Still el hacker, Vickers el fundementes, y Henky el tecnomago ogro. Ambos líderes no pueden sentirse demasiado alegres pese al triunfo. Algunas victorias tienen un sabor amargo.
Durante el trayecto hacia Lazlo tenéis ocasión de hablar con los Ojos de Plata. Su ataque a la ciudad pirata de Dorian fue un infierno, se enfrentaron contra una superioridad numérica de cuarenta a uno. Es una verdadera hazaña que resistieran tanto su ataque en esa situación. Os dicen que durante todo el combate les animaban las espectaculares explosiones que se veían y se oían procedentes del campamento Remington, porque sabían que el odioso enemigo estaba recibiendo lo suyo por cada golpe que conseguía dar.
El tecnomago enano Maps está muy deprimido, el ogro Henky - uno de los fallecidos - era un amigo suyo de la infancia, se conocieron en una escuela elemental de Tolkeen hace cincuenta años. Pese a su tristeza, el enano intenta consolar a Erzebeth por la pérdida de Mune y sus demás compañeros.
Resulta un tanto insólito ver a un enano intentando animar a una elfa. Es una muestra más de que en Tolkeen las diferencias raciales se dejan de lado. Es un lugar donde razas tradicionalmente antagónicas pueden ser amigas y convivir en armonía.
En dos días estáis en el puerto de Lazlo, donde sois recibidos como héroes con todos los honores. Banda de música, serpentinas, una alegre multitud de personas de todas las razas presentes en Norteamérica que os aclaman con alegría y ensalzan vuestra hazaña a voz en grito.
Lazlo es probablemente el lugar más idílico que conocéis, pero, sin embargo, no deseáis quedaros aquí más tiempo del necesario. Es un lugar de paz y armonía, un ideal a seguir e imitar, quizás incluso más que Tolkeen (dado que sobre Lazlo no penden las sombras oscuras de la guerra). El resto de Norteamérica y del mundo sin duda no es un lugar de paz, sino que dista mucho del ideal, pues hierve de conflicto e injusticia.
Lazlo vive en paz, pues nada amenaza sus serenas torres y paradisíacos jardines, nada mancilla sus prístinas fuentes y estanques. Pero los Rifts Warriors no nacieron para refugiarse en este remanso de paz, sino para luchar por la justicia y para contribuir a que el mundo sea un lugar mejor para vivir para todos.
Los Ojos de Plata tampoco desean permanecer aquí más tiempo del imprescindible, pues ellos son ante todo tolkeenitas. Desean regresar pronto a su amenazada patria, informar a las autoridades del éxito de esta misión crucial, y honrar a sus muertos en las correspondientes ceremonias funerarias. No hay cuerpos que enterrar, aunque los Ojos de Plata os dicen que cuando sucede eso ellos tienen por costumbre enterrar algún objeto preciado por el camarada caído.
Los místicos curan las heridas de Baldwin y un ciber-doc revisa y repara su bio-computadora y su arnés de drogas hasta dejarlo de nuevo al 100%. Baldwin ya se encuentra mucho mejor después de esto, tan sólo lamenta no haber sido más útil en la terrible lucha en la que murieron tres de sus compañeros.
Asistís a un banquete en vuestro honor en el palacio del Concilio del Aprendizaje. Los poderosos Archimagos y los eminentes científicos y eruditos alaban vuestra gesta. Shidi recibe especialmente felicitaciones, pues fue él quien logró completar los objetivos de la misión. Aunque todos sois agasajados pues todos cumplisteis vuestro papel. Erzebeth causó una gran destrucción con su eyector de plasma. Striker intentó salvar a Arik y a Krug, aunque después murieran por el bombardeo del Grey Falcon, y fue muy útil durante todo el combate. Los hechizos de Daeron salvaron vidas. Los disparos de Indira fueron decisivos para lograr que Gus Remington tuviera que huir con el rabo entre las piernas... Por no olvidar a los caídos. A Arik, que causó tanta devastación con la poderosa armadura Glitter Boy, Omega; a Rolando que logró disparar contra los misiles de plasma y hacerlos estallar en el aire, y a Mune que generosamente se sacrificó para que sus compañeros vivieran.
Hay también elogios para los Ojos de Plata, cuyo poderoso ataque contra los cuatro grupos piratas de Dorian impidió que pudieran ayudar a los Remington's Raiders y causó muchísimas bajas entre los criminales simpatizantes de la Coalición. Y para sus caídos - Henky, Still y Vickers -, que murieron luchando con gran valor, y aniquilando a docenas de enemigos.
Durante el banquete, un hechicero hombre reptil que se sienta a la derecha de Shidi le mira con sus ojos amarillos y brillantes. El ex Comando se siente asqueado, aunque procura disimularlo. El brujo saurial va ataviado con una túnica verde y dorada decorada con adornos y parafernalia arcana. Con voz sibilante le dice a Shidi:
Shidi siente una punzada de interés y de amargura. Afrontando la repulsa que le causa su reptilesco compañero de mesa, le explica que tiene esa enfermedad desde que un dragón le arrojase su aliento radiactivo hace casi un año.
Shidi: - "¿Una cura? Los mejores médicos me dijeron que esto no tenía remedio, y en Tolkeen no parecían tampoco muy seguros de que existiera..." -
Shidi: - "Dime tu nombre..." -
Shidi: - "Draxan, te agradezco tu oferta y la acepto. Soy un hombre de honor, si tu elixir consigue curarme tendré una deuda de gratitud contigo". -
Draxan: - "Sea, pues". -
Tras el banquete le pedís a Platón - el líder del Concilio del Aprendizaje de Tolkeen, y un sabio, anciano y poderoso gran dragón de treinta metros de longitud en su forma verdadera - que os devuelva a Tolkeen.
Para una criatura de poder casi divino como Platón, ésta es una tarea sencilla. Poco después, el portal dimensional creado por Platón os traslada ante las puertas de la ciudad de Tolkeen, y capital del reino mágico del mismo nombre.
En el DIT, os conducen a la gran sala de audiencias y ambos grupos aventureros informáis del resultado de vuestra misión ante el Señor de la Guerra Scard y su gabinete, el Barón Varn Cromwell de Markeen, y su Canciller Cedric Stonebark, y el Capitán Leo Prince junto con otros altos oficiales de la inteligencia de Tolkeen.
Corin Scard no está muy complacido por la muerte de Zachary Krug y la destrucción de la fórmula del ZK-12, aunque intenta no demostrar a las claras su contrariedad y os felicita por vuestra labor.
Scard os dice que ahora sois oficialmente héroes de Tolkeen, y os dice que seréis honrados como tales. El funeral por vuestros compañeros tendrá carácter de Estado y se erigirá una estatua de bronce en su honor en una de las principales plazas de la ciudad.
Suponéis que esa publicidad puede ser un arma de doble filo. Cuando se corra la voz de que los Rifts Warriors derrotaron a los Remington's Raiders vuestro prestigio aumentará considerablemente, al mismo tiempo que el de Remington cae por los suelos. Eso puede ser bueno porque así el capitán mercenario lo tendrá difícil para obtener contratos con los que reponer sus pérdidas a vuestras manos. En el lado negativo, Remington sabrá quienes fueron los causantes de su derrota, y es un hombre muy rencoroso y vengativo, como bien pudisteis ver por el masivo bombardeo con el que intentó aniquilaros a ciegas. Esta publicidad también os pondrá en la lista negra de la Coalición, por ser agentes de Tolkeen y haberle arrebatado de las manos el ZK-12.
Scard ordena a uno de sus secretarios que os entregue vuestros honorarios, y éste os entrega en mano a cada uno una tarjeta de plástico electrónica. Por valor de un millón de créditos cada una. Hecho esto, Scard y sus asistentes se retiran. Todo el mundo se pone en pie en señal de respeto hacia el poderoso Señor de la Guerra.
Cuando sale, el Barón Cromwell os abraza uno por uno y os da las gracias por lo que habéis hecho por su país. En los ojos del noble cibercaballero se refleja el brillo de la gratitud sincera, y eso os reconforta y os parece más auténtico que todas las palabras de Corin Scard.
El Capitán Prince también os trata como un verdadero amigo. Está emocionado cuando os toma la mano entre las suyas y os da las gracias. Se lleva aparte a Graham y a Daeron y les dice que el Señor de la Guerra tan sólo autorizó recompensar a los que regresaran con vida de esta misión, cosa que a él personalmente no le parece demasiado justa. Les dice que el DIT dispone de algunos "fondos reservados" y que no hay nada más justo que utilizarlos en situaciones como esta. Después le entrega a cada uno de los dos líderes aventureros un maletín que contiene un millón y medio de créditos.
En ese momento, un guardia abre la puerta de la sala y Elsaliath, la niñita elfa, entra corriendo. Os abraza a todos y luego busca en todas direcciones, dice:
Erzebeth se arrodilla a su lado y la abraza con fuerza. Responde:
Transcurren quince días:
Jueves, día 27 de octubre de 104 PA:
Habéis pasado las últimas semanas descansando en Tolkeen. Durante la primera semana asististeis a muchos actos oficiales de reconocimiento. Muchas cofradías, hermandades y gremios deseaban conoceros y habéis salido en toda la prensa de Tolkeen. Después por fortuna, dejasteis de ser noticia y os dejaron más tranquilos.
Erzebeth ha realizado las gestiones necesarias para asegurar el futuro de Elsaliath, la pobre niña es huérfana ahora por segunda vez y todo lo que le queda en el mundo sois vosotros, los Rifts Warriors.
Todos recibís, si queréis, la ciudadanía del Reino de Tolkeen. Además, diversos gremios parecen tener interés en admitiros en su seno.
La familia de Arik litiga contra vosotros para obtener todas las cosas del fallecido Conde. Daeron se enfada por los modos, ya que hubiera sido mucho más considerado pediros sus cosas de buenas maneras. Además, sabéis que la voluntad de Arik era que los Rifts Warriors fueran sus únicos herederos.
Por fortuna el juicio es muy rápido. La sentencia os obliga a entregar a la viuda de Arik su título nobiliario, el sello condal, las joyas condales y la espada familiar, pero todo lo demás es para los Rifts Warriors.
Ambos grupos aventureros enterráis con solemnidad a vuestros muertos, en una bonita ceremonia. Al día siguiente del funeral se inaugura el monumento en honor de ambos grupos aventureros y sus caídos.
Indira os dice, con timidez, que ella se encargó del diseño de la escultura. Cuando el concejal asistente al acto tira del cordel y cae la tela roja veis la escultura de bronce. Muestra a Rolando apuntando con sus pistolas hacia el cielo, a su derecha está Mune alzando la mano en un gesto que puede ser de paz o protección y a su izquierda, Arik sonriendo en actitud bonachona. Espalda contra espalda de los tres, como si estuvieran luchando a la desesperada contra un enemigo, están los caídos de los Ojos de Plata: Henky, Abrahm Still y Vickers.
Es un hermoso monumento situado junto a una bonita fuente y con una placa conmemorativa de bronce: "Monumento en homenaje a los caídos de los Rifts Warriors y los Ojos de Plata en la acción en que ambos grupos de luchadores por la libertad erradicaron del mundo la amenaza del agente biológico letal ZK-12".
Al décimo día de vuestra estancia en Tolkeen, un aprendiz de mago de uno de los gremios de la ciudad se aproxima a Shidi y le entrega un paquete de parte de Draxan. Shidi le da las gracias y abre el paquete, contiene treinta y seis probetas con un líquido de color escarlata. También hay una nota de Draxan en que le explica cómo debe tomar el remedio y le aconseja que coma muchos huevos y beba mucha leche. También le desea suerte y una pronta recuperación de su enfermedad gracias al elixir.
Daeron se ocupa de los suministros y los aspectos logísticos que afectan al grupo.
Baldwin ha descubierto en la ciudad un casino propiedad del príncipe Kandive el Dorado, llamado "Los Puñales", por el conocido juego del mismo nombre. El Juicer se pregunta si esa no sería una buena forma de multiplicar vuestras ganancias. Excitado, se lo comenta a sus compañeros a ver qué dicen. Tal vez sería posible organizar una partida.
Notas:
El turno finaliza el jueves, día 27 de octubre de 104 PA.
Fin del Turno 42.
DarkMaste.
Daeron: Rifts: Turno 42:
Noche del miércoles, día 6 de octubre de 104 PA:
La noche, serena y tranquila. Sobre el cielo, infinidad de estrellas deben alumbrar algún paradisíaco lugar en este mundo que nos queda. Lejos de la guerra, de la Coalición, de ese gas llamado ZK-12 y todo cuanto nos rodea.
Una ráfaga de viento acaricia mi rostro y peina mis cabellos con manos invisibles, el tiempo discurre lentamente y desde la terraza de mi habitación del hotel puedo observar la ajetreada vida nocturna de Tolkeen. Miles de diminutas luces se encienden y apagan en una alegre danza multicolor, sembrando bajo mis pies un inmenso campo de luciérnagas que pretende simular, cual espejo de cristal, el brillo que la naturaleza hace siglos nos legó en el firmamento.
Vuelvo mi rostro hacia el interior de la habitación y sobre el lecho encuentro a mi amada Indira, siempre bella, siempre hermosa. Acurrucada entre las sabanas, entregada a los brazos de Morfeo y protegida del mismo viento que me regala hoy temores e inquietudes. Muchas son las vueltas que le doy en la cabeza a cuanto nos ha acontecido en estos días, las investigaciones en Old Bones, la hazaña frente a los Xiticix, el descubrimiento del ZK-12 y su letal daño, la desdichada muerte de Gombuk.
La muerte, ya la he sentido de cerca en otras ocasiones. Incluso yo mismo la acaricié por momentos en el Valle de los Dinosaurios e ingrato recuerdo guardo de entonces. El dolor en la muñeca y este miedo pertinaz a todo cuanto revela oscuridad. Este irracional temor, que me obliga a mantener una luz siempre encendida cerca de mí, antes de dormir, y antes de adentrarme en cualquier oscuro lugar. Este visceral nerviosismo que hace brotar en mis manos esferas lumínicas al menor atisbo de la negra soledad.
Gombuk no es el primero y mucho temo que no sea el último de los Rifts Warriors en caer. Pero sí el primero que lo hace bajo mi liderazgo. Y por vez primera siento la enorme responsabilidad que en cada decisión, a cada paso y en todo momento he adquirido sobre mis hombros para con todos y cada uno de los miembros de nuestro grupo. Esa misma responsabilidad atormenta mi cabeza en estos momentos cual si de una persistente voz interior se tratara.
En mi mente se aglutinan sentimientos enfrentados. Por mi propia vocación, por mis plenas convicciones, no consentiré jamás que el ZK-12 caiga en manos de la Coalición. Ya he visto y comprobado su eficaz uso en la granja Krug. Muchas vidas, muchas ilusiones dependen de nosotros. De hecho, no quiero que ese gas pueda acabar en manos de alguien, es un poder demasiado grande para nadie. Si pudiera ser de una vez por siempre completamente destruido...
Sé que todos los Rifts Warriors aceptan la misión plenamente convencidos de sus riesgos y dificultades, sé que comparten mi decisión en la destrucción de ese gas y sé, triste de mí, que algunos marcharán para no volver jamás. Indira, un nuevo temor abraza mis sentidos. ¿Y si esta vez fuera ella? Si me viese privado de su presencia, si no volviera...
Noto que el pulso se me acelera, que la sangre bombea mi cabeza y mi tensión aumenta. La necesito, la amo más que a la vida misma y todo en este mundo carece de sentido si ella no permanece a mi lado. Si su sonrisa no alegra mi corazón, si sus ojos no iluminan mi alma, si sus manos no agarran las mías y su cuerpo no se funde conmigo cada noche. Sin ella nada importa y nada deseo.
Por un instante pienso que debiera permanecer aquí, en Tolkeen, al abrigo de la ciudad y lejos de los peligros a los que nos habremos de enfrentar. Pero sé que Indira es una Rifts Warrior, una más entre nosotros y nunca aceptaría semejante decisión. Sé también que ello supondría un descreimiento en sus capacidades por mi mayor celo en protegerla, un agravio a los demás compañeros. Y sé, que si fuera yo quien quedase en la contienda, no me perdonaría que le negase mi última mirada, el último adiós. No, la quiero tanto que aun en la batalla la necesito junto a mí. Indira se viene.
Ojalá pudiese apartar de mí estos pensamientos, ojalá creyera que ahora, como en otras ocasiones, volveremos todos juntos y de una pieza. Volveremos a reunirnos en la taberna, a reír y a contar historias, a jugar, a beber y apostar, a estudiar y aprender. Ojalá volvamos todos para seguir viviendo como hasta ahora hemos hecho. Ah, vanas quimeras e ingratos recuerdos que aumentáis mi dolor en esta noche, buscáis en la mentira de la ilusión aquello que la realidad nos negará. Ojalá todo sea un mal presentimiento y nada más.
Empieza a refrescar e intuyo que pronto ha de amanecer. Suavemente, procurando evitar el menor ruido posible, deslizo la puerta de la terraza hasta quedar completamente cerrada y entorno un poco más las luces de la habitación. Ahí afuera, tras el pardo vidrio de las ventanas se pierden mis pensamientos, vagando en la inmensidad del aire, buscando otra mente a quien atormentar.
Estoy cansado, cuando salí a la terraza buscaba aire, un respiro, despejar la mente y olvidarme del mañana. He analizado durante toda la noche la información recibida, los planos y la ubicación exacta de los Incursores Remington, en la Bahía Negra. Será en extremo difícil esta vez, no contamos con apoyo naval ni aéreo, ni siquiera un ataque previo de distracción sobre los aliados piratas. Y enfrente tenemos un pequeño ejercito de mercenarios, perfectamente pertrechado y aprovechando las defensas naturales del terreno. Y si todo ello fuera poco, un crucero naval en el centro del canal podría barrer de mísiles balísticos cualquier lugar de la Bahía una vez nos detectasen.
Espero que el alto mando Tolkeenita se implique más en esta misión. No pido refuerzos, necesitaríamos un equipo de asalto completo y ellos requieren de todos sus efectivos en la guerra que se avecina. Aparte de que semejante despliegue de tropas sería avistado mucho antes de llegar a la Bahía. Pero quizás puedan proporcionarnos nuevos recursos, o el apoyo de otro grupo de aventureros, o alguna manera de adentrarnos en la bahía. No lo se y esta noche me temo que no lo averiguaré, mañana veremos.
El cuerpo me pesa enormemente, vuelvo mi rostro hacia Indira, sigue durmiendo. Ya no quiero pensar más. Regreso a la cama y con cuidado me deslizo entre sus brazos, no quiero dormir. Quiero contemplar su belleza, oír su respiración, velar su sueño.
Mañana del jueves, día 7 de octubre de 104 PA:
La nueva sala donde nos conducen esta vez es realmente impresionante, todo ha sido elaborado con sumo cuidado. Numerosos planos y holografías describen al detalle la geografía y otras consideraciones de índole militar, referentes a la ciudad de Tolkeen y sus alrededores. Uno de los hologramas llama poderosamente mi atención, en bajo relieve se distingue grabado el nombre de Bahía Negra. Es curioso, nunca he estado allí y hasta ayer mismo nunca había oído hablar del lugar. Pero tras observar detenidamente el holograma, podría describir cada recodo, cada surco de la bahía, cada recoveco o rincón en donde se encuentran esos indeseables de los Incursores Remington.
Paseo mi vista por toda la sala, maravillándome de todo cuanto observo. No entiendo ni sé de arquitectura militar, pero deduzco que quienes trabajaron y planearon esta sala conocían perfectamente las necesidades y funciones del oficio. Las sillas se disponen en semicírculo en torno a una tarima o estrado. En cada una de las sillas los pads, actualizan en todo momento la información a suministrar que imagino será individualizada para cada oyente. De pronto, mis ojos se detienen en otro grupo de hombres, son los Ojos de Plata; Graham Bell y sus hombres. Me acerco a ellos y tras conversar unos momentos me queda claro que serán nuestro apoyo en la misión que se nos viene encima, Quizás sean ellos los encargados de crear fuegos de artificio o quienes lleven el peso de la operación. Pronto lo sabremos.
A los pocos minutos, al grito de atención hace su entrada Corin Scard. Es un hombre corpulento. Su plante, ademanes y gestos le confieren una autoridad intrínseca. Una seguridad en sí mismo y sus decisiones fuera de cualquier discusión, parece como si hubiera nacido para el mando. Por cada uno de los poros de su piel destila orgullo y magnetismo. Cuando todos los presentes nos levantamos a su entrada es más un acto reflejo ante su presencia que una obediencia a la indicación del soldado. Sí, no cabe duda que es un gran líder y sabedor de su condición como tal.
Mientras Corin Scard comienza su alocución relatando los pormenores de la misión y en nuestros asientos se iluminan los pads, proporcionándonos información complementaria a cada uno de los presentes. Empiezo a preguntarme si no seremos quizás demasiados hombres para una incursión. Cierto que todas las manos que estén dispuestas a ayudarnos serán bien recibidas, pero veo veintiún hombres listos para el combate. Eso implica sus armaduras y equipos al completo y uno o dos Glitter boys. Doy por descontado el emplear nuestros propios vehículos por lo que temo será un viaje pesado, pero ¿dónde leñes vamos a entrar tanto material?
Sin más dilación señala el pad que se ilumina sobre mí. Un imponente submarino surge entonces frente a mis ojos. Empiezo a indagar en la pantalla táctil y los datos técnicos y características del mismo confirman con satisfacción que aunque algo apretados todos tendremos cabida en él.
Domingo, día 10 de octubre de 104 PA:
“Bahía Negra, con razón llevas ese nombre”. - Pienso hacia mis adentros cuando observo desde la lancha rápida las aguas que nos rodean. Hace tan sólo unas horas dejamos a los Ojos de Plata a la entrada de la bahía. Según lo establecido por Scard ellos se encargarán de distraer a los piratas el tiempo necesario para que los Rifts Warriors cumplan el objetivo primordial. Encontrar a Zachary Krug y su letal ZK-12. En mi mente una prerrogativa ha cambiado en todo esto. No sólo encontrar, sino destruir por completo el ZK-12 y cualquier indicio sobre ello.
Cuando piso las arenas de la playa, el submarino ya ha desaparecido de la vista y cualquier sospecha de su incursión, evadida. A partir de ahora estamos solos. Sin pérdida de tiempo ordeno encabezar la marcha a Erzebeth, la noche se aproxima y tanto ella como yo renunciaremos pronto a la oscuridad. Si salgo de esta debería de indagar alguna forma de poder evitar este absurdo pánico que invade mis entrañas, pues me ha de crear más problemas que soluciones en el futuro.
Tal como presagiaba al caer la noche sobre nuestras cabezas, Erzebeth debe abandonar la avanzadilla y refugiarse al final del grupo. Yo ya tengo un Globo de Luz acompañando mis pasos. Mmm, no somos buen ejemplo de subterfugio y temo que eso merme las capacidades del grupo en lo sucesivo. Decido que nuestro mejor lugar es en retaguardia, tras el Glitter Boy de Arik y que Baldwin dirija el avance escoltado por Shidi y Rolando.
Apenas hemos llegado a las cercanías del campamento enemigo cuando los hados están decididos a complicar nuestra existencia. Una rama del camino se chasca bajo el peso de Baldwin. Todo sucede en milésimas de segundo y la adrenalina comienza a regar mi cerebro.
Sin mediar palabra se desencadena la batalla contra la patrulla cercana. Apenas tengo tiempo de ver cómo sucede. Baldwin acaba de liquidar a dos de los Grunts y esquivar su salva de respuesta. Pero no puede evitar el certero disparo del sargento. Un enorme cráter es todo cuanto queda de nuestro amigo.
Mientras lanzo Armadura Invencible y me preparo para el combate, observo como Striker, Erzebeth y Shidi responden con rabia en sus ojos al fuego enemigo hasta acabar con los cuatro Grunts restantes. Un ruido ensordecedor me envuelve por completo y se que el Boom Gun de Arik ha entrado en acción. Finalmente, el sargento de la patrulla cae fulminado ante los disparos de Rolando.
¡¡Maldita sea!! ¡¡Descubiertos!! Es hora de reagruparnos y vender cara la piel. Corremos para tomar posiciones recargando las armas. Observo como Arik vuelve a disparar su Boom Gun. Sin duda tendremos visita. Luego Striker. Algo hay allá, a lo lejos. ¿Pero qué? Vuelvo a mirar y esta vez sí. Es un maldito Iron bolt, si ese trasto dispara sus mísiles estamos perdidos. Me detengo en seco, apunto, creo que lo tengo a tiro... ¡¡Bingo!! Que el diablo os reciba en el infierno esta noche, aquí ya no hay sitio.
¿Indira? Con todo este jaleo no la encuentro y a mi cabeza vuelven los temores de la noche pasada. Ah sí, está con Mune y Erzebeth, les hace señas. Algo va mal, señala hacia Shidi. ¡Diantres!, otro Iron bolt. Está bien guardado ese bastardo de Remington. Arik, sólo el Boom Gun podrá echarnos una mano, pero los nervios le juegan una mala pasada. El Glitter Boy permanece fuera de servicio. Al momento el ex-Comando lanza sobre sus pies una granada de humo y eso parece concederle el tiempo necesario a Arik. Dispara y le da de lleno, pero aún no está eliminado, corro hacia ellos, le tengo fuera de tiro... Bien por la elfa, acaba de liquidarles. Veinte indeseables más abandonan este mundo.
Shidi ha desaparecido, no lo veo por ninguna parte. No quiero pensar que también él ha caído. Tenemos un respiro ahora, Arik se desplaza vigilando a través de los sensores de su Glitter Boy cualquier nueva sorpresa. Llego a la altura de Indira. Ella sonríe, está preciosa. Arik comienza a disparar... ¿¿Está loco?? No, me parece que esto aún no ha acabado. Un momento después, tras el segundo disparo, una enorme explosión a lo lejos confirma mis sospechas, Arik alza su brazo en señal de victoria. Sí, fue un buen disparo.
Busco con la mirada el destino de los disparos de Arik. Ya veo, parece un aeropuerto. Los muy cerdos tienen aeropuerto... Quizás el submarino pueda echarnos una mano, o los Ojos de Plata. La radio. Sí, podría intentar avisarles. Hay que evitar que ese avión alce el vuelo. ¡¡Porras!! No funciona. No oigo nada... Otra explosión, esta vez es Erzebeth quien levanta el brazo. Bien hecho muchacha
De pronto, la sangre se me hiela, una lluvia de granadas y disparos vuelan sobre nosotros. Alcanzan a Arik de lleno. El Glitter Boy salta en mil pedazos. Ya estoy perdiendo demasiados hombres en un día... Igual este es el final de los Rifts Warriors. Miro hacia el norte, el sur. En todas direcciones buscando una salida. Vaya, por fin una alegría, acaba de llegar Striker, y trae a ese mal nacido de Krug sobre los hombros. Shidi ¿dónde estás? Contesta a la “Llamada” tenemos a este loco aquí. Es hora de largarnos. Vamos contesta... ¿¿Striker?? ¿Donde leñes vas ahora?
Erzebeth me avisa, ha visto otro Iron bolt con su patrulla al completo, se dirige hacia aquí. No comprendo cómo todavía no nos han disparado. Quizás fueran ellos los que acabaron con el Glitter boy. ¿¿Rolando?? Bien, ya está aquí. Viene a la carrera. Allá veo a Striker saliendo del cráter parece que porta a alguien más. ¿¿Arik, tal vez??... Puede que salgamos vivos todavía.
Mune. Rápido, haz lo mismo. Armadura de ithan, esto se complica. Hemos de reagruparnos de nuevo. No tardarán en caer sobre nosotros más soldados. No puedo hacer nada más salvo recargar el arma de Erzebeth, sólo ella puede distinguir los objetivos desde esta distancia a falta del Glitter Boy. Otra explosión, sonrío a la elfa. Chica, hoy vales un imperio.
Esas explosiones han estado muy cerca, justo sobre nuestras cabezas. Veo el sudor reflejado en el rostro de Rolando y Striker. No sé qué habrá pasado en estos segundos, pero intuyo que algo no va del todo bien. Indira está asustada, se aferra a mi espalda. Trato de calmar sus nervios, pero mis propias manos tiemblan. De pronto lo veo, es un avión, lo tenemos justo enfrente... Una ráfaga silva a nuestro alrededor y veo a Rolando salvar la vida con un grácil salto mientras el polvo se levanta en el suelo bajo sus pies. Mune protege a la elfa, esta dispara. Falla, lo intento yo con mi pistola... ¿¿Qué rayos estoy haciendo?? Soy mago, algo debería hacer para anular esta máquina. Algo mejor que disparar una inútil pistola.
¡Por los Tres! Cuatro enormes bombas salen de la boca de ese monstruo metálico. Striker y Rolando actúan con rapidez, más incluso que nuestros pensamientos. Su puntería no les va a la zaga, cuatro certeros disparos y las bombas explotan en el aire. Han salvado nuestras vidas una vez más.
Parece que Rolando y el piloto mantienen una guerra particular, nueva pirueta y el polvo vuelve a rodearnos. Quizás Rolando pretende llamar su atención y darnos una posibilidad, pero se está jugando el pellejo. Sí, es nuestra oportunidad. Disparo rápido, sin apenas apuntar... El arma se funde. Un brusco movimiento a mi espalda me pone en alerta de nuevo. Miro y veo a Erzebeth aturdida en el suelo. Al momento deduzco que su arma se disparó sobre sí misma. No se que nos ocurre, pero hoy la diosa fortuna nos la tiene jurada y quiere cobrárselas.
Todo está perdido... Dos nuevos mísiles parten del avión en busca de nuestras vidas. Indira y Mune corren sin mirar. Striker dispara... Esta vez no es suficiente, le veo salir corriendo justo antes de que un golpe seco, una blanca luz, me rodee por completo.
Arggg, cada milímetro de mi cuerpo es un puro escozor. Bueno, eso significa que no estoy muerto aún. O es probable que esté visitando el infierno. Abro los ojos... ¿¿Mune, Erzebeth, Indira?? Ah, parece que estoy vivo. Trato de levantarme. Evaluar la situación. Indira se abraza a mí, Mune sonríe y empieza a recargar su arma a Erzebeth. Me temo que aún estamos en combate. Aparece Striker y trae consigo a Baldwin. ¿¿Seguro que no estoy soñando?? Le creía muerto también. No, no puede ser un sueño. Baldwin tiene mal aspecto y Striker vuelve a salir corriendo, sigo con la mirada su carrera y más adelante veo una masa ingente que avanza hacia nosotros. No hay tiempo que perder. Guardo mis dolores en lo más hondo de mi cuerpo y lanzo nuevamente Armadura Invencible sobre el grupo. Aún estamos en pelea.
Una nueva explosión, justo desde donde venía aquella masa indefinible. ¿Será Rolando? ¿Shidi? ¿Arik? Trato de alimentarme en la esperanza de que fuesen los tres juntos quienes realizaron semejante disparo. Me vuelvo hacia Baldwin, está muy herido, rebusco entre mis pertenencias y sí. Una dosis de IRMSS quizás le salve la vida o por lo menos le mantenga estable. No mejora, permanezco atento a sus constantes vitales en unos segundos que se me hacen eternos. Es todo cuanto puedo hacer por él ahora.
De repente Indira se levanta. Tres disparos surcan mi espalda y al alzar la vista veo a ese malnacido de Remington sobrevolando nuestras cabezas. Viene preparado a jugar su última carta. Vuela en una SAMAS y por su aspecto parece bien confeccionada para la lucha. Esta vez sí que es el todo por el todo.
Como si de un solo pensamiento se tratara, todos los Rifts Warriors que podemos mantener un arma disparamos sucesivamente sobre él. Es asombroso, esquiva una y otra vez nuestros disparos. Ni siquiera Striker es capaz de acertarle. Al menos estamos consiguiendo que no pueda atacarnos, preocupado como está en salvar ráfagas y más ráfagas bailando en rededor suyo. Finalmente Indira acierta con él. Le ha derribado. Ya es nuestro. Justo antes de que podamos acabar con él. Logra esquivar un par de ataques y emprende la huida.
Sin perdida de tiempo contabilizo el grupo, Arik y Rolando no aparecen por ningún lado. Indira, Erzebeth y Mune parece que están enteros. Y Baldwin está bastante herido. El blindaje del pesado exoesqueleto de Shidi parece maltrecho. Es hora de retirarnos. El objetivo está cumplido, el ZK-12 según me relata Mune ha sido hallado y destruido por Shidi. El desdichado de Krug ha caído en el combate victima del fuego cruzado. No queda más por hacer en este lugar que no sea perder la vida.
¡¡El crucero!! ¡¡Por Isis y los Tres!! Ahora entiendo la huida de Remington. Es una locura, pero tiene sentido. Ha perdido muchos hombres, casi todos me atrevería a afirmar. Cuando salió en nuestra búsqueda lo vi en su actitud durante el combate. Había odio, rabia, una furia ciega. Qué le importa perder a dos o tres desdichados supervivientes de su maltrecho ejército si consigue borrarnos del mapa. ¡¡¡Sembrar de mísiles la zona!!! Esa es su idea... Estoy seguro.
Transmito mis temores al resto del grupo y compruebo que no tendremos tiempo de llegar a la playa a este ritmo. Algunos de nosotros vamos demasiado lentos. Se hace un silencio sepulcral. Striker porta a Baldwin sobre sus hombros y cree poder llevar a alguien más. Shidi, pese a los daños de su exoesqueleto, puede trasladar otro. Eso hace un total de tres. Falta uno ¡¡maldita sea!!!... Antes de que pueda decir palabra nadie Mune se adelanta.
Observo las lagrimas aflorar en el rostro de la elfa. Pero la decisión está tomada. Igual guarda un as bajo la manga este joven mago. No, nadie puede sobrevivir a un barrido semejante. Con pena les doy unos segundos para su despedida y tratando de infundir ánimos en el joven y su amada, lanzo sobre él Armadura Invencible. Ojalá supiera de alguna solución mejor.
Apenas llegamos a la playa una infernal lluvia siembra la destrucción sobre nuestras espaldas. Lo sabía. Maldito hijo de perra... La tierra se estremece bajo nuestros pies. Armadura Invencible puede que le protegiese en un primer envite, pero lo que han visto mis ojos es inhumano. Nadie puede sobrevivir...
Shidi y Striker parten hacia el interior una vez cesa la salva de mísiles. Tras ellos Erzebeth corre mientras las lágrimas resbalan sobre sus mejillas. No tengo fuerzas. He perdido a tres compañeros hoy. Tres amigos. Tres Rifts Warriors y la cuenta ya se hace insoportable para mi alma.
El regreso al submarino es triste, silencioso. Estamos vivos y seguro que muchos dirán que ha sido un verdadero éxito. Nos enfrentamos a un ejército, logramos sobrevivir y cumplir una misión suicida. El ZK-12 y el profesor Krug han desaparecido por siempre de la historia de este mundo. Y sin embargo, una profunda pena envuelve nuestro regreso.
Observo a la elfa, su rostro inexpresivo, consternado por el dolor se oculta tras el cristal de su casco. Quisiera tener palabras de consuelo para ella, algún aliento para su lacerado corazón, pero ni siquiera tengo fuerzas para ordenar mis propias cavilaciones. Gombuk, Arik, Rolando y Mune. Muchas bajas para un mismo líder. Tengo miedo, es posible que no esté preparado para esto. La imagen del Señor Scard viene a mi mente y siento que una profunda confusión me invade.
Jueves, día 27 de octubre de 104 PA:
Los días siguientes a la batalla parecen despertar la alegría en el rostro de los compañeros y el mío propio. Somos héroes y como tales nos tratan ambas poblaciones. Tanto en Lazlo como en Tolkeen, nuestra presencia es sinónimo de agasajos y loor de multitudes. Cofradías, hermandades, gremios, todos quieren sentir nuestra presencia, escuchar una y otra vez nuestra historia. La recepción del hotel no cesa en recibir llamadas e invitaciones, muchas de las cuales sé que no podremos cumplimentar.
Quiero creer que todo este jolgorio es sincero, que estas buenas gentes sienten verdaderamente cuanto expresan, que son plenamente conscientes en la importancia de nuestra misión cumplida y que en cierta medida han vuelto a nacer a la vida. Quiero creerlo puesto que nos lo deben. No a mí, ni mucho menos a los Rifts Warriors. Toda cuanta alegría existe hoy a nuestro alrededor, todas las ilusiones que hora renacen en lo mas hondo de cada ser vivo. Se lo debemos a los compañeros caídos en esta y otras lides. Sin ellos, jamás hubiésemos llegado hasta aquí.
Es cierto, se lo debemos. Yo mismo debo mi existencia desde hoy y hasta el fin de mis días a la noble locura de un joven mago llamado Mune. En cada alocución que realizo durante las galas a las que asistimos, pretendo transmitir esta sensación a quien quiera escucharlo. Pero a menudo siento que no es suficiente. Es como si estuviesen oyendo palabras vacías, percibidas fuera de contexto y una profunda desazón invade entonces mi alma. Es preciso algo más.
Me gusta pasear en estos días al caer la tarde, llevando a Indira junto a mí. Apreciar la vida sencilla y mundana de las gentes del lugar. Intuir e imaginar cómo sería mi propia existencia si alguna vez cambiase mi destino.
Volvemos a caminar en silencio unos minutos. Mi mano en su cintura y mi mente lejos, completamente en blanco. Observo las mismas luces que ya viera en la primera noche que pasé en esta ciudad, aunque ahora la perspectiva sea diferente. Y entonces vino a mí. Como un fogonazo, fue la inspiración, la voz clamando en el desierto que torturaba todo mi interior. Ahora lo veía claro.
El tiempo pasa aprisa cuando la ilusión nos rodea. No puedo ocultar mis nervios en estos momentos. Incluso durante el funeral mis palabras suenan torpes a mis oídos pues albergan sentimientos y razones difíciles de concretar. Nadie sabe nada, era preciso así, de otra forma el acto perdería su significado. Sólo el alcalde tiene alguna noción. Necesitaba de su aprobación y conformidad. A fe cierta que eligió buen lugar. En la plaza norte, a espaldas de la fuente y bajo la sombra de dos imponentes torres. Además es lugar de descanso y cruce de caminos principales en Tolkeen.
La hora ha llegado y al descubrirse el monumento todo mi corazón se hincha de felicidad. Ahí están, en plena majestad. Espalda contra espalda. Mune protegiendo al grupo con un invisible hechizo, Rolando con sus pistolas mirando al cielo y Arik, desafiando con una sonrisa a todos los peligros. En un lateral retan a la muerte los tres caídos de los Ojos de Plata. Todos ellos son los verdaderos héroes de la Bahía Negra.
Ahora sí. Una paz serena envuelve mi alma. Ahora, cada vez que un niño juegue en esta plaza, cada vez que un errante viajero venga a descansar en estos lares. Preguntarán y alguien tendrá que conocer la historia para contársela. Pero no lo que aconteció en la batalla, eso ya lo saben, ya lo han oído antes. Ahora, alguien tendrá que contarles la verdadera historia de cada uno de los hombres que se representan aquí. Porque ellos fueron quienes devolvieron la esperanza y la vida a esta ciudad. Y quién sabe si al mundo entero.
Ahora sí, amigos míos. Esta es la única forma que tengo de pediros perdón por todos mis errores.
ACCIONES FUTURAS:
Fin del Turno 42 de Rifts de Daeron Drognan.
Quick Silver: Rifts: Turno 42:
Recuerdos:
Mañana del día 1 de Enero del 104 PA:
Me levanté muy mareado, la juerga de la noche anterior había sido demoledora, jamás había sido tan feliz, busco un sitio donde agarrarme y nada más levantar la cabeza del asiento del camión Titán vomito la cena del día anterior, por fin tengo el estómago limpio. Mi cabeza me da vueltas y algo me dice que hoy me van a querer pegar.
De improviso llega Emil tan mareado como yo y me sacude por vomitar en el vehículo, asegurando que ahora me tocará limpiarlo a mí, por fin desayunamos y me despejo la cabeza con un extraño elixir de Emil. Tan sólo es un bien menor ya que después de comer me encuentro limpiando el camión y puliéndolo hasta que queda reluciente, es el precio que me ha puesto Emil por quedarme a vivir con él, pero creo que me marcharé pronto. No estoy hecho para estos trabajos, en realidad para ningún trabajo.
Ese mismo día al anochecer voy al Saloon, donde bebo unos tragos y marcho pronto a dormir, el día de mañana promete ser arduo y debo encontrar asilo.
Durante unos días voy a visitar a diario a Vicky que se encuentra en el hospital, la he llevado “flores” y una caja de comida, tampoco poseo grandes fondos para gastar ni en mí, pero es por una buena causa.
Durante una semana estuve durmiendo en diferentes casas, con mis sólo catorce años no es difícil encontrar alguien que te acoja y dé de comer, mientras por la gran urbe voy “recolectando” algo de dinero suelto que le sobra a la gente.
Una buena mañana me llega una nota de Snich… “no sabía que sabe escribir” yo aunque lento consigo leer las nueve palabras de la nota: “En el puesto del recodo negro a las nueve.” Pues mira qué bien, allí es donde fui, pero para mi sorpresa no era Snich sino Mouser quien estaba allí esperándome.
-Por fin apareces mocoso – es sólo el primer insulto de la rata.
-Aquí estoy, pero… ¿Dónde está Snich? – tarde caigo en la trampa del hombre Rata.
Mouser ya está encima de mí a punto de golpearme, salgo de mis pensamientos al tiempo de esquivar y golpear su estómago. Queda doblado por la mitad, así que aprovecho la situación para propinarle una patada que le tumba, pero no acaba aquí todo, es cuando se levanta y se lanza contra mí cuando Vicky interviene separándolo de un empellón, después se gira directamente hacia mí y por un instante creo que me va a volatilizar la cabeza, pero cambia su expresión seria por una más suave y tan sólo recibo una leve reprimenda.
Empiezo a usar mis habilidades de bribón y cada día reúno unos cuantos CR, suficientes como para poder alimentarme y además ahorrar un poco, no siempre es fácil encontrar un sitio donde caer dormido, así que parte del mes me toca pagar una habitación del Saloon.
La vida en la ciudad se está convirtiendo en un sitio muy a gusto donde vivir tranquilo sin tener que trabajar, ya que el dinero que necesito lo cojo “prestado” y aquello que me alimenta también, entre mis pertenencias se encuentra el vibro cuchillo con el cual me dedico a practicar a diario.
El mes pasa rápido y pronto llegaría febrero, pero antes, el 29 de Enero recibo un regalo sin remitente, es una Hero pistol nueva, la mía se me extravió durante un combate entre bribones y ya nunca mas la volví a ver.
Febrero del 104 PA:
La primera semana del mes transcurrió sin incidente alguno, me levantaba temprano y entrenaba con mi cuchillo hasta que mi estomago rugía de hambre, dormía y convivía con Snich en una casa abandonada al norte de DarkGate, era un tugurio muy pequeño, pero, ¿acaso nosotros somos muy grandes?
A veces Snich y yo salíamos al desierto y pasábamos allí la noche, mi compañero es más bien silencioso, apenas habla más de lo necesario, pero un día cambió y hablamos durante toda la noche, un día de salida al desierto, pero solo un día…
Viernes 11:
Preparamos las mochilas por la mañana y salimos de DarkGate hacía mediodía, el sol brilla en lo alto así que será un día muy caluroso, preparo mi turbante prestado por Snich y salimos no muy lejos de la ciudad. El día está bien, no hay tormentas de arena y mi compañero, como es habitual en él, no abre la boca más que para beber de su cantimplora.
Llegan las 8 PM y repentinamente mi compañero se gira hacia mí y comienza a contarme su vida, literalmente, es la primera vez que veo a Snich suelto de lengua así que procuro prestar atención.
-[…] vivía junto a un pueblo nómada del desierto, jamás me imaginé lo bien que se puede estar en la ciudad, y la de cosas que puedes coger sin que nadie te diga nada, o lo divertido que es propinar una paliza a los vagabundos […] – realmente era increíble, estaba hablando de su vida, pero por alguna razón desconecté y simplemente quede observándole y asintiendo en silencio hasta que cayó la noche – Y tú ¿de dínde eres Silver?, cuéntame tu historia.
-Yo nací en los Burbs de Chi-town, mis padres fueron asesinados cuando yo tan sólo tenía un año, una banda de traficantes de esclavos se llevó a mi hermano mayor y mataron a mis padres, mi madre fue a ayudarle, ello le costó la vida – tan sólo era el principio de una larga historia que resumiría, pero él estaba expectante. – Yo quedé entre las ruinas de mi casa, ya sabía andar creo recordar, me encontró llorando una elfa llamada Sirah, ella fue quien me llevó a DarkGate. Fue siempre como una madre, tenía una hija un poco mayor que yo, nos hicimos grandes amigos, incluso diría hermanos, se llamaba… – Quedo pensando un rato – …algo así como erzesel, no recuerdo muy bien, vivíamos en el sur de DarkGate, aprendí de ellos a leer y escribir Dragonese y elfo además del común. Desarrollé mis habilidades como un elfo aunque les superaba en gran parte de mis movimientos. Sirah me enseñó a disparar con rifle de energía. Fueron tiempos felices para mí, vivía con una familia que me quería sin importarle mis diferencias faciales ni raciales, pero como todo tuvo que terminar y se fueron a los bosques para criar a mi hermana entre los suyos, no volví a saber nada de ellos, y volví a quedar huérfano por segunda vez y con tan solo ocho años. Mi nombre procede de la época de Sirah puesto que fue ella quien me lo puso, cuando me encontró tenía conmigo esta pulsera – comento mostrando la cadena de mi muñeca derecha – como se aprecia pone las siglas S.Q., mi madre pensó que sería mi nombre así que decidió traducirlo como Quick Silver, pero después de mucho investigar en la biblioteca de DarkGate llegué a la conclusión de que realmente significaba Quick Soul, Sirah no andaba desencaminada, pero no acertó del todo. Después durante los próximos años fui acogido por diferentes familias, o apedreado por otros, en ocasiones guardaba cosas para que a la gente no las perdiese y en vez de agradecérmelo me llamaban ladrón, no fue una época muy agradable. Conocí a Emil, Rolando y Mouser al poco de cumplir doce años. Al principio me llevaba bien con los tres, pero Mouser, como siempre traicionero, me robó la moto y rompió otra. Desde entonces me guardo de él y él de mí, el viejo Emil es un gran amigo que siempre vela por sus intereses, mientras que Rolando… es un tipo raro. – Mientras hablo contemplo las estrellas del firmamento. - También están Vicky y Shidi, a ella la conocí hace ya dos años, en DarkGate, a él tan solo hace tres meses, cuando marchamos de aventura a matar no-muertos, después te conocí así que el resto ya te la sabes. – Fue mi triunfal final que dejó a Snich contento.
Snich se ofreció voluntario para hacer la primera guardia, yo realicé la segunda, ambas sin que sucediese nada en particular. Volvimos a la mañana siguiente a DarkGate y estuvimos una temporada sin hacer nada, cogíamos y usábamos lo necesario. En ocasiones Snich traía unos cuantos CR que repartíamos y así fui ahorrando poco a poco.
El domingo 27 estaba sentado en una mesa cercana a la puerta del Saloon cuando una ser humanoide atravesó la puerta cayendo de bruces al suelo, tenia heridas en el cuerpo, pero al mirar al exterior tan sólo pude ver una figura correr calle arriba. Pagué mi licor y cogí al ser como pude, lo senté en la silla más cercana y contemplé su cara. Tenía una bella cabellera cobriza que le caía enredada por el contorno de la cara, su tez estaba manchada de barro, unos ojos acuosos y grandes estaban entreabiertos y unos “orificios nasales” vibraban al respirar, la Quick flex alien ¡¡estaba viva!! La llevé rápidamente al hospital en donde pudieron curarla las heridas, la visitaba todos los días, pero no salía del coma temporal en el que se encontraba sumida.
Fue el 13 de marzo cuando al ir a visitarla me encontré con la sorpresa de que ya no estaba, tan sólo un mensaje para mí que me dio el doctor.
“Gracias por tus cuidados, espíritu, siempre te estaré agradecida… Firmado: TNR.”
Algo en mí se hundió, tenía esperanzas de conocer una fémina de mi raza, pero cuando lo iba a conseguir ella desaparecía sin dejar rastro, más que un mensaje de agradecimiento.
Vicky me vigilaba de cerca, no quería que mis manos fuesen a parar a bolsillos ajenos accidentalmente, aunque me regañaba y castigaba en el fondo sé que me aprecia y que puedo llegar, aunque con esfuerzo, a considerarla mi amiga al igual que Snich que, por poco hablador que parezca y sea, se preocupa por mí. Por ejemplo recuerdo el día 15 de Febrero cuando quise irme de aventuras con los Rifts Warriors, él se empeñó en que podría morir en cualquier lugar, que estaría solo y que debía quedarme con él para estar seguro. Lo cierto es que en la ciudad me encuentro seguro y cómodo, todo aquello que quiero lo tengo al “alcance de la mano” y eso es algo de agradecer, nadie parece preocuparse de mí, así que tampoco me apedrea nadie, es una ciudad en la que todos conviven como pueden, me gusta…
El 21 de Marzo fui a hablar con Emil sobre un nuevo vehículo que quería enseñarme porque “podría estar interesado”, así que me dirigí a su garaje donde me estaba esperando.
-Llegas tarde Quick, así no puedo hacer todo lo que tengo que hacer... – fue el saludo de Emil.
-Lo siento, Emil, tuve un problema para venir sin cruzarme con Mouser.
-Esa rata de alcantarilla… bueno sígueme no tenemos tiempo que perder y la mercancía puede interesarte.
Sin más preámbulos le seguí a dentro del garaje donde se encontraba una reliquia de tiempos antiguos, una moto de gasolina… no era muy eficaz, pero valdría para moverme en ciudad y nadie estaría interesado en robármela, si realmente me interesaba.
-¿De cuanto estamos hablando? – Pregunte al viejo zorro.
-Unos 5.000 CR, pero podría hacerle unos cambios y dejártela irreconocible por… digamos… - Emil sonrió al calcular el precio final, como de costumbre un escalofrío me recorrió la espalda, no importaba, lo rechazaría de inmediato, sólo poseía 6.000 CR.
-13.500 CR en total.
-Lo siento Emil, sabes que me gustaría, pero tendrá que ser en otro momento, solo tengo 6.000.
-Oh, bueno chico no pasa nada, otra vez será, si cambias de opinión ya sabes donde estoy…
Pagué el precio fijado, me despedí del ocupado Emil y marché a casa contento por la compra, ya le metería yo mano al trasto este.
Las dos siguientes semanas estuve bien atareado con la moto, le había cambiado las ruedas y arreglado el destartalado motor. También le cambié el depósito de gasolina por uno más grande. Emil me echó un cable con las piezas, pero a cambio yo debía limpiar su camión.
Al día siguiente, 29 de Marzo, fui al garaje como le había prometido a Emil, allí estaba dispuesto el viejo con su juguete… El camión estaba de todo menos limpio así que fue un largo día de limpieza.
Durante el mes de marzo tuve mucho tiempo para estar solo, las semanas de cuidado de TNR me habían echo sentir útil cuanto menos, sentí un gran vacío durante un tiempo después de haberse ido, algo en ella me había atraído la atención… En fin, ¿qué más da? Ahora estaba en la ciudad, de nuevo a gusto, con una moto suficiente para desplazarme a 100 Km/h y un sitio donde dormir, aunque sea por ocupación…
Tenía una vida muy cómoda junto a Snich, en la ciudad, comíamos aquello que caía en nuestras manos, y si no caía nada lo tirábamos nosotros. El dinero que poseía era más bien escaso, me había gastado la mayor parte en la concepción de Solver, mi moto, y tan sólo contaba con 150 CR una cantidad mínima para cualquier cosa, pero al menos podría comer en caso de tener que pagar.
No fue muy difícil volver a llenarnos los bolsillos de créditos, nunca pregunté de dónde salían, pero Snich llegaba algunos días con sus manos y bolsillos a reventar, quizás actuara como un Robin Hoock de los libros PA. Más tarde con el tiempo descubrí de dónde salían esas cantidades ingentes de CR los cuales estaba claro que no los ganaba honradamente. ¿Acaso alguien cree que Snich pueda ser honrado? Snich recogía limosnas en las iglesias y templos de la ciudad y se las guardaba para él, además de transitar en silencio los rincones más oscuros del Saloon.
Día 1 de Abril del 104 PA:
El mes comienza bastante bien, tengo noticias de mis viejos compañeros de combate, ahora están lejos de la ciudad, pero ya volverán, siempre lo hacen. Tengo serios problemas para estarme quieto, aunque la vida es cómoda en la ciudad me cuesta estar sin hacer nada, la verdad es que es muy aburrida mi vida actualmente.
Me paso el día entero tumbado haciendo cualquier tontería o simplemente paseando con Solver de arriba a bajo, he intentado conocer a gente para poder cambiar de aires, pero me da lastima el pobre Snich, aunque es un asocial, conmigo no se ha portado nunca mal. Si estoy vivo en parte es gracias a él, pero lleva una temporada en la que no dice mucho más de lo estrictamente necesario, incluso a veces ni eso, llegando a enfadarse si no le entiendes.
Fue el 14 de Mayo cuando recibí un mensaje anónimo: “En tres días en el garaje”, el mensaje era muy claro así que no tuve mucho más remedio que asistir a la cita tres días después, allí me encontré con un Juicer de pelo rubio, hablaba un idioma extraño, pero la verdad no me interesaba lo mas mínimo su lengua, rápidamente dos hombres aparecieron por detrás mío…
Primera Melee:
Primer Ataque:
-El juicer apunta su rifle láser C-12 directo a mí y dispara, pero mi agilidad me permite esquivar el ataque aun siendo sorprendido.
-Desenfundo mi Hero pistol en el aire y descargo la mitad del e-clip fallando por poco.
Segundo Ataque:
-El Juicer dispara una ráfaga total, me apoyo en una pared y doy otro salto elevándome más en el aire evitando el disparo.
-Disparo la otra mitad del e-clip impactando directamente en el pecho del Juicer para 11 MD.
Tercer Ataque:
-El Juicer carga su arma y espera a que caiga en el suelo para disparar.
-Mientras caigo de nuevo al suelo cargo mi Hero Pistol.
Cuarto Ataque:
-El Juicer dispara una ráfaga completa que me impacta brutalmente para 70 MD, caigo al suelo echando humo.
El Juicer desaparece en la oscuridad, por fin por la mañana Emil me encuentra inconsciente en el suelo y me lleva al hospital donde permaneceré durante un mes y poco.
Del 17 de Marzo al 28 de Abril del 104 PA.
No sé qué me ha pasado, recuerdo como una ráfaga láser me impactaba el pecho y era empotrado contra una pared, ahora está todo oscuro. Recuerdo la sensación de que alguien me levantaba y me llevaban a algún lado… ¿Estaré muerto? Siento frío y miro a mi alrededor, algo se mueve a lo lejos, pero no alcanzo a distinguir nada en esta espesa oscuridad. Doy unos cuantos pasos y noto como no me cuesta caminar, cosa bastante extraña debido a que el golpe contra la pared debió de haberme roto la pierna derecha. Al fin veo una luz al fondo, así que más animado ando hacía ese punto, la luz estaba más cerca de lo que pensé en un principio, pero ya estoy aquí, un túnel blanco, con las paredes cubiertas de espejos situados cada tres metros por delante de mí. Me acerco curioso al primero sin poder contener la curiosidad.
En el espejo contemplo mi imagen, esta poco a poco va cambiando mostrándome imágenes que prefiero no ver. Miro a otra parte, pero se repiten una y otra vez, así que desisto y cierro mis ojos, imposible también ahora las veo. Cansado de ignorar lo que no es ignorable decido sentarme y observar las imágenes.
Veo un pequeño barrio de Chi-town, en la zona de los ‘Burbs, es de noche, una sombra se desplaza a través de la calle lentamente, al alcanzar una puerta fuerza el cierre y vigila que nadie le haya seguido, entra presuroso, pero en silencio al interior de la casa y cierra lentamente la puerta. A la luz del hogar contemplo su rostro, es un joven Juicer humano, pelo negro y claros ojos, lleva varias armas consigo, pero en vez de desenfundar una coge el hacha del expositorio de la pared, hay algo en este lugar que me es muy familiar aunque aún no alcanzo a saber el qué.
El hombre sube las escaleras directas al segundo piso, desde allí abre una puerta y contempla como un pequeño Quick Flex Alien duerme en su cuna, le coge por la cabeza y aumentada su fuerza por las drogas rompe el cráneo del pequeño bebe, una punzada de dolor recorre todo mi ser al ver la imagen, intento gritar, pero con vanas esperanzas, no obstante el Juicer se gira como si hubiese escuchado algo, alimentadas mis esperanzas vuelvo a hablarle.
-Sé lo que estás haciendo, malvado, y no dejaré que continúes - intento asustarle por medio de mis palabras.
-¿Quién anda ahí? – gruñe el Juicer amenazando con el hacha en ristre – vengo a mataros así que da la cara y acabemos pronto.
-Estoy delante de ti, ¿acaso no me ves? – alargo la mano para tocarle, pero le atravieso cuan fantasma soy… ¿Cómo defenderé a la familia en peligro?
-No tengo tiempo para ti, tengo un objetivo, luego me encargaré de ti mocoso.
Parece ser su ultima palabra puesto que sale de la habitación dejando un reguero de sangre goteando de su mano, abre la habitación del fondo y allí encuentra a una pareja de flex aliens, lanza el hacha sin premeditación, intento cogerlo, pero el hacha hace caso omiso de mí y atravesándome se clava en el pecho del hombre que duerme, este gime y queda instantáneamente muerto, miro al Juicer que está al lado de la mujer que se ha despertado por el grito de su marido, el malvado ser agarra a la mujer de su ropa y la golpea violentamente haciéndola perder el conocimiento, acto seguido la corta el cuello con el hacha, vuelve a bajar las escaleras y cuando se encuentra frente a la puerta susurro: - “¡¡Pagarás por esto!!” .
El Juicer vuelve a oírme y con cierto nerviosismo coge lumbre del hogar y la extiende por la casa la cual comienza a arder de inmediato, el ser sale de la casa y se escapa calle arriba perdiéndose de mi vista. Giro para la casa de nuevo y contemplo como arde sin esperanza de salvarse, veo otro niño aún vivo que llora bajo la pila de piedra de la cocina, allí pasa la noche durmiéndose tan sólo cuando el humo le deja inconsciente y con él desaparece la imagen volviéndome a ver yo reflejado.
Quedo pensativo un tiempo y después recapacito sobre la situación… una familia de mi raza, tres muertos y un pequeño niño vivo, acababa de presenciar la muerte de mis padres y apenas había sido consciente de ello, incluso vi morir a mi hermano el cual creía aún vivo, ¿qué esta sucediendo?
Todo empieza a aclararse poco a poco en mi mente, cuando aquel ser me empotró contra el muro algo lo debió hacer huir dándome por muerto, alguien me ha trasladado al hospital… sino estaría muerto y… Esto no es la muerte.
Siento como comienzo a dudar del hecho que esto no sea la muerte y comienzo a darme cuenta de todo aquello que echo de menos… Vicky, Emil, Rolando, Shidi, mi moto nueva, todo cuanto aún quería hacer en la vida… No podía estar muerto y debía luchar por despertar.
Día 27 de Abril del 104 PA:
Llevo más de un mes en este lamentable estado y vagando por mi mente, pero hoy por fin ha pasado algo nuevo, he visto al final del túnel una luz, el túnel de mi mente se acaba. ¿Qué habrá allí? Corro tan rápido como puedo y cada vez veo más el final, cuando llego la sorpresa es enorme, me encuentro en una sala blanca, hay una camilla y en ella un ser, tiene muchos cables alrededor y un aparatito que hace un ruido constante… pi… pi… pi… pi…
Me acerco a la cama y constato que soy yo mismo quien está acostado, alargo una mano temblorosa y...
PI PI PI PI PI PI PI...
El sensor se vuelve loco, todo está oscuro, abro los ojos y veo que hay dos doctores a mi alrededor, están diciendo algo sobre vida y milagros, tranquilamente me ayudan a incorporarme un poco y me cuentan que ha ocurrido.
-Verás pequeño, hace ya mas de un mes te trajeron aquí muy malherido – la noticia no me sorprende, aún recuerdo al Juicer asestándome un golpe casi fatal. – Te empezamos a cuidar, pero sólo conseguimos estabilizar tus constantes a un nivel muy bajo, estabas prácticamente muerto… - La noticia me sorprendió un poco, pero me sobrecogí rápidamente… yo había pensado que realmente lo estaba del todo.
-¿Ya estoy bien?
-Bueno, tendrás que quedarte un día más con nosotros, queremos observarte por si recaes…
-Oh, bueno… me parece bien – los doctores se giran dirigiéndose a la puerta - … esto… - Ambos médicos giran para atender mis palabras. – Gracias. – Mis palabras consiguen que ambos sonrían y acto seguido me dejan en la habitación para que repose en estado consciente.
Miro la pantalla que está situada frente a la cama “13 horas 3 minutos, 27 Abril del 104 PA” vaya pues sí que he dormido bien, apenas recuerdo que pasasen unos minutos desde que había caído inconsciente, me decido a mirar por la ventana y esperar a la comida.
El 28 Abril salí del hospital y volví a donde recordaba que Snich se ocultaba la última vez. Entré despacio en el solitario piso y fui directo a lo que denominábamos “la habitación”. Un movimiento furtivo me alerta de peligro y salto hacía tras, por fortuna mis habilidades no las he perdido, ni siquiera han quedado mermadas, un vibrocuchillo pasa muy cerca de mí, de inmediato aparece Snich amenazándome. Al reconocerme baja el arma y sonríe pidiéndome disculpas y dándome la bienvenida a casa… ¿Bienvenida? Me cuenta cuán vago ha sido durante este último mes, cómo ha reunido cerca de 1.000 CR y cómo ha obtenido comida para un regimiento. Realmente increíble todo ello, más no preguntaré cual es la parte fantasiosa de la historia.
El mes termina sin más emociones que esas, que ya son suficientes. Mayo resulta ser un mes bastante relajado sin cambios en la forma de vivir, no se presentan situaciones extrañas y la mayor parte del tiempo lo paso en el piso practicando mis habilidades y mejorando mis saltos acrobáticos, siendo capaz de ir de un lado a otro del salón de un salto con doble mortal hacia delante y caer de pie sin usar las manos, algo aparentemente poco útil, pero sí divertido.
Vuelvo poco a poco a transitar el Saloon. Allí se encuentra gente desconocida para mí, y un pequeño reducto de antiguos bebedores habituales. Vuelvo a probar el licor del lugar que tanto tiempo hacía que no tomaba, pero una vez más el aburrimiento vuelve a ocupar mi tiempo. No hay nada divertido que hacer ya en la ciudad y la Solver empieza a ser cara de mantener, menos mal que Emil se ha ocupado de ella durante este tiempo y como él mismo dijo: - “No puedo ver una chapuza tan grande, me limité a darle unos retoques“. Mi agradecimiento fue bastante leve, puesto que me encuentro en un estado sombrío e inapetente para todo, necesito hacer algo…
Día 17 de Mayo del 104 PA:
Cargo en la Solver lo esencial y compruebo su suspensión, parece que aguantará. Una vez encima noto que algo cruje levemente. Salgo por la puerta norte de la ciudad directo al Bosque de Zhurgh. A mediodía cruzo el puente y cerca del anochecer llego al linde del bosque, allí paso la noche y recupero fuerzas. La noche es apacible y tranquila, la mañana es fría, pero tranquila, recojo el equipo y compruebo el estado de mi Hero pistol, asegurándome de que está cargada y lista para disparar, dejo estacionada la Solver y me adentro a pie en el bosque. Todo parece observarme y no me atrevo a decir una sola palabra, silbar o cantar por si aviso de mi llegada a algún ser no deseado, una garra me ataca desde un árbol, pero la distancia hace que yerre.
Primera Melee:
Primer Ataque:
-El monstruo muerto viviente lanza su garra para atraparme, pero mi agilidad me permite esquivarlo y me da la oportunidad de atacar de inmediato.
-Lanzo una ráfaga completa directa a su pecho que impacta desgarradoramente para 19 MD, trozos de carne putrefacta saltan a todos lados y cae derribado al suelo el ser.
Segundo Ataque:
-Cargo mi Hero pistol con un nuevo E-Clip y me alejo del alcance del muerto-viviente
-El monstruo se pone de pie, aunque sin su brazo derecho.
Tercer Ataque:
-Disparo nuevamente una ráfaga completa que impacta en la rodilla para 12 MD dejando cojo al ser, desenfundo el vibrocuchillo y me sitúo a su alcance.
-Lanza su garra hacia delante en un intento de cogerme, pero esquivo sin dificultad situándome a su espalda.
Cuarto Ataque:
-Lanzo una cuchillada al cuello rebanándolo por completo, el ser cae inerte al suelo.
Segunda Melee:
Primer Ataque:
-Cargo la Hero pistol.
Descanso contra un árbol y al mediodía después de comer vuelvo a mi Solver con la cual contento regreso a DarkGate y a mi piso.
El mes termina sin más incidentes, dando entrada a un Junio en el cual no saldré de la ciudad, ni me ocurrirán accidentes graves. Es un mes muy tranquilo y pacifico digno de un aventurero que ha estado un año de aventuras. El aburrimiento, la necesidad de hacer cosas para divertirme y la escasez de éstas, hace que mi carácter sea agrio y borde. Nadie es capaz de estar conmigo un tiempo prolongado, dado que siempre termino siendo desagradable, comienzo cada vez más a parecerme a mi compañero Snich: Asocial, desagradable y demasiado misterioso.
A mediados de mes me encuentro con Mouser por primera vez tras mi recuperación de la pelea con el Juicer, parece amable y algo preocupado por mi salud, parece que si a mí me pasara algo él se quedaría sin nadie con quien meterse, dejaría de ser una vida divertida y entretenida… Maldito hombre-rata, ojalá se pudriera en los infiernos y nos dejara en paz a Snich y a mí.
He tenido durante la última semana del mes una serie de visiones muy extrañas, supongo que debidas a la añoranza, caminando por las calles en ocasiones creo ver a personas conocidas, pero que al volver a mirar ya no están. Creo que me estoy volviendo loco, además algo ha cambiado dentro de mí desde el 17 de marzo. Es como si me sintiese culpable de algunas cosas…
Después de un mes tan calmado comienza un mes de julio muy complicado. Todo comienza el 3 de Julio, ella estaba allí, de pie frente a mí, era un sueño puesto que recordaba haberme acostado, pero no levantado. ¿Quién es esta chica que tanto se me repite en sueños?... TNR comienzo a pensar en sus siglas, ¿podría ser un submensaje oculto?
No sabía por donde comenzar, así que busqué referencias en la biblioteca de Emil, allí encontré algunas cosas que podrían ser muy interesantes, pero que no me solucionarían el problema actual. TNR, quizás… “Three Nine Road”. Demasiado rebuscado… Estaba muy aburrido y era una forma ideal de pasar el tiempo, en el fondo sabía que no iba a encontrar nada, pero me negaba a pensar en ello.
El 13 de Julio empiezo a pensar justo en un mes después, mi cumpleaños, por fin iba a cumplir quince años y me estaba empezando a poner nervioso. No obstante aún queda un mes y es tiempo suficiente para todo. Es sobre este mes cuando discuto acerca de unirme a los Rifts Warriors con Snich. Él no es partidario ni de unirse ni de que yo me una, pero ya está bien de tener que hacerle caso constantemente. Es un prepotente que siempre ha de ser todo como él dice, no estoy dispuesto a tolerarlo.
Así marché una mañana de julio al Saloon y alquilé una habitación simple. Tenía el dinero obtenido por Snich y ahorrado por mí. Ahora lo gastaría como era debido, aunque seguiría consiguiéndolo de igual modo…
Los Rifts Warriors son recibidos como héroes por entregar el arca de la luz y la noticia se extiende rápidamente. Echo de menos los días de aventuras en las que tenia buenos amigos, estoy decidido a marchar con los Rifts Warriors en breve tiempo, por lo que doy por terminado mi tiempo de vacaciones y el entrenamiento que traía llevando ahora es mi objetivo principal.
Día 12 de Agosto del 104 PA.
Salgo en busca de información sobre los Rifts Warriors, pero nadie sabe nada, ni donde puedo conseguirla, el día es muy soleado y el calor es agobiante, así que he pasado la mayor parte del tiempo en casa hasta que ha regresado Snich entonces sucedió lo inevitable… la discusión:
-Snich cuando regresen los Rifts Warriors me iré con ellos.
-¿Qué? Tú estas loco, no puedes irte, ellos luchan y se matan por nada, jamás te aceptarán, eres un inútil que no sabes depender de ti mismo.
-No es cierto. – Por fin me había atrevido a llevarle la contraria y esto desconcertó a Snich. - Sí que valgo, yo salí del coma solito, y ahora voy a hacer lo que me plazca sin seguirte como un perro faldero.
-Pero… morirás en vano, Quick. Piénsalo, jamás volverás con vida.
-Mejor eso que seguir aquí sin hacer nada, por muy cómoda que sea la ciudad. Esta vida es aburrida y sin emoción.
-No lo entiendes, tú no estás hecho para ser aventurero. Has vivido siempre en la ciudad, aunque salieses una vez de excursión y salieses invicto no quiere decir que siempre vayas a tener esa suerte…
-He estado practicando mis habilidades, sé disparar con rifle de energía y mi Hero pistol siempre ha estado conmigo y me ayudará. Además, puedo saltar sin ningún problema más lejos y mejor que nadie, soy rápido como el aire y escurridizo, no me pasará nada. – Mi convencimiento era un punto con el que no contaba Snich.
-Haz lo que quieras, pero jamás permitiré que duermas conmigo, es posible que la enfermedad que te ha poseído sea contagiosa. – La cara de Snich mostraba su típico desacuerdo y una nueva sensación… desprecio. - Te he vuelto a aceptar, pero esto es el final, aún tienes dinero y tu moto, espero que te vaya muy bien. – El sarcasmo de Snich era casi físico.
-Lo mismo te deseo. - Fue mi humilde y breve despedida.
Me sentía fatal, el único con el que había compartido todas las cosas desde el nuevo año ahora me despreciaba por querer ser algo más que un simple ladronzuelo. Estaba bien acomodado y pronto sería reconocido como ladrón y le detendrían, pero no me importaba, había tomado una decisión, iría a Tolkeen para informarme sobre los Rifts Warriors, allí quizás al otro lado de la Coalición alguien sepa donde encontrarles...
13 de Agosto del 104 PA:
Hoy he cumplido quince años, pero nadie me ha felicitado, nadie lo ha hecho porque no le importo a nadie. No existe razón alguna para seguir aquí, pero voy a demostrar que soy capaz de luchar contra la Coalición y servir de ayuda, no voy a permitir que me echen atrás los lamentos de los caídos, estoy convencido de que en algún lugar se me necesita.
Esas son las palabras de “ánimo” que yo mismo me doy, mas en el fondo empiezo a creer que no sirvo para nada, que todo aquello que una vez tuve realmente no eran más que efímeridades en comparación con todo el bien que se puede hacer, realmente no merece vivir, pero aprecio mi vida, así que buscaré valerosamente la muerte, para que al menos se me recuerde con un héroe que intentó salvar al mundo luchando él solo.
15 de Agosto del 104 PA:
Hoy marché sin dejar rastro de la ciudad, voy dirección Minnesota al lugar llamado Tolkeen, el trayecto es largo y peligroso, pero es la única meta que ahora mismo ocupa mi mente.
Los problemas surgieron pronto en el desierto, alguien, o algo intentó matarme, la velocidad de la Solver y mis reflejos son suficientes para dar esquinazo a los asaltantes, que no consiguen alcanzarme con sus armas. Es al mirar tras de mí cuando compruebo que no estoy solo, un par de bichos me siguen, reptando a gran velocidad. La Solver está muy cargada lo cual hace que disminuya la velocidad. Maniobro tan rápido como me permiten las dunas justo frente a mí se alza un bípedo que me apunta directamente con su rifle láser. Me pongo en pie en la moto y él dispara su láser, la Solver sobrevuela el terreno mientras yo salto acrobáticamente para volver a caer sobre mi moto.
Primera Melee:
Primer Ataque:
-El láser pasa rozando la Solver, que se desvía en el último momento.
-Me preparo para esquivar cualquier ataque procedente de las Dunas
Segundo Ataque:
-El láser vuelve a aparecer directo a mí, intento esquivar, pero fallo, salvándome en última instancia por mis reflejos y mi agilidad
Tercer Ataque:
-El láser vuelve a ser disparado contra mí, esta vez me coloco al lado de la Solver quedando fuera de la vista del láser
Tras una corta distancia vuelvo a la moto ya fuera de peligro, quizás el viaje no sea tan placentero como tenía previsto…
El desierto es muy traicionero, no fue sencillo eludir cada uno de los obstáculos que se me fueron presentando en el camino.
27 de Agosto del 104 PA:
Me encontraba sobre mi Solver cuando el viejo motor de combustión comenzó a fallar. ¿Tal vez llevaba exceso de carga? Aceleré cuanto pude, pero la carga era demasiado pesada y tuve que soltar lastre.
Viéndome fuera y con dos grandes sacos hundiéndose en la arena empecé a preocuparme sobre si hice bien o no en irme de DarkGate, ahora estaría sin hacer nada, o cogiendo algunos CR para poder comer, o quizás paseando con la Solver de arriba a bajo por la ciudad, o practicando o… ¡Basta ya! No era momento de dudas, tenía un objetivo claro y debía seguir adelante, estaba cansado de esa ciudad infernal, no podía seguir viviendo allí.
Después de tantos peligros conseguí llegar al territorio hostil: la Coalición. A partir de aquí el viaje se complicaba muchísimo, antes había corrido peligro con los cazadores que me habían dado caza, pero ese peligro había sido mínimo, ahora tendría que ser como una sombra.
La oscura noche me iba a dar un buen cobijo, así abrí la parte del equipo que aún me quedaba y vestí mi armadura con gabardina, el oscuro color de la gabardina me confundiría con la noche y me sería de gran utilidad al igual que cuando la usaba para coger cosas ajenas.
Me había enterado de que la Coalición tenía patrullas por su territorio, así fue la confirmación cuando tras un roquedal diez guardias y un vehículo blindado pasaron a quinientos metros de mí. Yo tras el roquedal quedé en silencio y pasé desapercibido debido a que ninguno de los guardias o soldados iba atento a los alrededores, ¿Quién iba a imaginar que había entrado un QFAR sin ser visto?
Al poco de mi viaje y después de tres patrullas más divisé un pequeño reducto de casas, supongo que un pueblo, así que me acerco para contemplar la vida de estas personas.
Al acercarme comienzo a ver gente en la calle, todos van mal vestidos y con pintas de vagabundos, así que evito ser visto por nadie. La mayoría tienen armas largas y se roban los unos a los otros, otros se apartan del camino de aquellos más fuertes o mejor armados. Esto es un reducto de bandidos, asesinos y esclavos, ¿es este un caso típico de la población de la Coalición? Es una pegunta inminente en mi mente, mi objetivo es traspasar la ciudad sin ser visto, pero cualquiera fijaría su vista en mí al mínimo movimiento a descubierto. Recuerdo que algunos magos eran capaces de usar la magia para ocultarse con las sombras y así pasar “desapercibidos” y me sonrío de las cosas que yo podría hacer con un poder así…
Destierro los pensamientos de mi mente y retrocedo un par de kilómetros para bordear el pueblo, después marcho de nuevo por mi ruta trazada de antemano.
La noche nunca pasa, ¿es siempre así? Quizás sea algún mago que está jodiendo la marrana, aunque bien se lo agradezco porque no sabe cuán bien me está viniendo su ayuda, o en su defecto, qué gracia el hecho de que la Coalición viva bajo sombra constante.
Oigo un grito a pocos metros de mí y una ráfaga de láser pasa rozándome, maldiciendo contemplo como una patrulla me ha detectado y está abriendo fuego contra mí. Cada disparo suyo es evitado por una cabriola mía, mis artes acrobáticas tanto tiempo practicadas ahora me están siendo de mil y una ayuda puesto que en la noche la Solver anda en línea recta y no es objetivo de los disparos, mientras que yo vuelo por el aire saltando sobre la moto con una destreza propia de un artista de circo, eludiendo sus miradas me acerco a ellos en silencio.
-Mierda. ¿Qué coño era eso? – Las palabras de los soldados me llegan bastante claras.
-Ni idea Pit, pero fuera lo que fuese se ha esfumado.
-¿Quién disparó y a qué? – La voz provenía de una SAMAS recién llegada.
-Señor, creíamos haber avistado algo en aquella dirección, – comenta el soldado llamado Pit señalando mi primera posición – pero ya lo hemos eliminado.
El sargento realiza un escáner de calor a la zona, por suerte mi moto se encuentra al otro lado del vehículo blindado y el calor de este oculta el de mi moto y el mío personal, así que sin más preámbulos el sargento volvió a elevarse por el aire con su SAMAS y volvió a su posición muy tras de mí.
Los encuentros fortuitos fueron muy rápidos, tan sólo en una ocasión fueron capaces de darme, pero mi armadura apenas sufrió daños y la Solver como siempre me sacó del atolladero.
Una vez fuera del territorio de la Coalición, el cual tan sólo me había llevado tres noches y dos días cruzar, me encontraba a salvo y tan sólo quedaría un pequeño tramo hasta mi destino… Tolkeen.
No era tan real como pensaba, no mucho después de cinco o seis días de camino y con reservas de agua al borde de la extinción me asaltó un monstruoso ser con pocas ganas de jugar. Su altura y corpulencia eran impresionantes, no poseía armas láser, pero sus miembros podrían acabar conmigo de uno o dos golpes, no parecía muy rápido ni ágil, así que al menos ese factor estaba a mi favor que se multiplicaba por mucho por mi agilidad adicional. Fue un “combate” corto, intentó cortarme el paso y alcanzarme con su miembro, pero la Solver esquivó una y otra vez los lentos ataques de la mole, yo disparé varías veces mi Hero pistol, pero apenas dañaba su corácico cuerpo, así que tomé la determinación que con un arma tan pobre apenas iría nunca a ningún lado, necesitaba un buen rifle de energía potente y preciso que por desgracia no tenía.
El monstruo se enfada y lanza un líquido espeso desde su boca que cae a apenas dos metros de mí, acelero al máximo mi Solver evitando todo contacto con el liquido que ha cristalizado la arena donde cayó, la velocidad de mi moto es más que suficiente como para escapar sin peligro del monstruoso ser.
16 de Agosto del 104 PA:
A lo lejos diviso una gran ciudad y mi corazón late con fuerza y acelero cuanto me permite la Solver que ha gastado casi todo su combustible. Cada pocos días se agota la gasolina de la Solver, es su mayor inconveniente. Cada vez que esto ha sucedido, ha sido una verdadera odisea conseguir más fuel.
La ciudad es una maravilla toda en sí, nada más llegar un guardia me pide que desmonte de la moto, así lo hago y él la registra de arriba abajo, después me registra a mÍ y me confisca la Hero pistol aunque el vibrocuchillo me permite llevarlo.
Entro por fin en la ciudad y quedo maravillado ante los edificios que se extienden ante mí, la idea de buscar un sitio donde vivir o buscar a los Rifts Warriors para reclutarme se desvanece ante la grandiosidad de la ciudad. Después de varias horas contemplando el panorama busco un lugar donde instalarme, encuentro una pareja de humanos que viven solos en una casa, pagan la mitad del alquiler cada uno y buscan una persona más. Cuando les comento mi estado me ofrecen sitio, es increíble como la gente de esta ciudad no guarda rencor unas razas a otras…
He comenzado a creer en una vida de paz nuevamente, tengo un nuevo hogar, nuevos amigos y una nueva ciudad, ciudad en la que encajo bastante bien.
Me paro un instante y me recrimino que no he corrido tantos peligros y eludido tantos enemigos para dedicarme a ver pasar las nubes, poco después me ponen al día mis compañeros de vivienda. ¡¡Tolkeen va a entrar en Guerra próximamente!!
27 de octubre del 104 PA:
Han regresado los Rifts Warriors de una aventura y les han hecho unas estatuas conmemorativas, no sabía que estuviesen aquí… En fin, tendré que ir a verles.
Esa misma noche paseando por la ciudad, aún sigo maravillándome de la belleza de la misma.
Quick Silver: Hola... esto... ¿eres una elfa verdad? – Me paro a preguntar a la primera persona que se me cruza.
Erzebeth: Sí. – Me mira frunciendo el ceño.
Quick Silver: Soy nuevo en Tolkeen y me he enterado de que han vuelto los Rifts Warriors. ¿Podrías indicarme donde puedo encontrarlos?
Erzebeth: ¿Y tú quién eres? – La elfa me mira de arriba abajo analizando cada fibra de mi cuerpo.
Quick Silver: ¿Yo? – Vaya... se me había olvidado presentarme.
Erzebeth: Sí.
Quick Silver: Soy Quick Silver, ex comando de los Rifts Warriors – digo con una sonrisa triunfal.
Erzebeth: ¿¿¿¿¿Tú????? – La debe sonar a chiste por la cara que ha puesto. - ¡Anda ya!
Quick Silver: Rolando, Emil, Mouser y Shidi... fueron mis compañeros, pregúntales a ellos.
Erzebeth: Uuuuh. Rolando ha muerto - quedo seco ante la noticia - en el campamento Rémington – por el palpitante dolor de la elfa presiento que ha sido en la última misión. - Y Mouser está desaparecido.
Quick Silver: Esto...
Erzebeth: Por la magia del Cofre de la Fortuna.
Quick Silver: ¿Quién eres tú que sabes tanto?
Erzebeth: Yo soy Helena – la sonrisa de la elfa es blanca y hermosa… ¿donde habré visto yo a esta elfa antes?
Erzebeth: Soy de los Rifts Warriors.
Quick Silver: Ho. ¿¿¿En serio???
Erzebeth: Sí – su sonrisa orgullosa delata la sinceridad de la elfa.
Quick Silver: Yo... esto... ¿Quién es el Líder?
Erzebeth: El líder es un mago llamado Daeron, pero ahora no está.
Quick Silver: Vaya... ¿nos lidera un mago?
Erzebeth: Se han ido todos al casino. ¿Cómo que "nos"?
Quick Silver: Ah... sí... esto... Es una larga historia, vengo desde DarkGate para unirme a vosotros... la verdad vine para saber dónde estabais, no para veros aquí.
Erzebeth: ¡¡Ah!! Vale, pues si te digo la verdad, te veo un poco verde para unirte a nosotros. ¿No eres muy joven?
Quick Silver: No juzgues al rosal por sus flores... pues también pincha.
Erzebeth: Uhm... Bueno, si quieres ver a los demás, tendrás que esperar a mañana.
Quick Silver: Muy bien.
Erzebeth: Se han ido todos al casino. Supongo que tardaran
Quick Silver: Es tarde y mis compañeros de vivienda esperan que regrese...
Erzebeth: ¿Cómo te llamas? Le daré recuerdos Shidi de tu parte, si lo veo.
Quick Silver: ¿Podría concertar un cita con vos para que me llevarais ante... Daeron?
Erzebeth: Aunque quizá lo encuentres un poco... cambiado.
Quick Silver: ¿Shidi? ¿Sigue vivo?
Erzebeth: Sí – ella muestra claros signos de felicidad, pero yo me alegro muchísimo al saber que mi viejo amigo sigue vivo. - Aunque en adelante deberías llamarle Silver.
Quick Silver: Me alegro. Bueno, pues así se le llamará. Yo ahora me hago llamar Soul. Descubrí que es mi verdadero nombre, Quick Soul, aunque todos me llamen Silver.
Erzebeth: Bien Silver, será fácil de recordar - admiro la facilidad de la elfa para sonreír… - Ven por aquí a la hora del desayuno.
Quick Silver: Aquí estaré - me percato de que llevo cerca de media hora hablando con la "familiar" elfa... me recuerda a alguien, pero no consigo recordar…
Erzebeth: No creo que nos levantemos muy tarde....
Quick Silver: Bueno, entonces mañana nos veremos...Erz...Helena.
Erzebeth: Hasta mañana.
Quick Silver: Hasta mañana.
Después de despedirme de la elfa vuelvo a mi piso, allí comunico a mis compañeros la noticia… “He encontrado a los Rifts Warriors y voy a entrevistarme con ellos”.
El día se ha convertido en un bullir de emociones así que marcho pronto a la cama ese día para poder digerir todo.
Acciones Futuras:
-Ir a la cita del grupo e intentar ser aceptado
-Hablar con Shidi sobre el tiempo de distanciamiento y la pérdida de Rolando.
-Terminar de descubrir (si a nadie le molesta, están de acuerdo y el master también) que Erzebeth es la Erzebeth de mi infancia.
-Conocer a todo el grupo.
-Ya lo pensaré en el próximo turno. ;-)
Fin del Turno 42 de Rifts de Quick Silver.
James Theodore Shidi: Rifts: Turno 42:
Noche del miércoles, día 6 de octubre de 104 PA:
Una vez más estamos en el salón de juntas del DIT de Tolkeen, el capitán Leo Prince y Daeron cruzan informaciones, quedando el primero de ellos bastante satisfecho. Me pierdo en la conversación, no me interesa lo más mínimo porque conozco el resultado de todo esto, tendré que luchar contra los que, hasta hace poco, consideraba mis hermanos. Lo que hemos empezado tendremos que acabarlo, y tengo miedo de no estar en el bando correcto. Me doy cuenta de que lo que la Coalición está haciendo es horrible, pero los años de entrenamiento y aleccionamiento para que me convirtiese en una máquina de odiar no-humanos hacen mella en mí.
Comprendo de la necesidad de acabar con el agente ZK-12, y de castigar a los que han segado la vida de tantas personas de una manera tan tremenda, pero son coalicionistas... Supongo que llegado el momento de la verdad sabré comportarme como es debido. Pero hasta entonces no me queda otro remedio que soportar esta indecisión.
Otro problema a añadir a los que ya tengo es el de Erzebeth, esa preciosa elfa. Mi corazón se parte al ver cómo ese mago de pacotilla, que no es capaz de lanzar hechizos decentes durante un combate, obtiene todo su cariño. No han dado muestras en público de lo que sienten el uno por el otro, pero lo sé. Lo tengo clarísimo, hay algo entre ellos, algo más que simple amistad o camaradería. ¿Cómo puede un ex-coalicionista sentir lo que siento yo por una elfa? El cerebro va a estallarme. Todos los esquemas sobre la vida que mi cabeza tenía, se vienen abajo por una hembra. Maldigo el día en que aquél dragón me condenó a esta vida, en la que ninguna idea está clara y puede que muera en un combate sin saber que he muerto por un buen ideal.
Casi sin darme cuenta llegamos al hotel, el tiempo ha pasado más rápido de lo debido. Baldwin sugiere que vayamos a tomar algo antes de ir a dormir. Acepto sin rechistar, necesito desconectarme del mundo durante un ratillo.
Una vez en el bar todo transcurre de manera distinta a como esperaba, uno tras otro los vasos van llegando a mi lado y los bebo pausadamente, como si tuviese todo el tiempo del mundo, mis ojos quedan fijos en la silla que está a mi lado. Es de un tipo de madera bastante noble, o eso me parece a mí. Súbitamente un hombre negro se sienta en ella, es Baldwin. Me pregunta si me pasa algo, pero le respondo que no. No tengo muchas ganas de hablar, pero sigue insistiendo e incluso consigue animarme un poco. Al final hago como que empiezo a estar borracho y le río todas las gracias que me hace, en verdad es un buen amigo. El Conde Arik nos informa de que es hora de irse a dormir. Vamos hasta las habitaciones, y al cruzar por delante de la de Erzebeth sale Mune, con su camisa debajo del brazo. La furia me invade, propino al mago un fuerte golpe en el pecho y acaba apoyado con la espalda en la pared. Levanto mi puño derecho, a punto de descargar el fatídico golpe, pero algo hace que no se mueva, Baldwin ha parado mi brazo con el suyo. Menos mal, eso es lo que necesitaba. Entre él y Arik me llevan a la habitación y no me dejan solo hasta que creen que ya estoy calmado completamente.
En cuanto se marchan me asomo a la ventana, las estrellas brillan con más fuerza que nunca. O tal vez sea... que nunca antes me había parado a mirarlas tan fijamente. Bajo la vista, el suelo está algo lejos, sería tan fácil acabar con todos mis sufrimientos, un simple salto y se acabó el sufrir. La solución final. Me pongo en cuclillas sobre el alféizar, en lugar de hacer lo que seguramente mucha gente desee agarro con fuerza un conducto que pasa y escalo por él hasta el tejado. Me tumbo con las manos en la nuca, cierro los ojos y busco respuestas.
Las soluciones que me planteo son de lo más variadas, desde matar a Mune hasta pedirle a Erzebeth que se case conmigo, pero ni una idea ni la otra me convencen. Matar a alguien con razones como estas no es mi estilo, en cuanto a pedirle a Erzebeth su mano... no es práctico. Puede que sienta cosas por ella, pero no quiero que los demás lo sepan, por lo menos, hasta que yo esté seguro de mis propios sentimientos. Finalmente mi decisión no es la mejor, sino la más fácil, dejar que las cosas sigan su curso y esperar una ocasión propicia para que salga a su encuentro.
Vuelvo a bajar por la tubería, buscando la habitación de Erzebeth. Sigilosamente me asomo a su ventana y allí está, mi pequeña diosa. Dormida, su cara parece la de un ángel. Me quedo un rato mirándola desde una posición bastante incómoda. Estaría toda la vida así, dejando que el tiempo pasase sin importarme otra cosa más que descubrir el más recóndito rincón de su preciosa cara que todavía no haya vislumbrado. Qué injusta es la vida.
En el techo de mi habitación está su rostro, como burlándose de mí, pues no puedo tenerla, pero aun así no paro de observarlo, es tan bello...
Mañana del jueves, día 7 de octubre de 104 PA:
Arik llama a mi puerta, no he dormido ni por un segundo, el rostro de mi elfa ha estado en el techo toda la noche y no pude evitar su hechizo.
Desayuno sin decir una palabra. Mune me mira de reojo de vez en cuando, lo noto. Erzebeth está a su lado, ¡cómo odio al mago! Termino el primero de desayunar y voy a prepararme a mi habitación, presiento que hoy será un día importante.
Y así es, en el DIT nos llevan a una sala más grande que la de las veces anteriores en la que ya están esperando los Ojos de Plata. Corin Scard, el Comandante Supremo del Departamento de Defensa de Tolkeen hace una entrada majestuosa y comienza a explicarnos el plan de acción para terminar de una vez por todas con esta misión infernal. Los Ojos de Plata serán la distracción para que nosotros ataquemos el campamento de Remington y destruyamos el ZK-12. Leo Prince me da un casco de visión nocturna además de explosivos y detonadores suficientes como para volar por los aires cualquier cosa.
El viaje comienza, los medios de transporte son variados y extraños, una nave aérea, un túnel bastante raro, un submarino y finalmente una zodiac. Durante todo el viaje no he parado de prepararme psicológicamente para combatir con mis antiguos hermanos de batalla, de derramar sangre que, si mi vida hubiese seguido su curso normal, podía haber sido la mía.
Mañana del domingo, día 10 de octubre de 104 PA:
Desembarcamos en una playa desértica situada en la linde de un bosque. Tendremos que atravesarlo para llegar al campamento de Remington. El Conde Arik cubre el GB con una red de camuflaje para que su inconfundible brillo no nos delate. Avanzamos y avanzamos hasta que cae el sol, Daeron y Erzebeth tienen que ir al final de la columna para poder encender luz y soportar la oscuridad más fácilmente. Ahora Baldwin y Striker lideran el grupo por el frente, justo cuando llegamos al extremo del campamento por donde teníamos pensado entrar. Una patrulla vigila la zona. Baldwin intenta acercarse sigilosamente, pero no lo consigue. Como si de un elefante se tratase aplasta unas ramas causando un estropicio muy grande. La patrulla le descubre y la batalla comienza...
Mi primera acción es disparar al jefe de la patrulla, sé distinguirles perfectamente en pocos milisegundos. Apunto al sargento, pero en el último momento mi pulso me juega una mala pasada y fallo el tiro. Puede que todavía no esté preparado para luchar contra la Coalición.
Echo a correr hacia el edificio más cercano, parapetado, y con más calma, es posible que pueda actuar mejor, y si encima encuentro el edificio donde supuestamente están todas las ojivas de ZK-12... Durante el recorrido me doy cuenta de que un tanque me tiene a tiro, saco una granada de humo y la arrojo a mis pies para despistarlo, así no podrá verme.
Prácticamente me zambullo en el interior del primer edificio que pillo, y resulta ser el almacén de ZK-12, hoy es mi día de suerte. El doctor Zachary Krug, el responsable de que estemos en esta situación está justo delante de mí. El temblor de sus manos refleja lo que es, un maldito cobarde asesino. Intenta escapar pero lo evito dándole unas cuantas patadas y puñetazos. Mientras le atizo no dejo de pensar en los videos de sus experimentos, en los cadáveres que vimos en su granja, en todas las vidas que ha segado con su diabólico invento. Le agarro por las solapas de su bata blanca que ahora está llena de su sangre, le miró a la cara magullada y le escupo.
Striker entra en el búnker, le lanzo a Zachary Krug y le pido que se lo lleve, pues tiene que pagar por sus crímenes. En cuanto salen por la puerta empiezo a pensar en cómo colocar las cargas. Hace mucho que no demuelo un edificio y no es tarea fácil, sobre todo tratándose de un búnker blindado.
Observo que en el edificio están todas las ojivas del gas, además de los archivos que explican su fabricación. Todas las pruebas van a ser destruidas en un único golpe maestro. Coloco las cargas a toda prisa, me aseguro de que todo está en orden y pongo el temporizador en marcha. Justo antes de salir corriendo veo a través de un cristal que un auténtico ejército de infantería viene hasta mí.
Sólo tengo una salida y tendré que usarla. Paro el temporizador y preparo el control remoto. Mi única esperanza es no morir hasta haber pulsado el mando a distancia. Lanzo las granadas de humo que me quedan por la puerta y corro a toda velocidad. Avanzo cincuenta metros, lo justo para que el detonador a distancia funcione y espero a que la treintena de Grunts estén al lado del búnker. Su curiosidad les matará.
Por mi izquierda viene un lanzador de misiles y más infantería. Esto es demasiado. Aprieto el botón, destruyendo el búnker y los treinta soldados de infantería, ojalá el Iron Bolt y su escolta vayan hacia allí. La explosión les ha distraído algo, cojo el eyector de plasma y apunto cuidadosamente a la parte superior del vehículo, justo donde está toda su carga explosiva, si destruyo esa parte, todo lo que esté a su alrededor será aniquilado. Un nuevo estruendo se une a nosotros, una Súper SAMAS ha despegado. ¡¡¡Una Súper SAMAS!!! ¡¡¡Estamos perdidos!!! Más vale que huyamos lo antes posible porque tenemos muy pocas oportunidades de salir vivos en un combate abierto contra Remington.
Disparo contra el Iron Bolt que desaparece en una nube de plasma. Es el momento de reagruparnos y salir de aquí a la velocidad de la luz. Hago unos disparos sobre la Súper SAMAS para que mis compañeros se vayan posicionando, pero es inútil, no consigo hacer blanco en ella.
Después de unos segundos de disparos que no hacen mucho efecto, Remington escapa. Algo va a pasar, tenía el combate ganado a pesar del daño que le ha infligido Indira. En el crucero misilero hay movimientos extraños, van a arrasar la zona. Los que vamos más rápido cargamos con los que van lentos.
Yo cojo a Indira, Striker a Baldwin y a Daeron. Mune tiene que quedarse y seguramente morirá. Una pena. Y lo digo en serio, puede que sintiese celos de él, pero eso no significa que no haya sido alguien más del grupo, alguien que ha luchado por los mismos motivos que yo, y eso sólo tiene un nombre: compañero.
Corremos hacia el bosquecillo a nuestra máxima velocidad, todo lo que está detrás nuestro ha quedado completamente destruido. Una especie de niebla muy poco densa invade todo, puede que haya conseguido sobrevivir, es posible. Vuelvo con Striker al lugar donde vimos a Mune por última vez, Erzebeth nos ha seguido. Sólo somos capaces de encontrar su pistola, el resto parece haber sido desintegrado. Mi bella elfa, debería dejar de llamarla así, no creo que vaya a ser “mía“ durante un tiempo, llora desconsoladamente. Ni siquiera tengo la amabilidad de consolarla con algunas palabras, aunque estoy seguro de que no servirían de nada.
Lentamente volvemos a la Zodiac donde nos esperan los demás, embarcamos y ponemos rumbo al submarino. Una vez allí me quito todo mi equipo, me tumbo en el catre de mi camarote y alzo mi vista al techo como ya viene siendo costumbre en mí. Tantas muertes... ¿habrán merecido la pena? ¿Sirven para algo positivo las cosas malas que ocurren en el mundo? A veces no estoy seguro.
Dos días más tarde llegamos a Lazlo, nos reciben como héroes aunque yo no me siento como uno. Perdí a mis compañeros cuando estaba en la Coalición, ahora que soy un Rifts Warrior también lo hago. Es como una maldición, siempre tienen que ocurrirme cosas malas. Todo son celebraciones y demás artificios que no veo necesarios.
En una cena, el hombre reptil que está sentado a mi lado, conoce mi enfermedad y dice que tiene una cura. Me resulta sospechoso que lo que no he podido conseguir en tanto tiempo, venga ahora tan fácilmente. Hablo con el hechicero para saber más sobre él y sobre si puedo confiarle mi salud. Finalmente llegamos a un acuerdo, me dará un elixir que me dejará como nuevo. ¡Vaya! Al fin y al cabo, las cosas parecen ir mejorando.
Volvemos a Tolkeen y allí todo empieza de nuevo, las felicitaciones, las celebraciones... Erigen una estatua en honor a los caídos en combate, me parece un buen gesto.
Once días después de llegar a Tolkeen, un ayudante de Draxan, el hechicero-reptil me entrega el elixir. Ahora sabré si puedo olvidarme de la enfermedad.
ACCIONES FUTURAS
Fin del Turno 42 de James Theodore Shidi.