Partida Rol por web

El ser parecía sorprendido de estar herido, mientras ambas cabezas seguían el movimiento de los gladiadores, que ahora le rodeaban. Una de las cabezas fruncía el ceño, mientras la otra sonreía, avida de sangre. De nuevo, el ser se lanzó hacia los gladiadores con letal precisión. Para desgracia de Hugo. Balanceando el terible peso del tronco de arbol arrancado, golpeó el craneo del humano, retorciendo su cuello en un ángulo imposible, y cayendo al suelo, muerto al instante.

El crujido heló la sangre de sus dos compañeros.

Ahora libre, el monstruoso ser dedicó su atención a los que quedaban. Toda su terrible atención.

Hombre, teniendo en cuenta que Hugo murió el turno anterior, complicado veo que le salves. Pero sí, se supone que son dos adversarios que comparten puntos de vida, basicamente. Si te cargas una cabeza, solo te queda la otra.

Exacto, Hugo. 3L + 3S, si tienes 4 Huecos, pasa a ser 5L.
Siento que hayas disfrutado tan poco del evento. Pero al menos, triunfen o caigan tus compañeros, la experiencia te la llevas!

La enorme criatura de dos cabezas arremetió de nuevo, optando por la sombra que había quedado algo separada del grupo tras el embite inicial. Sus primeros ataques fueron evadidos con maestría por ésta que se movía ágil por el coso... siempre buscando el punto débil en la defensa del oponente. Sin embargo, poco a poco aquel ser... dando alguna muestra de inteligencia... fue arrinconándolo poco a poco.

Cuando me percaté de la maniobra, fue demasiado tarde... y nada pude hacer para evitar que el garrote, ante mis ojos, aplastase el cráneo bajo la capucha. Un sonoro crujido y su cuerpo se desplomó sin vida en el suelo...

-. Al- Azahar...- El pozos de mis ojos buscaron los suyos tras de mi... enredándose en sus pupilas el tiempo justo para enardecer mi determinación. -... siempre serás bien hallada. Sí hemos de compartir destino te ofrezco hasta mi último aliento... nuestra carne puede perecer, pero nuestro espíritu jamás.- Mi sonrisa se acentúa. -. En unos instantes o tras el despertar de los monjes nos volveremos a ver... me alegrará verte de nuevo.- Mis ojos azabaches hipnotizados se sumergían más y más en los suyos... en su sonrisa.

El gruñido de la bestia que se encaraba desafiante a nuestra posición... reclamó obligando a mi atención a despegarse de ella.

-. Aun podemos... Le dije antes de despegarme de ella... si queríamos vencer deberíamos atacar los dos.

Ambos nos abalanzamos contra aquel ser, intentando confudirle... ambos por cada lado buscando flanquearlo... viento y luna... luna y viento...

Un par de pequeños ojos me siguieron, siempre atentos a mis movimientos... otros tantos pendientes de la sierva.

Su enorme garrote nos dió la bienvenida trazando un amplio círculo horizontal. No pude evitar su embite, que golpeó brutalmente mi torso para proseguir su incesante camino hacia la Hija de la Luna; pero si pude, haciendo acopio de mis fuerzas... faltándome la respiración, mantenerme en pie. -. Ufffffffffffffffffffffff....- Un último giro y alcancé con mi obediente lanza uno de sus brazos... y su pestilente aliento, en forma de alarido, proclamó el dolor profesado.

Necesitaba recobrar el aire... me despegué de su hediondo abrazo... el pecho dolía con cada respiración... el fluido carmesí visitó mis labios...

Pude comprobar, impotente, que Al-Azahar había corrido la misma suerte que yo... -. Aun podemos...- Su plata rozó la pierna del ente, arrancándome una sonrisa... la blanca... la plata... la nueva... AL-Azahar.

El cuerpo sin vida de la sombra, yacía a mi bera... augurándome su mismo destino...

Si, tienes que declarar a que "cabeza" paras.

El mazo opacó el sol.... igual que la sangre salpicada de Hugo opacó mis pupilas... igual que el crujido que marcaba el fin de su vida tiñó el miel de la rabia profunda... de la llamarada de ira... de mi fuego clamando...

Resguardada del engendro por el cuerpo de Kiurbu... No lo suficiente. Observaba sobre su hombro con el dorado ardiente como Hugo se desplomaba sin vida en el sudario que había de serle aquella arena... y yo sentía el pecho acelerarse... subir y bajar desbocado... mientras elevaba la mirada a de aquel monstruo bicéfalo... mientras sentía el pálpito de la luna en la sangre... la daga firme en las manos... y la voz de Viento...

Mis pupilas encontraron las suyas... y se enredaron las sonrisas... y los alientos.... mientras la brisa que arreciaba en aquel coso enmarañaba el azabache de nuestros cabellos y nuestros cuerpos...

Cita:

El cuerpo se me afiló a su voz... al grito desafiante clamado por las dos gargantas de la aberración... y juntos iniciamos el movimiento... Plata de Luna y Viento de Desierto... sangre de fuego y sol de nuestra tierra... Orgullo Hakhim.. más que eso...

Derecha e izquierda... nuestras esencias rodeaban la suya cazadores decididos... pero de nuevo su mazo dibujó muerte... y antes siquiera de poder llegar a él... sentía el golpe brutal en el torso... Golpe que me dejo sin aliento... que desgarró la túnica blanca doblegándome obligada por el dolor... casi de rodillas...

Cita:

El fuego prendió en el ámbar de mis ojos... en la rabia de mi gesto... en el orgullo de mi ser y de mi raza que me sujetó el quejido entre los dientes... Casi de rodillas.. nunca sometida.... Y con la media sonrisa en los labios.. con las mandíbulas apretadas y los nudillos blanqueando firmes mientras aferraba las dagas... el giro del cuerpo fue apenas un baile... Aspa de plata que me puso en pie... rasgando a su paso la rodilla del ogro......

El brillo de mis ojos y su orgullo buscaron a Kiurbu... la media sonrisa en los labios mientras la sangre me recorría tibia el abdomen....

Quien detiene al desierto?...

Aunque los golpes llovían sobre el Ogro, este parecía imparable. Después de causar la muerte de Hugo, los gladiadores atacaban con fuerza, pero los golpes del terrible ser parecían imparables. Cuando ambos luchadores saltaronm intentando destrozar una de sus cabezas, lanzó el garrote trazándo un arco, golpeándo a ambos en el torso. Incluso desde el graderío se escuchó el crujido de las costillas al romperse. Al menos, pudieron herirle levemente en los miembros de la que caían, pero su estado era crítico. No soportarían mucho más castigo.

Mientras ambas cabezas parecían haberse puesto de acuerdo para sonreir triunfantes, el terrible ser se lanzó de nuevo a la carga...

El golpe fue terrible... y ahora... con los pechos abiertos y el aire negado por el dolor... con los labios envueltos en sangre, como envueltos en sangre se dibujaban nuestros torsos... aún nos obligábamos al orgullo... aún levantábamos la barbilla... el fuego de nuestros corazones...

Aún en pie... rotos y tambaleantes... pero con las rodillas firmes y el orgullo intacto de nuestra tierra... de nuestra raza... de nuestra sangre que ahora se derramaba en aquella arena bajos las miradas jubilosas de aquellos elfos negros... bajo las de su engendro... que sonreía malicioso... que oscilando el mazo terrible se lanzaba de nuevo a nosotros... Y busque el pozo azabache de Viento con mi miel en un desafío... con el torso destrozado... No nos oirían gritar...

Una sombra... nada pude hacer.. no puede evitarlo... y el sonido del hueso estallar me habló de su muerte... y solo pude buscar con la mirada la suya negra que ya se nublaba... solo pude verle caer de rodillas... mientras la sombra proyectada de su garrote se acercaba hacía mi... No la vi... no puede evitarla... mi miel se hundía en el pecho de Kiurbu... miel nublado del salado que lo desbordaba...

El golpe me proyectó varios metros... levantándome del suelo y nublándome los sentidos... Una vista que se distorsionaba en el rojo abundante que manaba de mi frente...un oído que solo captaba el latir del propio corazón.. que todo lo velaba... los gritos ansiosos de los elfos... los del ogro.. que de nuevo se abalanzaba hacia mí...

Sabor a sangre y arena en los labios... y apoyándome con esfuerzo me puse en pie... tambaleante y rota... pero nadie diría que esperaba la muerte de rodillas... o que suplicaba por ella... o por evitarla...

Ven.........maldito.... Ven........ Asenté las piernas firmes en la arena... mientras inclinaba el cuerpo... mientras la mirada solo me devolvía desgarros de la realidad, sombras difusas... ruidos distantes. Sola en la arena... blanca y roja levanté la barbilla... afilé la sonrisa incapaz de enfocar... y la voz me supo a mi sangre y mi casta... Ven... mi filo te espera... y yo también...

Ahora solo quedaba la mujer, y ambas cabezas prestaban toda su atención a la única superviviente del combate. Apenas podía moverse, con las costillas rotas y una enorme brecha en la cabeza. Era una presa perfecta.

Lanzó su garrote hacia abajo, dirigiendolo directamente a la cabeza de la Hakhim, que intentó apartarse. Pero estaba demasiado herida y lo último que vió fue el enorme garrote abalanzádose sobre ella...