La arena era fría y húmeda a sus pies, mientras Anat Ben ishtar, brazo del consejo y Sierva del Profeta, caminaba hacia la isla entre las aguas que le mojaban los tobillos. Alzó la vista, mirando el cielo nocturno, desde el que la Diosa le mostraba todo su esplendor. Después de tanto tiempo encerrada bajo aquel domo de piedra, volver a sentirse observada por ella resultaba recomfortante.
Sus dagas en sus manos, listas para lo que le esperaba. Su mirada recorría la extensión de arena, ahora que había dejado el bote atrás.
El lugar era como jamás había visto uno. Los árboles se retorcían de forma imposible, el color de la arena era azabache, las rocas escarpadas rodeaban extensiones de hierba que se mezclaban con terrenos lisos o agrietados, sin orden. Aquella isla era el caos que no debía ser.
Pero la luz de la Diosa se extendería por ella. A través de sus manos.
Mi destino...
El agua rozaba la piel de mis tobillos, mis tatuajes... lineas azules que se entremezclaban de aquel otro azul.... y el bajo blanco de mi túnica se empapaba de aquel mar mientras mis ojos se perdían en ella... mientras su visión me hacía fuerte... mientras sentía que el destino llegaba... El final de un camino... El inicio de otro...
Caminaba suave... oscilar de arena sobre el oscilar de aquel agua... Y llegué a la orilla con las dagas acunadas por mi cadencía... con el pelo ensortijado por la brisa de aquella noche en la que todo se decidía, en la que viviría para orgullo de mi pueblo o moriría por él...
La barbilla y el cuello se me espigaban... y el miel de los ojos se me perdía en ella como lo hacía la sonrisa suave... el fuego del corazón... que sentía arreciar bajo su mirada... Mi vida.. mi Diosa... todo por ella... todo para ella... todo gracias a ella...
Árboles que se me antojaban enfermos parecían arañar el cielo... arena muerta, negra como la noche que me cubría, como el corazón de aquella Dama que allí nos había llevado... y las piedras... que parecían cuchillas retirandose de las heridas abiertas de aquel suelo....
Permanecí un segundo en aquella playa bajo la luz plata de mi Diosa... y a ella me incliné... y a ella di gracias... y en el baile ritual de mis dagas, en el de mi cintura en aquella playa desierta... mi Diosa vio mi corazón y mi valor... mi determinación mientras yo sonreía, mientras escuchaba al aire abrirse al paso de mi filo.... mientras cerraba los ojos y el tatuaje de mi frente parecía abrasar....
Los parpados se abrieron en un destello dorado... mientras sentía pequeñas gotas de sudor recorrerme la espalda... Y el paso fue más que firme cuando inicié el camino bajo la mirada atenta de la Madre...
Mi vida... para ella....
Ahí vamos...
La arena era caliente, a pesar de ser noche cerrada. Bajo las rocas que se encontraban al este, en la lejanía, Anat pudo ver un grupo de salamandras, disputándose fieramente su terreno lanzándose lenguas de fuego.
Le parecía curioso, sin embargo, que aun tras haber salido del mar y llegar a la zona en la que las olas ya no lamían la arena, el suelo se encontraba aun mojado.
Por otra parte, el bosque al que se acercaba le ofrecía poca seguridad. El ulular del viento pasaba entre las ramas secas y deformes, lanzando gemidos lentos. Hacia el oeste, parecía ver un muelle abandonado...
Me había detenido… con las dagas pendiendo falsamente lánguidas de mis manos y el miel entornado hacía aquel lugar… Un embarcadero, un muelle muerto como muerto parecía todo allí… Muertos los árboles… muerto el gemido que el viento desprendía de ellos… muerto el suelo que pisaba, húmedo y desagradable… supurante…
Me había detenido… observando con la cabeza algo inclinada aquellas maderas ancianas en la lejanía… y el bosque parecía clamar una advertencia mientras el recuerdo del templo divisado en la lejanía me espoleaba… Regio y oscuro coronando aquella isla… Debía llegar… debía ser yo…
El oscilar de la túnica arreció con la nueva embestida de brisa… se ciñó a mi cuerpo.. a mis piernas que aún permanecían inmóviles… hundidas en aquel suelo que parecía llorar… y el bosque pareció clamar con más ímpetu… No entres.. no entres…. Te arrepentirás…
El pelo revuelto cubrió por un segundo el destello orgulloso de la mirada… de mi sonrisa… Y las manos se ciñeron aún más decididas a las dagas…que giraron sobre mis caderas al movimiento entrenado de mis muñecas...
De nada puedes arrepentirte… si toda tu obra nace del corazón…
Tal como entendí en la descripción en el Preludio, el templo era visible en el centro de la isla, elevandose sobre ella...Así que intentaré llegar en linea recta hasta él lo más rápido posible...
Al bosque...Modo escucha y visión perpetuos "on"... Tira por mi si ves que es preciso...
Anat escuchó mientras se movía en silencio. Aquel sonido... más allá del sonido ululante del viento. Aquella risa inhumana. La había escuchado antes, en el coso. Pero ¿Qué era?
Tirada: 4d10
Motivo: Sentidos + escuchar
Resultados: 5, 8, 9, 8
Recuerda que puedes aumentar varias habilidades de "rol" y que esos puntos de experiencia no se mezclan con los de combate ;-) Están en el primer mensaje de tu escena de personaje.
Una risa conocida que me detuvo el paso, que me afiló el gesto… que tensó el acero en mis manos…
Me dibujaba blanca contra el retorcido de ramas que me rodeaba… y el miel se me entornaba casi animal a un lado y otro… acechante… Qué era?.. qué era? Me resultaba tan familiar… y aún así… era incapaz de reconocer aquel sonido que me había erizado la piel…
Tomé aire… con la Diosa sobre mi como madre protectora… y volví a iniciar el camino rápida pensando que no tenía tiempo… que debía llegar a aquel templo… y que fuera lo que fuera lo que allí habitaba, si quería encontrarme, tarde o temprano lo haría…
El destino estaba escrito... y la sonrisa se me dibujaba en la cara mientras sentía el latir acelerado del corazón...
Veríamos si tenía el valor de enfrentarlo... Veríamos si conseguiría ser digna de mi sangre...
A medida que Anat se adentra en el bosque la inhumana risa parece auemntar en volumen. Entonces las ve. Colgadas de los árboles, interponiendose en su camino, hay media docena de Ay'enas, con sus ojos rojos brillando en la noche y espumarajos cayendo de su boca.
Tirada: 5d10
Motivo: Sentidos + Ver
Resultados: 9, 7, 7, 2, 6
Las vi allí... colgando de los árboles con sus ojos encendidos en llamas acuchillando la noche... Y yo me detenía, blanca y casi radiante ante ellos... y espigaba el porte... y atigraba una mirada que ahora destellaba en acero y sangre...
Sea....
Levante la mirada a mi diosa para iniciar el giro de plata que me encomendaba a ella... Y las dagas pasaban demasiado cercanas a mi cuerpo mientras... velo y acero... me fundía en un remolino con ellas...
Fue un desgarrar leve.... el rasgarse suave de una de las sedas que cedió mansa a los filos temibles de las dagas de Luna... y con un nuevo giro de cintura, con una nueva caricia de las armas, aquel pequeño jirón se desgarró a su vez.. permaneció un segundo en el aire... mientras la izquierda sostenía ahora a ambas dagas... y la derecha los recogía rápida cuando ya empezaban a caer....
Ahora recuerdo... la seda blanca se hundía ahora en mis oídos obligada por mis manos, enredándose y destacando sobre el pelo negro... Dejadme pasar y disfrutad de un nuevo sol... O morid aquí bajo Luna... Es vuestra elección....
Tirada: 9d10
Motivo: Demostración
Resultados: 4, 1, 8, 4, 6, 8, 2, 4, 2
Cita:
Me estuve mirando por encima el combate anterior que hubo en coliseo contra estos bichos... Obviamente no voy a meterme las dagas en los oídos como quiso hacer Delderius (hay que ser bestiajo, incluso para un elfucho... jaajajjajaj ) pero intento lo que he roleado...
Si funciona guay, si no puedo, pues la risa penetra la ropa y listo... -1d permanente...
Te parece bien, mi master?
Anat
Ilesa
+1d?
La risa de la Ay'enas se diluía en los oídos de Anat, que había tenido tiempo de prepararse. Seguía molestándole, pero no tanto como si se hubiese enfrentado a ellas desprotegida. sin embargo, sus espadas eran tan letales como siempre.
Tirada: 6d10
Motivo: Ay'enas
Resultados: 8, 4, 3, 1, 2, 1
2x1 de ataque
¡Suerte! No estás sujeta al penalizador. Una creativa solución ;-)
Se abalanzaron sobre mí... buscando mis piernas con las fauces húmedas y ansiosas de mi piel.. Y el miel de los ojos destellaba bajo el plata de la Diosa, bajo el de las dagas... que giraban furiosas mientras esquivaban sus dientes..
Un paso, un arco de acero... y la sangre salpicada de aquellos seres, sangre cálida que aún parecía enfurecerles más, despertar más sus ansias... Mientras yo giraba y bailaba... luchaba... Mientras las dagas me dibujaban las formas, buscaban las suyas... Y el sudor acudía a la piel dorada de desierto...
Y el Fuego... ardía...
Tirada: 9d10
Motivo: Doble ataque+ 50 esquivas
Resultados: 10, 3, 9, 2, 1, 4, 6, 3, 9
Tirada: 8d10
Motivo: TURNO DEFENSA: Doble ataque+ 50 esquivas
Resultados: 2, 5, 10, 9, 5, 5, 1, 1
Esquiva zizagueante por defecto. :P
2x9 2x3
3x5 2x1 en mi siguiente turno...
Las Ay'enas caían ante la furia de la hija del desierto. Pero, con la mitad de ellas muertas, dejaron un momento su risa para salir corriendo.
La furia de la Sierva era temible.
Tirada: 4d10
Motivo: Ay'enas
Resultados: 3, 6, 5, 5
Me miraban aterradas... como animales que ven el fuego... Después de todo, quizá lo vieran...
Acaso no era fuego lo que se desbordaba de mis ojos? De mi pecho? De mi acero... que encomendado a una Diosa que velaba por mí desde el cielo vertía la sangre de aquellos que habían osado interponerse en mi camino?...
Mi camino, sí... senda de sierva, de brazo y acción del Gran Consejo... un camino que quizá no fuera importante, pero que no dejaba ser reflejo de otro... De su camino... designio de Diosa, de destino escrito en los albores del tiempo... en la sangre aún no nacida...
En la mía...
Las dagas aún giraban en mis manos... escupiendo la sangre de aquellas bestias mientras las pocas que continuaban en pie corrían de mí... Y yo elevaba la mirada agradecida y el sudor de la piel a mi Diosa durante un segundo.... Un segundo largo... uno para afianzar aún más el orgullo de mi casta en los hombros... el acero en mis manos... El valor en mis piernas...
El bosque se abría sombrío ante mí...
Que la Diosa iluminara mi mirada... que Luna alimentara el Fuego que me alimentaba a mí....
Pues ea... seguimos camino...
Anat avanzó, acercándose a un risco. Internándose en un estrecho pasillo entre dos montañas, cuyas rocas tenían un color extraño y eran lisas como el cristal. El corredor entre las montañas avanzaba, hasta que llegó a una intersección, en la que otro camino similar se le unía, mientras el suyo seguía camino del Templo.
De aquel camino, del que caían numerosos peñascos vio surgir una figura con una larga capa, una figura que conocía bien.
Liu An.
La Elfa oscura había dejado atrás su máscara, dejando al descubierto la mitad de su cara desfigurada. Era terrible, ver la carne desnuda bajo la piel, las encías descubiertas, la lengua entre los pocos pedazos de mejilla que quedaban.
Un círculo de sangre brotó cerrando toda salida.
Era el momento de luchar.
Continua el DUELO: Liu An vs Anat Ben Ishtar
El duelo había concluído. Y había vencido. No se sentía vencedora. Sentía como si una parte de su alma se hubiese quebrado. Aun tenía lágrimas en los ojos.
Maldito lugar.
Tras un momento, miró arriba. Ya e encontraba en la falda de la montaña. La pendiente no era excesiva. Era la pendiente que la acercaba al templo y su destino.