Yendo por el pasillo, arrastrando su baúl, demasiado pesado para alguien de su constitución, acabó por meterse en un compartimento del que no salían los gritos ni las risas de los alumnos de otros años que ya empezaban a bromear mientras decidían dónde apalancarse.
Durante un segundo creyó que el vagón estaba vacío pero ahí se encontraba una muchachita que tenía el rostro pegado a la ventana casi, sacudiendo una mano frente al cristal.
La primera reacción de Daphne fue coger el asa del otro extremo del baúl y largarse pero sabía que Amon no estaría lejos y acabarían montando un lío aparatoso al moverse con los baúles así que tragó saliva y se sobrepuso al reparo que le daba conocer gente nueva. Después de todo era una chica, si hubiera sido un chico sería todo mil veces peor.
-Ho...Hola- dijo con un hilo de voz que, confiaba, sirviera para notificar a la niña de su presencia en el vagón. Arrastró al interior el baúl y tomó la jaula de Nimu que observaba el panorama con evidente reproche ante tanto zarandeo sobre el baúl.
-Pffffiufffff- resopló cuando el baúl estuvo dentro del todo e intentó sin éxito alzarlo para gualdarlo, acabó por sentarse junto a la niña rubia y se retiró un rizo de la frente echándose el pelo hacia atrás. Sus pies rozaron el suelo cuando se sentó sin encontrar un punto donde apoyarse pues no llegaba al suelo.- Daphne Relish, Hufflepuff- se presentó a la niña al tiempo que sacudía una mano estirándose para que su abuela la viera. Después abrió el baúl y sacó un uniforme que habría de ponerse cuando el expreso de Hogwarts estuviera cerca de su destino. Lo dobló y lo puso donde no molestara.
Joey subió al vagón número siete. A Bart le había tocado el número 12 así que de nuevo no pudieron sentarse juntos. Mejor...pensó Joey... así me dejará en paz un rato.
Joey entró al vagón y una chica rubia estaba ya sentada en el mismo, pero su cara no le sonaba a Joey. Entró con sus coasa y mientras las colocaba se presentó:
-Hola nena. ¿Eres nueva? Lo digo porque de una cara tan bonita me acordaría.
Enseguida se giró y pudo ver a Daphne también en aquel vagón:
-Hola Daphne, el verano te ha debido sentar muy bien. Estás muy guapa.
Terminó de colocar sus cosas y sacó a su pequeño hurón de la jaula y se presentó a la chica nueva:
-Me llamo Joey y este amigo peludo de aquí se llama Spike. Dijo acercándole el hurón, el cual comenzó a revolverse como siempre que había alguien desconocido.
-Es un cobarde y muy revoltoso. Estate quieto Spike y saluda como se merece a la señorita. ¿Cómo te llamas? Dijo a la par que se dejó caer en el asiento al lado de la muchacha sin preguntar siquiera si estaba libre, sabía que no era así . Spike se libró de las manos de Joey y escaló hasta colocarse en el hombro contrario al que se encontraba la muchacha.
Joey con la típica cara que ponía su padre cuando se enfadaba cogió de nuevo al animal y le reprochó:
-Me moriré y no te habré educado convenientemente. Rápidamente sacó una golosina de su bolsillo para ofrecérsela a Spike, pero preguntó a la chica mientras le tendía lo que sujetaba entre las manos:
-¿Quieres darle una gominola? Así seguro que te ganas su confianza. Es buen chico, pero bastante tímido.
-¿Qué tal te ha ido el verano, Daphne?
diez minutos escribiendo un post para que te lo pisen. XD. Daphne, que sepas que me haces modificarlo, mala gente. XD (es broma)
Amon seguía a cierta distancia a Daphne, pues tuvo que pararse para dejar pasar a otras personas que corrían porque se dejaban algo o para saludar a alguien. El andén era un caos en estas épocas.
Vio a Daphne entrar en un compartimento y la siguió, para ver como sacaba la ropa y dejaba el baúl casi en medio. Entonces se fijó en la niña que había al lado y a la que se había presentado Daph.
-Espera, Daph, que te ayu... -dijo el joven al ver a Joey en el vagón. Joey. El único con el que había tenido enfrentamientos verbales durante el cuso anterior, pues Amon no toleraba la forma de tratar a las chicas como si fueran unas de la calle o algo así. Se quedó tieso un segundito, como si le hubieran dado un calambrazo, pero luego continuó.
-Hola -dijo a Joey bastante seco- A ver, Daph, que te ayudo -dijo cerrando el baúl y cogiéndolo con esfuerzo. Se tambaleó dos veces peligrosamente y con un quejido consiguió alzar el baúl a una de las rejillas portaequipajes.
-Buffff -dijo pasándose la mano por la frente del esfuerzo y aprovechó para saludar a su madre, hermana y abuela de Daph- Ale, uno arriba, falta el mío -y repitiendo la maniobra, con más seguridad pero más esfuerzo, consiguió subir el suyo arriba.
Tras eso se sentó y resopló, pero era el momento de presentarse- Buenas -dijo a la niña- yo soy Amon Engel, Slytherin -y con una sonrisa se metió la mano en el bolsillo y sacó un total de ocho ranas de chocolate. Ofreció primero dos a Daphne, luego otras dos a la niña nueva y, por último, dos a Joey mientras se quedaba los otros dos para él- Si tenéis los cromos repetidos decidlo, que yo tengo varios y quiero toda la colección, ¿vale?
Daphne se encogió levemente, no es que le chirriara el "nena" (que sí, le chirriaba pero daba por hecho que el chico no lo hacía con mala intención) es que no recordaba haber cruzado ninguna palabra con Joey... con suerte habían compartido clases pero en realidad del niño no sabía más.
-Hola Joey- acertó a sonreír bajando la mirada al baúl con timidez. Para suerte (o desgracia) Amon también llegó al vagón y, pese a que por unos instantes se pudieron ver chispitas en el aire, fue capaz de comportarse con relativa cordialidad con el niño de Gryffindor.
-Espera, Amon, yo tamb...-estiró las manitas hacia el niño pero ya era tarde, su baúl estaba en el portaequipajes y Nimu lo celebró con un ruidito gorgeante.-Gracias- Dejó a Nimu (y su uniforme) a un lado de forma que no resultara tan aparatoso moverse en el vagón.
-El verano bien, gracias- contestó algo aturullada al dirigirse a Joey fijando la mirada en el hurón del niño, mirar a un animalito era mucho más fácil que sostener la mirada a un chico que no hubiera franqueado el umbral de comodidad (o más bien costumbre) de la muchachita.- Quidditch, levantarse tarde... ya sabes, ¿qué tal el vuestro?- alzó levemente la mirada que, tras encontrar la de Joey se dirigió con una rapidez abrumadora hacia la jovencita de cabellos dorados como indicando que la pregunta también era extensible a ella.
Amon le entregó un par de ranas de chocolate y Daphne enarcó las cejas.
-¡Por los Gorra Roja! ¡Ranas de chocolate!- movió ambos paquetitos jugando- luego cuando llegue la bruja del carrito podríamos hacer como el año pasado y comprar una merienda para todos...-hizo una pausa- yo no colecciono los cromos, ¿vosotros?
Joey hablaba por los codos cuando vio subir al vagón a Amon. Quedó tan sorprendido que miró al muchacho y dejó de escuchar a las chicas si es que de verdad le habían respondido. Mierda...de toda la gente posible, tenía que estar él en este vagón. Que hubiese una serpiente en el vagón no le hacía gracia. Eran gente que se consideraba por encima de los demás y actuaban como si el resto de la gente fuese inferior, algo que no compartía Joey. Además disfrutaba mostrando su superioridad. Pero que de todas las serpiente fuese Amon era algo que dejó al muchacho petrificado por completo.
Rápidamente hizo como si no pasara nada y saludó en un tono quedo y casi imperceptible:
-Hola Amon. Correspondió al saludo algo cortado.Cuando Daphne preguntó por su verano, Joey obtuvo la oportunidad de seguir adelante y dejar de sentirse incómodo. Aunque siempre pendiente de Amon contestó a Daphne:
-Bien...mi padre me obligó a estudiar los conjuros que no conseguí aprender el año pasado. Pero también he podido jugar al baloncesto y ver a mis antiguos amigos del colegio. Fuimos de vacaciones a Escocia. Es precioso, tendrías que ir alguna vez.
Sin embargo cuando más pillado se quedó fue cuando Amon le ofreció al igual que a los demás un par de ranas de chocolate. Le miró sorprendido como corroborando que Amon era consciente de lo que hacía. En verdad le gustaban mucho esas chocolatinas y sí que hacía la colección pero prefirió no deberle nada a Amon. Estaba seguro que antes o después se cobraría el favor:
-Gracias, Amon...no me apetece ahora. Agradeció a Amon. Aquel gesto de la serpiente dejó tan sorprendido a Joey que comenzó a pensar que la actitud del muchacho podía deberse al hecho de rodearse de otras serpientes. En solitario parecía mejor persona.
-Tengo repetido a Bill Wesley. Si lo quieres. Te lo doy. Quiso Joey corresponder el gesto de Amon sacando el cromo y tendiéndoselo.
Cuando Daphne propuso compartir después la merienda sonrió:
-Vale. La tranquilidad del principio en Joey había tornado en incomodidad tras la entrada de la serpiente en el vagón.
El tren estaba casi al completo y la mayoría de los compartimentos y vagones iban saturados de maletas, jaulas de animales y sobre todo gritos y conversaciones. Pocos minutos después de que estuvieseis instalados el tren hizo un sonoro ruido y éste arrancó.
La mayoría de familias mágicas estaban allí despidiéndose de sus hijos, para algunos sería el primer año en Hogwarts, para otros sería ya el último. Los alumnos estaban pegados a los cristales de sus compartimentos, otros estaban sacando un pañuelo por la ventana, pero todos sabían que el expreso arrancaba y que en unas horas llegarían a la Escuela.
El viaje sería largo y llegarían para la cena, hasta entonces lo mejor sería ponerse cómodo y esperar a que terminase. Debían llegar frescos y relajados, pues nada más llegar comenzaría la ceremonia de Selección y ese era un acontecimiento único e irrepetible que serviría para asignas a los alumnos de primero en una casa que le marcaría para toda su vida.
Bueno, si no lo habéis hecho ya, podéis empezar a rolear y a conoceros. Este turno será de interactuación entre personajes. Así que aprovechad a conocer a vuestros futuros amigos (o incluso enemigos). ¡Nos vemos el día 27! (Las dudas por la escena correspondiente).
Kelly se giro cuando escucho el tímido hola y trato de esbozar una sonrisa, a pesar de que se encontraba muy nerviosa por conocer gente nueva. No estaba muy segura de si la recién llegada era una alumna de primero al igual que ella, pero después de presentarse Daphne le dijo que pertenecía a Hufflepuff así que por lo menos era un año mayor que ella.
-Hola, mi nombre es Kelly Doherty -dijo con un marcado acento irlandés- aun no tengo casa -dijo tímidamente
Observo como Daphne se sentaba a su lado y sacaba su uniforme cuando entro otro chico, bastante menos tímido que Daphne y que ella que, con su desparpajo, consiguió que se pusiera un poco colorada. Los dos chicos mayores también tenían mascotas, Kelly se acerco para ver mejor a Spike.
-Es muy bonito -le dijo a Joey, cuando se trataba de animales perdía un poco la timidez- Yo soy Kelly Doherty- En aquella situación le pareció apropiado presentar también a su gata. -Esta de aquí- dijo señalando a la enfurruñada gata negra que había en el transportin- es Blackie.
Entro otro chico cargado también con un pesado baúl, parecía también bastante simpático y Kelly se presento tímidamente, aunque contenta de que los tres fuesen tan amables con ella. Amon les ofreció ranas de chocolate y Kelly que nunca había probado las ranas las acepto con gusto.
-Tienen cromos -dijo contenta. -Nunca había comido ranas de chocolate.
Le gusto la idea de compartir la merienda entre todos, tenia ganas de probar más dulces como los que le había ofrecido Amon.
-A mi también me parece bien lo de compartir la merienda -dijo sonriente. Cuando el tren arrancó.
-Ella es Nimu-señaló la lechuza y después abrió una rana de chocolate-Sujeta tu rana antes de que salte- dijo Daphne a la niña que parecía no haber comido nunca ranas de chocolate- ¿cómo es Escocia? Mis abuelos dicen que lo mejor está bajo Edimburgo aunque... también da un poco de miedo -se encogió ligeramente de hombros porque a miedosa no la ganaba nadie.
Hizo sitio a Amon, con una mirada aprobadora ante el gesto de paz hacia Joey que parecía un poco tenso.
-¿Tu primer año, Kelly?-preguntó con tal de sacar conversación hasta de debajo de las piedras y aflojar un poco la tensión sexual no resuelta en el ambiente- No eres británica ¿cierto?- Le costaba distinguir acentos aunque al menos de ése sí podía decir que no era rumano ni búlgaro, acostumbrada a la dicción de sus amigos.
Sacó del dobladillo de la camiseta una hoja doblada con la lista de asignaturas optativas y suspiró. A su vuelta estaría su Dios para seguir dándole clases de vuelo... aish...
Amon se encogió de hombros y ofreció las ranas que había rechazado Joey a Daphne y Kelly- ¿No las has probado nunca? Entonces puedo suponer que eres hija de muggles, ¿no? -esbozó una sonrisa tranquilizadora- mi madre es hija de muggles y me parecen muy creativos como consiguen hacer casi tantas cosas como los magos pero sin magia. Muy ingeniosos -hablaba con una total sinceridad y bastante ensimismado- y respecto a lo de la merienda me apunto.
Miró un momento a Joey- yo también tengo a Bill, el que tengo repetido es Dobby -abrió la primera de sus ranas y se la comió antes de que se le escapara y miró el cromo- Arthur Weasley, este le tengo ya -dijo mirando a Joey- ¿tú lo tienes? -antes de que respondiera abrió la otra, pero esta saltó antes de darse cuenta- ¡EH! -gritó y comenzó a perseguir la rana por el vagón en una escena cómica- ¡NO ABRÁIS LA VENTANA! -gritó mientras perseguía a su rana de chocolate. Podría lanzarla un conjuro y detenerla, pero así podía ayudar a destensar el ambiente y que Kelly se relajara del todo. Al final se lanzó al suelo y la atrapó-¡JAJÁ! -dijo mientras se la comía y miraba el cromo tranquilamente- Kingsley, este no lo tengo -esbozó una sonrisa amplísima y se volvió a sentar en su sitio.
-Ah, Kelly, tranquila por la ceremonia, solo te ponen un sombrero y te indican una casa y, a no ser que te pongan en Ravenclaw, ya conoces a uno de cada una de las casas, así que no estarás sola -dijo sonriendo a la niña- él es de Gryffindorf -señaló a Joey.
Kelly se levanto de su asiento para ver mejor el ave.
-Me gusta mucho tu lechuza- le dijo a Daphne- son mis animales favoritos después de los gatos.
Se sentó y abrió su rana de chocolate, la rana hizo el amago de saltar, pero Kelly la sostuvo a tiempo.
-¡Uy! Casi se me escapa, gracias por la advertencia. -Sonrio-Es mi primer año, soy Irlandesa de Galway y mis padres son muggles. No se casi nada de la comunidad mágica.
Escucho la emplicación de Amon sobre la ceremonia de selección.
- ¿El sombrero decide a que casa voy a ir? La verdad es que estoy algo preocupada, por si no me pone en ninguna casa...
-¿sí? Si necesitas enviar alguna carta te la puedo prestar... o la puedes mandar con las nuestras-señaló a Amon- a él se la dejé algunas veces el año pasado, es lo bueno de Nimu, aunque sea tan chiquitita puede llevar tus cartas.
Con la mención sobre su ignorancia acerca de la comunidad mágica enarcó las cejas con cierta sorpresa. ¡Una niña de padres muggles!
-No tienes que preocuparte por el Sombrero Seleccionador,si me ha cogido a mí a ti por supuesto- asintió con la cabeza muy convencida.- ¿tus padres qué trabajo muggle hacen?- preguntó llena de curiosidad mientras el breve revoloteo que sentía cuando pensaba en su madre se hacía presente en el fondo de su estómago.- ¿cuándo supiste que no eras eh.... muggle?
La timidez de la niña había caído bajo la (evidente para ella) afinidad que sentía con Kelly pues, aunque ésta no lo supiera sí que tenían cosas en común, más que la que tenía con su mejor amiga en Hogwarts (aunque como Sara no sabía quiénes eran sus padres siempre quedaba el beneficio de la duda).
Cuando Amon le comentó a la chica que él era de Gryffindor asintió con orgullo.
De igual forma cuando la chica comentó su miedo de no ir a ninguna casa, Joey sonrió:
-No te preocupes muñeca. Si te han llamado es que hay un sitio para ti en alguna de las casas. Será un placer verte en Gryffindor, si así lo indica el sombrero. En el momento de ponértelo tienes que pensar en lo que más deseas en el mundo. Eso será suficiente para que el sombrero sepa a que casa debes ir.
Amon sonrió a la chica nueva, pues había que animarla, pero no iba a hacerla más preguntas hasta que contestara a Daph, no había que agobiarla, pero entonces Joey habló de nuevo y tuvo que inspirar profundamente.
-Joey, ¿podrías dejar de hablar así a las chicas? -dijo haciando uso de toda su calma y paciencia- al menos hasta que las conozcas deberías de tratarlas con respeto como las señoritas que son -se inclinó un poco hacia el chico con una mirada recriminatoria- ¿Las has preguntado siquiera si las molesta que las llames de esa forma?
-Muchas gracias por el ofrecimiento –sonrió Kelly- Me gustaría mucho mandarle alguna carta a mis padres de vez en cuando, ellos se dedican a la joyería en Galway. Tienen un negocio muy pequeño y hacen las cosas ellos mismos, la verdad es que hacen cosas muy bonitas. –Por un momento la niña sintió una cierta añoranza, echaba de menos su casa y a sus padres. Era una sensación muy extraña porque también tenía muchas ganas de llegar a Hogwarts y empezar su nueva vida. Recordó, que sintió mucha alegría cuando supo que era maga y a pesar de eso se prometió a si misma que la magia no la alejaría de sus padres. –Supe que era maga cuando una lechuza, bueno, era un cárabo, me trajo la carta donde me decía que me habían admitido en Hogwarts, pero en realidad siempre supe que había algo raro, porque a veces, cuando me disgustaba o tenía miedo o sentía mucha alegría pasaban cosas que no le sucedía al resto de las personas. ¿Vosotros siempre supisteis que erais magos?- Se encontraba algo más tranquila, los tres se estaban portando muy bien con ella y la inspiraban seguridad. Aunque Joey quizás la asustaba un poco con su manera de llamarla muñeca.
Al mirar por la ventanilla pudisteis ver como el cielo se iba tornando en un profundo color púrpura. El tren lentamente parecía ir aminorando la marcha. Era el momento para ponerse las túnicas, las negras para los alumnos de primer año y las de su casa para los alumnos de otros cursos.
Una voz retumbó en tren:
<< Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos.
Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.>>
El tren aminoró la marcha, hasta que finalmente se detuvo. Todos se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. La noche era bastante fría aquella noche. Y por unos segundos os invadió el terror pues no había nadie por allí. Pero en seguida apareció una lámpara moviéndose seguida de un sonido de cascos.
Un centauro llamado Nicos, grita: ¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! La gran cara peluda del hombre mitad caballo, mitad humano rebosaba alegría sobre el mar de cabezas
Venid, seguidme... ¿Hay más de primer año? Mirad bien donde pisáis. Los de primer año, seguidme.