Partida Rol por web

Enfadadísima Anat atacaba con furia a Ricardo. Sus graciles movimientos desmentían la intensidad de sus golpes, el fanatismo de su mirada.

Si es lo que tienen los fanáticos religiosos, sólo es us dios, su dios, no piensan en otra cosa.

Cita:

Blablabla, es muy facil sólo tienes que decir sí o no

La hakhim se lanzó a su pecho mientras danzaba para esquivar cualquier posible ataque del norteño. Pero Ricardo había aprendido algunos trucos nuevos.

En medio del ataque los puñales del humano giraron y bloquearon perfectamente el golpe de Anat, luego se lanzaron hacía su cabeza con precisión mortal, Anat Ben Ishtar estaba muerta y ella lo sabia.

No se esperaba lo que le sucedió a continuación, en lugar del frio acero percibió los calidos labios de Ricardo, junto con un regusto de sangre de la herida que ella le había inflingido hace unos instantes.

Se sincera, te ha gustado.

Ricardo sonrie mientras se aleja, pero no hay malicia en su voz.

Viendo la cara de perplejidad que ha puesto Anat, Ricardo baja sus armas y se queda quieto.

¿Y bien? ¿Aceptas mi proposición o no? Vamos, ¿una cena no te matará?

Le vi llegar... parecía conocer perfectamente cada uno de los giros, cada uno de los balanceos de mis dagas, cada uno de los pasos de mi danza... Aquel humano bloqueaba cada uno de mis movimientos... Cómo era posible? ...

Le vi llegar, acercarse sus puñales de nuevo a mi rostro... y orgullosa no aparté la mirada... Una nueva muerte, muchas otras veces la había recibido en aquella arena... Pero la furia me consumía... Ricardo me vencía de nuevo, y sentí el arder de la rabia en el estomago... serpentear por el pecho... palpitar con cada punzada de dolor, con cada gota de sangre que manaba...

Sus puñales me rodearon, rayos de luz plata... y esperando la muerte... sintiendo el llamear casi físico de la cólera a mi alrededor... el calor de sus brazos ciñéndome, el de sus labios en los míos, me congeló en aquella arena... Los ojos miel, estupefactos, se perdieron más allá de su cuerpo, más allá de las gradas... mientras nuestros alientos y nuestras sangres se enredaban en uno solo...

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Le observaba marchar parpadeando con estupor.... mientras escuchaba el clamar de aquel público... sus gritos... sus abucheos intercalados con carcajadas salvajes... y sentí como las mejillas me abrasaban... sentí todo mi cuerpo sonrojar bajo aquellas miradas... y el fuego crecer.... llamearme en las pupilas... abrasarme en la garganta...

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Puede que a mi no.... aferraba de las dagas con furia... casi dolia... Pero a ti... quien sabe?

El corazón se me desbocaba... Cómo se había atrevido?... y la vergüenza de saberme observada por todos aquellos ojos me aceleraban el pulso y la respiración... me teñían la piel de un rubor que aún me turbaba más.. que aún me enfurecía más...

El dorado arena de mis ojos se hundió más afilado que cualquier acero en los suyos...

Por la sangre humano... conseguiré tu respeto.. por la sangre...

Mi respeto ya lo tienes, sino no estaria aquí peleando contigo, ni te diria lo que te estoy diciendo. No es una broma cruel, no es una burla.
Olvidate de esos pallasos de elfos oscuros por unos instantes. ¿O acaso tú dios te ordena que les diviertas, que les entretengas?
No se cómo has acabado en este sucio lugar, aunque puedo imaginarmelo. No pretendo entenderte, sólo que hace demasiado tiempo que lo único que hago es matar por esos cabrones. Y francamente, me estoy cansando.
Lo único que quiero es cenar una noche con una mujer guapa, pasarla no matando para diversión de otros, sino como yo lo elija. Tú también tienes elección. Sólo tienes que decirlo.

Suspiro.

Si lo único que te importa es lo que te digan que hagas esos mamones oscuros tú misma. Sigamos con la pelea

Ricardo se enfrasca nuevamente en la lucha, trata de desarmar a Anat pero ella lo esquiva facilmente y le regala un corte profundo en su brazo derecho.

Ricardo no tiene puesta la cabeza en la lucha, y como no tenga cuidado la va a perder. Apunta casi sin ganas a la pierna de Anat.

Había hablado.. y yo... detenida le escuchaba... y si me sorprendió su beso, su voz lo hizo aún más... Los labios se me entreabrían desconcertados... negaba con la cabeza, con la mirada enredada en la suya... Pesar? Aquel hombre... sentía pesar?... Hacer yo lo que ellos querían? Yo estaba allí voluntariamente... acaso no era él también libre?...

Esclavos... elevé la vista a unas gradas repletas de pupilas ávidas de nuestros rojos... desdibujando sus voces y sus formas conscientemente... no estaban allí... no quería que estuvieran.. Esclavos... sois... esclavos? Cuantos sois?... la mirada volvía a la de Ricardo... Había visto a los orcos en el comedor.. a Parnassus y la infamia de su mascara... de su... correa.. Cuántos? Cuántos había?

No era mi sangre de la que solía inmiscuirse, pero... A qué me había llevado el destino allí? Una prueba de valía que se había convertido en el descubrimiento de un mundo que me desataba la furia y me quemaba por su injusticia... Aquel circo... aquellos elfos... Malditos herejes... maldito pueblo de almas negras... lejos.. tan lejos del camino... Miraba a mi alrededor.... Yo no peleaba para ellos... peleaba por él, por Ricardo... peleaba por Liu, por Parnassus.. por Garruk... por el descubrimiento, por la sabiduría que cada uno de ellos me otorgaba...

Diosa Luna... si es mi destino... si es mi destino....

Las dagas de Ricardo volvieron a buscarme, y con sobresalto la finta y el giro las esquivo mientras mi acero mordía su brazo... Inconscientes vieron el hueco, su pecho abierto.. habría sido tan fácil...

Detuve las dagas cuando apenas rozaron su ropa... mirandole a los ojos con los míos en llamas...Sí, había visto la debilidad de su defensa, el camino libre de mi acero a su pecho... Pecho que abierto... acababa de mostrarme el con sus palabras...

En mi tierra.. humano... me retiraba de él, haciendo girar las dagas a mi alrededor para dejarlas caer por fin lánguidas a los lados del cuerpo... los padres enseñan a sus hijos que, si algo no es lo que deseas... debes tener el valor de intentar cambiarlo... que debes confiar en la fuerza de Diosa Luna... en lo cierto de las palabras del profeta... en el poder de tu fuego interior... los ojos se me perdieron de nuevo en la muchedumbre para volver finalmente a hundirse en los de Ricardo.... Les enseñan que la venganza llega... tarde o temprano...

Si es mi destino... que así sea... Una decisión... algo que lo cambia todo...Para aquello estaba alli? Sierva del Profeta.. Dadora de venganza justa... Sentía el Fuego Interior arder casi físico en el pecho.... Esclavos...

El arquear del cuerpo marcó el inicio de la nueva danza de muerte mientras los ojos severos aun permanecían en los de aquel hombre...

Y ahora pelea... Esfuerzate... vamos.... Quieres que el entrenador te mate y te niegue la restauración? el movimiento le envolvía más suave que la voz... los giros de plata se acercaban cadenciosos... La venganza llega... humano... pero buscala con inteligencia... No es momento ahora de defraudar a un público que puede elegir entre tu vida y tu muerte...

Un giro, las dagas bailando y destellando al sol, buscando el cielo con sus filos... y en su cenit, cuando las dagas se elevaban orgullosas sobre él... la mirada se me perdió en la de aquel hombre...No vuelvas a llamarme hermosa.... Las dagas ya buscaban su frente... Tendrás tu cena...

Anat hablaba en voz baja, solamente Ricardo podía oirla. Le hablaba de venganza, de saber esperar tu oportunidad.

No me esta diciendo nada que no sepa, pero bueno, la dejaré seguir hablando. Es normal que los hakhim lo hagan todo basandose en su dios. Sería yo capaz de volver a confiar en los mios. Donde había un corazón helado, ahora hay una chispa, diminuta, pero la noto crecer.

Cita:

Es lo último que Ricardo oye antes de caer banjo las dagas de Anat Ben Ishtar.

Garruk entró en la arena y vivió para su sorpresa que era La Hakhim la que le esperaba en la arena...

Vaya... vaya... así que nos encontramos de nuevo mujer.

La sonrisa se me dibujo en los labios al ver de nuevo al enorme orco aparecer…

Orco sin armas… el suave gesto del saludo de mi raza le recibió… el cuerpo se me inclinaba sutil mientras las dagas pendían a los lados del cuerpo. La mirada en cambio, permaneció en la suya altiva.. Bienvenido… de nuevo… Al erguirme las dagas ya iniciaron sus giros afilados definiendo mi cuerpo y mis movimientos…

Con el paso cadencioso me acerqué a él… con la sonrisa en la cara, y el miel de los ojos destellando al sol del mediodía cómplice, casi alegre prendido de los ojos de aquel orco…

Por la diosa…que esta vez… te lo pondré más difícil…

Anat ben se lanzó sobre Garruk con su baile de dagas y consiguió herirlo en una pierna, pero oportunamente el orco consiguió revolverse y devolverle el golpe.

No lo haces mal hakhim... veamos que ocurre después.

Garruk aprovechó un nuevo momento de tranquiliada para lanzar una patada ascendente justo al centro de la defensa de la mujer..

Un giro, otro, y la túnica le envolvió junto a las dagas... habían mordido su pierna con fuerza pero, entretenida, había descuidado la mía. El dolor me recorrió obligándome a apretar los dientes... Realmente, aquel orco, era rápido...

Sonreí a su voz, apenas un segundo mientras mis dagas buscaban su garganta... demasiado alto... demasiado arqueado el cuerpo... demasiada abierta la defensa... Su patada me negó el aliento provocando que todo mi ser se contrajera. Me tambalee durante un segundo.. sin aire... sujetandome un estomágo llevado al borde la naúsea por aquel golpe. El gusto a sangre me inundó el paladar...

Los gritos de aquellos malditos elfos me irguieron en el centro de aquella arena... y con la cabeza inclinada recorrí el cuerpo de aquel orco.. Garruk, le había oído nombrar... El público vociferaba su nombre...

Tu tampoco lo haces mal.. orco... la sonrisa se ampliaba en los labios mientras las dagas iniciaban de nuevo el baile de plata....