Partida Rol por web

Se eligen los sets después, Ricardo, como siempre. ;-) Así que siempre queda el 5x3 que hace pupita.
jejeje

Ricardo se movió tan rápido que sus compañeros apenas pudieron reaccionar. Saltó en el aire, con ambas dagas en la mano, buscando la dañada juntura del brazo Izquierdo. Antes de que el puño bajase para golpear el suelo, ricardo impactó en la parte baja del brazo, abriendo una profunda hendidura que partía hasta el torso. Lo que hizo que el monstruo, por primera vez, gimiera de dolor.

Svaltafer sonrió. Al fin, una oportunidad.

Se lanzó hacia delante, esquivando el otro puño del golem de un salto, subiendose a él, y saltando de nuevo hacia donde aun colgaba ricardo. Clavó sus ganchos en ella, mientras sus compañeros distraían al ser. Ambos, hombre y Elfo. Enganchados al interior de la bestia tiraron. Y tiraron. Usaron todas sus fuerzas haste que sus músculos chillaron de dolor. Y más. Hasta que sintieron ceder la piedra, quebrarse el torso, aullar a la bestia. Con un enorme crujido, una enorme masa del centro del ser fue arrancada. La bestia miraba el pedazo que le habían arrancado. El enorme boquete, de casi la mitad de su tronco, yacía en el suelo, y la otra mitad no podía soportar tal peso. Con un crujido, el ser comenzó a desmoronarse sobre sí mismo.

Habían vencido. Y el estadio se llenó de vítores.

Habían vencido. Era... impresionante. Sobre todo teniendo en cuenta que Delderius se había visto muerto hacia apenas unos instantes. El elfo oscuro se limpió el sudor de la frente y miró a su compañero de raza, a Svaltafer, con una medio sonrisa.

- Buenos golpes, Sval. Sin ti no lo habríamos conseguido. Quiero veros esta tarde en mi cuarto. A ti y a Argus. Tenemos que hablar con urgencia. Pasate por alli - Delderius puso su mano sobre el hombre de Sval- Manejas cada vez mejor esos ganchos tuyos, ¿sabes? Dentro de poco habrás desvancado a Parnassus si sigues así. - tras estas palabras Delderius observó el cuerpo destrozado de la bestia, sopesando el combate que habían tenido. Meneó la cabeza. Habían sido afortunados, muchas decisiones tácticas habían sido erradas. Sin embargo...

- Todos hemos luchado bien. Felicidades a cada uno... incluso al norteño y a Deseo- digo con una medio sonrisa irónica.

- Gracias Delderius siempre es un placer luchar junto a ti, en cuanto al manejo de los gancjos ... los sufrimientos con Oliver merecen la pena JAJAJAJA

Ahora me quedo callado un momento y me acerco para hablar un poco más bajao a Delderius:

- Allí estaré

Y girandome hacia todos los demás

- ¡¡¡¡GLADIADORES HEMOS VENCIDO!!!!

Le vió caer, desde su triste situación, abatida, apenas sostenida su Guadaña, o mejor, apenas sosteniéndose en ella. Una mole pétrea que en su envergadura parecía arañar le bóveda del Coliseo con su testa, un ser de pesadilla, un ser que no hubiera debido existir, que había sido creado sólo para destruirles.

Uno, enorme, aparentemente imbatible. Y ellos, seis, insectos del Mundo de Cenizas, pequeños, desheredados, y... juntos. Y distintos.

Juntos... Deseo sintió una vez más una punzada en su interior, la misma que se había insinuado había combatido juanto a Juan Bautista, y que sin lugar a dudas había sentido haciéndolo junto a Parnassus, ya revelado su significado: No era cierto cuanto le habían inculcado. Siempre había sido una mujer independiente, un ave solitaria. Nunca había necesitado a nadie, y nunca había consentido que nadie se interpusiera en su camino. Eso quería decir, soledad. Y ahora... por primera vez...

Y...

Distintos entre sí... Seis luchadores al unísono, juntos. Pero diferentes. Un Orco, un Hakhim, dos Elfos Oscuros, y tres Humanos. Era curioso, estaban representadas todas las razas del Coliseo, y habían luchado uno junto al otro, dagas, ganchos, músculos y acero, habían puesto todo su coraje, su valor en su empeño. Y habían vencido... ¡vencido!

Se sintió extraña. Miró a sus compañeros, que celebraban a su alrededor la victoria, cada uno a su manera, según su carácter, su instinto, o su naturaleza. Pero todos lo hacían, se felicitaban. En todas las pupilas la misma luz, en todos los rostros sonrisas, fueran en labios oscuros, pardos, verdosos o casi blancos...

Poco a poco, en los suyos, en sus labios dorados, una sonrisa amaneció también. Y la luz de las pupilas se contagió, se derramó de otros ojos, creció, y la inundó. Una leve lágrima se deslizó, discreta, callada, testigo de su revelación.

Su mirada se elevó. Se desprendió con esfuerzo de las de esos compañeros, esos vencedores, y buscó un lugar en lo alto. En lo alto de las Gradas. Buscó a una Dama Oscura, una Hechicera, una elfa. Buscó sus ojos, y los encontró.

Y en una mirada, una sola, supo, y transmitió. Fué humana, fué orca, hakhim y elfa. Fué mujer, fué esperanza...

Extenuado... medio desangrado... observé como aquella mole era vencida y se derrumbaba ante los atónitos ojos de la dama negra. Mi perenne sonrisa se acentuó... habíamos vencido. El júbilo y la celebración atesoró el alma de mis aliados, incluídos los elfos de piel oscura quizás llevados por el placer del momento... y otros tantos que se prometían.

Mi obediente lanza ya no sería necesaria en este coso... era hora de retirarme...

Y en silencio así hice... la sombra se sumergió entre las sombras y el clamor de aquellas gargantas se fue enmudeciendo con cada uno de mis pasos...

Ricardo apenas se lo creia, habían vencido.
Mientras los elfos se felicitaban de lo buenos que eran, el norteño se dirijió hacía Deseo y Ormuz, que eran los que más heridos se encontraban. Ignoraba por completo al público, incluso a la dama oscura.

¿Os encontrais bien? Os llevasteis los peores golpes de ese monstruo. ¿Necesitais ayuda para ir a la casa de curación?

Mientras hablaba le echó una mirada al orco por si necesitaba ayuda también, pero aunque magullado se le veia bien. La resistencia orca era una ventaja sin duda.

Kiurbu aun podía andar y se retiró de la arena. Con lo que el norteño se quedó con Deseo que se aguantaba apoyada en su guadaña.

Garruk se apartó del cuerpo inerte de piedra y observó como la alegría cundía entre sus compañeros gladiadores... no era para menos... aunque Garruk no supiera lo que era perder en uno de estos eventos... XDDDDD

Que lástima... que no se pueda cocinar la piedra...

dijo mientras se volvía de camino al salón.

La devolvió al suelo de la arena, desde su ensoñación prendida en los ojos de la Dama Oscura, y en quizá qué pensamientos, la voz de Ricardo. Preguntaba como estaba, como estaban. Y solícito, se quedó con ella, ayudándola con su Guadaña, aliviando el dolor de sus heridas terribles con su gesto generoso.

-Gracias, sí, me irá bien tu ayuda.

Afinó sus párpados, y amplió su sonrisa. Él nunca sabría lo que le había costado decir eso...

Tranquila, deja que esos elfos oscuros beban la gloria que creen haber ganado ellos solos. Lo importante es que hemos sobrevivido todos.
Por lo menos no eres tan cabezota como lo era yo al principio.
No aceptaba la ayuda de nadie y sólo me preocupaba de mi mismo. Pero esta ciudad es más complicada de lo que parece.

El público seguía aplaudiendo, pero Ricardo lo ignoraba mientras salían de la arena. Podía sentir la furía de la hechicera en su espalda. Y sonrió.

Algún día se cansará de mi osadia