DM: Rifts: Turno 35:
Introducción individualizada:
DM: Rifts: Turno 35:
Tarde del miércoles, 26 de julio de 104 PA:
Solomon parte corriendo hacia el promontorio de los Leatherwings, mientras sus compañeros le miran partir asombrados por su extraño comportamiento. El hyperion Juicer corre tan rápido que pronto le perdéis de vista.
Solomon avanza rápido hasta llegar al pie del promontorio. Su misión es recuperar las armas que le legó Carta Negra, además de un par de armas mágicas de Daeron. Mad le ha pedido que mire a ver si ve su NG-57, aunque la dejó caer desde una altura de cien metros, lo más probable es que sea imposible encontrarla entre las piedras y la vegetación del suelo del valle, eso si no se rompió con esa caída.
Sumido en sus pensamientos, Solomon llega a la base del promontorio, es consciente de que debería de correr más despacio y procurar no hacer tanto ruido, pero el terreno le traiciona. Se detiene cuando se da cuenta de que no está siendo nada sigiloso y haría bien en esconderse o buscar refugio.
Entonces escucha las alas batir sobre su cabeza. Al alzar la vista ve a media docena de esos horribles pajarracos gigantes sin plumas. El brillo de sus ojillos reptilescos es tan maligno que por un instante Solomon se queda como paralizado, incapaz de reaccionar. Ese error resulta ser su perdición. Tres de los Leatherwings le picotean en rápida sucesión, los dos primeros casi destrozan su armadura pesada y el tercero da el golpe de gracia.
Los restos de la armadura saltan en pedazos en el momento en que el inmenso pico del animal atraviesa a Solomon de parte a parte. La criatura levanta el pico con el Juicer ya moribundo atravesado y en ese momento abre violentamente el pico a la vez que emite un tremendo chillido exultante. El movimiento destroza el cuerpo de Solomon, que cae partido por la mitad. El dolor es atroz. Lo último que ve Solomon es casi una docena de Leatherwings yendo hacia él cuando el que ya tiene su pico manchado de su sangre y entrañas vuelve a bajar el pico. Solomon es devorado por las criaturas y su alma se escapa de su destrozado cuerpo...
Maximus siente un intenso dolor en el corazón y cae de rodillas en el momento de la muerte de Solomon, ha podido sentirlo con total intensidad. Geoffrey se sitúa junto al caballero Wolfen y apoya una mano a modo de consuelo en su masivo hombro. También él ha notado la muerte de Solomon. Pues todos los que perdisteis vuestras almas por culpa de Uber Galen y Mephisto estáis vinculados por un mismo destino... Un destino atroz.
Maximus llora por primera vez en mucho tiempo, se siente culpable por la muerte de Solomon. Geoffrey intenta consolarlo, le dice que no fue culpa suya, que todos pensasteis que Solomon era más que capaz de defenderse y que no había peligro que no pudiera superar. Maximus recuerda todos los combates que luchó al lado de Solomon y la vez en que su intervención le salvó la vida cuando la maldita bruja estaba a punto de liquidar al cibercaballero con su propia pistola (esa que después vendió porque le traía malos recuerdos).
Tanreack se acerca a los dos cibercaballeros y dice: - "No vale de nada lamentarse. Solomon ya era mayorcito y sabía a lo que se exponía si aceptaba esa misión". –
Maximus se levanta y dice: - "Voy a ir a buscarle, recuperaré lo que quede de él". –
Geoffrey: - "Eso es una locura, Sir Maximus. El sol se está poniendo y sabéis perfectamente que está muerto. Yo también lo he notado cuando sucedió. Además, sabéis tan bien como yo que no quedarán restos. A estas alturas ya lo habrán devorado". –
Maximus: - "Es igual, tengo que ir. Aunque sólo haya un poco de sangre, tengo que verlo. Quizá aún pueda ser reanimado..." –
Geoffrey: - "Os estáis engañando Maximus. Sé que os sentís culpable, pero no podemos permitiros perderos. Sois el alma del grupo, su líder, su guía". –
Maximus: - "Me parece irónico que sea el alma del grupo alguien que no tiene alma" - una amarga sonrisa aparece en el semblante triste de Maximus. - "Y en cuanto a lo de ser el líder, ya no más. Desde este momento renuncio al liderazgo de los Rifts Warriors. Solomon ha muerto por una decisión mía, no permitiré que eso pueda volver a pasar." –
Geoffrey se queda sorprendido: - "Sois el mejor líder que ha tenido este grupo y en momentos de grave peligro es necesario que alguien tome las decisiones. Como cuando mandasteis retirada en el último combate, fue una decisión acertada y necesaria". –
Maximus: - "Sí, pero también fui yo quien metió al grupo en esa condenada situación. A partir de ahora mis errores sólo me afectarán a mi, no quiero ser el líder". –
Acampáis mientras el grupo debate lo que va a hacer ahora. Daeron prepara el fuego del campamento. Cuando Maximus y Geoffrey dicen que Solomon ha muerto todos los demás os quedáis asombrados. Los que los conocéis bien (Sanakin, Tanreack), sabéis que los cibercaballeros tienen poderes especiales y no dudáis de su palabra. Lara y Mad son más incrédulos. Mad Max quiere ir él solo a comprobar si Solomon está muerto, notáis por su tensión que está sufriendo. Está claro que admiraba muchísimo a Solomon, pero finalmente atiende a razones.
Sanakin plantea si es necesario tener un líder, pero después se da cuenta de que siempre viene bien tener a un portavoz y a un responsable que tome decisiones en los momentos en que no os podéis parar a hacer una votación. Sanakin piensa que después de Maximus el más adecuado para ejercer de líder es Geoffrey y le propone a él como líder.
Lara se propone a sí misma como líder, pero ve que ante esto todo el mundo guarda silencio, nadie apoya la moción. Después, algo indignada por la poca confianza que demuestran tener en ella sus compañeros, vota por Geoffrey.
Geoffrey os advierte que después de terminar la misión en el valle y la de Angstville planea volver a Santa Fe con su amada y retirarse de la vida aventurera. Sanakin le responde a esto que entonces sea el líder mientras permanezca con el grupo, después ya elegiréis a otro. Geoffrey se lo piensa y acepta la responsabilidad. Decide que ya no puede seguir por más tiempo considerándose un mero escudero, pues eso es eludir su responsabilidad como caballero. Decide que a partir de ahora será un Cibercaballero Campeón, el tipo de caballeros más predispuesto a embarcarse en misiones peligrosas.
Tanreack también piensa que Geoffrey será un buen líder y vota por él. Lo mismo que Daeron. Maximus y Mad Max parecen demasiado deprimidos como para votar y se abstienen.
Lo primero que hace Geoffrey como líder (y como tesorero, pues de momento mantiene también ese cargo) es darle a Maximus los cinco E-Clips de rifle de asalto C-12 que hay en el Montañero (eran de Solomon). Después le da su pistola NG-57 a Mad y su pistola Wilk's "Six Shooter" a Daeron. También le asigna el Montañero a Mad. Mad Max se siente honrado, a partir de ahora conducirá el vehículo que perteneció a Solomon.
Geoffrey repasa las diversas opciones. Ir a pie ligeros de equipo a través de la jungla le parece la peor opción. Otra opción es intentar pasar deprisa por la base del promontorio, esperando que seáis capaces de pasar al otro lado sin atraer demasiados ataques. Eso también parece suicida, pues Mad afirma que desde el aire vio al menos un centenar de Leatherwings en la cima del promontorio, y detrás de este promontorio podría haber más estribaciones rocosas con otras colonias de bestias aladas...
El plan original de Maximus antes de dimitir era enviar a un explorador solitario a buscar otro camino. Hay terreno despejado hacia el norte y hacia el sur de vuestra posición, tal vez se pueda avanzar bordeando la jungla por una de esas dos direcciones. Geoffrey pasa lista mental a los vehículos de que dispone el grupo: dos hovercamiones, un 3x3 todo-terreno, un caballo normal y otro robot... y la SAMAS de Tanreack. Lo medita mucho y llega a la conclusión de que la SAMAS, al ser un vehículo volador y bastante veloz es ideal para explorar.
Ahora la decisión es ¿a quién enviar? Tanreack es especialista en pilotar la SAMAS, que además es suya, pero Mad Max es un Juicer, mucho más capaz de defenderse en caso de apuro y experto con cualquier clase de vehículo. Maximus no confía demasiado en el buen juicio de ninguno de los dos posibles exploradores, pero al final su voto de confianza es para Mad, Geoffrey decide hacerle caso.
Tanreack le advierte a Mad de que cuide bien de su SAMAS, a lo cual el Phaeton Juicer asiente distraídamente, no parece que esté escuchando. Tan pronto como Mad se pone a los mandos de la SAMAS comienza a hacer locuras. No es capaz de entender los sensores de la power armor por lo que al final decide pilotar con el yelmo de la misma abierto, para ver mejor el terreno con el ojo desnudo. No percibe nada de particular.
Se acerca a un lago que hay hacia el norte. Junto a él hay gigantescos dinosaurios que beben en el agua y comen hojas de los enormes árboles. En un momento dado se sobrecalientan los impulsores y acaba aterrizando en medio de la jungla, donde para disfrutar del hermoso paisaje y combatir el aburrimiento decide aliviar sus más bajos instintos... Se siente tan bien... las drogas le ayudan a relajarse.
Después cuando le parece que ya se han enfriado los motores despega a lo loco y acaba aterrizando en el agua del lago. Se hunde a plomo y la armadura se llena de agua sucia. Consigue cerrar el casco y activar los sellos medioambientales. La armadura purga el agua en poco rato. Mad decide echarse una siestecita en el fondo del lago mientras espera que se terminen de enfriar los impulsores. Las drogas le ayudan a tener un sueñecito relajado. Después ve un pez de colores y lo captura para llevárselo a Maximus. Se eleva por los aires, pero no es muy bueno orientándose y acaba casi estampándose con el promontorio de los Leatherwings. Les deja el pez a unas crías de un nido y escapa antes de que los sorprendidos animales se decidan a atacarle (para cuando emprenden la persecución él ya está muy lejos volando con la SAMAS).
Cuando llega al campamento aventurero aterriza en plancha sobre la tierra. El informe que le da Mad a Geoffrey es bastante incoherente y no lográis sacar en claro si realmente existe o no un paso por el norte. Tanreack está disgustadísimo por el estado de su SAMAS, los impulsores parecen dañados por un uso absolutamente imprudente de la power armor, por si fuera poco los sistemas internos se han mojado y funcionan mal y de forma errática. Piensa que necesitará días de durísimo trabajo para volver a dejar la power armor en una estado plenamente operativo. Del mosqueo que tiene le lanza un globo de luz a la cabeza a Mad con su CEIMA, el Juicer queda temporalmente cegado.
Lo único que saca en claro Geoffrey es que Mad les dio un pez de gran tamaño a los Leatherwings y que estos no le atacaron. ¿Quizá porque se quedaron demasiado sorprendidos y para cuando decidieron atacar al extraño intruso este ya estaba demasiado lejos? Mad insiste en que quiere volver a hacer una expedición al lago, pescar más peces y llevárselos a los Leatherwings para que os dejen pasar. Geoffrey piensa que es la idea más demencial que ha oído, pero de algún modo se deja convencer por la verborrea de Mad. Más difícil es convencer a Tanreack de que le vuelva a dejar la SAMAS a Mad para un nuevo vuelo de reconocimiento. Mad y Geoffrey aúnan esfuerzos hasta que convencen al ingeniero omnidinámico.
Mad despega, aunque no consigue activar adecuadamente los sistemas de la power armor. Además el casco se ha atascado y no hay forma de cerrarlo. Mad se eleva a unos doscientos metros y se queda en posición estacionaria. Forcejea para cerrar el casco y en un momento dado hace un esfuerzo verdaderamente sobrehumano y lo arranca de cuajo. El casco se hace añicos y cae al suelo en pequeños fragmentos. La armadura no puede funcionar sin los sistemas que están en la cabeza y se posa suavemente en el suelo (una medida de seguridad de emergencia), después se desactiva. Tanreack al ver el desastre sufre un desmayo y pierde el conocimiento. Mad sale de la arruinada SAMAS y se pone su armadura ligera de placas Juicer Assassin’s. Maximus decide que es mejor quitarle las armas y armadura a Tanreack, no vaya a ser que cuando recupere el conocimiento decida matar a Mad.
Pasáis el resto del día acampados en este lugar liso, despejado y bastante tranquilo. Transcurre un día apacible y caluroso. Cuando Tanreack se recupera lo bastante parece más deprimido por lo ocurrido a su querida SAMAS que furioso.
Maximus recuerda que Jimily perdió dos veces su querida power armor antes de haberla podido disfrutar (la Samson en los Puñales y la SAMAS resultó casi destruida en una lucha contra una patrulla de la Coalición), y Tanreack por lo visto comparte muchos de los recuerdos de su difunto amigo.
Geoffrey le pregunta que si sería capaz de reparar la SAMAS. Tanreack le responde que prácticamente está más allá de toda posible reparación. Hace falta una cabeza de SAMAS completa, sustituir todos los circuitos y sistemas dañados, etc. Se necesitarían además de las piezas originales (que sólo las fabrica la Coalición, aunque podría ser posible conseguirlas de contrabando a través del Mercado Negro) las máquinas de una fábrica de power armors o de un taller de reparaciones grande e importante. No es cualquier cosa.
A la lumbre del fuego de campamento creado por Daeron, Geoffrey medita silenciosamente sobre las posibles opciones. Sus primeras decisiones como líder del grupo han propiciado la pérdida de uno de los mejores vehículos de los aventureros, la única power armor del grupo. No es un buen comienzo precisamente. La verdad es que esta misión se está convirtiendo en una verdadera pesadilla. En el recuerdo, incluso vuestro viaje al Infierno parece que fuera más fácil pese a las penalidades sufridas allí.
Establecéis turnos de guardias. Cuatro turnos con dos aventureros en cada uno. Geoffrey se asigna a sí mismo dos turnos pues quiere dedicar tiempo a pensar.
En el primer turno están Daeron y Maximus, de once a una de la noche. Maximus aprovecha la guardia para hablar con el misterioso mago, a quien apenas conoce pese a que lleva ya algunas semanas en el grupo. Al Cibercaballero Wolfen le resulta un tanto extraño que un mago tan obviamente novato se haya empecinado tanto en participar en una misión tan peligrosa, e incluso suicida, como esta. Tal vez es que Daeron lo hace precisamente por adquirir experiencia y aprender a dominar su magia. Aunque Maximus tiene la sospecha de que la verdadera lealtad del mago no está con el grupo, sino en otra parte.
Maximus conoce la pésima reputación de la Federación de la Magia, los rumores populares afirman que está compuesta por brujos negros que practican las más viles hechicerías, aunque Daeron le recuerda a Maximus mucho más a magos normales como Thomas que a ningún mago negro. Eso le hace a Maximus pensar en Thomas no por primera vez. La historia del mago sin rostro es muy triste y a Maximus le gustaría que algún día se recuperase y regresase con el grupo. Decide que la próxima vez que vuelva a DarkGate irá a verle y hará lo que esté en su mano por ayudarle. Tal vez en la Clínica de Los Alamo podrían ayudarle, tenían un buen pabellón psiquiátrico (Vicky se curó allí de su psicosis violenta). Tal vez todos haríais bien en pasar una temporada por allí en tratamiento, aunque era bastante caro y no disponéis de fondos.
La segunda guardia, de 1 a 3 a.m., corresponde a Lara y a Geoffrey. El caballero de Angstville está muy preocupado pensando en planes sobre cómo avanzar hacia el interior del Valle, que está resultando una tarea casi imposible.
La opción de mandar a un solo explorador ha resultado inviable. El gigantesco valle tiene forma ovalada. Os encontráis en su extremo occidental y queréis llegar al centro. Hacia el Este tenéis el promontorio y a ambos lados del mismo espesa jungla. Pero la jungla no parece cubrir la totalidad del valle, hacia el norte y el sur parece haber terreno despejado entre la cordillera y la jungla. La pregunta es si una de esas dos rutas, norte o sur, os permitiría eventualmente llegar con los vehículos hasta el centro del valle.
Geoffrey intuye que tiene que haber un camino, también tiene la premonición de que una de las rutas posibles es practicable, aunque muy peligrosa, mientras que las demás conducen a una muerte casi segura para casi todo el grupo. No está muy seguro de si esa intuición se la proporcionan sus poderes psíquicos o no, tal vez esté equivocado, aunque hasta ahora sus corazonadas siempre le han ayudado. Geoffrey piensa que en lo sucesivo lo mejor será evitar que el grupo se separe.
La tercer guardia, de 3 a 5 a.m., es la de Sanakin y Tanreack. El Cyborg ha comenzado a demostrar últimamente un patente desprecio a la aparente inutilidad de Tanreack en el grupo aventurero. Tanreack se muestra más bien indiferente. Considera a Sanakin un milagro de la ciencia y la tecnología modernas, pero por lo demás no lo ve como a una persona, sino como a una máquina o una pieza de equipamiento, como a un robot.
En la última guardia, la del alba de 5 a 7 a.m., Geoffrey repite vigilancia, esta vez con Mad, a quien ha decidido que hay que vigilar atentamente pues parece tan desequilibrado como un Crazy. Geoffrey habla con Mad aunque no saca mucho en claro. Deduce que si Mad fue hacia el norte y encontró un lago, la ruta norte no debe de ser la más prometedora, por lo que toma la decisión de ir por la del sur.
Jueves, 27 de julio de 104 PA:
Mientras desayunáis todos juntos, Geoffrey os explica su plan. Piensa que lo mejor es que vayáis todos juntos y que avancéis con todos los vehículos siempre que sea posible. De este modo si encontráis dificultades, al menos las afrontaréis todos juntos, como un equipo, lo que os dará mayores posibilidades de sobrevivir.
A los demás sus palabras os parecen razonables, aunque algunos como Maximus, se muestran silenciosos, como reacios a dar cualquier opinión por temor a equivocarse. Geoffrey os comenta sus intuiciones. Cree que todas las rutas son peligrosas y que os aguardan duros combates en cualquier caso. Opina que puesto hacia el norte según la exploración de Mad hay un gran lago, lo mejor será ir hacia el sur.
Estáis así hablando cuando escucháis el sonido de un potente motor de coche, procedente del cañón a vuestras espaldas, también oís el ruido que hacen unos resistentes neumáticos al rodar sobre el rugoso suelo del cañón. Os giráis armas en ristre y os preparáis para lo peor. Momentos después accede al Valle un coche de aspecto futurista, con un rail gun colocado sobre el techo en el lado del copiloto. El coche frena y desde su parte posterior se despliegan unos voluminosos paneles solares. La puerta del conductor se eleva de un modo muy “fashion” y del interior sale un Juicer de raza negra, ataviado con una armadura ligera de placas tradicional Juicer, la Juicer Assasin’s. Se quita las gafas de sol... ¡y veis el rostro de Solomon! Creéis estar viendo un fantasma. La tensión del momento es muy grande. Muchos de vosotros desearíais que realmente fuese quien aparenta ser, aunque realmente no lo creéis posible. Además no lleva el equipo de Solomon, ha venido por la dirección contraria y lleva una especie de extraño casco injertado quirúrgicamente en la cabeza. Mad musita: - “¡Le conozco! ¡Le seguí a él para llegar hasta vosotros!” –
Juicer: - “Soy el rey Balduino de Jerusalén...” - Sonríe y se queda callado mirándoos, os habéis quedado de piedra y le miráis boquiabiertos. Entonces su sonrisa se disipa: - “En realidad no. Mi nombre es Baldwin King. Sé lo que ha pasado, sé quienes sois y vuestra misión. Mi propósito es el mismo que el vuestro, quiero liberar el alma de mi hermano gemelo Solomon de las garras de la oscuridad. ¿Puedo acompañaros?” –
En esta ocasión no es necesario discutir mucho para admitir a un nuevo miembro del grupo. Bladwin es el hermano de Solomon, Mad puede corroborar eso, y su búsqueda es perfectamente legítima.
Tras recoger el campamento emprendéis rumbo hacia el sur. Lara y Geoffrey van juntos en vanguardia, en sus respectivas monturas. Les sigue Baldwin en su “Rolling Thunder”. Después Mad conduciendo el Montañero con Maximus a su lado, al Wolfen le gustaría un lugar más cercano a la vanguardia, pero cree que alguien ha de controlar al imprevisible Phaeton Juicer. A continuación va Sanakin pilotando el Mercator, y cierra la marcha Tanreack pilotando su hover-taller en compañía de Daeron.
Avanzáis unos cuantos kilómetros. La zona despejada se va estrechando progresivamente, a medida que la jungla a izquierda y derecha se vuelve más densa y espesa. Primero había árboles más o menos dispersos a vuestro alrededor, pero llega un momento que para abandonar la cada vez más estrecha franja de terreno transitable sería necesario abandonar los vehículos. En ocasiones, incluso, Geoffrey y Lara, que van delante, tienen que hacer retroceder al grupo pues se han encaminado en una dirección cortada por la vegetación y tienen que probar con otro camino.
A mediodía hace bastante calor y el clima se ha vuelto pegajosamente húmedo, con abundancia de mosquitos y otros insectos. Selláis los vehículos y activáis los sistemas medioambientales de los mismos. Lo mismo hace Lara con su armadura MI “Vaqueros”, aunque su caballo y Geoffrey (cuya pesada armadura no medioambiental se está convirtiendo cada vez más en un vía crucis en este ambiente) lo pasan bastante mal.
Conforme avanzáis Maximus tiene cada vez peores presentimientos, en un momento dado mirando por la ventanilla del Montañero le parece ver formas que corren y saltan ágilmente por la jungla, se mueven demasiado rápido como para verlas con claridad, pero al caballero Wolfen le parece que son más grandes que una persona...
Geoffrey está empapado en sudor y se da cuenta de que cada vez le cuesta más fijarse en su entorno. Lara ve que se encuentra en dificultades y le pide que se detenga un momento, el caballo de la ex-bandida resopla y también parece al borde del agotamiento.
Geoffrey se para al objeto de descansar un momento y se quita el pesado casco de caballero. Lara le dice que debería de cambiarse de armadura y ponerse una más ligera y, a ser posible, medioambiental, ya que la armadura pesada que lleva no es lo más adecuado para moverse por la jungla. Geoffrey comienza a obedecer mecánicamente a la tiradora, se dispone a ir a buscar su armadura Crusader (mucho más ligera y medioambiental). En ese momento se escucha con claridad un chasquido entre la espesura y repentinamente os llegan de todo alrededor unos sonidos curiosamente musicales, como los que harían unas aves enormes que se llamaran unas a otras.
El agotamiento de Geoffrey parece desaparecer en un instante y grita la alarma, casi demasiado tarde... por todas partes a vuestro alrededor aparecen velociraptors... una manada completa...
COMBATE CONTRA LA MANADA DE VELOCIRAPTORS:
Primera Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Sétimo Ataque:
Segunda Melee:
Primer Ataque:
Segundo Ataque:
Tercer Ataque:
Cuarto Ataque:
Quinto Ataque:
Sexto Ataque:
Séptimo Ataque:
Tercera Melee:
Primer Ataque:
Fin del Combate. Resultado de victoria aventurera a un coste de dos bajas aventureras (Lara Stone y Sanakin Goldman); 10 enemigos muertos, 1 huido, 1 temporalmente encerrado en un pozo dimensional.
Daeron advierte a Tanreack que se aleje del pozo sin fondo y avisa a los demás que sólo durará 2 minutos antes de que vuelva a aparecer el velociraptor. Tanreack se pone a los mandos del hover-taller. Baldwin se pone al volante del casi destrozado coche Rolling Thunder, ha demostrado ser una buena máquina. Sin embargo, cuando el Delphi Juicer intenta arrancar, los indicadores marcan un fallo en la batería. Podría ser una nadería o una avería grave producida por los tremendos golpes que ha sufrido el coche en este combate. Lamentablemente, Baldwin no posee conocimientos de mecánica del automóvil y tampoco hay tiempo para ponerse a trastear con el motor.
Geoffrey corre hacia los restos de Lara y los traslada rápidamente al compartimiento de carga del hovercamión Mercator. Le dice a Daeron que recoja los restos de Sanakin. Daeron recoge la cabeza del cyborg, que es todo lo que queda de él, se queda observándola un rato y se da cuenta que la cabeza y los componentes que cuelgan de la misma (cables y tubos) componen un sofisticado sistema de soporte vital, más avanzado que cualquier cosa por el estilo que haya visto Daeron (pese a ser un mago tiene bastantes conocimientos sobre tecnología). Deduce que es posible que el cerebro de Sanakin siga vivo, aunque con seguridad inconsciente, dentro de la cabeza metálica. Tal vez el soporte vital pueda mantener la cabeza viva durante horas, pero eventualmente habrá que conectarla a un sistema de soporte vital mayor, con la energía y los nutrientes adecuados, o el cerebro morirá. Sin embargo, decide que en estos momentos de gran urgencia no puede seguir pensando en eso y se sube al Mercator al mismo tiempo que Baldwin, que ha decidido abandonar el Rolling Thunder.
Geoffrey está convencido de que hay que largarse a toda pastilla de este lugar, teme que esta parte de la jungla pueda ser un auténtico hervidero de velociraptors, habéis matado a una decena, pero por aquí cerca podrían haber fácilmente el doble o el triple de ese número. Geoffrey no puede evitar ponerse muy nervioso.
Toma la decisión de seguir adelante, piensa que dar la vuelta sería como renunciar a la victoria que habéis conseguido contra los velociraptors, como sino hubiera servido para nada. Ve que no hay conductor para el Mercator, así que da orden a Tifón de que siga al Mercator y se sube al mismo. Se pone a los mandos. Por un momento se siente preocupado, él sólo tiene experiencia con plataformas de carga levitadoras, que son mucho más sencillas, el hovercamión tiene muchos mandos y es mucho más complejo. Pese a ello, consigue arrancarlo, esquiva el estacionario coche Rolling Thunder, y se lanza lo más deprisa que se atreve por la estrecha franja de terreno abierta en la jungla, que forma una especie de camino que, espera, os conduzca hacia el centro del Valle. En ese momento se escucha una tremenda explosión detrás vuestro, por el camino del que vinisteis. Todos los que estáis en el lugar de la batalla lo oís, pero en ese momento estáis tan preocupados por largaros cagando leches de este lugar que ninguno se para a pensar más en la misteriosa explosión.
El Mercator avanza raudo mientras Geoffrey esquiva hábilmente los ocasionales obstáculos, tales como árboles y rocas, que surgen en su camino. Finalmente tiene que frenar, ya que delante sólo se ve espesa jungla y no se ve por ningún lado un camino para continuar.
Geoffrey respira hondo e intenta tranquilizarse, se da cuenta ahora de que tiene la tensión al máximo, tiene la cara cubierta de sudor, los ojos le chisporrotean con energía blanco-azulada y el corazón parece a punto de estallarle en el pecho de fuerte que le late.
Baldwin a su lado, no está mucho mejor, tiene su oscura frente perlada de sudor y respira agitadamente. Geoffrey deduce que tal vez Baldwin, pese a ser un Juicer y el hermano de un guerrero tan grande como Solomon King, puede que no haya estado nunca en combate de verdad. Tal vez esta fuera su primera batalla real, si es así ha sido toda una prueba de fuego, pues esa fue una batalla muy dura incluso para un veterano, mucho más para un novato.
Geoffrey no sabe cuánto tiempo lleva conduciendo, ya que ha perdido la noción del tiempo, aunque le parece que haya sido muy poco. El caballero se baja del hovercamión, y lo propio hace por su lado Baldwin. Geoffrey mira a su alrededor y no ve salida por ninguna parte, excepto el camino por el que ha venido pilotando el Mercator. Entonces se percata de que detrás del Mercator sólo está Tifón, su caballo robot, obediente, les ha seguido hasta aquí. Geoffrey se queda muy parado: - “¿Dónde están el hover-taller de Tanreack y el Montañero con Mad y Maximus?” – piensa – “¿Cómo es que no están aquí? ¿Será posible que en la tensión del momento los haya dejado atrás? No puede ser...” –
La compuerta trasera del Mercator se abre. Daeron mira tristemente a Geoffrey y hace un gesto negativo con la cabeza. Geoffrey se queda de piedra, su corazón se queda helado. Lara, la valiente Lara, ha muerto. Durante el trayecto hasta aquí Daeron no ha podido reanimarla (estaba clínicamente muerta cuando la subisteis al hovercamión) y ahora ya parece demasiado tarde para hacer nada por salvarla. Geoffrey llora por Lara, dudasteis de ella más de una vez, pero al final demostró ser fiel y leal al grupo hasta la muerte... Toda una lección acerca de que no se debe de juzgar a las personas por las apariencias. Baldwin también se queda apesadumbrado, aún no ha tenido tiempo apenas de comenzar a digerir la muerte de su hermano y ya están muriendo otros, compañeros de aventuras de Solomon a quienes él apreciaba. Compañeros como Sanakin. Sanakin que prefirió morir llevándose a dos enemigos con él a la tumba... Son pensamientos demasiado tristes y deprimentes.
Baldwin examina con atención la franja de espesa jungla que hay ante el Mercator y se percata de que tampoco es tan gruesa, tal vez unos 6 a 10 metros de espesa vegetación... Nada que una buena ráfaga de un arma de plasma no pudiera arrasar, abriendo así un camino practicable hacia el corazón del valle, que es a donde los aventureros quieren dirigirse. Así se lo indica a Geoffrey, el cual no sabe qué pensar, es un hervidero de preocupaciones.
Lo que ha pasado entretanto:
(Nota importantísima: Lo que aquí paso a explicar lo saben sólo los personajes implicados, los demás deben de actuar como si no hubieran leído esto. De igual modo esta regla se aplica para todo aquello que tu personaje no conoce, el jugador debe actuar como si no lo supiera).
Con esta idea en la cabeza Maximus hace puntería con su rifle púlsar contra el árbol situado a la izquierda del hover-taller. El primer tiro triple falla y le da a un árbol que no es. El segundo derriba el árbol en la dirección deseada. Maximus se acerca hacia el hover-taller aprovechando que tiene el viento de cara, espera que los velociraptors no le detecten.
Llega junto a la cerrada puerta del conductor y llama. Al rato se abre una rendija y ve la cara de Tanreack, demudada por el miedo. Le dice que hay que escapar de aquí. Tanreack le dice que se aleje o va a hacer que los dinosaurios le descubran.
Maximus le dice que ponga el hover-taller en marcha, a lo cual el tecnomago responde que no puede, que está atascado entre unos árboles. Maximus, empezando a perder la paciencia (además de que está oyendo pasos no humanos al otro lado del hover-taller), le dice que ya se ha encargado de eso. Entonces Tanreack le dice: “De acuerdo, ahora te abro”. El tecnomago pulsa un botón y la compuerta trasera del hover-taller se abre. Entonces cierra herméticamente la puerta del conductor y activa los sellos de seguridad.
Maximus, refunfuñando, trepa a lo alto del hover vehículo. Ve que la compuerta trasera está abierta. En ese momento, el momento en que por fin Tanreack arranca (con rumbo a la dirección por donde vinisteis, no por donde se han ido Geoffrey y los demás), Maximus oye como uno de los velociraptors salta sobre el vehículo delante de él. Se queda momentáneamente aterrorizado, momento en que el dinosaurio aprovecha para aferrarle y morderle una pierna, lo que le hace caer al suelo. Maximus siente un dolor espantoso cuando a continuación el bicho clava los dientes con saña y le retuerce la pierna, con la clara intención de arrancársela de cuajo. Maximus consigue recuperarse lo bastante del dolor que le causa el propio blindaje de su armadura al clavársele en la carne por efecto de las asesinas mandíbulas del animal y le apunta con el rifle C-12. Intenta dispararle una ráfaga total de láser a la cabeza, pero el arma le explota en la mano. Maximus maldice su mala suerte. Entonces crea dos espadas psíquicas y golpea la mandíbula del saurio, intentando obligarlo a soltarle. Al segundo intento lo consigue y queda libre. Se pone en pie y crea un escudo psíquico que espera que sea suficiente para protegerle de los ataques de la criatura.
A todo esto el hover taller se desplaza a toda velocidad rumbo oeste, pero ambos combatientes mantienen sin problemas el equilibrio sobre el techo. El dinosaurio le ataca una vez con una dentellada asesina, pero Maximus logra esquivarle. La siguiente vez el velociraptor mira al Caballero Wolfen con una expresión de hambre asesina y lanza una violenta dentellada a su cabeza, el Caballero se equivoca previendo un golpe bajo y baja el escudo hasta sus pies, agachando la cabeza... Instantes después el raptor se la arranca y la devora.
Tanreack sigue conduciendo deprisa. Ha supuesto por el ruido que había arriba que Maximus estaba luchando contra uno de esos condenados bichos, pero es poco lo que él podía hacer por ayudar. Además hace rato que no se oye nada, ¿qué habrá pasado? De repente conoce la respuesta cuando sobre la cabina suena el sonido de una garra, igual que si un gatito estuviera jugueteando. Tanreack queda un momento aterrorizado sin saber qué hacer. El velociraptor no para de dar golpes de garra, intentando abrir un agujero en el techo de la cabina lo bastante amplio como para sacar al apetitoso bocado que hay debajo. Tanreack intenta varias veces pegar un volantazo para derribar al saurio, pero este tiene un excepcional equilibrio y se agarra con sus garras. Finalmente el saurio cae, Tanreack lo ve por el retrovisor izquierdo, y también ve caer el cadáver sin cabeza y con parte del torso superior devorado de Maximus...
Tanreack decide que esta misión ha sido un completo fracaso y pone rumbo a la salida del valle, decidido a regresar a DarkGate. La jungla está infestada de velociraptors y él solo y sin armas pesadas no puede nada contra ellos.
Piensa que no tiene sentido ir a buscar a Geoffrey y los demás, que le abandonaron a su suerte en aquel claro cuando se largaron con viento fresco en el Mercator. Además, piensa que a estas alturas ya estarán muertos, ya sea por los dinosaurios o por la magia oscura de Daeron... No, no tiene sentido continuar en estas condiciones, piensa. Tanreack decide que irá a DarkGate, terminará su proyecto FASP y reparará su armadura. Después intentará reunir a un nuevo grupo aventurero para intentar realizar la misión. El alma de Jimily debe ser liberada...
El turno finaliza la tarde del jueves, 27 de julio de 104 PA.
Fin del Turno 35.
DarkMaste.
DAERON: RIFTS: TURNO 35:
Miércoles 26 de julio 104 PA:
Nota previa: A lo largo de este turno aparecen muchas cosas que son un secreto conocido tan sólo por el personaje. Los demás jugadores han de esforzarse en diferenciar claramente lo que saben ellos de lo que saben sus personajes.
La repentina partida de Solomon me ha dejado un poco en shock. Desde que volviera en mí durante mi recuperación en DarkGate y al comenzar nuestro viaje, he notado una cierta tensión entre él y Maximus. Al parecer, se culpaban mutuamente por el fracaso de la primera vez. Según lo que he escuchado sus almas están condenadas, al igual que la de Geoffrey, a una especie de oscuridad y sufrimiento perpetuos por culpa de alguna maldición, y ellos esperaban encontrar en este viaje la liberación de sus almas y de las de algunos compañeros del grupo ya fallecidos. Supongo que los dos esperaban que fuera algo más fácil, y que realmente los atormente la idea de morir sin haber podido hacerlo.
Máximus está nervioso. Tal vez en el fondo deseaba que Solomon no aceptara la misión. Tal vez estaba midiendo su lealtad al grupo. Realmente me desconcierta el vacío que se ha producido en las relaciones dentro del grupo desde la primera vez que fallamos. No creo que sea yo la mejor persona para juzgar lo que ha sucedido, considerando que he sido bastante inútil a la hora de los combates, pero también soy consciente de alguna manera que si la moral del grupo baja, estaremos perdidos. Y este valle es inclemente desde todo punto de vista. Creo que eso ya lo experimentamos todos en carne propia después de la primera expedición. Lo que nos espera adelante es bastante incierto, y si no logramos superar todas estas barreras internas el momento del combate nos encontrará débiles y estaremos poniendo en peligro nuestras vidas. Confío en Maximus, Solomon, y Geoffrey plenamente como combatientes, pero su estado espiritual parece no ser el más adecuado. En silencio, elevo una breve plegaria a Isis y otra a los Tres Señores de la Magia, pidiéndoles su protección y también que iluminen a mis compañeros para encontrar el camino correcto.
En cuanto a Sanakin, también confío plenamente en su potencia de combate, pero me siento lejano a él, tal vez por su naturaleza en parte artificial. Siento que a veces me desprecia, que cree que sólo soy un estorbo para el grupo y que no aporto nada. Sé que en parte tiene razón, pero me niego a aceptarlo de esa manera y estar junto a él me recuerda permanentemente que necesito “una niñera”.
Mad Max y Lara, que son nuevos, han demostrado valientemente que pueden afrontar una situación de combate, pero encuentro difícil aceptarles como parte integral del grupo. Su llegada fue demasiado misteriosa, demasiado oscura y me pregunto si no tendrán algún oscuro motivo para unirse a la expedición.
En cuanto a Tanreack, aunque me duela aceptarlo ha demostrado ser más útil que yo en los momentos de combate, pero permanece aislado, metido en sus proyectos, como si el mundo entero para él fuera diseñar y probar máquinas con las que pretende reemplazar a la verdadera magia.
Estoy convencido que justamente esa magia será la que nos ayude de aquí en adelante, y con esta idea en mente he estudiado y aprendido nuevos hechizos que podrían sernos útiles. No veo la hora de poner en práctica lo que aprendí, aunque temo el momento del combate y me pregunto si seré capaz de enfrentarlo a la altura de los demás. ¡Que falta nos hará el viejo orco cuando tengamos que enfrentarnos a los dinosaurios!
De repente, Maximus lanza un gemido y cae de rodillas. Geoffrey ha acudido a su ayuda, con el rostro igualmente distorsionado por el dolor. No soy capaz de comprender lo que sucede, hasta que les escucho conversando sobre la muerte de Solomon. ¡Muerto! ¡No puede ser! La noticia me ha tomado totalmente por sorpresa, pues no esperaba que esto sucediera. Tal vez había pensado en Solomon como en una especie de ser invencible, mítico, y me cuesta creer que haya muerto. No soy capaz de articular palabra. Por un rato, deseo que no sea cierto, que se hayan equivocado, pero entonces comprendo que esa condena eterna une sus espíritus de alguna manera y que realmente han sentido su partida de este mundo al de las tinieblas. ¡Qué horror!
De pronto, el llanto de Maximus me arranca de mis pensamientos. Nuestro líder está llorando, por primera vez desde que lo conozco, seguramente sintiéndose culpable por la muerte de Solomon o viendo el destino que nos espera a todos. Geoffrey intenta consolarlo, le dice que no fue culpa suya, que todos pensamos que Solomon era más que capaz de defenderse y que no había peligro que no pudiera superar. Maximus recuerda todos los combates que luchó al lado de Solomon y la vez en que su intervención le salvó la vida “cuando la maldita bruja estaba a punto de liquidar al cibercaballero con su propia pistola”. En este punto pierdo un poco el hilo de la conversación, puesto que desconozco los hechos de los cuales hablan y han bajado un poco el tono. No todos han escuchado las noticias, así que no quiero que se den cuenta que yo he estado siguiendo sus palabras.
Entonces Tanreack, a quien no había visto seguir la conversación al igual que yo, se acerca a ellos y dice: "No vale de nada lamentarse. Solomon ya era mayorcito y sabía a lo que se exponía si aceptaba esa misión", a lo que Maximus repone mientras se levanta: "Voy a ir a buscarle, recuperaré lo que quede de él".
Por un momento el pánico se apodera nuevamente de mí. Si Solomon ha perecido en el intento, ¿qué esperanza tiene Maximus de sobrevivir? ¿Será capaz de dejarnos solos, a nuestra suerte, en este inhóspito y peligroso lugar? Por primera vez me siento atrapado y sin salida. Por primera vez, considero con un poco de seriedad la posibilidad de volverme atrás y no seguir adelante con el grupo. Sin embargo, la valentía no me dura más que un par de segundos y recapacito con un poco de frialdad, que no sería capaz de volver vivo a DarkGate si viajo solo.
Geoffrey le dice a Maximus: "Eso es una locura, Sir Maximus. El sol se está poniendo y sabéis perfectamente que está muerto. Yo también lo he notado cuando sucedió. Además, sabéis tan bien como yo que no quedarán restos. A estas alturas ya lo habrán devorado".
La visión de Solomon despedazado, alimentando a esa bandada hambrienta de saurios voladores me produce un asco y un dolor infinitos. ¡Cómo me hubiese gustado hablar con él durante el viaje! Pero ahora ya no es posible. Ahora comprendo que realmente nos enfrentamos a la muerte en cada jornada, y siento la necesidad de mostrarme más afectuoso con mis compañeros de viaje, especialmente con Maximus, quien ya me ha salvado la vida en una oportunidad.
Maximus, en respuesta a las palabras de Geoffrey, responde: - "Es igual, tengo que ir. Aunque sólo haya un poco de sangre, tengo que verlo. Quizá aún pueda ser reanimado..." - ¡Cómo lo entiendo!
Geoffrey le dice: "Os estáis engañando Maximus. Sé que os sentís culpable, pero no podemos permitiros perderos. Sois el alma del grupo, su líder, su guía".
Pero, ante mi asombro, Maximus responde con una amarga sonrisa en su rostro: "Me parece irónico que sea el alma del grupo alguien que no tiene alma. Y en cuanto a lo de ser el líder, ya no más. Desde este momento renuncio al liderazgo de los Rifts Warriors. Solomon ha muerto por una decisión mía, no permitiré que eso pueda volver a pasar."
¿Qué? La exclamación apenas sale de mis labios, pero mi alma la ha gritado y resuena en mis oídos junto con las palabras de Maximus. Nuevamente me asalta la incertidumbre de seguir adelante, la sensación de estar caminando en línea recta hacia la muerte.
Geoffrey se ha quedado tan sorprendido o más que yo: "Sois el mejor líder que ha tenido este grupo y en momentos de grave peligro es necesario que alguien tome las decisiones. Como cuando mandasteis retirada en el último combate, fue una decisión acertada y necesaria". A lo que Maximus responde: "Sí, pero también fui yo quien metió al grupo en esa condenada situación. A partir de ahora mis errores sólo me afectarán a mí, no quiero ser el líder".
La oscuridad ha comenzado a ganar terreno y los demás, sin saber lo que sucede, han comenzado a preparar el campamento. Rápidamente y sin que nadie me lo diga, me apresto a hacer el fuego aunque en un principio me demoro un poco más de lo normal, puesto que mis pensamientos están en otra parte. Cuando veo que algunos se empiezan a fijar en mí, concentro mis energías y enciendo el fuego.
Una vez hemos terminado con la rutina del campamento, Maximus y Geoffrey dicen que Solomon ha muerto. Puesto que ya lo sabía y a pesar de que escucharlo de nuevo me hace desear nuevamente que fuera mentira, me vuelvo para ver al resto del grupo y leo en sus rostros la misma incertidumbre que yo sentí al escucharlo, mezclada con incredulidad en algunos casos.
Sanakin y Tanreack, no han dudado de sus palabras, mientras que Lara y Mad Max sí. Mad Max dice que quiere ir él solo a comprobar si Solomon está muerto. ¡Pobre chico! Veo en sus ojos que la noticia le ha impactado enormemente y hasta creo que está sufriendo. Es comprensible, puesto que en sus relatos siempre se refería a él como una especie de ídolo; además, lleva tiempo diciendo que la razón que lo llevó a unirse al grupo fue saber que Solomon estaba ahí. La verdad, yo siempre tuve mis dudas al respecto, pero ahora que le veo sufrir considero que tal vez lo ha dicho en serio. De todas formas, lo que quiere hacer es una locura y así se lo hacen saber los demás. Para fortuna nuestra (y de él más que cualquier otro), desiste en su empeño y entra en razón.
Más sorprendente, sin embargo, ha resultado la noticia que Maximus no desea seguir siendo el líder del grupo. Esto sí que ha desconcertado a todos (algunos más que otros) y por un momento se hace el silencio en el campamento. El primero en romper el silencio es Sanakin, quien plantea si es necesario tener un líder, pero ante las miradas cortantes de todos y al parecer después de pensarlo nuevamente, se da cuenta que siempre viene bien tener a un portavoz y a un responsable que tome decisiones en los momentos en que no podemos pararnos a hacer una votación. Sanakin piensa que después de Maximus el más adecuado para ejercer de líder es Geoffrey y le propone a él como líder. Lara objeta esta propuesta y se propone a sí misma como líder, pero cuando todos guardamos silencio decide votar por Geoffrey. Al parecer se ha sentido indignada por la falta de apoyo hacia su liderazgo, pero realmente creo que espera demasiado de nuestra parte. Al fin y al cabo una vez trató de matarnos y aunque demostró ser digna del grupo en el combate, hasta el más ciego sabría que los más veteranos del grupo no la respetan aún y la ven como un ser todavía ajeno, incluso más que a mí. En cuanto a mi opinión personal, es una mujer y aunque no debería tener ese tipo de prejuicios, no creo que eso la haga muy apta para ser líder de un grupo. Los hombres tienden a perder la cabeza por cualquier chica que se cruza por delante, sobre todo si sabe pelear bien, y esto puede distraer la atención de los demás. Además, en una situación de peligro, siempre habrá algún hombre dispuesto a sacrificar su vida por salvar la de una chica, sea guerrera o no, y si es líder del grupo eso podría significar nuestra perdición. No hay duda: una mujer líder sería un dolor de cabeza, una locura increíble. Además, este grupo tiene muchos hombres capaces de liderar adecuadamente, como Geoffrey o Sanakin. Afortunadamente, al menos en este punto estamos todos de acuerdo.
Geoffrey se ha apresurado en advertirnos que después de terminar la misión en el valle y la de Angstville planea volver a Santa Fe con su amada y retirarse de la vida aventurera. Sanakin responde a esto que entonces sea el líder mientras permanezca con el grupo, y que después ya elegiremos a otro. Geoffrey lo ha pensado, pero ha terminado por aceptar la responsabilidad. Tanreack también piensa que Geoffrey será un buen líder y vota por él. Como siempre, he guardado silencio, pero ahora todos me observan, esperando mi respuesta. No creo que haya mucho que objetar, con Solomon muerto y Maximus en tan lamentable estado espiritual. Tal vez Sanakin podría ser el líder, pero él mismo ha propuesto a Geoffrey y aunque no sé si interpretarlo como una forma de eludirse o de reconocer su superioridad en este sentido, evidentemente ha hecho una buena elección. Por lo tanto, apoyo a Geoffrey. Maximus y Mad Max parecen demasiado deprimidos como para votar y se abstienen. Les comprendo.
Lo primero que ha decidido hacer Geoffrey como líder (y como tesorero, pues de momento mantiene también ese cargo) es repartir entre nosotros las pertenencias de Solomon que estaban en el Montañero: a Maximus le entrega los cinco E-Clips de rifle de asalto C-12, a Mad Max una pistola NG-57 y la posibilidad de conducir el Montañero (cosa que lo emociona bastante) y, sorprendentemente, la pistola Wilk's "Six Shooter" para mí. Realmente no lo esperaba; tal vez de alguna manera me sentía indigno de algo así, pero me honra mucho llevar la pistola. Por otro lado, me será bastante práctica, ya que no tengo ningún arma puesto que perdí todo lo que tenía cuando casi me matan la primera vez. De alguna manera esperaba que Solomon volviera con nuestras cosas y así recuperar lo que perdí, pero ahora ya no tengo ninguna esperanza al respecto. Aunque la verdad, hubiera preferido que Solomon hubiera regresado, aunque fuera sin mis pertenencias. Es una lástima lo que ha sucedido, tal vez habría sido mejor dejarlo todo allá y no haber perdido a tan importante miembro del grupo.
Lanzo un suspiro y, nuevamente en silencio, elevo una plegaria a Isis y otra a los Tres Señores de la Magia por el alma de Solomon, pidiéndoles también que me den el valor de seguir adelante y hacer que su muerte no haya sido en vano. Tal vez si logramos cumplir con el objetivo de esta misión, logremos liberar su alma del tormento eterno. Sin quererlo y sin decírselo a nadie, la liberación del alma de los condenados ha pasado a ser un objetivo importante para mí, una manera de honrar la muerte de alguien que merecía todo mi respeto y mi admiración.
Geoffrey repasa entonces las diversas opciones que tenemos para seguir adelante. Ir a pie ligeros de equipo a través de la jungla le parece la peor opción. Igual lo creo yo puesto que, aunque sea duro de reconocerlo, si fuera a pie no creo que sobreviviera a un solo combate.
Otra opción es intentar pasar deprisa por la base del promontorio, con la esperanza que seamos capaces de pasar al otro lado sin atraer demasiados ataques. Por un momento se me congela la sangre, mientras pienso en el terrible destino de Solomon y en el primer ataque en el cual casi perdemos la vida. ¡Espero que Geoffrey no lo considere seriamente! Mad Max, como leyendo el pensamiento de los demás, afirma que desde el aire vio al menos un centenar de Leatherwings en la cima del promontorio, y que detrás de este promontorio podría haber más estribaciones rocosas con otras colonias de bestias aladas. Geoffrey parece considerarlo nuevamente y, atendiendo a su buen juicio, desiste de esta idea.
En seguida nos dice que el plan original de Maximus antes de dimitir era enviar a un explorador solitario a buscar otro camino. Hay terreno despejado hacia el norte y hacia el sur de nuestra posición, por lo que tal vez se pueda avanzar bordeando la jungla por una de esas dos direcciones. Decide entonces que enviará a Mad Max en la SAMAS a explorar, decisión que Maximus objeta puesto que no confía demasiado en el buen juicio de Mad Max. Sin embargo, la única opción que hay es Tanreack y considera que definitivamente entre los dos le parece una opción más real la de enviar a Mad Max. Yo realmente no puedo tomar parte en una decisión así, puesto que carezco de la experiencia necesaria, pero considero una locura enviarlo a él. No he podido confiar plenamente en Mad Max, pero es seguro que Tanreack no sería capaz de hacerlo. Pobre mi amigo, no se lo diré para no herirlo, pero es evidente que hacer esa misión sería como sellar su muerte con anticipación. Tanreack le advierte que cuide bien de su SAMAS (lo comprendo, pues parece adorar sus “juguetes” más que a su propia vida), a lo cual Mad Max asiente distraídamente. Tengo la sospecha que este vehículo va a llegar bastante arruinado, y Tanreack sufrirá muchísimo con eso.
Mis sospechas no eran infundadas: tan pronto como Mad se ha puesto a los mandos, ha comenzado a hacer locuras. A simple vista se nota que no es capaz de entender los controles totalmente, y veo que Tanreack se ha puesto bastante nervioso cuando lo ve alejarse del campamento. Le lleva un largo rato regresar y para cuando lo hace, aterriza en plancha sobre la tierra. La SAMAS se ve bastante deteriorada y llena de agua, como si hubiese estado enterrada en el fondo de algún lago.
El informe que le da a Geoffrey es igualmente decepcionante, bastante incoherente, y al parecer su misión no ha servido de nada pues Geoffrey parece no ser capaz de entender si realmente existe o no un paso por el norte. El pobre Tanreack está disgustadísimo por el estado de su SAMAS: ha esperado con ansiedad el regreso de Mad Max y cuando ha visto su vehículo en semejante estado casi se ha colapsado. Empieza a gritar como loco cosas incomprensibles mientras realiza una inspección del vehículo y un inventario de los daños, los impulsores parecen dañados por un uso absolutamente imprudente. Mientras, se lamenta por haber dejado que semejante inconsciente hubiera viajado en su preciado vehículo. De repente saca su CEIMA, y surge de ella un globo de luz que sale disparado directo a la cabeza a Mad Max. El pobre tipo queda temporalmente cegado. Me ha causado mucha gracia esta manifestación de furia de Tanreack, puesto que siempre me ha parecido el tipo pacífico, metido en su pequeño mundo de artefactos “mágicos”. Bueno, al menos uno de ellos parece funcionar, aunque no se le pueda llamar a eso magia propiamente. Además, eso le servirá de escarmiento a Mad Max, que al parecer piensa que esto es una excursión y me temo que no se toma demasiado en serio el peligro en el que estamos.
Nuevamente compruebo que mis corazonadas eran correctas: nada más despegar, el Juicer ha hecho una maniobra para cerrar el casco, que al parecer estaba atascado, y se ha hecho añicos. La armadura de potencia reacciona como si hubiera perdido su fuente de energía y se posa nuevamente en tierra, en un estado peor que cuando llegó de su aventura por el lago, y el pobre de Tanreack no puede soportar el golpe: al ver el desastre sufre un desmayo y pierde el conocimiento. Rápidamente me acerco a él para prestarle mi ayuda, aunque sé que pronto se le pasará: ha sido sólo una fuerte impresión.
Maximus decide que es mejor quitarle las armas y armadura mientras aún está inconsciente, no vaya a ser que cuando recupere el conocimiento decida matar a Mad Max. ¡Motivos no le faltarían! Más tarde, ya recuperado, su furia sigue siendo la misma. Ha hablado un poco con Maximus y al parecer le ha servido para aplacar sus ánimos, pero es tajante al decirle a Geoffrey que no hay posibilidad de salvar la SAMAS. Es una lástima que hayamos perdido esta power armor por la demencia de Mad Max y en cierta forma, me solidarizo con Tanreack en su enojo.
Geoffrey parece sentirse culpable; espero que esto le sirva como lección para no dejarse convencer por Mad Max de nuevo. Seguramente no le hace ninguna gracia haber perdido un vehículo en las primeras horas de su liderazgo, pero él creía que tomaba la decisión correcta. Sé que los líderes a veces se equivocan y a pesar de lo que pasó, mi confianza en él sigue existiendo. Sólo espero que esta vez tampoco me equivoque.
Ha llegado la hora de las guardias, y nuevamente me ha tocado con Maximus. Secretamente agradezco también que sea la primera guardia, pues presiento que aunque quisiera, no podría dormirme en estos momentos. Han sucedido muchas cosas y en mi cabeza aún da vueltas toda la información de las últimas horas. Por otro lado, ya me empiezo a acostumbrar a esta rutina de la guardia con Maximus, que me hace sentir protegido de alguna manera (más que protector), pues confío en él a pesar de todo lo que ha sucedido. Él habla poco o nada conmigo durante la guardia, pero curiosamente hoy se ha tomado la molestia de acercarse más a mí. ¡Pobre! ¡Tal será su soledad y abatimiento por lo sucedido! Por un rato se limita a estar cerca de mí, sin pronunciar palabra y yo, que respeto lo que está pasando por su cabeza, no me siento capaz de romper el silencio. Luego, nos levantamos y hacemos una pequeña ronda; cuando hacemos un rodeo por la zona más oscura del campamento y siento que la oscuridad comienza a oprimirme, produzco un pequeño globo de luz que nos dé la seguridad que necesitamos para continuar. Este pequeño detalle logra romper el hielo:
Entonces, con una sonrisa amarga, se sume nuevamente en sus pensamientos. Sólo cuando nos sentamos nuevamente, me animo a ser yo quien rompe el silencio: “¿Sabes? No creo haberte agradecido hasta ahora que me hayas salvado la vida la primera vez. Si no hubiera sido por ti, creo que habría terminado alimentando a los saurios voladores”. ¡Oh, oh! ¡Qué mal comentario! Muy tarde comprendo que al decir esto sólo he echado sal en la herida, pues aunque mi objetivo era agradecerle, con lo que he dicho estoy evocando el trágico destino de Solomon. Lo veo en sus ojos, que se sumen en una profunda tristeza. Me apresuro a decir:
Al decir esto su voz se quiebra y se detiene sólo para evitar que las lágrimas broten. ¡Pobre! Quisiera decirle que no es cierto, que no es su culpa todo lo que ha sucedido, pero sé que mis palabras no le servirán de consuelo; comprendo que su dolor es más grande de lo que todos imaginamos y que realmente apreciaba a Solomon, a pesar de sus diferencias. Respetando lo que siente, guardo silencio por unos instantes. Entonces le digo:
Y de repente, da un brusco giro a la conversación, evidentemente deseando terminar el tema de una vez: “Nunca hablas de los tuyos. Es la primera vez que nombras a tu familia. Llevas semanas en el grupo, y sin embargo no tengo la menor idea de quién eres”. Por un momento, me pongo un poco nervioso. Me ha tomado totalmente por sorpresa, y sentí como si hubiera descubierto el porqué de mi verdadera misión en DarkGate. Me maldigo por haberme mostrado tan ansioso al momento de encontrar el maletín negro, pues evidentemente no he sido cuidadoso. Sin embargo, rápidamente recupero la compostura y pienso que es imposible que alguien sepa cuál es la verdadera razón de mi presencia allí. ¿Será Maximus mi enlace? Aunque en un primer momento no me parece tan descabellada la idea, luego comprendo que he comenzado a desvariar. “Prosiga con la misión. Su enlace observa sus progresos” decía el mensaje. ¿Sabrían que había perdido el maletín? ¿Será alguien del grupo mi enlace? El radio es de onda corta, así que tendría que haber una fuente transmisora a menos de 8 kilómetros. ¿Acaso alguien del grupo? ¿Acaso un transmisor en algún vehículo? Hasta ahora no he podido cumplir con la misión que me han encomendado. La presencia de la Coalición no parece ser algo que realmente pueda medir en un valle lleno de criaturas prehistóricas y sin embargo, ellos dicen observar mis progresos. ¿De qué progresos están hablando? ¿Habrá alguien infiltrado en el grupo? ¿Será esta una parte de la misión que desconozco?
Las palabras de Maximus me arrancan de mis pensamientos. Sin darme cuenta, he guardado silencio por algunos minutos, mientras estaba sumergido en mis pensamientos, algo que él interpreta como recuerdos de mi familia y mi vida en la Federación.
“Bueno, no soy tan novato como piensas” digo, sin ocultar demasiado el hecho de sentirme ofendido por el comentario. “Además, si lo he hecho ha sido por adquirir experiencia y aprender a dominar mi magia”.
No suena muy convincente esta explicación, pero al parecer Maximus está en un estado en el cual está dispuesto a creer cualquier cosa, puesto que parece creérselo. Entonces me dice: “Puede ser, pero la Federación de la Magia no tiene muy buena reputación. Los rumores populares afirman que está compuesta por brujos negros que practican las más viles hechicerías, y eso me hace sospechar que tu lealtad podría no estar con el grupo, sino en otra parte”. “Bueno, no todos somos así” me apresuro a decir. No me gusta el rumbo que está tomando esta conversación. No estoy en la mejor disposición para seguir ahora una discusión sobre la Federación y lo que se dice de ella; tampoco quisiera ahondar en mis orígenes, pues no quisiera ahora hablar de mi familia, de mi ciudad y de las supuestas razones que me llevaron a DarkGate. Para mi alivio, lo que dije parece conformarlo y veo su rostro ensombrecerse nuevamente:
Y con esto, se termina la conversación. No pregunto más por Thomas, pues evidentemente es otra herida que tiene de su pasado. Nuevamente se deja llevar por los recuerdos. ¡Pobre Wolfen! Tiene más cicatrices en el alma que en el cuerpo. Realmente me apena el estado en que se encuentra. Quisiera poder hacer algo por él, pero justo cuando estoy tratando de pensar en alguna forma de levantarle el ánimo llegan Lara y Geoffrey a relevarnos en la guardia. ¡Qué rápido han pasado estas dos horas!
Me despido rápidamente y me retiro a dormir. Rezo por el bienestar de todos y la jornada que nos espera mañana. Mientras intento conciliar el sueño, coloco mi mano sobre el amuleto que me dio Ardan, y lo saco. Lo observo detenidamente, mientras descifro lo que tiene escrito: “La Casa del Sol” y por el otro lado, en jeroglíficos más pequeños: “Sea el portador de este amuleto bendecido por Isis. Acompañen su poder y su luz a quien lo llevase, protegiéndolo de todo mal. Sea él quien lleve la luz donde reina la oscuridad”. ¡La oscuridad! Por un momento miro a mi alrededor y a pesar de estar en un lugar iluminado, no puedo dejar de observar el negro profundo del cielo. Es como si en este valle no brillaran jamás las estrellas. Es como si en este valle, volarán miles de saurios como los que nos atacaron la primera vez, tapando el sol con sus alas. Y siento de repente que caigo por un pozo profundo, como aquellas pesadillas cuando estaba inconsciente.
De repente, despierto con la frente perlada por gotas de sudor, y me doy cuenta de que me había quedado dormido sin darme cuenta. Mi mano aún está sobre el amuleto, y me pregunto cuánto tiempo pasará antes que pueda ver a Ardan de nuevo. ¿Cuánto tiempo pasará antes que pueda volver a mi querida ciudad, a mi padre, a mi madre, a mis hermanos? Con los recuerdos de mi familia y mis amigos en mente, me voy sumiendo poco a poco en un sueño más tranquilo, hasta que el cansancio me vence y los días de infancia se mezclan con la absurda fantasía de un viaje a través del fondo del mar.
Jueves, 27 de julio 104 PA:
He dormido como un tronco, pero al menos he podido descansar. Después de la pesadilla inicial, he podido conciliar el sueño sin problemas, así que me siento con fuerzas de seguir adelante. Incluso se podría decir que estoy un poco optimista.
Mientras desayunamos, Geoffrey nos explica que lo mejor es que vayamos todos juntos y avancemos con todos los vehículos siempre que sea posible. De este modo si encontramos dificultades, al menos las afrontaremos todos juntos, como un equipo, lo que nos dará mayores posibilidades de sobrevivir. Me parece que tiene mucha razón, aunque por la cara de Maximus veo que no está del todo convencido de lo que vamos a hacer. Supongo que no es fácil dejar de ser líder de un grupo y seguir en él, bajo las órdenes de otro. Esta mañana intenté acercarme a él, creyendo que nuestra conversación de anoche había creado una cercanía, pero su respuesta fue un “Buenos días” de mala gana. Lo entiendo. No lo voy a presionar. Es una lástima: tal vez lo que le falta es justamente eso: Alguien con quien hablar. He perdido un poco el hilo de la conversación y ahora Geoffrey comenta cómo cree que todas las rutas son peligrosas y que nos aguardan duros combates en cualquier caso. Opina que puesto que hacia el norte, según la exploración de Mad Max, hay un gran lago, lo mejor será ir hacia el sur. Bien, al menos no iremos por la ruta que este demente de Mad Max nos habría llevado a una muerte segura.
De repente, escuchamos el sonido de un potente motor de coche, procedente del cañón a nuestras espaldas, y luego el ruido que hacen unos resistentes neumáticos al rodar sobre el rugoso suelo del cañón. Siento cómo la tensión crece mientras todos nos preparamos para lo peor, y por un momento se me cruza por la mente que mi contacto tal vez haya acudido al rescate. Nos damos la vuelta y momentos después, entra al valle un coche de aspecto futurista que frena y despliega unos voluminosos paneles solares. La puerta del conductor se eleva y del interior sale ¡nada más ni nada menos que Solomon! ¡No puede ser! De la impresión, caigo sentado nuevamente donde estaba momentos antes. La dirección en la cual ha aparecido me confunde, pues Solomon desapareció por el lado opuesto, y sin ningún vehículo. ¿Puede ser que haya encontrado la forma de escapar a los Leatherwings? ¿Habrá encontrado algún vehículo abandonado y un paso secreto por los cuales escapó? Sin pensar mucho en otros detalles, me incorporo de un salto dispuesto a dar la bienvenida a Solomon.
Es entonces cuando escucho que Mad Max musita: “¡Le conozco! ¡Le seguí a él para llegar hasta vosotros!” Sólo entonces reparo en una especie de extraño casco injertado quirúrgicamente en la cabeza, equipo con el que Solomon no contaba. Antes que pueda pensar en algo más, ese al que yo creía Solomon hace dos segundos dice: “Soy el rey Balduino de Jerusalén”. Sonríe y se queda callado mirándonos, mientras el silencio evidencia la confusión reinante. Entonces su sonrisa se disipa: “En realidad no. Mi nombre es Baldwin King. Sé lo que ha pasado, sé quiénes sois y vuestra misión. Mi propósito es el mismo que el vuestro, quiero liberar el alma de mi hermano gemelo Solomon de las garras de la oscuridad. ¿Puedo acompañaros?” Evidentemente el parecido es impresionante y no se puede cuestionar que sea el hermano gemelo de Solomon. Un poco decepcionado por que no sea su hermano, pero contento de que se incorpore alguien más al grupo, me apresuro a dar la bienvenida al grupo a alguien con tan buenas referencias (y no precisamente por Mad Max).
Tras recoger el campamento emprendemos rumbo hacia el sur. Lara y Geoffrey van juntos en vanguardia, en sus respectivas monturas. Les sigue Baldwin en su “Rolling Thunder”. Después Mad Max conduciendo el Montañero con Maximus a su lado. A continuación va Sanakin pilotando el Mercator, y cerramos la marcha Tanreack y yo en el hover-taller.
Es curioso cómo la llegada de Baldwin me ha causado sumergirme nuevamente en mis recuerdos de juventud. Su alusión a Jerusalén me hizo recordar lo mucho que escuché mencionar ese lugar magnífico que existe desde el principio de los tiempos, donde la magia fluye aún con mayor fuerza que en mi tierra natal. Muchos creen que es justamente en ese lugar donde nació la magia miles de años antes de la hecatombe mundial, y dicen que el nodo más poderoso de todos se encuentra justamente allí, en medio de siete colinas y en la cumbre de un monte donde sucesivamente se construyeron los templos de todas las religiones monoteístas. Incluso los antiguos egipcios creían en la fuerza y el poder de este lugar, y allí se dirigieron en varias ocasiones. En nuestras clases de magia, desde que éramos chicos, nos enseñaron cosas sobre la mitología e historia de ese lugar, que alimentaron nuestras fantasías hasta tal punto que nos encantaba jugar a ser conquistadores llegando a derribar las murallas de Jerusalén, caballeros al rescate de poderosos objetos mágicos allí escondidos (que concentran la magia existente desde el principio de los tiempos) o poderosos hechiceros atendiendo a la batalla final.
Cuando Tanreack me hace volver a la realidad con algún comentario acerca de la jungla que nos rodea, me doy cuenta que hemos avanzado algunos kilómetros y la jungla a izquierda y derecha se vuelve más densa y espesa. Primero había árboles más o menos dispersos a nuestro alrededor, pero ahora la vegetación es tan densa que Geoffrey y Lara nos hacen retroceder para probar otro camino. A mediodía hace bastante calor y el clima se ha vuelto pegajosamente húmedo, con abundancia de mosquitos y otros insectos. Afortunadamente, los vehículos tienen sistemas medioambientales así que los activamos después de sellar todas las salidas de los mismos. Compadezco a los que no van en ningún vehículo pues lo deben de estar pasando muy mal, lo cual me hace sentir un poco culpable y pensar que tal vez no sirvo para ser un guerrero.
El camino continúa así por un buen rato, todos alerta ante cualquier peligro y viajando en silencio, hasta que Geoffrey decide parar un momento. Entonces, todos escuchamos con claridad un chasquido entre la espesura y repentinamente llegan a nuestros oídos unos sonidos curiosamente musicales, como los que harían unas aves enormes que se llamaran unas a otras. En ese momento Geoffrey grita la alarma, pero casi al mismo tiempo aparece por todos lados una manada de velociraptors que nos rodea.
Nuevamente, el pánico se apodera de mí y me quedo paralizado, notando apenas que Tanreack ha salido del hover-taller y se ha subido al techo, dejando la puerta abierta. Incapaz de pensar o actuar, observo impotente como uno se tira con tanta fuerza al techo que sacude todo el vehículo, mientras otro se mete por la puerta abierta y de un solo ataque destroza el asiento del conductor.
Lo único que puedo hacer es gritar, presa del pánico, mientras comienzo a oír los disparos de los demás. Casi al mismo tiempo, el velociraptor lanza su garra contra mí y alcanza a rajar la armadura de piel de dinosaurio que recaté al regresar al valle y que me puse esta mañana. Mentalmente doy las gracias por haber tomado tal precaución, al tiempo que salgo del shock y desenfundo la Six-Shooter, disparando contra el saurio a quemarropa hasta que resulta derribado. Con mucho orgullo lo contemplo, pero sólo unos instantes después se levanta, mientras el pánico vuelve a apoderarse de mí e intento recargar el arma mientras las manos me tiemblan ante el inminente peligro. Cuando intenta atacarme de nuevo, se clava en la mandíbula los hierros que sobresalen del asiento destrozado, y es ahí cuando aprovecho para dispararle nuevamente. Cuando ya creía que esta vez el triunfo era mío, lo veo incorporarse nuevamente y lanzarse al ataque, rasgando nuevamente mi armadura mientras recargo decidido la Six-Shooter, un poco más tranquilo que la primera vez, pero aún con los nervios de punta.
Me ha parecido escuchar el grito de Lara y me pregunto si estará bien, pero como no tengo tiempo para pensar ahora más que en salvar mi vida, disparo al velociraptor una vez más, pero nuevamente sale casi indemne. ¡Son indestructibles estos bichos!
Una vez más, recargo mi pistola pero esta vez empiezo a considerar por primera vez salir del hover-taller antes que pueda comerme vivo. Escucho entonces una tremenda explosión que hace temblar la tierra y aunque no puedo ver nada, imagino que algo terrible ha pasado. ¡Sólo espero que no haya sido uno de los vehículos! Tal vez impulsado por el sacudón de la explosión, tal vez por el miedo a morir dentro del hover-taller, de golpe entiendo que debo salir ahora mismo. Abro la puerta y en un intento desesperado trato de trepar al techo, pero sin éxito. ¡Ahora comprendo la importancia de mantener un buen estado físico! Ante mi imposibilidad para subir al lado de Tanreack, me oculto detrás del hovercamión a tiempo para ver que el velociraptor ha decidido dejarme en paz y buscar otra presa, desgraciadamente Tanreack. Desde donde estoy no logro ver lo que sucede, pero mi instinto me dice que, al menos hasta el momento, ha podido defenderse de los ataques. Por primera vez desde que comenzó la lucha miro a mi alrededor, y comprendo que la situación es peor de lo que me imaginaba. Sin mucho tiempo para reparar en detalles, me llama la atención que no escucho muchos disparos y esto me preocupa bastante.
Justo en ese instante, escucho la voz de Geoffrey gritando: - “¡Fuerza y honor! ¡A por ellos! ¡No son nada contra los Rifts Warriors! ¡Iaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!” - Aunque no puedo verlo, su grito me llena de valor y decido que haré lo posible por ayudar al grupo a salir de esta. Entonces, me alejo un poco del vehículo y veo al velociraptor que amenaza a Tanreack sobre el techo. Recordando lo que aprendí antes del viaje, deseo profundamente que no estuviese ahí. Extiendo mis brazos, pronuncio las palabras adecuadas, y concentro toda mi energía y casi todo mi poder mágico en crear un Pozo Sin Fondo.
De repente, el saurio desaparece y veo la cara de asombro y miedo de Tanreack, observando la negrura del pozo sobre el techo del hover-taller. Los disparos se han detenido. Rápidamente, me fijo creyendo que los demás han detenido el combate para verme, pero descubro que simplemente se ha terminado. Le advierto a Tanreack que se aleje del pozo para que no se caiga en él, y grito a los demás que pasarán sólo dos minutos antes que el pozo desaparezca y el velociraptor vuelva a aparecer, mientras me acerco a Geoffrey.
El panorama es desolador, y sólo ahora comprendo que no todos hemos salido vivos de este combate. Los restos destrozados del caballo de Lara, así como el terrible agujero que hay en el suelo, son los indicios más impresionantes de la terrible batalla.
Observo cómo Geoffrey recoge el cuerpo prácticamente sin vida de Lara y lo traslada hacia el Mercator, mientras me dice que recoja los restos de Sanakin. Por un breve instante me siento confundido, hasta que veo a mis pies la cabeza del cyborg, al parecer todo lo que queda de él, casi intacta. Durante algunos segundos, observo lo que ha quedado de Sanakin casi como si fuera una curiosidad, un objeto precioso. Entonces, apelando a mis conocimientos sobre tecnología, comprendo que la cabeza y los componentes que cuelgan de la misma (cables y tubos) componen un sofisticado sistema de soporte vital, más avanzado que cualquier cosa por el estilo que haya visto antes. Deduzco que es posible que el cerebro de Sanakin siga vivo, aunque con seguridad inconsciente, dentro de la cabeza metálica. Tal vez el soporte vital pueda mantener la cabeza viva durante horas, pero eventualmente habrá que conectarla a un sistema de soporte vital mayor, con la energía y los nutrientes adecuados, o el cerebro morirá.
Sin embargo, en estos momentos de gran urgencia no puedo, no debo seguir pensando en eso, así que subo a la parte de atrás del Mercator para hacerme cargo de Lara, quien está en pésimas condiciones. Mi primer impulso es usar una descarga de IRMSS, pero entonces recuerdo que he perdido todo mi equipo médico desde el primer ataque. Empezando a sentirme impotente, me fijo a mi alrededor a ver si hay alguna unidad, pero no encuentro más que algunas gasas y vendas, nada que pueda ayudarme en verdad.
El Mercator ha comenzado a moverse ya, cuando de repente escucho una fuerte explosión en el camino por donde entramos al valle. Podría ser alguno de los vehículos que abandonamos, aunque en realidad no tengo cabeza para eso sino para tratar de salvar a la pobre chica. Rápidamente, agarro algunas vendas, pero inmediatamente descubro que no tienen ninguna utilidad, pues Lara está prácticamente partida en dos. Quién sabe cuánto tiempo lleva así, pero es evidente que ha perdido casi toda la sangre de su cuerpo. Su pulso es demasiado débil y poco a poco se apaga, como una llama al viento, mientras descubro que no tengo ningún medio para salvarle la vida. De pronto, su pulso se detiene totalmente y aunque intento reanimarla con técnicas manuales, todo esfuerzo es en vano. Su cuerpo no puede soportar el terrible peso de su espíritu y lo libera. Por un instante, recuerdo la muerte de Pete, uno de mis mejores amigos, hace algunos años en un tonto accidente: en aquella ocasión, estábamos en un lugar apartado, en un bosque, practicando algunos trucos mágicos que habíamos aprendido. Entonces, Pete decidió intentar manipular una pesada rama, a pesar que nuestra inhabilidad con la Manipulación de Objetos, y una vez la levantó por los aires perdió el control y nos cayó encima. Yo alcancé a esquivarla, pero el pobre Pete no. Le cayó encima de lleno. Siendo un tronco tan pesado, me llevó mucho tiempo sacar a mi amigo de allí y para cuando logré llevarlo a la ciudad, a pesar de mis propias heridas, ya era muy tarde. Pete había muerto en mis brazos.
Ahora la historia se repite. Pete no era mi mejor amigo, pero era un compañero y me llevó algún tiempo aceptar su muerte. Lara no era mi amiga, pero también era mi compañera y no puedo evitar pensar que podría haberle salvado la vida, que luchó por salvarnos a todos, y me siento culpable por haber pensado lo que pensé de ella cuando se postuló para ser líder del grupo. Murió valientemente, luchando, mientras yo me escondía dentro del hover-taller. A su lado, la cabeza de Sanakin, quien también demostró toda su valentía, y sólo ahora comprendo que no vi ni a Mad Max, ni a Maximus. Incluso Tanreack, a quien tantas veces he despreciado por lo que cree de la magia, ha luchado con mucha mayor valentía que yo.
Una vez más, siento que le he fallado al grupo y no puedo evitar que una lágrima resbale por mi rostro. En ese momento, Geoffrey abre la puerta (sólo ahora me doy cuenta que nos hemos detenido) y le miro triste, incapaz de pronunciar palabra, y le hago un gesto negativo con la cabeza. Geoffrey se lo toma muy mal, se queda helado. Le explico que estaba prácticamente muerta cuando la subió al hovercamión, y que no he podido hacer nada para salvarla. Geoffrey entonces empieza a llorar, y a su lado aparece Baldwin. Por un breve instante olvido que es él y creo que el espíritu de Solomon ha venido para llevarse a Lara. Entonces, veo su rostro igualmente desfigurado por el dolor, y entiendo que somos los únicos supervivientes. Una sensación de vacío, ya no de miedo, me recorre el cuerpo. Al mismo tiempo doy gracias por mi vida y temo por lo que nos espera.
Bajo del Mercator y pregunto qué ha sucedido a Tanreack (recuerdo que también estaba con nosotros). Geoffrey, sumido en sus pensamientos, se ha subido al hovercamión a tratar de revivir a Lara. Baldwin me dice que tal vez Tanreack tuvo algún problema con el hover-taller porque no nos siguió. Mientras tanto, Geoffrey se baja y llorando se dirige a nosotros: - “Daeron, Baldwin, tenemos que volver... nuestros compañeros se han quedado atrás...” –
Me siento totalmente impotente, imaginando lo que habrá pasado a Tanreack luego que desapareció el pozo y deseo que esté bien, al igual que Maximus y Mad Max a quienes aún no he visto. - “Sí... es cierto, no podemos dejarlos a Tanreack y Maximus”. –
Entonces, Geoffrey cae de rodillas al suelo mientras grita: "NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO". Al ver su desesperación, siento perder un poco la fe: “Geoffrey, por favor, respira profundo somos pocos ahora y tú sigues siendo el líder a pesar de todo ¡Si te dejas vencer ahora moriremos todos!”
Entonces, Geoffrey golpea el suelo con violencia con su puño mientras dice entre dientes “Maximusssssss” y comienza a respirar de forma acelerada y entrecortada. Esto no es solamente producto de su impotencia. ¡Algo muy fuerte le está sucediendo! Asustado le pregunto: “¿Qué pasa Geoffrey?” Mientras que intento levantarlo. Entonces él, como si se le fuese la vida, responde: “Maximus... ha... ha... ha muerto... no hay esperanza... déjameee" y se revuelve para liberarse de mis brazos.
Por un momento me quedo congelado, incapaz de poder moverme o pronunciar palabra. Entonces, libero la tensión con un grito:
Al escuchar sus palabras, siento un pánico inmenso que se apodera de mí, como cuando sueño con el pozo oscuro por el cual caigo. Baldwin aún está congelado y es incapaz de articular alguna palabra. Pobre chico: vino tras las huellas de su hermano y está a un paso de unirse a él en la eternidad. Por un instante, cruza mi mente el pensamiento de que si Geoffrey pierde la fe ahora, estaremos todos perdidos y todo habrá sido en vano. Intentando reanimarlo le digo:
Me parece increíble que haya salido de esto con vida, cuando compañeros más experimentados y mucho mejores guerreros que yo han muerto. Y encima, la posibilidad de que Tanreack esté vivo me tortura. Geoffrey se limpia las lágrimas y dice:
Entonces, guardo silencio por unos instantes mientras analizo las posibilidades que tenemos. La selva adelante nuestro no parece ser muy tupida, pero quién sabe lo lejos estaremos de llegar a algún lugar seguro.
Hacia atrás sabemos lo que hay y a qué distancia, así que tal vez no sea la opción acertada. Entonces, miro el cadáver de Lara y por un momento pienso que si tal vez tuviera la posibilidad de encontrar los artículos correctos, podría embalsamarla y tratar de revivirla después. Sanakin, o lo que queda de él, también necesita ser conectado urgentemente a una unidad que mantenga vivo su cerebro. Hacia atrás, hay varios días de camino, pasando por los velociraptors, y nada de esto podría hacerse. Hacia delante, sólo lo incierto, pero tal vez sea esa la diferencia entre la vida y la muerte de todos. Y Tanreack, que no deja de atormentarme. ¿Y si estuviera vivo todavía y solo?
También he olvidado por completo, en medio de toda esta situación, el maletín con la radio; nuevamente lo he perdido, en un lapso muy corto de tiempo. Sin embargo, intentar volver a por él ahora podría significar la muerte. Una vez lo recuperé y confío en que lo volveré a hacer. Además, si están siguiendo mis pasos, sabrán que lo he perdido e intentarán contactarme de otra forma. ¿Y si en lugar de eso deciden castigar mi descuido? La decisión es muy difícil, pero necesaria. Antes que me eche atrás, comunico mi decisión a Geoffrey, consciente de las consecuencias que podría acarrearme:
Nuevamente, me asalta la terrible duda de si estaremos haciendo lo correcto y suspiro inseguro. La decisión no tiene muchas vueltas.
Entonces, Geoffrey se inclina, arranca un puñado de tierra con algo de hierbas mientras dice: “Maximus... Solomon... ¡Juro que conseguiré rescatar vuestras almas!”
De repente, al escuchar sus palabras, siento el peso de una gran responsabilidad sobre mis hombros. Cuando supe de la muerte de Solomon juré tomar parte en la liberación de sus almas, pero nunca pensé que tan pronto, el grupo se vería tan reducido. Lo único que atino a hacer es elevar una plegaria por nuestra protección y aferrarme al amuleto, con la convicción que tal vez es lo único que me mantiene con vida aún…
ACCIONES FUTURAS:
Mouser: Rifts: Turno 35:
Qué rápido se pasa el tiempo en esta ciudad, sigo perfeccionando mis planos de las alcantarillas de DarkGate, que es mi refugio por llamarlo de alguna forma.
La verdad es que echo de menos la vida aventurera, todavía me acuerdo cuando formamos el grupo aventurero compuesto por: Rolando, Emil, Shidi, Furia, Vicky y demás gente. Del grupo aventurero aquel ya no queda nadie, ahora todos son nuevos. Esto de vivir deambulando y sin hacer nada...
Qué será de Emil, hace que no le veo mucho tiempo, ¿seguirá con sus negocios? La verdad es que le echo de menos, esas aventurillas que nos corríamos juntos, nuestros negocios. Tengo que hablar con él como sea. ¿Dónde puede estar Emil? Iré al Saloon a ver si le encuentro allí.
Entro en el Saloon y no veo a nadie conocido, bueno voy a tomar algo ya que estoy aquí. Por ahí viene Emil.
Mouser: Emil cuánto tiempo sin verte.
Emil: Ya te digo, ¿qué tal todo?
Mouser: Te estaba esperando para hablar contigo.
Emil: Qué casualidad, yo también te estaba buscando.
Mouser: Pues sentémonos y hablemos.
Emil: Pues, el otro día recordando el pasado, me acordé de cuando tú y yo trabajábamos juntos y me preguntaba que si querías volver a trabajar conmigo.
Mouser: Justo lo que te iba a decir yo, también el otro día estaba recordando el pasado y me acordé y precisamente para eso te estaba buscando.
Emil: Mouser, sé que en pasado las cosas no fueron bien entre nosotros, tuvimos muchos problemas con la pasta.
Mouser: Sí, pero esta vez todo va a salir bien, ya verás.
Gonzalo: ¡¡Hola!! Siento interrumpir.
Emil: Pero creo que podremos solucionarlo. Tienes razón.
Gonzalo: Nunca hemos hablado, lo sé. Pero sois mi única esperanza para poder unirme a los Rifts Warriors.
Mouser: Sí, pero hay cosas que tienen que cambiar Emil. Y este mendigo ¿quién es?
Gonzalo: Soy un amigo de Maximus.
Emil: ¿Los Rifts Warriors? Creo que te equivocas.
Gonzalo: Recientemente he sentido que parte de su espíritu se unía a mí.
Emil: Ese grupo aventurero partió hace tiempo.
Mouser: Sí, nosotros no pertenecemos a los Rifts Warriors.
Gonzalo: Lo sé, pero os pido que me acompañéis para unirme a ellos. Maximus me habló mucho de vosotros y de lo que hicisteis en el bosque con los Ghouls.
Mouser: Ahhhh sí el bosque y los Ghouls, qué tiempos aquellos.
Gonzalo: Sólo os hago una pregunta. ¿Me acompañaríais al valle de los dinosaurios?
Mouser: ¿Al valle de qué?
Emil: Así que quieres que te acompañemos al valle... y... ¿Qué sacamos nosotros de todo esto?
Gonzalo: Supongo que rapiñar todo lo que podáis.
Mouser: Sí, porque nosotros no trabajamos gratis.
Gonzalo: Creí que la amistad era bastante razón para vosotros, pero ya veo que no. Creo que me he equivocado con vosotros.
Emil: Aún no hemos dicho ni que sí, ni que no...
Gonzalo: ¿Acaso tenéis miedo?
Emil: Maximus es amigo nuestro tienes razón, pero a ti no te conozco mucho, por no decir nada... Es normal que desconfíe... este es un mundo duro, hay muchos canallas por ahí sueltos...
Gonzalo: Ya os he dicho que soy amigo de Maximus y no acostumbro a mentir.
Mouser: Cuéntanos algo de Maximus para que veamos que no mientes.
Emil: Vaya... vaya... vaya... Así que su alma se ha fundido con la tuya... entonces sabrás cosas que sólo Maximus sabía... ¿Me equivoco?
Gonzalo: Puede que sí o puede que no. Yo a vosotros tampoco os conozco sólo sé lo que me contó Maximus.
Emil: ¿Y qué te contó el bueno de Max?
Gonzalo: Pues por ejemplo tú, la rata.
Mouser: Mouser, por favor.
Gonzalo: Te escondiste como una rata cuando el grupo fue atacado por vampiros en un bosquecillo.
Mouser: No me escondí, sólo cubría la espalda al grupo.
Emil: ¿Y de mí? Qué sabes...
Gonzalo: Tú eres el típico chulito de Saloon, un elfo que se cree guapo, que intenta hacer negocios, pero nunca le salen bien.
Emil: Vaya, el bueno de Max no es que hablara muy bien de nosotros.
Gonzalo: Los pensamientos de Maximus no son esos. Esas son mis conclusiones que he sacado a partir de la información que he conseguido de Maximus.
Emil: Y entonces si piensas que Mouser es un cobarde y yo un fracasado... ¿Para qué nos necesitas? Hay cientos de mercenarios de DarkGate...
Gonzalo: Porque también sé que vuestras pistolas son certeras y necesito ayuda para ir hasta el Valle de los Dinosaurios.
Mouser: Si soy un cobarde será porque nunca disparo y siempre huyo, ¿no?
Emil: Mouser, no sé por qué... pero este tipo me recuerda a Maximus en cierto modo, hay algo extraño en él... No sé... ¿Tú qué opinas?
Mouser: A mí también me recuerda a Max, no sé, tiene su mismo carácter.
Emil: Bueno... para ir al valle... tú, nosotros dos y… ¿qué ejercito has dicho?
Gonzalo: Mi ejercito, pero necesito una pistola, no tengo armas. ¿Podéis prestarme una?
Mouser: Uf, préstamos, endeudamientos, empezamos mal los negocios, Emil.
Emil: Sólo tengo mi fiel pistola de iones..., lo siento. No tengo más.
Mouser: Toma anda, una NG-57 Ion Blaster Pistol.
Gonzalo: Y, ¿qué vehículos tenemos para esa misión? Yo tengo un Big Boss.
Mientras ellos seguían discutiendo sobre los planes, y echando después un duelo con palos para ver quien de los dos era más fuerte yo me dediqué a mirar al cielo esperando que acabaran ya de pegarse. Yo pasé de luchar contra nadie, no tenía muchas ganas.
Bueno al final encontré a Emil, pero creo que no vamos a hacer mucho negocio con el mendigo este. Por lo menos saldré de esta ciudad que tan conocida tengo, en busca de aventuras.
ACCIONES FUTURAS:
Jack Tanreack: Rifts: Turno 35:
Es la tarde del miércoles, 26 de julio de 104 PA, el loco de Solomon avanza a toda velocidad, corriendo a toda velocidad, está majara. Se ha parado, será estúpido, con esos pájaros volando a su alrededor. Bueno, es su fin. Cierro los ojos y rezo una oración en su nombre, el pobre debe de haber sido despedazado.
Jack: No vale de nada lamentarse. Solomon era mayorcito y sabía lo que hacía al aceptar la misión.
El truco era no detenerse, si lo haces estás muerto.
Más tarde me piden el voto para elegir un nuevo líder, creo que un ciberknight sería lo mejor.
Jack: Yo voto a Geoffrey.
Esto es un ultraje, ¿va a confiar antes en un descerebrado que un tecnowizard? Es inaudible, ¿y tengo que dejarles mi SAMAS? Me niego. Yo soy el único que la debe tocar.
Cuando regresa, la SAMAS está hecha polvo. Me va a costar semanas repararla.
¿Y me dicen que la va a volver a coger? Ni hablar, pero me amenazan, ojalá estuvieran todos muertos.
Ha destrozado mi SAMAS, ojalá reviente.
Me siento mal, me desmayo, veo a Mefisto torturando a Jimily, pero ahora están todos los miembros del grupo, y yo torturo a Maximus, y a Mad max.
Me levanto y hago mis guardias.
Jueves 27 de julio.
De pronto nos atacan, unos velociraptores
Le he dado a uno, me cargo a otro, y ahora me vienen a por mí, tendré que esquivar. Es como si Jimily, me dijera lo que tengo que hacer, qué fácil es ir destrozándolos.
¿Daeron usa magia negra? No le hablaré más. Usar magia es malo, pero esa más.
Me voy rápidamente, me he encallado, Maximus decide liberarme, pero de pronto es atacado, lo único que veo es su cuerpo caer sin cabeza. Pobre Wolfen.
Me voy, tengo que llegar a Darkgate.
Acciones futuras: