Partida Rol por web

Cierto, si atacas y paras en lugar de usar 6+ED usas 7. Pero parnassus esta usando siete y usando su +2d en apuntar para declarar un localizado de forma normal.

Mira que dudar de Etrius... :-P

Parnassus siguió mi baile sin esfuezo, como si pudiese verme a camara lenta a través de aquella puerta al mundo que eran las rendijas de su máscara de hierro.. y justo en el momento en el que las dagas se encontraban en el punto más alto, cuando todo parecía detenerse antes del golpe.. vi el brillo de nuevo... apenas un segundo... y su escudo en mi vientre me privaba de la respiración y la oportunidad... provocandome el leve tambaleo.. el inclinar del cuerpo involuntario hacia delante... el apretar de los dientes para ahogar el gemido de dolor...

Le observé retirarse mientras intentaba recuperar un aire que se me escapaba... obligándome a erguirme... obligandome al danzar doloroso ahora de las dagas... con las mandibulas apretadas y el pecho subiendo y bajando acelerado bajo la túnica suave obligado por la respiración agitada... Parnassus volvía... pero ya no era él...

El golpe me nubló la vista... el oido... Luces y voces se distorsionaron durante los segundos en que sentí el mundo temblar y escapar bajo mis pies... Protegete la cabeza me había dicho entonces...lo había intentado... yo... lo había intentado..pero...

Sentía el tibio de mi sangre discurrir por mi frente... la sien.. la mejilla... lamerme el cuello y las claviculas perdiendose bajo la ropa... Sentía el palpitar atroz del dolor en la cabeza...el dañar de la luz en las pupilas, que eran ahora incapaces de enfocar mientras me mantenía en pie más por rabía que por fortaleza... Y cerré los ojos con fuerza para agitar la cabeza intentando volver a recuperar el control... Por la diosa.. por mi raza.. por la sangre que ahora se me escapa...

Abrí los ojos mientras las piernas se entreabrian levemente afianzando la postura en aquel coso que gritaba enloquecido... Animal herido... con el cuerpo levemente inclinado y los hombros orgullosos y atentos del que nada teme.. del que nunca temió...y jadeante busqué el color de sus ojos,igual que el mío... y sonreí...

Bailemos....

La fría muerte destilaba por los ojos del gladiador, cubriendo la posibilidad de un alma humana con un velo insondable. La sucesión fue un relámpago casi invisible de aséptica letalidad. Parnassus saltó hacia Anat girando en el aire. La hakhim se echó a un lado, pero el arco de su escudo era demasiado pronunciado para apartarse del todo. El primer contacto le alzó la barbilla solamente; sin destrozos, con suavidad; o quizá sí los hubo, pero al menos no dolió. El segundo, con el otro escudo, justo cuando el guerrero tomaba tierra, dibujó una amarga sonrisa en su cuello; limpia, indolora. El mundo se volvía negro...

Parnassus acabó su giro y se enfrentó a su compañera de combate. Algo desgarró la tela que cubría el interior; algo la aferró con fuerza y la hizo mil pedazos. El extyraño brillo que aparecía cuando la hakhim estaba cerca regresó a la miel del guerrero. Anat pudo verla como una chispa, antes de dejar de ver nada. Ella no se merecía morir sola; él estaría allí.

Cuando todo terminó, cogió su cuerpo en brazos y se la llevó a los Monjes. En público, enardecido, clamó por su campeón; pero no todos. Habían tenido lo que deseaban, y sin embargo, el resultado no hacía sino dejarles un amargo sabor en la boca. ¿Hicieron lo correcto? Probablemente no. Pero nadie dijo que la arena fuese justa.

Linda Hackim!

Creo que los hados han vuelto a unir nuestros caminos...

Un nuevo día despuntaba en aquel coliseo de infierno sangriento... y recuperada ya de mi pelea contra Parnassus, con el recuerdo de su voz ténue aún en la mente, salté a la arena...

No le había visto desde entonces... Ni siquiera le vi entonces cuando, estirada en aquella camilla, al abrir los ojos rodeada de monjes justo en el momento en que sus palabras les sorteaban para llegar a mi... había ladeado la cabeza sorprendida para buscarle, encontrando apenas su sombra marchando escaleras arriba...

Pero aquel era un nuevo día, un nuevo combate... morir y aprender, aquel había sido el trato... Yo había muerto, ahora debia demostrarle que había aprendido. Un nuevo día, un nuevo rival. Afilé la mirada para distinguir a la hermosa figura que se dibujó en la puerta, y sonreí al reconocerla... Se acercaba cadenciosa y elegante hasta mi..

Liu An... La reverencia propia de mi tierra, suave y armoniosa, fue como una caricia para los ojos de aquellos elfos que nos observaban... Será una gran lucha....

Un escalofrio recorrio su espina dorsal... pensar que terminaria admirando a una Hakhin hace años eso abria sido un gran chiste que contar en los salones de festejos pero tanto habia cambiado...

Tanto dolor acumulado...

Espero a que su oponente se preparase y le devolvio el cumplido de la mejor forma que sabia:

Suerte Anat!

Empezo el baile....

Los rayos del alba se reflejaban en las dagas que danzaban alrededor de mi cuerpo cuando me acerqué a ella... Enredado el plata con el negro de mi pelo, con el oro de mis ojos... con el blanco de la túnica que cubría aquel otro velo negro ceremonial y se enredaba entre mis piernas a cada giro y cada movimiento... dibujando formas y estelas de mi cuerpo bajo el nuevo sol... en aquel nuevo día...

La luna nueva que reinaba en mi frente se irguió orgullosa sobre ella justo en el momento de descargar el primer golpe... Un movimiento suave para un golpe terrible... Y sentí el resquebrajar de aquella cerámica preciosa que la cubría casi con pesar mientras un nuevo giro suave me apartaba de ella...El pelo negro se arremolinó a mi alrededor cuando me detuve a observarla con respeto... con interés... Ella...

Liu...Liu no era cómo los otros elfos negros... y detenida en medio de aquella arena.. escuchando los gritos de aquellos que eran de su raza pero no como ella... la observé durante un segundo... solo uno antes de iniciar de nuevo la danza... Y busqué de nuevo sus ojos... y me pregunté de nuevo por qué...

La elfa se tambaleo bajo mis dagas...y al rugido de los de su especie, casi me invadió la naúsea... Oscuros... una raza sin luz... vivos... pero muertos....

Me detuve a observarla... a observar su careta rota..

Será una gran lucha.... la voz suave y la sonrisa quizá estuvieran fuera de lugar entre aquella sangre y aquellas ansias de sufrimeinto... Querian su cabeza... la querían ya... Pero yo era Anat del Desierto.. Anat de Luna Nueva... yo era la Sierva del Profeta... y no combatia por la victoria... ni por el placer de sangre de aquellos elfos...

Busqué la mirada de Liu mientras las piernas se me afianzaban en el suelo y los hombros se me mantenian firmes... el suave sonido del acero surcando el aire me rodeaba... Yo peleaba por aquel brillo... aprender... morir... encontrar....

Sí.. Moalim... nada de Besos de Hierro cuando solo quedan dos puntos en la cabeza...

XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Pensaba hacer un doble ataque, y bueno.. jugar un poco más... ajajajajaj.. soy una estratega pésima, pero... esa elfa acabará siendo amiguita mía ;)..XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD... Es que esto de los localizados tan determinantes, limita mucho... jo... y lo que a mi me gusta es el roleo :P

Pero sí, moalim, sí..tienes razón... esta bien... localizado y fuera... (la iceni clava la punta de la espada en el suelo para girarla levemente mientras se muerde el labio y baja la mirada a los pies...mofletes rojos, mofletes rojos)

Fue tan sutil tan delicada... casi ni dolio al principio pero cuando el rugido del coliseo la trajo de vuelta salio el dolor...

... aprender o morir...

con una sonrrisa salto al ataque , morir asi le hacia sentirse otra vez parte de la humanidad de este ingrato mundo y ganar le enseñaba el proposito por el que estaba ahi...

le tenia cariño a esa hakhim no sabia porque pero creia que de todos los que estaban alli lla era la ams cercana...

El látigo rasgo la distancia que nos separaba mordiendo la piel de mi pecho... y en su retoceso, y ante mi sorpresa...una de mis dagas marchaba con él...

El movimiento fue casi inconsciente... Un paso atrás mientras me observaba la mano libre.. mientras la yema de los dedos, liberados ahora de la carga del arma, recorrían junto a los ojos el desgarro de la túnica que mostraba ahora la piel del torso... y elevé la mirada y la sonrisa cómplice a Liu mientras la otra daga bailaba suave junto a mi cadera... y el brillo dorado de los ojos lo inundaba todo...