Partida Rol por web

Hace tiempo que no probaba la carne de un elfo oscuro. Estaba ansioso por destrozar a uno. Gracias a Dios que me escuchó e hizo que la reina me mandara a Svaltafer.

-Ando con ganas de descuartizar un elfo, y mira quien entra por la puerta. Te haré pedazos sucio elfo.

Escupí en el piso, lo mas cerca de los pies del elfo que pude. Y empecé a correr contra él sin previo aviso con mi hacha lista para el ataque.

- Jajaja, tranquilo orquito, yo también tengo ganas de descuartizarte, pero a diferencia de ti ... no quiero comerte

Aarsluth se lanza de cabeza hacia mi sin pensarselo dos veces, asi que ya habiamos comenzado el combate.

- qué, y ahora sigues queriendome descuartizar tirado ahí en el suelo ... JAJAJA ... preparate para morir

Aarsluth habia caido sonoramente al suelo y estaba bastante magullado y sus dos brazos heridos, tendría que entrenarme a fondo para poder descuartizarlo, los orcos tenían esa piel tan dura que es muy dificil de dañar, y para colmo el brazalete de acero que llevaba Aarsluth en su brazo izquierdo impèdía un poco más mi trabajo para matarlo.

El elfo además de haberme lanzado al piso, se burlaba de mí. Me sacaba de mis casillas. Me paré rápidamente y me tiré furioso contra él. Pero estaba desconcentrado del combate. Lo único que quería era hacerlo pedazos y por eso se nublaba mi percepción. Por lo tanto, hice un ataque descuidado y el elfo supo aprovecharlo y me lastimó gravemente una pierna y el pecho.

-Maldito elfo, juro que voy a hacerte pedazos.

Furioso, me lancé contra el elfo, apuntando directamente a las piernas. Iba a hacerlo sufrir, y empezaría por inmovilizarle las dos piernas.

La cosa se estaba poniendo fea. Svaltafer había salido como una máquina asesina. Y ahora me encontraba cogeando y con un brazo inmóvil, tenía que hacer algo urgente para revertir las cosas o el sádico elfo me mataría.

bueno, me fui ya que no tengo respuestaa, pelearemos luego.. suerte!!

ARENA LIBRE

Había entrado en la arena para volver a encontrarme con el favorito del coliselo. Nuestros aceros volverían a enfrentarse. Hace mucho no combatiamos, y este era un buen momento para medir nuestros avances. Los días pasaban y pasaban y todavía no estaba ni cerca de lograr mi objetivo. Tendría que empezar a actuar rápidamente y Parnassus era clave en mi tarea.

Cruzamos pocas palabras antes de empezar el combate, el silencio me decía que iba a pasar algo en este combate...algo de suma importancia.

El primero en recibir daño fui yo con un fuerte escudazo en el estómago, que me hizo escupir sangre. Pero luego, algo enfurecido, lancé un contragolpe, conectando 2 golpes: Uno fuertísimo a la cabeza que casi deja sin vida a mi rival y otro en el hombro izquierdo que llegó hasta cortar la parte superior del pectoral también izquierdo.

-Veo que empezamos intensamente Parnassus... (silencio) ... Tus ojos me dicen que tienes algo que decirme. ¿Haz descubierto algo acerca de mis "amos?

No podía desaprovechar una oportunidad así, había conseguido romper la defensa de los escudos e iba a seguir atacando sin darle respiro alguno.

El intercambio de golpes fue brutal, hasta que Parnassus consiguió retomar el ritmo de la pelea. Cuando los escudos comenzaron a parar la peligrosa hacha, habló, por fin, sacudiéndose el aturdimiento y la asfixia:

-Tranquilo, Aarshlut. En efecto, sé quién es tu dueño; pero tengo miedo que, si te lo digo, te lances burdamente contra él. Sería una muerte segura. No es nimio adversario, ni mucho menos. De hecho, es uno de los peores que se podrían tener fuera de esta arena... uno de esos que jamás levantaría un arma contra ti, pero que enviaría 100 en tu contra. Tal vez haya encontrdo el modo de acercarse a él, pero no quiero prometerte nada, mientras no lo tenga claro.- indicó Parnassus al luchador semihumano, mientras se adelantaba en busca de su garganta.