Partida Rol por web

Bajó las escaleras con lentitud, recordando su primera mañana en el colegio. Pero al ver a Enya sus pensamientos se vieron interrumpidos y compuso una pequeña sonrisa.

-Buenos días Enya ¿Cómo amaneciste?- Ciertamente los dos primeros días tras la muerte de las mascotas Gabriela había estado inconsolable, pero entonces, a la tercera mañana, el cambio se podía notar. Estuvo menos callada y lograba sonreir de vez en cuando. Ahora, dos semanas después del suceso no estaba feliz, sin embargo, había recuperado gran parte de su ímpetu y carisma al relacionarse con los demás.

-¿Sabes? Aún me quedan hechizos por recuperar, como el Alarmir y el Flamine, pero esos ya me los aprendí.- Le comentó a la otra niña mientras tomaba asiento cerca de ella. -Pero lo que realmente me preocupa es aprender el de transformaciones de la clase a la que falté, creo que se llama Amansus ¿No? ¿Crees que me lo podrías enseñar?- Preguntó a su amiga.

Ithan bajó las escaleras al trote, con la mochila al hombro y una media sonrisa pintada en la cara. Durante aquellas dos semanas, poco a poco, había ido superando lo ocurrido en la fiesta de Halloween. Algo que no olvidaría jamás, pero que debía superar.

- ¡Chicas! - Saludó levantando la mano y acercandose a Gabriela y Enya. - Buenos días. Me alegro veros tan de buena mañana, que madrugadoras... me habeis ganado. Pero me quedaré con este interesante tercer puesto. - Acabó por decir, a modo de broma mientras dejaba la mochila sobre el sillón.

- ¿Cómo estás, Gabriela? - Le preguntó con una sonrisa amable. Hacía un par de semanas que no hablaban, pero ahora parecía haber recuperado aquel brillo en los ojos. - ¿Qué lees, Enya? ¿De que estabais hablando? - Preguntó, primero a la chica y después a ambas.

Entro a la sala común algo más tranquilo. Parece que al final no me he despertado tan tarde. Con los nervios un poco más calmados me siento en una butaca cerca de Enya.

Buenos días Enya. ¿Qué tal has dormido? Yo aún estaría en la cama de no ser por Ithan.

Hola Gabriela. Parece que te encuentras un poco mejor. Estas algo mas alegre.

Al ver a Ithan tan conversador una sonrisa asomó inmediatamente a su rostro. Se alegraba mucho de que su amigo poco a poco dejara atrás su ánimo callado.

-Muy bien ¿Y tu?- Preguntó casi como un reflejo. Estaba a punto de hablarle sobre el hechizo que aún le faltaba por aprender cuando apareció Asenoc, bajando la escalera del dormitorio de los chicos.

Le dedicó una mirada cálida y esperó a que se sentara antes de decirle: -Buenos días Asenoc.- Ahora que Arnold no estaba, Asenoc se había vuelto más cercano al grupo.

Gabi suspiró, sin darse cuenta, al recordarlo. Extrañaba mucho su cabello rojo y su actitud tan desinteresada en ciertos aspectos. Cada vez que se acordaba de él le dolía un poco el estómago, razón por la que evitaba hacerlo. Entonces Asenoc le respondió y ella no pudo evitar sonreir.

-Sí ¿Así que lo has notado? Eres muy observador.- Le respondió con una risita. El dolor en su estómago dio paso al conocido rugido de hambre.

-Aw.- Dijo sobándose el abdomen. -Creo que voy a bajar ya chicos, el hambre no me deja pensar.- Añadió mientras le levantaba. -¿Vienen al comedor?- Preguntó amablemente. Una vez le respondieron salió de la sala común.

- He tenido días peores, sin duda. - Contestó, visiblemente más contento y jovial. Estiró las puntas de la palestina que llevaba al cuello, en un gesto coqueto y presumido, para acabar riendo. - Vayamos bajando al Gran Comedor, que nos conocemos y sabemos que luego llegamos tarde. - Asintió a las palabras de Gabriela, y esperó por sus compañeros, recogiendo la mochila y marchandose de allí, en dirección al Gran Comedor.

Asenoc también estaba hambriento...
Vamos. Podemos seguir hablando allí.

Enya vio cómo iban llegando a la Sala Común los compañeros de casa con mejores caras cada vez. Aquel fatídico lunes iba quedando atrás definitivamente.

- Hola Gabi. Muy descansada. Estaba esperando aquí a Ithan. Recordaba el hechizo de transformaciones con mucha felicidad, ya que había sido su primer éxito. Sí, te ayudo con él. Espero hacerlo bien. Nunca he enseñado a nadie. Si quieres, vamos después de la primera clase.

Luego entró Ithan por la puerta, más alegre poco a poco. Estoy leyendo un libro que cuenta la historia de los magos, pero también historias sobre ellos, anécdotas, cosas que se creen en general sobre ellos... Me decía Gabi si le echaba una mano con el último hechizo de transformaciones y nada, a ver si puedo echarle una mano.

Se acercó luego un chico con el que no había hablado, pero que se sabía su nombre (ella no recordaba el de él). Hola. Muy bien. Con ganas de empezar el día. Enya siguió leyendo hasta terminar el capítulo que estaba concluyendo ("Los Reyes Magos, ¿realidad o ficción?") y se despistó, pues cuando volvió a levantar la mirada, sus compañeros salían por la puerta. La verdad es que el libro le estaba enganchando de mala manera.

- ¡Esperad, que voy!

Gabi llegó a la sala común y, tras un vistazo rápido se dio cuenta de que Asenoc aún no había llegado. Por lo que se sentó en una butaca frente a la chimenea mientras esperaba al niño y a sus amigas que también vendrían a practicar con ella.

No tenía nada que hacer y en su mente empezó a sonar una canción que no tardó mucho en transformarse en sonido a través de su voz.

Quiero conocer a la gente

que aprendió a soñar de día

que llenó sin darse cuenta

el camino de semillas

Por alguna razón, ahora se sentía entusiasta. Seguramente era porque le encantaba poder contar con sus amigos.

Asenoc entro en la sala común y de un vistazo localizo a Gabriela frente a la chimenea.
Parece que nadie más había llegado todavía.

Estaba absorta en las llamas mientras cantaba una canción.

Se acercó despacio y sin hacer ruido para no interrumpirla.
Tomó asiento a su lado y se quedó quieto… observándola cantar…

Enya llegó muy tarde ya por la mañana a la Sala Común. Se había entretenido de camino y había perdido mucho tiempo. Ya no iba a poder practicar los hechizos de DCAM. Vio que estaban Gabi y Asenoc en la Sala Común.

- Quizás deberíamos ir a comer y luego por la noche practicamos los conjuros que íbamos a practicar ahora. Tenemos que tomar algo antes de ir a clase. ¿Os venís?

Gabi dio un respingo, había estado cantando todo el rato mientras esperaba a sus amigos y hasta ahora se daba cuenta de que habían estado allí mientras ella recordaba las viejas canciones de su madre.

-Lo siento, se me pasó el tiempo volando.- Dijo recogiendo sus cosas. -Sí, vamos al comedor chicos.- Respondió a Enya algo desconcertada, nunca se había quedado tan ensimismada con una canción.

Tras un tiempo que me pareció muy corto, Gabriela es consciente de que tiene compañía.
Tampoco yo me había dado cuenta de que se había hecho la hora de comer hasta que ella lo comenta.

¡Y ciertamente tengo el estómago pidiendo guerra!

Veamos que nos tienen preparado hoy para comer.

Kelly llego justo después de Enya. Tambien se habia entretenido pues justo antes de ir a comer habia querido ir a mandar un mensaje a sus padres para informales de cómo iban las cosas en el colegio ya que, después del incidente de Halloween se habian quedado muy preocupados.

-Ups...!Hola! -dijo cuando se cruzó con Enya, Gabi y Asenoc que salian- Perdonad que no haya venido antes, estaba escribiendo a mis padres -Al ver que salian cayó en la cuenta de que seguriamente ya era la hora de comer e iban al Gran Comedor- Vais a comer ¿no? Creo que ire con vosotros. -dijo y salió tras ellos.

Bajó las escaleras a paso lento. Estaba cansado, se había tirado hasta altas horas de la noche haciendo el gamberro por ahí y no recordaba como había vuelto a la cama. Ni por que le dolía la cabeza. La cuestión estaba en que dudaba que fuera a repetir experiencia. Se dejó caer sobre el sillón, apoyando el codo en reposabrazos y la cabeza en la mano.

Aquí me espero a que bajen las chicas... Pensé, mientras cerraba los ojos nuevamente.

Gabi bajó las escaleras como esi fuera un remolino de pies, túnica y capa; pasó veloz frente a Ithan y se acercaba a la salida cuando frenó de golpe, volviéndose a ver al rubio, como dándose cuenta de que estaba ahí.

-¡Ah! ¡Hola Ithan! Buenos días.- Dijo acercándose. -¿Estás esperando a las chicas?- Preguntó cortesmente -Apenas se están levantando.- Añadió.

En ese momento su estómago hizo un sonido raro, un gruñido ahogado entre las capas de ropa que llevaba encima por el frío.

-Eh... lo siento, no cené anoche y mi panza no para de hacer eso.- Le dijo a modo de disculpa. -Bueno, creo que mejor los espero abajo, que si no mi estómago se va a salir de mi cuerpo.- Dijo dramáticamente mientras se agarraba la barriga.

Esperó a que Ithan le respondiera y se fue con la misma velocidad con la que había llegado.

- Hola Ithan. Ayer no te vi por la cena. El rubio de Gryffindor estaba sentado en su butacón de siempre, como todas las mañanas. ¿Te apetece ir a desayunar? Me muero de hambre. Además, hay que coger fuerzas para transformaciones. Y esbozó una sonrisa. Le encantaba esa asignatura. Supongo que Gabi ya ha pasado por aquí... Dejó la frase colgando, porque Ithan no abría los ojos. Me da a mí que se ha quedado dormido. ¡¡¡Voy al comedor!!!

- Buenos días, Gabi. - Abrió los ojos mirando a su alrededor. Juraría que se había quedado dormido, pero se recuperó rapidamente. - Estaba esperando a los demás. - Comentó, incluyendo a los chicos también, aunque estos parecían ir más a su rollo.

- Esperaré a los demás, ves tirando y ahora te pillamos. - Acabó por decirle a Gabi con una diminuta sonrisa. Al poco rato, bajó Enya. - Digamos que ayer por la noche fue una noche un tanto... extraña. - Resumió, encogiendose de hombros. - Sí, vamos para abajo. - Acabó por decirle, poniendose en pie y cargando la mochila al hombro.

- Gabi ya ha bajado. - confirmó, saliendo del lugar hablando con Enya en dirección al Gran Comedor.

Tras haber pasado desaparecido durante toda la tarde, pasó por la sala común del tirón y marchó hacia su dormitorio para poder dormir.

Ithan pasó por la sala común, y, al no ver a nadie allí pasó de largo hacia el Gran Comedor.