Partida Rol por web

A Eli las babosas, sobre todo las babas que éstas segregaban,  le repugnaban antes de saber que existía la magia, y era difícil que cambiara de parecer a esas alturas. Aún así, la explicación de Mircea tenía sentido y supo que debía hacerlo si quería superar esa asignatura.

-Creo que es así- se dijo más para sí misma que para otros, mientras intentaba de nuevo hacer la poción- empecemos por los colmillos.

Con más detenimiento que en su intento anterior, intentó seguir los pasos detalladamente. Sus ojos miraban con concentración a los ingredientes y utensilios que utilizaba. Solo se permitió una mueca de desagrado cuando extrajo la viscosa sustancia del interior de los cuernos de babosa. Pero no dejó que eso le distrajera... cuando creyó finalizar le enseñó el recipiente a Mircea. Esta vez el color no parecía muy diferente del que les enseñó Malfoy.

-Creo que lo he entendido bien. Gracias Mircea, creo que vales para profesor o algo así.

Como hizo antes, le ofreció una sonrisa bobalicona pero sincera.

¡Ves que bien! Dijo mirando a Eli. ¡Ahora puedes llevarte tus correspondientes 10 puntos para Gryffindor! Luego se dio cuenta de que Sam ya se había ido sin tan siquiera intentarlo de nuevo. La chica parecía tener mucha prisa.

¡Buen trabajo! Me alegra saber que no tendré que veros en los exámenes.

¡Y ahora todos a comer! ¡Que aproveche! Dijo mientras se marchaba hacia el Gran Comedor.

Una nueva clase de Curación con Malfloy. Me exaspera tener como profesor a esa sierpe mas no me queda otra opción que aguantarme así que intento prestar atención a la forma de elaborar la susodicha crema.

Lo intento con todas mis fuerzas pero por más que lo intento me resulta imposible mantener la concentración durante todo el proceso.

- Menudo tostón de clase. - pienso.

Cuando intento realizar la crema evidente que no he prestado la debida atención pues no consigo el efecto deseado.

Llegué a clase después de correr, y recuperé el aliento mientras me sentaba en uno de los pupitres de la primera fila. Quería compensar la falta de asistencia de la clase anterior, por lo que me puse con la pluma, el pergamino y el tintero totalmente preparados en la mesa. Estaba lista a aguantar a Malfoy y su peculiar humor y carácter.

Contemplé al profesor, y comencé a tomar nota en cuanto empezó a hablar. Traté de coger todo lo que decía, pero hablaba muy deprisa. Terminé por hacer patadas al diccionario para pillar cada palabra, pero tampoco sirvió. Al final, me imaginé que lo encontraría y completaría con lo que hubiera en mi libro.

Sin embargo, con los ingredientes y con los pasos a seguir para hacer la receta, los copié a una velocidad vertiginosa. Estuve satisfecha al ver que lo había copiado todo. Miré al profesor, y sonreí, tratando de que viera mi cartel reluciente de buena estudiante.

En cuanto dijo que practicáramos, comencé a seguir los pasos que había copiado en los apuntes. Me fijé varias veces para no cometer ningún fallo, y agité la varita como decía y todas las veces que se necesitaban.

Con el pelo revuelto después de haberme pasado las manos por él, y con la cara ruborizada por el calor que desprendía el pequeño caldero, me fijé en el color que tenía, y sonreí al ver que tenía mi mismo tono de piel.

Con cuidado, saqué de la marmita el mejunje, y lo deposité en el tarro, con la punta de la lengua sacada de lo concentrada que estaba.

Miré al profesor Malfoy, esperando mi galleta como recompensa por haberlo hecho bien. 

Sin tener que volver a involucrarase, Mircea se quedó a un lado, dejándole espacio suficiente a Elisabeth, pero pendiente de cuanto hacía. La chica era correcta y sus movimientos parecían indicar que tenía experiencia en el uso del caldero, y Mircea era capaz de percibirlo porque él mismo se consideraba un experto en esas lides. Le había molestado encontrarse a la llegada a la escuela que no se cursaría la asignatura de Pociones, pero al menos les permitían esta asignatura de Curación, que tampoco era exactamente lo que quería pero era lo único parecido.

Mircea afirmó con la cabeza cuando Eli le mostró el potingue antes de que el profesor se acercara a echarle un vistazo.

No soy yo, sino tú. Has sabido hacerlo sin que te ayudara. Lo de las babas lo habrías acabado descubriendo tú sola, y todo lo demás, ya ves, contestó esbozando una sonrisa leve.

Hasta luego, se despidió de la Gryffindor. Mircea se marchó con prisas. Aún tenía mucho que hacer antes de poder ir a comer.

¡Vaya!, pensaba que seria de los últimos.

Buenas tardes profesor.

Morpho, estuvo pensativo, despierto y atento durante el comienzo de la clase. Sabía que ese profesor era de los que no les hacía ni pizca de gracia que le interrumpieran, así que ni le dió opción a reprocharle nada.

Respecto a la crema esa que nos estaba hablando, no era del todo de su agrado, pero había que hacerlo tal y como el resto de las cosas que les mandaban. Fue a coger los ingradientes que les pedía la receta, por así decirlo. Fue realizándolo tal y como se suponía.

No tenía mala pinta, aunque tampoco era para tirar cohetes.

Llegué a la clase bastante interesado en realizar lo mejor posible la clase, estuve muy atento a la receta realizando los pasos tal y como ponía.

Vamos a ver, machacamos las colmillos

Comienzo a macharcarlos lo máximo que puedo aunque veo que quedan algunos grumos.

No debe pasar nada supongo.

Continúo con el resto de la pasta hasta decir Sanna las veces correspondientes. Finamente miro la pasta para ver si ha salido correctamente.

Llego apresuradamente a clases justo para escuchar la explicación del profesro Malfoy. Saludo con apenas un susurro trantando de evitar que se notara que recién llegaba a clase.
Tomo mi cuaderno de apuntes y anoto con cuidado los ingredientes. La pomada me parecía algo muy útil... Aunque había olido el edor que quedaba en el cuerpo luego de utilizarla y vaya que era desagradable...Aún así me concentro para preparla con éxito.
Mezclo todos los ingredientes en el orden indicado, haciendo ondear mi varita primero en sentido horario y luego en sentido contario...
Me asumo con algo de temor al caldero, esperando haberlo hecho bien.
Seguramente el profesor Malfoy me lo informaría llegado su momento.
Me desplomo en mi asiento esperando mi turno para mostrar el resultado obtenido y ver cuál era la opinión del Profesor.
Al parecer debía esforzarme más esto de llagar tan tarde a clases estaba trayendo sus resultados...

Luna Lovegood interrumpió aquella clase. No dio tiempo a que el profesor la finalizara. Venía con una carta en una mano, y con un pañuelo azul con un águila negra en la otra.

Tenía los ojos rojizos y llorosos, su cara estaba triste y su pelo algo alborotado, mejor dicho, más alborotado de lo que era habitual en ella.

Por favor, las clases han finalizado. Que todo el mundo se dirija al Gran Comedor, el director Lupin tiene que daros una trágica y triste noticia. Quien se hubiera percatado de un pequeño detalle, se daría cuenta de que Luna no había dicho "La clase, si no en plural, las clases". Aquello no pintaba nada bien.

No esperó a que el profesor dijera nada, simplemente salió de allí a toda prisa.

Después el profesor asintió y os acompañó a todos hasta el Gran Comedor. No quería que nadie se alejase de él, ya que parecía que lo que había sucedido era más peligroso o más terrible de lo que jamás hubieran pensado. ¿Una nueva desgracia se cernía sobre Hogwarts?

Estaba tan, tan concentrada que creía que, por fin, me iba a salir algo bastante bien, aceptable, pasable. Incluso, estaba segura, iba a recibir una sonrisa satisfactoria del profesor Malfoy. Miraba mi ungüento, y miraba la lista de ingredientes y los preparativos, y volvía a concentrarme.

Sonreí, finalmente, totalmente satisfecha, pensando que era la mejor pomada que había visto el profesor, o, al menos, así me lo parecía, y alcé la vista. Pestañeé varias veces al ver a la profesora Lovegood allí.

—Pero, ¿qué…?— me dije, murmurando, y miré a mis compañeros, totalmente desconcertada.

Sin embargo, el mazazo llegó al instante. Vi el sobre, y tragué saliva con dificultad. Me llevé las manos al pecho y crucé los brazos, totalmente nerviosa. No quería que se me notara que estaba algo perturbaba, disgustada, y muy inquieta. Comencé a mover mi pierna, sin parar.

Escuché sus palabras, y mi corazón dio un vuelco. Una noticia.

—¿Qué pasa?— murmuré, mirando a mis compañeros.

Contemplé mi pomada, y chasqué la lengua, enfadada. Creía que tenía la clase hecha, con los puntos ya ganados, e iba a salir a explorar el Castillo con mis compañeros Perry y Ryan, o, al menos, eso es lo que me hubiera gustado hacer.

Sin embargo, me limité a recoger mis cosas, y me colgué la mochila del hombro, en silencio. Estaba totalmente triste, y no quería imaginarme el peor de los escenarios. 

Estaba ansiosa esperando el resultado de mi pomada, cuando la Profesora Luna Lovegood irrumpe e interrumpe abruptamente la clase, por su expresión nada bueno estaba sucediendo. Miro de reojo a Erie, el fastidio también se notaba en su cara. Pero nadie tenía ánimos de cuestionar nada.
Junto en silencio mis cosas y salgo en silencio tras del profesor y de mis compañeros notando la tensión que flotaba en el ambiente. No quería quedarme sóla. No soy una persona temerosa… pero algo en esa situación me estaba haciendo sentir algo insegura.
Pensé en Valentine, mi pequeña hermanita, este es su primer año en Hogwarts y las cosas que habían sucedido desde el comienzo de clases no eran fáciles para nadie… La buscaría para saber cómo se encontraba en cuanto me fuera posible.