Se muerde el labio inferior, presa del placer pero al mismo tiempo intentando gobernar sus pensamientos para mantener una conversación civilizada...después de todo si Elia tenía algún interés en ella era precisamente por eso.
-Yo no...no he estado con...con ningún esclavo, señora Eliana...no gusto de compartir lecho con extranjeros...tan solo estuve con uno...pero no es esclavo y...bueno s-supongo que no fue mal amante...p-pero eso ya s-se acabó.
Suspira y clava las uñas en las sábanas de la cama antes de seguir hablando:
-E-entiendo lo q-que me e-explica p-pero no entiendo para qué querriais vos e-ese...cinturón...- dice la esclava sin llegar a comprender el funcionamiento de una tela rellena de excrementos.
-¿No, en serio? Como vas a recomendarme uno entonces.. imprimo algo más de fuerza a mis dedos.. -el cinturón sustituye a los dedos, ¿comprendes?.. Y te deja las manos libres, aunque nunca lo he probado en ninguno de los dos extremos. Solo tengo un conocimiento teórico -
-Lo s-siento...pero si gusta puede hablar con la germana...t-tengo entendido que ella si ha...pasado buenos ratos con otros gladiadores.- asegura la romana entre gemido y gemido mientras su cadera va acompasandose con lo movimientos azaroso y repentinos de la sacerdotisa- si...si...ya ya entiendo lo que decís...como como un miembro masculino falso.
-Bien.. Me gusta que seas despierta- recompenso a Livia con un tercer dedo. -Hablar con la germana no entra en mis planes de momento.. No voy a ir interrogando a las esclavas.. Quizá por eso Camila tiene tanto aprecio por la egipcia, a lo mejor tiene uno- río ante mi propio comentario. -darle placer a una esclava tampoco entraba en mis planes.. Me está gustando jugar contigo.. Espero que aprecies la excepción que estoy haciendo y me compenses de forma adecuada a partir de hoy- acompaño mis palabras dando más fuerza y profundidad a los dedos
La esclava se muerde el labio inferior pero, cuando la sacerdotisa introduce el tercer dedo, su cadera se revoluciona dando una suave pero repentina sacudida y un gemido escapa de su garganta a través de sus labios cerrados y fruncidos:
-Mmmm...si...si señora Eliana... seré tan agradecida como la domina me permita...y me alegro de que disfrute de mi compañía.
La excitación acumulada empezaba a hacer mella en Livia y sus espasmos empiezan a hacerse evidentes, no tardaría mucho en volver a correrse ante las atenciones de la patricia.
Sin dejar de atender a Livia, me incorporó y cambio de posición, para poder susurrarle.
-Confianza y lealtad, querida Livia. Es un camino de dos direcciones, muy estrecho y sinuoso.. No hablo de obediencia porque nada tiene que ver.
Llevo la otra mano a uno de sus pechos, acariciandolo mientras acerco los dedos al pezon para pellizcarlo
Aquellas palabras calan más de lo que parece en la mente de Livia, en verdad no tenía a nadie en quien pudiera confiar ciegamente, al menos nadie que no estuviera al servicio de Camilia. ¿Un camino de dos direcciones? ¿De verdad? ¿Acaso era posible?
La romana gime un poco más fuerte, su sexo continua humedeciéndose, inflamándose...se incorpora al tiempo que Cornelia muestra interés en sus pechos y queda de rodillas sobre la cama con la patricia a su espalda tocándola a su gusto en vertical, pero ahora Livia podía alzar las manos y tomar la cabeza de la sacerdotisa por la nuca y acercar sus rostro al de ella atrevida y lujuriosa, gira su cara para unir sus labios apasionadamente, al tiempo que dejaba escapar aire y sonido de su boca entre que sus labios se abrían y se cerraban.
-Confianza...lealtad...señora Eliana...nunca he tenido ninguna de las dos cosas...¿y vos me las ofrecéis? De-deseo darlo y tomarlo...deseo estar a la altura de su confianza...
Acepto los labios de Livia, morsiqueandolos y buscando su lengua con la mía, mientras prosigo pellizcando su pecho. Empiezo a sentir un calor húmedo en mi entrepierna.
Busco su mano y la llevo a al origen del calor, guiandola y mostrándole como deseo ser acariciada, estremeciendome al solo contacto, para después buscar su monte de Venus y hacer lo mismo en ella.
Con su guía, Livia encuentra de nuevo la intimidad de Elia, con su brazo "atrapado" entre los dos cuerpos, la romana empieza a acariciar los labios por fuera, entrenado solo con las yemas de sus dedos, valorando el calor y la humedad.
Pero la excitación hace presa en ella, despega sus labios de los suyos y se le escapan más y más gemidos suaves pero profundos y su corazón se acelera al tiempo que su respiración se vuelve inestable, su pecho subía y bajaba y los dedos que están jugando con la intimidad de la sacerdotisa dejan de jugar, lanzándose en una intensa estimulación. Por su parte, el orgasmo estaba a las puertas pero era la propia esclava quien lo retenía, parecía estar esperando el momento.
Con un gemido de satisfacción siento deslizarse los dedos de Livia. Acompaso mis atenciónes a las suyas, y ya excitada por todos los juegos anteriores siento como el calor aumenta rápidamente.
-Mírame.. mírame a los ojos -
Aún en su posición de espaldas a ella, Livia logra girar la cara para encontrarse con los ojos de Elia tal y como le pedía, clavando su brillo de zafiros en una mirada apasionada, llena de lujuria y deseo.
Tiene ganas de besarla, prácticamente es una necesidad de devorarla mientras la sigue estimulando a toda velocidad, hundiendo sus dedos con un ritmo frenético, casi con desesperación, pero al mismo tiempo mantiene la concentración en evitar correrse ella misma. Quería que fuera a la vez, y parece que Cornelia había captado su intención y por eso su petición.
-Sois...muy hermosa...Eliana...- dice sin saber muy bien porqué, tan solo le sale de dentro como una inspiración divina en ese momento previo al éxtasis.
Mantengo la mirada en el rostro de Livia, en su expresión de deseo y hambre. Intento decir algo, pero solo unos gemidos cortos y seguidos salen de mi boca y mis manos se vuelven torpes. -Ya.. si... SI.. - Aunque no tan intenso como el anterior, es suficientemente placentero para que mis caderas se contraigan varias veces
Entonces y solo entonces la romana se deja ir también, sus fluidos se hacen más presentes que en el anterior orgasmo pero su gemido es más contenido, estallando en forma de sonidos ahogados pero intensos. Acelera por último sus manos en el interior de Cornelia para llevarla al éxtasis y un poco más allá, estimulandola incluso mientras las contracciones de su sexo amenazan con expulsar su mano, sacándola finalmente cuando ya no puede sostenerse más.
Se hace patente y notorio un temblor en sus piernas que la hace caer a los pocos segundos echa un ovillo en el colchón, con la cabeza apoyada encima o cerca de las piernas de la patricia, emulando a un orante desmayado a los pies de su deidad.
-mmmm...por Venus...Eliana...- susurra casi con una tenue hilo de voz.
Quedo de rodillas mientras recupero el aliento para después tumbarme despacio, con una risa apagada de satisfacción mezcla del resultado del encuentro y de la actitud de Livia.
-Hacia demasiado que no me visitaba Venus..despues le mostraré mi agradecimiento, después de bañarme y prepararme.. Creo que me va a gustar residir en este sitio-
Apoyo un codo para incorporarme un poco y mirar bien a la gladiadora, mientras paso la mano despacio por su cabello.
-Domina Eliana puede ser severa e inflexible, pero también generosa.. ya irás aprendiendo.. puedes descansar y volver a tus obligaciones en el ludus-
-Con gusto lo aprenderé...- dice la gladiadora pasando las puntas de las yemas de los dedos por las piernas de la sacerdotisa y poco a poco se empieza a incorporar atusandose la coleta para que volviera a su posición original arriba de la cabeza.
--Procurare estar aquí al anochecer, señora Cornelia si le parece.- comenta mientras se va vistiendo con las ropas que ha ido dejando por ahí.
-Me parece que si- me estiro como un gato al sol sobre la cama. Creo que me quedaré un buen rato holgazaneando y después iré a hablar con Camila. Hay algunos temas que tenemos que tratar.
Una vez que termina de vestirse, la romana hace una leve inclinación de cabeza y un dedica una suave sonrisa:
-Hasta la noche, será mejor volver a la arena.- dice Livia y abandona la habitación para regresar a la zona de entrenamiento.
por mi acabamos aquí