Partida Rol por web

El sabio negó con su cabeza ante la idea de tenerla como aprendiz, sus ojos dejando de posarse en ella como si esperara algo. Tras un largo silencio que parecio deberse a una pregunta que estaba formulando en su cabeza. “¿Tu hermano tenia el mismo don?” pregunto finalmente mirando de costado a Rea.

Mientras la supuesta joven sonreía divertida ante el agradecimiento inclinando la cabeza en agradecimiento. “Nunca me han dicho algo asi, pero debo declinar la oferta ya que no soy a quien buscas. Si tu interés es genuino deberías buscar en Lilith una guía, aunque no es algo que esperes que los demás vampiros acepten.” Le comento con una sonrisa cómplice al sabio.

“No tienes nada que agradecer. Es simple hospitalidad de nuestra parte, algo importante en estas noches aunque no todos los vampiros lo tengan en cuenta….especial con un ghoul.” Respondio quitándole algo de importancia a las palabras de ella.

Leonor miró algo asustada al sabio Vinay cuando este le hizo aquella pregunta. No entendía qué era lo que esperaba de ella pero tampoco comprendía por qué había mencionado a su hermano, por lo que algo temblorosa respondió.

-¿ Por... Por qué os referís a él en pasado? ¿Acaso sabéis algo que desconozca? Yo... ¿Acaso sabéis que está muerto y no me lo habéis dicho?- preguntó por fin antes de añadir - que yo sepa Theo no sufre mis males... O al menos nunca me lo ha dicho - finalizó antes de dirigirse hacia Rea de forma totalmente respetuosa.

-Igualmente os agradezco todo lo que habéis hecho por mí. Sé que no soy nada más que una Ghoul y que os estoy causando muchos problemas - afirmó aunque con algo de tristeza en la voz. Aún no entendía la gran diferencia entre vampiros y humanos y por más que lo intentaba no podía quitarse de la cabeza el pensamiento de que si las cosas fuesen diferentes, le hubiera gustado ser su amiga.

Vinay negó con calma, mientras Rea suspiro tal vez comprendiendo mejor el error del sabio. “No se nada de tu hermano, yo me exprese de esa manera porque me es mas comun. Seguro te habras dado cuenta que mi idioma madre, asi que me disculpo si entendiste algo malo con mis expresiones.” Dijo el sabio que inclinaba la cabeza tras escuchar la respuesta de ella. “Si…puede que no sea como vos.” Parecio concluir tras pensar un poco su respuesta.

Rea sonreía de costado a las palabras de ella. “Es cierto nos causas muchos problemas, pero la curiosidad nos puede a ambos. A demás de que respetamos las ordenes de nuestro gran Príncipe.” Comento ella con cierto respeto ante este vampiro que parecía el líder de todos ahí. “Igual siento que solo ves lo negativo de tu situación. Acaso no ves algo bueno en formar parte de nuestro reino?” pregunto curiosa a la joven que parecía notar la tristeza de ella.

La hermosa niña humana respiró aliviada ante la rectificación del sabio Vampiro y se sorprendió de nuevo por su disculpa. Nunca había esperado ese trato ni de nobles ni de eruditos, y estas criaturas de la noche le habían mostrado más respeto que nadie en toda su vida. Por todo ello volvió a sonrojarse al tiempo que le respondía con timidez.

- Lamento mi respuesta exagerada. Desde que Theo desapareció suelo alterarme con todo lo que se refiera a él y no caí en el detalle ideomafico. ¿De dónde sois? - preguntó con educación recuperando la compostura.

Finalmente cuando Rea le realizó aquella pregunta, su rostro volvió a pincelarse con hermosas tonalidades rosadas. Ella no había querido ofender a los presentes mostrando su descontento, aunque su situación y la de las criaturas de la noche era totalmente diferente.

- Vuestro reino es fascinante y embriagador pero...Yo... Aún desconozco muchos aspectos de mí actual situación e ignoro cuales son mis límites y obligaciones. Antes, a pesar de mi pobreza, no debía rendir cuentas a nadie salvo al viento y de repente he de obedecer a mi Domitor y rendir pleitesía a nuestro gran príncipe y a sus súbditos... Son demasiadas cosas que asimilar... Aunque supongo que tan solo necesito tiempo... Si este me es concedido - afirmó con gran respeto, temblando ligeramente al saber que posiblemente pronto tendría que hablar con ambos Vampiros que habían compartido intensos momentos íntimos con ella.

“De las tierras del sur, me crie cerca de la Alejandría. Aunque termine viniendo hasta estas tierras unas décadas luego de mi conversión.” Respondió el sabio que extrañamente no solo se disculpaba sino que respondía a sus preguntas con menor problema que otros vampiros. Aunque tal vez por el intercambio de información que este lograba.

La joven pálida la miro con curiosidad en especial cuando la escucho hablar de su reino. “Antes no te dabas cuenta o negabas a quien debías rendir cuenta pequeña. Todos rendimos cuenta a alguien incluso los pobres de los canales…la diferencia es que un error en ese caso generalmente termina en muerte.” Comento la joven con cierto tono educativo haciéndose ver como si supiera mas de la vida de la calle. El sabio parecía apoyar las palabras de ella e incluso te hacia recordar a la discusión que tuvieron antes.

“El tiempo se te ha sido concedido y es mucho mas de lo que te imaginas ya los ghoul pueden vivir muchos años. De Vinay escuche que hasta pueden vivir 100 años…” le comento divertido seguro buscando su reacción. “Así que tiempo tienes. El problema es que no vives una vida tranquila para durar tanto.” Comento acercándose a ella y acariciándola en la cabeza al verla temblar de esa forma. "Espero no este siendo mucho para ti, que podemos dejarte para que descanses y asimiles todo." sugirio.

A Leonor le hubiera gustado poder visitar aquellas tierras lejanas y se preguntó si alguna vez tendría ocasión de hacerlo. Ver como aquel sabio satisfacía su curiosidad y le daba conversación, era algo que aun le extrañaba, pero a lo que estaba empezando a acostumbrarse dándose cuenta de lo enriquecedor que aquello le resultaba.

Rea, por su parte, trató de hacerle ver lo confundida que estaba al sentirse libre cuando no lo era. No obstante todo aquello la joven huérfana lo sabía muy bien, aunque las autoridades jamás se hubieran tomado las molestias en hacerle un mínimo de caso. La vida en los canales era dura, e importunar a la persona inadecuada era una sentencia de muerte o de algo peor, pero ella aun era muy joven como para haber molestado a nadie hasta ese punto… o al menos así lo creía hasta ahora, donde un extraño desconocido había intentado que los guardias la cazaran en la mansión Ziani.

-¿Más de 100 años? – Preguntó incrédula cuando escuchó aquella alusión en referencia al tiempo – No no…. está bien. Me adapto rápido por lo que estoy a vuestra disposición para lo que preciséis – Respondió educadamente esperando saber qué era lo que los dos vampiros deseaban hacer ahora con respecto a ella, a pesar de que la herida aun le dolía bastante.

“Si, yo he conocido algunos de esas edades. Sin duda individuos interesantes.” Comento con una sonrisa tranquila mientras la seguía acariciando en la cabeza. “No necesitamos mucho de ti para impedirte que duermas un poco para curar tu herida.” Afirmo la joven pálida aunque su mirada fue hacia el sabio que por un momento parecía distraído con sus libros.

“Aunque si quieres ayudarnos…puedes seguir con el trabajito de reescribir el libro de Nod. Aquello es algo que le prometiste a Vinay, aunque me ha contado que parece costarte hacerlo. Lo que es muy curioso.” Comento la joven pálida que llamaba al guardián de Vinay y le pedía papel y pluma. “¿Estarías dispuesto a hacerlo?” pregunto con curiosidad haciéndole sentir un escalofrio a la pequeña que recordaba las varias ocasiones donde eso parecio costarle hasta cierta parte de su memoria.

Las caricias que recibió en la cabeza la reconfortaron, mientras las palabras dulces de la chica parecían mecerla en aquel oscuro lugar, que le había parecido tan tétrico la primera vez que lo pisó. Leonor asintió al recibir la petición de que debía descansar para curar sus heridas, aunque alzó la cabeza inmediatamente al escuchar que Rea volvía a pedirle que escribiera aquellas páginas malditas, del libro que tanto daño le causaba sin motivo alguno.

Ante la pregunta directa que le realizó, la dama de cabellos de fuego no pudo sino asentir con un temblor, mientras aceptaba el papel y la pluma que le tendía. Ella no deseaba mentir a la peculiar pareja de enamorados, por lo que, antes de dedicarse a la tarea que le habían encomendado, la damita de cabellos de fuego afirmó – Yo… ojalá pudiera terminar el encargo cuanto antes. No… No entiendo por qué, pero en el momento en que comienzo a escribir, algo malo pasa. La última vez perdí la noción del lugar en el que estaba y me encontré en otro sitio junto a personas diferentes y… y mis recuerdos se ven alterados por visiones extrañas que me dejan totalmente agotada e incluso me hacen perder la consciencia. – Declaró algo colorada – Yo… cumpliré mi promesa, pero confieso que me da mucho miedo y no sé qué ocurriría si permaneciera mucho tiempo seguido realizando la tarea de transcribir el libro de Nod.

“La tarea que de reescribir el libro de Nod no es una fácil, no debería serlo ya que nuestro señor Cain la escribió dejando que todo su ser se volcara en cada palabra.” Afirmo el sabio que se acercó a ellas. “No es algo que debería ser sencillo de replicar por cualquiera. Todos los que lo hicieron fueron cambiados de alguna manera, afectados por lo que escribían. Es algo que te comente antes que empezaras, antes que supiera de tu extraña empatía.” Comento pareciendo pensativo en algo mas.

“Aunque lo que me cuentas es algo interesante que quisiera probar…deseo ver que pasaria ahora, si simplemente te desmayas o tal vez eres poseía de alguna forma.” Dijo el sabio que parecía lejos de impedir a la joven volver a escribir. “Además la posibilidad saber que es lo que vez ante la parte que sigue me llena de intriga.” Sin duda podías ver interés en los ojos oscuros del vampiro.

Tras esas palabras la mujer continúo acariciándola y mirándola con seriedad, guardando un silencio que no se oponía a las palabras del hombre.

Leonor escuchó las palabras del Sabio y supo que la curiosidad de éste estaba más allá de su propia seguridad. Sabía que posiblemente, herida y cansada como estaba algo malo le ocurriría, pero por la gratitud que les debía y por su compromiso, no podía negarse, por lo que, temblorosa, asintió y colocó con sumo cuidado el papel frente a ella y comenzó a escribir algo reconfortada por las caricias de Rea.

La escritura comenzó como siempre aunque con mayor temblor que otras veces estando expectante de las visiones que se disponía a tener en ese momento.

Según sus recuerdo estaría en el punto donde angeles empezarían a aparecer frente a Cain y en consecuencia frente a ella también aunque extrañamente aunque ella esperaba algo no sentía nada raro en la escritura que hacia e incluso levanto la mirada para encontrarse con el mismo escenario que vio antes de bajar la mirada. Al menos asi fue tras escribir de los tres primeros angeles y las maldiciones que impusieron sobre Cain, pero fue cuando escribia sobre el relato de Gabriel que sintió algo extraño en la sala.

Alzando de nuevo la cabeza los notaba a todos los presentes quietos, pero también apartados de ella y pronto vio un nuevo inviduo aparecer por el pasillo. El hombre era algo que en su vida nunca habia visto ya que parecía un ser totalmente perfecto que irradiaba un aura que lo hacia mas grande pero no mas temible sino cautivador. Sus rasgos a pesar de ello parecían mortales de un hombre rubio de una edad cercana a los veinte y algo mas.

El hombre la miro con calma y una parte de amor que reflejo cuando acaricio su herida que en ese momento dejo de molestarle. Sin embargo el ser no termino con eso pasando por la cabeza de ella sacándole mucho del cansancio y nervios que tenía.

“¿Porque me has traído aquí?” pregunto el ser antes de fijarse con la mirada lo que ella escribía. “Ya veo…ten el mayor de cuidado con ello. En ese libro se encuentra el futuro de este mundo que habitas y fin de todo. Leerlo puede ser tentador pero no es algo que debería ser hecho, por nadie mas que su autor.” Comento con una voz tranquila a pesar de lo que le advertía a ella.

Estuvo a punto de marcharse, pero de pronto se detuvo como si recordara algo de repente. “La Golconda es verdadera. Soy la prueba de ello.” Dicho eso lo observaste desaparecer frente tuyo. Entonces todo volvió a la normalidad justo en el momento que habias terminado de escribir la despedida de Gabriel.

Leonor comenzó a escribir, bastante temerosa de lo que vendría a continuación, aunque no pensaba decepcionar a aquellas personas que habían sido tan amables con ella.

Cuando sus manos trazaron surcos de tinta en el papel, su primer pensamiento fue imaginar ángeles enfadados mientras Cain rechazaba su ofrecimiento ¿Qué no le harían a ella por interceder en medio de una historia que no le pertenecía? Sin embargo y contra todo pronóstico, la joven pelirroja fue testigo del ser más hermoso e impresionante que sus azulados ojos jamás habían contemplado. Tanta fue su sorpresa, que permaneció totalmente quieta, con la boca abierta, víctima de la majestuosa visión que tenía ante ella.

Quizá fue por ese motivo, que no pudo articular palabra cuando la hermosa criatura se acercó amorosamente hacia ella y alivió todos sus males con un simple roce de sus dedos. Quiso decirle tantas cosas, explicarle que ella no le había invocado, que estaba siendo obligada a escribir aquel libro y que sentía mucho cualquier mal o molestia que estuviera causando, pero simplemente no fue capaz…

Sus últimas palabras llenaron su alma de una forma que no fue capaz de explicar y, cuando desapareció ante ella, unas cristalinas lágrimas de esperanza se deslizaron por sus rosadas mejillas, y no pudo evitar pensar que le hubiera gustado que aquel ser la abrazara. Entonces, alzó el rostro del papel para mirar a ambos vampiros,una vez que terminó de escribir la historia de Gabriel, y sus ojos se iluminaron como nunca antes lo habían hecho.

-Ha sido tan hermoso… - murmuró, y una sonrisa dibujó sus facciones mientras se tocaba el lugar donde antes había estado su herida, hasta retirar las vendas lentamente.

Sin duda las palabras de Leonor junto a sus lágrimas dejaron algo impresionados a los vampiros que tardaron en decir palabras ante tu expresión. Se vieron entre ellos un rato como si hablaran entre ellos solo con las miradas pero finalmente fue el sabio quien intervino.

“¿Que fue hermoso?” pregunto Vinay que dejaba ver mayor interés en sus palabras de lo que comúnmente se veía. “Cuéntanos lo que has visto, cuéntanos todo sin dejar un detalle.” Le apuraba el sabio buscando como siempre respuestas.

La joven pálida que estaba más cerca se encontraba leyendo lo que habías escrito pareciendo abrir bien los ojos al ver lo que estaba en la hoja. “Angeles…habrá visto angeles. Es posible?” pregunto la joven al sabio que se quedó meditando un rato.

“Es posible, aunque también puede que haya visto algo parecido a un angel. Sabes el poder que posee el libro y nuestro señor Cain.” Respondio el sabio con cierto orgullo, aunque por su lado la joven no se veía muy contenta con su respuesta.

La jovencita terminó de retirarse las vendas para dejar al descubierto ante los presentes que su herida había sido totalmente curada. Entonces se vio avasallada por las preguntas de los Vampiros, los cuales habían quedado totalmente conmovidos ante sus palabras.

No sabía si el majestuoso ser que había aparecido ante ella era Gabriel o algo parecido a un ángel, aunque por las últimas palabras que le dedicó sobre la Golconda y por lo que había leído en el libro de Nod, estaba casi convencida de que no era un ser celestial, sino alguien diferente.

Durante un segundo, se encontró deseando poder volver a ver a esa magnífica criatura que se había acercado lentamente por el pasillo y que había acariciado su herida y su cabeza amorosamente, eliminando todo el dolor y el cansancio de golpe. Lamentablemente era muy poco probable que su destino volviera a cruzarse con el del cautivador hombre rubio, pero no perdía nada por soñar un poco.

-Si os lo cuento todo ¿Prometéis no decirle nada al príncipe o a mi Dómitor sobre mis visiones? – Les tentó, dispuesta a gastar su última baza para evitar que nadie más descubriera su secreto.

Los vampiros por más atentos que se presumían no se dieron cuenta de la curación que había recibido la pelirroja, asombrándolos aún más mientras observando que tras las vendas recién puestas por el sabio.

Sin embargo la curiosidad sobre la herida dejo de existir cuando escucharon la propuesta de ella. El sabio pareció fijar su mirada en ella como si estuviera irritado, mientras la joven pálida sonrió una sonrisa chica. Tras unos segundos ella acepto afirmando con la cabeza y más tarde Vinay se unió, eso también incluyo al guardián que aunque se había encontrado en las sombras callado hace tiempo seguía estando ahí.

“Tienes nuestro silencio, pero espero toda tu sinceridad ahora mismo. Porque si siendo que nos escondes algo…” comento el sabio dejando que la imaginación de ella completara su advertencia.

Leonor suspiró aliviada. No esperaba que finalmente tanto Vinay como Rea y el guardián decidieran mantener silencio con respecto a su extraño don para ver espíritus. Aun así, no pasó por alto el hecho de que el Sabio se había irritado con su petición, aunque según ella estaba lo suficientemente justificada como para que no le sorprendiera lo más mínimo que la hiciera.

-Está bien. Contaré todo lo que vi con detalle para evitar que nadie más sepa que veo espíritus. No se las repercusiones de esta visión, aunque considero que sois lo suficientemente sabios como para tratar dicha información con el sumo cuidado – Dijo aceptando el trato antes de continuar.

-Mientras escribía alcé la cabeza durante un segundo y vi a un hombre rubio, de unos veinte años de edad aparecer por el pasillo, desprendiendo un aura cautivadora que me impidió articular palabra. Entonces se acercó a mí y acarició mi herida, que en ese momento dejo de molestarme. También tocó mi cabeza y dejé de estar cansada. Entonces me preguntó por qué le había traído aquí y luego, tras mirar lo que escribía, pareció entenderlo. Me advirtió que debía tener el mayor cuidado con ello porque en ese libro se encuentra el futuro de este mundo que habito y el fin de todo. Leerlo puede ser tentador pero no es algo que debería ser hecho, por nadie más que su autor. – Citó casi textualmente.

Tras ello la jovencita se detuvo unos segundos para ver la reacción de los presentes antes de continuar – Luego quiso marcharse, pero antes de ello, se detuvo unos momentos y me dijo: “La Golconda es verdadera. Soy la prueba de ello.” Justo antes de desaparecer, como si nunca hubiera estado allí.

Los vampiros esperaron con paciencia a que ella empezara a contarles lo que habia visto. Por lo que en silencio esperaron con ansias en sus ojos como si fueran niños esperando por historias de un anciano, algo irónico al verse los verdaderos estados de cada uno.

Entonces cuando la joven termino ambos vampiros se vieron el uno al otro y devuelta a joven pareciendo incapaces de decidir quién sería el primero en habla de nuevo. “Suena como un cuento que una joven enamoradiza inventaría o una noble adulta imaginaria que le pasara para no pensar en su esposo feo. Digo con eso del hombre rubio y hermoso…” Fue el primer comentario de la joven que tenia algo de humor pero parecía empezar algo con el Sabio.

“¿Porque inventaría algo asi de repente? Ademas esta la prueba de su herida curada y se ve algo menos palida que cuando vino.” Comento el sabio concentrándose en lo serio del asunto. “Hay mucho que sacar en esa visita, si bien podemos suponer que es un angel en principio sus palabras finales insinúan otra cosa pero entonces porque se sentiría invocado?” reflexiono en vos alta.

La chica fue hacia la hoja que habia escrito la joven. “No decían muchos de los tuyos que los angeles no existían sino que eran seres especiales que gente inculta relaciono con los ángeles. Aunque este caso seria las palabras de Cain quien lo invoco.” Comento uniéndose a la reflexión.

“Hay muchas teorías entre los mios y las tuyas no se quedan fuera con las teorías. Aunque si se supone que fuera uno de ellos y un vampiro en otro momento entonces esto es algo sin precedentes.” Comento sacándose la máscara y dejando su cara al descubierto frente a Leonor. “No eres lo que esperaba sino algo mejor.” Comento el sabio que ahora mas que antes parecía mirarla como un posible espécimen.

La jovencita de cabellos de fuego les relató casi de memoria todo lo que había visto y sentido, mientras pensaba cada vez más en que posiblemente aquel hombre rubio no fuera Gabriel, sino alguien totalmente diferente. No estaba muy segura de por qué, pero por lo que había leído del arcángel, no concordaba con las palabras que aquella fascinante y cautivadora criatura le había dedicado, aunque por supuesto, no podía estar totalmente segura.

Entonces, permaneció en silencio frunciendo un poco el ceño cuando ambos vampiros comenzaron a hablar e incluso cuestionar sus palabras. Sin poder evitarlo, se sintió algo ofendida puesto que ella no les había mentido en nada aunque, por otro lado, no resultaba nada raro que pudieran pensar que así había sido, por lo que finalmente se relajó y agradeció que no usaran sus poderes para obligarla a corroborar su historia o algo peor.

Pero de repente, cuando el sabio Vinay se quitó la máscara y se acercó a ella mostrándole de nuevo su rostro carente de vida y mirándola como si se tratara de uno de sus experimentos, la damita palideció aun más mientras sus azulados e intensos ojos le sostenían la mirada, justo antes de responder – Espero que eso no signifique nada malo para mí. Aun tengo vuestra palabra de que no diréis nada sobre mis conversaciones con los muertos, pero os ruego que evitéis causarme daño cuando investiguéis con mi persona. – Le pidió, algo temerosa de que así fuera.

Los ojos oscuros casi muertos del hombre la miraban fija, lo peor era notar como no pestañaba recordándole cada vez mas a un cadáver.

“Tienes nuestra palabra.” Repitió pareciendo un poco molesto. “Respecto al mal que piensas que te haremos, no es algo que debes preocuparte. No hay necesidad de lastimarte en ninguna forma para conseguir información de ti, eso ya lo comprobamos por lo que no tienes que temer.” Le informo el sabio con un tono nada amistoso.

De pronto sentiste la caricia de la joven pálida “Se ha vuelto de nuevo algo pálida, tal vez la curación de ese ser no dura mucho.” Comento la joven llamando la atención de ambos. “Tal vez lo mejor seria terminar esta reunión por el momento, aunque me encanta tu compañía Leonor. Tenemos mucho que pensar y vos tal vez quieras ir con alguien mas esta noche.” Comento dándole una posibilidad de irse a la pelirroja.

Leonor se mordió el labio inferior al darse cuenta de que había ofendido al Sabio Vinay. Tragó saliva mientras él le replicaba sin disimular su molestia, sabiendo que esta vez tenía motivos para estar enfadado.

Cuando Rea la acarició, la jovencita no pudo evitar sobresaltarse. No obstante, el tiempo que la vampira habló, intentando darle una elegante vía de escape fue suficiente para que se recompusiera, y pudiera emitir lo más parecido a una disculpa que pudo, dadas las circunstancias.

-Siento si os he ofendido, sabio Vinay. No era mi intención. Es solo… que aun me cuesta un poco permanecer imperturbable al ver vuestro rostro. Os confieso que me produce cierta impresión y a veces son mis temores los que hablan, pero os prometo que haré lo posible para que no vuelva a pasar – Afirmó con sinceridad, agachando un poco la cabeza.

Acto seguido se giró hacia Rea para sonreírle con franqueza – Os agradezco de nuevo todo lo que habéis hecho por mí. A mi también me gusta vuestra compañía y sería estupendo poder volver a vernos pronto. No os preocupéis que estoy bien. Si he palidecido no ha sido porque la curación haya fallado – Le confesó, poniéndose algo más colorada de la vergüenza – Llamadme siempre que lo necesitéis – Finalizó, dándole un tierno abrazo sin llegar a pensar el por qué lo hacía.

Con cuidado, volvió a colocarse las vendas, aunque esta vez para afianzar su disfraz de muchacho. Estaba lista para dejarles a solas. De seguro tenían mucho de qué hablar, y ella debía encontrar a Naywa antes de volver con Konrad. Estaba bastante preocupada por el destino de la que se había convertido en su mejor amiga en tan poco tiempo.