Partida Rol por web

Ahora Argus, con fuerzas renovadas dirigió sus ataques a lo que consideraba más peligroso de Garruk, sus puños...

La maniobra descuidada del elfo hacía que las defensas quedaran terriblemente abiertas, lo que Garruk aprovechaba con facilidad para impactarle una y otra vez.

El último golpe había terminado de romper el maltrecho codo de Argus y desarmado podía verse totalmente indefenso...

Otro duro golpe dirigido a las defensas inexistentes de Argus iba dirigido al pecho, que no podría resistir tanto daño.

Tus deseos son órdenes para mi... XDDDD

Garruk consiguió tumbar al novato con dos golpes bien dirigidos al pecho.

- Bienvenido de nuevo a mi sangrienta arena. Luchemos! Siempre de pocas palabras, siempre de impulsos asesinos.

El elfo oscuro, con su arrojo característico, se lanza al combate. Intenta tocarme en la pierna izquierda pero yo logro hacerme a un lado y contraatacar con un tajo en dirección al pecho.

E inmediatamente, lanzo una estocada recta hacia su cabeza. Y cuando trata de esquivar el golpe, lanzo un segundo tajo sobre su brazo izquierdo.

Su primer ataque se vió interceptado por el humano que respondió con un fuerte golpe en el pecho. Ahora, ambos dirigieron sus ataques a la cabeza de su rival, sin importarles su propia seguridad, asi pues, ambos cortaron en la garganta de su enemigo.

Aldrio se lanza sobre mi con ferocidad y logra alcanzarme dos veces en el pecho. Yo lanzo como respuesta un tajo sobre su brazo derecho, pero el golpe no llega a su destino. Me preparo, por tanto, para seguir combatiendo.

Aunque trato de alcanzarle en la cabeza, mi golpe no es lo bastante alto. No obstante, logro lanzar un fuerte tajo en dirección al pecho de Aldrio.

Ahora los golpes bien dirigidos de Argus se habían adelantado a cualquier maniobra de Juan. El espadachin nada pudo hacer ante las espadas que se clavabam en su pecho. Argus miró a su rival. Volvió a levantar sus espadas en posición ofensiva, corrió hacia Juan y amagó un golpe bajo que consiguió despistar a su enemigo. Con un rápido giro, sus espadas encontraron el cuello de Juan, quedandose clavadas. El humano cayó de rodillas ante el elfo, el cual sin piedad alguna, desclavó las espadas, impulsándose con el pie en el pecho del espadachin, haciendo que la cabeza de éste, cayera rodando al suelo.

- Buenas novato, ¿como te va? ¿ya tienes cicatrices? JAJAJAJA

Juan Bautista del Corral entra en una nueva arena enemiga para mostrar sus facultades y sumar una victoria mas.

Cada vez falta menos...

Mira hacia la multitud en las gradas y sus rostros oscuros y sombrios contrastan con la luz solar que cubre el campo de batalla.