La enfermería en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería está dirigida por Madame Poppy Pomfrey. Los estudiantes (y, presumiblemente, el personal) que sufren accidentes y lesiones durante el año escolar son enviados o llevados a la enfermería para ser curados. La enfermería está bien equipada para hacer frente a todo tipo de lesiones mágicas o mundanas, desde fracturas hasta renovación de huesos. Sólo en casos más graves los pacientes son enviados al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas para tratamiento adicional.
- ¿Qué les ha pasado, jovencitos?
- Han sido heridos en la clase de Duelo Mágico por un hechizo de sus compañeros, exactamente el "Eleccella Fulminis". Sé que no es un conjuro muy peligroso y que la heridas generada no es muy grave, pero quizá sea mejor que les des alguna de tus pomadas para que se recuperen cuanto antes.
- A ver, veamos que tengo por aquí...
La profesora se pone a mirar una estantería repleta de frascos, ungüentos y cremas y finalmente coge uno y se dirige hacia vosotros.
- Mostradme esas heridas, jovencitos, subíos a la camilla que os extenderé esta pomada. Para la hora de la cena estaréis completamente curados y podréis seguir con normalidad. Hasta entonces os quiero tener en vigilancia, por si hay algún problema con la crema, alguna alergia, o algo...
Colin asintió y se estiró en una camilla. Luego se dejó poner la pomada.
Perry se tumbo en la camilla y Madame Poppy le puso la pomada:
Mientras se la ponía le pregunto a Madame Poppy: ¿Tenemos que estar todo el día aquí? Luego de comer tenemos cuidado de criaturas mágicas y no podemos perdernosla.
- Disculpad, quise decir que tendríais que estar aquí hasta la hora de la comida. En cuanto pongan la comida en la mesa yo creo que ya tendréis las heridas curadas. No os preocupéis, lo que pasa es que en este rato libre tendréis que quedaros aquí descansando.
¿Descansando? Selena se va a poner de los nervios cuando se entere que no he ido a recuperación con su tía.- le dijo Perry a Colin. Después se giró, abrió su mochila y sacó el libro de adivinación. Menos mal que he traído el libro, sino el tiempo aquí se me haría eterno. A ver, ¿Como era? Lec Magiem! - dijó leyendo el libro con sumo cuidado para no moverse mucho y que no se le moviera la pomada- No, así no, Leg mágico! No, así tampoco.
¿Colín te importa ayudarme?
- Es Leg Magiem. - Dijo Colin mientras descansaba mirando hacia el techo. Estaba remugando todo el rato. Parecía que tenía algo dentro que no le gustaba.
¿SEÑORA POMFEY? - Pregunto Perry levantando la voz para llamar la atención de la enfermera - ¿Es posible practicar algo de adivinación mientras estamos aquí? Voy muy retrasado con mis clases y tengo que aprovechar todo el tiempo posible para recuperar. - Añadió poniendo cara de pena
Al ver que la enfermera no volvía Perry decidió no tentar a la suerte, cerró el libro, lo dejo a su lado y repasó mentalmente la clase anterior.
Es la hora de comer, acabo de oír la campana.- Perry se miró la herida y vió que toda la pomada se había absorbido y que ya no notaba ningún dolor. - Muchas gracias señora Pomfey, la herida se me ha curado completamente, tengo mucha hambre, ceo que voy a ir a comer algo.
¿ Vienes Colin?
- Si vamos. - Decía mientras se miraba la herida.
La enfermería en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería está dirigida por Madame Poppy Pomfrey. Los estudiantes (y, presumiblemente, el personal) que sufren accidentes y lesiones durante el año escolar son enviados o llevados a la enfermería para ser curados. La enfermería está bien equipada para hacer frente a todo tipo de lesiones mágicas o mundanas, desde fracturas hasta renovación de huesos. Sólo en casos más graves los pacientes son enviados al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas para tratamiento adicional.
- ¿Qué les ha pasado, jovencitos?
Diana llegó a la enfermería sin perderse, cuando la niña se percató de que había ido por el camino correcto suspiró con alivio, sus amigos los cuadros la habían guiado bien en aquella ocasión. Parecía que se habían compadecido de los dos y no los engañaron con sus trucos ni con sus interesantes... pero interminables discursos.
Tras dar las gracias a Sir Callaghan que se había ofrecido ,como siempre, a escoltarlos, entraron sin más en la enfermería. Joey disimulaba pero estaba claro que las heridas le dolían, así que lo condujo hacia la señora Pomfrey, una anciana que se veía muy simpática.
- Pues verá Madamme Pomfrey, hemos estado practicando el conjuro Fulminis Flamine y una alumna de Ravenclaf se lo ha lazando a Joey, el pobre estaba distraido y no ha podido esquivarlo. ¿Es muy grabe? Se pondrá bien ¿verdad?
Joey se había dejado guiar por Diana hasta la enfermería, no quería admitirlo pero el conjuro ese del rayo rojo era chungo y no le molaba que le doliera tanto, pero aguantó como un hombretón sin quejarse.
- No te preocupes Diana, seguro que Madamme Pomfrey me cura, además no me duele tanto- se irguió el sólo pero tuvo que volver a apoyarse en el hombro de Diana- ay...
- A ver, veamos que tengo por aquí...
La profesora se pone a mirar una estantería repleta de frascos, ungüentos y cremas y finalmente coge uno y se dirige hacia vosotros.
- Muestrame esas heridas, jovencito, súbete a la camilla que te extenderé esta pomada. Para la hora de la cena estarás completamente curado y podrás seguir con normalidad. Hasta entonces te quiero tener en vigilancia, por si hay algún problema con la crema, alguna alergia, o algo...
-Tu muchachita puedes irte si quieres. O bien puedes esperarle.
Diana se quedó embobada mirando los frascos y demás cachibaches de Madame Pomfrey. "Reacciones alérgicas de la crema... a lo mejor se pone verde y se convierte en un dragón o se vuelve morado... morado mi favorito... tengo que verlo" pensó la niña entusiasmada.
- Muchas gracias Madame, pero prefiero quedarme... su trabajo es realmente fascinante, estoy segura que con magia de por medio usted habrá visto de todo... ¿Ha visto a alguien que le salgan tentáculos o colmillos alguna vez?- la miró con ojos inquietos ávidos de conocimiento- ¿Cuál es la enfermedad más común de los magos? es que yo me he criado como muggle y son muchas las cosas que desconozco- luego miró a Joey y le dió un palmadita en el hombro- ¿has visto Joey? estás en buenas manos- luego se volvió hacia la señora Pomfrey- si quiere yo le puedo ayudar en algo- le sonrió.
Joey había sido un niño bueno y sin abrir la boca hizo todo lo que Madame Pomfrey le había dicho, e incluso dejó que lo untara con aquella pomada que olía tan mal sin quejarse siquiera. Pero lo que habían dicho acerca de los efectos secundarios no le gustó.
-¿Reacción de la pomada? ¡Oh my God! eso no suena bien... si me salen colmillos o tentáculos ya no le gustaré a las chicas.
¡No te preocupes Joey! No he visto a nadie nunca convertirse en eso por una pomada. Así que no temas.
Y en cuanto a ti, jovencita. Ya tendrás tiempo de aprender cosas en clase, pero las asignaturas de medicina mágica se imparten a un nivel mucho más avanzado y tú eres muy pequeña para poder ayudarme. El director me mataría si se enterase de esto. Así que, si quieres quedarte con tu amiguito, lo mejor será que no me molestes pues tengo más cosas que hacer.
No quería ser borde, simplemente habló a Diana con dulzura y sinceridad.
Instantes después sonó la puerta de la enfermería. Parecía que llegaban más alumnos.