Ricardo se encuentra en las calles, mirando con cierta inquietud por todas partes, metiendose y saliendo de las tabernas. Entonces se topa con Liu An, que parece volver a la Casa de los Condenados con cierta prisa.
Vaya, parece ser que no soy el único con prisa últimamente, si no tuviese cosas más importantes que hacer le "pediría amablemente" que me devolviese cierto velo. En fín no tengo tiempo que perder. Centrate Ricardo, debes encontrar a Adrian
Ignorando a la elfa, el norteño siguió su camino también con prisas.
Master el orden de busqueda es el siguiente: Campo de entrenamiento, el Bosque y La Arena, para vovler nuevamente a la casa de los condenados.
Parece que estoy bastante cerca del barrio de los elos oscuros, además en el paso con Liu An, parece que nos hemos acercado bastante a la parte alta del barrio, donde la nobleza empieza a aparecer.
"¿Habrá algún sitio por aquí para pasar la noche?"
Las ciudades de los Elfos Oscuros son como ellos mismos, caóticas y llenas de contradicciones, pero al mismo tiempo de elegante funcionamiento. Aunque no hay barrios altos o bajos, y las casas de la nobleza llegan a juntarse con tabernas de baja ralea, en medio de este aparente desorden también se forman, a veces, oasis de gente acaudalada o callejones de peligrosa índole.
Entre casas de alto postín, Svaltafer divisa una modesta posada, regentada por hermanos de su raza, de apariencia económica.
la posada no era nada del otro mundo pero me permetiría pasar la noche sin grades cntratiempos.
Estaba levemente iluminada, pero para nosotros los elfos osuros aquello no era un problema. La oscuridad siempre estaba con nosotros gracias a las cúpulas de nuestras ciudades, auqneu en mi caso yambién estaba acostumbrado al sol resplandeciente y cegador de las montañas heladas.
- Buenas noches posadero, ¿tienes alguna habitación libre y una jarra de tu mejor licor para un gladiador que quiere descansar?
Mientras Liu An corre por las calles, divisa a lo lejos a un criado Elfo Oscuro. Le resulta familiar... tal vez... ¡Si! es uno de los criados de Elshva. Parece dirigirse al Puerto.
Con rapidez me dirijo hacia el sirviente, y a una distancia prudencial lo sigo.
Oculta bajo su capa, Liu An comienza a seguir al sirviente por las calles de la ciudad. Sin ser vista, le sigue hasta los muelles...
Tirada: 5d10
Motivo: Coordinacion + Sigilo
Resultados: 2, 6, 7, 6, 5
Las esferas luminosas están casi extinguidas. Es noche cerrada y Svaltafer deambula por las calles de Angmoktak. Ni siquiera a él le parece una buena idea. Pero por algún extraño motivo, cree que su padre tiene que ver con los recientes acontecimientos.
Afortunadamente, encuentra a un compatriota al que le cae en gracia. Le cuenta que, aunque no conoce personalmente a Valter, ha sido visto en la ciudad en las últimas semanas, cerca del Coliseo de Sangre.
Tirada: 3d10
Motivo: Carisma + Gracia
Resultados: 9, 9, 2
- Dime hermano, ¿has escuchado o visto algo de porqué podría estar Valter por la ciudad? o ¿cómo es posible que tanta gente aquí lo conozca? ¿por qué es conocido o famoso? estubo en el Coliseo? .... perdona si te desbordo con mis preguntas, pero hay algo que me corroe dentro y no se qué es exactamente, y el nombre de mi padre suena por todas partes
Si quieres hermano te invito a una buena cerveza en una taberna, que por cierto he entrado esta misma tarde, que es perfecta para calentar el cuepor y el espíritu, y mientras me cuentas lo que puedas saber ....
Tu padre es el mayor héroe del Imperio. Eso hace que sea respetado y temido. Sobre todo esto último. Es una noche oscura, y no te conozco. Debo volver a mi casa. El hombre se gira y se va, en dirección a su morada.
Veo al hombre irse a su casa, y me quedo un momento pensando en las palabras que ha dicho el hombre
"Mi padre ... ¿el mayor héroe del imperio? ... imposible ... pero no veía mentira en los ojos de ese anciano ... será mejor que vaya a la taberna a pasar la noche, mañana será otro día y podré hacer más cosas"
Me doy la vuelta y me voy a la taberna "El torturado" para pasar allí la noche
Viajo a la taberna ;)
El olor de las ciudades de su raza era único, desde luego. Tan pronto llegaba una bocanada del más exquisito perfume como del más horrendo olor a heces. Era entropía, con su propia bestia interior. No había nada que les describiese mejor.
Paseo por las calles. Hace mucho que no lo hago y al fin y al cabo esta es mi ciudad. Debo conocerla. Tal vez luego vaya a algun sitio conocido, pero por ahora me apetece vagabundear, y a ese fin me dedico con lentitud y un punto de elegancia.
En realidad tengo mucho en lo que pensar
Al poco de tu salida, te fijas en como los jueces parecen rodear la Casa de los Condenados... y las calles conlindantes. Te alegras, y mucho, de no estar dentro.
Paseando placidamente, puedes ver en la lejanía, a un hombre que te resulta familiar. Se trata de León, con su impresionante espada a dos manos, que parece dirigirse hacia un local de la avenida. Va acompañado por media docena de hombres, también bastante pertrechados. Parece que alguien le ha financiado una amplia armadura, que no hace más que hinchar su ya gran masa. Parece no reconocer a Delderius, o no prestarle atención.
No tengo nada mejor que hacer.... camino entre la maraña de gente y veo a ver lo que pasa, intentando pasar desapercibido entre la gente
A medida que sigues a la comitiva, adentrándote en las entrañas de la ciudad, tu Bestia Interior te susurra que esto puede ser interesante. Por mero impulso, te adentras hasta una taberna perdida entre callejuelas, en la que todos ellos entran. Leo parece molesto, pero decidido.