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Rifts 20: Rifts Warriors Legacy.

Archivo RW: Registro 44.

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13/07/2016, 12:33
"Todos los héroes mueren."

DM: Rifts: Turno 44:

 

Introducción individualizada:

 

  • Baldwin King: Te gustaría obtener el tratamiento que la Coalición afirma tener para curar la “condición” Juicer. No si ello implica dejar de ser un Juicer, claro. Ya no te imaginas la vida sin tu velocidad, fuerza y poderes psíquicos. Pero si el tratamiento implica que vivirás más años pues... ¡claro que lo quieres! ¡Tiene que ser tuyo! Como Juicer que eres desafías rutinariamente a la muerte y no la temes, pero eso no quiere decir que no estés más que dispuesto a burlar a la muy bastarda.

 

  • Briaeros: Indira Drognan es una buena profesora, estás aprendiendo American a marchas forzadas. Como hablas poco y eres muy grande debido a tu cuerpo biónico algunos se piensan que eres estúpido, pero no lo eres en absoluto. Eres un duro policía y además un tipo listo capaz de adaptarse a cualquier situación, incluso a una como la que te encuentras. Echas mucho de menos tu vida anterior en el SWAT alemán, pero tu instinto te dice que allí ya no queda nada para ti. Debes comenzar una nueva vida en este continente más tranquilo. ¡Ah, la paz que se respira! Estos americanos no se dan cuenta del lujo que supone esta relativa paz y tranquilidad de la que disfrutan. Europa es un constante campo de batalla, sucio y sangriento, donde uno nunca puede sentirse seguro. Aquí el nivel de amenazas es muy inferior, aunque por lo que has podido averiguar la Coalición de Estados se esfuerza por perturbar la paz una y otra vez. En parte simpatizas con ellos, aunque por otro lado la forma tiránica como gobiernan a su propio pueblo y lo mantienen en la más absoluta ignorancia para poder manipularlos a su antojo te parece una manera ignominiosa de gobernar.

 

  • Daeron Drognan: Parece que tu amada Indira ha comprendido lo importante que resulta para ti seguir tus principios. Toda tu vida has sido poco más que una herramienta al servicio de poderes mayores. Desde luego que respetas a esos poderes y les agradeces todo lo que han hecho por ti, ellos son los que han hecho de ti lo que eres hoy. Pero has elegido seguir otra senda, y esa senda es la de los Rifts Warriors. Siempre has luchado por algo más grande que tú mismo, y ahora lo sigues haciendo. Ahora ya no es directamente a una nación, aunque aún le debes lealtad a tu amada ciudad, sino a un ideal, un ideal por el que lo darías todo. Comprendes la inquietud de los Juicers del grupo con respecto al tema de la cura para los efectos letales a medio plazo de su condición. Piensas que ese tema merece ser investigado, pero crees que debe de darse prioridad a la expulsión de las fuerzas coalicionistas afincadas en Angstville. A fin de cuentas, la Coalición no ha anunciado todavía cuándo ni cómo, ni dónde, comenzará a suministrar la dichosa cura, ni en qué condiciones. Lo cierto es que no hay muchas opciones para buscar, ya que infiltrarse en el Estado de Chi-Town en busca de la fórmula de la cura es sinónimo de suicidio.

 

  • Erzebeth Lisanwë: Tras todo lo vivido en la última aventura estás convencida de que la Coalición debe ser combatida. Lo que pasó en Markeen no debe de repetirse en DarkGate. Estás harta de ver como los gobernantes hacen oídos sordos e ignoran los problemas que tienen ante sus narices. La base de Angstville es un peligro para la seguridad de toda la región, lo absurdo es que los gobernantes no sepan verlo. Esto tiene que cambiar. Ahora sois celebridades, es vuestra oportunidad para hablar con el gobierno de DarkGate y convencerles de que deben de hacer algo al respecto, no pueden seguir quedándose tranquilamente de brazos cruzados. Y si ellos no quieren involucrarse directamente para no provocar la venganza de la Coalición, pues ya lo harán los Rifts Warriors, que de todos modos ya tenéis precio puesto a vuestras cabezas. Todo lo que pides es un poco de ayuda para expulsar a la Coalición de la zona. Además, tu desconfianza de la Coalición es absoluta, toda esta historia sobre la “Cura Juicer” te parece una patraña, y estás segura de que encierra algún oscuro propósito.

 

  • Sir Geoffrey Mournfolk: De vuelta a la aventura. Esta vez no pesa sobre ti la carga del liderazgo, pero tienes otra preocupación que es aún mayor, el bienestar de tu preciosa, pero frágil, esposa. Ella fue muy fuerte antes y resistente, pero durante su cautiverio a manos de los Sombreros Negros intentó acabar con su vida usando un veneno. La toxina no la mató, pero ha mermado considerablemente su salud, y ahora el cuerpo de María no es tan fuerte como su determinación. Ella está decidida a convertir su debilidad en fuerza, y le molesta sobremanera que la atosigues con constantes atenciones y una actitud excesivamente protectora. Mas no puedes evitarlo, ella es lo que más te importa en la vida y tú eres por naturaleza un defensor, eres su esposo, pero también su protector, su escudo ante la adversidad y ante el peligro. Pese a esta preocupación, lo cierto es que estás encantado de ser una vez más un Rifts Warrior en activo. Luchar y combatir al mal forma parte de tu naturaleza. Santa Fe es un pequeño paraíso, pero allí no podías ser tú mismo. María tiene razón, ahora lo ves claro, allí no eras completamente feliz. Tienes que enseñar todo cuanto puedas a tu mujercita para asegurar su supervivencia, pase lo que pase.

 

  • Lara Stone: Tras tu muerte y posterior resurrección te sentiste muy afectada. No te creías capaz de volver a la vida aventurera. Sin embargo, el tiempo que has estado sola, como vigilante de caravanas y en el rancho, te ha servido para darte cuenta de que no sólo sí estás preparada, sino que anhelas la aventura y muy especialmente a los Rifts Warriors. Tienes una gran deuda con ellos, sobretodo con Daeron, pero también con Geoffrey y los demás por mostrarte el camino correcto. Estás segura de que ahora tu maestro, Birt, podría mirarte a la cara sin avergonzarse de ti. ¡Qué equivocada estuviste durante tu época como bandida! Pensabas que había que ser fuerte para sobrevivir, que era preferible estar en el lado de los fuertes que en el de los débiles. Aun así, apartabas la mirada ante las atrocidades de tus compañeros bandidos, nunca fuiste de su misma pasta y te engañabas pensando que era lo que tenías que hacer para sobrevivir. Hacer daño a los demás no es fortaleza, sino que es el camino fácil de los cobardes

 

  • María García: Estás radiante de alegría, y te sientes llena de energía. Te invade la excitación y la emoción de la aventura. Ahora te preguntas si no naciste realmente para esto. Lo ocultas ante Geoffrey, pero lo cierto es que también tienes miedo, mucho miedo. Temes resultar herida o mutilada, tu muerte o la de Geoffrey, el sufrimiento, la tortura a manos de viles enemigos... También temes que, llegado el momento, tengas que matar. Los aventureros matan a sus enemigos, o mueren a sus manos. Y no sólo matan monstruos horribles y malignos, también a seres humanos, bandidos o coalicionistas... eso tiene que ser tremendamente duro. Aún no conoces bien a tus nuevos compañeros y amigos, los Rifts Warriors. Muchos son nuevos y no estaban entre los héroes que te rescataron y te devolvieron con tu padre, pero el espíritu permanece. Aunque hayan tantas caras nuevas, siguen siendo los auténticos Rifts Warriors, poderosos y heroicos. Cuánto deseas ser como ellos. Sabes que aún tienes mucho que aprender, mucho que vivir y soportar, y probablemente te aguardan sufrimientos y penurias. Sabes que la senda que te aguarda, que aguarda a todos los Rifts Warriors por su propia naturaleza de campeones, no es nada sencilla, pero estás más que dispuesta a afrontarla. Miras al mañana con sobrecogimiento y algo de trepidación, pero también con optimismo. Además, tienes a tu lado a tu amado esposo Geoffrey. No te gusta que te trate como una muñeca de porcelana... pero lo cierto es que a su lado te sientes segura y protegida.

 

  • Sanakin Goldman: Eres el nuevo Sanakin Goldman, al menos tu cuerpo entero es nuevo y prístino. Aún te estás familiarizando con tu nuevo cuerpo biónico, algunas cosas funcionan de forma diferente a lo que esperabas, y en general crees que muchos sistemas han sido algo mejorados en relación a tu antiguo cuerpo, sin duda es obra de Daeron, Briaeros y los demás que colaboraron en el proyecto. No tienes corazón en sentido biológico, pero aún así piensas que tu corazón o tu alma son los mismos, quizá con una mayor determinación si cabe para hacer lo correcto. Tu pérdida de humanidad se ha visto compensada con un gran poder, un poder mecánico y tecnológico. Sabes que nunca serás una fría y mecánica máquina de matar, que sigues siendo bajo todo el blindaje una persona, con sentimientos y emociones humanas. ¿Eres el viejo Sanakin Goldman o el nuevo renovado y mejorado? Realmente no importa, tienes los recuerdos de Sanakin, una personalidad parecida a la del antiguo y una determinación mayor que nunca antes. Eres ante todo y por encima de todo un Rifts Warrior.

 

  • J. T. Shidi: Te intriga el tema de la Cura Juicer. Cuando tú eras un Comando en activo de la Coalición estás casi seguro de que no existía ningún programa de investigación sobre la tecnología Juicer. La propaganda de la Coalición siempre ha afirmado que el proceso Juicer era un desperdicio de valiosas vidas humanas, y que los Juicers tienen un comportamiento suicida no mucho menos demente que el de los Crazy. Tú has conocido ya a varios Juicers: Stroland Goldman, Solomon King; y ahora Striker y Baldwin. No crees que el proceso les deshumanice, aunque sí es un desperdicio de vidas. Casi preferirías investigar ese tema, aunque con pocas posibilidades – piensas tú – de hallar algo útil. Te preocupa la “liberación” de Angstville. Te repugna la idea de matar a soldados de la Coalición que piensan que están luchando por defender a la Humanidad. Una cosa es eliminar a una banda de mercenarios desalmados y sin escrúpulos responsables de matanzas con armas biológicas, aunque esos mercenarios fueran ex coalicionistas y simpatizantes de la Coalición. Pero matar a buenos soldados que cumplen con su deber, eso es otra cosa bien distinta. Te gustaría no tener que hacerlo, pero si ese resulta ser el camino de los Rifts Warriors, los seguirás mal que te pese.

 

  • Snich: Lo disimulas, pero lo cierto es que estás triste. Lamentas que Quick no haya sido capaz de dejar atrás vuestras diferencias. Ha dejado el grupo por ti, eso es lo que piensas. No quieres pensar que el muy truhán sea un cobarde, no, eso no, él fue tu amigo durante mucho tiempo... ¡y es un Quick Flex como tú, pese a todo! No, no es un narigudo... Ah, jamás se lo dirías ni a él ni a nadie, pero lo cierto es que lo vas a echar de menos. Los narigudos no te comprenden, te aceptan como uno de ellos, pero con cierto recelo. A veces te sientes como un bicho raro y crees que no todos confían implícitamente en ti. Les demostrarás a estos narigudos que eres tan aventurero como el que más. El combate no es tu actividad favorita, pero eres ágil y rápido, tal vez no tanto como Striker y Baldwin. No, no eres tan poderoso como esos Juicers de corta vida, pero tienes otras habilidades que pueden ser útiles... Los Rifts Warriors son ahora tu tribu, les has adoptado, alguien debe velar por ellos a fin de cuentas. Son fuertes, pero también demasiado ingenuos y tan honorables... Necesitan alguien astuto y sagaz como tú que proteja sus intereses y esté siempre alerta y vigilante, aunque sin parecerlo.

 

  • Striker 1777: Te parece increíble. Todavía te estas adaptando a esta vida, a esta realidad tan diferente de la que conociste en Atlantis durante toda tu vida. Esta es una oportunidad estupenda, para devolver el golpe, para sentirte libre y ser el dueño de tu propio destino, para hacer aquello que te gusta. Tu condición de Juicer supone que te quedan tan sólo unos pocos años de vida. Te dijeron que por ser elfo puede que dures diez años, casi el doble que un Juicer humano. Aún así, la perspectiva de esa muerte temprana te aterra, curiosamente mucho más que la posibilidad de morir en combate, pues eso no te da miedo ya que es el destino natural de un guerrero, a fin de cuentas. Pero la horrible, lenta y dolorosa muerte que le espera al final a un Juicer que sobreviva a todos sus combates... eso no es para ti. La “Cura Juicer” de la Coalición... es un atisbo de esperanza, aunque algo difuso. Si realmente existe, probablemente el tratamiento esté pensado para humanos. La Coalición nunca le daría algo así a lo que consideran un D-Bee... Y pensar que has sabido por Erzebeth y otros que la tuya fue una raza orgullosa, y lo sigue siendo en muchas partes del Megaverso. La raza de los elfos tiene una historia gloriosa que se pierde en las nieblas de la más remota antigüedad, muchos piensan que ya existía hace millones de años... una raza infinitamente más antigua que la de los humanos, ominipresentes en el Megaverso, y con un caudal cultural, de conocimientos y de gestas muy superior. Ah, la raza de los elfos, es orgullosa sí, aunque eso no va mucho contigo. Fuiste educado como esclavo y después entrenado cruel y salvajemente para matar a los enemigos del Splugorth, asesinarlos más bien. No, no es un pasado del que sentirse orgulloso, aunque eres un competente guerrero y lo serás más cuando adquieras un poco de experiencia en situaciones de combate real. Tienes mucho que aprender a todos los niveles, aprender el modo de vida y costumbres de la gente de Norteamérica, su cultura, valores... Los ideales de los Rifts Warriors, que ahora son los tuyos. Observas constantemente a tus compañeros aventureros, tienes aún mucho que aprender de ellos.

 

DM: Rifts: Turno 44:

 

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

Es el día siguiente al de la noticia sobre la Cura Juicer de la Coalición. Baldwin parece indispuesto, no ha bajado a desayunar a la sala común del Salón. Sanakin está sentado en un bloque de acero especialmente preparado para los que son como él. Mira una pantalla de video que cuelga del techo junto a un pilar de madera. Dan lo que parece un antiguo programa de noticias de antes de las Grietas, el volumen está muy bajo y no parecen ser noticias especialmente interesantes o comprensibles. A alguna gente le gusta ver estas cosas de todos modos, muchos son los que están fascinados por la Edad Dorada de las leyendas del pasado. Sanakin conmuta los filtros de sonido y escucha como se abre la puerta de la habitación que comparten Indira y Daeron. Briaeros está en el exterior, observándolo todo como haría un niño pequeño intentando absorber el mundo. Indira y Daeron bajan las escaleras.

 

Erzebeth se despereza en la cama, se da una ducha, se viste y baja a desayunar algo. Las puertas del Saloon se abren y entra una imponente mujer vestida de pistolera. Es Lara Stone, que se sienta junto a Sanakin Goldman y pide un café bien cargado. La mujer se sacude el polvo que mancha sus ropas, ha dejado el rifle junto con sus cosas en el “Grand Garage” de Mek, donde trabaja una sombra del pasado: Jack Tanreack.

 

Todos aquellos que estuvieron en el Valle de los Dinosarios... Daeron, Baldwin, Geoffrey, Sanakin, Indira, y Lara, comparten un vínculo muy especial. Esto no es así con Tanreack, aunque también estuvo allí, muchos lo consideran gafe y de alguna manera responsable de la desafortunada muerte de Maximus, el corazón del grupo.

 

Uno a uno, todos los Rifts Warriors en activo os vais reuniendo: Baldwin, Daeron, Indira, Erzebeth, Lara, Striker, Shidi, Snich, Geoffrey, María, Sanakin, Briaeros... Doce aventureros. Un equipo fuerte y numeroso. Todos os sentáis a desayunar entorno a dos mesas juntas, las que siempre están reservadas a los Rifts Warriors en el Salón de DarkGate. Un estupendo desayuno a base de café y pastelillos de crema caseros.

 

Snich tiene una resaca espantosa y bebe mucha agua. Snich es un alienígena humanoide, con aspecto de adolescente humano muy delgado si se le mira de lejos. De cerca se ven las diferencias, con ese rostro huesudo y anguloso que sirve como escueto marco a unos enormes ojos saltones y líquidos. Carece de nariz, y en su lugar tiene unas desagradables hendiduras triangulares que le sirven de fosas nasales. Los de su raza, los Quick Flex, tienen un ritmo metabólico hiperacelerado, y tienden a deshidratarse con las borracheras. Sus movimientos parecen siempre nerviosos e inquietos. Incluso sentado da la impresión de moverse muy deprisa, nunca relajado. En un momento dado se rasca la cabeza y el movimiento es tan rápido que casi no se ve más que un borrón de movimiento.

 

Emil entra en el Salón, se toca el parche en el ojo y saluda a los Rifts Warriors. Lara Stone toma su café y enciende un pitillo, ella y Daeron conversan sobre todo lo sucedido al grupo aventurero en ausencia de la tiradora. Ella a su vez explica lo que ha estado haciendo durante estos meses. Shidi está sentado al lado de Indira tomándose un café con unas gotitas de whisky, Sanakin le mira con fijeza, su natural inexpresividad no indica la desaprobación que siente.

 

En un momento dado, se escuchan exclamaciones afuera. Es como si la gente vitorease a alguien, unas cuantas personas entran excitadas, dicen: - "¡El Caballero Azul! ¡El Campeón Azul ha vuelto!" – Varios se asoman al exterior a mirar o miran por alguna de las ventanas del Salón, mucha gente sonríe y hace lo mismo. El sol se refleja con un deslumbrante brillo sobre una armadura barrocamente decorada, una armadura plateada, y sobre un caballo totalmente metálico. Un caballo majestuoso, un enorme Arabian de Bandito Arms.

 

Al lado del caballero de piel azul y brillante armadura cabalga una chica vestida con un elegante traje de cowboy, lleva un sombrero de cowboy y luce espuelas de plata. Está muy delgada y su belleza, así como su sonrisa, es deslumbrante. Ambos jinetes desmontan y muchas son las manos que se ofrecen para ayudar a la Cowgirl a desmontar. Muchas son las manos también que se ofrecen a llevar a ambos caballos a los establos.

 

La espléndida pareja entra en el Salón, son Sir Geoffrey y su esposa María. Todos os alegráis enormemente de verles. La pareja se sienta con los Rifts Warriors reunidos.

 

Quick Silver anuncia su intención de quedarse por ahora en DarkGate, lo que es a la práctica su retirada del grupo aventurero. No explica sus motivos, se levanta muy serio y rígido con los ojos brillantes, y se marcha. Erzebeth le sigue y habla con él, al rato regresa a la mesa, donde reina un ambiente casi festivo por la presencia de Geoffrey y María, apenas ensombrecido por la marcha de Quick Silver. Snich permanece en silencio sin decir nada. Erzebeth se queda unos momentos seria, pero al poco les está preguntando a los recién llegados acerca de su vida de casados. María le responde que son muy felices juntos, aunque tal vez tuvieran demasiada tranquilidad en Santa Fe. Geoffrey anuncia que él y María desean ingresar en los Rifts Warriors. Los dos son aceptados prácticamente por aclamación general del grupo.

 

También se aprueba la reincorporación de Lara Stone a los Rifts Warriors. Hacía un largo tiempo que nadie era admitido por unanimidad en el grupo, sin ningún voto discordante.

 

Snich se retira a su desordenada habitación. Geoffrey se levanta de su silla y se dirige hasta Baldwin para agradecerle la admisión, le da la mano y acto seguido un fuerte abrazo, le dice: - "Creo que tenéis que ponernos al tanto de unas cuantas cosas..." – Todos hablan durante largo rato y ponen a los recién llegados al día respecto de todas las aventuras pasadas por los Rifts Warriors, especialmente lo sucedido en la Baronía de Markeen y en la Bahía Negra, lugar donde murieron buenos hombres, como el Conde Arik y Mune. También charlan sobre los rumores acerca de la Coalición y el creciente cerco sobre Tolkeen, así como de la supuesta “Cura Juicer”, y los típicos y vagos rumores de tensiones políticas entre algunos estados de la Coalición por temas de nacionalismo contra centralismo y unificación.

 

Después el grupo se plantea lo que deben hacer. Todos piensan en hablar con el Consejo Regente de DarkGate.

 

Baldwin se dirige al grupo en su función de líder. Dice que es motivo de alegría que estéis todos reunidos de nuevo bajo una misma causa, pero que peligrosos acontecimientos suceden a vuestro alrededor mientras descansáis. Uno de ellos es la existencia de una base de la Coalición en Angstville, y su comportamiento cada vez más agresivo con sus vecinos. Afirma que por el momento DarkGate y otras poblaciones están relativamente tranquilas, pero que eso no durará siempre y que los Rifts Warriors deben de tomar cartas en el asunto cuanto antes. Baldwin dice que, aunque su instinto Juicer le llevaría a ello, no podéis lanzaros en un ataque abierto contra esa base. Piensa que aunque consiguierais ganar, la Coalición lo sabría. Os recuerda que las cabezas de los Rifts Warriors tienen precio. Dice que lo ideal sería una misión diplomática. Afirma que hay que unir a todas las poblaciones de esta región en una sola fuerza, para protegerse unos a otros.

 

Daeron dice que comparte la opinión de Baldwin, de que un ataque directo podría alertar a la Coalición y hacer que iniciaran un ataque contra el que la zona de DarkGate no está preparada.

 

Erzebeth interviene diciendo que ella es de DarkGate, que conoce la forma de ser de la gente de la ciudad y de su gobierno, y que le extrañaría mucho que quieran implicarse directamente en una operación militar. Dice que está segura de que nada menos contundente que una operación militar en toda regla expulsará a la Coalición de esta región. Explica que la diplomacia no servirá de nada contra la Coalición, ya que ese imperio fascista dispara sin previo aviso contra “D-Bees”, como ella misma, o contra magos, como Daeron.

 

La exploradora elfa señala además que, por lo que parece, el Alcalde Winston Marble está emocionado con los Rifts Warriors. Normalmente el Consejo Regente que gobierna esta ciudad no concede audiencias, pero quizá a través del Alcalde sea posible conseguir una. Añade que las pruebas recogidas por el grupo sobre las atrocidades cometidas en Markeen por mercenarios pro-coalicionistas podrían ser un sólido argumento para convencer al Consejo de que la inactividad no es una solución.

 

Geoffrey: - “Entonces está decidido, iremos a intentar convencer al Consejo, ¿no es así? Así que... ¿a qué esperamos?” –

 

En ese momento, el Alcalde entra por las puertas dobles del Salón, que de inmediato se dirige al rincón del grupo aventurero. El Alcalde se sienta con vosotros, parece muy contento de veros. Os propone cambiar el nombre del grupo a DarkGate Warriors y uniros a las fuerzas de defensa de la ciudad, bajo el mando del Ejecutor. Es obvio que a él le parece una idea magnífica, aunque vosotros torcéis el gesto ante esa propuesta.

 

            El Alcalde se sienta con vosotros y pide un whisky. Se alegra enormemente de ver a Geoffrey y a su esposa, le llama “hijo predilecto de DarkGate”, y dice que ahora que ha regresado será el gran campeón de la ciudad, como Maximus. Geoffrey se entristece al oír esto y dice que él jamás podrá ocupar su lugar. El Alcalde propone entonces un brindis por los grandes héroes.

 

Winston Marble: - “Oh no digas eso, buen Geoffrey. Todo el mundo sabe que Ardan Imhotep te considera su paladín, y el Gran Sacerdote de la Luz tiene mucho peso en esa ciudad, más que ese gruñón de Judas.” – El Alcalde mira a su alrededor para comprobar que el sacerdote cristiano no está por ahí. Winston Marble os sonríe y dice: - “¡Sois todos héroes! Pero este muchacho de aquí a mi lado, es sin duda una joya. Sí, señor. ¡Un digno discípulo del Gran Lord Coake! ¡Brindemos por ello!” - Apura su vaso una vez más. María sonríe orgullosa al oír estas palabras. El Alcalde sonríe bonachonamente a Baldwin y le dice: - “¡Bueno, está decidido entonces! La Alcaldía de DarkGate se complace en contratar los servicios de los DarkGate Warriors durante un periodo de quince años prorrogables.” -

 

Baldwin le para los pies al Alcalde. Le dice que no hay nada decidido y que los Rifts Warriors no piensan cambiar su nombre. Dice que no se limitarán a servir a una sola ciudad. A continuación expone que DarkGate no puede afrontar en solitario los peligros de este mundo. Lo que le propone es una unión de pueblos.

 

Winston Marble mira a Baldwin y le dice que las defensas de DarkGate son poderosas, pero que a él le encantaría poder contar con los servicios de héroes como vosotros. Piensa que podríais hacer muchas hazañas, expulsar a los malditos coalicionistas, combatir a los monstruos y bandidos que infestan la ruta de la carne, asegurar el comercio con Pedro Tomeo, y tal vez hasta con Angstville.

 

Baldwin le responde que si no preferiría tener a unos compañeros de batalla para toda la vida, mucho más numerosos que un grupo de héroes. Pedro Tomeo, Angstville, poblados enteros ayudándose entre ellos.

 

Winston Marble responde que se perdió el contacto con Angstville hace meses, y que todo indica que el pueblo está tomado por la Coalición. En cuanto a los mineros de Pedro Tomeo, dice que no son guerreros. En voz baja añade que la mayoría de defensores de DarkGate son mercenarios. Si bien es cierto que la mayoría son nativos de la ciudad y su compromiso con el Gremio les obliga a proteger DarkGate en caso necesario. Pese a ello, el Alcalde sigue convencido de que la ciudad debería contar con héroes como vosotros como piedra angular de su defensa.

 

Baldwin le dice que los Rifts Warriors ayudarán a proteger DarkGate, evidentemente, de la misma manera que otras poblaciones, pero no como mercenarios. Le pide que piense en la propuesta de alianzas, incluso dice que el grupo aventurero se encargará si quiere de buscar aliados, que todos unidos puedan hacer frente a la Coalición, limpiar la zona de monstruos y hacer un mundo un poco mejor.

 

Winston Marble se queda dubitativo, de repente parece más sobrio. Dice que estas decisiones no puede tomarlas él solo, pues no es más que un administrador civil, elegido democráticamente. Es, sin embargo, el Consejo Regente el que toma las decisiones verdaderamente importantes. Dice con una voz que denota extremado respeto que el Primer Consejero es Lord Akiron, Señor de la Tierra y el Aire. Le apoyan además Lord Akeimus el Blanco, Lady Yavana Akoe, Lord Hibari Kunde, Lord Vulchus el Negro (dice este nombre con temor), El Ejecutor… Y cuatro miembros sin voz pero sin voto: el Sheriff Aldon Pearce, Ardan Imhotep, el Padre Oracio Judas y el Sacerdote Esopo.

 

Indira le pide que arregle un encuentro con los miembros del Consejo, la chica se sonroja intensamente. El Alcalde le sonríe y dice que tratándose de vosotros seguramente podrá hacerlo. Se levanta algo tambaleante y dice que irá a convocar al Consejo inmediatamente. Se marcha del Saloon.

 

Transcurren varias horas, en las que los miembros del grupo charlan tranquilamente, juegan a las cartas, comen abundantemente (especialmente los Juicers Baldwin y Striker), beben algunas cervezas de más (Lara Stone), o intercambian arrumacos (Daeron e Indira). Todos estáis de acuerdo en que el nombre del grupo no debe cambiarse y en que no queréis ni oír hablar de ligaros a DarkGate permanentemente.

 

En un momento dado, el Sheriff Aldon Pearce empuja las puertas dobles del Saloon. Apoya las manos en los pistolones pesados que lleva a la cintura y mira a Geoffrey a los ojos con desafío en la mirada. Mira a todos los demás con expresión seria y tose sonoramente.

 

Aldon Pearce: - “El Consejo Regente os ha concedido una audiencia. Debéis venir conmigo”. - Geoffrey mira al resto del grupo sonriente. Aldon Pearce se gira lentamente lanzando una última mirada desafiante a Geoffrey y sale del Saloon, todos le seguís.

 

Salís del Saloon y camináis por la calle de los ranchos, enseguida giráis hacia el norte. Pasáis junto a unos grandes jardines algo desatendidos, no se ve a nadie paseando por los jardines y eso que aún hay luz diurna. Más allá se alza la mole negra y siniestra del Dark Casttle. Sanakin Goldman cree escuchar gemidos procedentes de ese lugar mediante su audición amplificada... El Sheriff Aldon Pearce sigue caminando tan tranquilo, por un espacio abierto por el que casi nunca pasa nadie, en todo el centro de la ciudad. A vuestra izquierda está la arruinada Torre de los Fantasmas. De nuevo Sanakin escucha extraños sonidos, ahora procedentes de esa torre. A vuestra derecha queda la enorme mole negra del castillo, la antigua fortaleza del Rey Brujo, sellada desde hace muchos años. Seguís avanzando y pasáis junto a una torre negra, también siniestra aunque sin ese aspecto de abandono de la anterior. Es la Torre de Lord Vulchus el Ogro.

 

Sanakin le dice a Daeron que escucha gemidos extraños que provienen del Castillo Oscuro y de la Torre de los Fantasmas. Daeron mira ceñudo a ambos lugares y susurra que es mejor no acercarse a ellos.

 

Seguís avanzando pasando junto al edificio del Cuartel de la Guardia Ciudadana. Los miembros de la milicia permanente de la ciudad son buena gente, y desde que la Ranger Vicky está con ellos hay cierta rivalidad entre la Guardia y los Ayudantes del Sheriff. Los guardias de la puerta os saludan con la mano y expresiones sonrientes, sois muy populares entre la Guardia y la mayoría conoce todas vuestras aventuras.

 

A vuestra derecha está ahora el corazón de DarkGate: Los muros de DarkGate Keep, protegidos por aprendices de magos y jóvenes mercenarios inexpertos, rodean la plaza de DarkGate, un lugar vacío y limpio, sin nada en especial excepto... Por un arco de piedras en su centro, un arco imponente con unas puertas dobles de hierro labrado. Unas puertas que nunca deben de abrirse, pase lo que pase. La Coalición no sabe que si alguna vez atacase esta ciudad y matase a los guardianes del Portal... esta zona se vería arrasada por una catástrofe calamitosa. Las potencias demoníacas podrían emerger de ese lugar al mando de sus legiones, como ocurrió durante la Edad Oscura anterior al establecimiento del actual calendario.

 

Seguís avanzando. Pasáis junto al edificio abandonado y cerrado de la Vieja Cofradía de Magos. Es un misterio porqué se cerró, pero ahora el Gremio de Magos está en el edificio de la Escuela de Magia. La versión oficial es que había mucho espacio en la Escuela de Magia. Daeron percibe sin dificultad que las puertas están selladas con hechizos.

 

Da la sensación de que el Sheriff os estuviera llevando a posta por la zona más siniestra de la ciudad, el resto desde luego no es así. De hecho no os estáis cruzando con casi nadie, excepto la Guardia y los defensores de las puertas de DarkGate Keep, un ingrato deber por el que pasan todos los novatos de los dos principales Gremios, el de Magos y el de Mercenarios.

 

Dejáis atrás finalmente el DarkGate Keep y llegáis a un espacio abierto. Algo lejos hacia el Este veis la hermosa torre de Lord Akeimus el Blanco, uno de los Archimagos del Consejo, conocido por ser un mago blanco. Fue quien os trasladó al Norte, a Markeen.

 

Pasáis por el edificio del Juzgado Viejo, ahora bastante desatendido desde que Aldon Pearce es el Juez de la ciudad, además del cargo que ocupa de Sheriff. Al pasar junto a la enorme plaza del mercado veis que los comerciantes ya están recogiendo los puestos.

 

Finalmente llegáis al gran edificio del Ayuntamiento, un edificio elegante, de arquitectura victoriana. Los Ayudantes del Sheriff que lo protegen se ponen firmes al ver a su jefe. Entráis y dejáis atrás los pasillos que conducen a las oficinas civiles y los que conducen a la vivienda personal del Alcalde. Subís por una gran escalera elegante, pero poco utilizada.

 

En la primera planta, unos guardias con túnicas blancas pertenecientes al Gremio de Magos abren con esfuerzo unas enormes puertas dobles que conducen al poco utilizado Salón del Consejo. Es muy amplio y está presidido por una larga mesa de madera noble. Tiene un sillón a cada extremo y cuatro sillones a cada lado. El sillón del fondo es más grande y mejor decorado. Hacia el fondo de la estancia, casi oculto en las sombras, hay un enorme trono de piedra negra, aparentemente simple, pero los ojos multiópticos de Sanakin amplifican la imagen aplicando filtros de luz y captan los finos grabados que recorren toda la piedra, dichos grabados parecen representar siniestras escenas de adoración de demonios, por lo que enseguida aparta la mirada.

 

Varios ayudantes del Sheriff os traen sillas a todos y las ponen a un lado de la sala. Aldon Pearce os indica que podéis sentaros, que los miembros del Consejo llegarán enseguida.

 

El Alcalde Winston aparece enseguida por una puerta lateral, hablando en tono obsequioso con una figura encapuchada de ojos brillantes. El Alcalde os saluda sonriente y se sienta junto al Ejecutor, que os mira en silencio, parece que no se ha traído esta vez su gran hacha de verdugo. El Gran Sacerdote de la Luz aparece por otra puerta y os saluda a todos con una respetuosa inclinación de cabeza, todos le devolvéis el saludo. Ardan Imhotep se acerca a Geoffrey y lo bendice en el nombre de Ra. Detrás de él llegan el Sumo Sacerdote del Panteón Griego, Esopo, seguido de la enjuta figura del Padre Oracio, que parece harapiento con su sotana raída. Judas mira con rabia a Geoffrey y se sienta dándole la espalda en su sillón ante la mesa del Consejo. Esopo y Ardan se sientan cerca suyo en sillas más pequeñas que el resto. El Sheriff se sienta junto a los tres sacerdotes. Los asientos de los sacerdotes y el del Sheriff están mucho menos decorados que el resto, aunque estén también en la mesa del Consejo, están hacia el final, junto a un sillón negro en la cola de la mesa, que, sin embargo, está bien decorado con imágenes talladas en madera de gigantes matando a hombres.

 

Por la misma puerta por la que habéis venido emerge una figura de cerca de tres metros de estatura, envuelta en una espesa túnica negra. De su cinto cuelgan media docena de calaveras humanas, y su rostro de ogro es uno de los más feos y repulsivos que habéis visto jamás. Los Consejeros presentes se ponen en pie y le saludan con respeto y nerviosismo. Se trata de Lord Vulchus, que casi nunca acude al Consejo. Es uno de los pocos restos de una era ya pasada en la historia de DarkGate. Es un mago negro y eso lo saben todos, pero ayudó a derrocar al Rey Brujo, y todo el mundo le tiene temor y respeto, aunque quizá el miedo predomine. Se cuentan historias escalofriantes sobre los ladrones que han entrado en su torre para no ser vistos de nuevo jamás, excepto como zombis sin mente. El ogro os sonríe y su sonrisa es horrible, su boca está llena de dientes amarillos triangulares.

 

De otra puerta emergen cuatro Archimagos charlando animadamente. Son: la bella Lady Yavana Akoe, hechicera de la naturaleza; Lord Akeimus el Blanco, señor de los poderes benignos; Lord Hibari Kunde, Gran Maestre del Gremio de Magos y director del Colegio de Magia y el superior jerárquico de Daeron debido a su pertenencia a dicho Gremio; y por último una figura imponente, con más aspecto de antiguo dios griego que de Archimago. Vestido sólo con una faldita de estilo griego y unas sandalias, muestra un torso aún más musculoso que el de Geoffrey, se trata de Lord Akiron.

 

Akeimus se acerca a vosotros sonriente y os da la mano uno por uno, a Daeron lo abraza. Dice: - “Fue grande lo que hicisteis por Markeen, Rifts Warriors”. - Daeron se siente halagado, Indira está orgullosa. Baldwin estrecha la mano del mago blanco y le dice: - “Era nuestro deber”. -

 

Akeimus: - “Sé que mi gran amigo el Barón Varn Cromwell os estará eternamente agradecido, y yo también”. -

 

            Todos los consejeros ocupan sus asientos, tres de ellos tienen que girar sus sillones para poder miraros a la cara, el Padre Oracio Judas no lo hace y os da la espalda, sigue resentido con Geoffrey por su sacrilegio en la Iglesia de Cristo Dios.

 

Winston Marble: - “Se abre esta sesión del consejo en presencia de los notorios DarkGate Warriors…” –

 

Akeimus: - “Es Rifts Warriors, Alcalde”. -

 

Winston Marble: - “Er...” - Baldwin carraspea. Todos miráis ceñudos al Alcalde.

 

Akeimus: - “Recordadlo en el futuro, por favor”. - Daeron sonríe.

 

Winston Marble: - “Sí, sí, bien... Como todos sabemos, los Rifts Warriors son los mayores héroes que ha albergado esta ciudad en muchos años. Sin ir más lejos, Sir Geoffrey es discípulo de Sir Clark Dalton, un distinguido Cibercaballero que defendió esta región hace años, aunque los Rifts Warriors brillan con luz propia y su leyenda comienza a eclipsar a las anteriores”. - El Alcalde os sonríe mientras el Sheriff pone mala cara y enciende un puro.

 

El Alcalde anuncia que los Rifts Warriors desean dirigirse al Consejo. Y cede la palabra a Baldwin King como líder de los Rifts Warriors. El Ejecutor mira con fijeza a Baldwin.

 

Baldwin toma la palabra. Dice que los Rifts Warriors están aquí para hacerles una propuesta que beneficiará a la seguridad de DarkGate. Señala que esta región podría no ser segura en un futuro y que la Coalición anda cerca. Dice que DarkGate no resistiría en solitario un ataque masivo, como tampoco podrían hacerlo las demás poblaciones. Explica que es necesario crear una unión de pueblos, actuar como una única entidad en materia de defensa. Ofrece hablar con todos los posibles integrantes de esa alianza. Después se sienta, devolviendo la palabra al Consejo.

 

El Ejecutor se levanta y habla con una voz grave y profunda. Dice que hace relativamente poco tiempo que ocupa el cargo de Gran Maestre del Gremio de Mercenarios, desde el asesinato de Bull Gardth Rae a manos de una bruja. Explica que es el responsable de la defensa militar de DarkGate y que apoya en gran parte las palabras de Baldwin. Dice que es cierto que DarkGate no puede seguir como hasta ahora, ignorando el mundo que le rodea. Sin embargo, dice, no son fuertes. No pueden atacar a la Coalición, ni ahora, ni con toda la región unida. No abiertamente, al menos.

 

Ejecutor: - “No podemos atacar a la Coalición, aunque es cierto que debemos formar una alianza. Otros, valientes héroes, deberán llevar a cabo esa peligrosa hazaña por nosotros. Aunque no sin ayuda, naturalmente. Ese es mi voto ante este Consejo”. - Tras esto se sienta.

 

Lord Akeimus se pone en pie y dice que está totalmente de acuerdo con las palabras del Ejecutor. Dice que ha llegado la hora de que la ciudad de DarkGate asuma su responsabilidad a la cabeza de esta región y una a las diversas poblaciones en una alianza militar y comercial sólida. Propone enviar a los Rifts Warriors a Santo Tomás y Pedro Tomeo portando un tratado de alianza y amistad para esas poblaciones. Añade que también coincide con lo dicho por el Ejecutor respecto a que ni siquiera esa alianza podrá enfrentarse abiertamente a la Coalición.

 

Akeimus: - “Sé que los Rifts Warriors tienen una cuenta pendiente con la Coalición tras sus recientes experiencias en Markeen y en Tolkeen. Si ellos voluntariamente desearan actuar contra la guarnición coalicionista en Angstville... como cosa propia... Yo aportaría dos millones de créditos de mis fondos personales para ayudarles en los gastos de armamento de dicha operación. Con la venia de este Consejo, naturalmente”. – El Archimago blanco sonríe y se sienta. Hibari Kunde, el Gran Maestro del Gremio de Magos interviene a continuación y se muestra de acuerdo con las palabras y sugiere que la ayuda no debería limitarse tan sólo a dinero. En ese momento, Lady Yavana Akoe se ofrece a acompañar a los Rifts Warriors.

 

            Baldwin se levanta e interrumpe cualquier posible debate y afirma que los Rifts Warriors no desean atacar a la Coalición, de momento sólo defenderse de ella. Dice que el caso de Angstville se discutirá una vez creada la alianza.

 

Erzebeth se pone en pie bruscamente y dice que ella sí que desea atacar a la Coalición. Desea luchar contra los asesinos de Mune y de tantos cientos de inocentes, miles en toda Norteamérica. Lara Stone apoya de inmediato las palabras de Erzebeth. Snich se cae de la silla del susto. Lara levanta la voz y dice: - “¡Es hora de acción! ¿O nos hemos vuelto cobardes?” -

 

Erzebeth afirma que la Coalición seguirá causando víctimas inocentes si nadie les para los pies. Baldwin dice que claro que lo pagarán, pero que no es eso lo que deberían de hablar en el Consejo ahora. Geoffrey se mantiene en silencio. Striker sonríe abiertamente. Sanakin afirma que él quiere luchar. Baldwin está confuso. María no entiende lo que está pasando.

 

Daeron se levanta y pide silencio. Baldwin le pide a sus compañeros que mantengan los ánimos por el momento. Lara baja la cabeza, parece desanimada. María mira a Erzebeth y le dice susurrando: - “Primero debemos gatear si queremos correr, pero yo estoy contigo”. -

 

La discusión prosigue. Daeron se preocupa al ver que la imagen de un grupo unido se desintegra ante los ojos del Consejo.

 

Baldwin les dice a las guerreras del grupo que la Coalición os ha hecho graves heridas que no sanarán, pero que para devolvérselo es preciso prepararse si no quieren que más amigos caigan ante ellos. Geoffrey afirma que el grupo se las tendrá que ver con la Coalición en Angstville tarde o temprano, pero que ahora no es el momento, pues la defensa de la zona tiene prioridad. Sanakin se reafirma en su apoyo a Erzebeth, Lara y María.

 

Baldwin: - “¿No os dais cuenta de las repercusiones que tendría un ataque ahora contra la Coalición? Y ahora no es momento de discutir esto, son asuntos internos que no interesan al Consejo”. -

 

            Daeron pide que esto no se discuta ante la vista de los regentes de la ciudad. Lara se dirige a Baldwin en voz más baja y le dice: - “¿Acaso el miedo te hará dejar las cosas como están, sin poner remedio?” -

 

Geoffrey: - “Si atacásemos y descubriesen que actuamos aunque sea mínimamente respaldados por los poblados de la región la Coalición caerá rápidamente sobre ellos, insisto en que preparar una defensa apta, es lo más importante antes de iniciar cualquier ataque”. -

 

Lord Akiron levanta la mano y el aire parece solidificarse. Controla absolutamente el aire de la sala, creando silencio. Se levanta y dice en voz clara y poderosa: - “DarkGate siempre ha permanecido al margen. Siempre neutral. Durante siglos hemos cumplido una tarea fundamental. Una tarea que no nos permite embarcarnos en ninguna otra cuestión. La de mantener cerrado el Portal al Hades. Hemos intentado mantenernos apartados a los ojos de la Coalición desde su nacimiento... pero este Emperador... ¡es más ambicioso que su padre Joseph! Ha empezado a expandir sus fronteras y sus tropas ya han llegado a nuestra región. Los Rifts Warriors nos proponen que nos unamos... con poblaciones más débiles y peor preparadas que la nuestra. Pero no nos ofrecen nada... Han venido aquí con las manos vacías. Al menos así lo están las de su líder. Aunque los corazones de otros miembros del grupo, rebosen con una fuerza distinta”. - Akiron mira uno por uno a Erzebeth, Lara Stone, Striker 1777, María... Observa a Sanakin, a Daeron, a Indira.

 

Akiron parece meditar sus palabras y dice: - “Si eso es todo lo que van a ofrecernos los grandes héroes... DarkGate aceptará vuestra ayuda. Como debe ser.” – El Primer Consejero se da la vuelta y marcha de la Sala del Consejo. El muro de silencio cae. Lord Vulchus es ahora el portavoz del Consejo.

 

Baldwin comienza a hablar: - “La fuerza de los Rifts Warriors no se ha desvanecido. Una vez hecha la coalición marcaríamos nuestro territorio y repudiaríamos la base coalicionista de Angstville...” – Se calla de repente al ver que Lord Vulchus le está mirando como si fuera un cadáver. El Ogro se levanta y con voz sepulcral dice: - “Delego la autoridad del Consejo en Lord Akeimus el Blanco” – y se marcha de la sala.

 

Akeimus parece apesadumbrado. Dice: - “Sí... bien... redactaré los tratados de alianza... – mira a Baldwin. – ¿Dices que al menos en eso nos ayudarás?” – A lo que el Juicer responde que sí, y en mucho más cuando sea el momento. El Archimago da las gracias a los Rifts Warriors en nombre del Consejo y de la ciudad de DarkGate. Reitera que su oferta de apoyo económico, e incluso de ayuda mágica por su parte y la de Lady Yavana sigue en pie en caso de que en algún momento el grupo decida marchar contra la base coalicionista de Angstville.

 

Striker pide la palabra. Dice que sabe que es un desconocido aquí, que de hecho no hace mucho que conoce a los Rifts Warriors, pero que no ha podido dejar de notar que todos celebran su llegada y lamentan su ausencia. Dice que ha estado escuchando y que ha notado que el Consejo esperaba esta llegada como el comienzo de algo... un plan que los regentes hilvanaron o esperaron, y del que el grupo aventurero formaba parte sin más. Dice que no está acostumbrado a tanta pompa y recibimiento, y menos por parte del Consejo, pero que éste no debería de olvidar tan fácilmente quienes son los Rifts Warriors y sus motivos y razones para lo que hace. - “No somos un objeto.” - Añade. El Padre Horacio mira con resentimiento al grupo aventurero. Se levanta, susurra algo a Lord Akeimus, que asiente, y se marcha de la estancia.

 

Striker continúa hablando, dice que los Rifts Warriors piensan por sí mismos y tienen el derecho a no estar de acuerdo en algo, ni siquiera entre ellos mismos. Dice que sospecha que este grupo ha hecho siempre así las cosas y que esas decisiones son las que les han llevado a ser quienes son, por lo que supone que algo bueno debe de haber en ello. Da las gracias a todos por haberle escuchado y finaliza diciendo que sólo era una opinión personal. Se sienta y se sume en un silencio nervioso.

 

Akeimus: - “Gracias, Striker. Tienes mucha razón. Esta ciudad no tiene derecho a esperar que unos aventureros, por más heroicos que sean, se sacrifiquen por nosotros y resuelvan nuestros problemas. No es nuestro deseo imponeros nada. Y como ha dicho Lord Akiron... aceptamos agradecidos cualquier ayuda que podáis prestarnos. Si nadie tiene más que añadir...” – Striker dice que quizá sí que resuelvan esos problemas, que eso es lo que quería decir, pero al estilo de los Rifts Warriors.

 

            María pide la palabra. Dice que quiere dejar claro que este grupo no ha dejado de lado su empeño por salvar a aquellos que más sufren, y que cree que se ve en la obligación de recordarlo, ya que gracias a su paciencia, a su tesón y a su valor, hoy se halla ella entre ellos. Dice que les debe la vida y que cree que debe de hablar por aquellos que ya no están. Mira a los regentes y dice que en primer lugar desea pedirles disculpas por la actuación del grupo en el Consejo. Añade que supone que son como un gran matrimonio, siempre hay problemas, pero sabe que sólo necesitan algo de tiempo para que todo esté como debe de estar para actuar contra la Coalición. Piensa que la población de la región se quedaría desprotegida si la actuación de los Rifts Warriors saliese mal. Pide a los miembros del Consejo que entiendan que lo Rifts Warriors siempre defienden al más débil y que si quieren correr, primero deben de andar. Inclina la cabeza sonriente y termina diciendo: - “No tengo nada más que decir... gracias por escucharme”. -

 

            Daeron pide la palabra. Comenta que la actuación del grupo hoy aquí no ha hecho más que evidenciar la libertad que tiene cada uno de sus miembros, aun a riesgo de considerarse una total desorganización. Dice que el principal motivo al solicitar la audiencia no era otro que mostrar la llegada de tropas de la Coalición en la zona y el completo mutismo de cada ciudad y pueblo. Dice: - “Es posible que DarkGate mantenga la neutralidad como hasta ahora, y es posible que no. Por nuestros propios viajes y experiencia, tratándose de la Coalición es siempre más factible la segunda opción. No sé cuál será la decisión que se tome, ni lo que sus eminencias decidirán, pero estoy seguro que tarde o temprano DarkGate deberá hacer frente a la Coalición, por ello debemos plantear la defensa de la zona. Akiron antes pidió silencio, pidió respuestas, y sólo tuve una: Angstville. Unid la zona y los Rifts Warriors sacaremos a la Coalición de Angstville, pero sabed que vendrá respuesta. Eso es todo cuanto pienso”. -

 

            Lord Akeimus levanta la sesión. Todos se levantan. Esopo, Lady Yavana y Lord Hibari se despiden con una inclinación de cabeza y se marchan. Ardan se acerca a Sir Geoffrey, pone la mano en su hombro y asiente en silencio, mirándole a los ojos. Después el sumo sacerdote de Ra se retira. El Ejecutor se levanta, mira a Baldwin y niega con la cabeza lentamente, después abandona la sala.

 

Akeimus se acerca a Daeron y le dice: - “Mi buen Daeron. Ay, qué tiempos... En fin... Redactaré los tratados de amistad que habéis pedido y te los haré llegar”. – Akeimus despide al grupo y el Sheriff Aldon acompaña a los Rifts Warriors a la salida.

 

Ya es algo tarde, aunque hay gente paseando por la gran plaza del mercado. Veis parejas sonrientes. Striker propone ir a algún sitio a tomar algo. Baldwin conoce bien la marcha de la ciudad, pues a menudo salía de fiesta con Gombuk.

 

Baldwin se siente hundido por lo sucedido ante el grupo, muchos tenéis la sensación de haber quedado mal ante el Consejo. Entráis en el bar “El Zorro del Desierto”. Todos muestran su apoyo a Baldwin, que se siente culpable porque piensa que no ha sabido expresar bien la opinión de todo el grupo. Baldwin expresa su deseo de seguir al mando del grupo y solucionar el entuerto, tanto mejorando la convivencia en la zona como devolviendo la jugada a la Coalición.

 

 En el tranquilo local suena una música antigua, que no está muy alta, pianos y saxos. Encontráis un lugar apartado, separado por un biombo de madera del resto. Os sentáis entorno a dos mesas de madera rústica. Una sonriente camarera toma nota de vuestro pedido y le guiña un ojo a Baldwin. María pide tequila para todos y al poco la camarera vuelve con una botella y vasos. Briaeros, Sanakin y Erzebeth han vuelto al Saloon.

 

María toma los vasos y los llena a todos. La atmósfera del lugar es tranquila. En el centro, un joven mercenario baila un baile lento con una camarera.

 

El grupo brinda un brindis por los Rifts Warriors y su espíritu, propuesto por Striker. Daeron añade: - ¡Y por su líder! – Después hacéis un nuevo brindis por los caídos, pidiendo más tequila. María ríe animadamente y busca una guitarra cerca, la camarera le trae una de estilo mariachi. Comienza a tocar y a cantar canciones animadas de mariachis.

 

Striker se va a la barra y pide un asado de cordero para él solo, se queda en la barra esperando que se lo preparen. Cuando se lo sirven se lo comienza a comer él solito en la barra.

 

Snich no dice nada, tiene su cara algo verdosa tras su tercer tequila, le encanta el alcohol, pero su constitución alienígena soporta mal la bebida. Geoffrey está algo mareado por la bebida. Lara aguanta bastante mejor el alcohol, y los dos Juicers han estado bebiendo tequila como si fuera agua sin parecer afectados.

 

Lara Stone va hacia la barra dando ligeros tumbos y le roba una pata de asado a Striker, el cual la recupera a la velocidad del rayo.

 

Geoffrey se acerca a Baldwin y éste se disculpa con él por lo desorganizado que parece el grupo actual. Geoffrey responde sonriendo que siempre ha sido así, que estas crisis suceden, pero es lo normal. Daeron se une a los dos. Hay una especial complicidad entre ellos tres, los tres han sido líderes del grupo, los tres tuvieron un papel muy destacado en el Valle de los Dinosaurios, lo cual los unió especialmente. Comienzan a recordar anécdotas pasadas de sus aventuras vividas juntos.

 

Lara pide comida para todos. La camarera os trae unas tapas de carne adobada con picante. Lara le da sonriente una copa de tequila a Baldwin intentando animarle. El Juicer le pide un baile a la tiradora. María ve como Baldwin se levanta y comienza a tocar una canción animada. Ambos bailan, Lara rodea el cuello de Baldwin e intenta seguir sus pasos.

 

Striker vuelve con dos bandejas. En una hay un montón de panecillos con jugo de morcillas y huevos fritos. La otra está llena de pinchos morunos y morcillas asadas al fuego de leña. Daeron coge un par de platos y se retira un poco con Indira a comer algo.

 

Striker vuelve a la mesa con varias botellas nuevas de tequila y todos bebéis nuevas rondas. María deja de tocar y se une a la mesa para comer y beber en compañía. Baldwin y Lara dejan de bailar y van a la mesa con los demás. El ambiente se vuelve muy festivo, todos dejan de pensar en lo sucedido ante el Consejo.

 

Striker comenta que qué hará el grupo ahora. Geoffrey dice que el Consejo esperaba desde el principio que el grupo les asegurase que arrebatarían Angstville de manos coalicionistas. Striker pregunta que si lo que haréis será llevar sus tratados, dice que porqué no los llevan ellos, que no necesitan al grupo para eso. Propone volver a Tolkeen o ir en busca de la Cura Juicer.

 

Baldwin y María le responden que no es sólo enviar unos papeles, es convencerlos y hacer que los documentos lleguen a su destino. Geoffrey está ya algo borracho. Snich sale a la calle a vomitar.

 

Shidi entra en el local. Se sienta a la mesa, al lado de Daeron, y pregunta que de qué hablan. Geoffrey, Daeron, María y Baldwin le ponen en antecedentes. Shidi se pone serio y dice que esa alianza es totalmente inútil. Todos los que le escuchan se sorprenden. Shidi dice que si la Coalición decide atacar la región, están todos perdidos, hagan lo que hagan. Sus compañeros le contradicen, pero Shidi, en sus trece, dice que conoce mejor que ninguno de vosotros a la Coalición.

 

Shidi: - “¿Qué tenemos aquí? Una ciudad pequeña y mal defendida que se cree algo y dos puebluchos con una escasa población. La Coalición tiene cientos de miles de soldados sólo en infantería regular. Además disponen de fuerzas aéreas, tanques, Mechs, power armors... Y gente como yo...” –

 

Daeron: - “¿Y tú crees que los destacarían aquí a todos verdad?” –

 

Shidi: - “Daeron, no haría falta. Una simple compañía mecanizada y todo esto se irá a la mierda”. -  Daeron le pregunta: - “¿Y entonces?” - A lo que Shidi responde que tal vez el grupo debiera irse, pero que si decide quedarse a morir se quedará con vosotros. Dice que de momento esto es una perita en dulce para la Coalición. Ocupan un pueblo y nadie hace nada durante años. Dice que no han invadido todavía el resto de la región porque están expandiéndose en otros lugares. La Coalición tiene abiertos demasiados frentes de lucha abiertos. Baldwin dice que no piensa abandonar a esta gente. Geoffrey tampoco está de acuerdo con eso, ni María, que piensa que si el portal se abre será un desastre. Shidi dice que seguramente Angstville se convertirá pronto en un aeropuerto, capaz de recibir tropas aerotransportadas.

 

Shidi afirma que no tiene motivos para amar a esta ciudad, pues no le han tratado muy bien. Dice que si ha de morir lo hará por el grupo, no por DarkGate.

 

Baldwin le pregunta a Daeron que qué ocurrirá si la Coalición arrasa DarkGate, el mago dice que seguramente se abriría el Portal al infierno y que eso sería un desastre de enormes proporciones.

 

Shidi dice que un ataque por parte de DarkGate sería el fin para la ciudad cuando sufriera la represalia de la Coalición. Daeron y Baldwin le preguntan que qué pasaría si el ataque viene de otro, a lo que el ex Comando responde que entonces la venganza recaerá contra quien les ataque. Daeron satisfecho afirma que entonces un ataque por parte de los Rifts Warriors, sólo añadiría algunos ceros al precio que darían por las cabezas del grupo. Geoffrey dice que para eso habría que anunciar públicamente que son los Rifts Warriors quienes están detrás del ataque.

 

Shidi explica unas cuantas cosas sobre la Coalición y su manera de proceder. El grupo llega a la conclusión de que si pierden su base en Angstville sus planes de invasión se verían muy perjudicados y eso les retrasaría, puede que años. El grupo se plantea que lo mejor es que una vez la Coalición sepa que los Rifts Warriors han sido quienes les han atacado, es que se pongan fuera de su alcance, tal vez en un lugar como Tolkeen, perfectamente capaz de resistir un bombardeo de represalia gracias a sus formidables defensas mágicas.

 

            Tras ultimar los planes, algunos se retiran a descansar y otros se quedan bebiendo y bailando hasta las tantas.

 

Mediodía del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA:

 

            Los Rifts Warriors se van despertando. Snich está tirado bajo una mesa del Saloon, encima de un charco seco y maloliente de sus propios vómitos. Baldwin se despierta tirado en el suelo y medio desnudo en la habitación de Lara, a su alrededor hay docenas de botellas de tequila vacías, no tiene ningún recuerdo de lo sucedido.

 

Geoffrey se despierta en brazos de María, ambos se quedan mirando en silencio durante varios minutos. Por la persiana se cuelan finos rayos solares, que dan una tenue iluminación a la estancia. Sobre una mesita hay una botella vacía de tequila. Ambos se dan los buenos días. La pobre María está algo resacosa, aunque Geoffrey, que es un mutante, está mejor que nunca.

 

Daeron abre los ojos y sólo ve oscuridad, siente claustrofobia. ¡Extiende las manos y toca muelles! Se asusta tremendamente y comienza a gemir. Indira corre a su rescate, sacándole de debajo de la cama, al hacerlo hace rodar varias botellas de tequila vacías.

 

Sanakin está junto con Briaeros. El armero especialista de Northern Gun de la ciudad lleva horas trabajando en la modificación de las dos armas de plasma pesadas que pertenecieran al Conde Arik.

 

Lara Stone se despierta desnuda y metida en una bañera. Sale tiritando y coge una toalla. Está confundida y tiene resaca. Sale del baño y se encuentra en su habitación del Saloon, que está muy desordenada. La cama está perfecta, pues nadie ha dormido en ella. En el suelo se encuentra a Baldwin, aturdido y despertándose, en medio de docenas de botellas vacías. Lara se queda asustada y sorprendida al verle. El Juicer está medio desnudo y no tiene ningún recuerdo de lo que pasó anoche.

 

            Erzebeth se despertó hace horas y ha estado releyendo un viejo libro de poesías regalo de su padre. Muchos poemas están escritos en lenguaje élfico y son preciosos, pero algunos casi la hacen llorar.

 

            Es casi la una cuando todo el grupo se reúne alrededor de las mesas del Saloon. La mayoría tenéis delante un café americano. Sanakin y Briaeros están sentados en sendos bloques de acero macizo. Hay diversos sitios del Saloon que parecen toscamente reparados con tablones, resultado de desafortunados pistones de Sanakin.

 

            Tras el desayuno-almuerzo el grupo charla animadamente. El elfo Ebon entra en el Saloon, lleva un maletín en la mano y pide permiso para sentarse con los Rifts Warriors. Ebon se sienta y en tono confidencial en voz baja dice: - "No sabemos quién puede estar escuchando..." – Abre el maletín y saca de él una carpeta que deja cerca de Baldwin. Le dice que no la abra, son los tratados de alianza para Santo Tomás y Pedro Tomeo.

 

Ebon: - “En caso de que hayáis aceptado lo que os comentaron ayer...” – Baldwin afirma con la cabeza. Ebon entreabre el maletín mostrando discretamente montones de billetes de mil créditos. Ebon comenta en voz baja: - “Evidentemente DarkGate no sanciona en modo alguno cualquier actividad que los Rifts Warriors lleven a cabo...” – Ebon sugiere que el grupo debiera tener un emblema bien visible, pintado en todos los vehículos y armaduras. Además, se les pueden suministrar estandartes en cuestión de horas, pero el grupo debe elegir el dibujo. El grupo discute acerca de cómo podría ser su emblema heráldico, se hacen muchas propuestas que se debaten. María propone una espada que se clava en el suelo, desde donde sale una grieta en fondo azul, y en letras doradas el lema de los Rifts Warriors: “Fuerza y Honor”.

 

            Ebon les pide a los aventureros que dibujen el emblema tal y como lo quieren y que lleven el resultado al taller de Mek, y en dos horas tendrán el juego completo de estandartes grandes de tela y pintura artesanal en vehículos y armaduras, más algunos estandartes especiales unipersonales.

 

Indira comienza a dibujar, mientras parte del grupo se va de compras con los dos millones de créditos facilitados por Lord Akeimus. Baldwin nombra a Daeron tesorero, el encargado de aprobar todos los gastos en armamento. Geoffrey es nombrado oficial táctico y logístico, el cargo que ocupaba Arik. Todos los aventureros son armados por completo, a fin de cuentas os preparáis para una operación militar, quizá la mayor en la que el grupo haya participado.

 

El grupo prepara sus mochilas, cargan provisiones en los vehículos, y preparan todos los detalles de los vehículos para el viaje.

 

Se arma bastante revuelo en la ciudad. Corren mil rumores sobre vosotros. La gente dice que habéis vaciado los estantes de Equipamientos Jennifer, que habéis gastado millones en armamento. Os miran por donde vais y comentan cosas entre sí. Muchos piensan que "los Rifts se van a una guerra". Alguien ha difundido el rumor de que planeáis asaltar Angstville vosotros solos sin ninguna ayuda. La mayoría piensan que es una hazaña excesiva incluso para héroes legendarios, pero una minoría entusiasta dice: que se preparen esos coalicionistas, que van a recibir candela.

 

Vais a comer bastante tarde, a eso de las cuatro de la tarde entre unas cosas y otras. El Saloon está lleno a rebosar. Muchísima gente quiere daros la mano u os piden autógrafos. Los que tienen cámaras quieren una foto con vosotros. Hay mucha expectación. Marie os sirve una comida que más bien es un banquete. Con cochinillo asado y una enorme fuente llena de patatas asadas. Además de muchas jarras de vino, pasteles de queso y hogazas de pan tierno con dátiles.

 

Lejos de disminuir, la multitud aumenta conforme pasa el tiempo. Puede que haya cientos de curiosos bebiendo cerveza, y se escuchan infinidad de hurras por los Rifts Warriors y un parloteo incesante. A María y a Snich se les levanta un tremendo dolor de cabeza.

 

Emil viene a veros. Saluda seriamente a Erzebeth con un beso en cada mejilla, y os desea mucha suerte en vuestra empresa. Erzebeth responde con poco entusiasmo. Emil se queda un poco rígido y envarado y se despide con una vaga excusa. Jack Tanreack llega exigiendo ser readmitido en los Rifts Warriors, pero Baldwin le rechaza.

 

Al cabo de mucho rato se comienza a ir la gente. Ya son más de las seis de la tarde. Aunque el grupo no ha hecho hoy nada en especial, estáis cansados. Shidi se marcha para ocuparse de la distribución de la carga en su furgón. El vehículo queda insoportablemente atestado. Incluso hay cosas encima. Snich no parece muy contento cuando se entera de que tiene que viajar sobre el techo, pero al rato se encoge de hombros. Shidi piensa que si puede evitarlo no irá en su hoverfurgón, va demasiado sobrecargado.

 

Ya está anocheciendo y todos esperan que Baldwin postergue para mañana la orden de marcha. Baldwin en un principio piensa en partir ya, pero luego se lo piensa mejor y decide que el grupo se tome una noche de descanso, pero insiste en que por la mañana todo el mundo ha de estar al 100%.

 

Geoffrey y María se van a dar un paseo por la ciudad. Lara hace lo mismo. Snich está malhumorado y no para de ir a todos lados con un gran queso redondo en las manos. Briaeros está callado casi todo el tiempo, ni siquiera Sanakin le comprende.

 

Shidi, en su habitación, se asoma a la ventana y mira la luna y las estrellas. Piensa en Erzebeth, tan inalcanzable como ellas, y más a cada día que pasa. Después piensa en la misión que os aguarda, y el pensamiento de matar a seres humanos hace que se le revuelva el estómago.

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

Los Rifts Warriors desayunan rápido y se despiden de todo el mundo. Después salen por las puertas de la ciudad en dirección Sur. La exploradora Erzebeth encabeza la marcha en su hovermoto Speedster, de Northern Gun. El Juicer elfo Striker la sigue como puede en otra Speedster, aún tiene poca práctica pilotando hovermotos, pero va aprendiendo y tiene muy buenos reflejos. A continuación cabalga en su caballo robot Arabian el Cibercaballero Sir Geoffrey Mournfolk, seguido de su esposa, también montada en un Arabian robótico. Continúa Baldwin pilotando el hoverfurgón blindado. Dentro, en los asientos de atrás, van Indira y Daeron. Sobre el techo del furgón, incómodamente agarrado entre los fardos de provisiones, viaja Snich. Sanakin y Briaeros flanquean a pie el hoverfurgón, con sus enormes armas de plasma muy visibles. Shidi cierra la marcha volando despacio y a baja altura con su SAMAS, mientras que Lara Stone con su nave monoplaza Sky King le da cobertura aérea a Erzebeth.

 

El grupo lleva orgullosamente el emblema de los Rifts Warriors pintado en los vehículos y en grandes estandartes de tela, que ondean al viento. Avanzáis durante horas por llanos de pastos, siguiendo una carretera de tierra apisonada. A larga distancia hacia el Este se divisa el brillo del río DarkGate, que nace en el Valle de los Dinosaurios, y desemboca en un gran lago muy lejos hacia el norte.

 

Hacia el atardecer veis lo que parece un mar de cabezas cornamentadas, un enorme rebaño con cientos y cientos de reses. Varios Cowboys los dirigen, cabalgando por los flancos del enorme rebaño y evitando que ninguna res se aleje en exceso. Algunos Cowboys os saludan con la mano al pasar. Erzebeth acelera para saludarlos y al poco regresa diciendo que son Cowboys de la zona y que no han visto nada raro en todo el día. Los Cowboys alejan el rebaño hacia el Este, seguramente hacia uno de los grandes ranchos, tras todo un día de conducirlos a los pastos.

 

El grupo prosigue el viaje. Veis el ocaso, es hermoso en este mar de pastos tan llano. Ni siquiera parasteis para comer, pero ahora comenzáis a estar cansados, y muchos teméis las sombras de la noche. El grupo se detiene a descansar y monta el campamento, dejando todas las luces de los vehículos encendidas. Todos estiráis las piernas, cosa que tras las largas horas de viaje se agradece.

 

Asáis unas salchichas en un fuego de campamento, amablemente suministrado por Daeron. Shidi ha salido de su SAMAS, lleva puesto un uniforme muy similar al de la Coalición, sólo que sin insignias.

 

Tras la cena y algo de charla, Baldwin establece los turnos de vigilancia, y todos menos los de guardia se van a dormir. Las sucesivas guardias transcurren tranquilas.

 

En el último turno de guardia, Baldwin presiente problemas, le ha parecido escuchar bestias lejanas, muy lejos hacia el sur, a muchos kilómetros. Da vueltas alrededor del campamento, intranquilo.

 

Finalmente amanece y el cuarto grupo de guardia prepara el desayuno. El olor a café despierta a muchos de vosotros. Todos desayunáis café y galletas.

 

Baldwin otea el horizonte, hacia la dirección donde oyó los ruidos durante la noche. Sanakin comprueba con su computadora los registros auditivos y corrobora con Baldwin la audición de los extraños sonidos. Ambos comparten con el resto del grupo sus inquietudes, que auguran problemas para el día de hoy. Shidi anuncia al grupo que no capta nada con los sensores de su power armor, de todos modos decide emprender un vuelo de reconocimiento para cerciorarse de que no hay amenazas en las proximidades. Lara Stone se monta en su Sky King y activa el radar. Snich sube al techo del hoverfurgón de un salto.

 

Shidi emprende su vuelo de reconocimiento, pero una repentina ventisca de aire frío procedente del Oeste le atrapa y a punto está de estrellarle contra unas rocas. Por suerte consigue aterrizar entre las rocas sin estamparse contra el suelo. Se ha alejado un kilómetro del campamento. Se pone a cubierto entre las rocas a la espera de que pase el viento.

 

En el campamento, se ha levantado un fuerte viento, muchas cosas salen volando. El grupo se apresura a recoger las cosas y sólo se pierden cosas poco importantes, como paquetes de servilletas de papel o de vasos de plástico.

 

Finalmente, todo está recogido y el grupo está dispuesto para reemprender la marcha. Snich prefiere ir dentro del hoverfurgón esta vez, y se apretuja entre Indira y Daeron. En la parte superior el equipaje golpetea todo el tiempo el techo, haciendo un sonido inquietante. Baldwin logra hacer avanzar lentamente el hoverfurgón, que se desliza sobre un colchón de aire a una altura de medio metro sobre el suelo, pese al tremendo viento en contra. Briaeros y Sanakin son tan pesados con sus cuerpos biónicos que resisten sin problemas la fuerza del viento. Lara Stone despega elegantemente en vertical con su aeronave monoplaza y gana altura muy rápidamente hacia el cielo, intentando remontar los fuertes vientos.

 

Lara se eleva a tres mil metros y detiene en seco el aparato en el aire. Otea el horizonte, la vista es maravillosa. Intenta contactar por radio con sus compañeros, pero sólo se escuchan los chasquidos de la estática, la tormenta interfiere las comunicaciones.

 

María se tapa con un pañuelo su boca y nariz, empieza a toser. Geoffrey cierra el visor de su yelmo de caballero, pero aún así se le cuela muchísimo polvo, pues su armadura no es medioambiental.

 

            Baldwin pulsa el comunicador del hoverfurgón para establecer contacto con los demás, pero el aparato echa chispas y humo, algún mal contacto ha frito los circuitos. El grupo entero está incomunicado por radio.

 

Lara Stone enfoca hacia el sur los sensores ópticos de largo alcance, y entonces los ve. Una enorme mancha negra se acerca desde el Sur, cientos de bestias, tremendos monstruos de toda clase y descripción, y sobre ellos hay casas en los más grandes y sillas de montar en el resto. Muchos arrastran enormes y colosales carros. Sobre las sillas hay instaladas armas de toda clase, fundamentalmente lanzagranadas y rail guns. Parece una tribu entera de seres salvajes. Son Simvans Cabalga Monstruos, una especie que ha llegado en enormes números a este mundo a través de las Grietas y que no se está adaptando muy bien a las costumbres humanas como el resto de especies. Muchos Simvans son hostiles a los humanos, e incluso devoran a los enemigos que matan, ya que los consideran seres inferiores.

 

Shidi, oculto entre las rocas, ve llegar la avanzadilla de la tribu Simvan, son un quinteto de guerreros salvajes montados en Ostrosaurios (una raza de dinosaurios raptores no nativa de este mundo, bípedos y feroces)

 

Shidi remonta el vuelo y vuela hacia el grueso del grupo. Logra establecer contacto por radio sólo con Lara. Sanakin, tras mucho intentarlo, logra comunicarse también con Lara, aunque descubre que le resulta imposible contactar con Balwin y el hoverfurgón. El cyborg corre a golpear el hoverfurgón para avisar a sus ocupantes del peligro.

 

Baldwin abre la ventanilla, el viento se cuela con fuerza al interior, cargado de hierba y tierra, todos los ocupantes se cubren la cara o cierran sus yelmos. Sanakin avisa gritando del peligro, su voz electrónica distorsionada por el aullido del viento.

 

En ese momento aterriza desde el cielo Shidi, la pesada armadura de potencia se hunde hasta los tobillos en el blando suelo de pastos. Geoffrey se acerca montado en Tifón a Sanakin Goldman, María le sigue.

 

Un rayo rojo brilla en horizontal, atomizando una roca cercana. El viento amaina algo y el grupo escucha unos rugidos bestiales de saurios, muy cerca ya. Parte de los Rifts Warriors, dispersados por el viento y la polvareda, se han alejado de la zona o se están intentando poner a cubierto.

 

Baldwin ha detenido el hoverfurgón. Se baja del vehículo con el eyector de plasma Northern Gun dispuesto para disparar. Sale corriendo como una flecha, pone una rodilla en tierra, apunta y aprieta el gatillo, pero el arma se sobrecarga y se funde, convirtiéndose en metal líquido en ebullición en meros segundos. Con su velocidad Juicer, Baldwin suelta el eyector a tiempo de evitar quemarse.

 

María apunta con su rifle láser a un Simvan que está a veinte metros. Su descarga total cristaliza un pedazo de terreno, en el suelo lejos del enemigo.

 

            Daeron observa que Indira está asustada.

 

Lara Stone maniobra su Sky King, descendiendo mil trescientos metros en pocos segundos, como un meteoro.

 

Shidi se encuentra en el suelo, cerca de Geoffrey y María. Ve que dos enemigos se aproximan. Le dispara una ráfaga de cuarenta proyectiles metálicos con el Rail Gun de su SAMAS al más cercano, dañando moderadamente su armadura de placas de apariencia arcaica.

 

            Sir Geoffrey cierra un momento los ojos, concentrándose en el arma de su oponente. Es un tosco, pero funcional, rifle láser. Tiene plena consciencia del arma de su enemigo. El Cibercaballero abre los ojos repentinamente, apunta sin pensar y vacía el cargador de su eyector de plasma. La devastadora descarga de electrones sobrecalentados envuelve a jinete y montura y ambos son vaporizados, convirtiéndose en una neblina roja.

 

Sanakin equilibra con su ciber-arnés su arma de plasma ultrapesada y dispara una descarga total contra el oponente más cercano. El jinete Simvan queda envuelto en una bola de plasma que le desintegra, y el ostrosaurio se desploma al suelo, herido de extremada gravedad.

 

Indira se queda paralizada en su asiento por un vago temor.

 

Los tres jinetes Simvan supervivientes disparan con sus rifles láser. Dos de ellos impactan de lleno contra el pectoral de la armadura potenciada SAMAS de Shidi, derribándolo a un cráter humeante. La temperatura de la SAMAS ha aumentado enormemente, Shidi está aturdido y la computadora no cesa de repetir: - "Atención, daño crítico". - El tercer Simvan dispara contra Baldwin, pero el Juicer ha saltado en el aire con increíble agilidad instantes antes de que el D-Bee disparase contra su posición.

 

            Baldwin desenfunda su pistola láser Big Man con un rápido movimiento y aprieta el gatillo a fondo en una descarga de haces rojos de luz láser que hacen pedazos a un Simvan. El ostrosaurio en el que montaba ha quedado herido y emprende la huida.

 

            María García recarga su rifle.

 

Daeron comienza a canalizar energía mágica para lanzar el hechizo Armadura Invencible sobre Indira.

 

Shidi se levanta del cráter humeante, su SAMAS parece muy dañada.

 

Lara Stone continúa descendiendo velozmente con su Sky King y fija blanco con los sistemas de armamento en el ostrosaurio que huye.

 

Sanakin recarga con sus manos su mega eyector de plasma. Al mismo tiempo su sistema lanza misiles se despliega en su espalda. Los lanzadores se sitúan en posición sobre sus hombros mediante unos brazos robóticos automatizados terminados en afustes de mini-misiles. Los seis mini-misiles son disparados y salen volando con una estela blanca hacia un enemigo. Impactan de lleno, produciendo una devastadora explosión de plasma que hace retumbar todo el terreno. La explosión genera una luz cegadora. Dos Simvans y sus monturas dejan de existir.

 

            Geoffrey ve que tan sólo quedan dos animales con vida, dos ostrosaurios. Uno huye y otro está malherido en el suelo. Decide que el combate ya ha terminado y baja el arma.

 

            Baldwin da la orden al grupo de emprender la retirada. Se sube al hoverfurgón y arranca.

 

            María ve al animal sufriendo en el suelo y le dispara media ráfaga de su rifle láser, matándolo en el acto.

 

            Daeron escucha a Baldwin decir que el combate ha finalizado y aborta el lanzamiento del hechizo. La magia concentrada regresa de su aura a su cuerpo.

 

            Lara persigue al ostrosaurus que huye y realiza una pasada de ametrallamiento con sus rail guns. El monstruo queda malherido, tropieza y se cae.

 

            Shidi sale volando con sus propulsores traseros a plena potencia hacia el monstruo derribado. Justo cuando pasa por encima de la criatura dispara una ráfaga de su rail gun, haciendo trizas a la bestia en un despliegue de energía cinética. Maniobra en un giro y emprende el regreso hacia donde está el grupo.

 

Lara desciende hacia el suelo en un picado fatal, perdiendo el control del aparato. Se dirige a tierra a máxima velocidad. Todos comienzan a apartarse del posible lugar de impacto de Lara. El Sky King silba como una bomba cuando desciende a velocidad terminal a punto de estrellarse, en el último segundo se endereza y entra en vuelo rasante, saliendo de la barrena pese al fuerte viento que jugaba en su contra.

 

            Daeron examina la radio. Levanta la carcasa y ajusta unos cables que echaban chispas. Vuelve a conectarlo todo, cierra la carcasa, y le parece que ya está. Activa la radio y logra restablecer comunicaciones con todo el grupo.

 

Erzebeth propone seguir un rumbo que os aleje de la tribu Simvan. Todos estáis de acuerdo. La exploradora elfa os dice que confiéis en ella y la sigáis sin hacer preguntas. Acto seguido acelera su hovermoto hacia el Oeste. El grupo entero la sigue en sus diversos medios de transporte. Avanzáis hacia el Oeste durante varias horas, y finalmente Erzebeth dice que ya es seguro girar hacia el Sur. Shidi y Lara no ven enemigos desde el aire. Ni tampoco los dos ‘Borgs con sus avanzados sensores captan peligro alguno.

 

Seguís viaje durante horas. En un momento dado Erzebeth se para a consultar un mapa y le dice a Baldwin que si apretáis el paso podríais llegar a Santo Tomás con la caída de la noche. Baldwin está conforme y así lo hacéis. Coméis de nuevo en marcha, queso curado, tasajo de jamón en salazón, agua de las cantimploras y algunas galletas.

 

Transcurren las horas y va oscureciendo. Retornáis a la carretera de la ruta de la carne y el terreno se torna desértico. El viento sopla suave ahora, pero transporta mucha arena.

 

El sol se acerca al horizonte cuando veis las primeras tierras de cultivo. El suelo no debe ser muy fértil, pero se las han apañado para irrigarlo. El paisaje a ambos lados de la carretera está cubierto de campos de cultivo ahora y de casitas blancas de estilo mexicano, los hogares de los campesinos que a esta hora estarán cenando junto a las chimeneas.

 

Finalmente vislumbráis luces, focos sobre una gran empalizada de madera recorrida por torres de vigilancia. Dos docenas de soldados mercenarios os salen al paso. Llevan insignias propias del Gremio de Mercenarios de DarkGate y van armados con armaduras modelo Bushman y rifles láser, en su mayoría Wilk's. Todos os detenéis.

 

Un Sargento mercenario os da el alto. Baldwin le da las buenas noches, Geoffrey saluda cortésmente a los guardias. Baldwin se identifica, a él y al grupo. El Sargento, Zackara (un viejo conocido de generaciones anteriores de Rifts Warriors), se alegra al conocer vuestra identidad. Todos los guardias bajan las armas y os dan la bienvenida. Se apartan y el Sargento Zackara os conduce al Saloon de Santo Tomás. Dejáis los vehículos en el garaje adyacente.

 

Decidís pedir audiencia con las autoridades al día siguiente, pues ya es de noche y estáis cansados. Subís (excepto los cyborgs) a las habitaciones llevando bolsas de mano con algo de ropa y vuestros neceseres a mano. Después bajáis a cenar a la sala común. La cena consiste en pollo con verduras, servido en una variedad de cactus comestibles, un vino blanco muy flojo, y hogazas de pan levemente duro. De postre peras.

 

            Cenáis con tranquilidad. La gente tiene curiosidad sobre vosotros, aunque todos son educados y no os hacen preguntas. Aquí no sois tan célebres como en DarkGate, aunque sí sois conocidos. El dueño sirve copas de brandy para los que quieren una. Enseguida varios de vosotros comenzáis a retiraos a vuestras habitaciones para descansar. Otros se quedan un rato más, sentados junto al fuego conversando tranquilamente o sumidos en sus propios pensamientos. Striker pide otra fuente de pollo y algo de queso para acompañar, el dueño sonríe asombrado ante el apetito del elfo Juicer.

 

            Cuando Baldwin se retira para ir a dormir se queda dubitativo al pasar ante la habitación de Lara, pero luego se mete en su propia habitación.

 

Mañana del domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

            Poco a poco, todos los miembros del grupo os vais despertando por la mañana. La mayoría os dais una ducha antes de bajar a la sala común. Allí, el grupo desayuna café, tostadas, mantequilla y mermelada.

 

La camarera deja sobre la mesa un periódico, la Gaceta de Santo Tomás, y el grupo lo curiosea. Hay muchas secciones de cultura, crítica literaria y de películas. También una fotografía de los vehículos del grupo, junto a la noticia de la llegada a la ciudad de los Rifts Warriors y un resumen de vuestras principales andanzas. En la sección de “noticias del exterior” hay un amplio artículo sobre el discurso del Ministro de Propaganda de la Coalición Joseph Prosek II, acerca de la Cura Juicer. Dice que la inmensa mayoría de Juicers de Norteamérica están agitados por el notición, y están comenzando a rescindir contratos.

 

En el periódico hay varias páginas con espléndidas fotos de Tolkeen, eso sí, en blanco y negro. Pero aún así... ¡menuda arquitectura! Santo Tomás en comparación es una aldea de Western. Los que estuvisteis allí recientemente miráis las fotos, en verdad no le hacen justicia ni de lejos a esa magnífica ciudad.

 

El grupo termina de desayunar y Baldwin plantea que habría que solicitar una audiencia, el problema es que no tenéis ni idea de quién gobierna en Santo Tomás.

 

Sanakin se conecta al netlink local en busca de información sobre la ciudad y averigua lo siguiente: Santo Tomás fue fundado hace cien años por el aventurero James West (de quien se cree que era el padre del famoso pistolero Iron West), cerca de las ruinas de una ciudad de antes de las Grietas. Las ruinas resultaron ser ricas en restos arqueológicos (especialmente libros, películas y música), cuya reproducción y comercialización es la principal fuente de ingresos de la población.

 

Santo Tomás es autosuficiente gracias a la agricultura, pero la tierra es seca y poco fértil, por lo que da muy poco excedente anual.

 

El órgano de gobierno es el Consejo de Administración Escolástica, dirigido por el Rector de la Universidad, Jason Gulden. La Universidad y la Biblioteca anexa están en pleno Barrio Rico, en el corazón de Santo Tomás.

 

Salís del Salón y os encamináis hacia el lugar. Las casas del Barrio Rico son claramente más opulentas. En las calles hay criados yendo de un lado para otro haciendo recados. Y tipos maduros con lentes y ropones de erudito paseando distraídamente. Algunos os miran con extrañeza.

 

En este viaje no os han confiscado las armas, debido a la amistad que el Sargento Zackara siente por el grupo. Resulta extraño ver un grupo tan poderosamente armado en una zona civilizada.

 

Un mercenario os mira y abre la boca como para decir algo, pero la cierra. Una criada portando una caja con una docena de huevos os adelanta a toda prisa. Una señora bien vestida pasea a un caniche y os mira con mala cara. Lo cierto es que tenéis armamento como para destruir todo el Barrio Rico. No es de extrañar que os miren con cierta aprensión.

 

Llegáis ante la impresionante Universidad, el edificio más grande de Santo Tomás. Hay una escalinata llena de estudiantes charlando, pero se quedan mudos de asombro al veros.

 

El grupo se cuela dentro de la Universidad y una parte se encamina al despacho del Rector. Sanakin, Briaeros, Daeron, Indira, María, Snich y Lara esperan fuera o en la planta baja. El resto han dejado sus armas con ellos, pues no es muy diplomático ir a una audiencia como emisarios armados hasta los dientes.

 

Los que suben se entrevistan con el Rector Jason Gulden. Geoffrey le explica que habéis venido hasta Santo Tomás en calidad de emisarios y le explica la alianza que DarkGate propone. Al Rector lo que parece interesarle más es la promesa de los Rifts Warriors de liberar Angstville de la presencia de la Coalición. Dice que convocará un pleno extraordinario del Consejo de Administración Escolástica de Santo Tomás, y cita al grupo para las siete de la tarde.

 

Tras la entrevista con el Rector, el grupo se reúne de nuevo. Recogéis cestas de comida en la posada y compráis algo más en el mercado, y os vais de picnic al magnífico campus de la Universidad, pues el Rector os ha dado permiso para visitarlo. La tarde transcurre plácidamente en un ambiente idílico y lleno de paz. Shidi piensa que esta paz y tranquilidad es en realidad tan frágil como una copa de cristal, desde su punto de vista de soldado esta ciudad está prácticamente indefensa.

 

Tras el picnic y un café en la cafetería de la Universidad, el grupo se reúne de nuevo con el Rector. Éste le entrega a Baldwin el tratado de alianza ya firmado, aunque con la condición expresa de que Santo Tomás no intervendrá en defensa de nadie que esté siendo atacado por la Coalición. Sin embargo, ofrece discreto apoyo económico al grupo con gastos, reparaciones y recargas pagados.

 

Al salir, Shidi va a por su SAMAS dañada y la lleva con el hoverfurgón al taller Iron Forge del barrio de los Artesanos. La deja allí para que la reparen durante la noche.

 

De vuelta en la posada, el grupo se retira pronto a descansar. Geoffrey se va a dar un paseo en solitario, tiene muchas cosas en qué pensar.

 

Mañana del lunes, día 19 de diciembre de 104 PA:

 

Tras una noche de sueño y descanso os levantáis y desayunáis. Shidi va a recoger su SAMAS modificada en el taller de Iron Forge. El maestro armero enano dueño del taller le dice que está quedando como nueva, aunque no estará lista hasta la tarde.

 

            Coméis en un restaurante típico de la ciudad. Por la tarde Shidi recoge su armadura en perfectas condiciones.

 

            El grupo decide partir hacia Pedro Tomeo. La carretera va primero hacia el Sur, es una carretera bastante mala. Primero pasáis por campos, que cada vez son más pequeños y secos, y finalmente los dejáis atrás y el paisaje se vuelve claramente desértico.

 

            Son las cinco de la tarde. A lo lejos hacia el Este veis unas ruinas. Sanakin las observa con su visión amplificada y os dice que parecen enormes edificios en ruinas, medio sepultados en la arena. Geoffrey dice que seguramente ahí sea donde están las excavaciones a las que Santo Tomás debe su fortuna en conocimientos, una ciudad de antes de las Grietas, con yacimientos arqueológicos.

 

            Viajáis durante casi dos horas antes de que anochezca, podríais continuar varias horas más, ya que no estáis cansados, pero decidís acampar. A muchos de vosotros os intranquiliza sobremanera la oscuridad, pese a las potentes luces de los vehículos, que ya están encendidas, por lo que os alegráis de parar.

 

            Montáis las tiendas de campaña y aparcáis los vehículos de forma protectora. Tras la cena, Baldwin establece los turnos de vigilancia, turnos de dos horas con tres personas por turno. Todos os vais a dormir, menos los componentes del primer turno de guardia: Geoffrey, Sanakin y Snich.

 

            La primera guardia transcurre sin novedad y es relevada por los miembros de la segunda: Lara, María y Shidi. El ex Comando se pone su exoesqueleto para la ocasión y porta su cañón de plasma portátil. Los tres están juntos, hablando junto al fuego.

 

            En un momento dado, Shidi cree escuchar un extraño sonido y se da cuenta de que los rodean tres extraños y altísimos árboles negros que no estaban ahí antes. Apenas tiene tiempo de amartillar su arma y quitarle el seguro, antes de que los “árboles” se revelen como lo que son en realidad: - Arañas-Árbol – y se lancen al ataque.

 

            María y Lara preparan sus armas ante la actitud de Shidi, pero cuando las toca el aura sobrenatural de los monstruosos arácnidos, ambas se quedan aterradas. Ambas sueltan sus armas y salen corriendo horrorizadas hacia el Sur, en medio de la oscuridad de la noche.

 

            Shidi se queda paralizado por el pavor antes de poder disparar su arma, pero no huye. Las tres arañas árbol usan sus tentáculos flagelantes a modo de látigos para atacar a Shidi. Una de ellas lo agarra por las piernas y lo levanta en el aire a gran altura. El ex Comando tiene la suficiente presencia de ánimo como para no soltar su eyector de plasma C-27.

 

            La mayoría de los aventureros del grupo comienzan a despertarse.

 

            Las arañas continúan golpeando a Shidi, agrietando con sus violentos ataques el blindaje del exoesqueleto de Comando. Shidi dobla el cuerpo y dispara hacia arriba con su arma pesada, pero la postura es demasiado forzada y falla el disparo. Su potente rayo de plasma ilumina el cielo nocturno.

 

            Las arañas azotan de nuevo el cuerpo de Shidi, su armadura ya está gravemente dañada. Pese a los violentos movimientos, se las apaña para recargar su C-27, aunque ha estado a punto de perder el cargador.

 

            Geoffrey se ha levantado y ha salido de la tienda de campaña en camisón y armado con un eyector de plasma NG-E4. Enseguida comprende la situación, le preocupa sobremanera dónde pueda estar María, pero ve que Shidi corre un gran peligro inmediato. Vacía el cargador de su eyector de plasma contra la araña que tiene sujeto al ex Comando. La enorme criatura es derribada por el tremendo impacto directo y suelta a Shidi. El ex Comando realiza un salto mortal en el aire apuntando su arma hacia una de las arañas.

 

            Snich sale en pijama con su Hero Pistol en la mano. Tiene los selectores del arma en “láser pesado” y “ráfagas”. Dispara una descarga total contra una de las arañas que sigue en pie. Impacta con un haz de láser concentrado, aunque la criatura no parece muy dañada.

 

            Shidi dispara una descarga total de plasma en plena caída e impacta, el potente rayo de plasma derriba al suelo a una de las arañas.

 

            Geoffrey recarga su NG-E4. Snich cambia el selector de su Hero a láser medio y dispara el cargador auxiliar. Su disparo es una pifia, que a punto está de impactar en la espalda de Geoffrey, que milagrosamente esquiva el ataque, es como si lo hubiera “sentido” por instinto.

 

            Baldwin sale de su tienda en calzoncillos armado con su rifle C-14 “Fire Breather”. Dispara una descarga total de láser contra una de las arañas, e impacta causando un daño moderado, pero la criatura no resulta derribada.

 

            Briaeros se ha puesto en pie de donde estaba sentado reposando, con el cañón de plasma pesado preparado. Dispara la mitad del cargador contra la araña más herida y la atomiza.

 

            Erzebeth sale de su tienda en ropa interior y armada con un eyector de plasma NG-E4. Dispara una descarga total contra otra araña, atomizándola en el acto.

 

            Geoffrey suelta su eyector de plasma y carga contra la araña que queda, que está derribada en el suelo. El Cibercaballero crea dos espadas psíquicas y golpea con ellas. La araña parece atontada y no reacciona.

 

            Baldwin carga un nuevo E-Clip en su rifle C-14.

 

            Briaeros dispara lo que le queda del cargador de su cañón pesado, pero el daño es leve y tan sólo quema un poco a la criatura.

 

            Erzebeth recarga su eyector de plasma.

 

            Geoffrey descarga feroces ataques con sus espadas psíquicas contra la araña.

 

            Baldwin quiere disparar tan rápido contra la araña con su rifle láser C-14 que dispara de lleno contra el suelo a sus pies, abriendo un hoyo en el que cae y queda enterrado.

 

            Geoffrey sigue atacando con sus espadas, haciendo saltar trozos de negra quitina de su caparazón.

 

            Briaeros recarga su arma.

 

            Snich recarga el láser pesado de su Hero.

 

            Shidi tira al suelo su C-27 y ataca con su vibrocuchillo, haciéndole un amplio corte a la criatura.

 

            Erzebeth se acerca con su eyector de plasma y apunta contra la cabeza del enorme insecto. Impacta a bocajarro y la araña resulta destruida por completo.

 

            Geoffrey llama a Tifón, pega un salto sobre el caballo, pero se resbala y aterriza de cabeza contra una roca, abriéndose la frente y quedando inconsciente en el suelo en un charco de su propia sangre.

 

            Shidi sale a buscar a sus dos compañeras que huyeron presa del terror ante las arañas. Las encuentra no muy lejos del campamento, entre arenas movedizas. Las saca a ambas, asustadas y cubiertas de cieno.

 

            Cuando llegan al campamento, ven el estado lamentable en que se encuentra Geoffrey, Erzebeth le está vendando la cabeza. De un agujero en el suelo se oye una vocecilla diciendo: - “¡Sacadme de aquí!” – Shidi escarba y ayuda a Baldwin a salir de donde se encuentra sepultado. El Juicer sale resoplando, su piel ha adoptado un tono grisáceo.

 

            Daeron se medio despierta y os dice que no arméis tanto follón, que está intentando dormir.

           

            María se acerca a Geoffrey y con una mano temblorosa ayuda a Erzebeth a atenderle. Lara trata de dominar su miedo. Sanakin se levanta y os dice que ha tenido una pesadilla.

 

            Indira se arrebuja sola en la estera y sigue durmiendo.

 

            Tras el combate contra las arañas trasladáis el campamento. Geoffrey sigue inconsciente un rato. María y Lara están bastante afectadas. Los que pueden duermen (o siguen haciéndolo), otros montan guardia. Shidi se quita su exoesqueleto y comprueba que está seriamente dañado.

 

            Transcurren unas horas y amanece. Baldwin dice que lo mejor será desayunar y reemprender la marcha. Striker y Lara preparan el desayuno para todos.

 

            Al poco rato estáis de nuevo en ruta. Shidi se ha puesto su SAMAS, aunque no logra hacerla despegar, al parecer el sistema de vuelto está obturado por la arena.

 

            Lara sobrevuela la zona en su Sky King. Se adelanta unos cuantos kilómetros a gran velocidad. Acelera hasta 900 Km./h y surca el cielo como un cohete, con los quemadores traseros arrojando fuego.

 

            En un momento dado, una salva antiaérea de advertencia la hace reaccionar. Maniobra mal porque se pone nerviosa, ve el suelo acercarse a toda velocidad. Shidi pierde su rastro en el radar.

 

            Erzebeth se adelanta con su hovermoto. Striker la sigue de cerca con una hovermoto idéntica. Detrás cabalgan Geoffrey y María, en sendos caballos robot. Van seguidos por un malhumorado Shidi, que se ve obligado a caminar con su SAMAS y que no puede volar. Tras él el hoverfurgón pilotado por Baldwin, con Snich adormilado sobre el techo. A los lados caminan con sus armas como gigantescas lanzas Briaeros y Sanakin.

 

            El grupo ha perdido el contacto con Lara. En el interior del hoverfurgón Indira y Daeron se hacen arrumacos. Baldwin siente que puede perder los nervios.

 

            Transcurren las horas sin noticias de Lara. Es pasado el mediodía cuando veis humo en la distancia. Sanakin utiliza sus sensores ópticos avanzados, enfoca el humo y le parece ver enormes edificios, sin embargo no logra aclarar mejor la imagen.

 

            Shidi logra establecer contacto por radio con el Sky King de Lara, la computadora del mismo le transmite un pitido de respuesta, pero Lara no responde.

 

            Shidi enfoca los sensores ópticos de su armadura potenciada y detecta una serie de fortificaciones muy sólidas. Búnkeres protegidos por poderosas piezas de artillería. Erzebeth dice que tiene que tratarse a la fuerza de Pedro Tomeo por la localización.

 

            Shidi se fija en el humo y ve que lo provocan gigantescas chimeneas industriales. La contaminación es elevada. Baldwin decide seguir avanzando, pero envía a Erzebeth y Striker por delante a echar un vistazo. Las dos hovermotos se alejan a gran velocidad.

 

            Ahora que estáis más cerca, Sanakin percibe el brillo de las alambradas entre los búnkeres y se da cuenta de que el humo que ha visto procede de las chimeneas de las factorías, acererías y plantas procesadoras de mineral de Pedro Tomeo.

 

            El grupo es abordado por las fuerzas de defensa de Pedro Tomeo, dirigidas por el Capitán Heavy Duty, un cyborg pesado. Las tropas llevan un símbolo de un puño cyborg cogiendo una roca. Baldwin identifica al grupo y sois conducidos al pueblo. Dejáis los vehículos y armas en un hangar. Tras pasar por la aduana os reunís con Lara, Erzebeth y Striker. Los tres cuentan lo sucedido.

 

            Camináis hacia el hospital. Las casas de Pedro Tomeo parecen muy sencillas, aunque sin signos de mucha pobreza. Parece que todo el mundo vive más o menos igual. El aire está contaminado y hay muy poca gente por la calle. Al pasar junto a una escuela veis salir a muchos niños. Sus madres los recogen y los llevan a sus casas. No se ven hombres por las calles.

 

            Llegáis al hospital y solicitáis ver a los ciberdoctores, pues por lo que sabéis de Pedro Tomeo son las personas más influyentes. Una enfermera explica que los doctores Lambert y Keterhauss están operando en estos momentos y no pueden atenderos, pero que los doctores Uber y Willis os esperan en el despacho del primero.

 

            La enfermera os conduce hasta el despacho y habláis con los doctores, fundamentalmente con el Doctor Andy Uber. Les explicáis que venís como embajadores de DarkGate. El Doctor Uber dice que ha oído hablar mucho de vosotros, y que incluso atendió a uno de los vuestros hace algún tiempo, a Emil. Pregunta por su estado de salud.

           

            Geoffrey y Baldwin plantean el contenido de la alianza propuesta por DarkGate. El Doctor dice que entiende la necesidad de una defensa mejor. Explica que el Capitán Heavy Duty ha insistido mucho en el tema de la defensa. A instancias suyas se han reforzado las defensas de Pedro Tomeo.

 

            El Doctor Uber señala que la población tiene importantes riquezas minerales e industriales, y que se benefician de un fluido comercio con Santo Tomás y DarkGate. Pero que no pueden aumentar más la producción para invertir más recursos en defensa. Dice que piensa que las defensas actuales son lo máximo que pueden conseguir, y que no parece aún así suficiente para repeler un eventual ataque de la Coalición.

 

            Baldwin explica que los Rifts Warriors han aceptado luchar para expulsar a las fuerzas coalicionistas de Angstville. Dice que al margen del resultado de ese ataque, tan sólo esperan que la región esté preparada para lo que pudiese llegar en tiempos venideros. El Juicer afirma que la Coalición será expulsada y que el grupo está seguro de que no regresará en mucho tiempo, pero que cuando lo haga, la región debe estar preparada para defenderse con uñas y dientes.

 

            El Doctor dice que su deseo es ayudar a los Rifts Warriors en lo que pueda, pero que la decisión no está en sus manos. Explica que Pedro Tomeo es una Anarquía Participativa, que él es sólo un ciudadano influyente, pero que el tema ha de ser debatido en una Asamblea Ciudadana. Os pide que aceptéis la hospitalidad del Saloon durante un día o dos a lo sumo mientras se debate la cuestión en asamblea. Os dice que no os preocupéis por los gastos de alojamiento.

 

            El grupo se retira cordialmente y os vais al Saloon de la ciudad. Allí tomáis unas cervezas negras mientras charláis. Enseguida el barman os sirve la comida. Al cabo de un buen rato el local se va llenando. Hay muchos cyborgs mineros, pero también operarios manchados de hollín. Un grupo de cabareteras suben al escenario y comienzan a bailar el kan-kan, enseñando sus pololos.

 

El resto del día y de la tarde transcurren tranquilos. Veis en el salón algunas viejas películas de antes de las Grietas, reliquias de una era pasada. Snich se va a pasear. Daeron sondea la opinión de la población acerca de la Coalición y deduce que la gente en parte es neutral, aunque ninguno está entusiasmado por la idea de ser invadido o de que los cyborgs sean despojados a la fuerza de sus implantes biónicos y se los sustituyan por implantes cibernéticos más débiles. Esta gente es bastante independiente y les gusta su actual forma de autogobierno.

 

Pasa ese día tranquilo y también el siguiente.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA:

 

Os viene a buscar un cyborg enano y os pide que vayáis a ver al Doctor Uber. Así lo hacéis. El Doctor os recibe en su despacho y os entrega con una sonrisa el tratado de alianza firmado. Os presta además una voluminosa caja alargada, un yelmo avanzado de comunicaciones y una tarjeta magnética en la que se lee: “Iron Hammer #3”. Sugiere que tal vez encontréis un tanque “robado” en el desierto, bajo una tela de camuflaje. También comenta que un vehículo lanzamisiles Iron Bolt pilotado por el Capitán Heavy Duty va a estar pronto “de maniobras”, a pocos kilómetros del emplazamiento de Angstville.

 

El grupo le agradece su ayuda. El Ciberdoctor sonríe y os dice: - “Y ahora si me disculpan… Ha sido un placer "denegarles" toda ayuda por parte de Pedro Tomeo.” -

 

            Os despedís del Doctor y os marcháis del hospital. Tras despediros del barman en el Saloon recogéis vuestro equipaje. De camino al garaje veis a unos cyborgs cargando el brillante Iron Bolt con unos enormes misiles de protones. También hay una carretilla con multitud de mini-misiles de plasma. El Capitán Heavy Duty está apoyado en el vehículo, os mira y os hace un saludo parecido al militar, aunque mucho más relajado, como un "hasta luego".

 

Recogéis todas vuestras cosas, montáis en vuestros vehículos y salís de la ciudad. El desierto os da la bienvenida.

 

El turno finaliza la tarde del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA.

 

Fin del Turno 44.

 

DarkMaste.

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13/07/2016, 15:50
Briaeros Hekatonkiros.

Briaeros: Rifts: Turno 44.

 

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

Despierto un poco confuso, muchos cambios en poco tiempo. Del continuo campo de batalla de Europa a esta relativa tranquilidad en América. Es hora de mirarlo todo con un enfoque diferente, tengo que degustar el placer de mirar las cosas como realmente son y no lo que pueden esconder.

 

Bajo a desayunar. El mundo exterior me atrae con más fuerza de la que soy capaz de controlar, salgo a la puerta y lo miro todo como si todo fuese nuevo, realmente lo es. Ya no veo a un hombre que esconde un arma peligrosa entre sus ropajes, sino un hombre elegantemente vestido que va a trabajar.

 

Intento asimilar el máximo número de ideas que se me arremolinan en la cabeza, y entonces veo lo que hasta ahora para mí no era más que una persona más. Es una muchacha, cabello ligeramente dorado, piel bronceada, suave, tersa reluciente, con un andar de lo más original, un pie delante del otro pie… y ahí están, dos pozos de luminosidad que me atraen como la miel a las moscas.

 

Cuando me doy cuenta de que me he quedado embobado con la boca abierta recupero rápidamente la compostura y entro al interior a desayunar con el resto de los Rifts Warriors. Sorpresa la mía cuando empiezan a llegar Rifts Warriors que no conocía todavía y poco a poco se van presentando. Me siento fuera de lugar, no entiendo la mitad de las conversaciones y a nadie parece importarle en lo más mínimo.

 

La gente siempre se lleva una mala impresión de mi persona, al verme tan callado y tan “grande” se piensan que lo mío no es la inteligencia. Pobres incautos. Recuerdo mi estada en el SWAT alemán como si fuese ayer. Y ciertamente fue ayer, ya que hoy mi vida emprenderá un rumbo diferente.

 

Observo a Erzebeth mientras expone las ideas de sus conciudadanos de DarkGate, sus labios, sus pómulos y sobre todo, sus ojos. Dos mares donde cualquier ser humano perdería la poca coherencia que tuviese si se posaran más de cinco segundos sobre ellos.

 

Las confianzas del Alcalde me parecen, cuanto menos, familiares, se siente uno de ellos, no perdón, uno de nosotros, la charla se ha encaminado en tratar de convencer al Consejo de que se ha de declarar una unión de defensa mutua y hay que hacer algo con la población de Angstville.

 

Se ha conseguido que el Alcalde proponga una audiencia con el Consejo Regente, pasan varias horas después de que el Alcalde decida partir a proponer dicha reunión y un hombretón con dos pistolas entre en el Saloon y se dirija a Geoffrey para decirle que tenemos la tan ansiada audiencia. Todo parece que transcurre muy lento, aquí en América la burocracia parece un impedimento en vez de ser una ayuda.

 

Nos guía por una parte muy tenebrosa de la ciudad, hay edificios antiguos que parecen malditos, Sanakin y Daeron miran a ambos lados de la calle como si esperasen encontrar algo en los edificios. Daeron dice que será mejor no acercarse a esos sitios, pues no parecen muy seguros.

 

La Audiencia ha parecido más una cacofonía de gallinas cluecas que otra cosa, el grupo ha dado la impresión de que no está unido y de que cada uno hace lo que quiere, pero esa impresión es para los que no miran lo que hay detrás de cada palabra, de cada uno de los miembros de los Rifts, cada uno tiene su opinión, pero todos coinciden en la causa y en la lucha por esa causa. Hace un grupo realmente fuerte en sus convicciones y que sea mucho mas compenetrado que otros, como decía mi Teniente en Alemania… en la variedad está el gusto.

 

Baldwin está moralmente tocado después de esta reunión, cree que no ha dado la impresión que quería. Todos lo apoyamos, cada uno a nuestra manera. Un grupo de nosotros se queda en un bar llamado Zorro del Desierto. Sanakin, Erzebeth y yo regresamos al Saloon, no apetece la música melancólica de saxos y pianos.

 

La noche es eterna, todas las muchachas llevan esa vida inscrita en los ojos, ese brillo que atrae como imán, Indira lo tiene cuando mira a Daeron y Erzebeth lo tiene cuando se queda ensimismada con la mirada perdida en algún recuerdo. Es hora de practicar en solitario las enseñanzas de Indira para poder hablar y entender el idioma lo más rápido posible.

 

Mediodía del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA:

 

Me he levantado pronto para seguir con mis estudios, después de la “fiesta” de ayer no importunaré a Indira con mis clases, ya seguiremos otro día. Estoy con Sanakin y estamos observando las modificaciones que opera el mecánico de la ciudad de dos armas de plasma pesadas que pertenecieron al Conde Arik, muerto recientemente en combate.

 

Alrededor de la una estamos todos reunidos en una mesa del Saloon con un reconstituyente para la resaca, cuando entra un elfo llamado Ebon. Éste trae un maletín del cual extrae una carpeta y se la entrega cuidadosamente a Baldwin, mira de reojo a todos lados y en tono de confidencialidad le indica que no la abra todavía ya que no se sabe quién podría estar acechando, le dice que son los tratados de alianza para Santo Tomás y Pedro Tomeo.

 

            En esa misma reunión se propone un emblema para los Rifts Warriors que se encarga de dibujar Indira. El resto nos preparamos para armarnos con los créditos que traía Ebon en el maletín. La cantidad exacta no la sé, pero el hecho de que nos preparemos para una muy cruenta batalla sí que parece obvio.

 

            El rumor de estas compras se extiende más rápido que el fuego en un río de pólvora. Regresamos al Saloon a comer y allí nos espera un gentío, se me disparan todos los sensores de peligro, las aglomeraciones nunca me gustaron, y seguirán sin gustarme. Me quedo callado y apartado en un rincón. He tratado de hacérselo saber a Sanakin, pero él no puede entenderme… me falta algo de mi antigua vida y el mirar las cosas desde otra perspectiva ha acentuado esa carencia.

 

Fotos. Gritos. Manos. Palabras bienintencionadas. Ánimos. Todo se pierde en el mar de la multitud, la marea aumenta conforme nos acercamos al mediodía; la comida es con diferencia una de las mejores que van a probar en muchos días.

 

Se acercan las seis de la tarde cuando empieza a despejarse el local. Dios, no he hecho nada y estoy más cansado de lo habitual. Esta noche repasaré menos las lecciones, espero que partamos mañana por la mañana porque ahora mismo me podría quedar dormido en este bloque de acero.

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

Desayuno rápido y repaso de equipo y armamento. Mientras los demás se despiden de todo el mundo voy repasando minuciosamente todas y cada una de las armas que tengo en mi posesión. Calculo cuántos disparos puedo efectuar sin tener que comprar más munición.

 

Sanakin y yo flanqueamos el Hoverfurgón Blindado con las nuevas armas de plasma modificadas, como si fuesen lanzas de antiguos caballeros de las justas. El rey Arturo; la historia que llegará muy lejos mientras pueda recordarla.

 

Erzebeth arranca la primera sobre su hovermoto, seguida por Striker, que se nota que aún no tiene controlada del todo la suya. Les da cobertura aérea Lara Stone con su Sky King. Cerrando el grupo va Shidi que planea con su SAMAS. El resto del grupo va repartido en los vehículos. Cabe remarcar mi asombro al ver a Geoffrey y señora montados en caballos robóticos Arabians. El resto van en el Hover furgón y cabe decir que Snich casi no tiene sitio donde agarrarse en el techo.

 

Llevamos nuestro emblema orgullosamente tanto en los estandartes como en las pinturas manuales o los vehículos o las armas. Yo he decidido ponerle el sello a este cañón modificado. Lo llamo Arik-001, quizá debería comentarlo al grupo para ver qué dicen. Para mí es un honor llevar este arma.

 

Pasan horas de tranquilidad y avanzamos sin problemas, es tiempo de recapacitar sobre lo que se espera de mí, sobre lo que yo espero de ellos, sobre los brillos en  los ojos, sobre el suave calor que emana de la piel de una mujer, ya estoy pensando en cosas que no debería pensar.

 

A lo lejos se divisa un grupo de reses con unos cowboys que las dirigen por los pastos y no permitiendo que se extravíe ninguna. Erzebeth se adelanta a saludarlos y nos comenta que no han visto nada raro en todo el día. Los cowboys se despiden y parten hacia el Este, hacia algún rancho de película. Se hace tarde y es hora de dormir.

 

Me toca el segundo turno de guardia, tendré tiempo de seguir con mis lecciones, pero no podré hablar en voz alta ya que si no los despertaría a todos. La guardia transcurre tranquila. Despierto a los del siguiente turno y me voy a descansar, esta noche las lecciones me han dado dolor de cabeza, y pensando en eso me quedo dormido.

 

Domingo, día 18 de Diciembre de 104 PA.

 

El olor a café me despierta, hacía mucho tiempo que no dormía tan profunda y plácidamente, me siento reconfortado al 99% y por extraño que parezca hasta me podría permitir el asomo de una sonrisa. Baldwin y Sanakin comparten sus pensamientos de que algo sospechoso ha sucedido esta noche pasada ya que se han oído ruidos extraños.

 

Pienso que debería instalarme algún tipo de chip para poder grabar sonidos mientras duermo ya que eso va bien para las guardias.

 

Hay que estar preparado, parece que esta mañana se presenta movidita. De golpe se ha levantado una ráfaga de aire frío que hace que las cosas vuelen. Rápidamente, intento sujetar las cosas más importantes, pero lamentablemente las servilletas, vasos y plásticos en general vuelan a su libre albedrío. Shidi ha caído con su SAMAS cerca de unas rocas, por suerte ha podido hacer una aterrizaje de emergencia y ha ido a las rocas a refugiarse hasta que pase la ráfaga. Esta vez Snich se cuela en el hoverfurgón. Qué comportamiento más raro tiene este… mmm... muchacho. Bueno debo ir acostumbrándome, él es uno de mis nuevos compañeros.

 

El viento no amaina y el hoverfurgón a duras penas avanza, ni a mí ni a Sanakin nos afecta esta “ligera brisa primaveral” ya que nuestros cuerpos son muy pesados. Lara despega en vertical y la veo distanciarse mucho para intentar evadir la corriente de aire.

 

Se acercan Simvan, el grupo no se puede comunicar por radio, pero parece que todo el mundo sabe lo que hay que hacer, yo no sé qué hacer así que me aparto a un lado y observo, mejor dicho, estudio la manera de actuar de mis nuevos compañeros. Si en algún momento se ha de disparar tengo el arma preparada y por el alma del antiguo propietario que los mataré a todos.

 

La batalla no ha tenido color, mi compañeros son mejores de lo que había llegado a pensar, el único que ha salido malparado ha sido Shidi que tiene unos tiros feos en el pectoral de su armadura SAMAS y parece que no va a funcionarle bien del todo. Nadie se ha percatado de que no he disparado ni una sola vez.

 

Torcemos la ruta para no cruzarnos con la tribu Simvan y tras horas de camino Erzebeth informa que ya podemos recobrar la dirección anterior. Empieza a anochecer y yo me pregunto cada vez más a menudo cómo debería ser el sentir el brillo de los ojos de Erzebeth, porque aunque sea elfa, sus ojos y su brillo son algo espectacular.

 

El sol ya está muy cerca del horizonte cuando empezamos a ver las primeras tierras de cultivo. Esto no se parece en nada a DarkGate, es un pueblecito rural con casitas blancas aquí y allá en mitad del campo. A lo lejos se vislumbran focos y una empalizada y conforme nos acercamos salen a recibirnos unos veinte mercenarios aproximadamente, con el mismo sello de la escuela de mercenarios de DarkGate. Yo preparo el arma por si hay problemas, pero parece que el nombre del grupo es conocido por toda la región y aunque no nos conocen tanto como en DarkGate, sí que han llegado a sus oídos nuestras historias.

 

Pediremos cita para hablar a la mañana siguiente con las autoridades pertinentes, ya que pedirlo ahora es una tontería ya que es tardísimo. Nos conducen al Saloon de Santo Tomás y en el garaje adyacente se quedan los vehículos. Es muy tarde, pero yo saco mis notas para seguir repasando, cada día aprendo palabras nuevas y lo que me costará más, estoy muy convencido de ello, es hablar. Soy por naturaleza tímido y además este cuerpo impone tanto respeto que la gente no se atreve a acercarse mucho ni charlar.

 

Lunes, día 19 de Diciembre de 104 PA.

 

Es curioso como las mañanas me afectan de la misma manera, me levanto antes de que salga el sol y salgo a la calle a contemplar el amanecer. Aquí mucha gente se levanta para cultivar la tierra a la misma hora que me he levantado yo y empiezan su jornada laboral. Poco a poco mis compañeros se van levantando y bajan a desayunar, dejan un periódico encima de la mesa donde aparece una fotografía de nuestros vehículos y la noticia de nuestra llegada a la ciudad. Expone también algunas de las aventuras y hay varios artículos con de todo un poco de Santo Tomás.

 

Sanakin, tras conectarse al link local, informa que las autoridades se encuentran en la Universidad y que es allí donde debemos dirigirnos. Acabamos de desayunar y partimos hacia la Universidad. En el barrio donde las casas se ven que pertenecen a los bien acomodados la gente nos mira como si fuésemos un ejército que ha venido a destruirles las casas. Yo voy observándolo todo para no perder detalle, el más mínimo despiste podría significar la muerte para uno de los nuestros y no estoy dispuesto a permitirlo.

 

Llegamos al edificio de la Universidad. Un edificio imponente y claramente el más grande de todo Santo Tomás. Hay una escalinata para acceder al interior donde hay una multitud de lo que parecen estudiantes, pero cuando doy dos pasos al frente del grupo todos se quedan callados de asombro al vernos.

 

Yo me quedo en la puerta de la Universidad mientras el resto del grupo entra. No me gusta tener tantos desconocidos juntos a mis espaldas, así que lo que hago es vigilarlos con cautela presto a entrar en acción en cualquier momento. Activo mis sensores de sonido para saber de qué hablan y sorpresa la mía cuando oigo a un chico y una chica discutir si deberían venir a hablar conmigo. Sitúo la conversación en la parte baja de la escalinata, en la zona de la izquierda y veo a un chico rubio con ojos azules que discute con una morenita de ojos marrones. Finalmente la chica gana la discusión y no vienen a preguntarme nada, sigo pareciendo imponente.

 

Al cabo del rato mis compañeros salen del edificio y me informan de que hemos de volver a las siete para ver qué ha decidido el Consejo. Recogemos comida en la posada y alguna más en el mercado y nos dirigimos al Campus Universitario ya que el Rector nos ha dado permiso para visitarlo.

 

Después de comer le pido a Indira que me ayude con la pronunciación, es muy buena profesora, pero mis adelantos son lentos y torpes. Transcurre la tarde con mucha tranquilidad y a las siete volvemos a la reunión con el Rector. Como antes, yo me quedo fuera, pero la cara de satisfacción del grupo al salir parece indicar que la cosa marcha viento en popa. Shidi lleva su SAMAS a reparar, algo hemos conseguido.

 

La noche se acerca y vamos a cenar, la mayoría se retira pronto a descansar, pero yo me quedo en la calle mirando el crepúsculo. Es tan parecido al amanecer, pero a la vez es tan opuesto… es el nacimiento de algo y la muerte de su contrario. Me doy un coscorrón yo solo, tanta paz parece que me vaya a convertir en filósofo. Voy a descansar, que seguramente mañana habrá que iniciar de nuevo el viaje.

 

Día 20 de Diciembre de 104 PA.

 

No partiremos hasta que la armadura de Shidi esté reparada. No tengo duda, sigo practicando el Amerrrrricanno con todas mis notas. Emprendemos el camino después de comer. Sobre las cinco de la tarde divisamos unas ruinas que parecen ser la fuente de los yacimientos arqueológicos que son la mayor fuente de ingresos del pueblo. Poco a poco los campos se van reduciendo de tamaño y cada vez son más secos hasta que finalmente el paisaje se convierte en totalmente desértico.

 

 Antes del anochecer decidimos no seguir, aunque no estamos cansados y podríamos seguir adelante varias horas más, preparamos el campamento y se organizan las guardias, yo me siento a reposar sobre una muy dura piedra que he acercado para la ocasión.

 

Unos extraños ruidos me despiertan, parece que estamos siendo atacados, abro los ojos y realizo una vista de situación. Shidi cuelga boca abajo en una especie de árbol que lo sujeta con unos extraños tentáculos, María y Lara están corriendo como alma que lleva el diablo dirección Sur, el resto de compañeros se están despertando. Es hora de entrar en acción, calculo como de fuertes deben de ser esos bichejos y pongo el cañón a media potencia.

 

Alguien ha sido más rápido que yo y ha herido uno de los enemigos, decido aprovechar esa circunstancia y disparo al herido atomizándolo al instante, de inmediato ya estoy buscando mi siguiente objetivo, disparo a otro, pero esta vez el daño no ha sido considerable, oigo gritos de mis compañeros indicándose cosas y disparando, parece que son muy buenos, más de lo que pude apreciar contra los Simvan. Recargo el arma, pero ya no llego a disparar más. Mis compañeros los han reducido a poco más que restos humeantes.

 

Día 21 de Diciembre de 104 PA.

 

Se reúne de nuevo al grupo, María y Lara son rescatadas de unas arenas movedizas por Shidi, Baldwin es desenterrado, y Geoffrey se ha herido en la cabeza. No parece grave, Lara temblorosa y Erzebeth lo cuidan. Al cabo de pocas horas amanece y partimos hacia Pedro Tomeo.

 

Esta mañana parece de lo más rara, como si la noche anterior hubiese sido muy lejana, recuerdo el ocaso, recuerdo haberme puesto a descansar y después lo siguiente que recuerdo es estar pegando tiros a unos árboles que no deberían estar ahí. Bueno ya queda menos para llegar a Pedro Tomeo donde podré poner un poco de orden en mis ideas.

 

En un momento dado dejamos de tener contacto con Lara que se había adelantado en el Sky King debido a una salva de advertencia de los antiaéreos que hacen que caiga en barrena a mucha velocidad.

 

Durante horas no tenemos contacto con ella. Su radio no responde. Hacia el mediodía se divisa una columna de humo, parece que proviene de unos enormes edificios, pero no puedo discernirlo con claridad. La radio de Lara por fin da señales de vida, pero Lara no responde. Las columnas de humo provienen de las enormes chimeneas de Pedro Tomeo y conforme nos acercamos vemos posiciones defensivas muy fuertes y alambradas que las rodean.

 

Nos reciben las tropas de defensa comandadas por un Full Conversion Cyborg y nos guía al interior del pueblo, dejamos las armas y naves en un hangar y nos reunimos con Lara. Se solicita cita con los doctores, que según se tiene entendido son las personas más influyentes del pueblo. Nos Atienden el Doctor Uber y el Doctor Willis. Tras exponerles nuestra misión nos piden que aceptemos la hospitalidad del Saloon mientras se discute el asunto en asamblea popular. Qué raro, un pueblo con anarquía instaurada como gobierno, esto sí que no me lo esperaba yo encontrar en América.

 

            Nos retiramos al Saloon donde bebemos unas cervezas y poco a poco van llegando mineros, cyborgs y humanos; unas cabareteras suben al escenario y bailan el Can Can enseñando los pololos. El día transcurre tranquilo y el siguiente también. Puedo estudiar largo y tendido y ordenar estas ideas. Recuerdo haber pasado por delante de la escuela y ver muchísimos niños que salían de la misma y a sus madres irlos a recoger.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA:

 

Después de ver el amanecer y de pasar la mañana limpiando los restos de arena de las armas nos viene a buscar un cyborg enano que nos indica que debemos ir a ver al Doctor Uber. El doctor nos recibe en su despacho y nos entrega el tratado de alianza firmado, le parece una situación graciosa ya que tiene una sonrisa estúpida pintada en la cara. Nos presta una caja alargada y bastante grande, un yelmo avanzado de comunicaciones y una tarjeta magnética.

 

Nos informa que quizá podamos encontrar un tanque “perdido” en el desierto bajo una lona de camuflaje. También nos comenta que el Capitán Heavy Duty va a estar pronto “de maniobras” con un vehículo lanzamisiles Iron Bolt, a pocos kilómetros de Angstville.

 

Volvemos al Saloon donde nos despedimos del barman y vamos a recoger nuestras cosas, de pasada vemos como están cargando el Iron Bolt con misiles de todos los tipos, grandes y pequeños. Partimos dirección a Angstvile. El desierto nos recibe con una suave brisa cálida

 

Proyectos Futuros:

 

  • Practicar Americano, estudiar todo lo que pueda.
  • Comentar al grupo el nombre del arma modificada e ir perfeccionándola poco a poco.
  • Demostrar mi auténtica valía en un campo de batalla

 

Fin del Turno 44 de Rifts.

 

Briaeros.

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14/07/2016, 17:29
Daeron Drognan.

Daeron Drogan: Rifts: Turno 44.

 

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

Pocas noches he pasado tan tranquilas como hoy. Ni un pensamiento extraño, sin pesadillas que perturben el sueño. Ni un solo recuerdo del pasado, por triste o desdichado que sea, que trastorne mi descanso. No hay decisiones que tomar, no existe angustia por errar. No hay nada que rompa el silencio en que mis pensamientos danzan. Tan sólo unos brazos de fino tacto que mi cuerpo rodean y bello rostro de mujer que en mi regazo sueña. No hay dicha mayor para quien conoce amor.

 

Aun ahora, mientras unos hablan y otros callan, cuando todo en rededor es un incesante murmullo de palabras, creciente griterío que desde la calle pugna por entrar en mis oídos. Aun ahora, mis ojos sólo ven su lento despertar, bella sonrisa que mi alma ilumina y un beso eterno, regalo de los dioses.

 

  • “Si sigues con esa cara voy a dejar de hablarte.” –

 

  • “¿Eh?” –

 

  • “Vale, tú lo has querido. Media hora hablándote y ¿eso es todo cuanto me dices? No tienes mínimo arreglo. A veces creo que el dinosaurio aquel se llevó parte de tu sesera.” –

 

Lara sorbe ruidosamente el café para un instante después encender un pitillo. Parece molesta y burlona conmigo a la vez.

 

  • “Perdona mujer, pero como te iba contando tras lo de la Bahía Negra se pensó en volver a DarkGate y decidir qué hacer. Ahí fue cuando nos encontraste y...” –

 

  • “¡El Caballero Azul! ¡El Caballero Azul ha regresado!” –

 

Alguien acaba de entrar pegando gritos en el local como si fuera un poseso. Muchas miradas confluyen hacia él, pero son muchas más las que se centran en el exterior. La gente aclama sin cesar y una inacabable aldabaría se forma en torno a dos figuras montadas en sendos caballos cual estampa de viejo cuento que de niño oyera contar en mi hogar.

 

No puedo por menos que sonreír al ver quien es objeto de tanta devoción en estas tierras. Geoffrey y María, el Cibercaballero y su reciente bella esposa. Al pronto, ambos se hallan compartiendo mesa con nosotros y pocos son los ciudadanos de DarkGate que no se agolpan a las puertas del local luchando por adivinar nuestros deseos o robar un instante de nuestra atención.

 

Tras los iniciales momentos de presentaciones en que todo son parabienes y saludos, nuevas noticias y aventuras diversas de cada uno de los miembros del grupo que han permanecido alejados, no dejo de pensar que Baldwin debería estar ya aquí. El propio Geoffrey me ha solicitado ingreso en los Rifts Warriors y aun cuando sé que no habrá contrariedad alguna, también es cierto que ya no competen a mi persona tales decisiones. Además, aún faltan de formalizarse otras admisiones y dirimir el futuro del grupo.

 

Abandono la mesa y mis pasos se encaminan hacia el piso superior, algo extraño debe sucederle a Baldwin si aún no ha bajado. En ello se encontraban mis pensamientos cuando un estruendo ensordecedor llama mi atención, el suelo parece hundirse bajo mis pies y apenas tengo tiempo de que un salto me deje cerca del final de la escalera. Vuelvo mi mirada atrás mientras ya mi mente busca entre los hechizos conocidos aquel que repela un posible ataque.

 

  • “¡¡Sanakin, por los Tres divinos!!” - El cyborg parece hundido entre los restos de la maltrecha escalera por donde yo subí. Apenas puedo contener una sonrisa al ver a Marie Chatelle reprenderle como a un crío y los pueriles gestos de Sanakin por encontrar una explicación convincente. Indira y Briaeros acuden a ayudarle y calmar a una furibunda Chatelle para quien un simple peldaño de su Saloon vale más que mil imperios.

 

Una puerta se abre y finalmente Baldwin aparece armado y buscando alguien a quien atacar. Sin duda el ruido ha debido alertarle. No puedo por menos que golpear fugazmente su espalda.

 

  • “Debería bajar, ¿verdad?” –

 

  • “Es lo que esperan. Los Rifts Warriors necesitan de su líder”. –

 

  • “Lo sé, pero..... no consigo acostumbrarme. He tenido mala noche”. –

 

  • “Ánimo amigo, estás hecho para estos menesteres. Se me olvidó decirte que las noches en vela van incluidas en la paga.” –

 

  • “Creo que de haberlo sabido no te habría hecho caso. Tú pareces rejuvenecer por momentos”. –

 

No tengo palabras de respuesta ni consuelo, calladamente bajamos lo que queda de las escaleras y veo como Baldwin toma asiento a la cabecera de la mesa. Apoyándose en su propia presencia y un continuo golpeteo del vaso sobre la madera de la mesa logra el completo silencio entre los presentes y su voz resuena en todo el local como un trueno en el desierto.

 

Uno a uno se votan las nuevas incorporaciones al grupo, no hay voz disonante alguna, tal y como presentí. Tras una pequeña ronda de bebidas para celebrar la inclusión de nuevos miembros en el grupo y oír frases de agradecimiento y nuevas voluntades, Baldwin vuelve a tomar la palabra. En verdad, da gusto oírle hablar de lo que para el Juicer suponen los Rifts Warriors, el orgullo que destila en cada palabra que pronuncia, la responsabilidad con que afronta ser nuestro líder, la decisión y claridad al exponer la situación, la seriedad cuando anuncia nuevos peligros. Sí, no me cabe duda que los Rifts Warriors eligieron al mejor como líder.

 

Asiento paulatinamente a todas y cada una de las propuestas de Baldwin, como si mis propios pensamientos tomaran cuerpo en su voz. Angstville es nuestra principal preocupación ahora, pero tal y como han dicho más de una vez un ataque sobre la ciudad pondría los ojos de la Coalición sobre esta zona. Y no, todavía no están preparados para algo así.

 

“Hoy estamos aquí y podremos ser parte activa en la defensa de DarkGate o sus postrimerías, pero no siempre estaremos cerca. ¿Qué ocurrirá entonces?” Esa idea golpea mi cabeza una y otra vez. Angstville es sólo una cabeza de playa, si la Coalición la perdiera es posible que preparase una respuesta, pero sería sólo a pequeña escala, tiene demasiados frentes abiertos para desencadenar una ofensiva total en este lado del mundo. Y de todas formas. ¿Qué puede haber de valor en este rincón del ancho mundo para ellos?

 

La respuesta me llega con un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, mi mente se nubla por un segundo y la tibia faz de la muerte parece dibujarse en mi propio rostro. ¡¡Por los Tres!! ¡¡El Portal!! No, DarkGate debe preservarse fuera de todo contacto con la Coalición o sufriremos el Armageddon definitivo. El final de los tiempos, la llegada del caos absoluto.

 

Todos parecen estar de acuerdo en la necesidad de formar una alianza entre los pueblos libres de la zona antes de pensar siquiera en golpear a la Coalición. Todos salvo Erzebeth. La bella elfa es natural del lugar y su opinión me interesa sobremanera, pues en cierto modo sé que por su boca habla el espíritu de los ciudadanos de DarkGate.

 

Prefiere un ataque directo. Aun siendo una locura, lo es menos que intentar unificar las disidencias de unos pueblos acostumbrados a despreocuparse unos de otros. A vivir en un edén de fantasía, amparados en la falsa neutralidad del aún no nos atacan. Pobres incautos, DarkGate podrá resistir pequeñas ofensivas, pero nunca lo hará sola. Si las puertas se abren no habrá futuro del que preocuparse jamás.

 

  • “Sólo el Consejo Regente es quien puede entablar una negociación a ese nivel. Pero sus audiencias son escasas e incluso tratándose de nosotros dudo que lo hagan”. –

 

En contestación a mis plegarias, apenas ha acabado Erzebeth de pronunciar esas palabras el Alcalde Winston Marble, hace acto de presencia en el lugar. Trae una amplia sonrisa dibujada en el rostro. Sin dejar de espolear vítores y alabanzas se sienta a nuestra mesa y acto seguido expone la razón de su llegada. ¿DarkGate Wariors? Por todos los dioses. ¿Acaso han perdido la mente en esta ciudad? Me alegra ver la respuesta de todos y cada uno de los Rifts Warriors a semejante insensatez.

 

Pero es la contundencia de Baldwin quien parece hacer desistir en sus pretensiones al Alcalde a la vez que le propone nuestro deseo de concertar una entrevista con el Consejo Regente. ¡Bien hecho muchacho! Si tenemos alguna opción de ello, no cabe duda que ha de ser ahora que nuestra popularidad se halla en su punto más álgido cuando lo consigamos.

 

Pasan apenas dos horas cuando el Sheriff Aldon Pearce abre las puertas del Saloon de par en par y con un escueto: - “Debéis seguirme. El Consejo Regente os concede audiencia” - encamina sus pasos hacia el exterior.

 

Puede que lo hiciera por probar nuestra valía, puede que fuera sólo por templar nuestro ánimo, o quizás espoleado por la simple envidia. Pero los caminos que cruzamos ese día no eran propios de una ciudad llena de vida y sí más bien paseos de angustia y triste deambular. Rodeados en penumbra a plena luz del sol y de entre sombras que algo ocultan nuestros pasos atraviesan calles y plazas sin que un alma ose cruzarse en nuestro andar. El silencio es nuestra compañía y nada lo perturba si no fueran unos gritos que bien sé ajenos a este mundo. Almas que moran ahí donde la muerte niega el descanso, almas que lloran consuelo que nunca llega. Sanakin se acerca a mis espaldas y señalándome la negra torre que a las estrellas apunta dice oír lamentos y gemidos.

 

  • Olvídalo amigo, nada podemos hacer por ello ahora y nada debemos hacer todavía.”–

 

Horrible, ha sido horrible. Cual pesadilla desatada en mis sueños, perfecto ejemplo de anarquía y descontrol, absoluta muestra de la más efímera confianza entre nosotros mismos. Ni un solo miembro de los Rifts Warriors parecía tener idea común con otro. Donde uno veía nueva hazaña, otros saciaban sed de venganzas, donde aquel pide prudencia responde el orgullo, donde nadie peca de cobarde hay quien esgrime la ira como respuesta.

 

Todo eran mil voces y ninguna clara, cien ideas a cada cual más rebatida. Tantas propuestas que mi mente no recuerda ya donde quedó la que se aceptaba y cuál de ellas se negara. Siento la necesidad de levantarme, de acallar todo este tumulto, de pedir la calma y la cordura, de rogar silencio y que hable sólo uno.

 

Habla Baldwin y luego Erzebeth responde, Lara muestra lo que es el ímpetu y hasta el propio Sanakin pide palabra. Uno a uno observo el Consejo y sus componentes. Veo al Sheriff sonreír burlonamente, a Oracio Judas despreciarnos, denoto desdén en los gestos del Ejecutor, a Lord Akiron escuchar sin convicción y dos Archimagos bajar la vista y negar calladamente. Sólo uno de entre todos cruza sus ojos con los míos, sólo uno muestra serenidad en el rostro y sólo uno me devuelve confianza, Lord Akeimus.

 

Y de nuevo las palabras, protestas y desbarajuste tal que ya no sé dónde me hallo, si es audiencia o la plaza del mercado. Habla Geoffrey y también Maria, Striker juega con sus armas y hasta Snich lo hace con la silla. Baldwin pugna por hacerse oír mas calla cuando alguien se levanta y delega voto. Esto es un desastre. Perdido el respeto, olvidadas ya las formas hacia un Consejo Regente cuya sola audiencia es favor concedido. Sólo la mano de Indira me retiene en el asiento.

 

Al pronto llega el silencio y todo se torna en quietud ansiada. Percibo la magia y busco su fuente. Lord Akiron es ahora dueño de la situación y mi mente agradece este respiro. Expone de nuevo la situación y por su propia voz parecióme oír lo que yo creía era el secreto de DarkGate, su gloria y su condena. Mantener cerradas las puertas del infierno.

 

Cuando al fin se marcha, todo parece ya decidido. No puedo por menos que pedir disculpas y rogar por la creación de la alianza.

 

Y en un bar de tantos, entre bebida y bailes algunos procuran olvidar lo acontecido en este día, otros buscan descanso, y los más algo de comida que la noche ya es cerrada. Sentado en una de las mesas, recordando venturas pasadas, tratamos de animar a Baldwin, quien parece afectado tras la imagen dada ante el Consejo. Shidi nos encuentra y tras conocer la decisión nos informa de los métodos y formas de actuar que tiene la Coalición. Me preocupa sobremanera la repercusión que sobre DarkGate tenga nuestro ataque. Es preciso a toda costa evitar su inclusión.

 

  • “No dudarán en remover cielo y tierra hasta encontrar a los responsables y hacerles pagar su ataque” - Un golpe sobre la mesa describe perfectamente la forma en que la Coalición actuará tras el ataque y da aplomo a las palabras de Shidi.

 

  • “¿Qué pasaría si atacan DarkGate?” - Preguntamos al unísono Baldwin y yo.

 

  • “Por favor, es una simple ciudad y dos puebluchos de mala muerte. Apenas necesitarían de una compañía mecanizada para arrasar la zona.” - Shidi parece convencido del poder de la Coalición.

 

  • “¿Entonces qué sugieres Shidi?” –

 

  • “Tal vez largarnos. No pienso perder la vida por culpa de DarkGate aunque sí lo haré por los Rifts Wariors”. –

 

  • “No, no podemos abandonar a esta gente. Acabamos de comprometer nuestra palabra. Daeron, ¿qué hay en ese portal?” - Baldwin sopesa el peor de los extremos.

 

  • “Mejor no lo pienses. Baste decir que entonces, si las puertas se abren, la Coalición será el menor de los problemas de este mundo.” - Callo un instante al recordar lo que hay tras esas puertas. En mi propia mente se materializan imágenes de muerte y destrucción por doquier. - “Claro que... No tienen porqué saber que DarkGate forma parte del ataque”. –

 

  • “Entonces es preciso hacer mucho ruido. Grabar el nombre de los Rifts Warriors en Angstville.” - Geoffrey ha dado con la solución.

 

  • “Mientras no nos preocupen unos ceros mas sobre nuestras cabezas.” - Sonrío a la vez que tomo un trago de buena cerveza.

 

  • “Id pensando un buen escondite. Tal vez Tolkeen.” - Susurra Shidi.

 

  • “Decidido pues, en cuanto logremos formar esa alianza atacaremos Angstville dejando a las claras que obra individual de los Rifts Warriors. Quizás tarden años en volver a poner los pies en la zona”. –

 

Después de todo no ha salido tan mal, lograremos crear una alianza para el futuro, DarkGate estará a salvo de represalias y con un poco de suerte la Coalición verá retrasados sus intentos por asentarse en la zona. Sé que con ellos aquí no tardarían mucho en abrirse las puertas del Hades. Con estas ideas en la cabeza dejo que la noche avance sin preocuparme en contabilizar cuantas botellas van ya.

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

Ayer fue un día duro, de primeras corto. Eso de levantarse a la hora de comer merma mucho la capacidad de decisión y respuesta en todo cuanto uno hace, por no mencionar una espantosa resaca que se enseñorea de la cabeza.

 

Apenas escuché mi nombre como tesorero del grupo, cuando ya todo el mundo andaba pidiéndome aprobación a nuevas inversiones en equipo y material. Sanakin ha madrugado. Ha estado inspeccionando el Battlebringer y no sé qué me decía de acoplarse eyectores. Empieza una gran disertación técnica en la cual me pierdo y mi cabeza pide descanso. Sin mediar palabra le entrego el dinero necesario. Observo como a sus espaldas empieza a formarse una hilera de gente impaciente por contarme sus planes y deseos armamentísticos y es entonces cuando sé a ciencia cierta que necesito una aspirina o voy a volverme loco.

 

Una a una fui atendiendo las peticiones de cada Rifts Warrior comprobando que la generosidad de Lord Akeimus no está reñida a su grandeza. Dos millones de créditos dan mucho juego en lo que a aprovisionar un pequeño grupo mercenario se refiere. Observo de reojo a Indira y ella sonriente me enseña su primer esbozo del emblema que habremos de lucir en esta y en futuras campañas. Es hermoso sin duda, como interminable el arte que sus manos destilan.

 

Cuando por fin acabo, apenas quedan unos créditos que disimuladamente dejo sobre la mesa a modo de propina. Chatelle no dice nada, pero su sonrisa me reconforta en cierta medida por los estropicios ya causados. Señalo la maltrecha escalera, hoy parcheada con tablones, y apenas vuelvo la vista cuando una joven mujer acaba de depositar un par de bebidas sobre la mesa.

 

Tras un pequeño descanso el grupo ha decidido ya en qué vehículos viajaremos para entregar los documentos de la alianza. Hay quien propone partir inmediatamente, pero la sensatez de Baldwin se impone y finalmente tendremos un breve descanso en la noche antes de partir. Así repasaba yo el acontecer del día de ayer, mientras una simple galleta se hundía en el insondable mar de una taza de café.

 

Hay infinidad de gente a las puertas de la ciudad. Gritos y vítores nos acompañan en la salida y durante unos metros jóvenes muchachos corretean junto al hoverfurgón y los cyborgs. Pero pronto el viaje se torna cansino y solitario. Atravesar un desierto no es precisamente placentero y sólo un grupo de cowboys es cuanto cruzamos en el camino antes de caer la noche.

 

La noche fue tranquila y el sueño reparador. Pero con la llegada del amanecer un frío viento del este parece traer malos presagios. Baldwin y Sanakin hablan de extraños ruidos que nadie más presintió ni oyó. Shidi decide levantar el vuelo y observar el horizonte, pero  una repentina ráfaga hace que su power armor salga dando tumbos entre vientos y arenas, lo veo elevarse y perderse en el horizonte. Ojalá no caiga ni se estrelle en las rocas.

 

Lara sigue su ejemplo, si bien su suerte es mejor y su despegue inmaculado. Sanakin y Briaeros prefieren caminar escudados en su férrea constitución, alegando que el viento no es obstáculo ni impedimento. Los demás seguimos camino parapetados en el hoverfurgon que hoy hace las veces de pequeño hogar ante la inclemencia del tiempo.

 

  • “La radio no funciona, posiblemente sea por la tormenta.” - Murmura Baldwin mientras su diestra no deja de tocar botones.

 

  • “Eso nos deja sin comunicación con el resto.” - Dejo escapar en un reniego. No me gusta nada como empieza el día.

 

Al pronto unos golpes en el lateral asustan a Indira. Baldwin detiene el hoverfurgón y abre la escotilla, una ráfaga de viento se cuela en el interior y con él, arena del desierto que me hace toser.

 

Apenas he podido oír el aviso de Sanakin cuando una explosión suena cerca y veo a Baldwin salir de un salto y disparando el eyector de plasma Northern Gun que tan buen uso le dispensa aunque ahora parece fundírsele entre las manos. Sin duda la arena le ha jugado una mala pasada.

 

No puedo evitar observar a Indira y viéndola temblar cual cervatillo asustado mi mente empieza a crear la Armadura Invencible. Escucho el detonar de explosiones y el fugaz reflejo del láser ilumina el interior del hoverfurgón, mas nada distrae mi atención ahora que ya se cerca el final del hechizo. Ella es mi vida, sin ella nada tengo. Y cuando mi boca empieza a escribir arcanas palabras en lenguaje olvidado, un grito de Baldwin me recuerda que ya todo ha terminado.

 

Afortunadamente no ha habido bajas que lamentar. Miro la radio y no puedo evitar un instante de cólera. - “Y pensar que por tu culpa podrían habernos cazado desprevenidos”. - Sin decir palabra a nadie levanto la carcasa de la radio y observo un interminable número de cables en desordenado arco iris de colores. Mis manos tientan unos, mi mente comienza a dibujar extraños circuitos electrónicos que jamás estudiara ni viera sobre plano alguno. Y al pronto encuentro un pequeño enganche suelto y un par de resistencias a contrapolo. No puedo evitar sonreír cuando finalmente cierro la carcasa y se dejan de oír interferencias para escuchar en su lugar la voz de Lara, Shidi o Sanakin.

 

  • “Volvemos a estar en onda”. –

 

Continuamos viaje sin más problema cuando ya la noche vuelve a extender su negro manto. Entonces, a lo lejos unas luces nos indican que hay vida mas allá de la empalizada que ante nuestros ojos se alza. Parece que hemos encontrado la primera escala en nuestra ruta.

 

Dos docenas de soldados salen a nuestro encuentro y desde las murallas veo que muchos más nos observan a través de las miras de sus armas. Respiro tranquilamente cuando a escasos metros de nosotros puedo vislumbrar en las armaduras que portan la insignia del Gremio de Mercenarios de DarkGate.

 

Tras una breve presentación las puertas de Santo Tomás se abren para dar paso a los Rifts Warriors. Somos conducidos al Saloon, donde pronto se nos sirve cena y se dispone todo para nuestro perfecto descanso. Es gente agradable y ciertamente educada pues aun cuando nos conocen no pretenden atosigarnos con preguntas ni alarde alguno de efusividad. Mañana tendremos reunión con el Consejo, quizás entonces piensen de otra forma.

 

Domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

Sanakin comienza a hablarnos de toda la información que ha sacado conectándose a los ordenadores sobre la ciudad, sus orígenes y sus leyes. Entretanto sigo con mi desayuno y ojeando el periódico. No deja de inquietarme ese enorme titular acerca de la nueva cura para los Juicers. Ya hablan de muchos que han cancelado sus contratos actuales en busca de información en las filas de la Coalición.

 

Tras la primera reunión con el Rector de la Universidad, Jason Gulden,  decidimos descansar y aprovechar el buen tiempo para deleitarnos con un picnic que nos haga por momentos olvidar la realidad que nos espera. Cuando a la hora convenida asistimos nuevamente al Rectorado tenemos ya firmado el tratado de alianza de Santo Tomás junto con DarkGate.

 

Lunes, día 19 de diciembre de 104 PA:

 

Nuestra estancia en tan agradable lugar toca a su fin. No posee las maravillas de Tolkeen, ni la bulliciosa actividad que se respira en DarkGate, pero entre sus gentes se filtra la paciencia y la quietud. Me recuerda a uno de esos pueblos que en las viejas películas que aquí se atesoran he visto. Perdido en el centro de ningún lugar, sin mayor pretensión que la de existir.

 

Cuando salimos de sus muros, apenas hay quien nos acompañe a despedirse. Cada ciudadano sigue su propia vida como si nada hubiera ocurrido y una extraña sensación de que sea lo que sea, nada altera el ritmo de vida de este pueblo se instala en mi interior.

 

El viaje es tedioso y apenas puedo ver desde una de las escotillas del hoverfurgón las ruinas a las que debe toda su fortuna Santo Tomás. Un viejo asentamiento de antes de las Grietas. Veo grupos de gente entrar y salir de entre algunas ruinas y otros afanarse en perforar la tierra buscando restos aún sin descubrir.

 

  • “Quizás la curiosidad me tiente algún día”. –

 

  • “Lo hará, cariño. Estoy segura que lo hará.” - Las palabras de Indira son bálsamo reconfortante que siempre encuentran mis pensamientos. Sin nada que decir recuesto mi cabeza en sus hombros y cierro los ojos mientras la noche empieza a llegar.

 

La noche llega y con ella el descanso. Se decide acampar y montar tiendas de campaña para guarecernos de los vientos y las inclemencias del tiempo. Apenas hay novedad salvo un extraño jaleo a media noche que me hace salir y rogar a los alborotadores algo de silencio. Los hay que no aguantan sin armar jaleo.

 

A la mañana siguiente hay algunos que no presentan buena cara, lo cual es lógico si no se descansa lo mínimamente necesario. Continuamos viaje hasta que Lara desaparece de los radares y su voz deja de oírse en la radio. Shidi parte en su búsqueda, pero por alguna extraña razón no consigue hacer volar su SAMAS y ha de conformase con ir a paso ligero. Baldwin acelera el ritmo del hoverfurgón temiendo que algo pueda haberle sucedido a Lara, a la vez que manda adelantarse a Erzebeth y Striker.

 

Finalmente es Sanakin quien dice haber visto en la lejanía una humareda que se levanta hacia el cielo y hacia allí encaminamos nuestros pasos. Los sensores de Shidi detectan fortificaciones y edificios perfilándose sobre la línea del horizonte. Erzebeth no duda un instante al afirmar que estamos en las cercanías de Pedro Tomeo.

 

No tardan en salirnos al paso las defensas de la ciudad. Y tal como ocurriera en Santo Tomás nuestra fama parece precedernos. Un simple saludo es óbice para que se abran las puertas de la ciudad. Me alegra encontrar a Lara tras sus muros sin un rasguño.

 

Tras hablar con los cyberdoctores, a la postre principales exponentes del devenir de la ciudad y exponerles el motivo de nuestra llegada, así como nuestra inmediata intención de expulsar a la Coalición de esta zona. Dicen no poder hacer nada más por ayudarnos que transmitir nuestras palabras al pueblo mismo y que ellos decidan en asamblea popular. En tanto solicitan que aceptemos la hospitalidad del pueblo un par de días.

 

La espera no se hace larga y me permite sondear la opinión de las gentes en un intento de saber cual será el veredicto final a nuestra propuesta. Parece que no habrá problemas, la gente es sencilla en este lugar y no busca confrontaciones, pero tampoco son amigos de quien las provoca.

 

Tal como presentía, la asamblea ratifica el acuerdo y el doctor Uber gentilmente nos entrega debidamente firmado el pacto de alianza. A su vez nos indica que es muy posible que encontremos perdido en el desierto un tanque y otras pequeñas ayudas que algún despistado debió dejar olvidadas tiempo atrás.

 

Con una sonrisa en los labios abandonamos Pedro Tomeo rumbo a Angstville y nuestro destino.

 

Acciones futuras:

 

  • Una vez localicemos Angstville prepararnos para el ataque explorando sus alrededores.
  • Participar en la batalla sin miedo y con todo el uso de mi magia. Solicitando la ayuda de los archimagos si fuera preciso.
  • Tras la batalla, intentar recabar la mayor información posible sobre el asunto de la cura Juicer.

 

Fin del Turno Daeron 44.

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15/07/2016, 16:22
James T. Shidi.

Shidi: Rifts: Turno 44:

           

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

            Mierda, he tenido otra pesadilla. Qué asco de noche, desde que saqué aquella puta carta del Cofre del Destino no logro pegar ojo. El hecho de haber tenido que revivir aquella maldita experiencia que me convirtió en un D-Bee en la lucha contra el dragón estrella... Recordar a la mujer que me amaba, pero que resultó odiarme profundamente e incluso me intentó matar durante la noche... es horrible.

 

            ¡Ah, Elis! Recuerdo su dulce mirada cuando la vi por primera vez, aquellos labios tan sugerentes y lujuriosos. También la recuerdo cuando estaba estrangulándome, con los ojos salidos de sus órbitas en una macabra y desquiciada mirada asesina, con sus labios formando una cruel y obscena mueca, dejando al descubierto sus feroces dientes.

 

            Pero lo que más recuerdo, muy a mi pesar, es su cráneo reventado, aquel instante en el que, tras el disparo de mi pistola directamente sobre su cabeza, estuvo el cuerpo en un macabro inmobilismo antes de caer hacia atrás como un peso muerto.

 

Sus bellos ojos y sus tiernos labios habían desaparecido por completo, o tal vez estaban pegados contra la lona de la tienda. Su cuerpo desnudo estaba empapado de sangre, y podía distinguir cómo, en el lugar donde antes estaba su cabeza, sólo quedaba un pedazo de cuello, con un trozo de cervical sobresaliente que no había salido disparada con la fuerza del impacto.

 

Lo recuerdo con tanta claridad... Ojalá no hubiera tenido que pasar por todo eso. Pensé que, como Daeron había logrado increíbles proezas sacando dos cartas, yo podría obtener también algún beneficio. Pensé que Elis sería como Indira... pero me equivoqué totalmente.

 

¿A qué se pudo deber el error? ¿Tal vez a mis intenciones? Sí... es posible que fuera por eso, yo no soy lo que se dice un hombre de corazón puro. ¡Maldita sea, soy un ex soldado! Eso no quiere decir que sea cruel, ni mucho menos, pero tampoco soy una puta monja de la caridad.

 

            Aunque claro, visto lo visto, ni tan siquiera las monjas de la caridad se libran. Y no hay más que ver al sacerdote Esopo, ese sucio borracho que se hace llamar sacerdote del Panteón Griego y de la Diosa Atenea. Todo el día bebiendo y rodeado de putas... ¿Acaso son sus monaguillas? ¡Porque si es así me meto a sacerdote sin pensármelo dos veces!

 

            Me parece bien que la gente contrate el servicio de estas mujeres que alquilan su amor, y también apruebo la bebida, allá cada cual con su cuerpo. Pero lo que no soporto es a la gente que tira la piedra y esconde la mano... no puedes ser un puto cura y hacer esas cosas, es una hipocresía tremenda.

 

            En fin, habrá que irse levantando, no quiero hacer esperar a los demás. La verdad es que es bastante reconfortable quedarse tumbado en la cama descansando, pensando... En este mundo tan duro en el que vivimos, la simple vida es un privilegio. Y más si tenemos en cuenta mis especiales circunstancias, claro.

 

            Ha pasado mucho tiempo desde que llegué a DarkGate, y gracias a los Rifts Warriors he logrado hacerme un nombre en esta ciudad. Una ciudad que me tenía marcado como espía coalicionista, y de hecho es más que probable que ahora mismo siguiera congelado en esa maldita celda de hielo si no hubiera sido por la ayuda del mago Daeron. Le debo mi libertad.

 

            Bueno, no sólo a Daeron, sino también al resto de los Rifts Warriors. Al fin y al cabo, fue el trabajo en equipo el que nos proporcionó la victoria en la Bahía Negra... así como en el resto de nuestras misiones.

 

            Es por ello que soy absolutamente fiel a los Rifts Warriors, y seguiré a rajatabla las órdenes de mi líder, mal que me pese. Confío en que será lo suficientemente juicioso como para no meternos en alguna estúpida decisión, como atacar Chi-Town, aunque si el líder que en ese momento estuviera al mando de los Rifts Warriors lo ordenara, así lo haría.

 

            Al fin y al cabo, en nuestro grupo el líder ha sido elegido democráticamente como nuestro representante, es el cerebro de los Rifts Warriors. Hemos de actuar como si fuéramos sólo uno para una mayor eficacia, y no podemos permitirnos el lujo de cuestionar todas las órdenes que el líder del grupo nos dé. ¿Acaso el brazo pregunta al cerebro por qué tiene que moverse? No, porque no es su cometido.

 

            Afortunadamente nosotros somos humanos, o bueno, ejem, personas, y si el grupo ve que el líder es un inútil, simplemente nos desharemos de él. Pero todavía no se ha dado el caso, y espero que no se dé nunca.

 

            Dejando a un lado mis matinales cavilaciones, me desperezo y me lavo la cara, mi fucsia cara. Ojalá pudiera cambiar el color de mi piel, es algo que no soporto... Pero no creo que eso sea posible de momento. Aunque sé muy poco de magia, el poder de la maldición que ha coloreado mi piel es legendario, y seguramente ni siquiera Lord Hibari Kunde sería capaz de revertir el hechizo. Ni creo que estuviera muy dispuesto, no nos llevamos muy bien...

 

            Me encanta esta habitación, es la mejor de todo el Saloon. Aparte de la de Marie Chatelle, por supuesto, que además tiene la cama más cómoda de todas. Pero bueno, Marie pasó a la historia, y más aún cuando la vi con otro tío. No la culpo, ella pensó que yo jamás escaparía a la voluntad de la justicia de DarkGate, y de hecho fue prácticamente un milagro que lo consiguiera. Pero tampoco voy a hacer nada por recuperarla, allá cada cual con su vida, aunque me revienta que se haya liado precisamente con ese patán pretencioso de Jim Morrison...

 

            A ver, ¿qué me pongo hoy? ¡Ah, sí! Los vaqueros y la camiseta, no tengo otra puta ropa. Creo que también me pondré la chaqueta por encima, estamos en pleno invierno. Termino de vestirme y bajo las escaleras, recordando mi antigua enfermedad ya erradicada por completo. Ya no sufro de esa tos tan brutal que estaba empeorando cada vez más, por fin estoy curado.

 

            En el Saloon está el resto del grupo, sentados alrededor de dos mesas especialmente reservadas para los Rifts Warriors. Nos estamos haciendo bastante famosos en la zona, pero lo más gratificante es que esa fama nos la hemos ganado a pulso. Aunque bien es cierto que debemos agradecérselo a todos aquellos que han muerto en la batalla por la gloria de los Rifts Warriors... como mi viejo amigo Gombuk Kamchak. Su muerte fue un espectáculo dantesco, la rabia que sentí cuando vi que aquel maldito Xiticix le cortaba la cabeza con una de sus espadas, y partía su torso por la mitad con la otra, es indescriptible.

 

            Pero es algo que no se puede evitar, los Rifts Warriors nos encargamos de llevar a cabo misiones realmente peligrosas, misiones que prácticamente nadie estaría dispuesto a realizar. ¿Quién si no se metería de lleno en un nido Xiticix? ¿Quién si no atacaría la Bahía Negra? Respecto a lo segundo, también hay que resaltar a otro valiente grupo de aventureros: los Ojos de Plata.

 

            Los Ojos de Plata, con su carismático líder conocido como Graham Bell, lucharon aún más gloriosamente que nosotros si cabe. Los Rifts Warriors fuimos la punta de lanza de la operación, nos encargamos de acabar con Zachary Krug así como de eliminar toda presencia del maldito gas tóxico ZK-12, así como la fórmula. Fue una pena que no pudiéramos sacar a Krug con vida, pero también resultó bastante irónico que muriera a manos de la propia Coalición.

 

            Nosotros fuimos quienes nos encargamos de realizar el trabajo más delicado, pero ellos impidieron que todos los putos contrabandistas del campamento se nos echaran encima. Si los Ojos de Plata no nos hubieran cubierto las espaldas, ahora mismo estaríamos todos muertos.

 

            En fin, prefiero apartar este tipo de recuerdos de mi mente, lo pasado pasado está. Miro a mi alrededor, a los nuevos Rifts Warriors. Somos un grupo muy numeroso, y nuestro actual poder como equipo hace que la “Compañía de Emil”, como insistía en llamarnos el elfo, parezca un simple grupo de aficionados.

 

            Hablando de Emil... ¿No es ese que entra en el Saloon? ¡Sí, es él! Qué cabronazo, pensaba que estaba en coma. Yo mismo lo vi con mis propios ojos cuando estaba ingresado, me alegro mucho de que lograse despertar. Se acerca a nosotros y nos saluda, aunque parece que a mí no me reconoce. No me extraña, con este color de piel y mi operación de cambio de rostro soy terriblemente difícil de reconocer. En ocasiones, todavía me pongo alerta cuando veo mi reflejo en un espejo...

 

            Por mi parte, permanezco junto a Indira tomándome un café irlandés. Siempre he dicho que la mejor forma para combatir la resaca es tomar más alcohol, que al fin y al cabo es lo que pide el cuerpo... Sanakin no deja de mirarme en todo momento con sus impasibles ojos de ‘Borg, lo cierto es que su frialdad me pone de los nervios.

 

            ¿En qué estará pensando Sanakin? ¿Tal vez que quiero levantarle la novia a Daeron? Eso justificaría su ininterrumpido escrutinio, pero espero que no sea esa su opinión. Jamás se me ocurriría hacerle algo así a Daeron, tengo una deuda con él que seguramente jamás podré pagarle, y desde luego no estoy interesado en Indira. Con lo que los dos se quieren... es muchísimo mejor que sigan juntos, estoy seguro de que serán muy felices.

 

            A veces me pregunto qué habría pasado si yo hubiera sacado la carta de Indira y Daeron la de Elis. Pero no, he de conformarme con lo que me ha tocado, la codicia pudo conmigo y me trajo lo que me merecía. He de agradecer mi excelente entrenamiento en la Coalición, que al fin y al cabo me salvó la vida.

 

            Parece ser que hay mucha agitación ahí fuera. Se escuchan voces, gritando cosas como “¡El Caballero Azul! ¡El Campeón Azul ha vuelto!” En ese momento entran gloriosamente por la puerta del Saloon ni más ni menos que Sir Geoffrey Mournfolk, junto con su esposa María García. ¿Qué demonios hacen aquí? Pensé que Geoffrey se había retirado tras su boda para vivir el resto de sus días con su querida esposa, aunque tal vez haya venido simplemente para hacerle una visita a sus viejos compañeros de aventuras.

 

            Todos nos reunimos, y en ese momento Quick Silver anuncia que se marcha del grupo. No lo entiendo, pero supongo que tendrá sus propios motivos. Tal vez prefiera robar en DarkGate, ya que él es prácticamente el único ladronzuelo que merodea por sus calles.

 

            Después seguimos hablando con Geoffrey y María, los cuales nos comunican sus intenciones de luchar junto a nosotros. Vaya... ¡Eso es genial! Aunque dudo mucho de la eficacia combativa de una granjera como María, no me cabe duda de que por los Rifts Warriors han pasado pocos guerreros tan poderosos a la par que honorables como Sir Geoffrey. Aunque bueno, no tengo nada en contra de que su mujer se una al grupo, nunca es mal recibida una pistola más en nuestro bando... pero dudo que sobreviva mucho al durísimo estilo de vida aventurero.

 

            Lara Stone, una ex-bandida que estaba sentada junto a nosotros y en la cual hasta ahora no había reparado, también quiere unirse a los Rifts Warriors. No la conozco, pero según me cuenta Indira, la muchacha es de confianza, y además posee una Sky-King, una nave aérea monoplaza bastante poderosa... Por lo tanto, mi voto es a favor de su incorporación, y Lara Stone es aceptada en el grupo.

 

            Hablamos durante largo rato acerca de nuestros futuros planes, estamos todos de acuerdo en ir a hablar con el Consejo Regente de DarkGate. Discutimos durante unos minutos el plan que hemos de seguir, tomando Baldwin la iniciativa, como buen líder de los Rifts Warriors en el que se ha convertido. A sugerencia de Erzebeth, decidimos ir a hablar con el Alcalde, Winston Marble, para que nos conceda una audiencia con el Consejo Regente.

 

            ¡Qué casualidad...! En ese momento entra el orondo Winston Marble por la puerta. ¿Tal vez nos ha escuchado? Sí, sería muy probable, tal vez el Saloon esté lleno de micrófonos ocultos. Lo tendré en cuenta para ocasiones futuras, no me gustaría que ese cabrón escuchase todo lo que digo. Bueno, también cabe la posibilidad de que haya sido mera casualidad... pero es mucha concidencia.

 

            El Alcalde se sienta junto a nosotros, con toda la confianza del mundo, y se pide un whisky mientras nos habla amigablemente. Al menos tiene buen gusto con la bebida, lástima que sea tan hipócrita y despreciable como el Alcalde que una ciudad como DarkGate merece.

 

            Nos dice que tiene pensado cambiar nuestro nombre a DarkGate Warriors, y que luchemos en DarkGate bajo el mando del Ejecutor. ¡Ja! ¿Pero quién se ha creído? Me entran ganas de sacar mi pistola de iones y reventarle la cabeza a ese cerdo... pero no, eso sería un acto irreflexivo que no conduciría a nada bueno, y por otra parte sería un desperdicio de munición.

 

            Diciendo que somos todos unos héroes, decide por su cuenta que cambiaremos nuestro nombre a DarkGate Warriors y que contratará nuestros servicios por quince años... prorrogables además. ¡Pero qué se ha creído ese cerdo engreído! Afortunadamente Baldwin le para el carro, afirmando que los Rifts Warriors no se cambiarán su nombre ni servirán a una sola ciudad. Además, le propone una unión entre DarkGate y los poblados circundantes.

 

            Winston Marble no para de beber un whisky tras otro mientras habla con Baldwin. Maldito alcohólico, a estas horas de la mañana y ya está completamente ebrio, a pesar del hecho de que supuestamente está trabajando. No para de repetir una y otra vez que quiere contar con nuestros servicios para la defensa de DarkGate, hasta que Baldwin le propone que vayamos a los pueblos de los alrededores para crear una especie de Alianza.

 

El inepto Alcalde se lo piensa, sin duda le atrae el hecho de contar con nuestro servicio gratuito de una forma u otra, y nos dice que ese tipo de decisiones tiene que tomarlas el Consejo Regente, que es quien verdaderamente corta el bacalao en esta ciudad. ¡Ja! Él no es más que una marioneta... pero por lo menos hemos conseguido la reunión que queríamos.

 

            El Alcalde se levanta diciendo que concertará una reunión con el Consejo Regente de DarkGate, y camina lentamente y haciendo unas eses tremendas hasta la salida. En una ocasión está a punto de caerse sobre la pobre Marie Chatelle, pero afortunadamente logra recuperar el equilibrio a tiempo de no aplastar a la joven. ¡De la que se ha librado! Habría sido muy triste: Marie Chatelle, muerta el 15 de diciembre del 104 P.A. al ser aplastada accidentalmente por el Ilustrísimo Alcalde Winston Marble. Por supuesto, fue culpa de la fallecida, que se puso detrás del Alcalde y tiró de él, aplastando los frágiles huesos de la camarera debido a la robusta constitución del Alcalde. Todo apunta a que fue un suicidio de Marie Chatelle, tal vez para dañar la imagen pública de nuestro querido Alcalde.

 

            Despejo mi mente y miro mi segundo café irlandés. Creo que le han puesto demasiado whisky, o tal vez alguna sustancia psicotrópica. Sin embargo, nadie parece haberse dado cuenta de que mi mente estaba en un lugar muy distinto a mi cuerpo, puesto que todo el grupo está discutiendo acerca de lo que haremos a continuación.

 

            Esperamos durante un par de horas, tiempo que aprovecho para jugar tranquilamente al poker con el resto del grupo. Lo cierto es que se me da bastante bien, aprendí muchas técnicas para ganar en las aburridas guardias que me asignaban cuando no era más que un soldado en el ejército de la Coalición. Por desgracia no estamos apostando... Me podría forrar si lo hiciéramos, aunque por otro lado bien es cierto que no tengo un puto crédito, me lo gasté todo en la “resurrección” de Sanakin Goldman. Espero que me lo pueda devolver lo antes posible, un millón de créditos es mucho dinero...

 

            De repente, las puertas del Saloon se abren de golpe, y entra el desgraciado de Aldon Pearce. Entra con gran gallardía, creyéndose el puto amo de la ciudad, y dejando bien al descubierto sus dos pistolones listos para disparar. ¡Ja! Cómo me gustaría pillarle fuera y solo, a ver qué hacían sus pistolas contra mi viejo rifle de plasma...

 

            El Sheriff nos informa de que finalmente el Consejo Regente nos ha concedido una audiencia, y quiere que le sigamos ya que se llevará a cabo ahora mismo. Me alegro de que al menos Winston Marble sea un competente mensajero, puesto que, aun borracho, sólo ha tardado un par de horas en llegar al Ayuntamiento. ¡Todo un logro!

 

            Todos nos levantamos y seguimos a Aldon Pearce, quien nos ofrece una visita turística por los peores sitios de la ciudad, pasando incluso por DarkGate Keep. Cuando llegamos al Ayuntamiento, el Sheriff parece estar satisfecho por los lugares que nos ha obligado a ver. ¡Será cabrón el sádico este!

 

            El Ayuntamiento es sin duda un edificio imponente, aunque dudo mucho que sea capaz de resistir un bombardeo por parte de la aviación coalicionista. Espero que tengan un búnquer preparado para ocasiones como esa... pues si no la ciudad estará perdida, por muchos magos que haya en el Consejo Regente.

 

            Tras introducirnos en el Ayuntamiento, atravesamos las imponentes puertas dobles que conducen al Salón del Consejo. La sala está ocupada tan sólo por nosotros y por los criados. En el centro hay una gran mesa de madera noble, rodeada por lujosos sillones. Los Ayudantes del Sheriff nos traen sillas para todos, de una calidad mucho menor que los sillones de los miembros del Consejo, por supuesto. Nos sentamos, y esperamos a que vengan aquellos que nos recibirán.

 

            Uno a uno van llegando todos: el ineficaz Alcalde, Winston Marble; el inquietante director del Gremio de Mercenarios, El Ejecutor; el Gran Sacerdote de la Luz, Ardan Imhotep; el Sumo Sacerdote del Panteón Griego, Esopo; el Padre Oracio Judas; y el corrupto y desquiciado Sheriff Aldon Pearce. Todos se sientan en sus respectivos sillones, pero está claro que aún no han llegado los verdaderos miembros del Consejo Regente, los que tienen la voz cantante en este juego.

 

            En ese momento entra por la puerta el temible mago negro Lord Vulchus, alguien que haría temblar de terror al mismísimo Gombuk. Después entran cuatro poderosos archimagos, hablando animadamente: la hermosa Lady Yavana Akoe, Lord Akeimus el Blanco, el despreciable Lord Hibari Kunde que tantas torturas me infligió, y por último el líder del Consejo Regente: Lord Akiron. Este último va vestido simplemente con una faldita griega y unas sandalias. Será todo lo poderoso que quiera, pero tiene una pinta de maricón que no puede con ella. Espero que no esté leyendo mi mente en estos momentos...

 

            Lord Akeimus nos da la mano a todos, pero a Daeron le abraza. En momentos como éste me alegro de no ser el actual líder de los Rifts Warriors. Hablamos durante cerca de una hora acerca de la posible alianza de DarkGate con la región circundante con el fin de resistir la incipiente invasión de la Coalición, y todo el Consejo Regente parece estar de acuerdo. Si alguien no lo está, es suficientemente sabio o insignificante para guardar silencio, como probablemente Oracio Judas.

 

            Yo prefiero guardar silencio durante toda la reunión, pero escucho atentamente y estoy completamente de acuerdo con la idea de crear una alianza entre DarkGate y el territorio circundante. Es la única forma de hacer frente a la Coalición... Por muy poderosos que puedan parecer estos Archimagos, simplemente serían incapaces de resistir un asalto por parte de una legión coalicionista.

 

            Se levanta la sesión, y nos dirigimos a “El Zorro del Desierto”, un bar de lo más excéntrico que personalmente nunca me ha gustado, prefiero mil veces el viejo Saloon. Nos sentamos alrededor de dos mesas, y María pide tequila para todos. ¡Tequila! ¿Cómo voy a beber eso? ¡Está asqueroso! Donde esté un buen whisky, como el que solía tomar cuando estaba en la Coalición, que se quite todo lo demás... En fin, tendré que hacer un sacrificio y aceptar la ronda, por mantener las formas.

 

            Comenzamos a comentar la supuesta alianza entre DarkGate y los territorios circundantes, y yo expreso claramente mi opinión ahora que no estamos delante del Consejo Regente. Por muy bien que DarkGate trate de defenderse, o incluso de aliarse con puebluchos como Pedro Tomeo, es absurdo que pueda resistir un asedio por parte de la Coalición. Sencillamente, una simple unidad de campo coalicionista haría pedazos esta ciudad, por muchos Archimagos que la dirijan.

 

            La Coalición cuenta con miles y miles de soldados muy bien preparados, y con un armamento que haría temblar a cualquiera. ¿DarkGate qué tiene? ¿Un ineficaz Gremio de Magos que no es capaz de diferenciar un espía de un desertor? ¿Un Gremio de Mercenarios con cuatro gatos armados con fusiles y un tío grande y feo con un hacha de verdugo? ¡Vamos, hombre! ¡Eso no es serio!

 

Un simple ejército regular de la Coalición haría estragos en DarkGate, por mucho que nos empeñemos a jugar a las batallitas con la intención de pararles los pies. Desgraciadamente, la Coalición siempre consigue lo que se propone: tiene suficiente poder para ello.

 

            Pero no seré yo quien me oponga a las órdenes del líder de los Rifts Warriors, simplemente expongo mi opinión. Haré lo que se me ordene, y con mucho gusto.

 

Mediodía del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA:

 

            ¡Buaj, qué mala resaca tengo con el tequila! Donde esté el buen whisky, que se quite todo lo demás. ¡Qué dolor de cabeza y de estómago! En fin, todo sea por una buena causa... pero la próxima vez espero que las rondas sean de whisky, aunque tenga que pagarlas yo mismo.

 

            Hablando de pagar... ¡No tengo un maldito crédito! A ver si ganamos algo de dinero y Sanakin me puede devolver el millón de créditos que pagué para su reconstrucción, porque me gustaría hacerle alguna mejora a mi vieja SAMAS. Tal vez ponerle un cañón de iones implantado para que su fuerza ofensiva se vea incrementada sería de agradecer, aunque para eso se necesita mucho dinero.

 

            Seguramente me saldría mucho más barato comprar una nueva Power Armor... pero lo cierto es que le tengo mucho cariño a mi SAMAS. No me sentiría a gusto pilotando otra armadura de potencia, al fin y al cabo han sido tantas las aventuras que he vivido pilotando mi SAMAS...

 

            En fin, habrá que bajar con el grupo a desayunar, que se va a hacer tarde. Bajo las escaleras y están todos allí en el Saloon... ¿Cómo he llegado al Saloon, por cierto? Bah, qué importa, supongo que regresé cuando estaba borracho perdido simplemente por instinto, no sería la primera vez.

 

            Cuando estamos desayunando aparece Ebon por la puerta, mi viejo compañero de negocios. Nos dice que vayamos con cuidado por si nos están escuchando, y le da a Baldwin una carpeta con los tratados de alianza para Santo Tomás y Pedro Tomeo.

 

            El elfo nos pide que dibujemos un emblema para los Rifts Warriors y se lo llevemos a Mek, para que nos entregue estandartes con el logo pintado. Personalmente me parece una gilipollez como una casa, es lo mismo que si nos pusiéramos una diana en el culo. ¡Maldita sea, que somos enemigos públicos de la Coalición! ¿Es que nadie sabe lo que significa la palabra “sigilo”?

 

            En fin... No es mi objetivo cuestionar las órdenes del líder, así que no me inmiscuyo en su decisión. Indira se pone rápidamente a dibujar nuestro nuevo emblema, y a los pocos minutos lo tiene terminado. Lo cierto es que es impresionante, no sabía que Indira dibujara tan bien, pero aun así llamaremos demasiado la atención si vamos con esos emblemas por ahí.

 

            Pasamos toda la mañana reequipando al grupo, siempre acompañados de Daeron, el nuevo tesorero. Es una pena que el Alto Magus haya abandonado su puesto como líder, cumplía muy bien con su cometido, y lo demostró sobradamente en la batalla de la Bahía Negra. Pero también es comprensible, el peso de las muertes de Arik, Rolando y Mune es muy grande. Espero que Baldwin sepa dirigir al grupo correctamente.

 

            Cuando hemos acabado con todas las compras, vamos cansados a comer al Salón. Allí Marie nos sirve un banquete digno de reyes, y una multitud se agolpa a nuestro alrededor. ¡Somos una puta celebridad en DarkGate! Esto puede convertirse en un inconveniente, estamos llamando demasiado la atención.

 

¡Maldita sea, que estamos hablando de la Coalición! No deberíamos jugar con fuego, si vamos por ahí diciendo: “¡Eh! ¡Que somos los Rifts Warriors, héroes locales, y vamos a aplastar a la Coalición!”, los chicos de Prosek se nos echarán al cuello antes de que podamos firmar un puto autógrafo. ¡Maldita sea! ¿Es que Baldwin no se da cuenta de que llamamos demasiado la atención?

 

            Emil nos hace una visita para desearnos suerte, y se muestra un tanto extraño con Erzebeth, aunque ambos muy serios. ¿Qué se traerá el elfo tuerto entre manos? Espero que no pretenda ligarse a Erzebeth aprovechando que Mune acaba de morir, sería muy ruin por su parte, incluso para un elfo contrabandista como él. No tengo nada en su contra, pero en asuntos de faldas el compadreo queda atrás.

 

            Después llega Jack Tanreack, el tecnomago, exigiendo de malas formas a Baldwin ser readmitido en los Rifts Warriors. Baldwin le rechaza, por supuesto, y Tanreack se va enfadado por la puerta del Saloon. Me da algo de pena este hombre, con esa actitud que tiene nunca será bien recibido en ningún sitio, y menos aún en los Rifts Warriors, después de que Maximus muriera por su culpa...

 

            La gente comienza a marcharse, y yo debería hacer lo mismo. He de preparar el hoverfurgón para el viaje que emprenderemos mañana, del que posiblemente algunos de nosotros no salgamos con vida. Pero bueno, es algo que todos tenemos siempre presente, en esta dura vida aventurera la supervivencia nunca está asegurada, y un mal disparo puede acabar con el más fuerte de nosotros en cualquier momento.

 

            Me tiro un buen rato metiendo cosas en el hoverfurgón. Va demasiado sobrecargado, si resulta destruido no tendremos más remedio que abandonar equipo. Lo que deberíamos hacer es comprar otro vehículo de transporte, tal vez un nuevo Mercator... Pero bueno, de momento no hay dinero, espero que cuando completemos esta nueva misión nos den lo suficiente como para comprarlo.

 

            Termino bastante cansado, y me retiro a pasar la noche a mi habitación del Saloon. Posiblemente sea la última noche que duerma en esta habitación en mucho tiempo, o tal vez sea simplemente mi última noche... Aunque prefiero no pensar en eso. El peligro de morir cada día siempre está ahí, pero si me obsesiono con la muerte no disfrutaré de la vida. ¡Y todos vamos a morir tarde o temprano, qué coño!

 

            Me asomo a la ventana de mi habitación, y dirijo la vista al cielo. Está despejado, se ve una infinidad de estrellas. Hay tantas estrellas en el cielo... tantas como granos de arena en el desierto, tantas como personas han muerto bajo el yugo de la Coalición.

 

            Hay muchas, pero aun así están tan lejos... Tan inalcanzables como Erzebeth, mi estrella. Ojalá pudiera alargar la mano y tocar su corazón, ojalá pudiera hacer que se fijara en mí. Pero no puedo, ella es una elfa bellísima mientras que yo sólo soy un D-Bee fucsia. Aunque no pierdo la esperanza, tal vez con el tiempo ella pueda llegar a quererme... Eso sería lo mejor que me podría pasar.

 

            Pero no debo comerme la cabeza con ella, he de tener la mente despejada para la misión que nos aguarda. Si no lo hago, podría dudar a la hora de apretar el gatillo en un momento crítico, y acabar con los sesos desparramados por los suelos. No, lo primero es la supervivencia, eso es algo que sabe todo buen soldado. La supervivencia mía y también la de mi grupo, aunque ello requiera el exterminio de cuantos enemigos sean necesarios...

 

            A veces me pregunto... ¿Por qué es necesario todo este derramamiento de sangre? Todos mueren por una causa, todos matan por un fin justo y necesario, aunque el único fin que dan y encuentran es la muerte. ¡Tiene que parar esta locura, maldita sea! Espero que esta alianza entre DarkGate y los pueblos de los alrededores pueda traer algo de paz a estas tierras, aunque dudo que la Coalición se quede de brazos cruzados. Será toda una carnicería...

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

            Con la mayor rapidez posible, desayunamos y nos preparamos para partir hacia nuestra primera parada, Santo Tomás. Encabeza la marcha la bella Erzebeth con su hovermoto, seguida por la hovermoto del Juicer Striker. Les siguen los tortolitos Geoffrey y María cabalgando sobre sus Arabian, después mi hoverfurgón, pilotado por Baldwin, y por último yo con mi brillante SAMAS plateada... con el emblema de los Rifts Warriors.

 

            Pasamos la mañana viajando junto a las tranquilas tierras de cultivo, y por la tarde paramos a asar unas salchichas. Lo cierto es que me encanta comer a la intemperie, con las estrellas como único techo. Tal vez sea por la emoción de saber que en cualquier momento nos pueden atacar, incluso mientras estamos comiendo, por muy tranquila que parezca esta zona. Hoy en día no se está a salvo en ningún sitio, por desgracia... y menos aún con la Coalición rondando por ahí.

 

            Hago mi turno de guardia, montado en la SAMAS, y después me voy a descansar un poco, satisfecho de que no haya habido incidencias este día. Ya las habrá, de eso no hay duda... Pero estaremos más que preparados para hacerles frente.

 

Mañana del domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

            Todos nos levantamos con los primeros rayos del sol, y desayunamos café y galletas tranquilamente. Hace bastante frío, es lo malo que tienen estas tierras áridas: por el día hace un calor insoportable, pero por la noche el frío se hace bastante intenso, y más en invierno. Se agradece el café caliente para hacernos entrar en calor, aunque no esté tan bueno como el café del Saloon... Pero no puedo quejarme.

 

            Mientras desayunamos, Baldwin nos comenta que durante su guardia escuchó unos extraños sonidos. Sin perder un segundo, me monto en mi SAMAS y activo el radar, pero no encuentro nada. Al parecer Sanakin ha comprobado los registros auditivos de anoche con su computadora, y está de acuerdo con Baldwin en que algo extraño sucede. Será mejor que realice un vuelo de reconocimiento, esto huele muy mal...

 

            Emprendo el vuelo rápidamente, con el radar desactivado para no llamar la atención, y trato de localizar algo sospechoso. No encuentro nada, será mejor que realice una exploración de reconocimiento. Voy a ganar algo de altura a ver si así...

 

            ¿Eh? ¿Pero qué demonios...? ¡Una ráfaga de viento me está haciendo perder el control! Maldita sea, he de descender... Tengo que lograr controlar la SAMAS rápidamente, o me estrellaré contra esas rocas. ¡He de descender rápidamente!

 

            Uff... El peligro ha pasado, he logrado aterrizar justo antes de estrellarme. No habría sido capaz de hacerlo sin mi entrenamiento en la Coalición, todas aquellas duras sesiones pilotando aquella SAMAS de prueba. Pero bueno, ya estoy a salvo, ahora sólo tengo que esperar a que se calme un poco el viento, mientras las rocas con las que casi me estrello me dan cobertura.

 

            Calculo que estoy a un kilómetro del campamento. Bueno, ahora sólo tengo que esperar aquí unos minutos a que pase esta ventisca, estas rocas me protegerán del viento. Un momento... ¿Qué es eso que se aproxima? ¡Una avanzadilla de cinco Simvans cabalgando sobre Ostrosaurios! Tengo que volver al campamento para avisar al grupo, dudo mucho que estas criaturas vengan solas.

 

            Remonto el vuelo y me dirijo a velocidad máxima hacia el lugar donde habíamos acampado. Afortunadamente el viento ya ha dejado de soplar con tanta fiereza, por lo que no tengo ningún problema con el vuelo. Logro establecer contacto por radio sólo con Lara, y le explico la situación para que alerte a todo el grupo. Sin embargo, parece que hay interferencias y no puedo contactar con el resto de los Rifts Warriors... Qué extraño.

 

            Logro aterrizar delante del hoverfurgón, todo el grupo me mira asustado y extrañado mientras doy la alarma. En ese mismo momento, un rayo láser atomiza una roca cercana, y los rugidos de las bestias que se aproximan ya son perfectamente audibles. Comienza la diversión, hagamos un poco de tiro al blanco...

 

            Se aproximan los cinco Simvans a gran velocidad. Le disparo al más cercano con mi rail-gun mientras mis compañeros fallan sus tiros, y logro dañarle severamente su armadura de placas de aspecto arcaico. Geoffrey y Sanakin logran atomizar a dos Simvans, y en ese momento veo que dos de los supervivientes me disparan. ¡Maldición, me han dado!

 

            Comprobando sistemas... Operativos. Comprobando daños... Aceptables. La SAMAS ha sido dañada moderadamente, todavía puedo seguir luchando sin peligro. Sus armas son muy débiles, si me hubieran dado con rifles de plasma seguro que ahora no sería más que un montón de putas cenizas.

 

            Me levanto a duras penas del cráter humeante sobre el que he caído, justo para ver cómo han sido aniquilados todos los Simvans. Tan sólo quedan dos Ostrosaurios vivos, y María la vaquera mata a uno de ellos mientras el otro huye. ¡Es mejor que esté muerto, podría alertar a los demás Simvans! Emprendo el vuelo con la SAMAS, y hago una pasada sobre el animal que está huyendo, descargando cuarenta proyectiles de mi rail gun que lo matan en el acto.

 

            Regreso con el grupo, que ya está desmontando el campamento. Hemos de irnos de aquí lo antes posible, Baldwin dice que si apretamos el paso, llegaremos a Santo Tomás al anochecer. Comemos en marcha, yo estoy algo asqueado porque todavía recuerdo la vez que vomité dentro del casco de la SAMAS, hace ya tanto tiempo, en aquel desastroso combate contra los demonios necrófagos. Pero bueno, agradezco la comida de todas formas, y más teniendo en cuenta que he estado a punto de morir. Si tan sólo los disparos de los Simvans me hubieran impactado de nuevo...

 

            En fin, prefiero no pensar en eso, lo importante es que estoy vivo, coño. Viajamos durante algunas horas, y vislumbramos una gran empalizada de madera recorrida por torres de vigilancia, Santo Tomás. Dos docenas de soldados nos salen al paso, con las insignias del Gremio de Mercenarios de DarkGate.

 

            Un sargento nos ordena que nos detengamos, y Baldwin hace de portavoz del grupo presentándonos como los Rifts Warriors. El sargento Zackara, como se presenta, nos conduce al Saloon de Santo Tomás, permitiéndonos dejar los vehículos y las armaduras de potencia en un garaje adyacente.

 

            Este Saloon no está mal, se parece mucho al de DarkGate, aunque pierde todo el encanto que sólo le puede dar Marie Chatelle. Subimos a las habitaciones a dejar las cosas, y después bajamos a cenar. Tras la tranquila cena, el dueño nos sirve unas copas de brandy de buena calidad, y la gente comienza a retirarse.

 

            Me siento junto al fuego de la chimenea del Saloon, contemplando pensativo el brandy y las llamas. Hoy he estado a punto de morir de nuevo... Y ni siquiera he sido capaz de acabar con un solo enemigo. Si no fuera porque mis compañeros han aniquilado con gran celeridad a todos los Simvans que nos amenazaban, ahora mismo estaría muerto. Pero... ¿tendré tanta suerte la próxima vez?

 

            Está claro que tarde o temprano voy a morir a manos de algún enemigo, es el destino de todo aventurero. Pero bueno, esperemos que ese día tarde en llegar, hasta entonces disfrutaré de cada momento de la vida, de cada instante que se me permita poder seguir en este mundo, aunque sea como un D-Bee.

 

            Ay, Erzebeth... Me encantaría poder decirle algo, pero creo que éste no es el momento más apropiado para ello. Todavía ha pasado poco tiempo desde que murió Mune, y si me insinúo con ella pensará que me estoy aprovechando de la situación. No, las cosas hay que hacerlas bien, tendré que esperar un tiempo hasta que la bella elfa esté un poco mejor de ánimos... En fin, ya es hora de dormir, mañana será otro día.

 

Mañana del domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

            Me despierto en la cómoda cama del Saloon de Santo Tomás. He dormido muy bien después del combate de ayer, que sirvió para desentumecer un poco mis músculos. Bajo a desayunar junto con todo el grupo, café solo y tostadas con mantequilla, por supuesto, aunque no se puede comparar al café de DarkGate... Es lo único bueno que tiene DarkGate, el Saloon.

 

            Ojeamos el periódico local que la camarera ha dejado sobre nuestra mesa, la Gaceta de Santo Tomás. Me llama especialmente la atención un artículo, referente a la cura Juicer de Joseph Prosek II. A mí todo eso de la cura Juicer me parece muy sospechoso... Sé de buena tinta que la Coalición siempre ha estado en contra de los Juicers, los consideran inhumanos. ¿Por qué habrían de ayudarles? ¡Es absurdo! Aquí hay gato encerrado...

 

            Baldwin dice que deberíamos solicitar una audiencia con el gobernante de Santo Tomás, pero no tenemos ni idea de quién es. Esto deberíamos haberlo previsto antes de venir aquí... Sanakin se conecta al netlink local, y descubre que el gobernante es el Rector de la Universidad, Jason Gulden.

 

            Sin más dilación, nos dirigimos hacia la Universidad, que se encuentra en el Barrio Rico. La gente nos mira extrañada por la calle, algo asustada, tal vez sea por las armas que llevamos. Lo cierto es que, si quisiéramos, nosotros solos podríamos conquistar Santo Tomás. ¡Aquí la resistencia es prácticamente nula! Espero que nuestro aviso sirva para poner al pueblo en alerta, porque si no la Coalición será quien venga a sembrar su semilla del caos...

 

            Llegamos a la Universidad, el edificio más grande de todo el pueblo, sin duda alguna. Hay una escalinata llena de estudiantes charlando, pero se quedan mudos al vernos: seguro que no están acostumbrados a recibir aventureros, y mucho menos con nuestro increíble armamento. Es una necedad por parte de la guardia de Santo Tomás el permitirnos llevar las armas por la calle, si quisiéramos podríamos arrasar con todo.

 

            Aparece un bedel por la puerta, que nos trata de muy malos modos, y anuncia a los estudiantes que las clases van a empezar. Los estudiantes entran por la puerta cual marabunta, tras lo cual el bedel nos cierra la puerta en las narices y sigue mirándonos con mala cara. Poco después viene un hombre bien vestido, con aspecto de profesor, y el bedel le permite pasar.

 

            El bedel se va, por lo que la puerta queda sin vigilancia alguna. Baldwin propone que entremos, pero sólo unos cuantos: vamos Baldwin, Geoffrey y yo, y al resto les dejamos nuestras armas.

 

            Subimos por las escaleras, y finalmente logramos encontrar el despacho del Rector Jason Gulden. Geoffrey hace de portavoz del grupo, explicándole que hemos venido en calidad de emisarios para crear una alianza defensiva contra la Coalición, a lo que nos contesta que convocará un pleno extraordinario del Consejo de Administración Escolástica de Santo Tomás, y nos cita para las siete de la tarde.

 

            Volvemos con el resto del grupo, les informamos de lo sucedido, y decidimos comer algo en el campus de la Universidad. A mí personalmente me parece que es abusar de la hospitalidad de esta buena gente, pero en fin... Mientras algunos se van de compras al mercado, yo me quedo tranquilamente tumbado en el cómodo césped del campus universitario.

 

            Santo Tomás es un pueblo demasiado ingenuo. ¿En serio creen que esta paz va a durar mucho? ¡Pero si hemos entrado en la Universidad sin vigilancia alguna, cuando se supone que es el órgano central de la ciudad! Si hemos entrado nosotros, cualquiera podría haber hecho lo mismo para colocar bombas... ¿Es que esta gente no piensa en su propia seguridad? Dudo mucho de que sean capaces de defenderse ante un ataque por parte de la Coalición, seguramente se rendirían todos sin dudarlo.

 

            Espero que logremos hacerles entrar en razón. Comemos tranquilamente, nos tomamos un café y volvemos a reunirnos con el Rector. Éste le entrega a Baldwin el tratado de alianza firmado, aunque advierte que Santo Tomás no intervendrá en defensa de nadie, aunque esté siendo atacado por la Coalición. Maldita sea, ¿qué tipo de alianza es esa? ¿Quiere que le protejan, pero no quiere proteger? En fin, Baldwin acepta, y él es el líder del grupo...

 

            Además, el Rector nos informa de que tenemos los gastos cubiertos en la ciudad para hacer recargas de armamento y reparar armaduras. Me vendrá bien para reparar la SAMAS, el combate contra los Simvans la dejó bastante maltrecha.

 

            Al salir, recojo la SAMAS del hoverfurgón y la llevo al taller de Iron Forge, donde un simpático enano me dice que me tendrá la armadura lista para mañana por la tarde, si se queda toda la noche a trabajar. Es todo un detalle por su parte, la verdad.

 

            Después voy a cenar junto con el grupo al Saloon, y tras la suculenta cena me voy a dormir. Mañana será un día duro, tendremos que partir hasta Pedro Tomeo, de nuevo otro viaje por esas peligrosas tierras... ¿Es que nadie se puede encargar de hacer que viajar sea seguro? Menos mal que vamos armados hasta los dientes, que se lo digan a Sanakin... Un mordisco de Sanakin tiene que doler...

 

Mañana del lunes, día 19 de diciembre de 104 PA:

 

            Tras el desayuno voy al taller de Iron Forge a recoger mi SAMAS, pero el dueño me dice que no estará lista hasta por la tarde, aunque está quedando como nueva. Vuelvo con el grupo, y al mediodía comemos en un restaurante típico de la ciudad. Por la tarde vuelvo y recojo la armadura de potencia, lo cierto es que han hecho un gran trabajo de reparación. La subo al hoverfurgón, y proseguimos nuestra marcha.

 

            A las dos horas tenemos que parar a acampar, pues ya se ha hecho de noche y no es prudente viajar con tan poca luz. Montamos las guardias, a mí me toca la segunda junto a Lara y María. ¡Vaya, qué bien acompañado voy a estar! Lástima que no me haya tocado con Erzebeth, así podría haber intimado un poco con ella...

 

            Me pongo el exoesqueleto y cojo el C-27, mientras hablo junto a mis compañeras alrededor del fuego. Todo parece muy tranquilo, mejor que sea así: no me gustaría tener que volver a enfrentarme con una pandilla de Simvans, es un desperdicio de munición y de armadura, además de un riesgo innecesario.

 

            Un momento, aquí pasa algo raro. ¡He oído un ruído, algo se ha movido! Hum... Esos tres altos árboles negros no estaban ahí antes, estoy seguro... ¡Maldición, es una emboscada! Los tres árboles resultan ser en realidad arañas-árbol, seres realmente monstruosos y gigantescos. Menos mal que cuento con la ayuda de María y Lara... ¿María? ¿Lara? ¡Maldita sea, han huído! ¡Esto es increíble!

 

Shidi: - “¡¡Despertad!! ¡¡Nos atacan!!” –

 

            Confío el que el grupo haya oído mi grito de alarma y venga a ayudarme, porque si no estas arañas acabarán conmigo. Maldita sea, son tres arañas árbol contra mí, estoy solo... Maldición, me atacan las tres a la vez con sus tentáculos gigantes... ¡Arg! ¡Una de ellas me ha cogido por una pierna y ha logrado alzarme en el aire!

 

Afortunadamente logro mantener sujeto el eyector de plasma, ahora probarán lo que es bueno... Una de las arañas vuelve a golpearme, dañando severamente mi exoesqueleto, mientras veo cómo las otras dos se pegan entre ellas. Doblo mi cuerpo para disparar una descarga total de mi C-27... y fallo. ¡Maldición! ¡Como siga así voy a ser comida de araña!

 

            Los malditos bichos vuelven a atacarme, dejando aún más dañada mi armadura, y mientras tanto yo pongo un nuevo E-Clip en mi eyector de plama, con la suerte de que no se me cae nada al suelo. Aunque vaya a morir, al menos me llevaré a una de las malditas arañas al infierno conmigo...

 

            ¿Eh? ¡Alguien ha disparado a la araña y ésta me ha soltado! Mierda, esto está muy alto... ¡Aaaarg...! Bien, he logrado aterrizar de pie, menos mal. A estas alturas mi exoesqueleto ya ha sufrido grandes daños, hemos de acabar con las arañas cuanto antes. Me giro para ver quién me ha salvado, y veo al cibercaballero. ¡Bien por Geoffrey!

 

            La araña recibe un nuevo disparo de otro compañero, y en ese momento lanzo yo una nueva descarga total contra el monstruoso ser, que ésta vez sí impacta. El disparo derriba a la araña-árbol, aunque no logra matarla. ¡Maldición! Estos bichos son duros, pero tarde o temprano caerán...

 

            En ese momento, las arañas empiezan a recibir un impacto tras otro. ¡Eso es que todo el grupo se ha despertado! En cuestión de segundos, dos de las tres arañas quedan completamente atomizadas, y la tercera... ¿Geoffrey? ¿Qué demonios hace? ¡Ha pegado un salto y se ha clavado a la cabeza de la araña con dos espadas psíquicas! ¡Se ha vuelto loco!

 

            Aunque bueno, por otro lado, no tiene sentido gastar munición cuando el único enemigo que queda está a punto de morir. ¡Pero Geoffrey está sin armadura! ¡Un sólo golpe de la araña acabará con él! En fin... Tiro el eyector de plasma al suelo, saco mi vibrocuchillo y me tiro con fiereza hasta el cuerpo de la araña, haciéndole un profundo tajo, pero la maldita araña consigue sobrevivir.

 

            En ese momento, Erzebeth se acerca a la araña muy enfadada, pone su eyector de plasma en la cabeza del ser y aprieta el gatillo, atomizándola en el acto. Eso es una mujer dura, sí señor. Rápidamente cojo mi eyector de plasma del suelo antes de que me lo robe Snich, y veo que Geoffrey se me acerca preocupado.

 

Geoffrey: - “¡Shidi! Tengo que buscar a mi mujer, ¿por dónde se fueron?” –

 

Shidi: - “Por el sur.” –

 

            Señalo al cibercaballero la dirección en la que se fueron Lara y María, y éste se monta en su caballo, pero se cae y se da con una piedra en la cabeza, quedando inconsciente en el suelo. Lo que hay que ver...

 

            En fin, voy corriendo a velocidad máxima con la ayuda de mi veloz exoesqueleto, pese a los daños sufridos, y logro encontrar a mis cobardes compañeras de guardia. ¡Maldición, han caído en unas arenas movedizas! Con un gran esfuerzo logro sacarlas de allí, están muy asustadas, pero se tranquilizan un poco cuando les digo que el enemigo ha sido neutralizado.

 

            Llegamos al campamento, y veo a Erzebeth tratando de curar la herida de la cabeza de Geoffrey. ¡Qué envidia, así también le pego yo un cabezazo a una piedra! María va rápidamente a ver cómo está su esposo, y en ese momento escucho una vocecilla procedente de un cráter humeante, que dice: “¡Sacadme de aquí!”

 

            ¡Es la voz de Baldwin! Sin perder un segundo lo saco de entre los escombros, al parecer ha tenido un pequeño accidente con su arma... ¡La que se ha liado por unas míseras arañas! Vaya, y mi exoesqueleto ha quedado seriamente dañado... Tendré que llevarlo a reparar. ¡Maldita sea! ¿No puedo ponerme una armadura sin que venga un puto D-Bee y me la destroce?

 

            Trasladamos el campamento, y al cabo de unas horas amanece. Desayunamos, y proseguimos con nuestra marcha, aunque esta vez me pongo mi SAMAS: el exoesqueleto está demasiado dañado, y para los viajes prefiero utilizar la SAMAS para poder dar una mayor cobertura al grupo.

 

            ¿Eh? ¿Qué ocurre? ¡Maldición! ¡La arena ha obstruido el sistema de turbinas de la SAMAS, no puedo despegar! Maldita sea, ya es lo que me faltaba. ¿Qué hago yo ahora sin armadura? En fin... Tendré que llevarla a un taller para poder arreglarla, junto con mi exoesqueleto... Hasta entonces no me queda más remedio que ir caminando por el suelo con la SAMAS, no tengo otra armadura en condiciones.

 

            Lara se adelanta con su Sky King para explorar el terreno. Transcurren varias horas sin noticias suyas, y comenzamos a preocuparnos. Logro establecer contacto por radio con la ex-bandida, pero ésta no me responde. Esto me huele a chamusquina, maldita sea... Ya sólo faltaba que la capturasen.

 

            Enfoco los sensores ópticos de mi SAMAS, y detecto una serie de fortificaciones muy sólidas, con grandes chimeneas industriales que lo llenan todo de un asqueroso y viciado humo negro. No puede tratarse sino del pueblo minero de Pedro Tomeo.

 

            Seguimos avanzando, y salen a recibirnos las fuerzas defensivas de Pedro Tomeo. Una veintena de soldados de infantería, acompañados por seis carros de combate pesados y un ‘Borg por capitán, que se identifica como Heavy Duty. Nos identificamos como los Rifts Warrios, y nos escoltan hasta la ciudad, haciéndonos dejar los vehículos y las armas en un hangar. Esto es seguridad, y no lo que hay en Santo Tomás... Pero aun así dudo que este pueblo solo fuera capaz de hacer frente a la Coalición, sigue siendo necesaria una alianza.

 

            Tras pasar por la aduana, que más bien parece un bar, nos encontramos con Lara, Striker y Erzebeth, los cuales nos cuentan lo sucedido. Heavy Duty le hace firmar a Baldwin unos papeles, y después nos informa de que ya podemos caminar libremente por el pueblo, aunque desarmados.

 

            Ponemos rumbo al hospital, y enseguida nos damos cuenta de la mierda de pueblo que es Pedro Tomeo. El ambiente es tan deprimente, con tanta contaminación por las calles y tanta pobreza... Nada que ver con Santo Tomás, se nota que aquí la vida es mucho más dura, aunque por supuesto no creo que se pueda comparar ni remotamente a los suburbios de Chi-Town...

 

            Llegamos al hospital, y solicitamos ver a los ciberdoctores, que al parecer son los que cortan el bacalao en Pedro Tomeo. Una enfermera nos dice que el Doctor Andy Uber nos recibirá enseguida, y que ya ayudó a un compañero nuestro... Emil el Corsario.

 

            Nos conduce a un despacho, donde nos reciben amablemente dos ciberdoctores: Andy Uber y Wayne Willis. Ambos llevan varios implantes cibernéticos, uno de ellos incluso tiene cuatro brazos... Es algo muy extraño, sobre todo a la hora de darles la mano. Pero bueno, yo soy fucsia, tampoco soy quién para criticar a nadie por su número de brazos.

 

            Estamos un rato hablando con el Doctor Uber, que nos explica que las defensas actuales de Pedro Tomeo son las máximas que pueden conseguir. Baldwin expone al ciberdoctor nuestro plan de ir a liberar Angstville, a lo que nos responde que le gustaría ayudarnos, pero la solución no está en sus manos. Y eso que tiene cuatro...

 

            Nos dice que deberá debatirlo en un consejo, y que deberemos esperar un par de días a que nos dé una respuesta. Hasta entonces, tenemos los gastos de alojamiento pagados en el Saloon de la ciudad, pero por cortesía no pregunto si me pueden reparar gratis las armaduras.

 

            Si tuviera un puto crédito las mandaría reparar, pero como no es así... Tendré que esperar a que las cosas nos vayan mejor, o al menos a que volvamos a pasar por Santo Tomás, en el taller de Iron Forge, donde estamos subvencionados por el gobierno de la ciudad.

 

            Pasamos unos cuantos días perdiendo el tiempo, jugando al poker en el Saloon y charlando, a la espera de una respuesta por parte del ciberdoctor.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA:

 

            Después de la comida, nos vienen a buscar para decirnos que vayamos a una reunión con el Doctor Uber. Vamos a su despacho, y nos entrega satisfecho el tratado de alianza firmado, además de una gran caja alargada, un yelmo avanzado de comunicaciones y una tarjeta magnética en la que está escrito: “Iron Hammer #3”.

 

            Insinúa que encontraremos un tanque robado en medio del desierto, bajo una tela de camuflaje. Mi increíble deducción me hace sospechar que será ni más ni menos que un Iron Hammer, un estupendo carro de guerra. También nos informa de que el Capitán Heavy Duty estará dentro de poco “de maniobras” cerca de Angstville con su lanzamisiles Iron Bolt.

 

            ¡Vaya, esto son noticias fabulosas! Con un armamento semejante, tendremos una posibilidad real de partirle el culo a esos cabrones de la Coalición. ¡Angstville será libre de nuevo!

 

            Recogemos nuestras cosas del Saloon, y nos ponemos en marcha. Al salir de la ciudad encontramos a Heavy Duty apoyado sobre el Iron Bolt, que nos saluda con complicidad. Es un alivio saber que todavía queda gente dispuesta a luchar por lo que cree.

 

            Sin más dilación, partimos rumbo al desierto. Tal vez con algo de suerte nos encontremos algún que otro Iron Hammer robado... ¡La Coalición va a morder el polvo!

 

ACCIONES FUTURAS:

 

  • Usar mi SAMAS pese al hecho de que está averiada, aunque trataré de limpiar las turbinas en la medida de mis posibilidades para minimizar riesgos.
  • Cubrir la retaguardia al grupo y tratar de no explorar el terreno yo solo, un fallo crítico de la SAMAS en el desierto podría acabar con mi vida.
  • Liberar Angstville.
  • Ligarme a Erzebeth.

 

Fin del turno 44 de Rifts de James Theodore Shidi.

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18/07/2016, 19:52
Rifts Warriors Legacy.

Baldwin King: Rifts: Turno 44:

 

Mañana del Jueves, 15 de Diciembre de 104 PA.

 

Abro los ojos lentamente, como si de mis párpados colgasen todas las responsabilidades que implica ser líder e hiciesen tal fuerza que ni todas las drogas de mi bio-computadora fuesen suficientes para calmarme. He pasado una noche horrible, a pesar de los somníferos que me fueron administrados. Supongo que pensar es malo, demasiado malo, y que una de las razones más poderosas que me llevaron a convertirme en Juicer fuera precisamente eso, pensar lo mínimo indispensable, buscar la acción por encima de todo para mantenerme entretenido.

 

Ser un Juicer no es fácil, no hace mucho tiempo que lo soy y ya he descubierto la multitud de ventajas y desventajas de un ser como yo. Una de estas desventajas es la proximidad de una muerte tan horrenda que he decidido pedir a alguien del grupo que cuando llegue mi Última Llamada acabe rápidamente con mi sufrimiento. No me asusta la muerte, me río de ella a la cara, sólo me asusta no poder seguir siendo como soy ahora, tener que retirarme de la vida aventurera y sufrir un día tras otro hasta que la muerte me alcance. No quiero que eso me pase nunca, por eso si sobrevivo a todos los combates que me queden me gustaría poder descansar en paz.

 

Me desperezo lentamente, no tengo ninguna prisa por levantarme, ni siquiera tengo hambre y es muy raro... ya es la hora de desayunar. La posibilidad de una “cura” para los Juicer me pone nervioso, el anuncio por parte de la Coalición me parece esperanzador, pero no sé hasta que punto puede ser cierto, espero cualquier tipo de treta por su parte, ya vi lo que eran capaces de hacer en el Condado de Markeen. Son seres sucios y rastreros, de la peor calaña. Siempre había permanecido al margen de todo lo relacionado con ellos.

 

La verdad es que he vivido en una especie de burbuja dentro de Los Álamo y es ahora cuando empiezo a descubrir el mundo que me rodea, como si fuese un niño que empieza a ser consciente de su entorno. Yo empiezo a ser consciente de los valores de verdad y justicia, de las proezas que la determinación por ayudar a los demás puede lograr, unos valores que ya estaban presentes en el grupo antes de que me uniese a él, por los que combatió mi hermano Solomon y mucha más gente antes que yo. Grandes héroes que murieron en silencio, sin ser reconocidos por nadie excepto por los demás miembros de los Rifts Warriors, hombres y mujeres que sólo son recordados por nosotros mismos y que permanecen vivos en nosotros, dándonos valor y fuerza en los momentos de flaqueza, perdurando con el tiempo como seres omnipresentes a los que imitar.

 

Sé que nunca podré llegar a ser como Sir Maximus, aquél gran líder que tuvieron antiguos miembros del grupo. No llegué a conocerle en persona, pero desde que parte del espíritu de mi hermano vino a formar parte de mí siento que en algún momento de sus vidas se cruzaron y todo cambió para ambos. Él era la personificación de todo lo que he comentado y aunque no pueda ser como él, intentaré por todos los medios que el pabellón de líder quede bien alto, como ha estado siempre.

 

Mi mente sigue divagando en estos temas mientras bajo las escaleras, un buen café me sentará bien para despejarme y volver a estar al cien por cien. Varios Rifts Warriors pululan por el lugar y poco a poco nos vamos concentrando en nuestra mesa, ya somos un grupo bastante numeroso y nuestro aspecto es muy fiero, estoy seguro de que muchos bandidos se lo pensarían dos veces antes de entrar en combate con nosotros. Yo lo haría.

 

En la calle alguien grita: "¡El Caballero Azul! ¡El Campeón Azul ha vuelto!" y un clamor popular se alza. Sé perfectamente de quién se trata, sólo conozco un caballero azul, Sir Geoffrey Mournfolk, alguien muy parecido a Sir Maximus en cuanto a principios, me pregunto qué estará haciendo por aquí, puede que se haya enterado de nuestra estancia en DarkGate y venga a visitarnos. Junto a él viene su esposa María, tan sonriente como siempre. Los dos entran en el Salón y se sientan con nosotros, quieren volver a formar parte de nuestro grupo, al igual que Lara Stone. Todos son admitidos sin problemas, faltaría más, todos tienen un brazo fuerte que puede ayudarnos ante cualquier problema.

 

Pasamos a discutir lo que haremos a continuación, este es un mundo caótico en el que siempre hay alguien que necesita ayuda y mientras eso ocurra los Rifts Warriors no podemos estar inactivos.

 

Entre las opciones que se nos presentan, como investigar el tema de la “cura Juicer” de la Coalición o liberar al pueblo de Angstville de la amenaza de la Coalición, nos decantamos por lo segundo. Todos creemos que es prioritario y de vital importancia. No podemos ir a la zona y atacar abiertamente, tampoco creo que podamos hacer una incursión y atacar desde dentro, lo mejor será hablar con las autoridades de DarkGate por si nos ofrecen alguna solución al dilema. No creo que tengamos ningún problema ya que nos hemos hecho relativamente famosos en los últimos meses. Nunca llegué a pensar que nos convertiríamos en una especie de héroes para la población de la zona cuando me uní al grupo en el Valle de los Dinosaurios.

 

Es en ese momento, mientras me hallo en lo más profundo de mis divagaciones, cuando el Alcalde Winston Marble entra en el Salón para hablar con nosotros. Nos hace un montón de propuestas estúpidas como cambiar el nombre al grupo y una interesante: hablar con el Consejo Regente de DarkGate. Nunca he tomado demasiado en serio a este hombrecillo, tiene toda la pinta de ser alguien que sólo desea ser Alcalde para sentirse importante y aun así no lo es. La figura del Alcalde debe ser algo así como el puesto para dar cierta imagen a la ciudad, ya que los que en realidad tienen el poder son los miembros del Consejo Regente. Es una pena que esta ciudad sea tan independiente, tan segura de sí misma, encerrada tras sus defensas pensando que nadie podrá entrar, habría que hacer algo para cambiar su mentalidad, porque si se diese el caso de un ataque de la Coalición, esa mentalidad sería su debilidad.

 

El Sheriff Aldon Pearce nos viene a buscar al Saloon y nos pide, serio como siempre, que lo sigamos, que la reunión con el Consejo Regente de DarkGate empieza en una hora. Bueno, es hora de demostrarle a ese inútil del Alcalde de que están hechos los Rifts Warriors. Al cabo de una media hora de caminata, llegamos a la Sala del Consejo. Cada uno de los Rifts´s toma asiento mientras esperamos la presencia de las personas más importantes de DarkGate.

 

Es hora de que los integrantes del Consejo escuchen el plan de unir a todos los pueblos de la zona en una alianza estratégica contra los coalicionistas de Angstville. Obviamente, los Rifts Warriors tomarán parte de esa alianza y haremos todo lo que podamos para expulsar a la Coalición de la zona, pero sólo después de forjar la alianza.

 

Poco a poco van entrando a la sala los integrantes del Consejo. Noto como el Sheriff se sienta en una silla, dándonos la espalda en una clara señal de desafío. Juro que si regreso de Angstville con vida, arreglaremos ciertas cuentas pendientes, Aldon Pearce. La reunión da comienzo, pero al poco tiempo, se convierte en un desastre. Las opiniones de algunos de los Rifts´s más antiguos, disienten claramente con las mías. ¿Es que no entienden el verdadero plan? Los integrantes del Consejo Regente, se quedan boquiabiertos al ver la falta de armonía en las opiniones del grupo y, poco a poco, se van levantando y retirándose de la sala.

 

Lord Akemius es el que queda al mando del Consejo, por ser en el que todos, depositaron su voto. El mago, nos dice que tendrá los tratados de la Alianza preparados para mañana y que, además, colaborará con la suma de dos millones de créditos para financiar la campaña.

 

Salgo realmente confundido. No entiendo nada de lo que ha pasado allí dentro. ¿Soy un mal líder? ¿Cómo podemos tener opiniones tan enfrentadas? ¿Miedo a luchar? Claro que no tengo miedo a luchar, pero primero debo lograr la alianza. No quiero fallar en la expulsión de los coalicionistas de Angstville y que los pueblos queden sin protección.

 

Mañana del Viernes, Día 16 de Diciembre de 104 PA.

 

Me encuentro en el Saloon junto con los demás Rifts Warriors. Creo que ya es hora de explicarles el plan. Sanakin entra al Saloon con su flamante eyector pesado de plasma y se sienta en unos bloques de acero macizo, especiales para Full ´Borg. Les pido a mis compañeros su atención, y cuando todos posan sus miradas en mí, comienzo a explicarles el plan a seguir para forjar la Alianza de pueblos y expulsar a la Coalición de Angstville.

 

Cuando termino con la explicación, el elfo Ebon, entra al Saloon con un maletín y una clara sonrisa en su élfico rostro. Se sienta junto a nosotros y nos muestra el contenido del maletín. En el, puedo ver asombrado, una serie de fajos de billetes de mil créditos. ¡La ayuda de Akeimus! Ebon nos dice que deberíamos tener un emblema, algún tipo de escudo que nos identifique como Rifts Warriors. Los integrantes de los Rifts, comienzan a dar su opinión acerca de la forma del emblema, que una grieta, que una espada, que de color azul, que de color dorado. Así durante más de una hora.

 

Ebon se despide de nosotros diciendo que cuando tengamos listo el diseño, lo llevemos al taller de Mek que allí se encargarán de entregarnos unos flamantes estandartes y escudos personales. Bien. El plan de DarkGate parece estar funcionando a la perfección. Con unos escudos y estandartes de los Rifts Warriors, la Coalición no se enterará que pertenecemos a una alianza de pueblos y no podrá tomar represalias contra los integrantes de la alianza secreta.

 

Ahora tenemos que armarnos hasta los dientes. El viaje a forjar la alianza no será un paseo por el campo y no tengo ninguna intención de tener alguna baja antes de atacar Angstville. Todos los integrantes del grupo, nos dirigimos a la tienda de armamento de DarkGate. Allí, todos y cada uno, compramos las armas y los cargadores que necesitamos para la misión. Cuando finalizamos el aprovisionamiento, salimos hacia el Saloon para almorzar. La gente en la calle murmura cosas como que los Rifts salen de misión, que vamos a masacrar a la Coalición nosotros solos, y otras cosas por ese estilo.

 

Cuando estamos almorzando, muchos de los antiguos integrantes de los Rifts Warriors se acercan a nosotros para desearnos suerte, salvo Tanreck que nos pide dos millones de créditos para terminar su proyecto y unirse a nosotros. ¡Está completamente loco! ¡Que no se nos acerque! En ese momento, Alexa se nos acerca y, tras saludarnos, saca un mazo de cartas y me pide que saque una.

 

Extraigo una carta del montón, y ella comienza a observarla. Al cabo de un rato, la pitonisa me dice que en la misión habrá muerte y destrucción, pero no sabe quienes son los que serán destruidos. ¡Bah, menuda adivina! Eso lo puedo conjeturar yo al ver en qué nos metimos. Siento una pequeña mano que me toca el hombro desde atrás. Cuando me giro, observo a un pequeño niño con un papel y un lápiz en la mano.

 

  • “Señor King, ¿podría darme su autógrafo?” –

 

  • “¿Señor King? ¡Ja! Hace mucho tiempo que no me llamaban así pequeñazo. ¿Cómo te llamas?” –

 

  • “Ernesto señor”. –

 

  • “Bien Ernesto. Primero no me llames señor, llámame Baldwin. Dame ese papel”. –

 

            ¡Ja! En la vida me hubiese visto firmando un autógrafo. ¿Qué hora es? Joder, qué tarde se nos ha hecho. Será mejor que descansemos bien hasta mañana y, por la mañana temprano, partamos hacia Santo Tomás a comenzar nuestra misión.

 

Mañana del Sábado, Día 17 de Diciembre de 104 PA.

 

            La salida de la ciudad es la más bulliciosa que hemos tenido nunca. Si queríamos pasar desapercibidos, ya no podremos. La gente nos espera a la salida de la misma, gritando y vitoreando nuestro nombre, por todos los sitios, la gente nos hace fotos, nos pide autógrafos. Menos mal que estoy dentro del camión y nadie me puede molestar aquí, pero, aún así, la gente se agolpa frente al camión e impide que avance deprisa.

 

            Tras una hora para lograr salir de la ciudad, podemos viajar a toda potencia hacia la ciudad de Santo Tomás, nuestra primera escala para formar la Alianza. Nuestra formación es la de siempre. Shidi y Lara sobrevuelan los cielos buscando enemigos. Erze y Striker1777 viajan en sus hovermotos delante del conboy, oteando la vanguardia como exploradores. Los dos Cyborgs pesados, viajan a pie a los flancos junto con los caballos de Geoffrey y Maria. Los demás, están dentro del hoverfurgón junto conmigo.

 

            Después de varias horas de viaje, comienza a anochecer. Rápidamente montamos un campamento y organizo las guardias para toda la noche, en grupos de tres personas por una guardia de dos horas. Me retiro a descasar, tras comer un poco, ya que mi turno de guardia es el último de todos.

 

            Cuando me toca mi guardia, preparo mi eyector pesado de plasma y me dirijo hacia uno de los puntos altos de la zona para poder ver bien todos los accidentes del terreno. No deseo que nos sorprendan los enemigos en el momento más inoportuno. La guardia transcurre con total normalidad, sin embargo, casi al final de la misma, desde la lejanía, escucho una serie de gritos bestiales. Hum... creo que tendremos problemas dentro de muy poco.

 

            Mis compañeros ya han comenzado a preparar el desayuno. En ese momento Sanakin se acerca hasta mí y me pregunta acerca de los sonidos de hace un momento. Le explico al ´Borg que es muy probable que tengamos compañía en algún momento del día. Sanakin Goldman, un espectacular Full Conversión ´Borg preparado para la guerra, asiente y se aleja con su eyector pesado a comer un poco de sus papillas olorosas.

 

            Me acerco al fogón y comienzo a desayunar con mis compañeros. Sir Geoffrey también está preocupado por esos rugidos de la madrugada y me lo hace saber. Una fuerte ráfaga de viento comienza a levantar arena y polvo. Decido que es mejor que nos alejemos antes de que una tormenta de arena nos alcance y raudos, desmontamos el campamento para seguir con el viaje.

 

            Cuando tenemos todo desmontado, la tormenta ya se encuentra sobre nosotros. James decide subir a los cielos e investigar la vanguardia antes de que comencemos a avanzar. J.T. remonta vuelo y se pierde en la lejanía. Al cabo de unos minutos, y antes de emprender el viaje, trato de comunicarme por radio con Shidi para que me informe si el camino se encuentra despejado, pero solamente escucho estática en la radio. La tormenta impide las comunicaciones.

 

Siento como si una gran maza golpeara el hoverfurgón desde el lado de fuera. Abro lentamente la ventanilla del conductor y una gran cantidad de arena espoleada por el viento cálido del desierto comienza a entrar en el habitáculo medioambiental. En ese momento, una cara por lo demás conocida aparece en mi campo de visión. Es la cara de Sanakin Goldman, metálica, fría, sin expresión.

 

  • “¡¡¡Baldwin, nos atacan!!!” –

 

Demonios. Mis cálculos no fallaron... tenemos problemas y por la excitación de la voz de Sanakin, de los gordos.

 

  • “Todos a vuestros puestos de combate... tenemos compañía. Daeron, quedas al mando en el camión, yo salgo a cubrir a los demás. Trata de comunicarte con Lara o con Shidi”. –

 

Un grito de guerra. Un sonido gutural. Otro grito. Mi bio-computadora sabe que es lo que pasa, mucho antes que yo pueda reaccionar y en una diezmilésima de segundo, despliega por mi torrente sanguíneo varios miligramos de adrenalina que hacen funcionar mi cuerpo al 200%. Más veloz que una ráfaga de iones, mi cuerpo sale disparado, ayudado por las drogas, hacia fuera del camión. Tengo un eyector pesado en mis manos listo para disparar.

 

Al salir del camión, logro ver completamente la escena. Cinco criaturas monstruosas, que cabalgan sobre dinosaurios, se aproximan a nosotros con sus rifles listos para acribillarnos. Nuevamente, mi bio-computadora reacciona mucho más rápido que mi mente, inyectándome una buena dosis de un cóctel de dos medicamentos. El Danantizol, un derivado químico de la hormona T3 que regula la tiroides, hace que mi cuerpo se relaje para que mi puntería no se vea afectada por mi velocidad. El Propranolol viaja por mi torrente sanguíneo hasta llegar a mi corazón. Allí, se difunde por todo mi músculo cardiaco hasta llegar a la inervación intrínseca del mismo, haciendo que mis pulsaciones y mi respiración, excitadas por la adrenalina, se tornen suaves y rítmicas.

 

Apunto y disparo. ¿Qué demon...? Mi arma comienza a temblar en mis manos y a volverse caliente como un carbón encendido. Lentamente, el eyector se vuelve blando, como si estuviese hecho de gelatina y comienza a fundirse. Rápidamente lo arrojo al suelo, antes de que mis manos se fundan con el arma y giro mi cabeza para ver qué sucede con mis compañeros. Sir Geoffrey atomiza a uno de esos Simvan, mientras que Sanakin hace lo propio con otro. Los demás se ensañan con uno de los tres que quedan, acribillándolo mediante ráfagas de iones y de rail gun.

 

Comienzo a buscar entre mis pertenencias alguna otra arma con la que defenderme, pero en ese momento una explosión de plasma hiperecalentado me aturde y ciega mis ojos por unos segundos. Cuando la explosión se disipa, sólo veo a la gran mole metálica de Sanakin de cuyos hombros salen unas volutas de humo. No queda ningún rastro del enemigo, solamente una montura herida que emprende la retirada. Sin embargo, no llega muy lejos, ya que es acribillada por varias ráfagas de Rail Gun del Sky King de Lara y de la SAMAS de Shidi.

 

La batalla ha concluido con una gran victoria de los Warriors. Erzebeth se acerca a mí y me dice que ella conoce un camino que podríamos tomar para evitar a los demás Simvans y llegar a salvo a Santo Tomás. Les grito a todos que nos vamos cagando leches y rápidamente, nos ponemos al mando de Erzebeth, que nos guía sacándonos del peligro.

 

Tras un día de viaje, ahora comienza a anochecer. A lo lejos en el horizonte, se comienzan a distinguir una serie de luces y fuegos, en lo que parece ser una empalizada defensiva. Lentamente avanzamos hacia ella y cuando nos encontramos a unos cincuenta metros, unos soldados nos salen a nuestro encuentro pidiéndonos que nos detengamos y nos identifiquemos.

 

Bajo del hoverfurgón y me presento al Sargento que comanda el batallón. El Sargento Zachara se queda sorprendido al ver que somos los Rifts Warriors y nos invita a pasar a Santo Tomás explicándonos que como Santo Tomás es una ciudad pacífica, no se permiten armas y que debemos dejar todas nuestras armas y armaduras en el deposito del saloon.

 

En pocos minutos, todos, menos Sanakin y Briaeros, nos despojamos de nuestras armaduras y armas. También, nos asignan habitaciones a cada uno para que podamos dormir. Cuando llego a mi habitación, no llego a quitarme la ropa, por lo que caigo rendido en la cama y me duermo.

 

Mañana del Domingo, Día 18 de Diciembre de 104 PA.

 

Lentamente, mi bio-computadora me inyecta un poco de droga para lograr despertarme. Mi cabeza todavía me da vueltas. Salgo del cuarto y bajo a desayunar. En el saloon me encuentro con Shidi que está leyendo un periódico y a Sanakin que mira no sé qué en sus pantallas. La camarera comienza a llenar la mesa con café y diversos bollos, de los cuales voy dando cuenta a medida que van llegando los demás aventureros a desayunar.

 

Mientras desayunamos, me pongo a pensar cuál será el lugar donde se encuentre el gobierno de esta ciudad. Sanakin y Shidi responden a mi pregunta explicándome que es en la Universidad donde se encuentra el Consejo de Gobierno de Santo Tomás. Bien. Entonces al terminar de desayunar nos pondremos en camino de la Universidad... pero ¿dónde estará?

 

Salimos del saloon y comenzamos a recorrer la ciudad. Pasamos por el barrio de los comerciantes, donde encontramos muchos establecimientos atendidos por una diversa variedad de seres. Seguimos avanzando, y poco a poco, las casas de clase media, van convirtiéndose en unas casas de personas más pudientes. Al final del barrio de los ricos, un gran claro se abre en la ciudad. Al final, se alza un gran edificio de piedra de donde entran y salen más de una docena de alumnos por minuto.

 

Avanzamos hacia la Universidad y entramos en ella. Un hombre un poco nervioso nos recibe pidiendo que nos identifiquemos y que le digamos cuál es el motivo de nuestra visita a la universidad. El hombre, que se presenta como uno de los bedeles del centro de enseñanza, nos mira completamente absorto. Bueno, él no tiene la culpa. En una Universidad donde sólo he visto humanos, no es muy difícil quedarse estupefacto ante un grupo tan variopinto como el nuestro.

 

Me adelanto a los muchachos y me presento al bedel. Le explico que somos los Rifts Warriors y que queremos ver al Rector de la Universidad. El bedel nos explica que el despacho del Rector se encuentra en la primera planta de la facultad y que esperemos mientras él averigua si nos puede recibir. El extraño bedel se retira y al cabo de un par de minutos regresa hasta nosotros diciendo que el Rector nos recibirá gustoso.

 

Sanakin me dice que va ser mejor que él no suba por esa escalera de piedra, ya que no quiere que pase lo mismo que en el Saloon de DarkGate y el Full Conversión ´Borg se aleja de nosotros maldiciendo las estructuras SDC de Santo Tomás. María, Geoffrey y Shidi suben conmigo las escaleras mientras los demás se quedan en el vestíbulo.

 

Acompañamos al bedel hasta unas ornamentadas puertas de la primera planta. El bedel abre las puertas y deja que pasemos, cerrando las puertas cuando estamos todos dentro. La antesala del despacho del Rector es magnifica. Cuadros con retratos de eruditos, junto con diplomas penden de las paredes. Cerca de una ventana puedo ver una estantería de cristal con una serie de trofeos y medallas que son con seguridad, premios ganados por los alumnos de la Universidad.

 

Una hermosa secretaria nos mira seria y nos pregunta qué es lo que queremos. Sir Geoffrey, con su habitual caballerosidad, le explica a la señorita que tenemos intenciones de concertar una entrevista con el Rector de la Universidad. La secretaria nos anuncia por el intercomunicador y una voz desde el otro lado de la línea le pide a la señorita que nos haga pasar.

 

Cuando paso al despacho del Rector, la antesala parece un depósito de basura. Todo el despacho del Rector está adornado con cuadros con marcos dorados, grandes estatuas de mármol, pequeñas estatuas doradas cuyo valor no quiero imaginar y una enorme biblioteca repleta de libros antiguos. Frente a mí, se encuentra el escritorio del rector, con él sentado en una gran silla que se parece más a un trono y a sus espaldas, una gigantesca ventana que da a un gran prado verde.

 

El Rector de la Universidad nos ofrece asiento y se presenta como Jason Gulden. Cada uno de nosotros nos presentamos mientras el Rector Gulden acomoda los papeles que tiene sueltos en su mesa. Sir Geoffrey toma la palabra y comienza a explicarle al Rector el motivo de nuestra visita. Jason Gulden no parece comprender al principio nuestra proposición, pero tras tan clara explicación del Cyber Caballero, parece por fin entender el motivo de nuestra visita.

 

Al final, el Rector nos dice que tendrá que llamar a una sesión extraordinaria al Consejo para evaluar nuestra propuesta de alianza con DarkGate y nos pregunta si podemos regresar a las siete de la tarde para que recibamos una respuesta. Todos asentimos y tras estrecharle la mano al Rector Gulden nos retiramos. Mientras estoy cruzando la puerta de la rectoría, escucho a Geoffrey que le pide permiso al Rector para visitar los hermosos prados que se ven desde la ventana de su despacho y el Rector, encantado, le otorga el permiso.

 

Pasamos toda la tarde haciendo tiempo recorriendo el pueblo. Mientras caminamos, un grupo de reporteros de no sé qué canal se nos acercan pidiéndonos un reportaje. Yo sigo caminando como si nada, pero Larita Stone, muy fuera de sus cabales, le arroja una de las hamburguesas que ha comprado en el mercadillo al camarógrafo. Hum... ya tenemos nuestro espacio televisivo contratado... espero que a los del Consejo no les guste ver la TV.

 

Continuamos con nuestro recorrido turístico, dejando atrás al enfadado periodista, hasta llegar a los verdes prados que se encuentran detrás de la facultad. El bedel, el mismo de antes, se muestra reticente a dejarnos paso, pero la amabilidad de Geoffrey y el permiso del Rector lo hacen cambiar de parecer. El bedel nos abre las puertas del Campus Universitario y los Rifts entramos en él. Rápidamente cada uno va tomando posiciones. Sir Geoffrey se aleja con su esposa María, al mismo tiempo que Daeron hace lo propio con Indira. Lara se ha ligado a uno de los estudiantes, así que no tengo nada que hacer por allí.

 

Creo que lo mejor será que me tumbe a mirar las nubes pasar y a esperar que den las siete de la tarde para ver qué demonios han decidido los estirados del Consejo Escolástico de Santo Tomás. Mi Bio-Computadora comienza a chutarme un poco de una droga miorelajante y lentamente comienzo a adormilarme. Las nubes blancas sobre el cielo azul celeste son un espectáculo realmente relajante. Mis sentidos comienzan a escuchar es suave trinar de los pájaros y el leve croar de las ranas en el estanque...

 

Cerca de las siete de la tarde, mi computadora comienza a dejar de inyectarme las drogas para relajarme y lentamente me despierto. Creo que el Consejo ya habrá tomado una decisión acerca de la propuesta de DarkGate. Me levanto de la fina hierba, recojo toda la basura de mi alrededor y la arrojo a una papelera. Todos los que estamos en el campo, nos dirigimos raudos al despacho del Rector donde éste nos recibe con una gran sonrisa.

 

El Rector saca el tratado de dentro de una carpeta y coge una pluma. Nos explica que sólo firmará el tratado si la Coalición es expulsada de Angstville y si y sólo si, Santo Tomás no se ve involucrada en esa guerra particular. Sir Geoffrey es el primero en contestar diciendo que Santo Tomás no se verá implicada en ninguna acción que los Rifts Warriors emprendan contra la Coalición. El rector Gulden medita por unos segundos para después, estampar su firma en la base del tratado de alianzas.

 

Me acerco al Rector y mientras estrecho su mano, le digo que no tiene nada que temer, que Santo Tomás está a salvo de cualquier represalia de la Coalición. Jason Gulden asiente y nos dice que si tenemos cosas que reparar o que recargar alguna arma, los costes correrán todos al Fondo para la Expansión Agraria. Cada uno de los Rifts Warriors le da la mano al Rector Jasón Gulden y lentamente nos retiramos de su despacho.

 

James me explica que su intención es llevar su SAMAS al taller de Iron Forge a que se la reparen y que él calcula que la reparación estará lista mañana por la tarde. Viendo esto, les digo a los demás que nos tomaremos libre el día de hoy y mañana por la tarde, comenzaremos nuestro viaje hacia Pedro Tomeo.

 

Las 4 de la tarde del lunes, 19 de Diciembre de 104 PA.

 

            Estamos todos listos para partir hacia Pedro Tomeo. Salimos rápidamente de Santo Tomás y lentamente vamos dejando atrás los sembrados y las casas que rodean la ciudad. Al cabo de una hora de viaje, a lo lejos, se pueden divisar las ruinas que al llegar ha visto Sanakin. Las ruinas pertenecen a una antigua ciudad anterior a las Grietas y de donde Santo Tomás extrae todos sus objetos arqueológicos.

 

            Al llegar la noche, decidimos montar un improvisado campamento para poder pasar la noche. Las guardias son como la noche de los Simvans. Me coloco junto al fuego, junto con mi C-14, a esperar que los de la tercera guardia me despierten y lentamente me sumo en un profundo sueño reparador...

 

            ¡¿Qué es esto?! La adrenalina inyectada por mi bio-computadora comienza a fluir por todo mi sistema circulatorio a una velocidad de vértigo. Todavía no es tiempo de mi guar... ¿pero qué demo...?

 

  • “¡¡¡Shidi!!! ¡Aguanta amigo!” –

 

            Cojo veloz cual rayo mi rifle láser C-14 y salgo corriendo hacia donde está James. Al llegar, tres gigantescas arañas árbol están atacando a varios de mis compañeros. Debo hacer algo. Coloco el selector de mi rifle en descarga total y disparo a uno de esos horribles bichos. Nuevamente, esa sensación de Deja Vú me invade. Por un momento se cruza por mi mente la imagen de mi eyector fundido, pero en cambio, el disparo sale recto hacia una de las arañas, haciéndola caer.

 

            En ese momento, Briaeros dispara con su eyector pesado de plasma a la araña más herida atomizándola en millones de partículas sub-atómicas. Erzebeth sale disparada de la tienda y con su arma atomiza a la otra araña. Ya sólo nos queda una araña que destruir. Veo como Sir Geoffrey suelta su eyector al suelo y sale corriendo hacia la araña. A medida que avanza, de sus manos, comienzan a aparecer un par de espadas psíquicas muy conocidas por mí, y con estas golpea a la araña hasta dejarla atontada.

 

            Saco uno de mis cargadores de repuesto y cargo mi C-14 mientras que el Cyber Caballero continúa golpeando a la araña con sus espadas de poder. Esta vez, me tomo mi tiempo para apuntar. La sensación de antes no aparece esta vez, entonces, confiado, disparo contra el sucio monstruo... ¿¡Overheat?! ¡¡¡Otra vez!!! ¡Mierda! La descarga total de mi rifle C-14 atomiza el suelo a mis pies abriendo un pozo debajo de mí. Caigo en él, y más de una docena de piedras comienzan a cubrirme.

 

            Trato por mis propios medios de salir del brete en el que yo mismo me metí, pero es imposible. Tan sólo logro sacar una mano fuera del pozo. Comienzo a gritar como un poseso que me ayuden y al cabo de un rato, una mano amiga tira de mí hacia arriba. Cuando salgo, veo que el peligro ha pasado y le agradezco a Shidi su ayuda para sacarme del pozo. Los demás continúan durmiendo como si nada hubiese pasado, así que decido no despertarlos y que sigan durmiendo unas horas más.

 

Martes, 20 de diciembre de 104 PA:

 

            Cuando todos despiertan a la hora del desayuno, comentamos las peripecias del combate. Algunos reímos, los que han quedado dormidos se enfadan porque no hicimos todo lo posible por despertarlos. Sin embargo, al final del desayuno, ya nadie recuerda el combate contra las tres arañas árbol, ahora sólo tenemos en mente poder llegar sin problemas a Pedro Tomeo.

 

            Comenzamos a avanzar hacia Pedro Tomeo. Tras varias horas de viaje, Sanakin nos informa que a lo lejos en el horizonte, divisa varias chimeneas de fábricas. Le pido a Lara, a Erzebeth y a Striker que se adelanten a investigar rápidamente mientras nosotros continuamos con un lento avance. Al cabo de varios minutos más de avance, el grupo de avanzada no da ningún signo de peligro. Es raro... por lo menos tendrían que avisar si está todo despejado.

 

            Proseguimos nuestro lento avance, sin ninguna señal de los exploradores, cuando a lo lejos comienzo a ver una gran polvareda. Aviso a todos mis compañeros por radio que asuman posiciones de ataque cuando de la nube de polvo salen una serie de vehículos blindados pesados acompañados de infantería fuertemente armada.

 

  • "Aquí fuerzas defensivas de Pedro Tomeo, identifíquense forasteros." –

 

            Detengo nuestro avance y bajo del furgón. Me acerco hasta las fuerzas de Pedro Tomeo y me presento como el líder del los Rifts Warriors. La voz metálica de un ´Borg nos dice que lo acompañemos pacíficamente y con nuestras armas en sus fundas. Miro a mis compañeros y todos ellos asienten. Le pregunto al Full Conversión ´Borg qué le ha pasado a nuestro grupo de avanzada, y él me contesta que están todos bien dentro de Pedro Tomeo.

 

            Avanzamos con nuestros vehículos, ahora rodeados por los blindados y las tropas y tras unos minutos, entramos a Pedro Tomeo. Dejo el camión en uno de los hangares de la ciudad y allí veo un fantástico vehículo de artillería móvil Iron Bolt. Caminamos por la ciudad buscando un bar y ¡sorpresa! Dentro del bar encontramos a Lara, a Erze y al elfo juicer tomando unas copas.

 

            En ese momento, Geoffrey me recuerda que debemos encontrar a los Doctores, que según las palabras del Rector de Santo Tomás, son el gobierno en Pedro Tomeo. Entre todos, decidimos no perder tiempo, y comenzar a buscar el hospital central de Pedro Tomeo. En una media hora de paseo, nos encontramos frente a el. Un alto edificio hecho de materiales MDC, con una gran arma antiaérea en su tejado.

 

            Todos los Rifts Warriors entramos al hospital y una bonita enfermera nos lleva hasta el despacho de los doctores Uber y Willis. Cuando entramos al despacho, una pequeña oficina repleta hasta el techo de papeles, los dos Cyber Docs nos reciben sonrientes. El Doctor Wayne Willis nos ofrece un asiento a todos, pero decido quedarme de pie, mientras mis compañeros se sientan, para poder explicarles en qué consiste el tratado.

 

  • “Doctores, mi nombre es Baldwin King y soy el líder de los Rifts Warriors. Hemos venido hasta la ciudad de Pedro Tomeo, en calidad de embajadores de DarkGate, para proponerles formar parte de una alianza de pueblos. El Rector de la Universidad de Santo Tomás ya ha estampado su firma en el documento y ahora queremos hacer participe a Pedro Tomeo en esta Alianza. Además, si los habitantes de Pedro Tomeo deciden aceptar, los Rifts Warriors se comprometen en expulsar a la Coalición de Angstville para siempre, sin que esto le resulte perjudicial a los integrantes de la alianza”. –

 

            Veo como los doctores comienzan a pensar y a deliberar entre ellos. Tras unos minutos, el doctor Willis nos pide que esperemos uno o dos días en el saloon de la ciudad, donde seremos bien atendidos, mientras ellos deliberan en una asamblea popular si aceptan formar parte o no de la alianza. En ese momento, recuerdo el sobre que me entregó el rector Gulden para los doctores. Le entrego el sobre al doctor Willis y estrechando las manos de los Cyber Docs, me retiro junto con mis amigos al Saloon.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA.

 

El Cyber-Doc nos recibe nuevamente en su despacho. Todos los Rifts Warriors están presentes esperando ansiosos la respuesta de los habitantes de Pedro Tomeo. El doctor me entrega ceremoniosamente el papel firmado con la alianza y me estrecha la mano. En ese momento, cuando nos vamos a retirar, el buen doctor nos dice que esperemos un minuto que tiene un par de cosas que decirnos.

 

El Cyber-Doc saca desde debajo de su escritorio una caja mientras nos explica que dentro de ella hay un rifle de precisión que dispara dardos TAG. Nos dice también que los dardos están sincronizados con la frecuencia de los misiles que en este momento están cargando en el Iron Bolt de Heavy Duty, que... ¡Oh casualidad! Estará de maniobras por la zona en un par de días. Además de esa caja, el doctor nos entrega una llave codificada que pone Iron Hammer.

 

La llave, según el doctor, pertenece a un tanque que fue robado de Pedro Tomeo y que seguramente estará “perdido” en el desierto, cubierto por una lona de camuflaje. El médico sonríe, nos mira a cada uno de nosotros y nos dice: - “Ha sido un placer para los habitantes de Pedro Tomeo “denegarle” toda ayuda a los Rifts Warriors”. –

 

Asiento sonriente. Estrecho nuevamente la mano del Doctor y salgo de su despacho. Bien. Es hora de la verdad. Es tiempo de hacer nuestro trabajo. Mientras caminamos al taller donde dejamos nuestras armas, puedo ver como cargan el vehículo blindado del ´Borg con misiles. Una vez en el taller, recogemos todas nuestras cosas y salimos de la ciudad. La formación es la misma de siempre. Erzebeth sobre su hovermoto nos guía. Es hora de masacrar algunos coalicionistas.

 

Fin del Turno 44 de Baldwin King para Rifts.

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19/07/2016, 22:51
Rifts Warriors Legacy.

Lara Stone: Rifts: Turno 44:

 

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

Muchos son los días y muchas las noches pasadas, cuestionando y llenando de razones las dudas que me siguen atormentando. Respiro profundamente y abro las puertas del Salón. He dejado mis armas y objetos personales en el “Grand Garage” de Mek. Sacudo el polvo que llevo impregnado en mis ropas y me encamino a la mesa y rincón preferido en el gran salón. Me coloco al lado de Sanakin Goldman, abro mis ojos cansados por el largo viaje de regreso, y admiro lo brillante que está. Nos miramos los dos, conocemos a fondo el paso de la vida a la muerte y de la muerte a la vida. Le doy unas palmaditas en el hombro y le digo sonriendo: - “Bonito pañuelo de cuello”.

 

Giro mi cabeza y miro y sonrío a Indira cuya hermosura cada día va a más. Le doy un caluroso beso. Y me acerco hacia Daeron, diablos de mago siempre en el limbo, admirando a su mujercita, al cual doy un caluroso abrazo, por él estoy todavía en el mundo de los vivos. Enrojece hasta las orejas. Les pido que me pongan al día en este tiempo trascurrido fuera de los Rifts. Llamo a Marie Chatelle y le ruego que me sirva un café cargado, para esta cabeza mía envuelta en resaca. Debajo de la mesa sale Snich algo perdido y a saber exactamente dónde está. Lo saludo asombrada de verle salir en esas condiciones.

 

Se acerca Erzebeth, y yo me levanto rápida, poso mis manos sobre sus hombros y le digo que cómo le va la vida, sé ahora que su querido Mune murió como un héroe. Las heridas de amor del corazón son difíciles de olvidar. Le pregunto por la pequeña Elsaliath que tiene a su cargo y eso parece consolarla. Cómo me gustaría poder animarla. Vuelvo a mi sitio y comienzo a beber mi café cargado y caliente, y enciendo un pitillo. Charlamos animadamente.

 

Pero qué ven mis ojos, Snich, el extraño ser alienígena se acerca y saluda, yo respondo al saludo y le invito a tomar algo. Él señala su vaso de agua… Uf que pena sólo agua, eso sería mi mayor castigo sin café… sin bebida… Muevo la cabeza para eliminar esos pensamientos. Llegan exclamaciones de fuera. ¿Qué es ese alboroto? Se ha vuelto loca la gente a estas horas tempranas de la mañana. Sólo capto oír entre jaleo: "¡El Caballero Azul! ¡El Campeón Azul ha vuelto!" El grito de Erzebeth aclara mis dudas: ¡¡¡Geoffrey y María!!!

 

Saludamos e intercambiamos emociones y preguntas. Quick se levanta y abandona la sala con ojos brillantes. María es muy bella, agradece mi regalo, (los anillos) lo lleva puesto y me llena de orgullo, con lo cual me sonrojo. Mi alegría es inmensa, desean ingresar de nuevo en los Rifts Warriors como yo. ¿Qué nos hará volver a todos, qué magnetismo guarda este grupo que lejos de él nos sentimos perdidos? Enciendo un pitillo, el cual Erzebeth me arrebata. Mierda de elfa puritana, ¿acaso me va a quitar los únicos vicios que me quedan?

 

Saludo y le doy un apretón a Sir Geoffrey y le digo sonriendo que la vida de casado le ha favorecido. Un tremendo estruendo de madera quebrada me hace volver la mirada hacia Sanakin Goldman. ¡Por la gran Grieta! Está metido medio cuerpo por debajo del suelo, Daeron ha pegado tal salto, que no puedo evitar una carcajada. Marie Chatelle corre malhumorada, y yo tengo que hacer grandes esfuerzos por acallar mi risa. La voz metálica... - “Lo siento” - es todo lo que llega a pronunciar.

 

Striker se acerca a nosotros, saluda y se sienta, todos le devolvemos el saludo. Por fin aparece el líder de los Rifts Warriors, Baldwin King. Por votación somos admitidos todos en el grupo por unanimidad. Sanakin Goldman le vuelve la espalda al grupo, está pensativo. Voy hacia él una vez que Erzebeth se aleja sin poder sacarle una palabra de lo que le ocurre e insisto en querer saber qué le hace sentirse así. Me responde igual, con una evasiva. - Mi viejo amigo - pienso para mí - acaso crees que a mí no me asaltan la dudas y los temores al igual que a ti…- Le susurro: - "Los dos estamos de vuelta de la muerte y no nos acoplamos del todo... ¿no?” - Y respondo con voz afirmativa: - “Menudencias, Sanakin Goldman, anímate”.-

 

            Snich se retira a su cuarto. Y más tarde después de comentar aventuras y desventuras nos retiramos a descansar, dejando a Noa la camarera recogiendo y arreglándolo todo. Erzebeth se disculpa ante nosotros, va a recoger a su pequeña Elsaliath al colegio de magos de DarkGate. Yo estoy recostada y algo bebida, la cerveza fresca se agradece.

 

Las palabras de Baldwin me sacan de la adormidera: - “Es motivo de alegría que estemos todos reunidos de nuevo bajo una misma causa“. - Presto atención poniendo todos mis sentidos en él. Erzebeth regresa y dice que su pequeña está muy contenta. Comienza una polémica charla sobre visitar al Consejo y exponer nuestros planes. Quick Silver expone su intención de permanecer en DarkGate y alejarse de la vida aventurera del grupo.

 

            Aparece el honorable Alcalde Winston Marble, con una descabellada idea: ¡Cambiar el nombre de los Rifts Warriors! Cómo se le ocurre tal majadería, sus palabras acaban despertándome del todo. Inaudito, bebe como un cosaco… Las palabras de Baldwin me tranquilizan. Estoy algo enojada y pienso que voy a saltar si no me controlo.

 

Me opongo a cambiar el nombre, no es sólo un nombre, todos los que murieron lo llevaron con honor, sería una deshonra cambiarlo, su sangre y sus vidas están ancladas a los Rifts Warriors. Comienza una polémica charla sobre visitar al Consejo y exponer nuestros planes. Todos estamos decididos a no cambiar el nombre del grupo. Me incorporo diciendo: - “Fuimos bautizados con ese nombre y con ese nombre moriremos si hay que morir”. -

 

Las puertas se abren de par en par y entra Aldon Pearce, apoyando sus manos en dos pistolones, qué querrá este ahora… Nos anuncia que tenemos audiencia, todos lo seguimos. Caminamos por las calles de los ranchos y giramos al norte. Atravesamos unos jardines algo abandonados. A lo lejos divisamos la mole negra y siniestra del Dark Casttle. Seguimos avanzando y a la derecha la enorme torre negra del castillo del Rey Brujo. Mi cuerpo siente la maldad, no sé, quizás la muerte, la desolación, no sabría decir qué extraño sentimiento me embarga al mirar hacia esa torre.

 

Pasamos junto la torre negra de Lord Vulchus el Ogro. Dejamos atrás finalmente el DarkGate Keep. Seguimos al este y distinguimos la hermosa torre de Lord Akeimus el Blanco. Nos deslizamos por el edificio del Juzgado Viejo algo abandonado y finalmente llegamos a gran edificio del Ayuntamiento. Los guardias se poner firmes. Nosotros caminamos, subimos unas escaleras de poco uso y entramos a la Salón del Consejo.

 

Nos ofrecen unas sillas en las cuales nos sentamos. Striker1777 retira su chaquetón el cual suena y cruje de una manera extraña. Yo me sitúo en la silla más próxima a la salida, la mirada del Ejecutor me hace sentir algo incomoda. El Gran Sacerdote de la Luz aparece seguido de la comitiva, el Sumo Sacerdote del Panteón Griego, Esopo; y detrás el Padre Oracio. Saludamos con una inclinación de cabeza.

 

Giro la mirada hacia las puertas, Lord Vulchus hace su entrada. Yo abro los ojos y veo al ser más feo que he visto en mi vida, su ropaje impropio, y sus cerca de tres metros de estatura imponen. El adorno en su cinto ya me hace casi sentir repulsión, media docena de calaveras humanas que tintinean a cada paso que da.

 

No pienso levantarme, menudo personaje. Nadie se dará cuenta, pero Deron me da un tremendo codazo el cual casi me hace caerme de la silla, pego un respingo y me coloco en pie. Entran más magos y magos y a mí ya me esta exasperando ver tanto perifollo para tratar un tema que para mí está ya saldado.

 

            La que me cae mejor, es la  hechicera de la naturaleza Lady Yavana Akoe por su semblante bello y su carismática sonrisa. Los demás me son algo indiferentes, Lord Akeimus el Blanco, señor de los poderes benignos, Lord Hibari Kunde, Gran Maestre del Gremio de Magos y director del Colegio de Magia. Mis ojos se centran en la imponente figura de Lord Akeimus y pienso para mí: “buen cuerpo, sí señor”. Pero ya estoy hasta las narices de tanta ceremonia y de tanto inclinar mi cabeza. Las ceremonias no están echas para mí, o yo no aguanto a esta panda de remilgados.

 

            A mi lado Striker1777 mueve la pierna nervioso y se remueve incómodo de un lado a otro, le pego un codazo y le susurro: - “Vas a dar la nota”. - Él me mira y bajando la voz me dice: - “Y qué quieres que le haga si esto es un tueste” - le vuelvo a decir malhumorada: - “Yo tengo hambre y sed y me aguanto, tampoco me van los magos ni los políticos”. -

 

 Escucho sumida en mis pensamientos, el grito de Erzebeth me hace volver a la realidad. Su voz firme y segura diciendo: - “Yo sí deseo atacar a la Coalición” - acaba de tornarme a la conversación con más interés. Apoyo a Erzebeth y digo enérgica: - “Es hora de acción, ¿o nos hemos vuelto cobardes?” - Comenzamos a dar razones y sinrazones.

 

Miro a Baldwin y le digo: - “¿Acaso no luchamos por mejorar y sentirnos hombres y mujeres de honor?” - Él me dice: - “Lara Stone, mírame bien, soy Juicer, no me da miedo morir, pero no quiero que por mi culpa mueran otros”. - La voz de Daeron resuena por encima de las nuestras: - “Mirad al Consejo, mostrad respeto al menos, hemos elegido un líder y él es nuestra voz ante esta gente. Si queréis discutir el asunto ruego nos concedan una venia y lo discutimos, pero no aquí, no a la vista de los regentes de la ciudad”. - Sigue la discusión…

 

Akiron levanta la mano y el aire parece solidificarse, todo se vuelve silencio, las palabras se borran, desaparecen sin más. Marcha de la sala seguido por Lord Vulchus la decisión recaerá sobre Lord Akeimus. Striker1777 se levanta y comienza a hablar y a exponer unos argumentos que me dejan anonadada. Tan asombrados estamos que el silencio nos invade. Resuena en mi mente una de sus frases: - “Pensamos por nosotros mismos... no somos un objeto...” -

 

María se levanta decidida y dice: - “Quiero dejar claro que este grupo, no ha dejado de lado su empeño por salvar a aquellos y creo que me veo en la obligación de recordarlo. Gracias a su paciencia a su tesón y a su valor hoy me hallo entre ellos les debo la vida, y creo que debo de hablar por aquellos que ya no están. En primer lugar pedirles disculpas por nuestra actuación ante el Consejo, supongo que somos como un gran matrimonio... siempre hay problemas, pero sé que sólo necesitamos algo de tiempo. Entiéndanos señores del Consejo... los Rifts Warriors siempre defienden al mas débil...” -

 

Daeron con sus mágicas palabras, ultima los razonamientos más convincentes, unid la zona y los Rifts Warriors sacarán a la Coalición de Angstville. Se da por concluida la sesión. Todos marchamos de vuelta. Me acerco a Baldwin y le pido disculpas por haber sido tan brusca. Caminamos y llegamos ante la taberna del Zorro del Desierto, a la cual entramos. El tekila corre y María nos deleita con sus canciones tocando la guitarra.

 

Striker va a la barra y se pide un asado para él solo… salgo rápida y le robo una pata enorme dorada, pero él con movimientos ultra rápidos recupera la pieza sin darme tiempo ni a catar su olor. Menos mal que la camarera nos trae una tapitas de carne adobada picante y Striker llega con dos bandejas repletas de comida. Ofrezco una copita de tekila a Baldwin el cual acepta y me sorprende invitándome a bailar. Cuánto hace que no bailo… pienso para mí. Le digo entre sonrisas: - “Hace mucho que no bailo Baldwin, pero venga echemos un baile a ver… si te piso grita.” - Rodeo su cuello e intento seguir sus pasos.

 

Más tranquilos comenzamos a hablar de los planes. María dice enérgica: - “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo... Es lo que dijo un buen filósofo. Nosotros seremos ese punto de apoyo y de unión. Brindo por ello. Por los caídos, por los Rifts.” - El ambiente se vuelve más festivo. María pide una guitarra y comienza a tocar canciones de María chi.

 

Aguanto bien la bebida, pero ya las estoy notando en mi cuerpo. El pobre Geoffrey tiene los ojos entrecerrados y creo que si se levantara caería como un fardo. Miro entre nubes a Snich y su color verdoso me recuerda a las ranas del estaque… Hummm, pienso que debo de estar mal para que ese pensamiento acuda a mi mente.

 

Shidi comienza a explicarnos lo que piensa de la Coalición, su amenaza y lo que nos podemos encontrar. Todo está decidido, formaremos una alianza con los pueblos de alrededor, nuestras cabezas subirán de precio, pero eso no nos importa. Su afirmación de que lo que hace, es por los Rifts y sólo por ellos, me llena de orgullo. Nos retiramos a descansar, yo no sé ni dónde estoy, intento subir a mi cuarto el cual me parece que lo han cambiando y llevado al quinto infierno. Maldita sea, no debería beber tanto…

 

Mediodía del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA:

 

            Me despierto denuda y metida en la bañera, el agua helada y la piel arrugada como si fuera una manzana cocida días y días. La cabeza me da vueltas e intento levantarme como puedo. Me envuelvo en una toalla y salgo hacia la habitación… ¿Baldwin? ¿Este Juicer que hace debajo de mi cama…? Aggghhh, tropiezo con una de las innumerables botellas que hay esparcidas por el suelo.

 

 Me agarro la cabeza, que parece que vaya a salir volando. No quiero, ni intento pensar qué ocurrió anoche aquí. - ¡Baldwin! - digo a media voz - despierta y cúbrete a ver si puedes ir a tu cuarto aunque sea a rastras y date una ducha fría. Yo ya he estado a remojo toda la noche… - Baldwin intenta salir del cuarto dando tumbos, observo que solo no podrá llegar. - “Estos hombres…” - le ayudo y le acompaño a su cuarto. Lo desnudo total, admiro su cuerpo mientras lo hago, y lo meto en la ducha, graduando el agua con los mandos. Me acerco a él y  le digo al oído: - “Agárrate a los grifos para no caerte y trata de espabilarte ya”.-

 

Salgo sujetando mi toalla, que intenta deslizarse, y me dirijo a mi cuarto, tanteando las paredes. Me visto como una marioneta y bajo al salón, demonios, es casi la una. Me siento y miro a todos como si estuviera en el limbo. Hablan animadamente. Después de almorzar se nos acerca un elfo con un maletín en sus manos que se identifica como Ebon.

 

 Habla tan bajo que tengo que hacer un gran esfuerzo para saber lo que nos está informando. Los tratados de alianza para Santo Tomás y Pedro Tomeo y dinero. Algunos miembros comienzan a dibujar para el emblema de los Rifts. Yo levanto la mirada al cielo dando gracias a Lord Akeimus que tan generoso ha sido y me digo: - “De compras, adoro las compras”.-

 

            Ultimamos equipo y almorzamos más bien tarde, un banquetazo con cochinillos asados, pasteles y bebida. De postre tomo tres cafés, los cuales me dejan nueva. Emil nos desea suerte. Un extraño personaje llega deseando ser admitido en el grupo llamado Jack Tanreack, el líder lo rechaza, yo no digo nada, sus razones tendrá.

 

Esta noche no tomo ni una gota de alcohol, tengo que estar al cien por cien para al amanecer partir con todos. Nos retiramos a descansar. Miro a Baldwin, no pienso hacerle ninguna pregunta, ni espero respuestas, de lo que ocurrió anoche en mi habitación. ¿Acaso sabría qué decirle? ¿Sabría él qué responderme? No recuerdo nada y él creo que menos… La gente llega a ser realmente agobiante pidiendo autógrafos y parloteando sin cesar. Nos retiramos a dormir.

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

            Desayunamos rápido y nos despedimos de conocidos y amigos. Nos dirigimos cada cual a su lugar. Nos encaminamos hacia el sur. Los vehículos, con el dibujo del emblema de los Rifts Warriors están realmente elegantes. Me coloco en mi nave monoplaza Sky King, en la retaguardia, dando cobertura a Erzebeth que va delante con el elfo Juicer Striker, ambos montados en sus Speedster. Lo demás van en este orden: El Cibercaballero Sir Geoffrey Mournfolk, y su esposa María, montados en sus caballos robot Arabian. Detrás el hover furgón blindado manejado por nuestro líder Baldwin. Daeron e Indira en su interior. Snich acomodado en el techo con las provisiones. A la derecha del hover furgón andando Briaeros y a la izquierda Sanakin, también a pie. Y sobre el cielo, Shidi en su SAMAS.

 

 La visión de los pastos verdes y la fluidez del río de DarkGate al este que nace el valle de los Dinosaurios y desemboca más al norte en un gran lago es hermosa. Avanzamos sin tregua, el atardecer nos inunda con una rojiza luz, la cual admiro y me llena de paz. Diviso movimiento y doy la alarma por radio, los nervios están a flor de piel. Al ver que sólo es una gran masa de animales que caminan bajo la supervisión de cowboys tranquilizo por radio a mis compañeros.

 

            Por fin hacemos un alto y montamos el campamento, estiro mis piernas y me desperezo. Comemos salchichas y formalizamos las guardias. Transcurre la noche sin problemas, y el olor a café me despierta. Baldwin nos confirma que hoy habrán problemas, los ruidos que percibió anoche son un mal augurio. Shidi hace un vuelo de reconocimiento, yo monto en mi Sky King y activo el radar. Maldito viento que se ha levantando, servilletas y vasos de plástico salen volando.

 

Monto de un salto en mi Sky King y me elevo verticalmente hacia el cielo, me quedo suspendida en el aire oteando el horizonte. Intento contactar con los demás: - “¿Sanakin? Cambio ¿Shidi? ¡Alguien me oye! Cambio… mierda” - me repito para mí. Sólo oigo chasquidos… Doy una patada a la radio con rabia. Enfoco hacia el sur los sensores ópticos de largo alcance, ahí están, bestias, monstruos, armas, sobre todo lanzagranadas y rail guns. ¡Son Simvans que cabalgan monstruos! Por fin contacto con Sanakin y grito SOS peligro, atacar, atacar. Desciendo a  toda velocidad en picado para avisar al grupo ¡Pero ni me oyen ni les oigo! Sólo Sanakin creo que ha captado mi mensaje. Me desespero y me dispongo a atacar. Apunto con mi armamento a un ostrosaurio que logro divisar huyendo.

 

Una tremenda luz casi me ciega. Agarro con fuerza la ametralladora y comienzo a disparar como una loca al ostrosaurus, el cual al recibir la metralla tropieza y cae, quedando malherido. Maniobro la nave con tan mala fortuna que voy en picado hacia el suelo. Mis oídos retumban por el tremendo ruido a velocidad máxima. - ¡Demonios de nave te me vas a rebelar! - grito como una posesa. Veo el suelo a escasos metros y cierro mis ojos pensando que todo está perdido ya. Pero la suerte, la fortuna, o el destino hacen que en el último momento mi nave responda pasando rasante y venciendo la barrera de estos malditos vientos.

 

Erzebeth nos dice que confiemos en ella, que sigamos un nuevo rumbo, alejándonos de ese grupo peligroso y que vayamos al sur. Todos estamos conformes y avanzamos hacia allí. Las horas transcurren y va oscureciendo ya. Avanzamos por campos desérticos, la arena nos martillea, saco mi pañuelo y cubro mi cara. Por fin campos de cultivo, y finalmente llegamos a Santo Tomás. Nos detenemos, dándonos a conocer y enseguida bajan las armas. El sargento Zackara nos conduce al Saloon de Santo Tomás, antes dejamos los vehículos en el garaje adyacente.

 

Comemos y reponemos fuerzas nos retiramos a dormir, por la mañana iremos a pedir audiencia a los dignatarios de la ciudad. Me siento aliviada, la gente aquí es más reservada y no agobia, dejándonos tranquilos.

 

Mañana del domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

            Me despierto nueva, me doy una ducha sin prisa y me cambio de ropa. Bajo a desayunar. Saludo y me siento esperando que nos sirvan el bendito café, tostadas con mantequilla y mermelada. Ojeamos el periódico y nos informamos algo sobre noticias y fotos. Salimos hacia el barrio rico. Miro a la gente de este lugar, que nos miran extrañados. Me siento observada y pienso si tenemos monos en la cara.

 

            La universidad es inmensa, multitud de estudiantes charlan y ojean sus apuntes, en las escalinatas de este bello edificio. Otra vez nos miran con cara de alelaos y abriendo sus ojos, los cuales parecen salirse de sus órbitas. Me está empezando a cansar y a enojar esta actitud. Sanakin rescata a un gatito en apuros, y le entra la fiebre de tener una mascota ya que Smitty es el gato del Rector de la Universidad. El bedel sale y lo llama, llevándoselo consigo a su dueño. Los demás suben a entrevistarse con el Rector Jason Gulden.

 

Sanakin se aleja en su empeño de buscar una mascota, y yo me quedo sentada en las escalinatas, ahora desiertas, al entrar los estudiantes a clase y el grupo a la entrevista. No quiero dejar mis armas y me han impedido la entrada. Mejor, odio a los remilgados rectores y gente que se las da de eruditos.

 

            Hablo con un estudiante muy simpático el cual me pone al día de los recursos de este pueblo y de su respaldo monetario amparado en su padre. Al llegar el grupo me despido de él, diciendo que tengo asuntos que resolver. Todos marchamos a la posada, recogemos cestas de comida y compramos algunas provisiones más en el mercado.

 

A las siete de la tarde estamos citados para saber la respuesta a nuestra proposición de alianza. No he tenido más remedio, como el resto del grupo, que dejar mis armas y armadura, si no quiero quedar fuera de este picnic programado en los campos adyacentes de la Universidad.

 

            Los jardines son tremendamente bellos, el tupido manto de fina hierba y enormes estatuas repartidas por una enorme extensión cubierta de árboles. Cada cual busca un lugar idóneo para comer y relajarse. Yo me pierdo con el estudiante conocido esta mañana, el cual lleva culturizándome de los diferentes monumentos e historias de dichas estatuas. Cuánto sabe este chico, cuanto saber, me dejo llevar por él. La tarde trascurre plácida y adornada por otros quehaceres que elevan el alma. Me despido de este estudiante con un cariñoso beso y vuelvo con el grupo, encaminándonos a la cafetería.

 

            Más tarde a la hora convenida nos reunimos con el Rector, nos entrega el tratado firmado, reafirmando que Santo Tomás no intervendrá en defensa, pero sí nos dará su apoyo para gastos económicos, reparaciones y recargas. No está mal, pienso, menos daría una piedra. Nos marchamos a la posada a descansar.

 

Mañana del lunes, día 19 de diciembre de 104 PA:

 

            Me levanto contenta y bajo a desayunar una vez duchada y arreglada. Comemos en un restaurante típico de la zona, y comenzamos el viaje hacia Pedro Tomeo. Campos desérticos de nuevo, a los lejos divisamos unas ruinas. Seguimos y la noche se adueña de nuevo del entorno. Menos mal, acamparemos, la noche me inquieta y prefiero viajar de día. Montamos el campamento y disponemos los vehículos protegiendo el entorno. Duermo sin pesadillas, el primer turno de guardia: Geoffrey, Sanakin y Snich.

 

             Shidi me despierta para la segunda guardia en la que estaremos María, él y yo. Hablamos junto al fuego. María nos cuenta historias de su lugar, yo escucho atenta cuando habla de su familia y del cariño que se procesan. Pienso en mi familia, en mis hermanas de las que no sé nada, y eso me entristece algo.

 

 Enciendo un pitillo, miro a Shidi que está algo intranquilo. Se sobresalta al notar que enormes árboles que no había antes nos rodean. Oímos su grito de alarma y su tremendo salto quitando el seguro de su arma: - ¡Atacad! ¡Atacad! ¡Atacad! Son Arañas-Árbol. - María y yo agarramos nuestras armas y nos lanzamos al ataque.

 

            Grito desesperada: - ¡Las tenemos encima! Malditas, ¿cómo no las hemos sentido antes…? - María grita: - ¡A por ellas! - Pero el aura sobrenatural de los monstruos nos invade, siento el terror calar mi cuerpo, inundar cada fibra de mis músculos. Suelto mi arma como si quemara y salgo corriendo hacia el sur en la oscuridad, sin importarme nada ni nadie.

 

            Mis pies son dos resortes corriendo y corriendo, en un momento dado se sumergen, como si la tierra se abriera tirando de mí hacia el infierno. En un momento de lucidez me doy cuenta de que son arenas movedizas, trato de no moverme mucho, aguantando y limitando mis movimientos, para no sucumbir bajo la presión que mi cuerpo ejerce sobre la blanda tierra.

 

El frío, la oscuridad… me siento perdida y me grito a mí misma: - ¡No quiero morir, no puedo morir! Ahora no… - Trascurre no sé cuánto tiempo. La mezcla de arena y agua corrompida me llega al cuello. Si estaba aterrada, ahora el pánico me domina. Nunca he rezado, pero ahora comienzo a mirar el oscuro cielo y elevo una torpe plegaria. El cieno me aprisiona cada vez más.

 

            Noto una mano en la oscuridad reinante que me atrapa y tira de mí. Acabo por vislumbrar el rostro de Shidi que hace tremendos esfuerzos por liberarme y sacarme de esta prisión de cieno en la que estoy encerrada. Shidi grita: - “¡Agarra mi mano fuerte, ánimo Lara sal de ese maldito lugar!” - Agarro con ambas manos la suya y siento mi cuerpo deslizarse y saliendo de este agujero frío y sucio.

 

            Una vez fuera, abrazo a Shidi llenándolo de cieno, pero no me importa y susurro: - “Gracias, viejo amigo, estaría muerta de nuevo si no fuera por ti.” - Éste me mira y dice: - “No haría menos por un compañero de los Rifts Warriors”. - Mi estado es lamentable, no por el cieno que cubre mi cuerpo, sino por el terror perenne todavía en mí.

 

Nos encaminamos al campamento los tres, María ha sido rescatada también por él. En el campamento, estoy como en las nubes. Oigo voces debajo de tierra como: - “¡Sacadme de aquí!” - sin poder saber quién o qué cosa es… Geoffrey creo ver que lleva una especie de turbante en la cabeza… no sé qué pensar. Mis sentimientos, mi alma está tan confusa, que no logro saber qué ocurre con claridad. Nos retiramos a descansar. Me siento avergonzada ante mi huida y duermo malamente.

 

            Al amanecer preparamos el desayuno. Recogemos y nos ponemos en marcha. Sobrevuelo a gran velocidad, poniendo la nave a tope. Una salva antiaérea de advertencia me sobresalta. - No gano para sustos - me digo - quién diablos es… - Aterrizo con los nervios a tope y veo fuerzas, con la insignia de un puño cyborg cogiendo una roca. Me hacen saber que son la de defensa de Pedro Tomeo. Tratan de tranquilizarme y me llevan a lugar seguro, donde están Erzebeth y Striker. Les cuento mi miedo y ellos me informan de lo sucedido.

 

            Al cabo de unas horas, todos estamos reunidos y conversamos. Nos extrañamos de la defensa de este singular pueblo. En que la pobreza parece imperar. Apenas se ven hombres. Nos dirigimos al hospital donde según nos ha informado se encuentran las personas más influyentes de la ciudad. Una enfermera nos conduce al despacho de los doctores Uber y Willis, los demás  doctores, Lambert y Keterhauss, están operando en estos momentos.

 

             Geoffrey y Baldwin explican al Doctor Andy Uber la alianza propuesta por DarkGate. Debatirán en asamblea y nos lo harán saber. Mientras nos insita a disfrutar de esta ciudad en el Saloon a gastos pagados. Nos despedimos cordialmente y marchamos dando las gracias.

 

            En el Saloon, bebemos cerveza negra y admiran ellos, a las cabareteras enseñando sus pololos. Pienso que debería haber espectáculos para las chicas, que siempre quedamos marginadas. Así que me voy a ver una vieja película, por lo menos no veré las nalgas de esas cabareteras. Al caer la noche nos retiramos a dormir.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA:

 

Bajamos a desayunar y un extraño personaje, un cyborg enano, nos comunica que podemos entrevistarnos con el Doctor Uber de nuevo. Acabo el café rápido y marchamos a ver al Doctor Uber, quizá esté con su colega de cuatro manos, el Doctor Willis. Nos da el tratado firmado. La habitación está atiborrada de libros de medicina e historiales médicos. Nos presta, con una amplia sonrisa, una voluminosa caja alargada en la que hay un avanzado sistema de comunicaciones y una tarjeta magnética. Un  rifle TAG experimental, que dispara cápsulas magnéticas que atraen el fuego de misiles. Pregunta con una sonrisa si hay algún francotirador entre nosotros, respondo rápida “yo”. Él contesta: - “Es un equipo muy costoso, cuídalo bien, pequeña.” - Le respondo que no se preocupe y que sabré darle un buen provecho. El Doctor me mira y me guiña un ojo y yo sonrío pícaramente. Las armas son mi pasión.

 

Tras ofrecernos algo de beber y puros de calidad, que yo acepto agradecida y fumo pausadamente, continua hablando explicando pormenores. Dice carraspeando su voz que en las inmediaciones de Angstville, estará un vehículo lanzamisiles Iron Bolt pilotado por el Capitán Heavy Duty. Y que quizás encontremos en pleno desierto un tanque “robado”, camuflado casualmente… Mientras dice esto sonríe malignamente y socarronamente. Nos despedimos y nos marchamos agradeciendo por su ayuda.

 

Me siento llena de satisfacción, los planes van saliendo como esperamos. Ultimamos nuestras cosas, nos  despedimos de esta gente y de este pueblo y marchamos con entusiasmo.

 

Acciones Futuras:

 

  • Ayudar al grupo en lo que haga falta.
  • Superar los obstáculos que vengan.
  • Localizar el tanque camuflado en el desierto.

 

Fin del Turno 44 Lara Stone.

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23/07/2016, 02:45
Rifts Warriors Legacy.

Sanakin Goldman: Rifts: Turno 44.

 

Mañana del Jueves, Día 15 de Diciembre de 104 PA.

 

Doctor Filch: - "... esta nueva tecnología que poseemos nos permitirá modificar casi por completo el cuerpo humano. Es una gran mejora a la Técnica Juicer que estábamos implementando hace casi ya unos tres años. Ahora con esta nueva tecnología que hemos descubierto podemos hacer a los Juicer mucho mejores para el combate. Además los nuevos implantes facilitan mucho el tratamiento de Detox si es que el Juicer decide, al final de su carrera, realizárselo." -

 

Periodista: - "Muchas gracias, Doctor Filch por la nueva información acerca de esa estupenda tecnología. Ahora pasemos a una conexión vía satélite con nuestra corresponsal en las Islas Malvinas, donde científicos de la Confederación Inglesa de Ciencias Nucleares y Biológicas, están a punto de probar una nueva arma... adelante, María..." -

 

María: - "Muchas gracias estudios centrales, en sólo siete minutos comenzará la prueba con la nueva arma que desarrollaron los científicos de la Confederación Inglesa. Según me han explicado, se trata de una nueva bomba de tipo nuclear, con el núcleo de carbono. Al parecer el carbono, en su isótopo catorce, que hace varios años se utilizaba para datar fósiles, es un excelente elemento para producir una reacción en cadena, y al producirse dicha reacción se genera un calor de cincuenta y cuatro mil trescientos grados centígrados en pocos segundos. Bien, aquí me pasan unas gafas oscuras para que no resulte cegada por la detonación... tan sólo falta un minuto para la detonación... estamos dentro de un bunker a una distancia segura de donde será la explosión... treinta segundos... según los científicos solamente nos llegará una tenue brisa cálida... diez segundos... -

 

Una ensordecedora detonación llena mis cibernéticos oídos. Automáticamente mi computadora interna regula los filtros auditivos para que el sonido no moleste a mis compañeros y tras la explosión, coloca el sonido nuevamente a la normalidad para que pueda seguir escuchando el programa.

 

María: - "Ha sido una explosión impresionante, aunque tenia las gafas puestas he tenido que cerrar los ojos ya que la luz de la bomba ha sido terrible. En pocos segundos sentiremos una brisa cálida que... aquí llega... uff, la temperatura se ha elevado unos cuantos grados en pocos segundos, pero es soportable... ya... esperen... yo... cof, cof, cof, no puedo respirar... el calor... el aire... yo... ayuda... alguien... por favor... ayuda..." -

 

La pantalla se torna lluviosa y el cartel de fallo de conexión invade la pantalla. Una voz femenina llega a mis oídos: - "Sanakin... la puerta de la habitación de Daeron e Indira acaba de abrirse." - Conmuto mis filtros auditivos para escuchar atentamente lo que sucede en el primer piso de la taberna y siento como dos personas bajan charlando por la escalera.

 

Computadora: - "Reconocimiento de Voz activado: Drognan, Daeron. Drognan, Indira." -

 

Mientras Daeron y su esposa bajan al Saloon, observo como las puertas del Saloon se abren se par en par. Por ellas entra una mujer imponente, ataviada totalmente con ropa vaquera. Es Lara Stone, una antigua integrante de los Rifts Warriors. Al parecer, según lo que me ha contado Daeron, Lara fue resucitada en la Pirámide donde yo regresé hace unos días a la vida, pero que decidió irse de los Rifts Warriors para poder aclarar sus ideas.

 

Lara Stone se acerca a Daeron y le da un fuerte abrazo. Saludo a Daeron y a Indira con un gesto con mi mano y miro a Lara. Lara se acerca a mí, me palmea la espalda y se sienta a mi lado al mismo tiempo que pide un café bien cargado. En ese momento Snich sale rápidamente desde debajo de la mesa, parece que anoche estuvo bebiendo más de la cuenta. El Quick Flex se sienta en una silla y pide un vaso de agua. Sus movimientos son tan rápidos que apenas puedo verlos. Snich bebe un sorbito de agua mientras Lara comienza a hablar con Erzebeth. Estos Quick Flex tienen es metabolismo tan acelerado que son muy propensos a deshidratarse, por eso es que siempre deben estar bebiendo agua u otro tipo de liquido.

 

En ese instante, J. T. Shidi entra al Saloon. Gracias al aporte de Shidi yo ahora tengo este estupendo-cuerpo-biónico-nuevecito. Por las escaleras del Saloon puedo observar cómo baja una figura con la piel color fucsia. Es Shidi, que se sienta junto a Indira, pide un café y también nos saluda. Desde el exterior del Saloon comienzan a escucharse exclamaciones y vítores.

 

Sanakin: - "Computadora, ajusta los filtros auditivos para poder escuchar qué es lo que sucede afuera." -

 

Computadora: - "Ajustando... Filtros Auditivos ajustados a 540 hz." -

 

Los gritos ahora son más entendibles. Dicen que el Campeón Azul ha regresado. Muchos de los que estaban fuera gritando entran al Saloon sonrientes y señalando hacia la calle. En ese momento, una pareja entra al Saloon... uno de ellos lleva yelmo y una pesada armadura decorada barrocamente que brilla con el sol... la otra persona es una hermosa mujer. El caballero se quita el yelmo y una larga cabellera pálida, casi blanca, queda suelta. Erzebeth grita que nuevamente está reunida la vieja guardia de los Rifts Warriors. Escucho como Geoffrey murmura para él mismo: - "Pero falta Maximus." - Creo que soy el único que llega a escuchar las palabras del Caballero Geoffrey gracias a mi audición amplificada. "Fuerza y Honor" es lo primero que viene a mi mente al recordar el nombre de Sir Maximus Claw, el mayor héroe que los Rifts Warriors han tenido en sus filas.

 

Mientras todos saludamos a los recién llegados, Quick Silver se para y nos dice que por ahora no va a seguir con nosotros, que prefiere quedarse en DarkGate. Al terminar de decir esto Quick da media vuelta y sale del Saloon. Erzebeth comienza a charlar con María y Geoffrey con Daeron. Trato de escuchar si hay algún ruido en la habitación de Baldwin, indicando que ya se ha levantado, pero todo el piso superior está en total silencio. En el Saloon sólo se escuchan nuestras voces y ahora la de algunos parroquianos que comienzan a murmurar cosas... sobre nosotros.

 

Geoffrey se para, se acomoda los cabellos y nos dice que él y María quieren ingresar a los Rifts Warriors otra vez. Las sonrisas comienzan a dibujarse en todos los rostros de mis compañeros. Es en estos momentos cuando me gustaría poder sonreír a mí también. Geoffrey le pregunta a Daeron ante quién tiene que presentarse formalmente para hablar de su ingreso y Daeron le explica que es con Baldwin con el que tienen que hablar. Daeron se levanta y se dirige a buscar a Baldwin. Me incorporo del bloque de acero donde me encontraba sentado y comienzo a seguir a Daeron. Los servomotores biónicos de mis piernas llenan la estancia de un sonido percusivo ante cada paso que doy. Daeron se acerca a las escaleras y comienza a subir. Miro las escaleras con detenimiento, sí, lo sé, son de madera, pero desde que resucité me he prometido a mi mismo cuidar de Daeron en todo momento.

 

Haciendo caso omiso a mis temores, coloco mi pie derecho sobre el primer escalón y comienzo a subir... en eso momento el escalón cede por completo ante mi peso y estalla en mil pedazos. Caigo dentro del agujero que acabo de abrir en la escalera. Me encuentro medio metro por debajo del nivel del suelo con todos mis compañeros mirándome. Trato de escapar del agujero, pero me es imposible si no quiero romper más la escalera. Marie Chatelle se acerca a mí muy malhumorada justo en el momento que Briaeros me ayuda a salir del embrollo en el que yo mismo me he metido.

 

Mientras salgo del agujero en el suelo, por la puerta del Saloon entra un el Elfo Juicer Striker. Striker saluda con alegría a los recién llegados y se presenta como Striker 1777, justo en ese momento, Baldwin y Daeron bajan al Saloon. Todos se quedan callados al ver que el líder de los Rifts Warriors se acerca a la mesa, como esperando que diga algo. Daeron les explica a los futuros integrantes de nuestro equipo que Baldwin es el actual líder de los Rifts Warriors. En el Saloon no se escucha ni el aletear de una mosca.

 

Tras una pausa, el líder de los Rifts Warriors se acerca a la mesa, se sienta y comienza a comer un pastelito de crema. Baldwin se aclara la garganta y nos dice que nos sentemos para decidir las aceptaciones. Me acerco a mi bloque de acero y tomo asiento en torno a una gran mesa ovalada. El silencio que reina en el Saloon ya es un poco molesto. Parece que nadie quiere decir nada hasta que Baldwin no hable. En ese instante, Baldwin levanta su cabeza y comienza a enumerar las incorporaciones. Uno a uno, Baldwin nombra a los que pronto serán Rifts Warriors... Lara Stone, Sir Geoffrey, su esposa María García y propone hacer una votación para decidir las incorporaciones. Striker interrumpe, como es su costumbre, diciendo que si es necesario votar algo así. Estos Juicers... siempre dando la nota... pero a decir verdad, esta vez me parece bastante acertado lo propuesto por Striker. Sin embargo, cada uno de los Rifts Warriors levanta la mano y vota que sí. En la cara de cada uno de los nuevos integrantes se va dibujando una sonrisa cada vez más grande a medida que cada uno de nosotros votamos que sí.

 

Cuando todos terminamos de votar, Baldwin se para y les da la bienvenida a los Rifts Warriors a los nuevos re-integrantes. Es ese momento todos estallan y se abrazan unos con otros. Erzebeth parece más contenta que de costumbre y llama a gritos a la camarera para que traiga una ronda de cervezas. Giro lentamente la cabeza hacia Erze, la miro y me levanto del bloque de acero donde estoy sentado. Lentamente me alejo de la mesa y me acerco a la barra para evitar ver como mis queridos compañeros se intoxican con el alcohol. ¿No es posible que encuentren otra forma de celebrar algo que no sea con alcohol?

 

Me quedo de pie delante de la barra, dando la espalda a la mesa, pero con los oídos bien atentos para escuchar lo que están hablando. Trato de calmarme un poco, no puede ser que de un día para otro dejen de beber... pero haré lo imposible para lograr que lo hagan. Erzebeth me pregunta desde la mesa si me sucede algo y yo le respondo que no es nada. Al cabo de unos minutos, Lara se acerca a mí, me toca el hombro y también me pregunta que qué me sucede. Giro hacia la mesa, observo como siguen bebiendo, miro a Lara y le explico que no me pasa nada.

 

En la mesa están hablando de los pasos que vamos a seguir, Daeron propone que deberíamos hablar con el Consejo de DarkGate y plantearles nuestros planes. Mientras los demás les comentan a las nuevas incorporaciones las últimas aventuras de los Rifts Warriors. Lara Stone, que continúa a mi lado, me dice algo sobre la muerte y de no acoplarnos a la nueva vida. Qué sabrá ella de acoplarse a la nueva vida... ella no está encerrada en un amasijo de acero y cables... ella aún puede sentir el calor de un abrazo, el placer de una buena sesión de sexo o el sabor de una buena comida. Observo la mesa nuevamente y veo que han terminado de beber. Llamo a la camarera para que recoja las jarras vacías y rápidamente una chica algo extraña limpia la mesa.

 

Cuando veo que todo el alcohol es quitado de la mesa, me acerco a mi bloque de acero macizo y tomo asiento. Realmente no recuerdo haber tenido este problema con las bebidas alcohólicas antes de mi muerte... pero a decir verdad ya me siento un poco más recuperado. Aunque cada vez que recuerdo el Valle de los Dinosaurios... una gran tristeza se apodera de mí. No sólo por mi muerte, sino porque en ese lugar hemos perdido una gran cantidad de buenos Rifts Warriors. Miro a Geoffrey, uno de mis viejos amigos, lo último que vi antes de morir, y pienso que aunque perdimos a muchos, todavía quedan grandes guerreros como él.

 

Erzebeth se disculpa y nos dice que irá a buscar a Elsaliath al Colegio de Magos de DarkGate. En ese momento Baldwin se pone en pie y todas las miradas se clavan en él. Baldwin nos mira a todos, se aclara la garganta y comienza a explicarnos lo que piensa hacer. El líder comienza a hablar de los peligrosos acontecimientos que suceden mientras estamos todos aquí sentados. El primero al que se refiere es a la existencia de una base coalicionista en Angstville y a su comportamiento cada día más bélico con las ciudades vecinas. Mientras Baldwin habla de la base de Angstville, por mi cabeza pasa la idea de que todos juntos le hagamos una pequeña visita a la Coalición, pero rápidamente Baldwin hace que esa idea se desmorone ya que lo que él propone a continuación es ir en una misión diplomática uniendo a las demás ciudades en contra de la base de Angstville.

 

Miro mi pañuelo rojo reflejado en la espalda de Briaeros y lo acomodo. Briaeros no se inmuta, ni siquiera sabe qué estoy haciendo a sus espaldas. Mientras me acomodo el pañuelo, por la puerta entra Erzebeth. Baldwin termina de exponer su idea y nos pregunta acerca de nuestras opiniones. Me incorporo en mi bloque y le digo al líder que estoy completamente de acuerdo con su idea, aunque en realidad no me guste para nada la misión diplomática, él es el líder del grupo elegido por mayoría y necesita todo nuestro apoyo. Pero no me vengan ahora con misiones diplomáticas a mí, tengo tal arsenal en mi cuerpo que con sólo verme ya es una incitación a la violencia. Cómo pueden pensar que un Full Conversión ´Borg pueda querer ir a una misión diplomática. Es un tanto absurdo si se piensa detenidamente.

 

En ese momento, Erzebeth pide la palabra y comienza a expresar su opinión. Erzebeth explica que la gente de DarkGate no intervendrá directamente en una guerra, pero, también explica que a la Coalición se le da mejor el disparar que el negociar y que tarde o temprano DarkGate recibirá algunos disparos de la Coalición. Como conclusión, Erzebeth propone ir a ver al Consejo Regente de DarkGate para explicarles nuestro plan diplomático y muchos de los Rifts Warriors apoyan sin peros la proposición de Erzebeth.

 

Todos comenzamos a levantarnos para ir a pedir una audiencia al Consejo cuando por la puerta del Saloon entra el Alcalde de DarkGate, Winston Marble. Desde la puerta nos ha visto y ahora se acerca sonriente, caminando rápidamente hasta la esquina donde nos encontramos. El Alcalde se sienta y nos saluda con una sonrisa de oreja a oreja. Todos correspondemos a su saludo y en ese momento comienza a hablar. Habla tan rápido que casi no deja espacios entre palabra y palabra. El Alcalde Marble nos propone que nos cambiemos el nombre a DarkGate Warriors y nos pongamos bajo el mando del Ejecutor para que juntos defendamos DarkGate de algún posible ataque. Las caras de mis compañeros no tienen desperdicio, algunos se quedan asombrados, otros con la boca abierta. Creo que si yo tuviera un rostro, mi cara sería algo parecida a la de Geoffrey, la expresión de asombro, digo, no ese colorcito azul.

 

Geoffrey le hace una reverencia al Alcalde y este se sienta entre María y Geoffrey pidiendo a gritos un whisky doble. ¡Pero es que nadie en esta ciudad puede hablar tranquilo sin tener una copa de alcohol en la mano! Nuevamente me incorporo de mi asiento y me dirijo hacia la barra cuando la camarera le entrega el vaso de whisky al Alcalde. Es algo más fuerte que yo, no puedo estar sentado cerca de alguien que esté bebiendo alcohol... sin que no me den ganas de arrebatarle el vaso y arrojarlo contra una pared.

 

El gracioso del Alcalde comienza a hacerle la pelota a Geoffrey y pide un brindis por todos los Rifts Warriors caídos. Nuevamente el recuerdo de Maximus viene a mi mente. ¡Qué gran perdida para los Rifts Warriors! Escucho a Marble pedir otro whisky y me distraigo mirando el gran agujero en la base de la escalera que hice esta mañana. Según puedo escuchar, ahora la atención del Alcalde recae sobre nuestro líder. Winston Marble le dice a Baldwin que ya está todo decidido, que la Alcaldía de DarkGate está orgullosa de contar con los servicios por quince años de los DarkGate Warriors.

 

En ese momento escucho a Baldwin levantar un poco el tono de voz y decirle al alcalde que NO está nada decidido, que no nos cambiaremos el nombre y que no nos limitaremos a servir a sólo una ciudad. ¡Bien! Ni yo podría haberlo dicho mejor. ¿Cambiarnos el nombre? El nombre que recuerda a todos y cada uno de los héroes que lucharon por la libertad, que murieron defendiendo sus ideales... no... Y… ¿cambiarlo por DarkGate? No. Los Rifts Warriors no nos ceñiremos a servir sólo a una ciudad sino a las que necesiten nuestros servicios.

 

Baldwin comienza a discutir con Winston Marble acerca de lo que DarkGate necesita. Al final, nuestro líder le expresa al Alcalde nuestra idea de unir a los pueblos juntos contra la Coalición y que los Rifts Warriors sean los encargados de aliar a todas las ciudades. Según parece, el Alcalde Winston Marble está bastante convencido por el discurso de Baldwin y le gusta la idea, pero explica que él no tiene el poder de aceptar o denegar nada, que el encargado de ello es el Consejo de DarkGate. Noto como a Daeron se le ilumina la mirada al escuchar la palabra "Consejo", él es el que primero propuso hablar con ellos.

 

El Alcalde comienza a nombrar uno a uno a los integrantes del Consejo. En ese momento Indira se adelanta sobre su silla y le pide al Alcalde Marble si es posible reunirnos con el Consejo y éste le dice que tratándose de los "DarkGate Warriors" no habrá problema. ¿Qué parte de no-nos-cambiaremos-el-nombre no ha entendido el Alcalde? Indira le agradece al Alcalde y Winston Marble se levanta tambaleante y se retira del Saloon.

 

Transcurren varias horas y de lo único que se habla entre los Rifts Warriors es que no tenemos intenciones de cambiarnos el nombre. Lo cual me parece una excelente idea, no debemos dejar que nuestros amigos que cayeron con el nombre de los Rifts Warriors pasen al olvido por una locura del Alcalde de DarkGate. Escucho como las puertas del Saloon se abren de golpe y por ellas entra Aldon Pearce con sus manos apoyadas en sus dos pistolones pesados que lleva ceñidos en la cintura. Miro a Aldon Pearce y me doy cuenta como mira a Geoffrey con un brillo malicioso en los ojos. El Sheriff se acerca a nosotros muy serio y carraspea. Todos prestamos atención a lo que quiere decirnos Pearce.

 

El Sheriff continúa mirándonos fijamente y tras una corta pausa nos dice que el Consejo de DarkGate nos concederá audiencia y que debemos acompañarlo. Me levanto de mi asiento junto con mis compañeros y todos seguimos a Aldon Pearce que rápidamente sale del Saloon.

 

Todo el grupo sigue al Sheriff por la calle de los ranchos y enseguida giramos hacia el norte. A mi derecha puedo ver unos jardines algo desatendidos, no se ve a nadie en ellos... en realidad se ve muy poca gente por las calles. Ordeno a mi computadora personal que regule mis filtros auditivos para escuchar el más mínimo susurro. En realidad, estamos en una ciudad pacífica, no creo que tengamos problemas, pero es algo que tengo por costumbre... estar siempre alerta. A mis oídos llegan unos susurros y lo que me parecen unos gemidos. Busco con mis ojos el lugar de donde provienen los sonidos y al levantar la cabeza, puedo observar una gran mole negra que se levanta sobre el horizonte, el Dark Castle.

 

Sanakin: - "Computadora, filtra estos sonidos, sepáralos e identifícalos, por favor." -

 

Computadora: - "Como quieras Sanakin. Inicio comando de separación por frecuencia auditiva." -

 

Pasan unos segundos y mi computadora reproduce los sonidos totalmente separados unos de otros. Al escuchar los sonidos de esta manera me doy cuenta en realidad que son gemidos los que salen del Dark Castle. Me acerco a Daeron y le comento lo que acabo de escuchar. Daeron me responde que es mejor que deje de escuchar lo que allí sucede. Seguimos caminando y nos acercamos al edificio del Cuartel de la Guardia Ciudadana. Los guardias nos sonríen y nos saludan efusivamente con la mano mientras pasamos.

 

Al seguir avanzando, puedo ver a mi derecha, lo que es el corazón de DarkGate, los muros de DarkGate Keep. Sobre los muros puedo observar muchos aprendices de magos y mercenarios que protegen la plaza de DarkGate. Es un lugar que está completamente vacío, excepto por un arco de piedras con una doble puerta de hierro labrado en su interior. Alrededor del DarkGate Keep puedo ver una gran cantidad de edificios que pertenecen a Gremios y Ministerios. Dejamos atrás el DarkGate Keep y salimos a un espacio abierto. Un poco alejada y a mi derecha puedo ver la torre de Lord Akeimus, uno de los Archimagos del Consejo, mientras caminamos por un costado del Mercado de DarkGate.

 

Al cabo de unos minutos llegamos a las puertas del Ayuntamiento de DarkGate. Entramos al Ayuntamiento y seguimos a Aldon Pearce hasta unas grandes escaleras que subimos. Cuando llegamos arriba, unos magos ataviados con túnicas blancas nos abren las puertas dobles y todos entramos al Saloon del Consejo. El Saloon tiene una gran mesa larga, con cuatro asientos a cada lado y uno, un poco más grande en una de las cabeceras. Detrás del asiento de la cabecera, oculto entre las sombras, hay un enorme trono de piedra negra. Agudizo la vista para observarlo mejor y puedo distinguir que en el trono aparecen algunos grabados. Al mirar esos grabados más detenidamente me doy cuenta que parecen representaciones de figuras adorando a algún tipo de demonio o algo así. Rápidamente quito la vista del trono oscuro y tomo asiento junto con Briaeros en unos bloques de acero que han puesto para nosotros.

 

Aldon Pearce nos da indicaciones para que nos sentemos y uno a uno vamos ocupando las sillas. Al cabo de unos minutos entra el Alcalde Marble y se sienta al lado del Ejecutor. Tras el Alcalde, llega el Gran sacerdote de la Luz, Ardan Imhotep; el Sumo Sacerdote del Panteón Griego, Esopo, flanqueado por el padre Oracio. Aldon Pearce toma asiento al lado de los Sacerdotes.

 

Por la gran puerta por donde hemos entrado, emerge una figura de unos tres metros de alto, fea, horrible, sus dientes parecen pinchos y tiene todo el cuerpo tatuado. De su cinturón cuelga una serie de calaveras humanas. Es Lord Vulchus, el Ogro. Desde la otra puerta de detrás de la sala, llegan los cuatro Archimagos, Lady Yavana Akoe, Lord Akeimus, Lord Hibari Kunde y Lord Akiron.

 

Lord Akeimus se acerca a nosotros y nos saluda con un apretón de manos. Después abraza a Daeron, le dice que ha sido grande lo que los Rifts Warriors han hecho por Markeen y se dirige a su asiento. Todos los representantes del Consejo ocupan sus asientos y comienza la reunión.

 

El Alcalde comienza a hablar. Nos vuelve a llamar DarkGate Warriors, pero es rápidamente corregido por Akeimus. El Alcalde queda un poco descolocado ante la corrección, pero prosigue. El Alcalde Marble comienza a hacernos la pelota como es su costumbre y cuando termina le cede la palabra a Baldwin. Nuestro líder comienza a explicarle al consejo nuestra proposición de lograr una unión entre los pueblos de la zona para evitar cualquier tipo de ataque de la Coalición y para formar una alianza defensiva.

 

Todo el Consejo está en silencio. En un momento el Ejecutor se levanta y explica que está de acuerdo con lo que expuso Baldwin, pero que DarkGate no puede atacar a la Coalición, ni solos, ni con toda la región unida. Observo como el Ejecutor mira fijamente a Baldwin y éste aparta la mirada rápidamente. El Ejecutor continúa diciendo que, aunque DarkGate no puede atacar abiertamente a la Coalición, formar una alianza es prioritario y diciendo eso se sienta.

 

Lord Akeimus se levanta y toma la palabra. El Mago Blanco dice que está completamente de acuerdo con las palabras del Ejecutor y que propone enviarnos a Santo Tomás y a Pedro Tomeo portando un tratado de alianza, pero que aun así la alianza no puede atacar abiertamente a la Coalición. Akeimus continúa diciendo que si los Rifts Warriors deseamos atacar por cuenta propia él destinará dos millones de créditos para financiar la campaña. Lord Hibari Kunde apoya lo que dice Akeimus mientras Lady Yavana Akoe no sólo lo apoya sino que se presenta voluntaria para viajar con nosotros.

 

En ese momento Baldwin interrumpe y, mientras pide perdón por la interrupción, explica que los Rifts Warriors no se proponen atacar a la Coalición. Erzebeth se levanta bruscamente y dice que ella sí quiere atacarla. En realidad, yo también quiero atacar a la Coalición. Me parece bien la idea de la alianza, pero no sólo para la defensa, sino para poder tener más fuerza de ataque. Lara también apoya a Erzebeth. Yo me levanto de mi asiento y me dirijo al Consejo.

 

Sanakin: - "Señores del Consejo, pienso que esto que estoy por decir dividirá el grupo en dos con respecto a sus opiniones, pero estoy muy de acuerdo con Erzebeth, María García y con Lara Stone. ¡Yo quiero atacar! La Coalición no entiende de alianzas, ellos solamente entienden el sonido de las balas. La alianza es muy necesaria, pero no nos ayudará a eliminar a la Coalición de Angstville. ¡Debemos atacar, rápido y fuerte!" -

 

Baldwin trata de explicarnos que una alianza le dolerá más a la Coalición... ¿Qué un ataque? No creo que Baldwin esté hablando en serio. Soy una maquina de guerra, no sirvo para hacer alianzas y hablar con la gente, sólo sirvo para luchar y eso lo hago muy bien. Lo que realmente necesita la Coalición es que le propinemos un buen golpe, lo más poderoso que podamos, para que se den cuenta de que no pueden hacer lo que quieren en este mundo. Verdaderamente creo que Baldwin aún está pensando en lo de la "Cura Juicer", y realmente lo entiendo, pero no podemos dar esta imagen ante el Consejo. Esta imagen de debilidad no es propia de los Rifts Warriors, espero por nuestro bien que no esté mermando la capacidad de mando de nuestro actual líder.

 

La conversación se torna caótica. Daeron grita pidiendo silencio, Striker desea hablar, Baldwin discute con Erzebeth sus opiniones. En un momento dado, Lord Akiron levanta la mano y el aire de la sala se torna más denso.

 

Computadora: - "Sanakin, noto que el aire circundante es un 70% más denso que lo normal. Ajustaré tus células respiratorias a la nueva densidad." -

 

Sanakin: - "No, espera, es sólo magia. No hagas nada... por ahora, pero mantente atenta a cualquier otra cosa anormal." -

 

Lord Akiron se levanta y se dirige a nosotros. Akiron nos explica que desde hace mucho tiempo la única responsabilidad de la ciudad es la de cuidar el Portal del Hades, permaneciendo siempre neutral. Akiron continúa diciendo que la Coalición está extendiendo sus fronteras hasta cerca de DarkGate, pero que el líder de los Rifts Warriors sólo propone que DarkGate se una a poblaciones menos preparadas y que si eso es lo que venimos a ofrecer, DarkGate aceptará nuestra ayuda. Al decir esto, Lord Akiron se para y sale del Saloon del Consejo y en ese mismo momento el muro de silencio cae.

 

Baldwin comienza a hablar mientras la gigantesca mole negra de la esquina se incorpora de su trono y dice sin prestarle atención a nuestro líder que cede el mando el Consejo a Lord Akeimus. Lord Akeimus carraspea y dice que preparará los tratados de amistad y alianza, pero que si cambiamos de opinión su oferta sigue en pie. Striker pide la palabra y explica su parecer. Observo al Padre Oracio levantarse, acercarse a Akeimus, susurrarle algo al oído y retirarse de la sala. Akeimus sonríe a Striker y pregunta si alguien más quiere aportar algo. María García levanta su mano y el Mago blanco le cede la palabra. María también explica su posición ante la atenta mirada de Akeimus. Daeron también expresa su opinión. Cuando todos los Rifts Warriors terminan de hablar, Akeimus se incorpora y dice que se levanta la sesión. Esopo, Lady Yavanna y Lord Hibari Kunde hacen lo mismo y se retiran juntos. Observo como Ardan se acerca a Geoffrey y se miran un momento. Después Ardan se retira también.

 

El Sheriff Pearce, que aún se encuentra sentado, nos mira con severidad. El Ejecutor mira serio a Baldwin y susurra demasiado alto, para que todos escuchemos: - "Esto no es un autentico guerrero" - mientras niega con la cabeza. Akeimus se acerca a Daeron y le dice que le hará llegar los tratados a la mayor brevedad y que Aldon Pearce nos acompañará hasta la salida. Diciendo esto, Lord Akeimus el Blanco nos sonríe y se retira.

 

Las puertas se abren de par en par y el Sheriff de pie entre ellas nos mira como pidiendo que nos retiremos. Me acerco a Baldwin, apoyo uno de mis cibernéticos brazos en su hombro y le digo que lo que dijo el Ejecutor no tiene pies ni cabeza.

 

Todos salimos del Ayuntamiento y el Sheriff nos despide con un movimiento de cabeza. Striker propone ir a un bar a beber algo y a charlar de lo sucedido. Me acerco a Briaeros y les digo a todos que nos iremos por ahí Briaeros y yo a charlar un poco. Me despido de mis compañeros mientras me dirijo junto con el Cyborg Alemán hacia un lugar apartado.

 

Cruzo tres o cuatro palabras con el Cyborg Alemán. Tenía intención de contarle cómo me siento y ver si él se siente igual a mí. Pero Briaeros entiende muy poco de American, aunque está aprendiendo con Indira a pasos agigantados, no logro entender casi nada de lo que dice y creo que él tampoco entiende mucho de lo que yo le digo. Nos quedamos mirando las estrellas un buen rato. En mi mente imagino la cantidad de mundos y diferentes razas que pueden existir entre tantas estrellas… Una estrella fugaz surca el negro cielo de DarkGate. Pongo mi mano derecha en el hombro de Briaeros y pido un deseo, que tengamos éxito en la misión que vamos a emprender y que todos salgamos con vida de ella.

 

Tras estar contemplando las estrellas un par de horas con Briaeros, le digo que volvamos al Saloon a dormir. En unos minutos estamos nuevamente en el Saloon, ambos nos sentamos en sendos bloques de acero y desconectamos nuestros sistemas un par de horas.

 

Mañana del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA.

 

Por la mañana me despierto más temprano que de costumbre. Decido salir a revisar las cosas que están guardadas en el camión para revisar que todo se encuentra en orden. Al mirar dentro del camión, me sorprendo sobremanera, ya que dentro me encuentro con... ¡dos eyectores de plasma mega-pesados NG! Me dirijo hacia el taller de Mek para averiguar si es posible que los eyectores sean modificados para que los utilicemos Briaeros y yo.

 

Ya en el taller, me explican que la modificación es posible a cambio de veinte mil CR por cada una. Salgo corriendo lo más rápido que mi cuerpo me permite hacia el Saloon y allí me encuentro con mis compañeros de aventuras. Me detengo frente a ellos y les digo que tengo algo que pedirles. Todos ellos me miran con atención.

 

Sanakin: - "Amigos, he estado revisando el camión Battlebringer que perteneció al Conde Arik Strawser para ver si todo está en orden y allí he encontrado dos eyectores de plasma ultra-pesados. Creo que con algunos arreglos pueden ser unas estupendas armas para Briaeros y para mí. He estado averiguando y el coste de su modificación para que las podamos portar es de cuarenta mil CR en total. Quiero pediros, amigos míos, que me autoricéis para utilizar ese dinero del fondo común para que las modifiquen en el taller de Mek. Creo que seria un aumento importante para el poder de fuego de los Rifts Warriors... ¿Qué opináis?" -

 

Mis compañeros se miran unos a otros y Daeron me dice que no hay problema, que coja el dinero y que en el taller de Mek modifiquen las armas. La alegría comienza a invadir mi mente. Empiezo a dar botes en el lugar. Marie Chatelle comienza a mirarme con mala cara mientras Daeron, Shidi y Baldwin me hacen gestos con las manos para que deje de saltar. Cuando siento que las maderas de debajo de mis pies comienzan a crujir, recuerdo lo sucedido con la escalera. Dejo automáticamente de dar botes y observo como Marie niega con la cabeza. Salgo rápidamente del Saloon y llevo los dos eyectores pesados al taller de Mek con ayuda de Briaeros. 

 

Me encuentro con Briaeros en el exterior del taller del armero especialista de NG que se encuentra modificando las armas que estaban en el camión. Desde donde me encuentro puedo escuchar el ruido del soldador autógeno y también puedo ver su luz azul. Briaeros está a mi derecha, pero no me habla. Desde la charla que tuvimos ayer en la cual tenía que sacarle cada palabra con tenazas no ha cruzado una sola palabra más conmigo. En este momento me gustaría comentarle qué es lo que pasa por mi mente, pero sé que entendería menos de la mitad de lo que le cuente.

 

 Aunque yo ya no soy un Juicer, el tema de la supuesta "cura" no para de darme vueltas en la cabeza. ¿Y si fuera verdad todo lo que dijo el hijo del Emperador? Cada vez que el tema sale entre nosotros o se me cruza por la cabeza no puedo dejar de pensar en mi querido hermano Stroland. Es más, lo que más me martiriza es el pensar que si esta cura fuera verdad y yo en este momento siguiera siendo un Juicer, pensaría seriamente seguir unido a los Rifts Warriors. Seguir siendo Juicer... esas sensaciones, la adrenalina a tope, las drogas y los fármacos... me hacía sentir como... Dios... Pero no es eso lo me incomoda, sino que por mi mente se cruce el traicionar a mis amigos... a Daeron... a Shidi, las personas que hicieron lo imposible porque regrese a la vida... pero a su vez me siento cada día más prisionero de este cuerpo de hojalata. Cada día que pasa siento como mi humanidad va dejando poco a poco mi cuerpo. ¿Qué es lo que pensará Briaeros acerca de esto...? No me lo ha dicho, pero creo intuir que no será algo muy distinto a lo que pienso.

 

Mientras el tema de la "cura Juicer" recorre mi mente, escucho que me llaman desde dentro del taller. Entro rápidamente al taller y quedo sorprendido por lo que veo. De unas cadenas que están agarradas por unas roldanas del techo, penden dos impresionantes armas de color plata. En una de ellas puedo ver a un costado, escrito con letras negras "Sanakin Goldman. Rifts Warriors." Imagino que la otra debe poner el nombre de Briaeros. Las armas han sido modificadas para que las podamos llevar con mayor soltura, se les han agregado unos arneses y un contrapeso para que sean más fáciles de disparar y para disminuir el gran retroceso del disparo. Me acerco a la que me pertenece mientras llamo a gritos a Briaeros. El imponente ´Borg Alemán entra al taller y le indico que coja su nueva preciosidad. Por medio de las cadenas, el especialista hace que las armas bajen hasta una altura en que las podamos agarrar.

 

Haciendo un poco de fuerza, descuelgo mi nuevo juguetito de los arneses y me lo coloco en posición. Ato los arneses a mi cuerpo y cuelgo mi nueva arma a mi espalda. Briaeros hace lo mismo, pero él prefiere llevar el arma delante, cogida con una mano. Le pago lo convenido al especialista, unos cuarenta mil CR y salgo del taller. Briaeros me sigue detrás. Le digo al Cyborg que ya es hora de que regresemos al Saloon y éste asiente. Al cabo de unos minutos entramos al Saloon y toda la gente se nos queda mirando como si fuéramos algo extraños. Es verdad que las armas son un poquitín grandes, pero no es para mirarnos así, somos Cyborgs, ¿qué esperan? ¿Qué caminemos armados con ballestas o qué?

 

Me siento en uno de los bloques de acero macizo y Briaeros se sienta a mi lado. Puedo ver que el suelo está reparado toscamente con pedazos de madera donde estuve dando botes. Creo que sería conveniente darle una buena propina a la encargada para que pueda reparar los daños que cause y para que deje de mirarme de esa manera... Los muchachos están hablando acerca de las posiciones que ocuparemos cada uno en los vehículos. La idea es que yo viaje en el BattleBringer, pero rápidamente es desechada por todos, ya que el camión es demasiado pesado para el desierto. Otro tema de conversación es el poco armamento que tenemos y que deberíamos comprar algunas armas y armaduras más. Al final decidimos junto con Briaeros, en ir caminando al lado del convoy con nuestros nuevos cañones de plasma pesados NG, ya que como somos Cyborgs, la fatiga no nos afecta como a los demás.

 

En ese momento, observo como entra al Saloon, Ebon. Ebon es un elfo aliado de los Rifts Warriors desde hace mucho tiempo. Saludo a Ebon con la mano y éste se acerca a nuestra mesa con lo que parece un maletín entre sus manos. Se sienta entre Baldwin y Daeron. Noto como el elfo comienza a mirar hacia todos lados y acerca su cabeza al centro de la mesa. Todos los que están sentados con él hacen lo mismo. Aumento el volumen de mis oídos con la intención de escuchar lo que Ebon está por decir ya que comienza a hablar susurrando.

 

Ebon deja una carpeta enfrente de Baldwin y le susurra que no la abra, que son los tratados de las alianzas. Ebon continúa diciendo que él teme que haya espías de la Coalición o algún oído indiscreto cerca. Acto seguido, el elfo abre apenas el maletín y desde mi posición puedo ver una serie de billetes de mil CR. Baldwin nos explica, también susurrando, cuál va a ser el plan a seguir. Cuando Baldwin termina de explicarnos a todos el plan, Ebon dice que tiene algo más para comentarnos. El elfo nos dice que sería bueno que los Rifts Warriors tengamos un estandarte que nos identifique, como un símbolo. Ebon dice que si elegimos un dibujo él se encargará de que tengamos ese emblema pintado en nuestros vehículos y armaduras.

 

Todos comienzan a dar ideas de cómo debe ser el emblema. Una grieta, un guerrero, un soldado. Yo propongo una serie de manos entrelazadas sobre la tierra. Al final, todos nos ponemos de acuerdo en la idea de María García, que propone que el emblema debe ser una grieta y una espada sobre esta. Ahora que lo pienso, tener un emblema propio, nos da total independencia. Es decir, que ninguna ciudad de la alianza puede ser afectada por nuestras acciones... el Consejo se cubre las espaldas... y... ¡nos dan vía libre para un ataque directo a la Coalición!

 

Tras elegir el diseño, ahora comenzamos a elegir los colores... negro, azul, plateado, blanco... Ebon nos interrumpe y le dice a Baldwin que cuando tengamos el diseño terminado lo llevemos al taller de Mek y allí nos darán todos los emblemas. Mientras Ebon se despide de nosotros con un gran saludo, me pongo a pensar cómo quedaré con mi pañuelo rojo y con un gran emblema pintado en la espalda... espero no quedar muy ridículo.

 

Entre todos decidimos que lo mejor sería gastar esta gran suma de dinero en equiparnos bien para no tener ningún problema en todo el camino. Acompaño a todos mis compañeros a Equipamientos Jennifer para aprovisionarnos. La dependienta del local se vuelve loca al vernos entrar a todos los Rifts Warriors al mismo tiempo. Cada uno de nosotros elige lo que mejor le parece mientras la dependienta coge los billetes y los guarda en la caja.

 

Mientras todos compran, yo me acerco hasta la estantería de los E-Clips, cojo los últimos diez para mi nueva arma y para la de Briaeros por un total de doscientos mil CR. Además, deseo poder tener una pistola para mi pistolera automatizada. Me acerco a la vitrina donde se encuentran las pistolas energéticas y cojo una NG-57 con diez cargadores por un valor de noventa mil CR, una verdadera ganga. Le pido a Daeron la suma de doscientos noventa mil CR del Fondo Común y él me los entrega con una sonrisa en sus labios. Me acerco a la caja, abono el total de mis compras y salgo de la tienda junto con mis compañeros.

 

Uff, eso sí que ha sido duro. Casi dos millones de créditos gastados en armas, munición y armaduras... pero nunca es demasiado cuando se trata de comprar armas. Jennifer estará más que contenta al hacer el arqueo de la caja esta noche. Por la calle se oyen rumores acerca que los Rifts Warriors van a una guerra y cosas así. El más asombroso es el que dice que nos vamos a cargar a Angstville nosotros solitos. No están muy errados, ya que cada vez que salimos de alguna ciudad, algún que otro peligro nos encontramos. Pero bueno, gajes del oficio.

 

Vamos al Saloon a comer a eso de las cuatro de la tarde. Me siento en uno de los bloques de acero y almuerzo uno de mis botes de concentrado para Cyborgs. El Saloon está abarrotado de gente, curiosos que quieren vernos... ¿Qué es eso? ¿Baldwin firmando autógrafos? Mientras estoy observando a Baldwin uno de los niños que asusté el otro día se acerca a mí para pedirme un autógrafo. Lo miro detenidamente y le firmo un autógrafo. Algunos de los clientes que poseen una cámara quieren sacarse fotos con nosotros. Llamo a uno de los que tienen cámara instantánea y le digo que nos saque una foto a todo el grupo. Todos tomamos posiciones para la foto y varios flashes nos encandilan. El hombre al que le pedí la foto se acerca a mí y me entrega la foto de los Rifts Warriors. Guardo la foto en mi mochila y continúo comiendo.

 

Los clientes comienzan a levantar apuestas... pregunto cómo están y uno de ellos me responde que están una a una, muy empatadas. Paso de apostar con una diferencia tan baja mientras sigue entrando más y más gente al Saloon. La gente vitorea nuestro nombre y el nombre de cada uno por separado. Emil entra al Saloon, se acerca a nosotros para desearnos suerte y rápidamente se retira por donde entró. De repente, alguien aterriza en nuestra mesa como empujado por alguien... ¡es Jack Tanreack! El bueno de Jack nos exige que lo llevemos con nosotros y nos pide un millón de créditos para equipo. Veo como Baldwin le mira con mala cara y ante su petición le dice que no tenemos dinero y que él ya no es más un Rifts Warrior. Jack me mira como pidiéndome ayuda, pero yo giro la cabeza. Al final Tanreack se resigna, nos dice que nos vaya bien y se retira. Al cabo de unos minutos Quick Silver se acerca a nosotros y nos dice que a él le hubiese gustado pertenecer a los Rifts Warriors, pero que se dio cuenta de que esta vida no es para él. Quick nos desea suerte y sale rápido del Saloon.

 

Mientras termino de comer mi segundo bote de comida concentrada, se acercan a nosotros dos antiguas integrantes de los Rifts Warriors, Noa y Alexa. Ambas se miran con mucho odio en sus ojos. Noa se acerca primero y nos explica que ahora sirve al Dios Apolo y que si alguien quiere su bendición que se lo pida. Todos nos quedamos callados... parece que nadie profesa la religión de Noa. Mientras tanto Alexa se acerca a Baldwin y le extiende un mazo de cartas de Tarot. Baldwin coge una, Alexa mira la carta y nos dice que nuestro destino no se acaba ahora, que habrá muerte y destrucción, pero no está segura de quien. 

 

Alexa: - "Sanakin... ¿alguna vez has conducido un tanque?" -

 

Sanakin: - "Hum, creo que no Alexa, ¿por qué me lo preguntas?" -

 

Veo como Alexa señala una carta que tengo delante de mí. Sigo el dedo con la mirada y veo que la carta es de un carruaje con un auriga. Realmente no entiendo absolutamente nada de nada. Me quedo mirando a Alexa extrañado y ella nos dice que venceremos a nuestros enemigos si hacemos llover la Muerte sobre ellos desde el cielo... Hum, más confundido me ha dejado... la muerte desde el cielo... ¿qué demonios significará?

 

Mi reloj interno me dice que son casi las seis de la tarde. Shidi se marcha a cargar las cosas en el hover furgón. Mis compañeros parecen cansados. Todos observamos a Baldwin para ver cual es la decisión que tomará, si partimos ahora o mañana tras un sueño reparador. Ya está anocheciendo y prefiero no tener que viajar por la noche. Baldwin se queda pensando un rato y al final decide que nos marchemos a descansar para partir mañana lo más pronto posible.

 

Poco a poco, todos y cada uno de los Rifts Warriors se marchan a descansar. Creo que lo mejor será que me quede por aquí unos minutos más y cuando todos se marchen, darle algunos créditos a Marie por los destrozos que he causado. Cuando todos mis compañeros han subido a sus habitaciones, me acerco a Marie.

 

Sanakin: - "Marie, toma esto... espero que cubra un poco el coste de las reparaciones del suelo..." -

 

Marie: - "Sanakin, me temo que no puedo aceptarlo. Estoy muy enfadada contigo por lo que ha pasado en la escalera y aún más con todas esas grietas cerca de la puerta cuando te has puesto a dar botes... pero... eres un Rifts Warrior... y has hecho mucho por todos nosotros. Aunque dentro de mí una voz me dice que lo acepte, no puedo aceptar ese dinero, Sanakin..." -

 

Sanakin: - "Una vez más te pido perdón por lo sucedido, Marie... no volverá a ocurrir... y gracias." -

 

Marie: - "No, Sanakin. Gracias a que eres un Rifts Warrior. Si no lo fueras, te prometo que no pisabas más este Saloon tras lo sucedido en la escalera." -

 

Me retiro lentamente de la barra, esquivando las tablas que están agrietadas y me dirijo a uno de los bloques de acero, donde me siento y me duermo.

 

Mañana del Sábado, Día 17 de Diciembre de 104 PA.

 

Todos desayunamos rápidamente. Todas las cosas ya fueron cargadas en los vehículos ayer por la noche, por lo que sólo tenemos que decidirnos a partir. Cuando todos mis compañeros terminan de desayunar, recogemos nuestras cosas y salimos del Saloon. Al cabo de unos minutos estamos cruzando las puertas de la ciudad en dirección sur.

 

La exploradora elfa Erzebeth encabeza la marcha junto con el elfo Juicer Striker sobre sendas Speedster. Detrás de ellos cabalga sobre su caballo robot Arabian, el cibercaballero Sir Geoffrey Mournfolk, y su esposa María, también en un Arabian; seguidos por el hover furgón blindado piloteado por Baldwin, con Indira y Daeron en su interior y con Snich acomodado entre las provisiones. En el costado derecho del hover furgón, camina Briaeros, en el flanco izquierdo, estoy yo con mi nuevo juguete preparado para disparar. El apoyo aéreo lo dan Shidi en su SAMAS detrás y Lara Stone en su Sky King en la vanguardia.

 

En mi espalda tengo pintado un enorme emblema que puede verse a varios metros de distancia. Todos y cada uno de mis compañeros tienen en su ropa o armaduras el emblema de los Rifts Warriors, los vehículos también poseen una copia de los emblemas pintados en su chasis. Además, Geoffrey posee un estandarte personal que ondea al compás del viento.

 

A nuestra derecha comienzo a divisar el tenue brillo del río DarkGate. Comienza nuestra aventura... el camino puede llegar a ser peligroso creo que es necesario activar todos mis sistemas defensivos para evitar cualquier ataque sorpresa.

 

Sanakin: - "Computadora. Activa todos los sistemas de defensa y de detección, por favor." -

 

Computadora: - "Activando, Sanakin. Activando sistemas defensivos y de detección. Sistema de guía de misiles 100%, Audición amplificada 100%, Sistema de Ojos multiópticos 100%, Sistema de armas 100%. Todos los sistemas están activados y operando al 100%, Sanakin." -

 

En la pantalla personal que poseo delante de mis ojos comienzan a aparecer activados todos los sistemas y me alegro ver que están todos al cien por cien. Avanzamos durante un par de horas por una llanura llena de pastos bajos y plantaciones. El sol se está ocultando en el horizonte. Miro atentamente hacia delante y puedo ver una gran cantidad de cabezas cornamentadas que se dirigen hacia nosotros. Utilizo mi visión amplificada y puedo ver que son cientos de reses con varios cowboys a los flancos dirigiéndolas.

 

Sanakin: - "¡Hey! Shidi, responde... ¿Cómo está todo por allí atrás? ¿Alguna novedad, amigo? Cambio." -

 

Shidi: - "Sin novedad, Sanakin. Shidi fuera."-

 

Los cowboys pasan a nuestro lado y algunos nos saludan con la mano al pasar cerca de nosotros. Erze se acerca a ellos, después regresa y transmite por radio que no han visto nada extraño en todo el día. Hablo por radio con Shidi y le pido que esté atento al radar en ese momento Lara transmite la orden de estar alerta. Le quito el seguro a mi arma y comienzo a mirar a los alrededores buscando algún signo de peligro mientras trato de averiguar qué es lo que sucede.

 

Los segundos parecen pasar más lentos... todos los Rifts Warriors están en alerta máxima, en ese momento Lara transmite por radio que ha sido una falsa alarma. Me tranquilizo un poco, pero al ver que el sol se está ocultando vuelvo a estar un poco intranquilo. Creo que lo mejor será descansar y acampar cerca de una fuente de luz si es posible. A mi espalda tengo una gran lámpara de campamento que me provee de una buena fuente de luz. Baldwin nos da la orden de que paremos y montemos el campamento.

 

Me alejo un poco del centro del campamento, coloco el gran faro en el suelo y lo enciendo. Mis compañeros comienzan a montar el campamento mientras yo me aposto contra una roca al norte del campamento a vigilar. El sol está completamente oculto tras el horizonte y la luna aparece en el firmamento. Me acerco a mis compañeros, que están cenando unas salchichas, y saco un bote de alimento concentrado para cenar. Mientras ceno, Baldwin propone seleccionar los tríos para los turnos de guardia. 

 

Me ofrezco voluntario para el primer turno. Me toca con Snich y con Geoffrey. Me alejo hacia el norte del campamento y coloco mi gran arma sobre unas rocas para que me sirva de apoyo.

 

Sanakin: - "Computadora, necesito visión nocturna y térmica." -

 

Computadora: - "Activadas, Sanakin." -

 

El turno de guardia transcurre sin novedad. Al cabo de una hora, cincuenta y nueve minutos y cuarenta segundos, según mi reloj interno, Shidi me viene a relevar de mi puesto. Me quedo en ese mismo sitio y comienzo a colocar mis sistemas en Stand By.

 

Sanakin: - "Computadora, quiero un informe detallado de todo lo que suceda por la noche. Además si escuchas gritar a alguno de mis compañeros quiero que me despiertes enseguida." -

 

Computadora: - "Entendido, Sanakin." -

 

Me duermo. Al cabo de unas seis horas mi computadora personal me despierta.

 

Computadora: - "Buenos días, Sanakin Goldman." -

 

Sanakin: - "Buenos días, ¿alguna novedad por la noche?" -

 

Computadora: - "Sí, Sanakin. Cerca de las 0630 horas he grabado esto." -

 

A mis oídos llega el tenue sonido del viento de la noche y entre ese sonido puedo distinguir claramente el sonido de unas bestias. Me incorporo rápidamente y me acerco a Baldwin, que se encuentra mirando hacia el sur, para comentarle lo que he escuchado.

 

Sanakin: - "Baldwin, ¿has oído algo por la noche cerca del final de tu turno de guardia? En mi registro aparece el sonido de unas bestias procedente desde el sur cerca de las 0630 horas."-

 

Baldwin me confirma que él también ha escuchado sonidos extraños. En ese momento el Cibercaballero Geoffrey nos pregunta qué sucede y le comentamos lo sucedido. Baldwin está de acuerdo conmigo en que podríamos tener problemas durante el día.

 

Veo como Shidi se sube a su SAMAS y nos transmite por radio que no observa nada raro en el radar. Miro hacia el sur con mi visión telescópica y no logro ver nada raro. Aun así debo estar alerta ante cualquier cosa extraña que descubra. Shidi remonta vuelo con su SAMAS y toma dirección sur, seguramente para ver si el camino está despejado. Lara Stone hace lo mismo, pero se queda volando sobre nuestras cabezas a varios metros de altura.

 

Un fuerte viento comienza a levantarse. Todos comenzamos a desmontar el campamento mientras el viento se hace más y más fuerte. Me comunico por radio con Shidi para ver si ve algo, y él me responde que no, pero que se avecina una gran ventisca. ¡Ja! Como si no lo supiéramos. Le digo a Shidi que regrese con nosotros, que las tormentas son muy peligrosas y Shidi me responde que regresará en cuanto se calme el viento. El viento es bastante fuerte, pero soy demasiado pesado para que me mueva. Todos se encuentran en sus posiciones en los vehículos.

 

En un momento dado, trato de comunicarme con Lara y con Shidi, pero solamente escucho estática en mis audífonos. Trato de comunicarme varias veces, cambiando de frecuencia, pero nada, sólo estática. Regulo la potencia de mi equipo de radio y por fin logro conectar con Lara Stone. Lo primero que logro escuchar es a Lara gritando: -"S.O.S... grupo... atacar... peligro..." - seguido por una larga interferencia. Trato de comunicarme con Baldwin, pero sigo escuchando estática. Me acerco rápidamente al hover furgón y comienzo a golpear la puerta gritando que nos atacan. El hover furgón se tambalea debido a mis golpes. Baldwin abre una de las ventanas del furgón y el viento se cuela dentro. Me coloco de forma tal que tape el viento que entra al furgón. Baldwin me pregunta qué es lo que sucede y yo le respondo con una fuerte voz metálica que retumba dentro del camión: - "¡¡¡Nos atacan!!!" -

 

Observo a Shidi aterrizar a nuestro lado al mismo tiempo que un rayo rojo láser destruye una roca cercana. Comienzo a escuchar una serie de sonidos bestiales que proceden desde el sur. Quito el seguro de mi arma y me preparo para la batalla.

 

Baldwin sale rápidamente del hover furgón con su eyector cargado, listo para disparar, mientras cinco Simvans intentan rodearnos. Baldwin intenta disparar, pero su arma se le funde entre sus manos. María García carga su Wilk´s-Remi y dispara contra uno de los monstruos que nos ataca, pero falla por mucho mientras Shidi, que ha regresado con nosotros justo al comienzo del combate, dispara contra otro causándole algo de daño con el rail gun de su SAMAS.

 

Observo a Geoffrey apuntar con su arma y disparar al que ha herido Shidi atomizándolo en pequeñas partículas. Cambio el selector de mi arma en posición de Ráfaga Total y disparo contra uno de los Simvans. Un gran rayo de plasma sale disparado de mi arma impactando de lleno en uno de los jinetes. El jinete al cual le disparé queda envuelto en una gran bola de plasma y es vaporizado. Su montura queda seriamente herida y se desploma pesadamente en el suelo.

 

Los tres enemigos que quedan disparan sus rifles láser. Dos de ellos disparan contra Shidi y ambos aciertan en su SAMAS. Shidi cae lentamente al suelo debido al gran impacto mientras el Simvan restante dispara contra Baldwin. El Juicer salta hacia uno de sus costados, esquivando el disparo del enemigo con la típica agilidad Juicer mientras desenfunda su pistola Big Man y dispara contra el que acaba de atacarlo, matando al Jinete, pero su montura emprende la huida.

 

Sanakin: - "Computadora, activa los brazos lanzadores de misiles... ¡Ahora!" -

 

Desde mi espalda, se despliegan dos brazos robóticos de color negro, con tres mini misiles de plasma cargados en cada uno. Automáticamente mi computadora selecciona a los enemigos y dispara los seis mini misiles al unísono mientras descargo mi arma y coloco un E-Clip nuevo en ella. Seis estelas de humo señalan la dirección de los mini misiles, que ya han encontrado su blanco. Con una ensordecedora explosión de plasma que se puede oír a kilómetros en la redonda los seis mini misiles impactan certeramente en los enemigos. Ambos Simvans quedan envueltos en un globo de plasma hiper recalentado que lentamente va desapareciendo dejando sólo desolación en el cielo. Pequeñas partículas de lo que antes eran nuestros enemigos caen lentamente al suelo. Los dos brazos robóticos vuelven a su posición original mientras miro la terrible destrucción que acabo de causar.

 

Geoffrey decide dejar marchar a la montura que huye y nos indica a todos que nos marchemos de aquí rápidamente. María García sacrifica al Ostrosaurio que está herido en el suelo mientras que Lara Stone ametralla con su rail gun al que huye, que cae al suelo seriamente herido, pero vivo. Veo a Shidi remontar vuelo con su SAMAS y rematar a la montura que está herida en el suelo. Las balas destruyen en cuerpo de la montura de la cual saltan pedacitos de piel hacia todos lados.

 

Mis sensibles oídos escuchan un grito desde el aire. Levanto la vista y observo que Lara barrena en picado con su Sky King. Me alejo del posible lugar del impacto justo cuando Lara Stone logra controlar su nave y salir del picado. La estática desaparece de mis oídos y las comunicaciones vuelven a estar al cien por cien. Erzebeth nos transmite por radio que la sigamos, que ella nos sacará de aquí. Baldwin pone en marcha el hover furgón y todos comenzamos a seguir de cerca de Erzebeth.

 

Avanzamos hacia el oeste durante algunas horas y después giramos hacia el sur. Las horas pasan rápido y el sol comienza a ocultarse. Al cabo de tres horas más de viaje, regresamos a la carretera de la ruta de la carne. El sol se está ocultando en el horizonte y comienzo a ver que alrededor de la carretera hay grandes campos de cultivo. Al cabo de unos minutos más de camino, puedo observar delante de mí luces sobre una gran empalizada de madera.

 

Más de una docena de Mercenarios, al parecer del gremio de Mercenarios de DarkGate, armados con armaduras modernas y rifles láser, nos salen a nuestro paso. El hover furgón disminuye la velocidad y todos los demás nos paramos en seco. Un personaje, que parece ser el jefe de los guardias, se adelanta y nos pregunta quienes somos. Sutilmente bajo mi mano hasta mi compartimiento secreto en mi pierna donde cargo una flamante pistola mientras Baldwin se presenta como el actual líder de los Rifts Warriors. El líder de los Mercenarios se asombra mientras ordena a todos sus soldados bajar las armas y nos da la bienvenida a la ciudad. Lentamente separo mi mano de la culata de mi pistola y automáticamente se cierra la pistolera secreta automatizada.

 

El Sargento Zakhara nos invita a pasar a la ciudad y nos acompaña hasta el Saloon de Santo Tomás. En el Saloon le asignan habitaciones a cada uno de los Rifts Warriors. Yo me quedo esperando a mis compañeros en la sala común que en cualquier momento bajarán a cenar. Uno a uno mis compañeros se sientan en la mesa y comienzan a comer. Yo me aparto un poco de ellos y ceno uno de mis botes de comida concentrada para Cyborgs.

 

Al terminar de cenar, los muchachos suben a sus respectivas habitaciones. Yo salgo fuera del Saloon y me siento en una gran roca que encuentro sólo al cruzar la calle. Al sentarme, algunos pedacitos de roca caen al suelo, pero creo que resistirá mi peso. Coloco mi nueva arma a un costado, cerca del alcance de mis manos, preparo mi computadora personal para que registre todo lo que suceda por la noche y me duermo.

 

Mañana del Domingo, Día 18 de Diciembre de 104 PA.

 

Me encuentro en la sala común de la taberna lustrando mi eyector cuando mis compañeros comienzan a bajar a desayunar. Sobre la mesa hay un periódico que rápidamente coge Shidi y comienza a leer. Silver Hawk comienza a pasar las páginas rápidamente hasta que llega a lo que parece ser una noticia interesante. Después de una larga pausa, Shidi lee en voz alta la noticia. La noticia habla acerca de que Juicers de toda Norteamérica están rescindiendo sus contratos con sus gremios para unirse a la Coalición. ¡Maldita Coalición! Ya no sé qué pensar... ¿Será verdad esta maldita "Cura Juicer"? No puedo evitar que nuevamente se cruce por mi mente el recuerdo de mi hermano Stroland, ni de mi época de Juicer... Debo descubrir, junto con mis amigos, si esto de la "Cura Juicer" existe o si sólo es una burda farsa de la Coalición y si acaso fuese verdad, dar a conocer la "Cura Juicer" a toda la humanidad.

 

Todos los Rifts Warriors comenzamos a pensar donde debemos dirigirnos para encontrar a las autoridades de esta ciudad. Nadie sabe absolutamente nada sobre la ciudad, así que decidimos salir a recorrerla y averiguar donde están las autoridades de Santo Tomás.

 

Al cabo de una media hora de caminata, hacia mi izquierda puedo ver un gran edificio que parece ser la Universidad. Una multitud de estudiantes está ante la gran escalera que se encuentra en la entrada de la facultad. Comienzo a saludarlos con mi mano cuando observo que de la puerta principal sale una persona con un uniforme de bedel, gritando a todos los estudiantes que las clases están a punto de comenzar. Cuando el último de los estudiantes entra a la Universidad, el bedel cierra la puerta principal.

 

En ese momento, siento como alguien choca contra mi espalda. Giro mi cabeza y puedo ver en el suelo a un señor muy bien vestido. Mientras le digo que tenga más cuidado al caminar, el hombre se levanta rápidamente, mira su reloj y entra corriendo a la facultad sin siquiera disculparse. El extraño bedel, le abre la puerta para que pase y ante el paso del hombre lo saluda con una reverencia.

 

Mis sensibles oídos escuchan en suave maullar de un gatito. Busco desde donde proviene ese maullido y puedo ver, sobre un árbol, un pequeño gato totalmente blanco. Llamo al gatito con cariño y este baja del árbol y se acerca a mí. Lo cojo en una de mis manos y Geoffrey comienza a observarlo. El cibercaballero me señala el cuello del minino con el dedo y allí puedo ver un pequeño collar con una medalla en la que está escrito el nombre de "Smitty".

 

Coloco al pequeño gatito sobre mi hombro, pero este salta hacia el suelo y se acerca ronroneando hasta la pierna de Striker 1777. En ese momento de la puerta de la facultad aparece nuevamente ese personaje algo extraño que llama a gritos al gatito. El bedel se acerca hasta donde nos encontramos y le pide amablemente a Striker que le entregue el pequeño gatito porque pertenece al Rector de la Universidad. El bedel coge a Smitty y se mete dentro de la Universidad. Intento preguntarle a ese extraño hombre acerca de las autoridades de Santo Tomás, pero no me hace nada de caso. Todos nos miramos unos a otros y, tras una pequeña charla, decidimos entrar en la Universidad.

 

Una vez dentro, observo que no hay ningún ascensor en el que pueda subir, sólo hay una escalera de piedra. Investigo la escalera para ver si me es posible subirla, y me doy cuenta que es muy probable que sufra desperfectos por mi peso. Decido esperar fuera junto con algunos de mis compañeros mientras los demás recorren la Universidad.

 

Me quedo fuera de la Universidad junto con Briaeros, Indira, Daeron, María y Snich. En ese momento se me ocurre hacer un pequeño recorrido turístico por la ciudad. En realidad, me gustaría comprar un buen sombrero vaquero que haga juego con mi pañuelo rojo y tal vez, alguna mascota para que me acompañe a mí y al grupo en sus aventuras. Me despido de mis compañeros y lentamente comienzo a caminar por la ciudad.

 

Al cabo de unos minutos de caminar, llego a la zona del mercadillo de Santo Tomás. Allí puedo observar una gran cantidad de humildes tiendas. Me acerco hasta un puesto donde venden todo tipo de sombreros, cinturones, capas y demás complementos y comienzo a mirar buscando un sombrero que me guste. El puesto está atendido por una pequeña muchacha que me mira extrañada.

 

Dependienta: - "Buenas tardes, Señor. ¿En qué le puedo servir?" -

 

Sanakin: - "Oh, buenas tardes, pequeña dama. Estoy interesado en adquirir un sombrero vaquero que haga juego con mi pañuelo. Aquí veo muchos y muy buenos, pero no me puedo decidir. ¿Podrías ayudarme con la elección?" -

 

Dependienta: - "Pues... déjeme ver... Hum, sí, creo que este sombrero le quedará estupendamente bien... pruébeselo y obsérvese en ese espejo."-

 

Me coloco el sombrero en mi metálica cabeza y lo inclino un poco hacia la derecha. El sombrero es de color negro, con una cinta roja alrededor, su ala derecha está levemente levantada al estilo "pistolero del viejo oeste". Debajo del ala, tiene bordado con hilo dorado en letras pequeñas "Rdo. De Sto. Tomás". Me observo en el pequeño espejo que está colgado en una de las esquinas del puesto y realmente me veo muy guapo con mi nueva adquisición. Le pago a la niña de mi bolsillo la suma de ciento cincuenta CR que es lo que vale el sombrero y continúo con mi recorrido por la ciudad.

 

Mi idea es ahora encontrar una tienda de animales para comprar una mascota para el grupo. Tengo pensado comprar algún perro grande o algo parecido. Al caminar por la ciudad, paso por delante del taller de Iron Forge, atendido por el enano armero del mismo nombre. Recuerdo que una vez aquí me colocaron una nueva armadura pesada, un buen trabajo. Al pasar por la puerta del Iron Forge, observo al enano que está soldando una serie de armaduras. Al parecer el enano me reconoce, se levanta la mascara de soldar y me saluda con la mano. Correspondo al saludo y se me ocurre que aquí J. T. Shidi puede reparar su SAMAS. Creo que en cuanto lo vea le comentaré esta idea.

 

Al cabo de media hora de caminata, llego hasta lo que parece una tienda de animales. Entro en ella y el vendedor me sonríe amablemente.

 

Vendedor: - "Buenos días Señor." -

 

Sanakin: - "Buenos días amable caballero. Yo... er... puede que suene un poco raro lo que le voy a decir pero... me gustaría adquirir una mascota... ¿Qué me puede ofrecer?" -

 

Vendedor: - "Oh, no es nada raro, Señor. Le comprendo perfectamente, muchas personas como usted han venido a verme con la misma petición. Una mascota. Tenemos hámsters, pájaros, peces de colores, esta hermosísima iguana, este papagayo, esos cachorritos de gato y esta adorable tortuguita de tierra... ¿Qué le parece esta tortuguita? Necesita muy pocos cuidados y es muy graciosa." -

 

Cojo la tortuga en la palma de mi mano. ¡Es la tortuga más pequeña que he visto! Graciosa... hum, creo que Geoffrey es más gracioso que esta diminuta tortuga.

 

Sanakin: - "Er... usted piensa que esta tortuguita, muy graciosa es verdad, me seguirá a todos lados... Yo tenia en mente algún animal un poco más compañero y un poco más grande, algo así como un perro." -

 

Vendedor: - "Pues, los perros se nos han acabado, pero usted podría llevar a esta graciosa tortuguita en una jaula. Aunque, espere, aquí tengo unos cachorritos de gato que tienen sólo una semana, ¿no le gustaría comprar uno?" -

 

Sanakin: - "No, Señor, muchas gracias por su tiempo, pero creo seguiré recorriendo la ciudad. Hasta luego buen hombre." -

 

Salgo de la tienda un poco triste al no poder conseguir lo que quería y decido regresar a la taberna para encontrarme con mis compañeros. Cuando estoy recorriendo el barrio de los mercaderes, me encuentro con mis compañeros que regresan de la Universidad. En ese momento escucho que Lara dice algo acerca de quitarse las armaduras. Mis compañeros están discutiendo acerca de si deben quitarse las armaduras o no. Al parecer es costumbre de la ciudad no utilizar armaduras. Pero ahora que lo pienso, ¿cómo quieren que yo me quite la armadura, si la tengo atornillada al cuerpo? Briaeros me dice que tampoco entiende como se puede quitar la armadura.

 

Geoffrey me dice que yo me podría quedar en la taberna, ya que tampoco podría subir las escaleras de piedra de la facultad sin que éstas resulten dañadas por mi peso. También me dice que a las siete de la tarde tienen una cita con el Rector para hablar lo de la alianza militar. Creo que lo mejor será que me quede en la taberna, además todavía estoy un poco entristecido por no haber encontrado una mascota.

 

Entramos a la taberna y mis compañeros se acercan a la barra para pedir algo de comer. Yo les digo que me quedaré por aquí mientras ellos vuelven a la Universidad para hablar con su Rector. Me siento en uno de los bloques de acero especiales para Full Conversión ´Borg, abro una de mis latas de concentrado para Cyborg y comienzo a comer lentamente. A Geoffrey y a Baldwin les entregan una cesta a cada uno y todos mis compañeros salen de la taberna saludándome con la mano. Tardo alrededor de una hora en terminar mi bote de comida ya que la tristeza no me deja comer demasiado rápido. La lucha de ayer por la noche me ha dejado bastante cansado, así que aprovecharé que tengo varias horas libres para descansar y dormir hasta mañana. Ya me enteraré si mis compañeros lograron forjar la alianza con esta ciudad. Coloco todos mis sistemas en la más baja de las opciones de seguridad y allí donde estoy sentado me duermo.

 

Mañana del lunes, día 19 de diciembre de 104 PA.

 

Me despierto lentamente y veo que sentado en una de las mesas de la posada está Shidi. Me acerco a él y le pregunto qué es lo que ha sucedido en la Universidad. Shidi me cuenta todo lo sucedido y que el Rector ha aceptado el tratado de alianza. Además, Shidi me comenta que podemos recargar nuestras armas y reparar su SAMAS sin ningún coste ya que los gastos corren a cargo del Rector. Le comento a Shidi que en la ciudad hay un taller, el de Iron Forge, y que allí seguramente podrían reparar su SAMAS. Shidi sonríe, me dice que ya se ha enterado de eso y que su SAMAS está en el taller del armero enano.

 

Uno a uno mis compañeros bajan al salón a desayunar. Una vez que todos desayunan, salimos de la taberna a repostar nuestra munición gastada. Grande es mi sorpresa al enterarme que aquí no poseen los mini misiles que utilizo y que hasta que no lleguemos a Pedro Tomeo o regresemos a DarkGate no podré contar con la reserva completa de mis mini-misiles. Parece ser que toda la tecnología que posee Santo Tomás proviene de fuera y que nadie utiliza esos mini misiles, por eso no los poseen. Pero aún así compro algunas raciones de concentrado para Cyborgs, porque me quedan pocas.

 

Paso la mañana y parte de la tarde recorriendo la ciudad. La gente me mira extrañada, deben de venir muy pocos Full Conversión ´Borg por Santo Tomás. Es más, he recorrido la ciudad de lado a lado y no he visto un solo mago, elfo o cyborg... son todos humanos... Es extraño que en una ciudad que no pertenece a la Coalición sólo se vean humanos por las calles. Recorro la ciudad. Cerca de las cuatro de la tarde me encuentro cerca del Iron Forge y me acerco para ver cómo van las reparaciones de la SAMAS de Shidi. Dentro del taller, observo a Shidi charlando con el enano Iron Forge. Al parecer ya ha terminado de reparar su SAMAS.

 

Acompaño a Shidi a encontrarnos con los demás Rifts Warriors que están terminando de almorzar en un típico restaurante de Santo Tomás. Baldwin nos reúne a todos y nos dice que está todo listo para que partamos a Pedro Tomeo. Baldwin nos explica que tardaremos casi un día en llegar a la ciudad. Observo como Shidi prepara su SAMAS y Lara Stone su Sky King. Al cabo de unos minutos estamos todos preparados para partir.

 

Salimos de la ciudad de Santo Tomás por el sur. La carretera por la que viajamos es bastante mala. Shidi y Lara se encuentran sobrevolándonos vigilando el camino. Erzebeth y Striker 1777 viajan en sus motos delante de nosotros. Baldwin conduce el hover furgón en el que viajan Daeron, Indira y Snich. María y Geoffrey cabalgan a la par del hover furgón. Briaeros y yo caminamos a los flancos del furgón. Rápidamente dejamos atrás a los campos y entramos en el desierto.

 

Cerca de las cinco de la tarde, a lo lejos, puedo divisar gracias a mi visión amplificada unas viejas ruinas. Comento con Geoffrey mi hallazgo y él parece interesado en saber qué son. Al parecer, las ruinas son una excavación arqueológica que pertenece a Santo Tomás. Tras dos horas de viaje comienza a anochecer. Al unísono todas las luces que tenemos se encienden. Baldwin detiene el camión y nos hace señas a todos de que paremos.

 

Todo el grupo detiene su marcha y espera las ordenes del líder. Baldwin nos dice que acamparemos aquí. Nuestro líder organiza los turnos de guardia idénticamente como la anterior guardia. Geoffrey, Snich y yo somos el primer grupo. Coloco el foco de campamento en un lugar donde no moleste a los demás y me aposto debajo de él con mi eyector pesado preparado para disparar. Las dos horas pasan muy tranquilas. Le cedo mi puesto a Lara Stone, que es la Rifts Warrior que me viene a relevar, y me voy a dormir.

 

Me despierto sobresaltado y al abrir los ojos observo, a varios metros de mi posición, a mis compañeros luchar contra varios enemigos. Rápidamente busco mi eyector de plasma, pero veo que no lo tengo. Meto la mano en mi mochila y la primera arma que saco es el Rifle Juicer Asassin. Rápidamente lo reviso para ver si está cargado y salgo corriendo a ayudar a mis amigos...

 

Al llegar al lugar de la batalla, veo los cadáveres de Baldwin, Daeron, Indira y Geoffrey. Lanzo un fuerte grito de rabia al aire mientras coloco el selector de mi rifle en la posición de ráfaga completa. Miro a los enemigos y observo que... ¡Son Juicers! ¿Juicers luchando contra los Rifts Warriors? Un destello de plasma ilumina la noche y acierta en el pecho de Shidi, traspasándolo de lado a lado. Veo como Shidi cae lentamente al suelo, muerto.

 

Levanto mi rifle y apunto a la cabeza de uno de los Juicer que atacan a mis amigos... ¿Stroland? Mi hermano tiene agarrada a Lara por el cuello mientras en su mano lleva una vibroespada.

 

Sanakin: - "¡Espera Stroland, soy yo, Sanakin... ellos son mis amigos... no les hagas más daño!" -

 

Stroland comienza a cortar el cuello de Lara Stone con el vibrofilo lentamente, mientras me mira y lanza una carcajada al aire...

 

Stroland: - "¿Creías que estaba muerto, Sanakin? No, hermano mío. La Coalición me ha dado una nueva vida... la cura es verdad, Sanakin... mírame estoy vivo... ¡Y más poderoso que nunca!" -

 

Caigo de rodillas soltando el arma. Tres Juicers me rodean con grandes eyectores de plasma apuntando a mi cabeza. Los tres Juicers disparan al unísono...

 

Me despierto levemente. ¡Maldita Coalición y maldita la hora que escuché ese informe sobre la supuesta cura! Acomodo el eyector pesado más cerca de mí mientras les explico a mis compañeros que acabo de tener una horrible pesadilla. Oteo todo el campamento, entre dormido, para ver que todo está en orden e inmediatamente me vuelvo a dormir.

 

Siento que alguien me sacude por los hombros. Es Briaeros el que me sacude pidiéndome que me despierte porque hay que trasladar el campamento. Me incorporo rápidamente y le pregunto a Briaeros que por qué nos trasladamos. Briaeros me cuenta lo que sucedió por la noche. Le pido a Briaeros que hable lentamente que no le entiendo nada. Briaeros me explica que por la noche tres Arañas Árbol atacaron a Shidi, Lara y a María, pero que fueron atomizadas a la brevedad. Maldigo en voz alta el no haberme despertado y Briaeros apoya su brazo biónico en mi hombro y me dice que ha sido un combate rápido. Vuelvo a maldecir, pero esta vez en voz baja. Briaeros me mira, parece haberme escuchado y le hago un gesto con la mano indicándole que se olvide de lo que dije.

 

Trasladamos el campamento y evito dormirme. Me mantengo despierto haciendo guardia mientras María cuida de Geoffrey que todavía se encuentra inconsciente. Vuelvo a maldecir el no haberme despertado. Al cabo de unas cuatro horas el sol comienza a asomarse. En ese momento, Geoffrey parece salir de su sopor un poco confundido. Baldwin nos indica a todos que partimos después de desayunar.

 

Rápidamente, al terminar de desayunar, recogemos todo el campamento y emprendemos nuevamente la marcha. Erzebeth se adelanta con su hovermoto para explorar el terreno mientras Shidi y Lara se colocan en sus naves. Observo a Lara Stone salir disparada con su Sky King hacia arriba y adelante. En ese momento Shidi pone en marcha su SAMAS y despega en vertical elevándose unos metros. De pronto, desde la SAMAS de Shidi, comienzo a escuchar un ruido como si una turbina de la Power Armor estuviera llena de arena. Shidi vuelve a posarse en el suelo maldiciendo. Parece que una de las turbinas de la SAMAS está llena de arena sin ninguna duda.

 

Continuamos avanzando mientras Lara sale de mi campo de visión. Striker sigue a Erzebeth, que se adelanta para explorar el camino. Camino como siempre a un flanco del hover furgón, cargando mi pesada arma como si fuera una lanza lista para disparar. Las horas pasan rápido y Lara no da señales de vida. ¿Pero qué es lo que le pasa a esta chica? Siempre buscando que nos preocupemos más de lo necesario. Intento contactar con Lara por radio, pero solamente logro escuchar estática, como si su Sky King no funcionara.

 

El sol está en lo más alto de su recorrido. A la distancia me parece divisar varias columnas de humo negro que se alzan al cielo.

 

Sanakin: - "Computadora, necesito Visión Amplificada." -

 

Computadora: - "Enseguida, Sanakin." -

 

En la pantalla que llevo incorporada a mis ojos, puedo ver como el índice de magnificación comienza a ascender... X2, X4, X8. Puedo ver, a lo lejos, una serie de edificios de los cuales se desprende el humo, pero debido a la arena que hay en el aire no logro enfocar bien la imagen. Geoffrey se acerca cabalgando hasta mi posición.

 

Sir Geoffrey: - "Informa, Sanakin." -

 

Sanakin: - "Bien, he visto una serie de columnas de humo que se desprenden de algunos edificios. Pero no puedo precisar con seguridad si son fábricas o si son edificios en llamas. Hay mucha arena en el aire y eso no me deja ver con claridad." -

 

Erzebeth nos indica que sigamos avanzando. María, al parecer, ha oído mi conversación con Geoffrey e indica que esas columnas de humo seguramente se traten de las fábricas de Pedro Tomeo. Shidi nos confirma que son fábricas y que están protegidas por búnkeres con piezas de artillería. Baldwin le pide a Erzebeth y a Striker que se adelanten y nos dice que continuemos avanzando. Observo como las dos hovermotos se alejan a gran velocidad de nosotros. Ahora que estamos más cerca utilizo nuevamente mi visión telescópica y puedo ver que el humo claramente se desprende de varias factorías, acererías y plantas procesadoras de mineral. Además se puede ver con nitidez el brillo de las alambradas entre los búnkeres. Me alegro al no ver signo alguno de la Coalición ni signos de violencia.

 

Sanakin: - "Sir Geoffrey, confirmado, el humo se desprende de las chimeneas de varias fábricas." -

 

Pero... ¿qué es eso?... Delante de nosotros puedo ver una serie de blindados pesados, escoltados por infantería blindada, que se dirigen hacia nosotros. Los vehículos llevan pintados un símbolo de un puño cyborg agarrando una roca. En ese momento, a mis cibernéticos oídos llega el murmullo de la estática de radio.

 

Radio: - "Aquí fuerzas defensivas de Pedro Tomeo, identifíquense forasteros." -

 

Baldwin, desde el furgón, nos identifica como los Rifts Warriors y pregunta dónde están nuestros exploradores. La voz metálica de la radio responde que están bien y que avancemos en forma pacífica.

 

Baldwin para el furgón, sale de éste y nos reúne a todos. Nuestro líder nos pregunta qué hacemos ahora y todos estamos de acuerdo en entrar pacíficamente. Recojo mi gigantesco eyector en mi espalda mientras las fuerzas blindadas de Pedro Tomeo continúan avanzando. Reemprendemos la marcha con todas nuestras armas enfundadas y al cabo de unos minutos los blindados nos rodean.

 

Un Full Conversión ´Borg se acerca a nosotros. Al parecer es el capitán de las tropas. El ´Borg se identifica como Heavy Duty, nos da la bienvenida, nos dice que nuestros amigos están bien y nos pide que lo sigamos. El Capitán nos mira a mí y a Briaeros. Cojo una piedra del suelo, cierro mi mano sobre ella y sutilmente se la muestro al Capitán. Heavy Duty transmite en una frecuencia codificada sólo para mis oídos una sonora risa mecánica y me pide que lo siga.

 

Todos seguimos al ´Borg. Sus subordinados nos hacen atravesar una entrada fortificada. Los tanques que nos rodearon en el desierto, se dirigen a un hangar y allí puedo ver un Iron Bolt. En ese momento, es cuando regresan a mi mente las palabras que Alexa dijera en DarkGate... - "Venceréis si hacéis caer la muerte desde el cielo" - y su confusa pregunta... - "¿Has conducido alguna vez un tanque, Sanakin?"- ... creo que ahora está un poco más claro.

 

Baldwin y Shidi dejan los vehículos en un hangar y allí observo las dos hovermotos y el Sky King de Lara. Tras dejar los vehículos, entramos a un edificio que se encuentra a la derecha de nuestro hangar, que al parecer es la Aduana. Una vez dentro, nos encontramos con Lara, Striker y Erzebeth que están muy cómodos sentados en una mesa tomando café. Saludo a mis compañeros mientras Heavy Duty nos reitera que somos bienvenidos en Pedro Tomeo.

 

Erzebeth explica que de repente, mientras exploraban, aparecieron los blindados y la infantería. En ese momento, un cyborg enano le entrega a Baldwin una llave de una consigna para que todos dejemos nuestras armas. Dejo todas mis armas dentro de la consigna mientras el enano le hace firmar unos papeles a Baldwin. No soy partidario de andar por ahí sin mis armas, pero no quiero que por mi culpa las autoridades de Pedro Tomeo no firmen la alianza. Además parece que poseen una fuerza defensiva bastante importante como para darnos tiempo a coger nuestras armas ante cualquier signo de ataque Coalicionista.

 

Geoffrey nos recuerda que debemos hablar con los Doctores, ya que el Rector de la Universidad de Santo Tomás, al parecer le dijo que son ellos las autoridades de Pedro Tomeo. Nos dirigimos entonces al hospital. En el camino, puedo ver muchas casas sencillas, y muy poca gente por la calle. Una alarma de mi computadora integrada me hace ponerme alerta.

 

Computadora: - "Alerta, Sanakin. Identificador Molecular activado. Dióxido de Carbono: 3.4 ppm. El índice de contaminación en esta ciudad es muy alto, Sanakin. Ajustando células respiratorias al 60 %." -

 

Sanakin: - "Gracias”. -

 

Frente a mí, puedo ver el edificio del hospital. El hospital de Pedro Tomeo tiene sólo un par de plantas y sus paredes parecen ser de hormigón reforzado antibombas. En el tejado puedo ver una torre con una pesada arma antiaérea. Entramos en el hospital, y una enfermera sale a nuestro encuentro. Geoffrey le explica a la enfermera cual es el motivo de nuestra visita. La bella enfermera piensa un momento y nos dice que los Doctores Lambert y Keterhauss no nos pueden atender en este momento porque están en una intervención quirúrgica, pero que los Doctores Willis y Uber están disponibles en el despacho del Doctor Uber. La enfermera nos hace un gesto con la mano para que la sigamos y todos comenzamos a caminar detrás de la enfermera.

 

La enfermera nos lleva por uno de los pasillos del hospital hasta un ascensor mientras nos dice que el despacho del Doctor Uber está en la planta superior. Cuando el ascensor llega a la planta baja y sus automatizadas puertas se abren, la enfermera sube a un ascensor junto con Geoffrey, Snich, Lara y María. Daeron y los demás suben por las escaleras. Espero unos minutos hasta que regrese el ascensor y subo. En unos segundos el ascensor me lleva hasta la planta superior donde me encuentro con todos mis compañeros. La bella enfermera nos conduce hacia un despacho y nos indica que pasemos.

 

Entro el último al despacho y puedo ver que las paredes están abarrotadas de estanterías llenas de historiales médicos. Me sorprendo al ver a uno de los doctores con un par de brazos adicionales estrechando la mano de mis compañeros. Cuando llega hasta mí, le tiendo mi mano derecha, la cual el coge con sus dos brazos robóticas, poniendo encima sus manos reales.

 

El Ciber Doctor se presenta como el Doctor Wayne Willis y presenta a su compañero como su colega Andy Uber. El Doctor Willis se retira junto con Daeron a buscar un par de sillas y al cabo de unos minutos ambos regresan con sillas plegables. Todos nos acomodamos como podemos en el despacho, un poco apretujados. El doctor Uber toma la palabra y nos dice que nos escucha.

 

Geoffrey le explica a los Ciber Doctores que nuestra visita es en calidad de embajadores. En ese momento, Baldwin, comienza a explicar cual es el motivo de nuestra visita a Pedro Tomeo. Baldwin explica que nuestra misión es lograr una defensa conjunta entre DarkGate, Pedro Tomeo y Santo Tomás y que los Rifts Warriors lucharán para expeler a las fuerzas de la Coalición fuera de la región. El Doctor Uber dice que su deseo es ayudar, pero que un tema tan importante deberá ser debatido en una asamblea popular. El Ciber Doctor nos propone que aguardemos en el Saloon durante un día o dos mientras se debate el tema de la Alianza.

 

Cuando estamos a punto de retirarnos del despacho del Doctor Uber, éste nos pregunta si tenemos francotiradores en el grupo y algún piloto de tanques. ¿Otra vez con el tema de los tanques? ¿Pero es que todos están confabulados para hacerme pensar si alguna vez he conducido un tanque...? Estos acertijos me van a terminar de volver loco por completo. El Doctor mira a Lara y le guiña un ojo diciendo que tal vez exista la posibilidad de que ella pruebe un juguetito mientras sonríe. También nos dice que disfrutemos de la estancia en Pedro Tomeo y que no nos preocupemos por los gastos. Al decir esto el Ciber Doctor se levanta y nos estrecha la mano a cada uno. El Doctor Willis también se incorpora para darnos sus cuatro manos.

 

Nos retiramos del hospital. Todavía ronda por mi mente la idea de incorporarme un par de vibrofilos en mis antebrazos. Creo que cuando acabemos con la Coalición, me daré una vuelta por Pedro Tomeo para ver si pueden hacer algo con este cibernético cuerpo. Al cabo de unos minutos estamos de nuevo en el Saloon cómodamente instalados. Ni bien se acomodan en la mesa, mis compañeros piden cerveza. Será posible, Dios mío, que no puedan sentarse a la mesa si no tienen una jarra de cerveza a mano. Me alejo de mis compañeros rápidamente y me quedo parado cerca del escenario donde unas bailarinas un poco ligeritas de ropa salen a bailar el can-can.

 

Cuando termina el espectáculo, miro hacia la mesa y mis compañeros ya han terminado de beber. En ese momento, en el escenario se despliega una gran pantalla donde aparecen las películas que se pasarán a continuación. Conan el Bárbaro, Los Cazafantasmas, Mad Max y Top Gun. ¡Guau! Eso es algo que me encanta. Películas antiguas de antes del tiempo de las Grietas. Me siento en el suelo y comienzo a ver embobado cada una de las películas. Cuando están pasando "Los Cazafantasmas" todo el Saloon comienza a tatarear su música. Es una música pegadiza... tararara tara... tararararara... tararara tara... ¡GhostBusters! Canto la música en silencio durante toda la película esperando que pasen mi preferida... Top Gun. Esa película ya la he visto como ocho veces, pero no me canso de verla. Me encantan esas maquinas... como vuelan y disparan sus misiles. Me pregunto si alguna vez podré volar. Quién sabe, quizás si me implantasen unas turbinas en mi espalda como la SAMAS de Shidi... ¡ah! Soñar no cuesta nada.

 

Me paso toda la tarde mirando películas. Miro hacia fuera y observo como ya se ha hecho de noche. Uff, el tiempo pasa volando cuando se la pasa bien. Algunos de mis compañeros ya se han ido a dormir. Otros continúan charlando en la mesa. No tengo ninguna intención de moverme de aquí, así que coloco mis sistemas en reposo y allí sentado donde he estado toda la tarde, me duermo.

 

Mañana del Martes, Día 20 de Diciembre de 104 PA.

 

Por la mañana, siento un golpeteo en mi pie izquierdo. Enciendo mis ojos y veo a un pequeño cyborg barriendo el bar. El Ciborg al ver que me ha despertado con los golpecitos de su escoba me pide perdón. Yo le digo que no es nada y que me perdone a mí por entorpecer su trabajo.

 

Me incorporo raudo y salgo de la taberna. Mientras camino por la calle, tarareo la pegadiza música de Los Cazafantasmas. En ese momento llega a mi mente la idea que se me ocurrió ayer cuando miraba Top Gun. Decido hacer una nueva visita al hospital para charlar con alguno de los Ciber Doctores para explicarle mi idea.

 

Al cabo de unos minutos llego al hospital. La enfermera que nos atendió ayer, me pregunta a qué se debe mi inesperada visita, a lo cual le respondo que me gustaría tener una cita con alguno de los Ciber Doctores para charlar sobre mí. La enfermera asiente y me dice que los Doctores están ocupados con la Asamblea Popular, pero que si deseo puedo hablar con uno de sus estudiantes, el Doctor Malcom. Le digo a la bella enfermera que me encantaría y ella me pide que la acompañe.

 

La enfermera me lleva hasta un pequeño despacho en la planta baja y me dice que espere unos minutos mientras mira si el Doctor Malcom está disponible. Al cabo de unos veinte minutos la enfermera sale del despacho y me dice que puedo pasar. ¿Es idea mía o esa enfermera no lleva sujetador...? Es bastante raro, juraría que llevaba uno puesto cuando entró.

 

Entro rápidamente al despacho y veo al Doctor Malcom fumando un cigarro detrás de su escritorio. El despacho es pequeño, totalmente atiborrado de libros, carpetas y papeles. Bajo una de las carpetas del escritorio me parece ver asomarse la cinta de un sujetador. El Doctor Malcom, disimuladamente, corre otra carpeta sobre la anterior cubriendo el sujetador. ¡Je! Confirmado... la enfermera tenía uno puesto antes de entrar aquí.

 

El Doctor Malcom me pide que me ponga cómodo y que le explique cual es el motivo de mi visita.

 

Sanakin: - "Bien. Mi nombre es Sanakin Goldman. He tenido varias ideas acerca de cómo mejorar mi cuerpo biónico y hay una que sigue estando en mi cabeza. Mire, Doctor Malcom, me gustaría saber si es posible adosar a mis antebrazos un par de vibrofilos." -

 

Doctor Malcom: - "Claro Señor Goldman, es posible. El problema es que yo no puedo decirle nada más. Yo soy un simple estudiante del Doctor Uber y es con él con el que tendrá que hablar. En este momento está en una importante asamblea, pero cuando esté disponible yo mismo me encargaré de informarle y... si usted me deja sus datos... lo llamaremos para que tenga una cita con él." -

 

Sanakin: - "Hum, el problema es, Doctor, que yo parto con mis compañeros en un día y le va a ser muy difícil ubicarme... pero seguramente regresaré en unas semanas. ¿Será posible que me conceda una cita privada el Doctor Uber a mi regreso?" -

 

Doctor Malcom: - "Sí, sí, yo me encargaré de que le conceda una cita... pero ahora... me gustaría pedirle una cosa... si no es mucha molestia para usted..."-

 

Sanakin: - "Dígame Doctor." -

 

Doctor Malcom: - "¿Podría no comentar lo que ha visto debajo de esta carpeta? No quiero que mi jefe se entere de esto todavía." -

 

Sanakin: - "Claro". -

 

Salgo del despacho del Doctor Malcom y regreso a la taberna. Mis compañeros están almorzando y en una mesa de la esquina puedo ver a cuatro Cyborgs jugando a las cartas. Uno de los Cyborgs me mira y me hace una seña con el dedo para que me siente a jugar con ellos. Me acerco al grupo de Cyborgs y me siento en uno de los bloques de acero que rodean la mesa.

 

Sanakin: - "¿A qué juegan, amigos?

 

Cyborg: - "Al póquer... sin apostar, sólo para divertirnos un poco. Vamos, juega con nosotros..." -

 

Me paso toda la tarde y parte de la noche, jugando a las cartas con los Cyborgs. No puedo decir que sea un buen jugador de póquer, pero si hubiésemos apostado, ya llevaría ganados un par de miles de CR.

 

Sanakin: - "Bueno amigos, ha sido un placer jugar con ustedes, pero debo dormir. Mañana tengo un día muy atareado." -

 

Los cuatro Cyborgs se despiden de mí con la mano mientras yo me retiro de la mesa. La noche está bastante avanzada así que me siento en uno de los bloques de acero que la taberna posee y allí me duermo. 

 

Mediodía del miércoles, día 21 de diciembre de 104 PA.

 

Estoy en el Saloon junto con mis compañeros almorzando un bote de mi comida, cuando un cyborg enano se acerca a nosotros y nos dice que podemos ir a ver al Doctor Uber. Rápidamente dejamos todo y salimos disparados al hospital. La curiosidad me corroe por dentro. ¿Qué habrán decidido los habitantes de Pedro Tomeo? Raudos llegamos al hospital y subimos al despacho del doctor Uber.

 

Allí, el Ciber Doctor, le entrega el tratado firmado a Baldwin con una gran sonrisa en sus labios. Tras darle el tratado a nuestro líder, el Doctor Uber se agacha a buscar algo y coloca sobre su escritorio una caja alargada, un yelmo de comunicaciones avanzadas y una tarjeta magnética que pone Iron Hammer #3. El Ciber Doctor sonríe y nos dice con un tono de voz irónico que él cree que le han robado un tanque. Observo que mientras dice "robado" hace un gesto de comillas con los dedos que me resulta muy gracioso. El Doctor Uber continúa, con el mismo tono de voz, y nos dice que quizás el tanque esté debajo de una tela de camuflaje en el desierto, mientras tamborilea con los dedos sobre la tarjeta magnética.

 

El Ciber Doctor mira ahora a Lara Stone mientras le dice que en la caja que está sobre su mesa hay un equipo muy costoso, un rifle TAG experimental que dispara cápsulas magnéticas que no causan daño, pero atraen, como por casualidad, el fuego de misiles. El Doctor Uber comenta también que el yelmo está regulado en la frecuencia del Capitán Heavy Duty que muy posiblemente esté de maniobras con su Iron Bolt cargado con misiles... pronto. Otra vez el Ciber Doctor realiza el gesto con sus manos de comillas cuando dice "como por casualidad" y "cargado con misiles".

 

Ahora creo sinceramente que la profecía de Alexa se cumplirá tal como ella dijo. Haremos llover la muerte desde el cielo y lo más importante... ¡Por fin manejaré un tanque! El Doctor Uber se disculpa y nos dice que ha sido un placer "denegarnos" toda ayuda por parte de Pedro Tomeo, pero que tiene más cosas que hacer. La sonrisa del Doctor va de oreja a oreja. Saludo al Ciber Doctor Uber y todos salimos del hospital.

 

Regresamos al Saloon para recoger nuestras cosas y partimos hacia el garaje a buscar nuestros vehículos. A un costado del garaje, puedo observar como una serie de cyborgs cargan el imponente Iron Bolt con unos enormes misiles de Protones. A un lado del vehículo de artillería móvil, hay una carretilla con un sinfín de mini misiles de plasma. El Capitán Heavy Duty se encuentra apoyado en su vehículo y cuando estamos saliendo de la ciudad de Pedro Tomeo nos saluda con un gesto muy parecido a una venia militar, pero mucho más relajado.

 

Salimos de la ciudad por donde entramos hace un par de días. Frente a nosotros sólo tenemos el desierto y una misión que cumplir. ¡¡¡Preparaos malditos Coalicionistas, vuestro reinado de tiranía y opresión está a punto de acabar... y los Rifts Warriors se encargarán de que así sea!!!

 

Acciones Futuras:

 

  • Buscar el tanque que está escondido en el desierto.
  • Estudiar el funcionamiento del tanque.
  • Revisar todos que todos mis sistemas estén al cien por cien preparados para el ataque.
  • Ayudar a elaborar un buen plan para eliminar a la Coalición de la zona de Angstville.

 

Fin del Turno 44 de Sanakin Goldman para Rifts.

Cargando editor
25/07/2016, 14:34
Rifts Warriors Legacy.

Striker 1777: Rifts: Turno 44:

 

Mañana del jueves, día 15 de diciembre de 104 PA:

 

La mañana despierta difusa, algo así como descolorida. Quizá sea cosa mía. Aún me afecta mucho la noticia de esa posible cura. Últimamente siento que las sorpresas me desbordan, puedo estar entrenado para muchas cosas, pero no para lo que estoy experimentando día a día. Mi metabolismo intervenido no me ayuda. Es como un ahogo, una sensación de irrealidad. Son demasiadas las cosas que están dadas la vuelta.

 

Me quedo un momento pensando, tumbado en la cama. Eso es otra sorpresa, hace demasiado tiempo que no elijo yo el tiempo de levantarme y cuando lo he podido hacer últimamente, también me he puesto en pie nada más abrir los ojos. Pero ahora, a pesar de vivir el momento y todo eso que hacemos los Juicers para equilibrar con un presente intenso la falta de futuro, tengo algo en la mente que debo poner en orden, si eso es posible. Los últimos días he estado muy extraño. Me he comportado como un auténtico desconocido, ausente, prepotente y sabelotodo. Y lo peor es que no recuerdo haber pensado en hacer algo así, es como si todo hubiera salido de una voluntad diferente. ¿Tan loco estoy? Ya es bastante malo tener el cuerpo patas arriba, como para dejar que todo lo demás se descontrole. Piensa... piensa... Pensemos.

 

Eras un esclavo. Te lo han enseñado tan bien que no sabes ser otra cosa. No sabes ni siquiera ser tú mismo... ¿quién eres tú? ¿No lo sabes? Bien, pues eso ya debe acabarse. Debes saber quién eres, y puedes empezar por eliminación. Al menos sabes lo que ya no eres. Ya no eres un esclavo. Debes observar a tus compañeros, ellos tienen la clave. Mmmmmmm... Quizá eso sea demasiado drástico al principio. Cuidado al emitir juicios, ya has visto que tiendes a no permanecer en un correcto punto medio. Sí, eso ya lo he averiguado... puntos medios. Si no conoces las reglas, no sabes qué estás quebrantando, ¿verdad? Y creerás además que no haces nada malo. Mmmmmfffff... Ten cuidado.

 

Pienso mejor cuando hago algo. El techo es demasiado monótono, así que comienzo a hacer flexiones al lado de la cama, sin contarlas. Sigo pensando.

 

Bien, Striker, eres un elfo libre. Un elfo Juicer libre que fue un esclavo. No es un mal comienzo. Una definición suficientemente larga como para tener cierta sustancia. Pero eso no te da la experiencia para moverte en estos lugares, has de ser cauto. ¡Ya, claro! Lo vas entendiendo, ¿verdad? No eres tan tonto después de todo. Si te han hablado un poco de los tuyos, entonces sabes lo que debería haber pasado contigo... Sólo que tú nunca tuviste ocasión de ser de los tuyos. Un elfo nacido libre moriría en esclavitud. ¿Puede un elfo nacido esclavo morir en libertad? Espero que no, pero seguramente sí podría volverme loco, loco de remate porque no me adapto, porque no encuentro mi lugar. Estoy demasiado cerca de todos los márgenes del juego. Sigamos... (¿100, 101, 102...?)

 

Supongamos que tu cuerpo quiere liberarse, ¿no es eso posible? Algo debe hacerte elfo más allá de tu historia, esas cosas que dicen que tienes dentro del cuerpo, pequeñitas, que te dicen lo que eres, y que algunos cambian para darte otras cosas... Genética, creo que era. Sí... Entonces tú eres un elfo porque sí, porque lo eres. ¿Y si tu cuerpo lo sabe y se resistía a ser un esclavo? Tú no lo notabas, pero... ¿por qué no? ¿Y si, cuando fuiste libre, esa parte de tu cuerpo lucha por liberar completamente lo que ha estado reprimiendo veinte años, toda tu naturaleza? ¿Y si es tan torpe tu instinto como tú y no sabe siquiera cómo manifestarse? Sí, ¿por qué no? (unas 174, 175, 176...)

 

Me mantengo en lo alto, con los brazos tensos, pero aún descansado. Tengo los ojos perdidos en el feo suelo. ¿Por qué feo, no los he visto yo mucho peores? Sigamos...

 

Entonces, entiendes lo que te pasa, aunque sólo sea lo justo para poder contenerte, ¿no es así? Este cambio de actitud lo puede haber provocado el exceso de situaciones nuevas. Y no tiene pinta de que vayan a parar, pero tú sí puedes calmarte.

 

Lo dejo más o menos a las doscientas cincuenta flexiones y comienzo a estirar las piernas y la espalda, sintiendo el frío abrazo de los cables por mi cuerpo profanado. Empiezo a tener la extraña sensación de no verme normal, sino como una aberración. El pelo me cubre la cara, así que decido ducharme y peinarme un poco. Hay un espejo roto en la pared. Yo no he sentido esa necesidad, pero muchos me han dicho que los espejos te obligan a mirarte a ti mismo desde fuera, a enfrentarte cuando no quieres. Me observo y me sigo hablando.

 

Bueno, ¿qué más eres? Un superviviente destinado a morir. Otra paradoja. Eres demasiadas cosas opuestas para estar cuerdo, pero... ¿y el orgullo de tu raza? Te han dicho que fueron gentes muy nobles, aunque la nobleza es algo que todavía no conoces más que de oídas... Joder...

 

Hay una conclusión en todo esto, Striker. Respira hondo y piensa. Sólo te quedan dos opciones. Salir allí y luchar por vivir, aprovechar la oportunidad que ves a lo lejos, aunque el camino esté lleno de espinas, o quedarte donde estás y volverte irremisiblemente loco. Será lento, será difícil, lo pasarás mal, pero eso es lo que has tenido toda tu vida. No lo mandes todo a la mierda justo cuando puedes elegir. Aunque sólo sea por darles en los hocicos a esos bastardos. Malditos hijos...

 

Me refresco la nuca antes de vestirme, tan rápido por la impaciencia y tan abstraído en mis ideas nuevas que casi olvido una bota. Abajo están algunos compañeros, los saludo con una inseguridad que les sorprende y pido mis habituales desayunos. Veo que se acerca una chica que todos miran. Quizá la conocen, aunque no me extraña. Parece que conocen a todo el mundo en este sitio. Eso me hace sentir aparte, un poco, pero tampoco es nada a lo que no esté acostumbrado.

 

Luego hay un griterío. ¡El caballero azul! Proclama la gente. ¡El caballero azul! ¿Más cosas raras? Joder, espero que no, por favor. Todos se levantan y reciben a una pareja curiosa, sobre todo él. Es un tipo azul, claro, era de esperar. Todos parecen muy contentos de verle y yo, que ni siento alegría, ni estoy acostumbrado a exteriorizarla tampoco, me mantengo un poco al margen. Así que vuelve otra situación donde un recién llegado es más conocido que yo, y hablan y hablan mientras yo como. Algo que al menos agradezco es que no me interrumpan al comer. De pronto, parecen proponer una votación para incluir a estos tres nuevos/ viejos en el grupo. Yo pienso para mí que todavía es pronto para establecer personalidades basadas en opiniones sinceras, por lo que hago simplemente lo que la mayoría, una decisión que me resulta más cómoda y que se aleja menos de mis rutinas como esclavo. Poco a poco.

 

Empiezan a hablar entre ellos, tienen mucho que contarse, por lo visto, y yo procuro prestar atención. Así que eran antiguos amigos y miembros del grupo. Interesante. Me ha parecido notar que Quick Silver ya no estaba con nosotros, y que Snich se ha apagado como una vela sin cera. ¿Quizá es que ya no nos seguirá acompañando? Debió ser todo cuando decidí comer y pasar de todo un rato. Vaya, siempre me pierdo las cosas que importan por impaciente. En fin, supongo que será mejor para él, haga lo que haga. No parecía muy integrado en este grupo... mmmmmm... y quizá yo tampoco lo esté, la verdad, y él al menos tenía un amigo, pero yo casi no hablo ni siquiera con la elfa. Je, je, je, es casi gracioso, nunca hasta ahora me había preguntado si mi marcha molestaría a alguien, o si alguna vez una persona, quien fuera, me echaría de menos.

 

Pero bueno, ellos siguen hablando. Ahora la cosa va de atacar o no atacar, de la Coalición que se acampa por aquí, mientras el resto de las poblaciones sólo tiemblan y se quejan y esperan salvadores. Hablando de eso, entra un individuo extraño, y me dicen que es el Alcalde... ¡qué honor! Parece uno de esos pomposos burócratas con más codicia que sentido cívico, pero qué sabré yo de estas cosas. El hombre dice unas cuantas cosas raras, cuyo sentido no entiendo muy bien, trabajar para ellos, cambiar el nombre del grupo por DarkGate Warriors, parece entusiasmado, pero es obvio que no ha dado con su público... Creo que nos intenta convencer de algo, pero no tiene muchas posibilidades, me parece. Ahora le da coba al hombre azul y dice que nos contrata.

 

Casi se me escapa una sonrisa. Este tipo es más rápido que yo. Apenas ha tardado un par de copas y unos comentarios en resolvernos el futuro. No deja de recorrerme un ligero escalofrío cuando pienso que si estuviéramos quince años trabajando para DarkGate yo no llegaría a ver el final del contrato. De todas formas, nuestro líder lo ataja antes de que el hombre se muera de gozo, y le recuerda lo que somos y lo que pretendemos.

 

Tengo una lectura propia de nuestra propia naturaleza, y supongo que coincide con la del resto, aunque todavía no lo he contrastado. En fin, el Alcalde parece haberse tranquilizado un poco, así Baldwin le puede explicar nuestras intenciones. Yo lo comparto. DarkGate estaría más seguro si se hermanara con sus pueblos vecinos contra un enemigo común. Serían una fuerza mucho más poderosa y estable, y aún más motivada, no un puñado de guerreros de demasiadas procedencias que se mueren por seguir su camino. Nosotros podríamos ayudar a esta unión.

 

El Alcalde se calma un poco. Es evidente que está decepcionado, o más bien se lo veía venir, pero tenía que intentarlo. El caso es que ya no tiene la iniciativa, si alguna vez la tuvo, y ahora le toca a él escuchar. No sé bien por qué, pero sospecho que no está demasiado acostumbrado a ello. Veo en él un brillo que conozco demasiado bien, y que no me gusta nada. Aunque en su caso es distinto. Es como si fuera un pobre hombre inocente que creyera que tiene la respuesta a las cosas, sólo que los demás no la vemos. Bueno, no estoy seguro, aún me cuesta entender bien las sutiles motivaciones de estas sociedades libres y sus gentes. No se puede estar seguro de lo que piensa o hace alguien que tiene libertad para hacerlo.

 

De todos modos, el Alcalde defiende bien sus motivos. Dice que Angstville parece tomada por la Coalición, después de meses en los que no han tenido contacto con ellos. Además, en Pedro Tomeo no hay gente que valga para las guerras, y que en el propio DarkGate están en buena parte en manos de mercenarios. Acepto que no es un buen comienzo, y reconozco que la ayuda de un grupo como nosotros les vendría bien, pero creo, y por lo visto creemos, que es mejor enfocarlo en la mediación con los demás pueblos, y conseguir así esa alianza. Creo que es lo que Baldwin intenta hacerle ver. Yo, la verdad, no estoy preparado para volver a establecerme, si quiero creer en esta renovación de mí mismo tengo que seguir un duro camino. La esperanza, bueno, lo que sea esto, es un hilo muy fino, y demasiadas veces lo escucho tensarse y sufrir.

 

El Alcalde parece calmarse, y quizá esa sea al final la razón de todo su ajetreo, la más simple, que estaba un poco borracho. No lo sé, aún no adivino los motivos de la gente libre. Es difícil captar la sutileza de las acciones y pensamientos de quienes son libres para tenerlos. Ahora el Alcalde, quien parecía tener todos los permisos del mundo para modelar nuestro destino en el provecho de la ciudad, dice que esta decisión de ayudar a formar alianzas no puede aprobarla solo. De repente hay un Consejo Regente que decide estas cosas. Cita unos cuantos nombres con reverencia, e Indira le pregunta si podrían concedernos audiencia. Ante mi absoluto estupor, es posible.

 

Se va el Alcalde y pasamos unas horas en el mismo lugar. Yo aprovecho para comer un poco, aunque a los demás les parezca excesivo, y todos hablamos algo, hasta que alguien empuja las puertas del Saloon. Es un hombre armado de expresión seria. Me dicen que es el Sheriff en un susurro. Antes de pedirnos, o más bien, simplemente decirnos, que le sigamos para la audiencia, observo que el hombre azul y él se miran con evidente disgusto. Nos levantamos tranquilamente mientras yo sigo intentando encajar todos los acontecimientos, aunque noto de dentro de mí algo se agita.

 

El Sheriff, un tal Aldon Pearce, nos dirige por calles oscuras y tristes, de olores descompuestos e historia tenebrosa, llenas de torres abandonadas o clausuradas por el miedo o la tragedia. Finalmente aparece el ayuntamiento, como un viento de calma a tanto desagrado. Ciertamente DarkGate es una ciudad latente, y no todos los latidos son amables. Quizá haya monstruos rondando la tranquila campiña.

 

Entramos dentro, donde vemos magos de túnicas blancas que nos abren las puertas grandes con esfuerzo hasta pasar a una estancia donde una buena mesa preside el centro. Hay sillas repartidas, y pronto empiezan a entrar junto a nosotros los miembros oficiales del Consejo. No conozco a nadie, pero por alguna extraña razón desconfío ya de ellos. La autoridad es algo con lo que no tengo muy buenas experiencias. Ellos saludan, pero a mí me parecen hoscos, cargados de una sabiduría que para ellos es suficiente para apartarles de los demás. No sé, sólo digo lo que pienso.

 

Algunos se presentan como amigos, como un tal Akeimus que habla animado con Daeron antes de las presentaciones oficiales. El Alcalde vuelve a presentarnos como sus “DarkGate Warriors”. Sí que debe tener ganas de echarnos el guante, el muy presuntuoso. Yo ya estoy cansado de pertenecer a nadie, muchas gracias. Incluso el mero hecho de ser miembro de algo ya me supone incomodidad. Si no fuera porque necesito un ancla...

 

Baldwin comienza a hablar. Es todo como en la taberna, pero sin comida. Por cierto, ¿no tendrían por aquí un buen tentempié para aguantar la tarde? Espero que no nos dejen mucho sin comida. Estos hombres se deben pensar que nos alimentamos del aire.

 

Baldwin dice que lo mejor es una alianza de pueblos, y en general el Consejo parece secundar la idea... mmm. Sin embargo, el tal Akeimus hace un movimiento peligroso que me revuelve el estómago. No sé si me equivoco, pero creo que los seres libres del mundo tienen distintas formas de esclavizar con palabras, y utilizan la sutileza en vez del látigo para conseguir lo que quieren. Ese hombre propone apoyar económicamente una supuesta “iniciativa propia de los Rifts Warriors” para atacar la Coalición, por si nos apeteciera, vaya, igual que si dijera: - “Os invito al bar de la esquina, si pensabais tomar algo”. - ¿No será más bien lo que él querría?

 

Por un lado temo equivocarme, pero debo sacar conclusiones de lo que veo, si quiero aprender algo, y creo que intentan llevarnos a su terreno, y la forma más sucia de hacerlo es con una sonrisa. Afortunadamente, Baldwin añade que no queremos eso, pero el optimismo se esfuma cuando Erzebeth se levanta frustrada diciendo que hay que atacar a la Coalición. ¡Maldita sea! Ya se ha conseguido algo, cuestionar nuestra unión, la palabra del líder, y provocarnos, en fin, para hacer algo que no teníamos intención de hacer. Este Akeimus es listo, pero las arcadas me empiezan a llegar al cuello. Me crece desde el estómago una sensación de indignación, como si otra vez todas mis emociones reprimidas lucharan fieramente por salir.

 

Entonces veo que el Consejo sólo ha venido a cerciorarse de una duda. No han venido a escuchar más que lo que querían oír, y así lo aclara el hombre fuerte llamado Akiron. Con mucha pompa nos llama cobardes e inútiles, y se va de la sala. Una bestia de mucha altura llamada Vulchus también se va, a pesar de los razonamientos de Baldwin. El Consejo quiere sangre, mucha sangre. Se quejan de haber sido neutrales y de que eso ha permitido una amenaza que ahora les preocupa. Pero su dejadez es culpa suya, no nuestra. Es como el niño que descuida sus deberes y luego se enfada con otro si no le ayuda a arreglarlos. ¡Qué infantil! Se nota que ninguno de estos “prohombres” ha sido nunca un esclavo. Eso me irrita profundamente. Demasiado, creo que estoy a punto de terminar de mandarlo todo al traste.

 

Pido la palabra tras un comentario conciliador de Akeimus. Lamento lo que digo, pues me da la impresión de que hablo más por mí que por el grupo, pero lo digo. Es la parte de mí que no admite puntos medios. El desastroso resultado de unir mi naturaleza élfica con la represión esclavista y las ataduras de mis implantes. Demasiado que reprimir, el cuerpo explota. Les explico a las claras lo que todos intentan decir sin encontrar las palabras.

 

No somos el objeto de la ira de nadie, ni de las decisiones de un Consejo al que no le pertenecemos. El mismo Akeimus reprendió al Alcalde por llamarnos DarkGate Warriors, pero luego esperaba que actuáramos como tales. No se debe acoger a nadie esperando nada de ellos. Eso no es hospitalidad, se parece más a otra cosa. Lo que digo con mis palabras es que hemos descubierto el ánimo de manipularnos que ha reflejado el Consejo con sus representaciones y sus desplantes, y que lo rechazamos de pleno. ¿Lo rechazan mis compañeros o soy yo quien no lo soporta ya? Es esta parte de mí la que ya no quiere otra vuelta atrás, la que tiembla al oír el pasado en boca de quien sea, por más que se vista de blanco luminoso y hable como si me fuera a quitar los cables o los recuerdos con un gesto amable.

 

Mientras hablo otros miembros del Consejo se van marchando, supongo que al no tener lo que querían. Sólo queda Akeimus con rostro inexpresivo, pero imagino que desilusionado. Por un lado, parte importante de mí lamenta mis palabras, no estoy acostumbrado a la decepción de quienes me miran, sino más bien a su rabia. Siento unas ganas terribles de suavizarme y justificar la dureza de mis palabras, pero consigo reprimirme. Lo hecho, hecho está. Y en el fondo creo que es mejor así. Sólo me pesa no haber actuado como miembro del grupo, sino más bien como Striker 1777, o como elfo, o como yo qué sé, pero solo. Por otro lado, ya se había visto que el grupo no había quedado especialmente cohesionado en sus ideas, así que supongo que no tendrán demasiado que reprocharme.

 

La reunión finaliza con las sabias palabras de Daeron. La verdad es que me quedo bastante sorprendido por su impresionante capacidad diplomática. Ya había oído antes esas palabras durante mi época negra, en voces de gentes que sabían controlar las emociones de otros con sus palabras. No dejo de repetirme que en el fondo es lo mismo que he dicho yo, pero la forma podría haber cambiado las reacciones. Ciertamente, tengo mucho que aprender y lo noto más a medida que mi rabia va decayendo.

 

Todos se despiden y salimos. De nuevo nos vamos a un lugar a comer, y después de proponer un brindis nacido de mi pequeño arrepentimiento aislado, me como un buen asado en la barra. Tengo cosas que pensar. Supongo que son las cosas que pasan. Ahora me asaltan las dudas, muchas dudas y un nudo de indecisión en la garganta. Como todos los que nunca hemos tomado una decisión de trascendencia alguna, nadie nos avisa del nudo desagradable que las consecuencias implantan en nuestra garganta.

 

Por un lado me siento orgulloso de haber participado en algo “normal”, en una libre exposición de opiniones. Supongo que lo necesitaba perentoriamente. Supongo que debía hacerlo, pero quizá debía haber elegido una situación menos comprometedora para empezar. Comienzo a entender que he podido hacer más mal que bien con mi falta de sutileza. Quizá no todos los lenguajes valgan en los mismos sitios. Claro... ¡qué bueno está el asado! Me tomo unos buenos tequilas mientras Lara se acerca creyendo que no la veo y me intenta robar una pata de asado. La recupero fácilmente, pero al menos me trae una sonrisa, que me hacía falta. 

 

Ahora veo que todos están intentando divertirse, y eso me devuelve un poco la inquietud. ¿Qué puedo aportar yo al bien del grupo? ¿Cómo contribuir? Para encontrar la respuesta, procuro no pensar en ello, y entonces aparece solo... comida. Así que les llevo bandejas de ricas carnes y unas botellas. Ellos ponen lo demás y al poco estamos todos hablando animadamente y un hormigueo de “normalidad” y “aceptación” me recorre mientras me doy cuenta de que esto lo estoy haciendo bien.

 

Aprovecho para comentar dos cosas que no entiendo... ¿por qué entregar nosotros los documentos de alianzas y no otros? Así podríamos ir en busca de la cura Juicer a Tolkeen. Pero me responden que es importante convencer a la gente con palabras de la necesidad de una alianza, ante lo que pienso para mí que no es que nosotros hayamos demostrado, al menos yo y algún otro, que las palabras sean nuestra mejor baza. Sin embargo, me lo callo, y creo que hago bien, ahora necesitamos un buen ambiente. Pero noto que hay algo en mi interior que piensa cada vez más en eso de la cura...

 

Entonces entra Shidi, ¡vaya! Y se sienta con nosotros. Al hablarle del tema que nos preocupa, nos sorprende con sus opiniones. Parece que ve la cosa más grave que nosotros, y eso me preocupa, porque él conoce a la Coalición desde dentro. El peligro latente podría estar más cerca de actuar de lo que pensamos y dará un mazazo mayor, que ni DarkGate ni ninguna alianza con vecinos podría evitar.

 

Al final, curiosamente, todos acabamos pensando que si nosotros protagonizáramos un ataque que reivindicásemos en Angstville podríamos distraer a la Coalición de sus intereses temporales en la zona. Ahora no están tan preocupados por este lugar como por otros frentes, y podríamos aprovechar antes de que sus fuerzas fueran imparables. Una pinza de remordimiento me corroe entonces por mis palabras en la reunión. Quizá sí he estado completamente equivocado, y ellos sabían mejor que nadie lo que pasaba. El nudo aprieta en mi garganta, pero procuro olvidarlo y escuchar.

 

Un ataque reclamado por nuestra parte nos haría objetivo de la Coalición, y en Tolkeen las defensas de la ciudad podrían parar la represalia. No me gusta la idea de meter a otra ciudad en cosas nuestras, pero allí podría haber información sobre la cura Juicer, así que la idea me gusta cada vez más. Con esa idea los demás comienzan a irse a dormir... o a lo que sea.

 

Mediodía del viernes, día 16 de diciembre de 104 PA:

 

Me despierto pronto, totalmente despejado, y me siento como el día anterior, con ganas de mejorar las cosas, pero precisamente por el resultado de mis acciones de ayer, sin esperanzas reales de conseguirlo. La sensación vuelve a ser calamitosa. Este juego de sobrevivir se parece más a un mal trago que anima a apurarlo rápidamente. Dejo que la desesperanza me invada como es usual, pero también hoy me miro al espejo y, al ver mis cables y mis ojos, me siento lleno de una suciedad ajena que empaña una belleza anterior que no tuvo tiempo ni ocasión de expresarse. Soy como una moraleja. Lo cierto es que ahora me encuentro más cómodo, menos rebelde y más conformista, quizá porque es el estado de ánimo que estoy acostumbrado a tener. Realmente, me temo que no sabría apreciar la verdadera esperanza o la felicidad en el caso de pasarme cerca. En este mundo hay luces, pero también hay sombras, y yo soy una de esas sombras. Espero al menos ayudar a que alguna luz prevalezca, pero yo siempre estaré apagado.

 

Me hundo en mi pesadumbre dejando que me bañe para dejar de estar nervioso. Ahora veo las cosas con más calma, aunque tampoco creo que lo de ayer fuera una equivocación grave. Tomaré la enseñanza que me ha dado y procuraré ir más despacio, pero sí es posible que esto haya sido la espinosa prueba de que lo quiero todo para ahora, y sin duda debo esperar para avanzar en este juego. Casi me dan ganas de dejarlo todo por muchas copas y mucha acción. Consumir mi vida como es el destino de las lámparas de gran intensidad, absorbiendo energía de cualquier lado hasta no dejarse nada por quemar. Sólo que yo no soy una lámpara, ya lo he dicho antes. Yo soy una sombra.

 

Bajamos y allí saludo a todos. Algunos tienen caras raras, más extrañados por los efectos de sus borracheras de lo normal. Quizá alguno hizo algo que no esperaba, o más bien no sabe lo que hizo. El caso es que tras el desayuno hablan, con esa costumbre que tienen todos de acabar enseguida y no dejarme masticar con sus historias. Pero entra un elfo, un tal Ebon, que se acerca y nos ofrece los tratados ya redactados, así como un discreto “adelanto” por el ligero cambio de planes que tuvimos de repente. Y también así, de repente, me llega que es curioso lo apropiado que ha sido Shidi para los intereses del Consejo.

 

Quizá sea demasiado desconfiado, así que tampoco me preocupo demasiado, después de todo, esto me complace. ¿No quería copas y acción? Pues aquí hay dos millones de créditos para eso, así que dejemos esto de lado un momento, me debo un descanso mental. Hace demasiado que no noto un gatillo en mi dedo y, aunque por una parte me repugna, por otra es una sensación que no dejo de recordar.

 

El elfo nos propone también un estandarte, supongo que algo que deje muy claro quiénes somos y a quiénes deben culpar y perseguir, y todos andan encantados con esa idea, porque al fin y al cabo, unos colores son cosas que mucha gente sigue ciegamente. Es como significar algo porque ondea al viento, y mirar a lo alto y decir: “Esto somos y a esto servimos”. ¡Qué simples somos! Supongo que se hace más fácil dibujar un ideal para creer en él y unificar esas ideas. Lo material siempre tiene más fuerza que lo abstracto, ¿no era eso? Quizá debiera yo añadir entonces un: - “Contra la esclavitud y por la cura Juicer” - si supiera escribir. Sería mejor sin duda que ese “Fuerza y Honor”. ¿De dónde habrán sacado esa tontería? En fin...

 

Compramos armas y munición para matar un mundo entero. No sé porqué algo en mi interior sufre por esa frase. Casi diría que me estoy ablandando de alguna forma rara. Pero llenamos los vehículos de todos esos trastos y nos tomamos la noche para descansar. Yo me aparto un poco del resto, mi interior me pide ver un atardecer. Es como si lo viera por primera vez, quizá porque nunca antes me había fijado. Durante un momento, me estremezco, como si me sintiera entonces verdaderamente libre, a medida que el Sol desciende tras la tierra y su luz se opaca y brilla enormemente antes de apagarse del todo. A mí parece que sólo quedamos el astro y yo, y que me ha querido decir algo. Lo intuyo, pero no me atrevo a confesármelo ni a mí mismo. Sólo lamento enormemente verlo caer, abandonarme en la nueva y recurrente oscuridad de mundos que no me pertenecen. Haga lo que haga, nunca encuentro mi lugar, si es que tengo alguno, y se me acaba lentamente el tiempo. ¿Acaso tendré un destino? Quizá fui olvidado por quienes mueven los hilos del mundo. Dioses o lo que sean, yo debo estar aparte de ellos. Parece mentira, pero me voy pronto a acostar, y creo que me duermo rápidamente.

 

Mañana del sábado, día 17 de diciembre de 104 PA:

 

Hoy es un nuevo día. Otro nuevo día, ¿no son todos los días nuevos? Desde luego, el Sol que sale no es el mismo de ayer. Hoy nace para todo el mundo, pero ayer se fue sólo para mí. Aún no estoy seguro de qué quiso decirme con aquello, pero no estoy ahora para preguntas. Debo montar una Speedster. Nos despedimos de todo el mundo, aunque a mí se me hace extraño. Es como si siempre, hiciera lo que hiciera, estuviera solo. Un Juicer no entiende lo que pienso, un elfo no entiende lo que pienso, un esclavo no entiende lo que pienso, ni un hombre libre. Soy mezcla de demasiadas cosas. En fin, supongo que vuelvo a pensar en que vendría bien que fuera discerniendo algún camino, el que fuera, para que el nudo en mi garganta se aflojara un poco. Consigo concentrarme en conducir. Aprendo rápido y uso la sensación como un ancla para mejorar mi estado. Al fin y al cabo, me modificaron y entrenaron para este tipo de cosas. Ahora al menos estamos en un terreno que piso firme, y eso me da un respiro. Más de uno se sorprenderá, claro, y le pareceré completamente majareta, pero quizá lo vieran más claro si estuvieran en mi lugar.

 

Pasamos horas sobre la tierra veloz y me limito a disfrutar lo que es nuevo para mí. Hay un río que destella en el aire fluido, y la tierra tiene remolinos que suben y bajan y se retuercen como llamas antes de caer de nuevo. El olor es lo que más me impresiona. También huele a libertad. La libertad es como un trayecto que no tiene destino y no busca rumbo ni final, es como correr por el mundo sin considerar detenerse. Con las horas, he dejado de pensar en nada que no sea yo junto a más ruido de vehículos y un lugar nuevo y extenso. El ocaso es distinto de ayer, pero también me dice algo, quizá es que soy una criatura de crepúsculos y de momentos breves. Quizá la brevedad resume mi vida.

 

Montamos el campamento y las guardias, pero nada pasa esta noche. Sin embargo, la mañana nace con preocupación, y Baldwin y Sanakin nos confiesan que hubo sonidos extraños durante el descanso. Hacemos comprobaciones para identificar la posible amenaza, pero nada parece claro, excepto un repentino viento creciente que hace entornar los ojos y bajar la mirada. Seguimos moviéndonos y de repente el grupo parece separarse lentamente. Algunos remontan vuelo y, en lugar de acercarnos, los vehículos nos distancian. Tengo evidentes dificultades para manejar este nuevo trasto en estas condiciones y descubro que he perdido el contacto por radio. La visibilidad de repente se reduce drásticamente, y me encuentro intentando evitar un aparatoso accidente porque algo parecido a una tormenta de polvo, arena, ruido y viento huracanado se ha levantado de la tierra.

 

No tengo tiempo de pensar en el cómo, a pesar de mis reflejos de Juicer, sino que me concentro en todo momento para evitar las irregularidades que el terreno presenta de repente y los golpes de viento y polvo que me arañan la cara y no me dejan ver. No veo nada, no oigo nada. Ni siquiera noto que encallo y que caigo rodando por la arena enfurecida. Entonces me veo en el suelo, con la moto aún bramante tumbada a mi lado. Me protejo un poco los ojos y los oídos y entonces rescato del escándalo unos sonidos de disparos y rugidos desconocidos. Me levanto como puedo y tomo mis armas. Lo recojo todo de nuevo y regreso a la moto, y me dirijo preparado hacia el sonido, pero parece que ya va cesando, y que la tormenta o lo que fuera remite.

 

Me encuentro entonces frente a una lucha que ya ha finalizado. Todos parecen estar bien, aunque a Shidi le ha podido ir de poco, a juzgar por los daños en su armadura. Hay unos bichos muy extraños muertos, mis compañeros me explican la situación brevemente. Lamento no haber podido ayudar, y eso me enfurece. Se supone que sirvo para estas situaciones, y al final me quedo perdido entre montículos, peleando como un niño imprudente que intenta evitar un mal cálculo. Erzebeth propone un nuevo rumbo que seguimos unas horas en las que me dura el cabreo. Por la radio me informan de que tendré que comer montado, porque vamos a seguir hasta llegar al pueblo, a Santo Tomás, aumentando el ritmo para alcanzarlo antes de anochecer. Finalmente vemos luces de guardia y nos detienen unos mercenarios de DarkGate, algunos de los cuales (como no) también conocen nuestra identidad. Por fin podemos descansar un poco. No es que esté cansado, es que me muero de hambre. Casi no veo el momento de dejar mis cosas en la habitación para pedirme un buen chuletón, o dos o tres, o los que tengan. No se puede vivir sólo de queso y galletas, ¿no? Quieren pedir audiencia para mañana, lo que me parece genial, así no tendré que interrumpir la cena.

 

Mañana del domingo, día 18 de diciembre de 104 PA:

 

Me levanto, me ducho y desayuno, y mis compañeros comienzan a preguntarse a quién habrá que pedirle audiencia. Sanakin se conecta a una cosa extraña para conseguir información. Hay que ver los recursos que tienen estos individuos. Nos describe la información que recoge. Lo que nos interesa es un nombre, Jason Gulden, Rector de la Universidad, junto a la biblioteca, en pleno barrio rico en el corazón del pueblo. Será el señor del Consejo de Administración Escolástica, que por lo visto gobierna este lugar.

 

Cuando paseamos hacia allí, noto que la gente nos mira con rostro serio y prisa, quizá porque vamos armados como para la guerra, sonrío cuando me doy cuenta. También éstas son cosas que paso por alto cuando se trata de poblaciones libres.

 

Al llegar a la Universidad me ocurre un suceso que me aturde un poco. Hay un pequeño gato que recojo porque ha venido a mí. Nunca antes un animal se me había acercado tan libremente, ni siquiera desde que soy “libre”. Siempre lo he entendido como un recelo a mi naturaleza tan llena de caos. Pero este cachorro me ha aceptado y quería que yo lo aceptara a él. Al recogerlo me he sentido extrañamente triste, muy triste por algo que no entiendo, y he sonreído como un chiquillo, algo que no sabía que pudiera hacer. Mi corazón ha latido fuerte, y ninguna droga lo ha decidido por mí. Sin embargo, me arrebataron al animal en cuanto lo vieron conmigo, y yo sólo quería abrazarlo. Y en ese preciso momento, crudo, frío y breve, me volví a sentir como un esclavo.

 

Conseguí controlar la tensión de mis nervios y subí junto con otros, desarmado, ante el Rector. Yo seguía pensando en aquello, así que apenas dije algo, pero escuché que reunirían al Consejo para las siete. Otro consejo, creo que también con el mismo motivo. Pareció que le interesó la idea de que pretendamos librarles de la Coalición en Angstville.

 

A esa hora volvemos a hablar con el Rector, quien tiene ya preparado el Tratado de Alianza firmado, aunque con él parece que ayuda más a los Rift Warriors que a ningún pueblo, pues su única ayuda será ofrecernos sus recursos y su mano de obra. Esto cada vez tiene más pinta de ser algo personal, y yo que creo recordar que advertimos que no lo sería.

 

Mañana del lunes, día 19 de diciembre de 104 PA:

 

Esperamos hasta la tarde para que Shidi recoja su armadura reparada y nos volvemos a poner en marcha. Vamos hacia Pedro Tomeo, pasando cerca de las ruinas de una ciudad antigua, cerca de una Grieta. Acampamos unas horas después, no realmente por cansancio, sino por una sensación. La noche está intranquila y yo demasiado nervioso, de modo que, quizá por ello, me quedé dormido durante el ataque de unas bestias que me dijeron mucho más tarde, cuando desperté. ¡Malditas drogas! He vuelto a ser inútil en lo único para lo que sirvo. No es que esté seguro de mi esencia, pero sí lo estoy de que sean las que seas las circunstancias, me impiden desarrollarla. Me siento como un parásito de mí mismo, y no estoy en el mejor momento para eso. En fin, como una cierta compensación para mí y para los demás, preparo el desayuno junto con Lara y, aunque a los demás no se lo parezca, lo cierto es que tengo poco apetito.

 

Retomamos el camino. Durante su vuelo, Lara parece perder el contacto con nosotros, y yo sigo a Erzebeth en cabeza. Seguimos un buen rato hasta ver humo en la lejanía. Los equipos de los demás permiten ver más cosas, pero nada concluyente, así que me acerco junto a Erzebeth a mirar. Pronto encontramos a Lara y efectivamente, el humo corresponde a las fábricas de Pedro Tomeo. El resto del grupo llega después, escoltado por fuerzas del pueblo, y todos dejamos las armas en un hangar. En esta ocasión toca hablar con ciberdoctores, nos informan. Son los individuos de mayor influencia de este pueblo. Conseguimos hablar con dos, los ciberdocs Uber y Willis, creo, y en los mismos términos de siempre nos explicamos y nos explican. Todos parecen querer ayudarnos más de lo que pueden ayudarnos y, como me temía, en realidad se dedican a apoyar nuestro ataque con armas, equipo, y en este caso incluso un tanque.

 

Mediodía del jueves, día 22 de diciembre de 104 PA:

 

Han pasado dos días. Lo que nos dijeron ya se ha hecho. Hicieron su asamblea ciudadana, un concepto que necesitaré meses hasta poder comprenderlo, sin duda, pues mi vida de esclavo hace que no pueda concebir por mucho que me esfuerce un gobierno o un grupo de gente sin señor, amo, presidente, representante o como lo quieran llamar. De todas formas, la historia es que nos dan lo que nos insinuaron, finalmente, y nosotros salimos con ello de vuelta al desierto.

 

Mi opinión, aunque ya no la diré en alto tan fácilmente, es que todos firman para poder delegar en nosotros la responsabilidad. No sé si luego cumplirán lo que firman, pero al fin y al cabo eso ya es su propia elección de supervivencia o no. Quien quiera vivir plácidamente en un mundo como este debe estar dispuesto a aceptar lo fácil que es que todo se le desmorone. En fin, no quiero pensar por ellos, ya tengo bastante con pensar en lo mío. El desierto nos espera, mi cerebro narcotizado le seguirá dando vueltas a quién soy.

 

ACCIONES FUTURAS:

 

  • Ayudar a encontrar ese tanque.
  • Escuchar las ideas futuras de ataque a la Coalición y poner mi punto de vista.
  • Estabilizar mis nervios, encontrar un camino que me calme.
  • Descubrir porqué me estremecen los amaneceres, los atardeceres y todo lo que veo.
  • Aprender a utilizar más correctamente la hovermoto y jurarme a mí mismo no volver a quedarme dormido.

 

FIN DEL TURNO 44 DE STRIKER.

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25/07/2016, 18:53
Rifts Warriors Legacy.

Preacher: Rifts: Turno 44.

 

Día 13 de Noviembre de 104 PA:

 

            Mi nombre es Michael Preacher, aunque mis amigos me llaman “The Preacher” o “El Predicador”. No es usual que utilice mi verdadero nombre cuando realizo una misión. Lo más probable es que use otro nombre, así como una profesión muy alejada de mi verdadera profesión. Tengo muchos nombres, tantos, que a veces olvido como me llamo verdaderamente.

 

            Las cosas que nunca olvido, son las que hizo el Capitán, en ese momento Teniente, Leo Prince por mí, cuando no tenía nada más que la muerte. Esas cosas perdurarán en mi mente y en mi corazón para siempre. El Capitán no sólo me salvó de una muerte segura, sino que me dio otra oportunidad para demostrar lo que valgo. Que mi desafortunado accidente no hizo más que darme más fuerzas para seguir adelante con mi vida.

 

            Bueno, volviendo a mí, soy un espía. Un espía entrenado por el Tolkeen Intelligence Bureau, especializado en la infiltración y en el pilotaje de Mech. Claro está que ambas habilidades las aprendí por separado. El pilotaje de Mech o Power Armors lo aprendí en mis pocos años en el ejercito Tolkeenita. En cambio, las habilidades de infiltración y de espionaje, me las enseñaron en los cuatro años de entrenamiento del TIB.

 

            Los cuatro años de preparación en el Bureau fueron duros. Muy duros. En un régimen estrictamente militar, me enseñaron el triple de lo que aprendí en mis tres años del Ejército. Manejo de radios, traspasos de información, programación de ordenadores, manejo de armas de todo tipo y clase. Aunque no cambio mi rifle de precisión y mi cuchillo por ninguna otra arma, aprendí a utilizar todo tipo de armamento, así como explosivos.

 

            Muchas cosas aprendí en mi entrenamiento, y aunque no soy el mejor, tengo la capacidad necesaria para serlo. Sólo necesito un poco más de experiencia en misiones, y obviamente, que me propongan realizar una misión más peligrosa que hacer de mensajero del gobierno.

 

            Mi gobierno, el gobierno de Tolkeen, es un buen gobierno. Rico como pocos, en estos últimos tiempos, está buscando gente que apoye su causa contra la Coalición. Es bien sabido por el TIB, que algunos elementos de la Federación de la Magia han estado implicados en ataques de terrorismo contra la Coalición. Se tiene la seguridad de que Alistair Dunscon estuvo implicado en el secuestro de la esposa del Emperador Karl Prosek y en el asesinato de uno de sus hijos.

 

            Alistair Dunscon es el hijo del “Gran” Nostrous Dunscon, primer implicado en la guerra del año 12 PA contra la Coalición y la causa del odio impresionante de los coalicionistas hacia la magia. No comprendo eso de la magia, nunca tuve ningún tipo de aptitud mágica o psíquica, pero la respeto. Es algo que va más allá de mi comprensión, pero respeto a los que la utilizan para el bien... En cambio, muchos magos no utilizan bien su magia, esos serán eliminados.

 

            Bien, regresando a mi misión, debo lograr un contacto con la Compañía Mercenaria Robot Control, la cual posee un buen contacto entre los Naruni, una raza alienígena procedente de algún lugar del Megaverso. Anteriormente, he estado en contacto con algunas otras compañías mercenarias. La que más me impactó, por su perfecta organización fue la Brigada de Larsen.

 

            La famosa Brigada de Larsen, está comandada por el Coronel Marcus Larsen. La compañía es una de las mejores equipadas de toda Norteamérica, posiblemente de todo el mundo, casi tanto como Robot Control. El Coronel Larsen, un antiguo coalicionista, entrena personalmente a sus hombres. Se sabe que el Coronel es un maestro de la guerra mecanizada, tan bueno como los infames Generales Cabot y Underhill de la Coalición. Su compañía es una de las más caras de contratar, alrededor de treinta millones de créditos por mes como mínimo. El gobierno de Tolkeen está muy interesado en esta compañía mercenaria, pero ha decidido esperar a que estalle la guerra para contratar sus servicios.

 

            El helicóptero que me transporta por fin llega a destino. La nave se queda suspendida en el aire a unos veinte metros del suelo mientras el Teniente que la pilota me indica con el pulgar que todas las luces están en verde para dar comienzo a la misión. Una larga cuerda, de unos treinta metros, cae de la puerta lateral al suelo. Saludo a la tripulación del helicóptero y, cogiendo la cuerda entre mis manos, me lanzo hacia la tierra.

 

            Ni bien mis pies tocan la tierra, el helicóptero que me transportaba se aleja en vuelo rasante, evitando así la fuerte señal de radar de la zona. Saco mi mapa y mi brújula para orientarme. Cuando encuentro el camino que debo seguir, internándome en la jungla, desaparezco del claro donde he bajado de mi transporte rápidamente.

 

Camino por la jungla, como un animal más. Agazapado, acechando en silencio. Nadie parece reparar en mi presencia. Mi armadura de camuflaje es un poco antigua, pero gracias a mi destreza, soy casi invisible. Camino unos cincuenta metros y me detengo, buscando un sitio para ocultarme y para ver si hay enemigos en la proximidad. Cuando observo que el camino está despejado, repito nuevamente esos pasos una y otra vez hasta llegar al punto “Sierra”.

 

Mi misión, es encontrarme con un contacto que me llevará al cuartel general de Robot Control, un grupo de mercenarios liderados por la capitana Lucia Chen. Según los informes de inteligencia, son uno de los pocos grupos que tienen entre sus filas a un representante de la tecnología alienígena Naruni.

 

            En bien sabido por todos, que la tecnología Naruni está mucho más avanzada que las de las empresas de Norteamérica, por eso Tolkeen está interesada en comprar algunos equipos Naruni. Tolkeen es un país rico, por lo que el dinero no es el mayor problema para ellos. Continúo en completo silencio avanzando por la jungla hasta que por fin veo la señal de mi contacto, un trozo de pañuelo de seda colgado de una rama.

 

            Me acerco hasta el punto de encuentro, con mi rifle preparado para disparar ante cualquier signo de peligro, a esperar que mi contacto haga su aparición. El rocío de la mañana acumulado en las hojas golpea mi cara cuando cae. Consulto mi reloj de pulsera digital, un viejo regalo de mi padre, y noto con asombro que mi contacto está retrasado dos minutos. Comienzo a impacientarme y decido ocultarme entre la maleza a esperar.

 

            Hum... esto no me huele nada bien. Según los planes, mi contacto tendría que estar aquí hace cinco minutos. Será mejor que le espere unos minutos más y, si no aparece, regrese por donde he venido. ¿Qué es eso? Movimiento... movimiento entre la maleza... debe ser mi contacto. Me acerco a la posición del movimiento de hojas, dando un rodeo. El movimiento continúa allí. Tengo que tener cuidado.

 

            Separo poco a poco la maleza hasta que por fin logro ver a mi contacto. Me acerco a él con cuidado mientras miro hacia todos lados buscando algún tipo de peligro. Cuando estoy a punto de llegar a él, siento un sutil movimiento del aire a mis espaldas. Giro rápidamente en redondo, con mi rifle apoyado en el hombro, listo para la acción, cuando un Cyborg gigantesco me golpea con una especie de almádena en la cabeza y pierdo el conocimiento.

 

Día desconocido (posiblemente varias semanas después de mi captura).

 

            ¡Demonios! Todo me da vueltas, todas las cosas de la sala donde me encuentro están patas para arriba... un momento... no está todo patas arriba... ¡Soy yo que estoy colgando por mis pies con las manos atadas a mi espalda! ¡Mierda! ¿Cómo he podido dejar que me cogieran así de fácil? Tengo que escapar de este embrollo y llegar hasta el punto de extracción para mandar la señal de rescate. ¡Piensa Preacher, piensa! Necesito algún tipo de ganzúa para abrir estas esposas... si tan sólo pudiese quitar algún cable de mis brazos, posiblemente pueda abrirlas.

 

            Hago un esfuerzo sobrehumano, mientras me retuerzo sobre mí mismo para poder arrancar un cable de mi brazo biónico. Un poco más a la derecha... un poco más... ¡Mierda! Casi lo tenía. Debo intentarlo de nuevo. A ver ahora... hum... un poco más... sólo un poco más... ¡Sí! ¡Lo tengo maldita sea! Ahora a por las esposas. Comienzo a jugar con el pedazo de cable dentro de la cerradura por unos segundos hasta que el más maravilloso sonido de apertura llega a mis oídos.

 

            Dejo caer las esposas al suelo y comienzo a restregarme las muñecas por donde estaba sujeto. Ahora con las manos libres, puedo llegar a las ataduras de mis pies y desatarme para poder escapar. Tras cinco minutos de lucha, logro liberarme de las ataduras y caigo al suelo sin emitir sonido alguno. Toco mi cabeza con mi mano y siento un pequeño hematoma sobre mi cráneo. ¡Maldito robot! ¡Si te veo juro que te desarmo!

 

            En ese momento, la puerta de mi celda se abre y por ella entra la Capitán Lucia Chen aplaudiendo con fuerza y sonriéndome. Me quedo perplejo al ver a la líder del grupo de mercenarios con el cual me tenía que encontrar. La Capitán se sonríe y se acerca a mí. Yo retrocedo unos pasos hasta encontrar un pedazo de madera para usar como arma y me preparo para atacar.

 

  • “¿Qué hace un agente del TIB en un lugar tan alejado de su ciudad?” –

 

            Mi cara debe de estar roja como un tomate y debe ser muy graciosa porque la Capitana Chen estalla en una sonora carcajada. ¿Cómo demonios sabe que soy agente especial del TIB? ¿Quién demonios se lo ha dicho? ¿Me han torturado y he dicho todo lo que sabía? ¿Cómo lo sabe?

 

  • “No te atormentes pensando esas cosas, agente. No nos has dicho nada, ha sido su contacto. Agente, tú no has hablado ni con dos semanas enteras de torturas, estás bien entrenado”. –
  • “Yo sólo quería...” –
  • “Eso también lo sabemos” - me dice la capitana interrumpiéndome - “sabemos que su misión era llegar hasta nosotros. Pues bien, aquí estamos. ¿Qué quiere el TIB con los Robot Control?” –
  • “¿Es seguro hablar aquí?” –
  • “Sí. Estamos seguros aquí”. –
  • “Bien. Como sabes, mi gobierno está a punto de entrar en una sangrienta guerra con la Coalición y por eso está juntando armas y soldados para poder hacerles frente. Mi misión aquí, es conseguir un buen trato comercial con los Naruni, para que nos provean armamento y armaduras más sofisticadas que las que existen en Norteamérica”. –
  • “¿Nada más?” –
  • “Sí. Nada más. Se sabe que los Robot Control tienen un comerciante de las Empresas Naruni entre sus filas. El gobierno de Tolkeen quiere llegar a un acuerdo secreto con ellos, el dinero no es problema”. –
  • “Hum... suena interesante. Bueno, creo que podremos llegar a un acuerdo. En la habitación de al lado están tus pertenencias. Cógelas todas. Las necesitarás donde vamos”. –
  • “¿Qué? No entiendo. Pensé que cerraríamos un trato aquí y ahora”. –
  • “¡Ja, ja, ja! De ninguna manera. Primero debes demostrarnos a nosotros como pelean los soldados de Tolkeen. Si lo haces bien, es muy posible que lleguemos a un acuerdo. No tienes otra alternativa, espía”. –

 

Comienzo a ponerme la armadura cuando la capitana me mira y con el dedo índice de la mano derecha me dice que no mientras que de su boca salen las palabras: - “Para lo que vas a hacer, eso no es necesario, sólo necesitas tu bonito cuchillo”. - Hum... esto no me huele nada bien. ¿Solamente mi cuchillo? ¿Qué es lo que tendrá pensado la Capitán?

 

            Cuando salgo de la edificación, me doy cuenta a lo que se refería Lucia Chen. Frente a mí, toda la compañía mercenaria se encuentra parada, formando un semicírculo. Un paso más delante de todos, un hombre, un gigantesco hombre con un cuchillo de supervivencia, está haciendo ejercicios de calentamiento. Miro a la Capitana, y ella con su cabeza me indica que entre al semicírculo. Creo que ya sé lo que Lucia Chen quiere. Quiere que demuestre mi habilidad contra ese... bestia.

 

            Comienzo a hacer algunos estiramientos para calentar mis músculos mientras es semicírculo se cierra entorno a nosotros. La Capitán Lucia Chen, sube a uno de los tanques aparcado a un metro del círculo de gente y con un altavoz en la mano, presenta a todos a los participantes. Mi oponente resulta ser un gigante piloto de power armor. Bueno, por lo menos sabremos las mismas técnicas de lucha, o eso espero.

 

            Tras las presentaciones de rigor, Lucia Chen nos da la orden para que comience el combate. Mi oponente y yo comenzamos a girar en círculo, acercándonos muy poco a poco. Cuando nos encontramos a una distancia prudencial, el sargento Ryan, me lanza una patada circular con su pierna derecha. Salto hacia atrás rápidamente y logro esquivar su embate. Acto seguido, el sargento avanza dos pasos y me lanza dos cuchilladas al pecho. Logro esquivar la primera arqueando mi cuerpo hacia atrás, pero la segunda, me roza el pecho, rasgando mi camiseta y mi carne.

 

            Del corte en mi pecho, comienzan a salir varios hilillos de sangre que comienzan a teñir mi camiseta de rojo. Retrocedo varios metros, para obtener una distancia de seguridad en la que pueda atacar. El gigante adivina mi acción y sale corriendo hacia donde me encuentro sosteniendo su cuchillo, preparado para clavármelo en mi cuerpo. Con un rápido movimiento, cambio el cuchillo de posición, tomándolo por la punta donde se encuentra el filo, y se lo arrojo a mi oponente.

 

            El cuchillo sale despedido de mi mano a una gran velocidad, hasta que se clava profundamente en el muslo izquierdo del sargento Ryan. El sargento se queda sorprendido por unos segundos, así que aprovecho mi oportunidad. Salgo corriendo cual flecha hacia él, y antes de llegar, doy un salto con giro en el aire. Mientras giro, estiro mi pierna hasta ponerla tensa, para después impactar con mi talón en el mentón mi sargento.

 

            Como en cámara lenta, el sargento Ryan, cae desmayado al suelo, levantando polvo y tierra al golpear con un estruendo al suelo. Voy hasta su lado y extraigo el cuchillo de su muslo. Antes de guardarlo en su funda, lo limpio en su ropa. Los soldados de Robot Control comienzan a gritar, porque su favorito no ha vencido. Sólo uno de ellos, un Cyborg, se acerca a mí y me estrecha la mano. Miro al robot de arriba abajo y me doy cuenta que es el que me desmayó en la jungla.

 

Si no tuviera la cara de metal, pensaría que me está sonriendo. Con su voz metálica me dice que gracias a mí ha ganado más de cincuenta mil créditos, ya que al parecer, es el único que apostó por mí en el combate. Al mismo tiempo que el robot se acerca a mí para darme la mano, todos los demás soldados que estaban gritando, dejan de gritar y se alejan del círculo. La Capitán Chen se acerca hasta mí y también me estrecha la mano.

 

  • “Has luchado bien, espía. Creo que será posible una alianza comercial entre los Naruni y el gobierno Tolkeenita”. –
  • “Gracias, Capitán Chen. Pero puedes llamarme Mike”. –
  • “Bien, Mike, bien. Mañana nos encontraremos en uno de los apartamentos seguros con uno de nuestros contactos con los Naruni. Espero que quieras venir, así podrás hablar con él en persona”. –
  • “Claro que iré. Muchas gracias”. –

 

Día 22 de Noviembre de 104 PA:

 

            Me despierto con el sonido de una trompeta tocando algo así como un zafarrancho de combate. Rápidamente me calzo la armadura, cojo mi rifle de precisión y salgo corriendo de la barraca. Cuando llego fuera, veo a la Capitán Chen sobre un tanque. La Capitán me indica que me suba al tanque con ella, que tenemos un trato que cerrar.

 

            El tanque comienza a avanzar por un camino de tierra. La gente que nos cruzamos por el camino nos saluda con la mano mientras avanzamos. En el tanque, además de mí y la Capitán, viajan dos sargentos armados hasta los dientes más los conductores del tanque. Al cabo de una media hora, llegamos a lo que parecen ser las ruinas de una ciudad. La gente que camina por las calles de la ciudad está fuertemente armada, además, que todos, parecen tener un tipo de armadura que nunca he visto en mi vida.

 

            El tanque dobla a la derecha e ingresa a un oscuro callejón. Cuando se detiene, Lucia Chen, los dos sargentos y yo, salimos del tanque y comenzamos a subir por una vieja y herrumbrosa escalera de emergencias. Lucia Chen me indica que debemos llegar al último piso y allí nos encontraremos con el contacto Naruni. Continúo subiendo la escalera y cuando estamos en el tercer piso, un haz de luz sale de una habitación del cuarto piso, tras esa luz, una explosión en la misma habitación hace que los cristales, los pocos que había, estallen hacia fuera.

 

            La Capitán se queda estupefacta al ver la escena. Empujo a los dos sargentos y a Chen, pasando delante de ellos y, rápido como un rayo, llego al cuarto piso. La puerta de emergencia está cerrada. Con una certera patada frontal en la zona de la cerradura, saco la puerta del marco y entro a la habitación. Detrás de mí, la Capitán Chen y sus sargentos, se quedan de piedra ante la escena.

 

            La habitación está toda ennegrecida por la explosión y todavía hay humo en la estancia. En el lugar donde estaba el contacto, solo hay un casco y una pequeña pistola que parece de iones. En ese mismo lugar, una mancha negra en el suelo indica que ha sido allí, donde han arrojado la granada. Un E-Clip vacío cerca de la puerta de entrada, me indica que primero, el asesino le disparó a quemarropa, y después le ha colocado una granada para que no tenga ninguna posibilidad de sobrevivir.

 

  • “¡¡¡Malditos!!! ¡Han asesinado a nuestro contacto! ¡Malditos coalicionistas!” –
  • “Chen... escucha... el asesino debe seguir en el edificio, o por lo menos, debe estar intentando escapar hacia las calles, donde podría pasar desapercibido entre los demás”. –
  • “Es verdad, tienes razón Mike. Sargentos, salgan por la puerta principal y rastreen al asesino. Lo quiero vivo, repito, lo quiero con vida”. –
  • “Capitán, creo que lo mejor será que suba a la azotea y busque al asesino con mi rifle. Si lo veo, le dispararé a las piernas para evitar que escape”. –
  • “Bien Mike. ¡A por ese cabrón!” –

 

            Rápidamente, salgo por la puerta de emergencia y, en unos segundos, subo a la azotea. Me acerco a una de las caras del edificio y me coloco el rifle en posición. La pantalla especial de mi mira telescópica me indica la velocidad del viento y la distancia a un blanco. Comienzo a pasar la mira por todas las personas que me parezcan sospechosas, pero hasta ahora, todo parece normal.

 

            No. No debe de seguir en la calle. La población de esta ciudad seguramente descubra a alguien extraño por la calle. Tiene que haberse metido en algún edificio. ¡Las azoteas! ¡Tengo que mirar en las azoteas! Hum... veamos... nada por aquí... nada por allí... nad... ¿un momento? ¿Qué demonios es esa mierda? ¡Maldito cabrón!

 

  • “¡Chen! ¡Chen!” - transmito por radio. –“¡Va a escaparse en una SAMAS! ¡Capitán Chen! ¡Hay una SAMAS Power Armor en la azotea del edificio que está al norte de este! ¡Capitán Chen, tengo al objetivo en la mira!” –
  • “Proceda soldado”. –

 

            Bien. Me concentro en mi respiración mientras coloco mi ojo derecho sobre la mira. Mi respiración comienza a hacerse cada vez más pausada a medida que apunto. Con la mira láser apunto a la escalera de entrada a la azotea, esperando que mi objetivo salga por ella. Mi respiración casi ni se escucha. En ese instante, la puerta se abre lentamente y una cabeza se asoma para ver la situación. Me contengo de volarle los sesos al enemigo, al recordar las palabras de Chen. Por ese motivo, comienzo a bajar lentamente la mira hasta situarme en una de sus rodillas. Cambio el selector del arma a la posición de ráfaga media y disparo.

 

            La pierna del enemigo es alcanzada por el rayo de iones y es completamente vaporizada. El enemigo comienza a arrastrarse por el suelo, entonces, disparo mi otra media ráfaga a un costado de su cabeza, abriendo un boquete en el techo, para que el blanco se dé cuenta de que no tiene escapatoria.

 

  • “¡Blanco neutralizado! Repito, blanco neutraliz... ¿¡Pero que demonios!?” –

 

            Un haz de luz sale desde una de las ventanas del edificio del frente, que golpea de lleno al blanco tirado en la azotea, convirtiendo su cuerpo en átomos. En ese momento, la Capitán Chen y sus sargentos, entran a la azotea donde ahora sólo hay un cráter ennegrecido que larga humo negro. La Capitán me observa desde la azotea y yo le indico con el dedo la dirección desde donde ha venido el rayo.

 

            Salgo corriendo hacia el edificio de donde silenciaron al asesino. Al llegar a esa habitación, lo hago junto con la Capitán y uno de los sargentos, ya que el otro se ha quedado de guardia junto con la SAMAS. Abrimos la puerta con cuidado y cuando nos asomamos al cuarto con las armas preparadas no encontramos nada. Nos asomamos a la ventana que da a la calle y allí vemos otra cosa que nos deja pasmados. La SAMAS ha desaparecido, y el soldado que la custodiaba se encuentra despatarrado junto al cráter.

 

  • “Creo que tu misión ha terminado, Mike. No quería que terminara así, de veras”. –
  • “Lo sé, Capitán. Es algo que no hemos podido evitar. No importa. Mañana regresaré a Tolkeen e informaré de lo sucedido. Espero que volvamos a vernos y a luchar en el mismo lado, Capitán”. –
  • “Yo también lo espero Mike. Igualmente, cuando hagamos contacto con otro representante Naruni, te lo haremos saber”. –
  • “Sería fantástico, Capitán”. –
  • “Llámame Lucia”. –
  • “Sería fantástico Lucia”. –

 

            Regreso con Lucia Chen al campamento provisional de los Robot Control y tras despedirme de todos, comienzo a retornar al punto de extracción “Zebra” dentro del bosque. Ahora sin tantos preámbulos como a mi llegada, pero con mucho cuidado, avanzo por el espeso bosque hasta llegar al punto “Zebra”. Miro mi mapa plastificado de la zona y controlo con mi brújula de muñeca si estoy en la posición correcta. Al confirmarlo, enciendo contra el suelo una bengala de fuego verde.

 

            Tras unos minutos de espera, el ruido de un helicóptero rompe el silencio del bosque. Me acerco al punto de extracción y observo como el trípode baja hasta mi posición. El trípode es un aparato de hierro, con tres patas plegables que se extienden por el rescatado para sentarse en él y ser alzado por el helicóptero. Las tres patas bajan plegadas para pasar entre las ramas de los árboles para que ninguna detenga su caída. Cuando el rescatado se encuentra herido, un oficial de rescate baja con el trípode para subir una vez rescatada la persona, pero esta vez, soy yo el rescatado y no estoy de ninguna manera herido.

 

            Cuando me acerco al aparato de extracción, abro sus patas y me siento en él. Me coloco los auriculares que penden de la punta del trípode y le indico al radio operador que estoy listo para la remontada. En diez segundos me encuentro en el aire y la nave comienza su regreso. Después de diez segundos más, una mano fuerte me coge por los hombros y me mete dentro del helicóptero, para partir hacia la Base Old Fort, de las fuerzas Tolkeenitas. El trayecto durará unas diez horas y el helicóptero se reaprovisionará de combustible en el aire, por lo cual, decido echar una cabeceadita hasta mi destino.

 

Día 23 de Noviembre de 104 PA:

 

            Con un leve traqueteo, el helicóptero desciende en el helipuerto de la base Tolkeenita. Al posar su tren de aterrizaje en el suelo, el golpe me hace despertar un poco sobresaltado. El oficial de a bordo me dice que ya hemos llegado. Cojo mis pertenencias y procedo a bajar de la nave. En el momento que estoy poniendo mi pie en el suelo, un Cabo de las Fuerzas Especiales se acerca a mí tapándose la cara con la mano debido al fuerte viento que las seis aspas del helicóptero despiden.

 

            Bajo de la nave con la clara idea de ir a darme una buena ducha caliente para después informar a mi base, pero lentamente esa idea se desvanece de mi mente. Giro a mi derecha para evitar las aspas del rotor de la nave, y el Cabo me grita algo. Con la mano, le pido que me siga hasta un lugar donde podamos hablar y tras caminar unos doscientos metros hacia los barracones, me detengo para escuchar lo que quiere decirme el Cabo.

 

            El Cabo se cuadra frente a mí y me hace la venia. Le respondo con un leve movimiento de cabeza. En mis años de entrenamiento, he aprendido a no hacer notar mi entrenamiento militar, eso lo hago sólo cuando es necesario o cuando sé que la persona que me saluda sabe con seguridad de mi pasado militar. El Cabo se coloca en posición de descanso y me dice que el Teniente Green quiere verme de inmediato en su oficina. Le respondo que estaré allí en diez minutos y el Cabo asiente y se retira saludándome otra vez.

 

            ¡Esto sí que está bien! Ni siquiera he podido ir al servicio que ya el Teniente requiere “inmediatamente” mi presencia. ¿Pero qué demonios querrán ahora? Si la misión ha sido todo un éxito, sólo tengo que informar a mis superiores, ¿cuál es la prisa? Corro hacia los barracones para dejar mi armadura y mi equipo en mi caja de seguridad al lado del catre que me toco en suerte y rápidamente pongo mi cuerpo en dirección al despacho de la segunda persona más importante de la base Old Fort.

 

            Cuando llego hasta su despacho golpeo un par de veces la puerta. Una voz fina como un hilo me dice que puedo pasar. Entro a la oficina y allí veo al Teniente Green. El Teniente Green, según dicen los expertos, es uno de los mejores oficiales de la contrainteligencia Tolkeenita. Cuando una persona es llamada “inmediatamente” por él, sólo significa una cosa, una misión importante para la seguridad nacional así como una misión con un alto porcentaje de peligro mortal.

 

  • “Bienvenido, Sargento Preacher. Veo que ha regresado de una pieza de su misión. Sé que es una falta de respeto por mi parte no ofrecerle una silla para sentarse, pero como seré breve, no hará falta. Además, cuando termine mi charla, podrá informar a su superior el resultado de su misión”. –
  • “Entiendo, Teniente. No hay problema, no estoy muy cansado... todavía”. –
  • “Bien. Tengo entendido que era parte del escuadrón 7º de Infantería Ligera en su época de soldado, ¿estoy en lo cierto?” –
  • “Los Ninjas nos llamaban, señor. “La noche es nuestra” era nuestro lema”. –
  • “Excelente. Entonces lo que le voy a proponer, le interesará. Es una misión muy secreta. Lo que escuche en esta sala no saldrá bajo ningún motivo, repito, bajo ningún motivo de esta sala, ¿está claro? Bien. Mañana a las mil ochocientas horas, se embarcará en un helicóptero con destino a una base en las montañas. Allí se entrenará durante una semana para después partir a un destino secreto a cumplir su misión”. –
  • “Entiendo. ¿Cuál será mi misión?” –
  • “El Capitán Ramírez le explicará los pormenores de la misión en su destino. Eso es todo lo que debe saber ahora. Puede retirarse... ¡Ah, me olvidaba! Tome un mensaje del Capitán Prince. Ahora sí, puede retirarse”. –
  • “Señor, sí señor”. –

 

Día siguiente. 1800 horas.

 

            Los rotores del helicóptero levantan demasiada tierra del suelo, por lo que tengo que acercarme a él con una mano sobre mis ojos para no quedar cegado. Ese es el único signo de que hay un helicóptero en la zona. Estos nuevos juguetes, pueden viajar sin hacer siquiera un ruido que lo haga audible al enemigo. Además, su configuración lo hace invisible al radar si vuela a baja altura y sus instrumentos le permiten descender hasta los cien metros de altura y volar a una gran velocidad sin temor de colisión.

 

            Ingreso a la nave y me siento en uno de los puestos del artillero. Con gran sorpresa me doy cuenta que no estoy solo en el helicóptero. Otro par de soldados me acompañan, ambos con la incertidumbre en sus caras. Me coloco sobre mis oídos los cascos con micrófono incorporado para comunicarme con el piloto y controlo que el Rail Gun de mi lado se encuentre en condiciones. Mientras reviso mi arma, una voz que me resulta familiar me informa por los auriculares de que despegaremos en siete minutos, que me abroche los cinturones porque el viaje será rápido y movidito. “Roger”, respondo presionando el botón del intercomunicador y aprieto con fuerza las correas que me sostienen fijo al asiento.

 

            Las seis silenciosas aspas de la nave comienzan a girar con fuerza, mientras que sus dos turbinas laterales se encienden con el mismo ruido que haría una hoja de árbol cayendo sobre el agua. El morro del helicóptero se eleva unos metros del suelo, para después descender y comenzar a avanzar hacia la noche.

 

  • “Bienvenidos al vuelo seiscientos sesenta y seis de aerolíneas ultra secretas con destino incierto. Les habla el Teniente John Smith. Espero que disfruten del viaje. Las azafatas repartirán el refrigerio dentro de unos minutos”. –
  • “Siempre lo mismo, Smith, tendrías que cambiar ese discurso”. –
  • “¿Predicador? Sabía que esa voz me resultaba conocida... ¿sabes de qué demonios va todo esto?” –
  • “Negativo amigo. Sé lo mismo que tú, absolutamente nada.” –
  • “Yo solamente sé que debo dejarte en un punto y regresar al mismo en una semana”. –
  • “Pues... regresarás a por mí muchacho”. –

 

            El vuelo resulta mucho más rápido de lo que esperaba. En unas cuatro horas, el helicóptero comienza su aproximación al helipuerto de la base. Todavía es de noche, pero a lo lejos, se puede apreciar el contorno de algunas montañas. No sé si es el vuelo o la falta de sueño que vengo acumulando estos días, pero siento como si me faltara el aire en los pulmones. ¿Dónde me han traído?

 

            Al bajar de la nave junto con los otros dos soldados, un Capitán se nos acerca y nos “pide” que le acompañemos a la sala de reuniones. ¿Un Capitán nos viene a recibir para acompañarnos a la sala de reuniones? ¿De qué va todo esto? Todo esto no tiene ni pies ni cabeza, o me han transportado al mundo del revés o todavía estoy soñando dormido en mi barraca y todo esto no ha sucedido.

 

            Al llegar a la sala de reuniones, el Capitán nos dice que nos sentemos y que pronto nos explicará que hacemos aquí. Un camarero entra a la sala y nos dice que si deseamos tomar algo. Los dos soldados que han viajado conmigo rechazan gentilmente el ofrecimiento, yo en cambio le pido un café bien cargado. El Capitán me mira, veo como nota mi paquete de cigarrillos en uno de mis bolsillos y sonríe.

 

  • “Creo que lo mejor será que deje ese hábito para cuando regresemos, Sargento Preacher. Los cigarrillos no lo ayudarán en nada en esta misión”. –

 

            Asiento mientras cojo mi paquete de Pall Mall y lo tiro a la basura. No soy un fumador compulsivo, un paquete de veinte cigarrillos me dura una semana o más, pero por algún motivo, me parece que el Capitán tiene razón. Todavía tengo esa sensación como de falta de aire. El Capitán despliega unos mapas en una pizarra y nos pide que le prestemos mucha atención. También nos dice que lo que escucharemos a continuación es ultra secreto y que no debe salir de esta sala. Deja vú. Si me dieran un crédito cada vez que escucho esa frase, en este momento sería el hombre más rico de Tolkeen.

 

  • “Bienvenidos caballeros. Soy el Capitán Juan Ramírez. Han sido elegidos entre muchos para participar de una misión de extrema importancia para la seguridad nacional Tolkeenita. Nuestra misión será infiltrarnos entre las filas del enemigo y marcar una serie de blancos para su destrucción. Esta semana nos entrenaremos fuertemente en esta base, para que nuestros cuerpos logren soportar la gran altura donde se encuentra nuestro objetivo. ¿Alguna pregunta?” –

 

            Ninguno de los tres decimos nada, por mi parte sólo me gustaría descansar un poco para poder soportar el entrenamiento que comenzará por la mañana. No soy una persona que a lo largo de su vida haya descuidado su cuerpo. Todas las mañanas tengo la costumbre de correr unos cinco kilómetros para no perder mi estado físico. Sin embargo, creo que en esta semana se nos exigirá al máximo de nuestras posibilidades para poder afrontar la misión y realizarla con éxito.

 

  • “Excelente. Pueden ir a descansar a sus habitaciones. Mañana nos espera un largo y extenuante día”. –

 

Día 25 de Noviembre de 104 PA:

 

            A las 0500 horas, un pitido ensordecedor me despierta en mi habitación. Ninguna trompeta tocando la salida del sol, solamente un chirrido electrónico que actúa las veces de despertador. Me pongo mi uniforme militar, pantalón de camuflaje y una remera blanca junto con unas botas militares, y salgo a la sala común del barracón. Mis otros dos compañeros llegan a la sala junto conmigo. En ella, el Capitán Ramírez ya nos está esperando con su uniforme de fajina y con tres mochilas.

 

            Ramírez nos mira a cada uno y nos dice que nos calcemos estas mochilas, dando por comenzado el entrenamiento intensivo. Me coloco la mochila con mi nombre a mi espalda, con un cálculo mental, calculo que pesa más o menos veinte kilos. El Capitán se acerca a mí y me ajusta fuertemente las correas de la mochila y cuando termina, me pide que haga exactamente lo mismo con la de él. Mis otros dos compañeros nos copian y también se ajustan mutuamente sus mochilas.

 

            El Capitán Juan Ramírez sale del barracón y nos ordena que lo sigamos. Comenzamos a trotar lentamente hasta que llegamos a una pendiente. Una vez allí, el Capitán nos explica que todos los días correremos diez kilómetros, cinco por la mañana y cinco por la tarde e intercalaremos las marchas, con una serie de ejercicios aeróbicos y militares. Cuando el Capitán termina su explicación, nos dice que tenemos que llegar al punto “Alfa” antes de las 0630 horas.

 

            Empezamos a subir rápidamente la cuesta, pero llegando casi a la cima, siento como el estómago comienza a darme vueltas, y tengo que detener la marcha para vomitar la bilis que comenzaba a formarse en el interior de mi cuerpo. El Capitán Ramírez me grita que deje de hacer el tonto y que continúe con la carrera. No sé si es la forma como me lo ha dicho o que lo que me ha dicho me ha herido en mi orgullo, que dejo de vomitar al instante y continúo mi carrera hacia la cima.

 

            Al llegar a la cima, el Capitán nos dice que nos alegremos, que la otra mitad del camino es en descenso. ¡Je! No sé de que nos podemos alegrar. Al comenzar el descenso, la pendiente no supera los treinta o treinta y cinco grados, pero unos minutos después, la montaña desciende con una pendiente de cuarenta y cinco o cincuenta grados, por lo que tengo que esforzarme al máximo para no caer rodando hasta el lugar donde desayunaremos.

 

            Tras una media hora de descenso, casi lo mismo que la subida, llegamos a un camino de tierra que termina en el edificio en ruinas. Dentro del mismo puedo ver unas tres tiendas de campaña camufladas para que no sean vistas desde el aire. Ramírez nos señala la mayor y nos dice que allí desayunaremos para después comenzar con la instrucción militar. En el instante que voy a ingresar a la tienda de campaña, el Capitán se acerca a mí y apoya su mano en mi hombro.

 

  • “Preacher, no se preocupe. En dos o tres días estará acostumbrado a la altura, sólo necesita habituarse un poco a la zona. Menos mal que ha dejado de fumar”. –

 

            Asiento, avergonzado por la escena del vómito, y entro a desayunar. El desayuno es un buffet donde cada uno puede servirse lo que guste. Cojo algunas frutas y un par de botellitas de zumo de naranja y me siento junto a los demás en la única mesa que hay en el comedor. Tras cuarenta minutos de desayuno, el Capitán nos dice que nos dirijamos hacia el campo de tiro, donde practicaremos un poco antes del almuerzo.

 

            El campo de tiro es una gran superficie de tierra, tan grande como una cancha de fútbol americano, con las dianas en el extremo más alejado a nosotros. El Capitán nos provee de armas de largo alcance a cada uno. A mis compañeros, les entrega dos eyectores pesados de plasma y a mí un viejo y conocido rifle de precisión. Tomo mi posición, echándome cuerpo a tierra, y coloco mi ojo derecho sobre el visor telescópico del rifle.

 

            Como por arte de magia, las dianas que se veían muy pequeñitas, las veo como si estuvieran a tan sólo dos metros de distancia de mi posición. Siento un dedo que me golpea en el hombro. Levanto la mirada y veo al Capitán que me señala hacia arriba de la colina, a unos quinientos metros de mi posición. Nuevamente miro por el visor del rifle, pero esta vez levanto un poco el rifle apuntando hacia donde me ha indicado el Capitán y allí veo mis blancos.

 

            Dos pequeñísimas dianas, del tamaño de un balón de fútbol, sobre una pequeña mesa. Ahora entiendo, me parecía muy fácil dispararles a esas dianas al final del campo de fútbol. Apunto cuidadosamente a mis blancos y conteniendo la respiración, disparo una bala a uno de ellos. El ruido de la explosión del balón no se alcanza a oír con la distancia, pero en mi visor, puedo apreciar claramente como estalla en mil pedazos. Lo mismo le sucede al otro blanco, al cabo de unos segundos.   

 

            Mis compañeros con sus eyectores pesados, atomizan los blancos al final del campo. Observo al Capitán y veo como asiente con una media sonrisa dibujada en sus labios. Continuamos con la práctica de tiro durante tres horas más, para luego, colocarnos nuevamente nuestras mochilas y emprender otra marcha de cinco kilómetros.

 

            Tras la marcha, almorzamos y descansamos durante una hora. Después del descanso, otra sesión de tiro sumada a una larga y extenuante sesión de ejercicios anaeróbicos. Los días siguientes transcurren con la misma rutina que el primero. Correr, prácticas de tiro, correr, ejercicios. Así llega el gran día. El día que nos embarcamos hacia lo desconocido, porque aunque hace una semana que entrenamos, de la boca del Capitán no ha salido palabra alguna acerca del verdadero propósito de esta secreta misión.

 

Día 2 de Diciembre de 104 PA. El día “D”:

 

            Ha llegado el gran día. Hoy comienza la misión por la que llevo una semana de intenso entrenamiento. El dejar de fumar me ha ayudado a soportar la fatiga por la gran altura de la base Tolkeenita. Ahora es el momento de la verdad. No sé qué esperan los jefes que hagamos en el sitio. Sólo espero estar a la altura de las circunstancias.

 

            A las 1700 horas, cuando el sol comienza a ocultarse detrás de las montañas, un helicóptero, el mismo que nos trajo hasta aquí, desciende en un claro. Las mochilas que portamos, las cuales en el entrenamiento estaban cargadas con rocas, ahora tienen un completo equipo militar. Dos cantimploras de un litro cada una, una cantimplora de reserva con dos litros, pastillas cloradas para el tratamiento del agua, un par de raciones de campaña en tubos, una linterna, un kilo de explosivo plástico con sus detonadores, ropa y pinturas vegetales de color negro y verde. Un total de trece kilos. Como armas, un vibro cuchillo de supervivencia y un rifle de precisión. Dentro de uno de los bolsillos de mi traje, tengo tres shuriken escondidos. Espero que el Capitán no se entere de esto.

 

            El peso de todo el equipo es de dieciocho kilos. Mucho más liviano que los de mis compañeros, ya que con los eyectores ya llevan cinco kilos de más en sus equipos. El Capitán, los dos soldados y yo, salimos de la base con destino al helicóptero que nos espera. Cuando llegamos hasta él, una de las puertas laterales se abren y un soldado de rescate nos hace gestos con la mano para que subamos a la nave.

 

            Con una rápida carrera los cuatro nos acercamos al helicóptero y abordamos. Smith nos da la bienvenida a su nave como siempre, dándome la bienvenida a mí especialmente por nuestra vieja amistad, lo que ni él ni yo sabemos es que dentro de una semana, el Teniente Smith dirá unas palabras en mi funeral.

 

            Cuando la nave remonta vuelo, saco las pinturas vegetales de mi mochila y comienzo a pintarme la cara, el cuello y los brazos, utilizando la pintura verde en las partes menos prominentes, como alrededor de los ojos, y la pintura negra en los lugares que más sobresalen, como mi nariz, tratando de que todo parezca plano como una tabla. Mis brazos y mi cuello, los pinto completamente de verde, trazando varias líneas negras como las marcas de un tigre.

 

            La nave reposta combustible en el aire, mientras nosotros nos dedicamos a repasar el equipo. Observo detenidamente mis armas y compruebo que todo se encuentra en orden. Bien, todo está correctamente. Compruebo la carga de los E-Clips de repuesto y me aseguro que el seguro del rifle esté en posición cerrada. El helicóptero continúa con su viaje, llevamos casi unas seis horas de vuelo y todo está tranquilo. En ese momento el piloto nos transmite que en diez minutos llegaremos al punto “Pala”, donde descenderemos. El Capitán Ramírez, nos pide que hagamos un último chequeo al equipo mientras él abre un sobre sellado al vacío, extrae unos papeles del mismo y comienza a leer.

 

            Las luces del helicóptero se tornan rojas, indicando que volamos en silencio y con los sistemas antirradar activos. Nos colocamos en posición de salida, el Capitán primero, yo detrás y los dos soldados en último lugar. La nave comienza un rápido descenso y en pocos segundos queda suspendida a un metro del suelo. El Capitán salta y corre hacia la derecha. Salto detrás de él y salgo corriendo hacia la izquierda y me tiro cuerpo a tierra, quitando el seguro de mi arma y apuntando, preparado para la acción. Los dos soldados salen de la nave y se arrojan al suelo con sus armas preparadas.

 

            Toda la acción de descenso ha durado seis segundos. El helicóptero remonta vuelo tan rápido como puede y se aleja de nosotros a toda potencia. Cuando la nave ya no se encuentra en las cercanías, salimos corriendo agazapados del claro, hacia la cobertura de los árboles del bosque. Una vez allí, el Capitán nos informa acerca de las órdenes del Cuartel General.

 

  • “Soldados, nuestra misión es una misión delicada. En pocas palabras, tenemos que desplazarnos por la selva hasta una serie de waypoints hasta llegar a un aeropuerto clandestino. Una vez allí, nuestra misión será indicar por radio la posición exacta del aeropuerto para un bombardeo táctico”. –

 

            Bueno. Nada del otro mundo. El único problema es que no sabemos a cuantos enemigos nos enfrentaremos, pero es muy posible lograr que la misión sea todo un éxito si somos cuidadosos.

 

  • “El Sargento Preacher irá en la vanguardia, examinando el terreno y evaluando la situación antes de llegar a cada waypoint. Nosotros lo seguiremos unos minutos atrasados, pero no demasiado lejos, para darle el apoyo necesario ante cualquier problema que surja”. –

 

            Bien, es mi turno. Asiento con la cabeza y el Capitán me entrega un mapa plastificado con una serie de palabras en clave. Las palabras indican la posición de los puntos que iremos abordando antes de llegar al aeropuerto clandestino. Comienzo a avanzar agazapado mientras miro con mi brújula de pulsera la dirección que seguir para llegar al primer punto “serrucho”. En tres horas y media, según mi reloj, llego al punto indicado.

 

            Llamo por radio al Capitán, el cual me responde con dos pitidos seguidos, señal de que ha recibido el mensaje. En tres minutos, que me han parecido horas, llegan mis compañeros. Nos tomamos un descanso de media hora y mientras los demás vigilan el improvisado campamento, repaso el mapa para saber hacia dónde me tengo que dirigir ahora. Hacia el norte es hacia donde tengo que ir. Bebo un trago de mi cantimplora y mastico un poco de la pasta de verduras que nos han dado.

 

            Comienzo a avanzar hasta el segundo waypoint llamado “martillo”. El camino es un poco más complicado que el anterior. Al cabo de una hora de caminata, me cruzo un angosto camino de barro. Me agacho para observar con detenimiento y veo unas series de pisadas que van de un lado a otro. Aviso por radio mi hallazgo y de un salto, paso por arriba del camino sin tocarlo ni dejar marca alguna. Tras otras cuatro horas más de caminata, llego al segundo punto. Confirmo por radio mi llegada y nuevamente el Capitán me responde con dos pitidos.

 

            Algunos rayos del sol, comienzan a colarse por entre las ramas del bosque. Es hora de acampar. Me pido la primera guardia y Ramírez me la concede. Busco un lugar oculto y apartado para montar mi puesto de guardia y tras cinco minutos de observar el terreno, encuentro una pequeña superficie de roca plana, resguardada por otras más altas. Me tiro sobre la roca plana y preparo mi rifle. Son tan sólo tres horas más, después puedo descansar con tranquilidad.

 

            Mi guardia pasa sin contratiempos. Pienso que las otras también transcurren con tranquilidad ya que cuando despierto ya es de noche y el Capitán, el último de la guardia, todavía en su puesto me dice con la mano que está todo tranquilo. Me desperezo tranquilo y como un poco de las raciones. Bebo bastante agua y me interno unos metros en el bosque a hacer mis necesidades. Cuando regreso al campamento, todos están despiertos y alertas. Comenzamos a cubrir nuestro rastro, enterrando todo bajo tierra y arrojando unos gases lacrimógenos en polvo sobre el pozo para que las bestias no se acerquen y desentierren las cosas.

 

            Bien. Tan sólo queda el punto “cortafrío” (me pregunto quien ha puesto esos nombres), y después el aeropuerto. Estoy casi seguro de que es un pequeño aeropuerto clandestino de la Coalición, pero nadie nos ha dado esa información, sólo nos han dicho que tenemos que marcar el aeropuerto para su destrucción.

 

            Comienzo a avanzar hasta “cortafrío” y en dos horas me encuentro en la posición. Mis compañeros llegan hasta mí y nos tomamos un descanso de media hora para verificar nuestro equipo. Reviso mis armas y todas están en orden. Comienzo nuevamente el ritual de pintarme el cuerpo con pintura y, cuando termino, empiezo a avanzar hacia nuestro objetivo primario.

 

            Enciendo mis gafas de visión nocturna, ya que el bosque comienza a hacerse más y más espeso y el cielo se encuentra cubierto con nubes. Avanzo sigilosamente, ya que me encuentro en territorio enemigo. Camino cincuenta metros, me detengo, observo la situación y sigo avanzando. En poco más de una hora, llego a las cercanías de un gran claro. Me arrojo al suelo y transmito por radio lo que veo.

 

            El aeropuerto es claramente coalicionista. Varios tanques se encuentran aparcados en la pista de aterrizaje junto con varias SAMAS Power Armor listas para el despegue. Varias patrullas de soldados coalicionistas, Dog Boys y PSI Stalker recorren el lugar buscando enemigos próximos, pero a pesar de toda esa seguridad, algunos pilotos están fumando a pocos metros de nosotros con sus SAMAS a un lado. Eso significa que no esperan ninguna acción enemiga y que están muy seguros de su clandestinidad.

 

            Dos SAMAS sobrevuelan nuestra posición, pero no se percatan de nosotros. Los muchachos llegan hasta donde me encuentro y se posicionan con las armas preparadas a mi alrededor. El Capitán me da la orden para que transmita a la base la exacta posición del aeropuerto, pero en ese momento, una patrulla de Dog Boys comienzan a olfatear cerca de nosotros.

 

Comienzo a pensar las posibilidades de que nos descubran y me sorprendo al ver que son demasiado altas. Eso echaría a perder toda la misión. Guardo mi rifle de precisión en mi espalda y saco mis shurikens de contrabando. Miro al Capitán Ramírez y salgo corriendo del bosque hasta la posición de los dos pilotos de SAMAS que se encuentran fumando. Los Dog Boys se percatan de mi presencia y comienzan a correr detrás de mí, pero les llevo varios metros de ventaja. En ese momento, levanto mis manos y lanzo mis dos armas hacia los pilotos de SAMAS.

 

Los shurikens salen disparados de mis manos con dirección a los pilotos. En el aire, estos se tornan incandescentes y cuando impactan, penetran en la piel de los pilotos como un cuchillo caliente en la mantequilla. Corro hacia una de las SAMAS y entro en ella. En menos de cinco segundos, estoy dentro de ella con todos los sistemas funcionando.

 

Remonto vuelo en dirección norte, tomándolos por sorpresa a todos. Los soldados comienzan a correr hacia la pista dando la alarma, pero los demás enemigos tardan una décima de segundo en reaccionar. Esa es su perdición. Un misil impacta en la pista, destruyendo varias SAMAS y atomizando un par de tanques. Las otras andanadas no se hacen esperar. Algunas impactan tan cerca de mí que la onda expansiva me hace vibrar en el aire.

 

Con el último misil, sólo queda desolación en el aeropuerto. El Capitán Ramírez ha hecho bien su trabajo, ahora sólo me queda regresar con ellos. En ese preciso instante, las alarmas de la Power Armor comienzan a sonar. ¡Soy blanco de misiles! Miro mi radar y veo que las SAMAS que patrullaban la zona no han sido destruidas y me quieren eliminar. Comienzo a realizar acciones evasivas, tratando de sacarme de encima a esas diabólicas máquinas. Dos misiles pasan sobre mí, sin hacer impacto en mi nave.

 

Continúo evadiendo las SAMAS como puedo. Me encuentro sobre una especie de río que viaja de este a oeste en la llanura. Desciendo en picado rápidamente al ser nuevamente blanco de dos misiles, pero no puedo esquivarlos. Los dos misiles impactan en la parte trasera de mi SAMAS destruyendo por completo mis turbinas. Comienzo a barrenar en picado hacia el río. Una ráfaga de Rail Gun vuelve a impactar en mi armadura potenciada, acelerando mi descenso hacia el agua... Dos explosiones detrás de mí y ningún blanco en mi radar indican que las SAMAS han sido destruidas. Sin embargo, a mí me es imposible controlar mi Power Armor y caigo con estruendo al río...

 

Una semana después, en la sede del TIB en Tolkeen.

 

  • “No hemos podido encontrarlo Capitán. Es obvio que ha muerto. Al parecer a la SAMAS la ha arrastrado la corriente y después de dos impactos de misil y de una ráfaga de Rail Gun... Hemos peinado todo el río y toda la zona. No hemos encontrado rastros de él”. –
  • “Era un buen hombre. Un muy buen hombre. Bien. Entonces, debido a los hechos, debemos decir que el Sargento Michael Preacher ha muerto en cumplimiento de su deber. Elevaré una solicitud al gobierno para que le sea entregada la medalla al valor, aunque sea postmortem”. –
  • “Sí. El Teniente Smith quería decir algunas palabras en su funeral, si es posible claro”. –
  • “Bien. No hay ningún problema. El funeral se llevará a cabo hoy por la noche. Él hubiese querido que fuera así, por la noche”. –

 

Noche del 9 de diciembre de 104 PA. En uno de los sótanos del TIB:

 

            La sala es una habitación rectangular con las paredes pintadas de azul. Las paredes de la sala están cubiertas con muchos cuadros, si una persona se acercara a ellos, sólo vería la silueta de un hombre indefinido. En algunos de esos cuadros, también se pueden llegar a ver medallas colocadas dentro de ellos, junto con la imagen del hombre. Sólo unos pocos saben qué significan esos cuadros, y sólo un par de personas saben a quienes pertenecen esos cuadros.

 

            Cada cuadro representa a una persona, un agente del TIB caído en el cumplimiento del deber. Ningún cuadro tiene nombre, ni signo o símbolo alguno que pueda identificar a quien pertenece. Algunas de las medallas que se pueden ver en ellos, son tan secretas que nunca saldrán a la luz.

 

Un ataúd se encuentra en el medio de la sala, cubierto por una bandera Tolkeenita y sobre la bandera, un cuadro con una medalla en su interior. Este cuadro, como los demás, no llevan nombres ni distintivos y la medalla al valor que se encuentra en su interior es tan secreta como las demás. En la sala se encuentran unas pocas personas, todas pertenecientes al TIB y todas viejas amigas de la persona fallecida. El Capitán Leo Prince, el Teniente Nicholas Nills, el Sargento Mayor Titán, el Capitán Juan Ramírez y el Teniente John Smith, que es el encargado de decir unas palabras en honor del fallecido.

 

  • “Todos conocimos al Agente, algunos más otros menos, pero todos llegamos a quererlo. Mi amistad con él comenzó hace muchos años, cuando él estaba en el Ejército y perduró durante todo este tiempo. No tengo palabras para explicar qué es lo que siento... tristeza, sí, pero también orgullo. Lo que hizo el Agente me llena de orgullo, perdió su vida al arriesgarla para ayudar a sus amigos. Dio su vida por los demás... eso... eso es lo mejor que puede hacer un hombre por otra persona”. –

 

            El ataúd comienza a elevarse del suelo. El Capitán Leo Prince coge el cuadro y lo deposita en el sitio que tiene asignado en la pared. En ese momento, el ataúd comienza a brillar y al cabo de dos segundos, desaparece sin dejar rastro. Todas las personas de la sala estrechan sus manos y realizan un saludo militar al cuadro que, en secreto, pertenece al Agente Especial Michael Preacher, muerto en cumplimiento de su deber.

 

En algún lugar de Norteamérica, Día 13 de diciembre:

 

  • “¡¡¡Madre!!! ¡Se mueve! ¡Madre, está abriendo sus ojos”. –
  • “Yo... do... donde... ¿dónde estoy?” –
  • “Ah, muchacho, era hora que despertaras. No importa donde estás, sino que estás vivo. El Padre Saúl tenía muchas ganas de que despertases. Rápido Carlos, ve a buscar al Padre para que lo vea. ¡Es un día tan feliz!” –
  • “Pero... ¿dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?” –
  • “Ah, sí. Mi esposo te encontró a la orilla del río y te trajo hasta aquí. Tenías algunas magulladuras y raspones, pero ya me he encargado de eso. Ahora descansa un poco más, hasta que llegue el Padre, que quiere hacerte algunas preguntas”. –

 

            Al cabo de unos minutos, un hombre gordo, vestido con una sotana de sacerdote, entra a la habitación de la mano de un niño. El Padre me mira de arriba abajo, posando su vista especialmente en mis brazos biónicos. El Padre le dice a la señora que nos dejen solos por unos minutos que desea confesarme y la señora y el niño salen de la habitación.

 

  • “¿Cuál es tu nombre hijo?” –
  • “Eh... Preacher, Michael Preacher, Padre”. –
  • “Así que eres tú. Te dimos por muerto, Preacher. No encontraron tu cuerpo, tus compañeros dragaron el río durante una semana y no encontraron ningún rastro, ninguna pista”. –
  • “¿Pero cómo sabes todo eso?” –
  • “Pertenezco al TIB. Hace años que trabajo para ellos. ¿Quién crees que les ha dado el dato de la base coalicionista en la zona? ¡Je! Bueno, entonces debo informar de tu resurrección. Creo que te han dado una medalla por tu heroica acción. Bien, ahora descansa un poco que en unas horas un transporte te llevará a Tolkeen”. –
  • “Gracias Padre”. –
  • “De nada, hijo, y llámame Saúl. Toma esta Biblia y este rosario, te protegerán de ahora en adelante”. –
  • “Gracias, muchas gracias Saúl”. –

 

Fin del Turno 44 para Rifts de Michael Preacher.