Partida Rol por web

Los Hakhim entraron en la arena, preparados. Ambas mujeres se movían con la gracilidad de una gacela, devoradas por los ojos de los espectadores, mientras que Kiurbu aferraba su lanza en ambas manos. Recordaba su anterior experiencia en un evento de estas carcterísticas, y no quería repetirla.

Dicen que nada puede detener el desgaste del viento del desierto... pero yo creo que nuestras obras, hechas con genio sin limitarse por lo que otras razas desprecian como inmoral, son capaces de sobrevivir hasta la eternidad. Morkhalee espera a que los vitores de sus hermanos amainen. Por ello, hoy pondremos a prueba esa teoría. Representando al desierto, tenemos a nuestros gladiadores Hakhim. Y representando nuestra obra... ¡Un Golem de Carne!

Al abrirse la reja, una gigantesca monstruosidad, creada a partir de la carne viva arrancada a esclavos y prisioneros, avanza hacia vosotros. Su pequeño cerebro solo sabe obedecer y gemir, y con un sonido inhumano, creado por varias laringes cosidas, levanta sus tres brazos y se lanza al combate.

El ser se lanzó hacia delante, con sus tres brazos moviendo las gigantescas hachas con una fuerza sobrehumana. Las costuras que unian la carne dejaban entrever el interior, lleno de un líquido embalsamador negro y una carne verduzca. Con un rugido, se dispuso a atacar a sus adversarios.

No cabían sutilezas. El amasijo de carne era sólo eso. Un mecanismo insensible, construido para destrozar... para destrozarles.

Acababa de llegar al Coliseo, casi no conocía a nadie aún. Pero era ya pasto del espectáculo de sus dioses...

Detenidos en la arena... Sol, Viento y Luna del Desierto... y frente a nosotros, aquella elfa hablaba.... y frente a nosotros... aquella elfa... mentía....

Detenida frente a ella... erguida... con la túnica radiante bajo aquel sol y la mirada miel aún más resplandeciente de fe y valor... de fuerza... de fuego... Un fuego que ardía en nuestros pechos, en nuestras sangres... en nuestras castas... Un fuego infundido por la Diosa... por las palabras de su profeta, repetidas por nuestros alientos generación tras generación... y por algo más que eso... por algo que aquella Dama Oscura, que aquella dama de tiniebla no podía comprender... por nuestras almas....

La reja anunció la llegada del engendro... y entornando la mirada miel por encima del hombro, el pesar se adueño de mi esencia... Desdichados... tristes seres.... Condenadas animas obligadas y esclavas más allá de la muerte por aquellos elfos más oscuros de corazón que de piel....

Los tres Hakhim nos giramos a encararle.... y cruzando los brazos con suavidad sobre el pecho, desenvainé las dagas que destellaron rayos de luna bajo aquel sol.... y sonreí... sintiendo mi Fuego unirse al de aquellos dos...

Que la Diosa nos de el valor y la fuerza.... que nuestro Fuego Interior... le abrase y le libere....

parada derribo 2x10 defiendo a anat.
ataque : 2x4

Posteo mañana con calma.

2x10? de donde sale el 2x10?

En cuanto vieron al Golem cargar contra ellos, los tres se pusieron en acción, agiles como si ejecutasen una danza hermosa y mortífera. La primera en moverse fue la joven Sierva, que se hizo a un lado, dio un pequeño salto y se lanzó hacia la cabeza del Golem, causandole un rasguño que le molestó más que herirle. Aymee, viendo la ocasión, intentó abalanzarse también sobre él, pero fue golpeada por el hacha del golem antes de que pudiese acercarse lo suficiente. Mientras notaba la sangre que manaba de su costado y el dolor la invadía, se maldijo por ser tan ansiosa. La habían entrenado mejor.

Cuando el Golem alzó de nuevo el hacha para vengarse de Anat, Ormuz dio un paso al frente y la desvió con su lanza. Puede que no tuviese la descomunal fuerza del Golem, pero podía redirigir las acometidas del ser sin tener que bloquearlas completamente. Después de hacer que el hacha cayese pesadamente a un lado, rajó el brazo que había intentado el ataque, clavándola con fuerza.

Ahora les tocaba a ellos pasar a la iniciativa

Me hallo de nuevo en la arena, flanqueado por las esencias de la misma... de mi tierra...

Mis orgullosos ojos azabaches atentos a una mujer oscura que se había eregido en su majestuoso palco para hablar... para dirigirse a nosotros...el coliseo entero silenció.

Cita:

-. Debéis saber entonces que si vuestra imperecedera obra cae hoy... no habrá sido por el viento del desierto, si no por sus humildes gentes.- Le sonreí.

Mi desafiante voz resonó en aquella estela de silencio dejada por la dama oscura... una voz que seguídamente fue acallada por los vítores y aplausos hacia su señora. Pero mis palabras quedaron allí, se colaron entre el estruendo, y habían llegado a su destinataria.

La enorme reja se abre bajo los pies de su progenitora, y entorné los ojos hacia su impenetrable oscuridad. De su interior surge una gigantesca criatura creada a base de carne de otras... una aberración a la vida... una monstruosidad. Mi ardienta sangre, lejos de amilanarse, se encendió ante tal muestra de ostentosa poder... herejía.

La criatura nos ve... nos mira, si es posible que pueda hacerlo... y, emitiendo un aullido gutural inhumano, alza sus poderosos brazos y carga contra nosotros... con frenesí demencial. Las costuras de su carne ceden con sus movimientos dejando entrever un líquido negro y carne purulenta... infectada.

Cita:

La letanía de la hija de la luna llena, al-azahar, aviva aun más mi sangre... mi fuego... mi alma de vetas negras.

-. Y algo de suerte tampoco nos vendría mal...- Añadí a sus palabras con mi sonrisa perenne en los labios. -... Mantengámonos unidos... centraros en el ataque... yo intentaré protegeros con mi lanza.- Sin desviar mi mirada de la criatura.

Tres enormes brazos con tres enormes hachas cercenan el aire amenazantes de mutilar nuestra carne... quizás para formar parte de su enorme amasijo. Y yo estudio cada uno de sus movimientos...

-. Aprovechemos las endebles costuras... ese puede ser su punto débil...- Anuncié justo antes de que la distancia ya fuese insalvable. Y el tiempo se acelerase.

La hija de la luna llena... al-azahar se abalanzó, certéramente, como una fiera sobre la cabeza del enjendro. La afilada plata dió buena cuenta de él y el viscoso fluido oscuro brotó de la reciente herida contaminando su blanca túnica... A la criatura no pareció afectarle... demasiado dura... demasiado insensible al dolor.

La otra mujer aprovechó las circunstancias, pero su ímpetu fue interrumpido por una de las hachas que a punto estuvo de desmenbrar, en el momento, uno de sus delicados brazos. Maldita sea... estuve demasiado lento. -. Lo siento...- Musité en el fervor del combate.

Ahora, la insaciable criatura se disponía a cobrar venganza por la acometida de al-azahar. No podía permitirlo. Avancé un paso y ayudándome del empuje de mi cuerpo conseguí deviar su contundente hacha en el último suspiro. Sentí la recia lanza protestar entre mis manos ante la descomunal fuerza de aquel ser... -. Ha faltado poco... buffffffffff...- Con la misma, mi filo terminó de arañar aquel brazo que había atentado contra la hija de la Luna.

Estas animales se lo limpian en un segundo... ya verás.

El Golem de carne levantó sus poderosos brazos y los descargó contra los gladiadores y el suelo, haciendo que este temblase bajo ellos. El mismo Coliseo tembló, por la colosal fuerza del engendro.