Partida Rol por web

Verina se acerca tras un momento de miedo que le generaron las heridas de la mujer. Cuando escucho el susurro del hombre lo miro con duda y miro alrededor. Esperando que nadie los hubiera vigilado no cumpliendo el castigo. Con sus manos apuro a desatarla.

Ambos notan a verina llorando. “Prometo que no dire nada, solo que haz cumplido con tu deber.” promete a ambos o solo al galo no se sabe.

“Livia, no te preocupes por la marca y la fiesta. Averiguare rapido si algun romano te ha reservado, pero si no el Doctore o la domina puede hacerlo mañana u otro dia.” le dijo tal vez entendiendo que ella necesitaba esta seguridad para seguirla.

Una vez que estuvo desatada, Livia se apura en agarrarse como puede a uno de los palum, pero las fuerzas le fallan y debe echar el brazo sobre los hombros de Verina para no caer al suelo. Teniendo el oído pegado a su pecho por la posición, la sirvienta podría oir un ligero gorgoteo proveniente de la respiración de la romana, la cual se hacía más evidente cuando hablaba.

-No...yo mi ma-marca...U-Usa unas com-p-presas...para parar la sangre...- tose un poco y toma aire despacio, carraspeando pero muy suavemente, como si tuviera miedo a hacerse daño- y llévame...llevame a la fiesta por favor...quiero que la domina me vea...no voy a...esconderme. Si no quiere verme...que me ordene que me vaya...pero...tiene que ver lo que...hizo su padre. No llores Verina...no les des esa satisfacción.- dice con rabia apretando los dientes con la mirada fija en la entrada del patio con una determinación que aseguraba que, de poder, ella misma ya estaría caminando hacia allí- Du...Duilius...Ti-tienes que dejar que vaya...necesito mi marca. Lo sabes.- y alza la mirada para esperar la respuesta del doctore, aunque sabía que en el fondo no dependía de él, teniendo más que ver con lo que Verina había dicho, eso de que algún romano la requiriese...para lo que fuera.

Las palabras de la mujer calaban bastante profundo en él, la determinación por mostrar su valor no tenía igual, pero ahora lo que tenía hacer es descansar un poco y dejar que la egipcia trate las heridas de la espalda que se veía terribles, o no se veían por la sangre que manaba de ellas.

No, las heridas deben ser tratadas... pero ya ganaste tu marca Livia, deja que la Sekhmet te trate para poder estar mejor en los dias venideros, y prepararte para las contiendas que vendrán en la arena del coliseo

Respondió tratando de dar consuelo a la gladiadora, buscando brindar un poco más de contención a la que ya daba Verina.

Pero si te hace sentir cómoda, buscaré a la domina y la llevaré para que te vea.

Si, esa sería una buena idea para evitar el espectáculo desagradable.

Suspira entrecortadamente y debe contener el llanto cuando el doctore habla de combatir de nuevo...¿Como iba a combatir? Si no podía ponerse en pie sin ayuda...sentía que apenas podía respirar y solo mantenerse consciente era un esfuerzo sobrehumano...¿Como podría volver a ala arena? 

-¿Y...y si...cuando la domina me vea decide que...ya no soy gladiadora? Y si ya no puedo pelear...¿Qué va a ser de mi?- musita con un hilo de voz trémula, cargada de miedo y dolor- ... mírame...soy un deshecho...debiste darme los viente... así habría muerto...-​​​​​​-dice casi con un tono de recriminación. 

Livia no estaba pensando con claridad, el dolor y el daño mental que tenía parecía haber hecho mella en su voluntad. Quién sabe si sería irreparable.

-Haré...lo que mandes... sólo... déjame...-​​​​​​-ers difícil saber a quién de los dos se lo decía tal vez a los dos, pero en cualquier caso tampoco era fácil saber que significaba "dejarla".

Deja de parlotear, serás una guerrera y tu nombre será vitoreado por todo el imperio, te curarán y volverás a la lucha, pero demuestra tu orgullo, o ¿No eres tu la representante de Roma ?

Debía mostrar valor, esta solo es una prueba, y la supo superar, ahora lo que debía hacer es llevarla a la sala del medicus para tratar sus heridas.

Verina se seco rapido las lagrimas y se dejo que se apoye en ella. "Haz caso al Doctore. Volveras a pelear y mostrarte con orgullo pero no hoy. No esta noche." comento ella apoyando al galo. "Vamos a las celdas, ahi estaras descansando por tanto tiempo como necesites. La domina no te quiere muerta, eso seguro." dicho eso empezaron a avanzar lejos del gran salon tomando un camino mas vacio hacia las celdas.

"Yo buscare a la egipcia. No te preocupes." termino agregando aunque la debian mover a su celda.

Livia traga saliva y se apoya más en Verina para caminar, sintiéndose completamente inútil y vulnerable, se muerte el labio para contener las lágrimas:

-Siento causarte problemas Verina...no deberías llorar por mi. Yo me busqué esto...- le dice mientras hace un gran esfuerzo por caminar junto a ella. Va girando la cabeza para mirar al doctore de vez en cuando, hay una mezcla de sentimientos en su mirada, los cuales no puede controlar, desde agradecimiento, al miedo pasando por la comprensión y la confusión.

No quería guardarle rencor pero a su mente le costaba no relacionar el dolor del castigo con las manos del Doctore. Era algo que habría que resolver pero ahora no podía abrir ese frente.

-Duilius...siento que hayas tenido que...pasar por esto...-  lo cierto es que no sabía ni que decirle, no se sentía con fuerzas para pedirle que fuera con ellas, pero se sentía mal de dejarle con aquella preocupación.-Tal vez...deberiaas volver a la fiesta...pero antes límpiate...estas...lleno de sangre- mi sangre... piensa para si sin poder evitarlo.

Eran sus palabras el perdon que queria eacuchar? Tal vez si, pues le habia causado jn gran daño a una persona que el quería, no solo por sus celos, si no tambien por el castigo que tuvo que implementar a Livia, pero incluso así, habia desobedecido.

Sonrió a la romana y tras laa espaldas de Verina, sonrió amable, a veces se preguntaba si esto si le llamaría doctore o simplemente le diria por su nombre romano, que más daba ahora tenia qie limpiarse, pero se quedó ahi, meditando en silencio un momento sobre lo que había hecho.

Incluso sintiendo asco por si mismo, haciendobque se sienta repugnante y pequeño, si tenia que volver a hacer una cosa así, renunciaria a su papel cómo doctore del ludus.

Livia abandona la arena del patio, dejando algunas gotas de sangre tras de sí, pero ya no se gira más a mirar al Doctore...ahora no puede cargar con sus sentimientos y con los del galo, es demasiado para su atribulada mente y su dañado cuerpo.

Apoyada en Verina, camina penosamente de vuelta al oscuro interior de las paredes del ludus, camino de las celdas, sin fuerzas para hablar ya, como si tuviera que poner todo su empeño en caminar sin desfallecer.

Hubiera querido decirle algo más a Duilius antes de marchar pero era incapaz de encontrar las palabras adecuadas...¿acaso había palabras adecuadas? Probablemente no.