Le apretaba las nalgas mientras la escuchaba hablar, una pregunta facil y compleja a la vez, más la respuesta era evidente, no había mucho que decir al respecto.
Realmente prefiero a una salvaje cómo yo, una hembra que pueda mantener mi ritmo... Cómo tu lo haces
De nuevo la empaló completamente, un segundo antes de mirarla y arremeter de forma violenta cómo a ella le gustaba.
Ni yo de ti... Te tomaré todos los dias t las veces que haga falta... Eres la mejor, Soenya
El galo queria volver a sentir las fuertes senradas de su culo musculoso, y saborear una bez mas los placeres de su cuerpo.
Gimió al sentir como él la empalaba de nuevo con aquella fuerza, con aquel ímpetu e intensidad, comenzando a penetrarla de nuevo con violencia y pasión.
- Hazlo... Quiero... Sentirte... todos los días... dentro de mí... llenándome...
Hablaba entre gemidos mientras se movía sobre él, apretando sus caderas y pegando su cuerpo al de él para sentirlo aún más profundamente, para sentir como la empalaba una y otra vez.
- Quiero... saborearte... sentir... sentir tu miembro... palpitar... entre... entre mis labios...
No lo entendía, claro que le gustaba el sexo, le encantaba pero con aquel hombre... con aquel hombre era otro nivel...
- Me... me permite... ir... ir a una habitación... por las... noches... si... si lo pido... pero... pero solamente... solamente me dejan... pedir esclavos... y tu... tu no eres... esclavo... ¿verdad? - Continuaba gimiendo sobre él mientras intentaba hablar - ¿cómo... cómo podré... tenerte... cada... día...?
El sexo se podia entender cómo una batalla a la inversa, dónde en lugar de dañar, someter y matar, se busca amar, complacer y otorgar vida, no importa que se trate de un simple acto de diversión, la palabra complacencia siempre se gestaba en su mente a la hora de hacerlo.
Ella efectua una una pregunta que ahora si se le hacía sencilla responder, pues de verdad la germana merecía su atención completa, una atención que incluso la domina o cualquier mujer debe solicitar con antelación.
Se quedó bien adentro mientras la detenía, para así poder contestar con calma a la pregunta.
Para eso... Debo ser yo quien te busque... Y te lleve a mi cuarto... Pero puedes contar que te buscaré para... Continuar dónde lo dejamos...
Dice el instructor entre jadeos, mientras volvia a intarla a que moviera.las caderas y continuaran con el acto sexual que tan bien les estaba haciendo a ambos.
Él se quedó clavado en ella mientras los brazos de la germana rodeaban su cuello para aferrarse a él por la parte trasera de sus hombros y escuchó sus palabras.
- Hazlo... Cuantas veces... Quieras... Porque... Me encanta... Sentirte dentro... Sentirme... Llena... De ti...
Sus labios buscaron los de él con avidez, pegando sus pechos al pecho de él y retomando el movimiento de sus caderas para sentirlo adentrarse profundamente dentro de ella, sintiendo todo su miembro moviéndose de dentro a fuera hasta el límite mismo de su interior, gimiendo y jadeando entre sus labios mientras sus duros pezones rozaban y acariciaban la piel de él.
- Más... Quiero... Más...
Decía entre jadeos mientras comenzaba a aumentar el ritmo e intensidad de sus movimientos, bebiendo de sus labios, saboreándolo y notando como las paredes de su sexo comenzaban a palpitar y contraerse, atrapando el miembro de él en su interior.
Habia perdido la cuenta de cuantas veces había derramado su semilla dentro de ella, un disfrute mutuo, el ejercicio y el esfuerzo que demandaba el sexo no eran nada para el salvaje de las Galias, se podria decir que había encontrado una posible pareja que se encuentre a su nivel de experiencia, pero ella siempre pudo elegir a su pareja, aún que eso no molestó ni perturbó la concentración del doctore.
No dijo nada más, pues las palabras volvían a sobrar, pues correspondió el beso de la germana, rodeandola por la cintura y manoseado su cuerpo con obcenidad, dejando que sus gemidos sen el más poderoso de los estimulantes.
Sus manos recorrían su cuerpo, sintiendo la tonificación de sus músculos, la firmeza de su piel, las diversas marcas que adornaban su cuerpo y la calidez que desprendía ante el acto y el lugar.
Sus caderas seguían moviéndose sobre él, cabalgándole mientras gemía de placer y se dejaba arrastrar por la lascivia y lujuria que aquel hombre despertaba en ella.
Las paredes de su sexo comenzaron a palpitar más rítmicamente al tiempo que sus movimientos ganaban en intensidad hasta que finalmente un nuevo orgasmo la alcanzó, buscando recuperar poco a poco el aliento y dejándole a él que buscará también su placer.
Se estaba haciendo muy intenso, otra vez, la presión de las paredes interiores le estaban exprimiendo y llevándolo otra vez al climax, era una deliciosa sensación en verdad y el no queria parar.
Soltando otra vez su semilla en el interior de la germana, sosteniendola en el proceso, pegando su cadera con fuerza a la entrepierna de el.
Realmente... Eres increible...
Apartó un poco su cuerpo para tener a la vista sus pechos, llevandose el el izquierdo a la boca y luego dando un par de lametones al pezón totalmente erecto, incluso mordiendo otra vez, luego se apartó nuevamente, sin dejar de acarciarle las caderas.
Quiero y deseo continuar... Pero si no nos detenemos, mañana no podras entrenar cómo se debe, no tw prrocupes, te vendré a buscar todas las noches para pasar un momento excelente otra vez... Qué me dices Soenya?
Buscaba recuperar el aliento cuando sintió el aumento en la intensidad de él, acomodándose a su ritmo para sentir como volvía a llenarla de nuevo, como la calidez de su semilla se desbordaba dentro de ella y como él la mantenía pegada a su cuerpo.
- Y... Tu...
Jadeó nuevamente al sentir las caricias sobre su pezón, agarrando su cabeza con su mano para después sentir como la separaba y hablaba de nuevo, escuchándolo mientras sus manos seguía sobre su espalda.
- Yo... También... - Asintió - Lo sé... Pero eres... Adictivo... - Mordió el labio inferior de él, atrayéndolo ligeramente hacia ella - Si... Hazlo... - Conseguía decir mientras aún hacia por recuperar el aliento - Ahora... Será extraño... No tener tu cuerpo... Cerca... Y tu miembro... En mi interior...
Lamió su mejilla con malicia y picardía asintiendo finalmente a sus palabras.
- Quiero... Que me hagas... Tuya... Cada día... Cuanto gustes... Y cuando... Cuando gustes...
Fue moviéndose poco a poco hasta que se separó de él, sintiendo como su miembro salía de ella y los fluidos resbalaban por sus muslos.
- Volveré a mi celda... Salvo que quieras secuestrarme toda la noche... Duilius
Le guiñó un ojo mientras se lavaba un poco y comenzaba a ponerse la ropa para poder dirigirse hacia la celda, salvo que él la llevara consigo...
Todo lo que había hecho, le pareció sumamente excitante, por esa razón no se cortó, y una vez ella se vistió y encaminó en dirección a la salida, el salió del agua a toda prisa, se puso su suligaria, tan deprisa que solo alcanzó a atarla simplemente antes de ir a dónde estaba ella, levantando su figura femenina y poniendola sobre su hombro.
Eso es in hecho, te retendré en mi celda y te tomaré toda la noche...
El galo puso descaradamente una mano sobre una de las nalgas de la germana, antes de comenzar la marcha a su cuarto dónde seguiria con el fornicio.
Antes de poder salir se vio ligeramente al sorprendida al sentir como su cuerpo se elevaba y él la tomaba poniéndola sobre su hombro mientras ella reía.
- Y yo no pienso resistirme...
Sintió su manos sobre su nalga y ella aprovechó para morder el lóbulo de su oreja y lamerlo.
Realmente pensaba disfrutar de aquella noche como ninguna otra...
Y asi siguieron esa noche los nuevos amantes...
Escena cerrada