Las gemelas entraron como un torbellino al despacho del director. Era la primera vez que se presentaban ante él, pero eso no era razón suficiente para hacerlas mostrarse recatadas o tímidas.
¡Theodore, tienes que ayudarnos!, imploró Erzsébet llegando hasta el borde de la mesa y apoyándose en ella.
Tienes una profesora descontenta en el colegio. No entiendo como puedes permitir que eso suceda, empezó Orsolya a explicar, colocándose al lado de su hermana.
Deberías subirle el sueldo, ofreció Erzy
Darle más días libres, siguió Orsi.
Puede que si contrataras a alguien más de su tamaño, no se sienta sola, continuó Erzy.
Pobre Helen, está tan triste, Orsi hizo pucheros.
Ni siquiera nos ha dejado que la ayudemos, se escandalizó Erzy.
La ayudarás, ¿verdad?, imploró Orsi con sus morritos de pato.
Espero respuesta del director
(Voy yendo al patio, que tengo cosas pendientes por hacer. Pero si el director las hace caso y da pie para que contesten, contestaré por aquí)
No os preocupeis, jovencitas. Me haré cargo y tomaré nota de vuestras sugerencias. Dijo entre risas y sonrisas.
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarte, señorita?
Hola, señor director dijo Sam, mostrandose sumisa ante la postura de autoridad del director, aunque sólo fuese fingido.
Tenía una duda y esperaba que usted pudiera ayudarme. Ante la carta que nos llegó en el verano sobre las asignaturas optativas, ¿hay alguna opción de poder cursarlas todas? O al menos de presentarse a los exámenes si consigo los apuntes.
Tras marcharse Perry al gran comedor, Mircea se quedó esperando a la puerta del despacho a que el director volviera. Debía estar en la mesa de profesores, haciendo lo que él mismo debía estar haciendo a esas horas: cenando. Pero no quería arriesgarse a que Theodore Lupin pasara por su despacho y se marchara a dormir mientras Mircea se dedicaba a ceder a las necesidades de su cuerpo. No, eso no ocurriría. Primero cumpliría su palabra, estando donde debía estar el día y a la hora indicada.
Cuando al fin llegó el profesor e hizo pasar al chico, saludó con una ligera inclinación de cabeza: Buenas noches, director Lupin.
Sintió la necesidad de excusar a su amiga, que debía haber estado con él allí para recoger los objetos mágicos. Vengo yo solo, Daphne se siente indispuesta, mintió. En realidad no sabía lo que pasaba con su amiga, llevaba toda la semana comportándose de forma extraña y ni sabía si al día siguiente iría a clase.
Venía a recoger, aquello, anunció, haciendo clara referencia al giratiempos. Aunque sabía que Perry se había marchado hace tiempo, no estaba seguro si quizás se habría escondido para escuchar. Era su amigo, sí, pero también era inquieto e incapaz de quedarse en ascuas.
El director Lupin dedicó una sonrisa a Seeworth. Sabía que tarde o temprano me pedirías esto, Sam. Y para alumnos como tú, es para lo que tenemos este artilugio, mira. Dijo sacando un objeto con la apariencia de un reloj de arena pequeño
El giratiempo es un objeto que permite retroceder en el tiempo. Tiene y retrocede una hora por cada vuelta que le den. Es muy importante que el que usa un giratiempo evite el contacto con su ser pasado por que podrían atacarse o incluso quitarse la vida por la confusión. Es muy peligroso y solo se permite su uso en las escuelas a modo didáctico. Solo para alumnos brillantes y dignos de poseer semejante objeto.
Además, es un secreto que debes guardar, y que quizá solo niños como tú deban conocer. Pero será mejor que no se lo cuentes a mucha gente porque querrán tenerlo o incluso robarlo. Es muy preciado. Así que haz el favor de usarlo con moderación y discrección. Con esto podrás asistir a cualquier optativa que desees. Cada jueves por la noche tendrás que venir a por él, y cada viernes antes de ir a dormir, tendrás que devolvérmelo. Así sabré que eres digna de llevarlo. Dijo mientras te lo daba para que lo echaras un vistazo.
Aunque lo que debo advertirte es que de Conocimientos Muggles no habrá clases. No pareció ser una asignatura de interés para los alumnos. Así que no impartiremos esa clase, lo lamento.
Dijo entregándoselo y despidiéndose de ella para irse a dormir. Te espero el viernes a última hora. No lo olvides.
Buenas noches, Mircea. Dice tendiéndole el giratiempos. Ahí está, úsalo como es debido, no lo olvides. ¡Y no te aproveches de sus aptitudes mágicas! Mañana a la misma hora lo quiero tener de vuelta, ¿entendido?
Concluyó entregándoselo y despidiéndose de ella para irse a dormir. Te espero el viernes a última hora. No lo olvides.Dijo entregándoselo y despidiéndose de él para irse a dormir. Te espero el viernes a última hora. No lo olvides.
Con la biblioteca cerrada y el aula donde había impartido la optativa de conocimientos mágicos también clausurada, los pies de Mircea empezaron a encaminarle hacia la tejonera. O eso pensaba él. Cuando descubrió que lo que se encontraba enfrente suyo era la puerta al despacho del director y no los barriles que daban acceso a la sala común, se quedó extrañado.
La cadena que llevaba al cuello y de la cual se había olvidado de toda la tarde empezó a enfriarse. Mircea sacó el giratiempos y se quedó mirándolo. Llevaba casi un día completo despierto. El que su cuerpo hubiera actuado por instinto sin tener en cuento su cerebro significaba que su cansancio empezaba a hacer mella.
Llamó a la puerta del director y entró.
Le hizo entrega del artefacto mágico, le dio las gracias y se marchó.
¿Realmente tenía intención de ponerse a estudiar ahora?
Con un peso menos tras haber devuelto el giratiempos, Mircea se siguió sintiendo lastrado por otras cosas imposibles de devolver, como eran las obligaciones, la responsabilidad y la culpa.
A la sala común
¡Adelante niños! ¿En qué puedo ayudaros?
Cuando salio de clase, Olive se apresuro a ir a recoger a Gabi a la clase en la que estaba- ¡Hola! Espero no haber tardado mucho... - dijo el chico, que estaba esperandola a la salida, apoyado en una pared. -Vamos corriendo a ver al director... Si no no nos dara tiempo a ir a recuperar con la Green... añadio, algo presuroso, con una prisa clara por llegar al despacho.
Mientras iban caminando, Oli miro a Gabi, con gesto curioso- ¿Y para que vas a ver al director? No es mucha la gente que suele ir a verlo... - dijo, recordando que en aquellos dos años el nunca habia estado en aquel despacho.
Y asi, sin mas, llegaron al despacho. En cuanto Lupin les abrio Oliver sonrio abiertamente, alzando una mano- Buenos dias, señor director. ¿Que tal? - saludo, educado. Y entonces miro a Gabi, esperando a que la chica hablara y explicara sus motivos para estar alli.
A Gabi no le dio tiempo de explicarle a Oliver que no había podido entrar a clases por haber llegado demasiado tarde. Más bien le había dadoalgo de verguenza pensar en entrar al salón media hora después de la hora de inicio. Pero decidió quedarse y esperar a encontrarse con el chico, con suerte llegó antes que sus compañeros salieran y se ahorró en parte cualquier reproche de los otros gryffindors.
- Ah, pero ¿No sabes?- Preguntó la niña algo confundida. -Había entendido que tu también le ibas a pedir un justificativo para recuperar con la profesora Green...- Comentó. -Definitivamente debo prestar más atención cuando hablo con los demás.-
Entonces llegaron a la puerta y el profesor Lupin los recibió. Oliver lo saludó primero y Gabriela lo siguió.
-Buenos días Señor Director. Yo vine porque necesito un justificativo para ir a recuperar una clase con la profesora Green.- Dijo, limitándose a lo necesario y mirándolo expectante.
Oli abrio los ojos de par en par, al escuchar a Gabi, dándose una palmada con la mano en la frente- ¡Vale! Ahora lo entiendo... Entonces... Tu problema es que no fuiste a clase, bien... -dijo, comprendiendo de repente- Yo si fui, pero el conjuro no me salio... Por eso no necesito justificante... - explique, guardando entonces silencio, mientras Gabi hablaba con el director, pidiendole aquel papel.
Y esperé cerca de la puerta, preparado para salir de alli pitando en cuanto Gabi consiguiera el dichoso documento.
A recuperacion en cuanto Gabi tenga el papel :D