Entendió al profesor, pero por alguna razón la respuesta volvió a salir en rumano: il pare rau, profesorul; lo siento, profesor.
Salió del despacho, extrañado, frotándose el moratón de la frente, sin entender como había podido fallar el conjuro. Lo había hecho como lo había practicado tantas veces. Le daba rabia tener que ir a los exámenes de diciembre sin saber en qué había fallado. Momentáneamente olvidó que Daphne estaba con él. De ce nu a lucrat?*, murmuró mirando la varita en mitad del pasillo, ¿por qué no ha funcionado?
Daphne se sintió aliviada cuando vio a Mircea en el despacho tras acabar ella su recuperación. ¡Menos mal que no se le ha olvidado! Aunque quizás debería preguntarle dónde había conseguido ese moratón en la frente. ¿Se había metido en alguna pelea? Eso no era propio de su amigo.
Le deseó buena suerte levantando los pulgares, pero parece que no se la envió bien. El chico estaba algo raro y parecía que se le había olvidado cómo hablar en inglés. Lo miró extrañada mientras pronunciaba el hechizo -o lo que ella supuso que era el hechizo- en rumano. Lógicamente, no le salió. No supo qué decirle, solo puso cara de pena por el resultado de su recuperación. Y él seguía hablando en rumano.
Sonrió levemente cuando Longbottom le dio 10 puntos. Y un conjuro menos para los finales. Cuando recogió sus cosas y fue a salir, Mircea ya se había marchado. Definitivamente estaba muy raro desde su enfrentamiento con el boggart.
Al Gran Comedor.