Partida Rol por web

Pese a que Liu se debate como puede sobre la arena del coliseo, veo un hueco que puedo aprovechar.
Lanzo un par de tajos sobre la elfa oscura y uno de mis golpes, logra tocarla en el pecho.
Liu jadea y, poco a poco, se queda inmóvil. Y yo, tras contemplar como se le escapa la vitalidad digo.
Ya es la segunda vez que veo a esta elfa luchar sin limite y sin que le importe estar en desventaja. Es indudable que posee un muy alto grado de valor.
Y dicho esto, me cuadro y saludo. No tanto a la multitud si no, mas bien, a nuestros dignos oponentes.

Garruk observa como tras los continuos ataques hacia Liu An, sus defensas terminan por ceder y Juan clava su espada en el torso de la elfa que cae a tierra.

- Vaya, combatir contra Kiurbu y Liu An. Que inesperado placer. ¿Pensaste en mi oferta, estimada hermana mestiza Liu An? - preguntó Delderius con evidente sorna mientras se colocaba enfrentado a los dos gladiadores que le habían precedido en la arena

Y tras él, de nuevo, apareció primero la hoja enorme de la Guadaña, y luego la figura de la pelirroja mujer, ascendiendo lenta los escalones a la arena...

Delderius sonrió. Era la segunda vez en poco tiempo que repetía arena junto a Deseo, y esperaba que fuera tan fructífera como la vez anterior.

La pelirroja mataba bien, y el elfo oscuro se movía con facilidad aprovechando los huecos que los oponentes de Deseo dejaban cuando esta atacaba.

Y antes de que terminase de moverse su compañera ya estaba atacando

Todo en uno, calentar sus músculos, ejercitar su manejo del arma, y salir al ataque, casi sin solución de continuidad.

Deseo había visto la intención del rápido Delderius, su movimiento en doble hélice, primero a un lado y después a otro, que le llevaría cerca de cada uno de sus rivales, quizá tan cerca como al sádico oscuro le gustaba. Quizá tan cerca como para permitirle deslizar sus kukris por el cuerpo de alguno de ellos, quizá de los dos, rozando la sangre con su pelo, con sus labios.

No esperó a verlo, cuando el elfo empezó su vórtice, ella se movió también, aunque se centró en el hakhim. No fué un movimiento veloz, pero iba bien dirigido. Aunque no subestimaba a sus rivales. Nunca lo hacía...

¿Mestiza Delderius? Recuerda que por mucho que mis intereses no coincidan con los tuyos, mi sangre es mas noble y mis raices mas profundas que muchos de tu casta desearian.

Y la oferta, la acepto encantada. Hay que cuidar muy mucho de lo que hagas... tus vicios hay veces que te pierden querido...

Los nudillos de la mano casi se tornaron blanco por la presion antes de que se lanzaran al combate... estaba rabiosa y asi no se podia combatir....

Y allí me hallaba de nuevo en aquella arena sedienta... bañada por el ensordecedor griterío de las expectantes almas.

El caprichoso destino se había confabulado irónicamente con la fortuna. Se me brindaba, demasiado pronto, la oportunidad de redimir la última derrota sufrida en el coso... ante los mismos adversarios... pero esta vez con un compañero diferente, la albina negra.

Mi obediente lanza se entrega generosa al viento, arremolinándose entorno mi cuerpo... y el fuego de mi insaciable alma acude al pozo de mis ojos, mi compañera...

Ormuz... Siseo juguetona en mi interior... ella quería... no me opondría.

La albina negra se enzarza dialectalmente con su congénere... cayendo en sus provocaciones para descentrarla... sacando dañina ventaja de esto. Mientras, la mujer que enarbola la extraña arma me fija en el centro de mirada... lo que ella no sabe es que no es a mí a quién apunta sino a mi condenada alma... que le dedica una deformada sonrisa.

Repentínamente mi cuerpo, arrastrado por otra voluntad, traspasa el letal espacio que separa a ambos elfos de piel oscura... recibiendo, por la albina, sin inmutarse el filo de su congénere... para abalanzarse sobre la otra mujer, que sorprendida, recibe la hambrienta lanza que atraviesa sin piedad su garganta hasta seccionar completamente la médula espinal... una muerte rápida, su cuerpo se desplomó en la ávida arena que la abrazó con deseo...

-. He aquí que me hallo... delderius.- Mi insaciable alma encara al elfo de piel oscura... mostrándose tras mis pupilas... demacrando mi rostro, ahora sin máscara.

La hambrienta lanza aferrada entre las manos es retirada con fuerza del cuello de la mujer...

El impresionante movimiento del nomada me dejo sin aliento, para que los kuris de Delderius me devolviesen a la realidad...

Respondiendo como una fiera al corte que habia recibido lance mi latigo contra Delderius con todo mi furia... la estela dorada volo rauda a por el elfo oscuro...

Esperaba causarle mucho daño...

El golpe de Ormuz dejó a este desequilibrado un instante. Y eso era todo lo que Delderius precisaba. Con frialdad absoluta ante la muerte de Deseo golpeó a ambos contrincantes en el torso, girándose con rapidez para evitar dar su flanco a cualquiera de ellos.

Delderius trató de golpear a Liu An en el herido torso, pero su ataque fue hábilmente interceptado por Ormuz. En tal momento Liu aprovechó para golpearle en el torso con su látigo

Delderius sonrió, y recordando algo, procedió a explicarle a Liu An sus palabras anteriores

- Buen golpe, mestiza. Pero deja que te explique. La sangre, aunque importante, no lo es todo. No dudo de tu sangre. Dudo de tu alma. Y con tu respuesta... no me queda claro, la verdad. ¿Estarás dispuesta, como te dije, a matar y torturar y seguir mis instrucciones para evitar la destruccion de la ciudad?

Delderius procedió a tratar de defenderse de ambos contrincantes... aunque no era sencillo