Partida Rol por web

Hassasin...

Mi voz fue un susurro... la incredulidad hecha aliento al escucharle... Y los ojos parecieron entristecerse mientras seguían anclados en los suyos... mientras me enredaba aún más en él... en su bagaje... en el aire oscuro que manaba de su ser... Un hombre perseguido... uno proscrito......

Uno muerto...

Me recortaba blanca contra la piedra de aquel corredor... contra su sombra... que se extendía de él cómo negro vivo de su cuerpo... Me recortaba contra él... hermano oscuro del desierto... negro contra blanco, luz contra oscuridad... noche contra día... Estabamos tan alejados el uno del otro... tan lejos, tanto.... que estabamos demasiado cerca...

El escalofrío me recorrió... Ormuz... Había pronunciado su nombre y junto a él su condena... Y el miel de los ojos se me anegaba sin llegar a saber por qué... y el fuego del pecho dolía... Demasiado....

Entiendes lo que haces?.... Había levantado la mirada, húmeda pero fuerte... Había levantado la barbilla y los hombros... y el orgullo de mi casta... y el de todo mi ser... Contesta!!... lo entiendes?!!...

No dijo nada.... y fue un movimiento extraño el que... hundida casi furiosa en su mirada... me acercó aún más a él... Un Hassasin... una Sierva.... No......

Pero allí estabamos...

Has pronunciado tu nombre... Hassasin... y con él... me has entregado tu vida.... No le conocía, no debía conocerle, nadie debía... Y aún así... allí estaba... Y aún así... era lo que más ansiaba...

Recordé la primera vez que le ví... recordé como había muerto por mi daga... recordé lo que sentí al calor de su rojo en mi piel... Y recorde cómo, al verle caer, me había condenado.... Ahora entendía que no fue su sangre la que me venció desde la muerte aquel día... Fue la mía...

Por qué?.... Por qué me sentía así?.. por qué sentía necesitarle más que al aire?... Por qué su mirada me hacía sentir pequeña? Por qué su voz, que apenas había escuchado, me hacía estremecer?... Por qué el valor se me escapaba entre los dedos... por qué huía de mi el orgullo?... Por qué?? Kiurbu era un hassasin... un oscuro consumido por su propia sombra... y yo sentía una lágrima recorrerme la mejilla... y me hundía en aquella arena negra y movediza de sus ojos deseando saber qué era Ormuz...

El miel le miró orgulloso pero vencido... Después de todo... quién puede detener al viento del Desierto?.... Quién quiere hacerlo?...

Sea.............. Te entrego también la mía...

Recorrí la distancia de una vida... y su aliento me abrasó... y ardí al contacto de mis labios en los suyos...Fríos.... suaves... dulces... Todo se desdibujaba entre sus brazos... los gritos... la muerte... las sombras... Me dejaba ir en él sintiéndome envolver de su olor a desierto.. de su sabor a té dulce... de su tacto de arena suave...

Una sierva... un hassasin... No. Pero allí estabamos... allí quería estar...

El beso se resistió a morir cuando apenas me separé de él... abriendo los ojos despacio para volver a encontrar la noche de los suyos... Fue un segundo largo de silencio espeso... y la mano se me apoyó en su pecho... y pronto el miel de los ojos descendió de los suyos para seguirla y perderse en el negro que le cubría....

Noche contra día.....

Es la hora... Las trompetas ya resonaban en aquel túnel como reclamo para nuestro dolor... y tome aire... y me alejé de él sabiendo que ya no volvería a respirar si no lo hacía de su aliento... Uno de los dos... ha de morir... Aunque sea la misma sangre la que se derrame....

Las dagas abandonaron suaves la cintura... y me espigué blanca, Hija de Luna, para iniciar a su lado el camino al coso... para mirarle con el dorado en llamas... con el pecho más que eso....

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Lanza y dagas se buscaban bajo el sol de aquella tierra... bajo los ojos de la diosa... y los cuerpos sudaban la sal de su esencía... el rojo de su vida...

El nuevo golpe me resquebrajo un pecho que ya saltó a aquella arena demasiado frágil... y apreté los dientes reprimiendo el grito... dibujando la sonrisa mientras buscaba sus ojos... Pueblo del Desierto... orgullo de una raza... valor de todas sus gentes...

Le vi dudar, indeciso... y apenas levantando la mirada a la Dama Negra temí... Temí por él y por su suerte... a pesar de mi sangre derramada, del dolor de cada una de mis respiraciones... Le ví dudar y acepté yo la condena...

Mejor yo que él...

El giro le segó el aliento... discurrió el acero casi en una caricia de nuevo por su cuello... Y vi sus ojos dilatarse mientras la sangre le abandonaba... mientras indómito aún permanecía en pie unos segundos... para caer de rodillas vencido por la agonía de la muerte un segundo después... Y yo me abalancé sobre él para sostenerle... con el pecho rojo... con los ojos llenos de sal...

No sabía si volvería a verle... no sabía si mi senda y la suya volverían a enredarse... y le veía morir en mis brazos mientras los gritos de aquellos elfos se desdibujaban y extinguían siquiera antes de rozarnos... No les oíamos... ya no estabamos allí...

Que la Diosa te guarde el sueño... Ormuz.... Su cuerpo descansaba sobre la arena mientras yo... arrodillada a su lado... retiraba suave el pelo de su cara y esperaba que llegasen los restauradores... apurando cada segundo que me restaba a su lado... Que luna me permita estar ahí cuando despiertes....

Duerme ahora... amor mío...