Partida Rol por web

- Espero que nos volvamos a encontrar, Kalofher. La caza es un deporte apasionante en verdad - dice Delderius con sinceridad. Luego asiente a las palabras de Parnassus- Trasmite mis saludos y felicitaciones a tus amos por tu buen adiestramiento, Parnassus - dice con sencillez. Luego Delderius Caelis se marcha igualmente

VIAJO A LAS CALLES

La llegada de Delderius a la Puerta Norte es discreta. En los alrededores nota una gran tranquilidad, para ser uno de los cuatro puntos de salida de la ciudad. Los humanos parecen haber desaparecido de las calles.

La tensión se estaba acumulando, como una bestia que reposaba antes de cazar.

Delderius era todo menos una persona tranquila. Se movía con seguridad, con elegancia tal vez, pero no podía permitirse quedarse quieto.

Por suerte, y también por desgracia, Delderius era alguien conocido. Uno de los escasos gladiadores elfos oscuros, y uno de los más estimados por el público. Debía trabajar eso. Así que se quedó observando unos instantes, esperando a que alguien le abordara... o alguien a quien sería interesante abordar para saber si sabía algo. Tal vez un mercader o un guardia

La calle estaba casi desierta, y los guardias parecían acomodarse en sus almenas sin demasiadas ganas de bajar a a calle. No, aquello estaba demasiado tranquilo. ¿Por qué?

Algo no iba bien. Miré a uno de los guardias con la mezcla de altivez y elegancia que me caracterizaba

- ¿Pasa algo en este lugar, guerrero?. Llebo años siendo ciudadano de esta grande ciudad nuestra y no recuerdo haber visto jamás la puerta norte tan tranquila. Parece que acaba de pasar un huracán... o que va a hacerlo. Dime, ¿hay algo que puedas contarme?

El guardia señaló una columna de humo, a unas doce o trece calles de distancia. Algo ha ocurrido en el centro, un gran combate. Dicen que los Ejecutores están sueltos por la ciudad. Nadie desea estar en su camino... y no os lo aconsejo a vos tampoco.

Delderius aguantó las ganas de exhalar un largo suspiro. Eso era lo que pasaba cuando nadie le hacía caso. Ahora los muertos llenarían las calles. ¿Y todo por qué?

Por la estupidez de muchos en asumir bien que todo iba a ser siempre igual, bien que los cambios les favorecerían. Estúpidos, todos. En todo caso, ya no le importaba. Si los Ejecutores estaban sueltos... Delderius Caelis miró la puerta norte. A lo mejor no iba a tener otra posibilidad de huir, y esta ciudad se convertiría en una tumba de hielo y piedra.

El gladiador pensó unos segundos, y luego se encogió de hombros. En realidad nada le ataba a la ciudad, pero sentía una profunda curiosidad por saber como terminaba esto. Miró al guardia

- Ando buscando a un elfo recién llegado. Lorethien. - y tras esta frase lo describo- Se que no es el momento mas oportuno, pero... tengo un contrato, y ya sabes lo puntilloso que soy con esas cosas. Si esta noche ambos estamos vivos y me ayudas, mañana te alegrarás de haberlo hecho

¿Un Alto Elfo aquí? la carcajada del hombre resonó desde la almena. no creo que ninguno fuese tan suicida como para adentrarse en una ciudad nuestra, hermano.

Miro al guardia.

- Verás, hermano. Fue Valter quien me dijo que estaba ese tal elfo en la ciudad. No pretendo decir que te equivocas, pero si tengo que elegir entre pensar que estas en un error o que lo está Valter - dejo que las palabras floten en el aire, sin llegar a insinuar el real peligro que encierran- ¿Sabes si alguno de tus compañeros vio algo sospechoso?. A quien busco es un mago, y podría tener poderes para evitar ser reconocido. Porque otra forma de entrar a la ciudad, no podría haber usado aquel al que busco. ¿O me equivoco?

Hace poco un grupo de esclavos pudo salir de la ciudad, y aun no sabemos bien como. Pero si Valter está en la ciudad, es posible que él mismo causase la destrucción cercana. Su poder es leyenda. El guarda se rasca la barbilla pensativo. Poco sé de hechicería, nunca tuve gran interés en ella. Pero una hechicera poderosa podría saber algo así. Claro que la Dama Morkhalee no concede baratos sus favores...

Miro el lugar de donde sale el humo. Realmente mis opciones ahora se reducían a dos: o iba hacia ella o iba donde Morkhalee... y realmente prefería lo primero a lo segundo.

Por mucho. Pidiera lo que me pidiera Morkhalee no me iba a gustar. Mejor apurar todas las opciones antes que esa.

- Bien, seguiré mi camino - dije saludando con cortesía al guardia- Y estad atentos. Los esclavos y las razas inferiores están muy agitados