Partida Rol por web

Estaba algo distraída, por eso me tomó unos segundos notar que Perry me estaba hablando a mí. Ese chico sí que se merecía el premio a la paciencia...
Lo miré de reojo y sonriendo tímidamente agregué:Lo dices en serio Perry no creí que te ofrecieras a ayudarme de nuevo. Quieres que lo intenté aquí mismo o sugieres u lugar para practicar
Tomo mi varita dispuesta a seguir sus indicaciones y a poner mi mejor esfuerzo esta vez.

- Aquí mismo Crystal, qué mejor sitio que este. Además he quedado aquí con mi hermano, Edward.

Miro a Perry su tono confiado me traquiliza un poco. Debería estar acostumbrada a estas practicas, pero se ve que estaba algo distraída.
Tomo mi varita y mi mano no está lo sufienciente firme. Reducto Maniqui.Exclamo por fin. Pero el hechizo no es lo que hubiera querido que fuera. Tenía suerte de que fuese sólo un maniqui.

Resoplo disgustada conmigo misma y me siento a ver como lo hace Perry. Lo miro con tristeza. No digas nada por favor... No diga nada. No puedo sentirme peor. Me quedaré aquí practicando y viendo como lo hacen uds.-

Se alegraba de estar ayudando a Crystal porque no le agradaba para nada ver cómo Eire ayudaba a Morpho. Su hermano parecía estar retrasándose, lo cual empezaba a impacientarle.

- No te preocupes Crystal. Con un poco de organización podrás ponerte al día, ya lo verás.- Mientras esperaba decidió aprovechar el tiempo para mejorar alguno de los conjuros de segundo curso. Sacó la varita y se dirigió a uno de los baúles que contenían multitud de cosas para usar en clases de duelo. Comprobó que uno estaba abierto y practicó sobre él el conjuro.

- ¡Colloportus!

Esperé a que Morpho hiciera el conjuro, y lo miré, sonriente, pensando que era un hechizo difícil, y que había temido que no me saliera y no pudiera ayudar a Morpho.

Mis tripas rugieron en aquel momento. Me llevé las manos al estómago, y sonreí, divertida.

—Comienzo a tener hambre, Morpho— anuncié, guardando la varita—. Espero haberte ayudado. Si quieres, podemos volver a intentarlo más adelante.

Miré el reloj de pulsera de Perry, y torcí la boca al ver que se estaba haciendo algo tarde.

—Debería de ir al Gran Comedor, Morpho— dije, encogiéndome de hombros—. Dudo que pueda ayudarte más— indiqué, algo resignada—. Inténtalo, y ya me dirás, ¿vale?

Me colgué la mochila al hombro, y me despedí de mis compañeros, notando cómo en mi estómago se abría un agujero negro.

—Nos vemos en la Mesa— dije, mirando a Perry, y salí de la clase, corriendo.

Sam guardó su varita tranquilamente y miró a los demás.

Buenas noches se despidió de sus compañeros, y se fue al despacho de director.