Partida Rol por web

La noche llego en ese funesto dia que la joven extrañamente se encontraba deseosa de evitar y asistir, sintiendo una indecisión que solo despertaba mas nerviosismo en ella. Pero sabia bien que estaba obligada a ir por el “pedido” de aquel vampiro que a diferencia de otros era mas directo aunque eso ultimo ella no lo sabia del todo, ya que los demas vampiros que habia encontrado se habian mantenido ocultos en sus disfraces de ovejas.

Por otro lado a pesar de las diferentes sensaciones que le daba el ser oscuro esto podia ser una oportunidad de oro para conseguir mas cosas de su persona a pesar de los riesgos que seguramente le seguirían. Incluso tal vez podria saber algo mas de Cain y ese Yihad de la cual parecia formar parte ahora.

Con eso en mente llego a aquella taberna especial en plena noche, notas a un grupo pequeño de guerreros de Konrad reunido cerca de uno de los canales. Esperando un poco los viste retirarse con la rapidez solo posible de una orden, aunque habian algunos que solo se retiraban a unos metros antes de charlar entre ellos.

Ahora despejado podias ver a que se debia la conmocion, el lider de ellos se encontraba abordando una gondola decorada con tonos brillantes para parecer de nobleza aunque notabas la falta de algunos detalles y acabados que le faltaban a aquella gondola. Sin embargo la gondola seguia siendo impresionante por su tamaño y su remero que vestia con una gala envidiable.

Leonor desconocía qué le depararía aquel encuentro al que se había comprometido. Pese a sus temores, no le quedaba más remedio que asistir a la cita que el Vampiro había concertado. No solamente porque le había dado su palabra a cambio de que librara al mundo de la amenaza de los sectarios y de sus monstruos de pesadilla, sino porque el destino de Imanu dependía de ella.

No obstante, y aunque luchara con todas sus fuerzas para negarlo, una parte de ella deseaba verle con una intensidad que no comprendía, posiblemente fruto de la sangre que corría por sus venas y que él le había obligado a beber en contra de su voluntad. Ahora más que nunca estaba convencida de que aquella sangre la había ligado a él de alguna forma, introduciéndola en un mundo que no le pertenecía e involucrándola en una guerra que no era suya. Necesitaba saber cómo escapar de su destino, y nadie mejor que aquella criatura de la noche para darle las respuestas que necesitaba.

Al llegar a la taberna, la presencia de algunos de los extranjeros con los que había compartido bebidas y chismes durante el día hizo que desviara la vista hacia los canales. Estaba convencida de que en medio de la noche y vestida de mujer, ninguno de ellos la reconocería, aunque inconscientemente se encontró buscando con sus intensos ojos azules a Josef, por si acaso se encontraba entre los presentes.

Pero aquella búsqueda no duró demasiado, puesto que la impresionante góndola en la que Konrad estaba a punto de atracar con la ayuda de un extremadamente elegante remero, captó toda su atención e hizo que permaneciera en un discreto segundo plano, mientras intentaba saber el por qué de aquel derroche de riquezas.

Lo poco que duro su búsqueda pudo darse cuenta que Josef no andaba entre los hombres reunidos, ni entre los que se fueron ni entre los que pocos que se quedaron. Sin embargo noto algo llamativo al no ver más embarcaciones que la que abordaba Konrad.

Enfocándose en Konrad para averiguar un porque parecía algo no demasiado productivo. El hombre tal vez por las miradas de demás personas se mostraba sin expresión alguna incluso más que las estatuas que habitaban Venecia. Ahí se encontraba sentado y acomodado en la góndola mirando de vez en cuando a los alrededores antes de quedarse mirando al cielo como si esperara algún tipo de señal mientras la embarcación se encontraba detenida. La vestimenta no daba un mensaje demasiado diferente a la elegante góndola, siendo por lo que se veía a pesar del ángulo y la oscuridad como un liviano jubón claro, que si no fuera porque conocías de su verdadera te preguntarías como podía estar tan cálido con poco abrigo.

Pero entonces lo sentiste o mejor dicho su mirada que parecio hallarte en tu segundo plano por lo fijos que parecían sus ojos en ti. Aunque su expresión no decía nada, al igual que su boca que no avisaba a nadie de tu presencia.  

No encontrar a Josef entre aquellos hombres hizo que su seguridad decreciera ligeramente. Realmente desconocía qué era lo que pretendía Konrad, puesto que la expresión de su rostro no decía anda en absoluto.

Leonor se encontró a sí misma pensando lo poco arreglada que iba en comparación con aquel gran señor, cuyas ropas denotaban una calidad excelente. Cuando se fue de la taberna, dejó atrás los vestidos que Camila le prestó, puesto que no se creyó con derecho a llevárselos después de lo que le había hecho, y ahora el único traje de mujer que conservaba era aquel con el que conoció al vampiro en la plaza, durante la fiesta de máscaras en honor al Cardenal.

Cuando sintió la mirada de la imponente criatura de la noche clavada en ella, algo en su interior dio un vuelco de puro nerviosismo. Realmente desconocía por qué se sentía tan turbada en su presencia, o si aquello se debía a la sangre que le había dado o al hecho de que la había forzado en contra de su voluntad, pero por una vez en mucho tiempo, se quedó paralizada, sin saber si acercarse hasta donde estaba, o quedarse allí quieta y totalmente inmóvil, a la espera de una orden suya.

Por un largo momento las miradas de ambos quedaron entre lazadas, sin que Konrad apartara la mirada de ella o hiciera gesto alguno. Por su lado los demás hombres presentes parecian aun no darse cuenta de la presencia de ella ni de como su señor se encontraba mirando fijo a esta.

Pasado el momento la mirada de Konrad se aparto de ella, para dirigirse a sus hombres llamándolos con su frio tono antes de darles una orden que ella no pudo escuchar, pero vio como los alejo aun mas de la embarcación para meterlos en la taberna.  Terminado eso Konrad volvió a mirarla y sin que ningún sonido saliera de su boca la llamo para que se acercara.

“Ven…conmigo” es lo que ella pensó ver que decían los labios del ser oscuro aun cuando esas palabras no salieron de sus labios. El gesto de su rostro siguio igual de serio sin darle mas calma a la joven con la dulzura que habia mostrado antes.

Aquellos segundos parecieron eternos mientras todo a su alrededor carecía de importancia. Leonor se mantuvo inmóvil, con su sencillo vestidito de campesina, sosteniendo la mirada del imponente noble mientras trataba de volver a reunir el valor que había hecho que acudiera esa noche hasta su presencia.

Deseaba desafiarle y demostrarle con su terquedad que ella no se dejaría manejar como un juguete ante sus caprichos. No obstante ninguna palabra salió de sus labios, y nada pudo hacer mientras aguardaba paciente a que los hombres se alejaran de aquel lugar, acatando los mandatos de su señor.

De repente, las palabras de Konrad resonaron dentro de su mente inculcándole aquella orden implícita que la instó a acercarse lentamente, a pesar de mostrarse reacia a obedecerle. Parecía como si su mente recorriera un sendero muy distinto al de sus piernas cuando por fin se acercó hasta su lado, mientras sus impresionantes rijos rojizos eran mecidos por la brisa nocturna justo frente a la oscura criatura que no dejaba de observarla cual terrible depredador.

Inconscientemente un escalofrío recorrió su cuerpecito, obligándola a abrazarse a sí misma para evitar tiritar ante el frescor de la noche que invadía las aguas de los canales. Fue entonces cuando alzó su delicado rostro, el cual había permanecido contemplando el suelo durante su corto trayecto hacia él, para pasar a perderse en aquellos dos mares de oscuridad que tanto la intimidaban y contra los que luchaba con todas las fuerzas que aun tenía.

-Os… os prometí que vendría y aquí estoy. No sabía que debía ir de gala. ¿Qué deseáis que haga? – Dijo al fin, manteniendo las formas respetuosas delante del remero, siendo consciente de que él no tenía por qué saber que no poseía más vestido que el que llevaba puesto en ese momento, y anhelando inconscientemente volver a ver una sonrisa en aquel semblante de hielo.

Fue mientras se acercaba que los ojos oscuros de aquel vampiro parecian volverse mas vivos mientras la contemplaba en la fresca noche que los envolvía. Sin embargo no era tan simple terminar de leer los deseos del hombre en aquellos ojos negros. “No vamos a ninguna gala. Ven, sientate junto a mi.” dijo a la vez que se adelantaba con su gran cuerpo al remero que parecia apunto de ayudarla a abordar la gondola. “Estas hermosa como la primera vez que te vi.” susurro dejando salir una leve sonrisa que no era tan amplia como deseaba pero la llenaba en parte de esperanza sobre el animo de aquel hombre.

Tras un momento donde la ayudo a acomodarse junto a él, dio una mirada al remero para que comenzaran su travesia en medio de los canales. Al tiempo que la gondola comenzaba su movimiento le envolvió con uno de sus fuertes brazos acercandola mas a su persona que aunque fria le trasmitia algun calor a la joven que hasta ese mismo momento habia tenia problema con el frio. Si bien el gesto era reconfortable como antes la joven nota ciertosilencio aunque el ruido del agua lo escondia mejor.

“Es una linda noche para reunirnos, no le parece?” pregunto observando el cielo totalmente despejado que se mostraba ante ellos. “Te has vuelto a alejar de mi aunque entiendo tu razon para hacerlo. Sin embargo eso me ha preocupado pensando en donde podrias llegar a estar lo suficiente segura para que ninguna de tus enemigos te atrapen.” comento con un tono relajado sacando algo de frialdad en sus palabras.

Leonor fue consciente de cómo la miraban aquellos dos pozos de oscuridad, pareciendo querer ahondar en lo más profundo de su alma a medida que se acercaba hasta situarse justo frente a él. También pudo notar su actitud imperativa cuando el barquero hizo el ademán de ayudarla a entrar en la góndola, adelantándose a sus movimientos y siendo él quien la tomó de la mano en su lugar.

La sonrisa que le dedicó fue suficiente para que el corazón de la joven se sintiera ligeramente reconfortado, pero su cabecita le recordó que aquel hombre la había retenido en contra de su voluntad, le había robado su don más preciado y la había obligado a beber de su sangre para que se formara entre ellos un vínculo invisible difícil de romper ¿Qué le decía a ella que todo lo que sentía no era producto de aquella magia impura? No… debía mostrarse fuerte a pesar de que todo su ser anhelara dejarse arropar por aquellos poderosos brazos y abandonarse a sus deseos.

-¿Dónde vamos? Estáis muy elegante para un simple paseo nocturno. – Le lisonjeó tratando de guardar la calma, mientras sus mejillas adquirían un rojo intenso ante el cumplido que él le dedicó y ante su posesivo abrazo y la proximidad de sus cuerpos.

-Yo… no podía quedarme. Necesitaba tiempo para pensar. Me alegra que lo entendáis y que no hayáis pensado que deseaba traicionar vuestra confianza. He… he estado bien. Creo haberos mostrado que se cuidarme muy bien sola – Se defendió volviendo a sacar un poquito de su carácter veneciano, justo antes de mirar con algo de preocupación al barquero antes de dudar si debía hablar sobre ciertos temas delicados delante de él – Supongo que puedo esperar a que termine el paseo para realizaros algunas preguntas… más privadas. Si… es una hermosa noche – Finalizó, mientras su corazón se aceleraba por una razón que no lograba comprender.

El hombre se encontraba elegante no solo por el jubón sino por el pantalón oscuro, pero ahora dentro notabas el cuchillo atado a su cinturón preparado como el de ella para un fácil acceso. “Vos me habias dicho que te habría gustado una cita y pregunte por ahí cual era la mejor forma de hacerlo en esta ciudad por lo que ahora nos encontramos navegando por una góndola.” Respondio finalmente “El destino es una sorpresa tanto para mi como para vos, pero el remero me aseguro que iremos por los lugares mas lindos de la ciudad.” Agrego acomodándose mejor y a ella con él.

Se quedo escuchando pacientemente de nuevo volviéndose algo distante en los gestos de la cara como bien parecía estar acostumbrado. Ni siquiera la muestra de carácter Veneciano de ella saco algo en él. “Puede ser…pero no encuentro necesidad para que te cuides vos sola. Incluso seria menos agotador para ti.” Le aconsejo comenzando acariciarla en el brazo con delicadeza.

“Habla bajo para que no escuche, él me ha dicho que no se meterá en nuestros asuntos luego que yo y mis hombres le pedimos…con firmeza que no escuche lo que hablare contigo.” Le aseguro bajando su voz como un ejemplo, subiendo su mano hasta la mejilla de ella. “De cualquier forma nosotros, tenemos un par de trucos para que los hombres olviden incluso un dia entero de su vida si nos lo proponemos.” Le aclaro mas tarde tal vez exagerando pero parecia querer darle confianza a la joven sobre la confidencialidad de esta conversacion. "¿Que quieres preguntarme?"

Leonor no pudo evitar pensar que aquel hombre era extremadamente atractivo, y las ropas que portaba le favorecían aun más. Por todo ello, se encontró a si misma sacudiendo la cabeza para intentar alejar aquellas cavilaciones, justo antes de preguntarle con perplejidad.

-Entonces… esto es ¿una cita? Yo… no sé qué decir. Cuando os confesé que me gustaría una cita, no pensé en algo tan costoso. Jamás he estado en una góndola antes, pero una así de bonita no debe ser barata precisamente. No teníais que haberos molestado por alguien tan insignificante como yo. ¿Sabéis que podéis dar una patada en cualquier basurero y saldrían más de cien huérfanas para que elijáis? Desconozco qué es lo que veis en mí, pero debéis haberos golpeado la cabeza. – Dijo algo apresuradamente, sin creerse aun que aquel vampiro estuviera haciendo todo eso por ella, pudiendo obligarla a cumplir todos los deseos que se le antojaran.

Ante el repentino cambio de actitud y esa mirada algo distante, la pelirroja volvió a sentir como un cosquilleo recorriendo su espalda, que no tardó en intensificarse al notar las suaves y frías manos del vampiro acariciando su brazo. No obstante, sabía qué era lo que pretendía al sugerirle que no había necesidad de que se cuidara sola, y de ninguna manera estaba dispuesta a perder su libertad.

Tras mucho pensar, decidió no darle ninguna respuesta, para evitar lo que de seguro sería una discusión. En lugar de ello, cuando los dedos de la impresionante criatura rozaron su mejilla mientras le confiaba todo lo que podía hacer con sus poderes, la respiración de Leonor se aceleró de forma instintiva, ante el miedo de que empleara dichos poderes con ella y la hiciera olvidar.

El contacto era cada vez más íntimo, y la joven temió perder aquella determinación que la caracterizaba, para quizá dejarse dominar por aquellas dulces manos que la acariciaban - Quisiera saber si ese… vino que me disteis hará que me vuelva igual que vos… yo… no sé cómo explicarlo, pero me siento diferente, aunque el sol sigue siendo tan hermoso y cálido para mí como siempre ha sido. – Formuló entre susurros, acercando inconscientemente sus carnosos y rosados labios al oído del vampiro, para evitar que el cochero espiara su conversación.

El hombre le dio una mirada enigmática a la joven antes de asentir solo una vez a su pregunta de si se trataba o no de una cita. Mas sus demás palabras parecieron generar algo en el hombre que se fue acercando y a pesar de lo apresuradas de sus palabras no dejo a la joven terminar antes darle un largo beso en la boca.

Mientras un brazo la rodeo por detrás de su parte dejando sin espacio entre ellos, aun cuando su otra mano se había colado entre ellos tocando el estómago en principio a través del vestido antes de avanzar hacia arriba posicionándose entre sus pechos tocando apenas su piel en el borde del vestido. Si bien la libero de aquel beso, siguió en aquella posición a pesar de no recibir respuesta alguna a su propuesta haciéndolo suspirar frente a ella dejando que su aliento frio se sintiera. 

Entonces llego el momento de la pregunta de la joven, que el vampiro tardo en responderla tal vez como venganza o porque se encontraba pensado como responderle. “Como todas las veces que uno ingiere mucho vino, uno se siente diferente a lo normal pero en realidad lo que pasa es que la gente borracha decide, aunque involuntariamente, sacarse su máscara para ser verdaderos por primera vez en la vida." Le respondió evadiendo la respuesta y haciendo una acentuación especial a su otro género cuando se encontraba en la calle. Por un momento parecía que esa sería la única respuesta pero termino continuando. "No terminaras como yo, para eso hay un proceso diferente pero no por ello no sentirás como si estuvieras cambiando a lo que eras antes." 

Leonor quedó totalmente estupefacta ante el beso que Konrad le regaló. Realmente no se esperaba una reacción como aquella ante sus palabras, y aquella acción la dejó tan paralizada que tuvo que luchar para contener su acelerada respiración y el placentero escalofrío que la recorrió ante su contacto.

Pero el vampiro no se limitó tan solo a hacer aquello, sino que su brazo rodeó su cuerpo haciendo que no existiera distancia entre ellos y posando una de sus manos en el borde de su vestido haciendo que se sintiera aún más aturdida si cabe.

-¡Eso no es cierto! – Exclamó tras reponerse mínimamente y apoyar la palma de su mano en el pecho del vampiro para apartarle con suavidad, permitiéndose tener algo más de espacio – Los borrachos no dicen la verdad como todo el mundo cree, sino que pierden el sentido del buen juicio y se vuelven más violentos, impulsivos y descuidados – Le espetó, recordando la única vez en su vida que ella se había pasado con el alcohol.

La respuesta que le dio sobre que no se transformaría en un vampiro la hizo suspirar de alivio en primer momento, no obstante, el hecho de que le informara que sí que cambiaría, consiguió asustarla de nuevo.

-Bien, necesito saber en qué consisten dichos cambios. Si vos me habéis metido en este lío, creo que me debéis el que pueda conocer todos los detalles. – Le incriminó con una mirada retadora de sus intensos ojos azules.

El vampiro a pesar de alejarse más por su voluntad que por el empujón de ella que no podría moverlo, siguió con su mano apoyada en ella donde reposaba el corazón de la joven. Incluso la punta de sus dedos acariciaron su piel apenas colándose entre el vestido de ella antes de retirarse ante las palabras más combativas de ella.

“Eso pasa porque esas personas no sabían controlarse y no tenían disciplina alguna en su vida antes de emborracharse. Pero igual sigo teniendo la razón porque terminan mostrando lo que verdaderamente son.” Le correspondió con calma dejando tal vez en claro como podría ser borracho aunque en parte recordabas como había reaccionado antes con tu primer huida.

Si bien le había dado algo de espacio, aún continuaba cerca y con un brazo en su espalda. “Porque crees que es un lio? Te has sentido mal luego de que te diera…mi vino?” Dijo algo forzado al final, pero luego observando con mucha curiosidad. “Deberías pensar que esto no necesariamente te aleja de los demás humanos, pero a la vez lo hace porque te eleva un poco encima de ellos. Tendrás más fuerza resistencia y reflejos que muchos de ellos si esto continua, incluso con algo de practica podrías reproducir algunos de nuestras habilidades hasta cierto límite. Incluso podrias vivir muchos mas años de los que un humano normal, aun cuando sigas viviendo en la calle.” le fue explicando moviendo su mirada al varquero como si vigilara si los escuchaba aunque estuviera susurrando.

¿Por qué aquel hombre tenía tanto poder sobre ella? Leonor lo desconocía, pero desde luego no iba a dejar de luchar contra su propio cuerpo que seguía reaccionando ante cada roce de la piel de aquel hombre que parecía juguetear con ella a su antojo desde el primero momento en que sus destinos se cruzaron.

-¿Y cómo sois vos realmente, Konrad? No es la primera vez que os digo que me gustaría conoceros mejor – Contraatacó la muchachita, deseando que el hombre le explicara sus verdaderos deseos para con ella y sabiendo que no le haría cambiar de opinión tan fácilmente.

No obstante, cuando el vampiro le reveló que al ingerir su sangre tendría toda esa clase de poderes en comparación con el resto de humanos como ella, la joven huérfana se sintió desfallecer, al pensar que seguramente Dios jamás le perdonaría haber bebido de un descendiente del asesino de Abel, el cual había sido condenado por su misma mano – Yo… me he sentido diferente y... y… ¡esto está mal! Deberíais habérmelo explicado antes de imponérmelo. Yo… lo hubiera rechazado. Se que no tengo demasiadas cosas de valor, pero mi alma es una de ellas y… El Altísimo nunca aprobará que desafíe sus leyes de esta manera, no… no deseo ir al infierno – Le confesó con los ojos vidriosos y bastante asustada, sin saber por qué abría tanto su corazón ante el hombre causante de todos sus problemas.

El vampiro parecio verse algo afectado por el contraataque de la joven como si habría recibido un pequeño golpe que lo hizo retroceder. Pero no enfadar para la fortuna de la joven sino que lo dejo medio pensativo. “Yo soy alguien frio, eso ya te lo dije. Mi corazón aunque lo busques ha dejado de latir hace tiempo y es por eso que no deberías esperar ninguna gran emoción de mi parte.” Comento pareciendo sonreir medio divertido por sus ultimas palabras. “Aunque no voy a negar que las busco en otras personas y por ellos estoy atraído a tu persona con esa sensación de vida que me recuerda a un pasado mio.” Comento acercándose de nuevo a ella acariciándola en la mejilla con cuidado deslizándose a los labios de ella. “Soy un líder de mis hombres, alguien justo que cuidara de quien me lo permita simplemente por mi honor.” Termino de decir apartando su mano.

Konrad parecio verse confundido y algo decepcionado ante las palabras que empezaba a usar la joven, aunque finalmente cuando los ojos vidriosos se mostraron ante èl la tomo acercándola indiscutiblemente ante èl. Con fuerza la abrazo en ese momento en un gesto contenedor. “El altísimo no le importan esas cosas. Yo tengo mas de un par de años en esta forma y no he recibido castigo alguno. Igualmente sus supuestas leyes no fueron rotas por mi, ni por quien me convirtió por lo que aunque no lo creas podríamos estar formando partes de sus leyes o de la naturalidad que èl desea en el mundo. Es algo creído por muchos sabios entre nosotros. Pero supongo que a ti no se te ocurrió eso?” comento en lo que parecía como un intento de confortarla. “¿Incluso porque estas segura que hay un infierno al que terminarías yendo solo por beber un poco de mi sangre?” pregunto con lo que parecía curiosidad aunque sus ojos parecían mas atentos en ella.

La joven permaneció en silencio mecida por el apacible ruido de las aguas al golpear suavemente contra la hermosa góndola en la que iban, expectante ante lo que tuviera que decirle el ser de las tinieblas que tenía ante ella. Pero cuando comenzó a hablar su reacción la pilló totalmente por sorpresa, puesto que ni en mil vidas esperaba aquellas muestras de afecto y aquella genuina sinceridad.

Las caricias que le regaló en sus rosadas mejillas la hicieron estremecer, pero no fue nada comparado con lo que experimentó al sentir como la acercaba a su pecho y la consolaba, arropándola con su corpulento cuerpo. En ese momento, la prudencia se esfumó por completo, y por un instante sintió que podía confiar en él y convertirle en el hombro en el que llorar… después de tanto tiempo teniendo que lidiar sola con los terribles sucesos que le habían acontecido y las innumerable emociones que la atormentaban, ese hombre estaba allí para que ella se sintiera segura y protegida, y para evitar que todo su mundo se desmoronase.

-Yo… no sé si hay un infierno, pe… pero quizá sí un purgatorio. El castigo que Dios impuso a Caín por el crimen que cometió, que fue transmitido a sus hijos y a los hijos de sus hijos, y que les obligó a luchar en una guerra eterna hasta morir, o hasta alcanzar la redención. – Dijo sin pensar, deseando con toda su alma ayudar a la criatura que la sostenía, totalmente convencida de que su alma merecía ser salvada.

-Vos… ¿Cómo sabéis que no habéis roto las leyes de Dios por el mero hecho de ser abrazado? No poder caminar bajo la luz que él mismo creó, es una maldición en si misma… Yo.... yo… desconozco qué implicaciones tiene el haber bebido un poco de vuestra sangre, pero ¿por qué creéis que merezco tener ese poder del que me habláis? y… ¿Podría tener influencia en vuestro mundo si así fuera? ¿Tanta influencia como para evitar que la inminente guerra asole Venecia? - Preguntó, arrepintiéndose al instante de haber confiado ciegamente en el, y deseando eliminar de sus labios todo lo que le había revelado en unos segundos, suponiendo que ahora el vampiro ya no podría dejarla vivir.

Continuo abrazándola mientras acariciaba con cariño el largo y suave cabello de ella, escuchando las palabras de ella con mayor interés se veía. “¿Dónde has escuchado eso? Sobre una guerra eterna? Parece una leyenda muy interesante.” Pregunto con un tono calmado como si no terminara de ver la gravedad de las palabras de ella.

“Es mas bien un… inconveniente no poder caminar bajo el sol, incluso hay algunos de los nuestros piensan que tomar la sangre de otros es mas una maldición.” Le devolvió sin abandonar su tono tranquilo como si esto fuera una lección que le estaba dando a ella. “Igual esa es una forma de verlo, como la tuya que crees que hemos roto alguna ley de Dios algo que es raro que no reciba castigo alguno. Pero a través de los años de nuestra existencia nos hemos dado cuenta que formamos parte del plan de nuestro señor…” comento con seriedad haciendo una acentuación extraña al hablar de del dios de ambos. “Hay vampiros que solo se han dedicado a matar, a torturar y alimentarse, pero otros han entendido mejor la función que tenemos en este mundo. No como monstruos sino como lideres sobre los humanos aunque sea en las sombras.” afirmo con seguridad de una creencia firme en èl. "Es algo necesario que los dirijamos para conseguir una armonia. Si no muchos de ellos terminarian volviendose como nuestros hermanos salvajes matandose entre ellos sin avanzar de ninguna forma al futuro. Por lo que hacemos en esfuerzo de liderarlos a pesar que por nuestro inconveniente con el sol, no podemos tenerlos controlados todo el tiempo."

Dicho eso la escucho casi sonriendo divertido ante las implicaciones que daba ella a su sangre. “Hablando con vos me doy cuenta que sos muy inteligente y mas sabia de lo que dejas ver en un principio. Pero lamentablemente tu cuerpo es frágil y eso supuse que sin mi ayuda te llevaría a tu perdición. Por lo que prefiero no perderte…” dijo acercando su rostro a ella besando con delicadeza su mejilla.

“Respecto a tu influencia, no es algo que consigas solo con sangre sino con años de trabajo en tu tierra. Por lo que lamentablemente no tendrías la posibilidad de evitarla, ni yo aunque tengo varias décadas de vida.” Le respondio con frialdad. “De cualquier modo por lo que había escuchado Venecia se mantendría fuera de esta guerra sin importar lo que desee el Cardenal o el Papa.”

Leonor se dejó acariciar mientras el Vampiro la consolaba con su tierno abrazo. No obstante su instinto de supervivencia volvió a reforzar sus convicciones de que quizá era mucho mejor mantener silencio con respecto al libro que había quemado y del cual Konrad no parecía saber nada…. Al menos de momento.

Por todo ello, volvió a centrarse en las explicaciones que le daba, hasta el límite de detenerse un segundo a preguntarle - ¿Por qué os habéis dado cuenta de que formáis parte del plan de nuestro Señor? Y ¿Qué plan es ese al que hacéis mención? Yo… yo soy de la opinión de que la idea de liderar a alguien por ser físicamente superior a él, es un concepto equivocado. El alma de líder no solo es fuerza bruta, sino que viene de la sabiduría, de la experiencia y de la empatía. Pensar que es necesario controlar a otra persona por creerse en posesión de la verdad, es caer en el mismo error de los necios que generan las guerras sinsentido – Afirmó alzando la vista y mirándole a los ojos, a pesar de sentirse totalmente atraída por esos labios que la habían besado.

-Sé que me consideráis inferior a vos. No solo por ser mujer y por no pertenecer a la nobleza, sino porque comparáis vuestra naturaleza con la mía, y dudo mucho que cambiéis de parecer a ese respecto y que dejéis de verme de esa manera. Aun así se que, por alguna razón qe no comprendo, soy algo preciado que deseáis conservar ¿Acaso me queréis como si fuera una muñeca a la que deseáis mantener entre algodones? Durante toda mi vida he sorteado los peligros que se han presentado ante mí… Y aquí estoy… abrazada a vos en esta noche tan bonita. - Expresó con una dulzura infinita.

- Por favor, prometedme que no vais a enjaularme como si fuera un pajarito. Si me cortáis las alas antes de que le encuentre… yo… - Leonor paró en seco ante lo que acababa de decir, tapándose la boca con ambas manos. Jamás había querido mencionar a su hermanito, pero las palabras acudieron a sus labios sin que pudiera hacer nada para evitarlo. ¿Qué pasaría si el vampiro daba con él? ¿Podría usarle para tenerla controlada? ¿O le mataría directamente para no tener que disputar su presa con nadie? La joven no lo sabía, pero en un intento para evitar que inagara sobre Theo, respondió apresuradamente a su última pregunta.

-Venecia quiere mantenerse neutral, pero algunos poderes en la sombra no desean tal cosa y están intentando evitar que así sea. Me preocupa que se salgan con la suya porque amo esta ciudad. Por todo ello, me preguntaba cuán influyente sois vos entre los vuestros como para hacer algo al respecto. - La suerte estaba echada. Tan solo esperaba que no la matara por todo lo que sabía... o algo aun peor.

Los ojos del vampiro se habían quedo en ella, relajándose un poco, hasta parecer que la admiraba como se situaba ella tras cada uno de sus contactos y preguntas. Incluso a pesar que ella había evadido su pregunta siguió sus caricias por la larga cabellera de ella que lo tenía cautivado en ese momento.

“Estoy de acuerdo con vos respecto a lo que necesita un líder para serlo, incluso sobre tu idea de tener humildad en su persona. Todo eso que enumeras es algo importante y que muchos de nosotros que seguimos un mismo camino tomamos como pilares importantes para formar futuros líderes.” Le respondió de nuevo usando ese tono de maestro. “Respecto a tus primeras preguntas ya te he respondido, nuestras capacidades a pesar de los inconvenientes que tenemos superan al humano normal por mucho en la mayoria de los casos. Aunque no lo digo solo en un término físico, sino en uno intelectual y espiritual ya que las años de vida en los que terminamos superando a muchos humanos nos vienen con mucho conocimiento y experiencias. Algunas cuales los humanos no podrían vivir en toda su vida.” Le explico cambiando su mirada hacia las casas que rodeaban el canal mientras la joven volvia a hablar.

Aunque no pudo evitar mirarla cuando se comparo con una muñeca mirándola con algo de cansancio. “Todo eso que nombras carece de importancia en mi, mi trato puede ir cambiando con el tiempo incluso mejorando bastante mientras mas te vaya conociendo porque como dije antes siento que dentro de vos tienes mas de lo que muestras.” Le termino diciendo empezando su rostro a ella para susurrarle mas cosas. “No necesito una muñeca sino una mujer con algo de decisión e inteligencia.”

Entonces llego el momento que las mentiras o el ocultamiento de la pequeña fue demasiado obvio para el vampiro el cual en su interior había llegado a su limite. Centrando su mirada en la de ella sonrio con cariño. “Dime todo. A quien tienes que encontrar y por razon?” pregunto aunque su primera palabras fue acompañada por una orden mágica que no podía rehusar.

Sin embargo por lo que seguía escuchando a quien buscaba no era lo único que le estaba ocultando sino algo que bien podría ser de una importancia mucho mayor. “Antes que pueda responderme quisiera que me dejaras en claro. Que escuchaste y a quien viste hablar de tu querida Venecia. Contéstame esto y veré que puedo hacer.” De nuevo aunque la voz está siendo calmada, una orden específica se encontraba escondida en sus palabras. Con eso empezaría a ver la suerte que correría ella con aquel señor que tan cerca la tenia ahora mismo.

Continuó abrazada a él, sintiéndose arropar por sus caricias, hasta el punto de decirse a sí misma que tendría frio si se separaba de él, para justificar su cercanía. Adoraba la forma en que acariciaba sus rizos y aquella voz profunda que la mecía aun más incluso que las olas que cortaban los remos del gondolero en medio de la hermosura de esta plácida noche estrellada.

Leonor nunca pensó que el vampiro pudiera darle la razón en cuanto a las capacidades necesarias para liderar, y por ese motivo reflexionó ante las respuestas que le daba acerca de la importancia de la edad a la hora de adquirir sabiduría, puesto que ciertamente tenía sentido. No obstante también recordó a aquel anciano en la torre de los guardias al cual respetaban más por el hecho de ser mayor que porque realmente tuviera algo interesante que compartir, y se dio cuenta que, a pesar de sus argumentos, aquellos axiomas eran una forma más de justificar la supremacía de las criaturas de la noche frente a los humanos. – Lo entiendo pero espero que comprendáis que no siempre es así, puesto que ciertos jóvenes pueden superar con creces a personas que les triplican la edad, teniendo los medios y la inteligencia necesaria para ello.

Pero entonces, tras la confesión que el hombre le hizo sobre que necesitaba a una mujer decidida e inteligente a su lado, la joven huérfana volvió a ruborizarse por su cercanía al tiempo que le miraba con timidez, esperando con temor su respuesta ante la pregunta de si la encerraría. Lamentablemente, Leonor había hablado demasiado sin saberlo, y su voluntad se vio forzada por un poder invisible que trató de arrancar la verdad de sus labios a pesar de sus desesperados intentos por impedirlo. – Yo no… no puedo decíroslo. Yo…. – se resistió agitando la cabeza a ambos lados, en un primer momento antes de que los muros que protegían su mente se desmoronaran – Yo… he de encontrar a mi hermano Theo, quien me lo ha enseñado todo y siempre me ha protegido hasta que me dejó una nota donde afirmaba que estaba a punto de conseguir una vida mejor para ambos y que pronto volvería a buscarme – Respondió con los ojos muy abiertos, dándose cuenta de todo lo que había revelado contra su voluntad, mientras sus ojos se empañaban ante la impotencia de verse totalmente sobrepasada.

-Escuché una reunión secreta de Vampiros penada con un terrible castigo a quien divulgara la información que se expusiera – Continuó, mientras dejaba caer sus hombros, abrumada por la pena y u creciente miedo que casi no la dejaba respirar – En ella una noble mujer con el título de “la príncipe de Ravena” proponía al príncipe de esta ciudad y al resto de los presentes que inclinaran la balanza en favor del emperador para quitarle poder a la iglesia, mientras que el resto sugería mantenerse en la neutralidad o informarse antes sobre la opinión de los mortales. La dama finalmente declaró que los mortales no eran importantes y entonces le entregó un pergamino a uno de los presentes que tenía la cara deformada, para que le echara un ojo a las personas que aparecían en él – Continuó, cayendo ahora en la cuenta de que quizá esa lista estaba directamente relacionada con la que ella tenía en su poder – La reunión finalizó cuando el príncipe les informó que podrían darle una respuesta sobre la decisión que tomarían en su eliseo en los próximos días…. Por favor os ruego que mi muerte por estar en el lugar y momento equivocado sea indolora, aunque os pido a cambio que hagáis todo lo posible para que las ideas del vampiro enfermo de la máscara triunfen frente a los deseos de la príncipe de Ravena y que Venecia no vaya a la guerra. - Le imploró, aun abrazada a él, mientras sus lágrimas finalmente surcaron sus sonrosadas mejillas.