Renato retrocede un par de pasos del pozo, parece estar ligeramente desorientado.
Nos hará ganar tiempo… no creo que la tal Melisa sea la asesina… pero me da igual… debemos encontrarla antes que nadie…
Y quemar todo esto nos hará ganar tiempo… que es lo que no tenemos
Lanzando la botella encendida sobre la mesa y otras sobre los muros de la casa, volviéndose hacia el cazador
No considero a los humanos entupidos, y hacer esto tan abiertamente en inferioridad como están solo les provocaría la muerte inmediata de todos ellos… y más si son los cercanos a sus posturas… entupido a más no poder.
Piensa de forma abierta y no como un elfo con nuestros perjuicios, si quisieses matar a alguien para cambiar las cosas y fueses el maximo sospechoso provocarías una carnicería para que todo el mundo fuese a por ti… hasta un niño lo vería… que no te ciegue el odio como me paso a mi… sino todo por lo que tus amigos habían conseguido será para nada… palabras vacías…
Con lagrimas en los ojos Liu se acerco a uno de los sirvientes … de verdad que lo siento…
Congiendolo con las dos manos lo lanzo al fuego…
Si no pueden hablar… mejor que no lo hagan nunca… nos llevaremos a uno…
De repente vio el comportamiento de Renato y dejando al segundo sirviente en el suelo, se acerco a Renato y miro por el pozo..
¿Estas Bien?
Tambaleándose, Renato se aleja del pozo mientras comenta - el olor... así deben haberse dormido - antes de mirar a su alrededor y ver la actitud de la elfa oscura - No! - exclama horrorizado - no puedes quemarlos, son inocentes -
Sin dudarlo se lanza hacia el sirviente que se empieza a quemar e intenta sacarlo de las llamas, asqueado de la inmisericordia de su compañera.
-Hay algo que me parece que no entiendes, Renato: pueden morir este puñado de siervos, o bien morir TODOS los norteños de la ciudad. Los elfos oscuros no hacen tal tipo de distinciones cuando se trata de la integridad de su raza. Lo que me inquieta es el asunto del veneno... Sigue habiendo algo que no acaba de cuadrar. Renato, ¿te has enfrentado alguna vez a Aymeè? ¿La sensación es la misma? Los hakhim son maestros en el arte del en venenamiento sutil y me consta que hay uno más que peligroso en la ciudad. Sigo pensando que nin gún norteño con dos dedos de frente puede ser tan estúpido como para hacer esto abiertamente y sin razón... tiene que haber algo más.- indica el gladiador, mientras vigila desde las sombras, por si aparecieran ojos curiosos -Varias potencias se reparten la ominosa situación que gira en torno a la arena del Coliseo en este momento. Eliminar a los norteños abre muchas puertas... no solo las de los jueces y ejecutores. Sobre todo si te interesa poner en jaque a la maestra del Coliseo. Algo me dice que haría lo que fuera por defender a Ricardo Corazonfrío.- termina el guerrero, cuyos engranajes parecen pensar con rapidez.
- Puede ser... pero prefiero no ser yo quien los queme - retrucó el pequeño de las cadenas mientras continueaba alejando el cuerpo de las llamas y antes de pensar en la respuesta a la pregunta sobre el veneno.
- Es dificil de decir... un olor a almendras... con Aymee no hay olores, solo pinchazos - terminó reconociendo su ignorancia
Mas pruebas a favor de los humanos...
Un elfo oscuro tiene mas fácil acceso aqui que un humano... cualquier elfo podría haber entrado y dejado caer esa sustancia aqui...
Mira Renato, quieres que te de razones para que mueran aparte de que los norteños serán borrados de la ciudad, piensa un poco. Los sirvientes inconscientes y sin matar, y los demás muertos... ¿porque no mataron a todos? dos razones hay o que los necesitan como testigos, o que son cómplices. Cualquiera de las dos razones los sentencia a muerte a ojos de un elfo oscuro, y no los míos... a mi me duele... pero no hay mas remedio.
Elije uno y perdónale la vida, es el que se vendrá con nosotros. Y busca cualquier prueba que inculpe a un humano y si las armas de las victimas están usadas y con sangre…
Y tú Kalofher, no te ciegues lo primero es apañar estoy y después ir a por esa Melisa, si esta detrás de esto… yo misma te sujetare su cabeza para que impartas justicia… pero lo dudo…
Con paso rapido empiezo a mover los cadáveres…
Cogiendo otro cuerpo me muevo y lo lanzo al pozo de cabeza… así seguro que se ahogara…
Renato observó a la elfa y no le quedó otra alternativa que reconocer lo coherente de sus palabras. No le gustaba, pero los argumentos eran válidos - Pues... si tienes que hacerlo, adelante, pero no me pidas que lo haga yo. Lo siento... no puedo - reconoció mientras miraba entre los cuerpos dormidos, dispuesto a encontrar a alguno que pareciera menos dormido que el resto.
El pequeño pícaro se paseó entre los cuerpos, golpeando los rostros de los dormidos para ver si alguno reaccionaba. Si iban a llevarse a uno de los humanos como prisionero quería que estuviese despierto.
Mientras recorría el patio, buscando al que sería el único sobreviviente observó, como le había indicado Liu el estado de las armas y cualquier indicio de... algo que pudiera ser una prueba.
Esto no lo hizo uno de mi pueblo. El uniforme junto al pozo pertenece a uno de los guardianes. Hizo un gesto con el brazo, abarcando al patio. Mirad a los demás. Eran humanos. Y el uniforme despojado nos dice que el que soltó el narcótico se despojó, o le despojaron de sus ropas cuando entraron los demás, a masacrar a los aquí reunidos.
Apretó su puño. No, fue un humano, o hakhim. Tanto da.
No estoy contigo, no creo que fuera asi, pero te acompañare en su busca...
De todas maneras poco mas nos queda apañar aqui. Cojamos a ese sirviente y con el tiepo que ganemos con este incendio vayamos a por la Melisa.
Mirando seriamente al cazador a los ojos.
Ni venganzas ni castigos, hasta saber quien es el verdadero culpable. Por favor dame tu palabra.
Tras eso, arropandose en la capa, Liu ayuda a renato a cargar con el cuerpo del sirviente hacia la puerta trasera
El pequeño de las cadenas permaneció en silencio. No entendía lo que estaba pasando. La alta política del lugar esta más allá de su alcance, pero ayudó a la elfa a arrastrar al humano dormido, esperando que este les pudiera ser de ayuda - Solo espero que nos pueda decir algo... - murmuró por lo bajo - Y que sea algo útil -