Partida Rol por web

-No te alteres, Jaime. Sé quien eres porque ya te he dicho que quiero esa vasija, y he tenido que enterarme de en qué manos estaba, de quien la posee. No me importa como la hayas conseguido, estoy dispuesta a pagar por ella. No es más que un negocio. Pon tu precio.

Ahora coqueteo con él, pero estoy más seria. Quiero que me crea, que sepa que sé de qué hablo, y que estoy dispuesta a hacer un trato.

Las palabras dulces de la mujer entran en la mente del bandido, a su pesar. Tal vez, dice, acercándose a la bailarina, tu y yo podamos llegar a un acuerdo, si tienes el dinero... y algún extra. ¿De cuanto estamos hablando? No digo que tenga lo que buscas, pero tal vez conozca a quien sí.

-Bien, bien... ¡Así me gusta! Le paso el velo que aún tengo en mis manos por el cuello, atrayéndolo hacia mi, coqueteando descaradamente, sin llegar a dejarle que me ponga la mano encima. -No, no, primero los negocios, ¿recuerdas? Sonrío, y le digo con voz melosa: -No te preocupes por el dinero... llegaremos a un acuerdo. ¿Cuanto te parece justo...? veamos...

Si tal es vuestro interés haré algunas averiguaciones, pero no creo que pueda conseguirlo por menos de 1200 Dragones de Obsidiana. Luego le dedica una sonrisa llena de lujuria a Aymée, asiendola por la cintura. Claro que puedo hacerte un descuento.

Aymée está en su salsa. Muchos años en el Harem del Sultán, siendo enseñada y entrenada tanto en las artes de la seducción como en las de evitar el acoso, hacen de ella una perfecta rival amorosa.

Sabe como tentar al hombre, juega con él con coqueteos, pero no le deja acercarse. Cuando la agarra por la cintura, de nuevo la bailarina se escabulle, dejando en la mano del bandido un suave perfume a jazmín, y en su pecho un deseo aún mayor. Sonriéndole, no le decepciona ni le rechaza en absoluto. Sus ojos ofrecen promesas, su cuerpo habla de placeres inmensos. Pero sólo es una posibilidad...

-¡Un descuento...?! Mucho más que eso, Jaime, me temo... estoy dispuesta a negociar, claro. Pero no puedo pagarte lo que pides. ¡Es mucho lo que dices, no debemos estar hablando de la misma vasija! ¿Estás seguro que te refieres a la que alguien consiguió de la casa del elfo Jerion? ¡Es esa y no otra la que quiero!