Partida Rol por web

Tu corazon aun se sentia abrumado con varios sentimientos y tu cabeza no sabia que pensar. Habias caminado hacia la fiesta pero en verdad quedaste detenido por un momento perdido en tuspensamientos. Entonces llego frente a ti una mujer que hace años no habias visto. Una mujer hermosa, que habia crecido mas hermosa con los años.

Memmia Donicus se encontraba frente a ti con una pequeña sonrisa aunque al verte parecio preocuparte. "Algo ha pasado?" pregunto ella. Sin necesidad de saludar o presentars, pensaba que la recordabas.

Era seriedad? O un poco de melancolía? No importaba mucho ahora, el doctore estaba perdido en sus pensamientos y palabras internas cómo para presrar atención a todo lo que le rodeaba, estaba vagando por su subconciente hasta que una voz familiar y que el reconocía, la cual hacia mucho tiempo que no escuchaba.

En absoluto señirita Memmia, me alefra cer que está aquí-

Su gesto cambió para demostrar que estaba pendiente de ella, si que se había vuelto hermosa, aún recordaba cuándo la había tomado por primera vez, fue bajo su consentimiento, pero en un completo secreto.

Cómo a estado todo este tiempo?

Preguntó sin muchos rodeos, le gistaba que fueea así de directa, cómo su domina.

La mujer sonrio con una sonrisa de inocencia que suponias que no era tan asi. “A mi tambien me alegra encontrate, en especial solo.” comento ella mirando a los costados.

“Algo aburrida la verdad. Con mi hermano ahi en hispania.” le describio rapido y sin esconder molestia, volviendo sus ojos a èl. “Que hay de ti la pasaste mejor aquí en la gran roma?” pregunto apoyandose contra la pared.

“Me gusto el combate de las gladiadoras, las entrenaste bien.” comento simplemente ignorando lo que habia pasado antes o durante en el caso de la griega.

-No se si decir que fue mejor o peor, pero no hay tiempo de aburrirse con los entrenamientos que debo impartir, además que Roma es una ciudad vibrante en toda su extensión-

Respondió acercandose a ella, con cautela seductora, pero tambien atento a todo lo que podía pasar a su alrededor, conocía los celos de su hermano y al parecer con el correr de los años había empeorado en su actitud.

-Livia y Soenya se lucieron, pero la griega resultó ser un fracaso total, esa mijer nunca me escuchaba-

Miró a Memmia un momento.

¿Desea disfrutar de algo más privado señorita Memmia?

“Si, Roma ha sido asi siempre.” dijo alegre, alegre de estar ahi en la ciudad o tal vez ahora contigo. Cuando te acercaste ella no huyo del hombre sonriendo con malicia.

“Bueno dos de tres no esta mal. Ya igual a la griga la vas a reemplazar pronto, trajimos un regalo para mi prima.” comento y no tenias que pensar mucho para adivinar que vendria una nueva gladiadora.

Ante tu pregunta rio, con esa inocencia de la primera vez. “Ten cuidado mi hermano podria estar cerca.” le advirtio mirandolo. “Lamentablemente no tengo tiempo para eso. No ahora.” le comento dando una mirada en ese pasillo ahora solitario. “Pero te lo compensare. Aunque te pedire algo a cambio.”

Teme que nos puedan encontrar sin más a los dos en una situación algo ardiente para nuestros corazones?

Pregunta el doctore con cierta lascivia en la voz, esperando su respuesta a lo dicho.

Si es así, recuerde que soy muy demandante con las... Compensaciones.

La joven parece mirarte de una forma distinta pero no de mala manera. "Estas distinto. Estos ños te han hecho mas decidido." dijo ella tocando tu enorme pecho con su mano. "Me imagino."

"Aunque en principio, me gustaria no arriesgarnos ahora. No quiero ser vista asi y tu sabes como termino la ultima vez." dijo ella con algo mas de seriedad. Luego en tu mente volviste al pasado a ese hombre que termino muriendo en parte por tu culpa. "Fue feo pero nos ayudo cierto?"

Una expresión que quedó un poco descolocada permaneció oculta bajo las facciones del galo, el recordaba a Memmia de otra forma, pero estaba bien para el, el tiempo y las circunstancias cambian habitos y personas.

Fue algo que esperaba no hacer, pero tiene razón, nos mantuvo alejados de la humillación y la muerte, se podria eecir que un pequeño sacrificio

Duilius se mantuvo taimado en la charla ante la joven.

Mantengamos las apariencias hasta entonces, después continuaremos donde lo dejamos Joven Memmia.

“Sin duda. Pero es algo que nos unio.” dice mirandote a los ojos, con un rostro que parece no ocultar nada. “Por supuesto. Igual me gustaria hablar contigo mas tarde. Podriamos hablar en que podemos hacer en un futuro. No me gustaria perderte.” comento aun tocando tu pecho.

Puso su mano sobre la de ella, y lentamente la apartó de su pecho, pero sin soltar el contacto entre sus manos.

Señorita Memmia, ni los mismos dipses me aportarán de vuestra vida, pero cómo siempre, honraré mi palabra de verla despué.

Si fuera por el, la tomaría en ese lugar y sin escrúpulo alguno, solo que la razón acompañaba en la situación, no el febril instinto de fornicarla hasta desmallarla.

"Muchas gracias Duilius." dijo ella con una sonrisa tierna. "Entonces seguiremos esta conversacion en otro momento. Espero con ansias eso." dijo ella avanzando por el pasillo, yendose si no la detenias.

Y de vuelta se había quedado solo para contemplar el cielo nocturno con calma y atención, aquella mujee ya se fue, mientras en su mente determinaba que debía hacer a continuación, tal vez volvería a la fiesta para ver que ocurria.