Partida Rol por web

Delderius entrecerró los ojos, entre molesto y fastidiado. Sin duda los Constructores no tenían ni idea de lo que hablaban. Todas las razas, humanos, elfos, orcos, habían tenido esclavos desde el principio de los tiempos. Esos esclavos eran necesarios para multiples cosas; desde el trabajo en las minas, hasta el servicio doméstico. Sin ellos una sociedad (y más una sociedad pasional como la de los elfos oscuros) se derrumbaría

- Que bonito - dijo con sorna Delderius- Seguro que se trata de un grupo de elfos de alto nivel que ni se imaginan lo que sufriría la sociedad si se desprendiera de los esclavos. Y ¿quien si no un estúpido desperdiciaría algo útil y agradable? Tal vez sean ellos los que están detrás de la presente revuelta. Porque ese es otro tema preocupante, Valter. Hay una revuelta encima nuestra y debe ser evitada antes que otras instancias mas altas actuen. Se me ha comunicado que se han visto Ejecutores en la ciudad. Si ellos llegan a tomar cartas en el asunto...

...caerá la ciudad sobre nuestras cabezas. La de todos. El odio de Valter salía de cada sílaba. Pero no creo que fuese cosa suya. A su manera, los Constructores quieren mejorar el Reino, no destruirlo. Una revuelta solo animaría a nuestros hermanos a despreciar a los humanos, no a convivir con ellos. Además, el muerto, Khurgle, era un Constructor.

- He oido de una mujer. Una norteña. Melissa. Es posible que ella tenga algún tipo de implicación en los hechos. La revuelta debería ser contenida a toda costa. Los gladiadores humanos, y la mayoria de la población contraria a nosotros está cada vez mas virulenta. Hay que poner fin a esto antes de que, como bien dices, la ciudad caiga sobre todos nosotros.

Esa conspiración es preocupante, pero me interesa más lo que Lorethien hace en la ciudad. Los Ejecutores pueden acabar con nosotros, pero él... él y yo tenemos una cuenta que resolver antes.

Delderius miró a Valter. Era evidente que consideraba al héroe uno de los mejores ejemplos de su raza.

Pero no tenía interés en morir sólo porque su probable mejor esperanza tuviera asuntos personales que resolver.

- Lo entiendo - dijo a pesar de estar pensando otra cosa completamente distinta- Pero de poco servirá que tengais una cuenta por resolver si los Ejecutores terminan con la ciudad antes. ¿No sería posible preocuparnos primero por aquello que a todos nos pone en peligro?. En todo caso, como ya dije, sea cual sea vuestra respuesta, os ayudaré si precisais de mi asistencia contra vuestro enemigo. Por una contrapartida, por supuesto

Nada es más peligroso que Lorethien. ¡Nada! la cólera de Valter era temible. Los humanos hicieron una vez enloquecer a la muerte, desatando el mayor horror iamginable. ¿Sabes lo que podría hacer Lorethien intentando retorcerla de nuevo? ¿Tienes la más mínima idea? La disciplina, adquirida tras siglos de dedicación marcial, cayó sobre Valter como una ducha de agua fresca. No, es imperativo que le detengamos. No importa lo que le pase a Angkortak, y a un puñado de esclavos estúpidos. Debéis localizar a Lorethien. Luego, dice mientras su armadura invoca de su infiníto arsenal unos Ganchos Infernales, y los mira embelesado yo haré el resto.

Delderius no había contado con la posibilidad que Valter señalaba, y era verdaderamente aterradora. No podía consentirse que nadie jugara con la muerte de ese modo. No después de lo que ya había ocurrido hacía varias décadas. No otra vez. Reprimió una maldición. Hubiera preferido dedicarse a otras cuestiones, el tiempo se les echaba encima.

Prioridades, prioridades.

- Teneis razón, Valter. ¿Donde os podemos localizar cuando encontremos a Lorethien?

Valter se puso en pie. Buscadme en la Mansión de los sentidos, esas zorras me curarán las heridas, y me darán lo que necesito para acabar con esto de una vez por todas. Si lo hacen antes de que le localiceis, saldré yo mismo en su búsqueda... y luego en la vuestra.

Al escuchar la amenaza no puedo evitar una sonrisa... pero luego me encojo de hombros. En realidad era de esperar.

- Muy bien, ya hablaremos entonces después - entonces miro a Sval- Es mejor dividirnos. El tiempo no va a nuestro favor. Si lo ves no te enfrentes a él. Nos vemos cada hora y media en la puerta de la mansión de los sentidos e informaremos al otro de donde vamos a buscar. Yo empezaré mi búsqueda en las cercanías y calles próximas a la puerta norte. Si no llego a la hora convenida a la mansión ya sabes que eso indica que me he tropezado con algo. Tu empieza a buscar en las calles cercanas a la propia mansión de los sentidos - y tras estas palabras hago una ligera reverencia en dirección a Valder y parto

ME DIRIJO A LA ZONA DE LA PUERTA NORTE. PREGUNTO POR ESA ZONA SOBRE ALGUIEN RECIEN LLEGADO QUE RESPONDA A LA DESCRIPCION QUE VALTER NOS HA DADO DE Lorethien

Deseo llega a la habitación de Delderius y toca la puerta.

-¿Delderius? Soy Deseo.

Su tono era bajo, pero sólo para no gritar. Deseo no se ocultaba, y había preguntado a un sirviente cual era la habitación del Oscuro gladiador.

Puesto que no había recibido respuesta, Deseo esperó. Pero un vocerío atrajo su atención, y volvió a la Sala Común de la Casa.

La madera se resquebraja ante la bota del juez, cogiendo a padre e hijo ligeramente por sorpresa. Dos figuras encapuchadas entran, y ambos pueden ver una docena de ayudantes tras ellos.

Maese Valter, es un honor conocerle, el primer juez parece educado, tranquilo. Lamento que debamos conocernos en semejantes ciscunstancias, pero temo que no tengamos otro remedio. Los Jueces conocen vuestros planes y temen que, si os enfrentais a Lorethien sin considerar la ciudad y el Imperio, causéis mucho más mal que bien. Por tanto, se nos ordena que os acompañemos a la casa de la Justicia, donde sereis comodamente tratado... y vuestras heridas atendidas, dice, al darse cuenta de que Valter se encuentra herido.

Por su parte, Oldrien no dice nada, simplemente toma sus espadas cortas en la mano, y espera.