Partida Rol por web

Elio no supo bien cómo responder ante las palabras de Leonor, viéndose algo incómodo como si ella hubiera acertado al menos en una de sus suposiciones. “Fue un error, pero uno comprensible Lady Leonor. Si tuviera un familiar perdido y me encontrara a alguien parecido también habría reaccionado de la misma manera.” Empezó a decir sin soltar su mano. “Eso es algo que me plantee luego de nuestro encuentre y por eso quería disculparme por mi dura reacción…junto a las palabras que le dije hace nada.” Comento acercándose mas a ella y susurrando sus ultimas palabras.

Pero pronto se concentró en la copa que había recibido tomando de ella y manteniendo cierta distancia mas adecuada con Leonor. “Claro que lo haría, pero mi trabajo roba mucho de mi tiempo y en verdad no sé cuánto tiempo me quede en esta ciudad.” Respondio dando una leve mirada a Hypatia como si señalara de quien era en verdad la decisión. “De cualquier forma cuéntame de èl.” Dijo educadamente pareciendo genuinamente curioso con lo que diría ella.

“Oh me disculpo entonces.” Dijo ante su falta de información, asintiendo pacientemente a la explicación de ella. Cuando ella contesto su siguiente pregunta el hombre dejo un leve gesto de sorpresa salir de su persona. “Ya veo, es algo habitual lamentablemente. Ya sabe con la edad que tienen algunos…lo hace mas difícil relacionarse con ellos.” Comento casi susurrándolo por respeto.

Al ver como Gianna llamaba a su tio, el sacerdote la miro y sonrio. “No tiene que molestarse en ello. Pero bueno si a la dama no le molesta hablare con su tio por el momento.” Comento inclinándose con respeto y yendo al encuentro con el tio de ella que rápidamente la excuso a ella, emprendiendo una rápida conversación con el sacerdote.

Dejando con eso libre a la noble para que fuera con alguna de las parejas o a la mesa para tomar tiempo para ella sola.

Leonor no sabía muy bien por qué Elio no soltaba su mano, pero aquella sensación le gustaba, por lo que se dejó hacer mientras él se acercaba aún más, susurrándole palabras para que tan solo ellos dos las escucharan. Era como si el Theo que ella conocía estuviera tomando el control, puesto que esa situación se había repetido entre ambos en un sinfín de ocasiones en el pasado, cuando él la protegía de cualquiera que pudiera hacerle daño.

-No tenéis que disculparos. Es normal que os sintierais incomodo – Le respondió permitiéndole la cercanía, y sin sentirse incomoda en absoluto. Asimismo, cuando se retiró ligeramente para darle un sorbo a su copa, la damita le miró con una sonrisa encantadora.

-Es una pena que tengáis que partir tan pronto, justo ahora que nos conocemos, pero con gusto os contaré sobre Theo. – Comenzó al tiempo que ordenaba sus pensamientos durante un par de segundos y se acercara a él para hablar en susurros y que nadie pudiera oír lo que decían.

-Mi hermano es alguien especial. Desde que recuerdo, siempre me ha protegido de todo. Veréis yo… no he tenido mucha suerte en la vida. Perdí la memoria cuando era niña, posiblemente debido a una situación traumática, y mi hermano me cuidó todos estos años. Fue él quien decidió que nos escapáramos del orfanato cuando el dueño quiso venderme como mera mercancía, y estuvimos malviviendo en Venecia hasta que un día me dejó una nota en la que me comunicaba que había encontrado una oportunidad para que ambos pudiéramos tener una vida mejor, e incluso nadar en la opulencia. En dicha nota me pidió que no le buscara, y que se reuniría conmigo lo antes posible, pero han pasado varios meses desde entonces. – Afirmó con un suspiro de pesar.

-Estoy segura de que Theo jamás me hubiera dejado sola, por lo que algo le ha tenido que ocurrir. Yo… he tenido horribles pesadillas. Creo que son memorias de mi pasado que intentan aflorar, y sospecho que todo tiene que ver con este medallón – Dijo mostrándole el escudo heráldico de la familia, esperando de todo corazón que aquello pudiera hacerle recobrar el sentido, puesto que si alguien podía saber algo sobre su familia era él.

– Perdonad… no sé por qué os cuento todo esto. Supongo que por lo gentil que estáis siendo conmigo y porque percibo la pureza en vuestros ojos.

Todo estaba saliendo bien, más alla de que a la señora griega le diera por faltar a todos los protocolos posibles. Gianna le dijo a Karsten que podía estar tranquilo.

-Sentiros como en casa.

La sonrisa coincidía con sus gestos y la bienvenida que les daba era genuina, especialmente porque ella sabía de dar ese tipo de eventos pero aún más porque Leonor estaba hablando con su hermano y de alguna manera ese era el propósito de aquella cena.

No se movió de su lugar, no quería incomodar a nadie y no quería incomodarse a ella misma iniciando una conversación con alguien y después arrepentirse de ello. Bebió de su Copa lentamente, no quería beber de más, tenian que estar alertas todos.

El joven se quedó tomando de su vino, esperando paciente a que ella hablara y cuando ella empezó se quedo escuchando atentamente. “Espera…eres una huérfana de la calle?” pregunto en medio del relato y la razon en parte era porque no se imaginaba por como vestia que fuera lo que decía. Aunque eso lo pregunto en un espacio que le dio ella.

Miro el amuleto y parecio observarlo sin demasiada estima como si un recuerdo malo pasara por su mente en ese momento. “Ya veo…” fue su único comentario, dejando de darle mayor importancia al medallon.

Nego con la cabeza. “Es normal, fue educado muy bien por Hypatia para ser gentil con la gente que conozco. Es una de las cosas que le agradezco.” Comento mirando de costado a la griega y sonriendo con mas facilidad. “Respecto a decirme puro lo agradezco, pero no se si en verdad lo sea como pareces imaginar.” Le devolvió como si fuera una advertencia a ella.

La jovencita se sorprendió al ver que lo que más impactara en su interlocutor fuera el hecho de que ella fuera pobre. No obstante, aquello no eliminó la sonrisa de su rostro sino más bien todo lo contrario – Bueno, técnicamente ya no soy de la calle, puesto que de otro modo no estaría cenando en la mansión Scarpati ¿No creéis? – Le preguntó con un guiño mirando a su querida amiga con cariño - Al igual que vos, he tenido suerte y me he visto rodeada de personas que me quieren… y a pesar de que la ausencia de Theo sea dolorosa, me siento muy afortunada. Espero que el hecho de no poseer riquezas propias no os importune.

Cuando él contempló el amuleto sin mostrar reacción alguna, Leonor se sintió decepcionada en su interior, puesto que esperaba que la heráldica o incluso la frase inscrita en él, pudieran avivar los recuerdos de su hermanito. A pesar de ello, no se desanimó, decidiendo realizar un enfoque diferente a la conversación que mantenían.

-Jajaja, agradezco entonces vuestra gentileza, aunque ¿Estáis seguro de que me conocéis? Quizá necesitéis algo más que un par de encuentros para ello. - Le susurró con picardía tratando de bromear ante el hecho de que supuestamente tan solo se habían visto dos veces en total.

– Decidme ¿Cuánto tiempo hace que estáis junto a lady Soiledis? Tenía entendido que no hace mucho que reside en Venecia y me encantaría conocer vuestra historia si no os importuna. – Le preguntó con genuina curiosidad, pero siendo lo suficientemente respetuosa como para no forzarle a nada si no quería.

Nego ante su pregunta aun cuando era claro que la joven no esperaba una respuesta de su parte. “No me importa tu origen, es algo que compartimos y no pienso olvidar. Solo me sorprendió que lo fueras. No se como hacerlo sonar bien…pero no pareces alguien de la calle.” Comento el joven que parecio echarle un nuevo gran vistazo para medirla. “Me alegra que hayas tenido esa buena suerte y que lady Scarpati te quiera asi como dices.”

El hombre la miro algo extrañado por la broma y tras un rato incomodo también sonrio divertido junto a ella. Aunque no evito dar una mirada a donde estaba Lady Soiledis. “Es cierto que no la conozco, pero creo que ahora parece que nos podríamos llegar muy bien si es que mi Lady decide visitar esta mansión de nuevo.” Comento entonces mirando al sacerdote que había empezado a hablar con el viejo mayordomo.

“El tiempo suficiente para admirarla mucho…” declaro con la vos mas clara como si quiera marcar un punto antes de volverla a ver a Leonor. “No reside hace mucho aquí y probablemente no este mucho en esta ciudad. Venecia ha sido cruel con los griegos y lo sigue siendo Lady Leonor, por eso lamentablemente ella no puede disfrutar del todo de esta visita.” Comento con algo de desilusión en especial con sus ultimas palabras. “Mi historia no es muy interesante, ni muy placentera mi Lady. No creo que sea apropiada para esta velada.” Le devolvió una negativa con educacion.

“Si lo desea puedo hablarle de nuestro querido sacerdote y usted me podría contar un poco de Lord Konrad.” Le propuso no pareciendo con deseos de terminar la conversación con ella.

Leonor sonrió ante la apreciación de su interlocutor. Le parecía tan extraño que fuera él quien le dijera aquellas cosas… Ya no sabía si estaba fingiendo excesivamente bien, o realmente no recordaba que había sido él mismo quien le había enseñado modales y se había preocupado por su educación.

-Ya os dije que perdí la memoria, por lo que no sé cómo fueron mis primeros años de vida. Últimamente he recuperado algunos retazos, aunque todos son bastante perturbadores… Recuerdo una hoguera y gente muriendo quemada a mi alrededor cuando tan solo era una niña pequeña… y a mi hermano atado a una columna mientras lloraba y me miraba, pero… no sé si tan solo son pesadillas o partes de un pasado que mi memoria ha intentado borrar. – Afirmó con tristeza y algo pensativa, para, acto seguido, volver a mirarle intentando animarse, dedicándole una bonita sonrisa - Vos también parecéis muy bien educado, si me lo permitís.

Asimismo, la jovencita no entendió por qué él la contemplaba extrañado ante su broma, ya que jamás se le habría pasado por su cabecita que Theo pudiera llegar a sentir por ella algo diferente que un mero amor fraternal. – Bueno, siempre podemos quedar en algún otro lugar un día que no tengáis obligaciones. Conozco buenos restaurantes y sería un verdadero placer comer con vos algún un día – Dijo con inocencia pensándolo de repente y sin ninguna intención oculta.

Cuando su hermano habló con admiración de la griega, Leonor la contempló como si la mirara por primera vez ¿Sería tan mala e inaccesible como pensaba o estaría equivocada sobre ella? ¿O acaso las palabras de Theo eran tan solo el resultado de haber bebido de su sangre?

-Lo entiendo… es una pena que las personas prefieran juzgar a sus semejantes por su lugar de procedencia en vez de por la naturaleza de sus corazones. Muchos actos crueles en el mundo podrían haberse evitado. – Respondió con tristeza pensando en todo lo que había vivido a causa del odio hacia los extranjeros.

-Si, sería un buen tema de conversación. Vuestro sacerdote parece alguien interesante y Lord Konrad también es un extranjero en estas tierras. – Afirmó animada al darse cuenta de que Theo no deseaba alejarse de ella y estaba disfrutando de su compañía, deseando hablar más tiempo con ella.

Cualquier tipo de sonrisa desapareció de su rostro cuando escucho las pesadillas de Leonor, incluso pareció ponerse blanco como si temiera lo que le estabas diciendo. Esto último era algo extraño ya que a pesar de los miles de obstáculos que habían vivido Theo siempre se mostró valiente frente a ella.

“Debe ser una pesadilla…recuerdos como esos nunca se olvidan lamentablemente.” Comento luego de pensar un momento sus palabras. “Aunque es algo triste que tengas pesadillas como esas, debes tener demasiadas preocupaciones en tu mente mi Lady. Lo que es bueno pero cuando te obsesionas con ellas puede terminar muy mal, haciéndote tomar decisiones... precipitadas.” Dijo ya recobrando su actitud más seria pero sin recobrar su sonrisa sino tratando de darte un consejo como haría tu hermano en tiempos pasados.

El joven solo inclino su cabeza hacia ella aceptando su halago pero nada más, respecto a la invitación pareció pensarlo por unos segundos antes de responder. “Por supuesto, si lo desea y tengo tiempo libre podemos volver a vernos.” Comento tratando de sonreír pero fallando.

“Tienes razón, además mucho se habría aprendido de otras culturas si la gente no se dejara llevar por el miedo.” Comento Elio en un tono mas bajo, mas intimo entre ambos. “Muchas vidas se perdieron con estos actos.” Dijo esta vez mirándola a los ojos como si fuera a decir algo importante. “Por eso espero que entiendas y perdones ciertos actos de mi señora.” Termino diciendo inclinando su cabeza en forma de disculpa.

Finalmente su sonrisa volvió, aunque su mirada fue a parar hacia Gianna viéndola solitaria y luego a la griega que hace unos segundos pedía su presencia. “Son buenos temas para hablar, aunque tal vez lo hagamos tras la cena.” Comento dando un abrupto final a su conversación, dejando posiblemente a ambos con palabras en sus bocas. “Si me disculpa mi señora quiere decirme algo.” Dijo eso se volvió a inclinar para separarse de la pequeña y volver con cierta rapidez junto a Hypatia.

Konrad parecio estar dispuesto a dejar a la griega que hable con èl y se aparto acercándose para dejar su copa en la mesa. Dando una mirada alrededor, le dio una mirada cansada a Leonor y le hizo un gesto para que se acercara a èl.

Mientras en el salón el sacerdote había terminado de hablar con su tio, bastante complacido con su conversación al menos mas que su tio. Aunque el tio no se encontraba fastidiado sino serio, una seriedad que Gianna conocía por las veces que aparecia en èl cuando terminaba un negocio.

Pronto los dos compañeros de la griega volvieron con ella y esta a pesar de todo no se veía muy contenta, comparada con sus compañeros, tras su charla con Konrad. Pero si ahora estaba hablando mal del Lord lo hacia en susurros que solo sus compañeros escuchaban. De cualquier modo la noche continuaría y mas cuando la griega volviera a sonreir, brindando en el aire en dirección a Gianna con Elio yendo en dirección a la dueña de la mansión en la que estaban.

“Buenas noches…” dijo el joven sonriendo educadamente a la noble. “Espero no no molestar, pero al verla sola en esta cena que organizo no me pareció muy correcto.” Comento con cierta timidez o mejor dicho cierta reserva por la condición importante que ella poseia.

En otras circunstancias, aquella habría sido la cena perfecta, comida, bebida, amigos pero no, aquellos casi ninguno era su amigo y además, existía el hecho de que esa mujer tal vez era un enemigo más con el cual estaba sentada a la mesa o bueno, casi.

-Debería estar en la cama con Bastien...

Era increíble pero por una vez una fastuosa cena no le parecía divertida, ni el gesto de su tío, ni los hombres guapos que pudieran solazar su vista y pensaba en ello cuando el hermano de Leonor se acercó a ella, la noble se giró a mirarlo y le sonrió con amabilidad.

-Buenas noches. No estoy mal, solo permito que mis invitados lo pasen bien y no se sientan incómodos. Suelo incomodar a las personas con mi presencia.

Gianna miró alrededor de ellos, la escena era llamativa por la cantidad de personas tan distintas entre así que había allí.

-Claro que no me incomoda tu presencia, de hecho me alegra mucho su estés aquí, si te soy sincera.

Uno de los sirvientes les acercó una bandeja con dos copas de vino. La mujer tomó una y la otra se la dio a él con una sonrisa.

-Espero que lo disfrutes, es una noche muy especial para mi... Sobre todo por Leonor.

Sabía que la única razón por la cual ellos estaban allí era la pelirroja.

Cuando la sonrisa desapareció del rostro de su interlocutor, Leonor estudió su reacción con cuidado, intentando averiguar si aquello se debía a que realmente recordaba todo aquello, o simplemente se trataba de un temor instintivo ante la visión de lo que estaba narrando.

No obstante, cuando le habló en confidencia y le aconsejó de aquella manera, la jovencita casi pudo sentir a su hermano de nuevo. La misma voz, los mismos ojos, las mismas expresiones en su hermoso rostro… Le resultaba muy difícil no abrazarle en ese mismo instante, y aun así, se contuvo para evitar que todo terminara abruptamente como seguramente pasaría.

La conversación siguió, y el supuesto Elio se mantuvo extremadamente educado y gentil, hasta el momento en el que se despidió de ella con una sonrisa para dirigirse hacia la vampira que le mantenía a ralla sin pronunciar palabra alguna.

-Sería un placer continuar charlando tras la cena… por favor, no la hagáis esperar por mí. – Le respondió ante su despedida con educación.

Entonces, cuando se quedó sola, la huerfanita decidió acercarse hasta Konrad, el cual lucía tan apuesto como la primera vez que le vio, mientras la invitada le susurraba palabras al oído que tan solo Theo, o alguien con algún tipo de poder sobrenatural, podrían oír.

-No sabéis cuanto os agradezco que estéis aquí – Le dijo con una sonrisa gentil – No sé que os habrá dicho la dama, pero tengo mucho miedo. – Se sinceró preocupada.

Elio vio con preocupación la razon que daba ella para apartarse de las conversaciones. “¿Como es que los incomodas?” pregunto tal vez con mas curiosidad que modales. “No tienes que responderme si no quieres, pero como dije antes me parece algo inusual verla sola.”

El joven sonrio aceptando la copa que recibia de ella y casi al mismo tiempo que ella dio un sorbo al vino. “Es una velada…interesante.” Comento con algo de nerviosismo. “Confieso que mi charla con su amiga salio mejor de lo que pensé antes, mucho mejor que nuestro primer encuentro.” Comento sonriendo genuinamente y mirando a Leonor antes de volver con Gianna. “Porque es una noche especial para ambas? Acaso estaban expectantes de la visita de mi señora?”

Leonor no habia terminado de sacar conclusiones importantes al revisar las emociones de Elio tras su relato. Lo mas claro en su rostro era un temor y desagrado dos sentimientos comunes para cualquier persona que escuchara ese tipo de pesadillas.

Por su lado las expresiones de Konrad podían ser mejor interpretadas por Leonor, notando como el hombre no se veía muy contento con la conversación que habia tenido con la otra mujer. “No tienes que agradecer.” Dijo escuetamente antes de revisar donde estaba la griega para luego continuar.

“Parecia dispuesta a incomodarme, recordándome ciertos momentos en las historias de ambas casas…” dijo el hombre negando con la cabeza. “Mi casa ha matado griegos y los suyos han matados barones ambiciosos de Rus. No hay nada raro en eso, aunque no me esperaba que se convirtiera en un tema para charlar. Esta claro que no le agrado aunque si es solo por mi familia o porque sabe que soy, no es algo que quiera preguntarle abiertamente.” Comento observando a la pequeña.

“A ti parece que te fue mejor. Es tu hermano?” pregunto yendo directo al punto, esperando una clara respuesta.

Gianna pensó que ser directa en esa ocasión era lo mejor que podía hacer y además, de paso eso podría invitar a Elio a serlo también.

-Bueno, todo el mundo vino a esta cena por una razón en especial: tu señora para demostrar que se merecía una disculpa, Leonor porque aunque no seas su hermano, como ustedes dicen, se lo recuerdas, Konrad a cuidar de Leonor... Mi tío, vinoa cuidar que yo no haga algo más indecente y tú, supongo que no tienes mas opción que estar aquí como yo.

Le sonrió con amabilidad y coquetería porque así era ella, aunque él realmente le parecía interesante.

-No es exactamente la visita de tu señora la que nos tiene con expectativas.
Deberías darte un poco más de crédito, muchacho. Si acaso sabes algo de esta ciudad, no son las mujeres las que a mí me interesan.

Le guiñó un ojo y camino apenas un poco para mover la cortina y mostrarle la vista de allí. La ciudad era hermosa, a ella le encantaba.

-Tengo todo esto cada noche y cada día, la compañía es lo que la hace distinta y las historias que esas compañías me dan. Curiosamente, no siento que tú te sientas incómodo conmigo...

La damita de cabellos de fuego no pudo discernir nada fuera de lo normal en las expresiones de su hermano. No obstante, los gestos de Konrad fueron bastantes claros para ella y, por alguna razón, tuvo que contener las ganas de abrazarle para reconfortarle al verle tan molesto con la dama griega.

-Siento mucho oír eso, amor mío. Realmente esperaba que sintiera algún tipo de afinidad al ser ambos nobles fuera de vuestras tierras. ¿Por qué debería sentirse incómoda al saber lo que eres? ¿Es que acaso no le gusta relacionarse con los suyos? - preguntó hablándole al oído para que nadie más pudiera oírles sin caer hasta unos segundos más tarde que el cainita seguramente se refería a sus clanes diferentes - ¡Ahh! Ya entiendo – Dijo al final, algo colorada.

No obstante, cuando Konrad le preguntó sobre Theo, Leonor sonrió con un brillo especial en los ojos antes de contestar – Si que lo es. Habla como él, se mueve como él y hasta huele como él. No sé que habrá pasado con sus recuerdos, pero te aseguro que si estuviera fingiendo que no me conoce, yo lo notaría.

Pero un oscuro pensamiento se coló raudo en la mente de la jovencita, que no pudo evitar preguntar con algo de miedo - ¿Es Theo un Vampiro? Tan solo le he visto de noche y me asusta que esa mujer le haya convertido. ¿Es por eso que me ha olvidado?

Elio escucho con atención no haciendo muchos gestos ante las palabras de ella, como si las estuviera pensando con cuidado. Aunque fueron las últimas palabras cuando se lo comparo con ella, que reacciono distinto.

“¿Como no puedes tener opción estando en tu mansión?” pregunto intrigado aunque su mente parecio formar un conclusión. “Es por una formalidad con mi señora y un especie de regalo para Leonor?” pregunto pareciendo no muy contento con ese pensamiento a pesar que era bastante cercano a la realidad. “Es un gesto demasiado importante a pesar que no sea a quien ella busca.” Dijo suspirando al final.

Entonces llego el coqueteo de Gianna, que no parecio sorprender del todo a Elio ni alejarlo. “Algo he escuchado.” Afirmo rápido y por lo bajo. “Aunque no me esperaba que yo siguiera siendo el foco en la reunión luego que aclarara que no era el hermano de Leonor.” Comento educadamente sin entrar en detalles de lo escuchado. Yendo a donde ella quería junto a la ventana, sonriendo en el camino.

“Yo…creo que cada uno tiene su historia como dice, aunque lamentablemente algunos parecen tener rumores tras ellos también. No me siento incomodo porque bien puede ser mentira todo lo que se dice…” se arriesgó a decir mientras observaba un poco por la ventana antes de volver a mirarla a ella. “Aunque si es verdad… No es mi lugar juzgarla mi lady e igual creo que hay otras cosas peores por las que podrias ser conocida, que me pondrían incomodo en este momento.” Acercándose a ella pareciendo encontrar una mayor belleza que la ciudad.

“Podría ser, pero el problema es que algunos traemos las historias de nuestras tierras con nosotros. Historias no muy compatibles en este caso.” Comento con molestia pero cambiando su actitud ante la pregunta de Leonor, ignorando en cierta forma el repentino entendimiento de la joven. “No todos los vampiros somos amigos, las razones no faltan aunque en general son políticas y si la dama es del clan que creemos entonces nuestra relación podría empeorar rápidamente.” Le informo en un susurro mientras se acercaba a ella, agachando.

Cambiando su actitud a una muy parecida a la de la joven, contento de lo que escuchaba de ella pareciendo divertido cuando ella menciono el olor. Tocando su hombro en un gesto de apoyo al escuchar sus preocupadas preguntas. “Lo primero lo sabras mas vos que yo. Si es un vampiro seria uno muy joven si solo hace unos meses que no lo ves, por lo que cometerá los errores de todos los chiquillos. Acaso lo notaste no respirando o lo viste no pestañando?” pregunto buscando que ella se enfocara en lo que habia visto en su supuesto hermano. Por suerte para ella aunque no noto del todo la respiración por como iba vestido, recordaba con su buena memoria que pestañaba normalmente.

“No podría ser por ellos, al menos asi lo creo. Hay casos raros que la conversión hace cosas raras pero en la mayor cantidad de veces no le debería general la perdida de la memoria.” Le aclaro rápidamente observando al joven que estaba junto a Gianna antes de volver con Leonor.

A Gianna no le molestó la cercanía de Elio pero antes de hacer algo al respecto, decidió responder.

-No tengo opción porque hice un primer y he de cumplirla como tal.

Sonrió con picardía y negó con la cabeza.

-Una formaliza puede ser, un regalo no, Leonor es muy importante para mí y me gusta hacerla feliz pero esto es una promesa. Ya se que no eres a quien busca, ojalá lo fueras...

Eso la entristecia, Leonor estaba segura que era él pero ese muchacho seguía negándose y ya no sabía qué pensar.

-Tal vez no te guste ser el foco de atención pero esta noche lo eres aunque nos hayamos equivocado. Es un placer de todas maneras, eres muy cortés y educado.

Finalmente ella dio un paso hacia él quedando aún más cerca, no había prácticamente espacio entre ellos y los labios de ella se acercaron hasta el oído de Elio y cuando habló, estos rozaron su piel.

-¿Y que son esas cosas que te pondrían incómodo sobre mí en este momento?

La noble estaba intrigada, puso una mano en el hombro del muchacho y se apartó sólo lo suficiente para mirarlo a los ojos.

-Realmente no soy todo lo malo que dicen, tal vez sea peor pero no creo que estés interesado en averiguarlo y tampoco creo que si lo estuvieras, tu señora te diera permiso de hacerlo.

Sus ojos estaban fijos en los de Elio pero Gianna estaba pensando en otra cosa.